Los motivos representativos de la Edad Media incluyeron bordados de lana y seda que representaban escudos y caballerías. En el siglo XIV, se comenzaron a usar más colores en la seda. Durante la Edad Media, se utilizaron puntos de bordado como el pasado, el cruzado y la cadeneta. En el Renacimiento, los bordados tenían figuras representativas y usaban hilos de oro. En el siglo XVIII, los bordados adornaban prendas civiles como casacones y chalecos de seda