2. Vive Cristo, esperanza
nuestra, y Él es la más
hermosa juventud de
loeste mundo. Todo
que Él toca se vuelve
joven, se hace nuevo, se
llena de vida. Entonces,
las primeras palabras
que quiero dirigir a cada
uno de los jóvenes
cristianos son: ¡Él vive y
te quiere vivo!
3. ¿Qué dice la Palabra de
Dios sobre los jóvenes?
Capítulo I
4. En el Antiguo Testamento
En una época en que los jóvenes
contaban poco, algunos textos
muestran que Dios mira con otros
ojos. Por ejemplo:
Samuel era un jovencito inseguro,
pero el Señor se comunicaba con él.
(1 S 3,9-10).
El rey David fue elegido siendo un
muchacho. (cf. 1 S 16,6-13).
La joven Rut fue un ejemplo de
generosidad al quedarse con su
suegra caída en desgracia (cf. Rt 1,1-
18)
En el Nuevo Testamento
Es propio del corazón joven
disponerse al cambio, ser capaz
de volver a levantarse y dejarse
enseñar por la vida. (Parábola del
Hijo pródigo)
Si has perdido el vigor interior, los
sueños, el entusiasmo, la
esperanza y la generosidad, ante ti
se presenta Jesús como se
presentó ante el hijo muerto de la
viuda,….: «Joven, a ti te digo,
¡levántate!» (Lc 7,14).
6. La juventud de Jesús
La juventud es una etapa original y
estimulante de la vida, que el propio Jesús
vivió, santificándola
Bautizo: “Tú eres mi hijo amado”.
En la plenitud de su juventud comenzó su
misión pública y así «brilló una gran luz» (Mt
4,16), sobre todo cuando dio su vida hasta el
fin. Este final no era improvisado, sino que
toda su juventud fue una preciosa
preparación.
En su etapa de joven, Jesús se fue
«formando», se fue preparando para cumplir
el proyecto que el Padre tenía.
7. La juventud de Jesús
La plenitud de gracia en Jesús era relativa a la
edad: había siempre plenitud, pero una
plenitud creciente con el crecer de la edad
Gracias a la confianza de sus padres, Jesús se
mueve libremente y aprende a caminar con
todos los demás.
Su juventud nos ilumina
Ser hijo como Cristo Hijo.
Cristo ilumina a los jóvenes con su propia
juventud (n. 31). Él es la verdadera juventud
de un mundo envejecido
8. La juventud de la Iglesia
Ser joven, más que una edad es un estado del
corazón. De ahí que una institución tan antigua
como la Iglesia pueda renovarse y volver a ser
joven en diversas etapas de su larguísima
historia.
Una Iglesia que se deja renovar
Pidamos al Señor que libere a la Iglesia de los
que quieren avejentarla,…, detenerla, volverla
inmóvil. También pidamos que la libere de otra
tentación: creer que es joven porque cede a
todo lo que el mundo le ofrece,…porque
esconde su mensaje y se mimetiza con los
demás. No. Es joven cuando es ella misma….
cuando es capaz de volver una y otra vez a su
fuente.
9. La juventud de la Iglesia
La Iglesia de Cristo siempre puede caer en la tentación de perder el
entusiasmo porque ya no escucha la llamada del Señor al riesgo de la
fe, a darlo todo sin medir los peligros, y vuelve a buscar falsas
seguridades mundanas. Son precisamente los jóvenes quienes pueden
ayudarla a mantenerse joven, a no caer en la corrupción, a no
quedarse, a no enorgullecerse, a no convertirse en secta, a ser más
pobre y testimonial, a estar cerca de los últimos y descartados, a
luchar por la justicia, a dejarse interpelar con humildad. Ellos pueden
aportarle a la Iglesia la belleza de la juventud cuando estimulan la
capacidad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa,
de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas.
Una Iglesia a la defensiva, que pierde la humildad, que deja de
escuchar, que no permite que la cuestionen, pierde la juventud y se
convierte en un museo
10. María, la muchacha de Nazaret
S i e m p r e l l a m a l a a t e n c i ó n l a f u e r z a d e l “ s í ” d e M a r í a
j o v e n . L a f u e r z a d e e s e “ h á g a s e ” q u e l e d i j o a l á n g e l .
F u e u n a c o s a d i s t i n t a a u n a a c e p t a c i ó n p a s i v a o
r e s i g n a d a . F u e a l g o d i s t i n t o a u n “ s í ” c o m o d i c i e n d o :
b u e n o , v a m o s a p r o b a r a v e r q u é p a s a . M a r í a n o
c o n o c í a e s a e x p r e s i ó n : v a m o s a v e r q u é p a s a . E r a
d e c i d i d a , s u p o d e q u é s e t r a t a b a y d i j o “ s í ” , s i n
v u e l t a s . F u e a l g o m á s , f u e a l g o d i s t i n t o . F u e e l “ s í ” d e
q u i e n q u i e r e c o m p r o m e t e r s e y e l q u e q u i e r e a r r i e s g a r,
d e q u i e n q u i e r e a p o s t a r l o t o d o , s i n m á s s e g u r i d a d q u e
l a c e r t e z a d e s a b e r q u e e r a p o r t a d o r a d e u n a p r o m e s a .
Y y o p r e g u n t o a c a d a u n o d e u s t e d e s . ¿ S e s i e n t e n
p o r t a d o r e s d e u n a p r o m e s a ? ¿ Q u é p r o m e s a t e n g o e n e l
c o r a z ó n p a r a l l e v a r a d e l a n t e ? M a r í a t e n d r í a , s i n
d u d a s , u n a m i s i ó n d i f í c i l , p e r o l a s d i f i c u l t a d e s n o e r a n
u n a r a z ó n p a r a d e c i r “ n o ” .
11. María, la muchacha de Nazaret
Aquella muchacha hoy es la Madre que vela por los hijos,
estos hijos que caminamos por la vida muchas veces
cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la
esperanza no se apague.
Eso es lo que queremos: que la luz de la esperanza no se
apague
12. Jóvenes santos
Muchos jóvenes santos han hecho brillar los
rasgos de la edad juvenil en toda su belleza
y en su época fueron verdaderos profetas
de cambio; su ejemplo muestra de qué son
capaces los jóvenes cuando se abren al
encuentro con Cristo
13. Jóvenes santos
«A través de la santidad de los jóvenes la
Iglesia puede renovar su ardor espiritual y
su vigor apostólico. El bálsamo de la
santidad generada por la vida buena de
tantos jóvenes puede curar las heridas de
la Iglesia y del mundo, devolviéndonos a
aquella plenitud del amor al que desde
siempre hemos sido llamados: los jóvenes
santos nos animan a volver a nuestro
amor primero (cf.Ap 2,4)».
14. San Francisco de Asís, siendo muy joven y lleno de sueños, escuchó el
llamado de Jesús a ser pobre como Él y a restaurar la Iglesia con su
testimonio.
Santa Juana de Arco nació en 1412. Era una joven campesina que, a
pesar de su corta edad, luchó para defender a Francia de los
invasores.
Santo Domingo Savio le ofrecía a María todos sus sufrimientos. Cuando
san Juan Bosco le enseñó que la santidad supone estar siempre
alegres, abrió su corazón a una alegría contagiosa. Murió en 1857 a los
catorce años, diciendo: “¡Qué maravilla estoy viendo!”.
Santa Teresa del Niño Jesús nació en 1873. A los 15 años, atravesando
muchas dificultades, logró ingresar a un convento carmelita.
El beato Pier Giorgio Frassati, que murió en 1925, «era un joven de una
alegría contagiosa, una alegría que superaba también tantas
dificultades de su vida».