3. • Profesionalización del oficio ubica al enseñante en un
contexto de formación continua, en donde se transforme
para atender las necesidades y lograr perspectivas a
largo plazo.
• El proceso de profesionalización del enseñante debe
llevar continuidad pese a las coyunturas y alternancias
políticas
• Es probable que la función del enseñante quede limitada
a ser ejecutor de acciones convenientes a pactos entre
políticos, empresarios, tecnología, planes y programas.
4. • El vocablo profesionalización, según Perrenoud, puede
interpretarse como la intención de convertir a la actividad de
enseñanza en un oficio
• Existe cierta complejidad al definir “profesión” y “oficio”. Las
profesiones son oficios, pero no todos los oficios son
profesiones.
• La profesión se rige por objetivos y ética, el profesional posee
las competencias para crear y ejecutar acciones que
solucionen y atiendan lo que se presenten en la práctica.
• Para lograr la profesionalización del enseñante es necesario
brindar mayor autonomía, de manera que pueda elegir el qué,
cómo y cuándo enseñar, de acuerdo a su criterio, experiencia
y conocimientos, es decir ejerciendo una práctica reflexiva.
5. • La práctica reflexiva se refiere al proceso constante de analizar,
partiendo desde una realidad, incluyendo logros, fracasos y obstáculos.
• Schön intenta definir la “práctica reflexiva”, utilizando un enfoque
comparativo y paralelo a la gestión, terapia y diseño. Resaltando que
los problemas que el profesional requieren que diseñe una solución en
base a la experiencia, conocimientos, reflexión, contexto, recursos, etc.
• La práctica reflexiva se requiere de una gran dosis de realismo,
objetividad y humildad, para poder mejorar su actuar, nunca de
perfeccionar.
• Al enseñante se le ha considera como investigador, artesano, entre
otros cuya función es formar conocimientos estereotipados
(transmitidos o construidos).
• En educación una práctica reflexiva es aún más compleja, pues
pretende erradicar la ignorancia difundiendo el conocimiento científico al
mismo tiempo que fomenta la reflexión de las acciones.
6. • Se pueden sembrar las bases como: establecer las prioridades y su
evaluación, analizar situaciones que se presentan de manera común y
problemática desde el inicio de la carrera, tener en cuenta la realidad de
los estudiantes y ayudarles a construir competencias que les resulten
útiles (observación, análisis, autocritica, comunicación,
autoconocimiento y establecer modelos).
• Es indispensable trabajar sobre el mismo enseñante como individuo,
sobre la forma como piensa, actúa, se comunica, se relaciona, sus
miedos y emociones.
• Meirieu (1996) define la práctica reflexiva como el “aprender a hacer lo
que no se sabe hacer haciéndolo”. Entendiendo que el alumno debe
asumir el papel de actor.
• Articulación de la teoría, la práctica, los conocimientos y los hábitos de
la persona en formación.
7. • Se requiere de formación continua por darse en un contexto cambiante y
vulnerable a los avances o modificaciones de cualquiera de sus factores
(ciencia, tecnología, costumbres, tradiciones, etc.).
• La formación continua se imparte a enseñantes que practican y tienen
experiencia.
• La formación continua trata de actualizar los conocimientos, didáctica,
tecnología y organización para propiciar situaciones de trasformación.
• Convertir la formación continua en un “laboratorio” de métodos para la práctica
reflexiva, es decir, el espacio donde se analicen las situaciones-problema y se
reorienten la temática, tecnología y didáctica para convertir la práctica reflexiva
en un procedimiento de formación presente de principio a fin del quehacer
docente.
• Formar un practicante reflexivo se refiere a que éste sea capaz de evolucionar y
adaptar sus conocimientos, competencias y practicas al mundo en que se
desempeña.
8. • Formar un practicante reflexivo se refiere a que éste sea
capaz de evolucionar y adaptar sus conocimientos,
competencias y practicas al mundo en que se
desempeña.