4. DELINCUENCIA JUVENIL
La delincuencia juvenil no es algo nuevo; es
un fenómeno que alcanza desde los rincones
más remotos hasta los suburbios de las
grandes ciudades.
Es un problema que no respeta capas
sociales o condiciones económicas; se
presenta en familias ricas y en las más
pobres. Es un fenómeno social que coloca en
riesgo la estabilidad de la sociedad, sus
normas de comportamiento y los cimientos de
la familia.
5. PANAMÁ
Esa situación coloca a países como Panamá en
un callejón sin salida, aceptando que la mala
distribución de la riqueza seguirá aumentando
y la erradicación del desempleo es sólo una
promesa de políticos habidos por el poder. Sin
alternativas reales, vociferar en contra del
aumento de penas es equivalente a no acudir al
médico hasta que la cura del cáncer sea
descubierta
6. Entre los factores familiares que pueden tener
una influencia negativa podemos incluir los
siguientes:
El nivel de supervisión parental.
La manera de disciplinar a los hijos por parte
de los padres.
Un conflicto o una separación parental.
Padres o hermanos criminales.
Un abuso o una negligencia parental.
La calidad de la relación padre-hijo.
7. CLASIFICACION
Según datos proporcionados por estos organismos, la principal clasificación
de los delitos denunciados son los siguientes:
1- Hurto: Se da cuando se comete un robo a la propiedad privada en
ausencia del propietario.
2- Robo a mano armada: Se está intensificando grandemente, ya que los
asaltantes se están dedicando a robar con armas de alto calibre.
3- Hurtos de accesorios de autos: El mismo consiste en el robo de objetos
o partes del auto para posteriormente venderlos.
8. En las sociedades menos desarrolladas , la incidencia de la
delincuencia juvenil es menor que en la comunidades más
avanzadas en el plano económico.
9. La familia representa el “núcleo de socialización” mas
importante para el niño,, para
lo cual se requiere que cumpla sus funciones de manera
integrada,, aportando
elementos saludables para la formación de la personalidad.
10. Los sueños o ambiciones frustradas y la falta de oportunidades
constituyen otra fuerte
incitación a ingresar al mundo delictivo, gestando un
adolescente con valores
distorsionados o ambiguos.