La Alternativa al Neoliberalismo se llama “Conciencia” Hay algo que debe preocuparnos enormemente. Lo que se está preparando en el planeta, es sencillamente un mundo para los ricos y los poderosos. Claro que siempre hubo y que siempre habrá ricos y pobres, pero debemos percatarnos que cada vez más, nuestra sociedad está orientada al disfrute y al beneficio de los ricos y de los poderosos, y en ese contexto, los pobres son los olvidados o rezagados de siempre. Los pobres sobran, los pobres son los rechazados, e incluso hasta podríamos decir que se aspira a que los pobres sean desechados, puesto que son indeseados y puesto que no son necesarios. Y entonces, como respuesta hay que tener conciencia, contra todo, y contra todos los que entiendan que en el lucro no hay que tener conciencia. Esto es en lo que debemos formarnos todos los días, en la reflexión, en el debate, en la profundización de las circunstancias. Al presente sistema, que perjudica y quita a toda la humanidad en beneficio de los que se aprovechan de los actuales engranajes sociales-institucionales, debemos responder con la negación, diciendo alto y claro: « ¡Basta, ya hemos tenido suficiente! » Y frente a lo que está pasando: ¿Qué es lo que la sociedad civil podría hacer, y con qué estrategia podría oponerse al presente “statu quo”? Obviamente, quienes estamos en el llano, quienes somos pueblo, no somos poder, y tampoco estamos en el gobierno. Tampoco manejamos multinacionales, ni dominamos las finanzas especulativas mundiales. Y lo único que tenemos para oponernos a esta vergonzante realidad, es la conciencia. Conciencia en relación a los hechos. Conciencia de nuestros propios derechos. Conciencia respecto de que todos somos seres humanos. Conciencia respecto de que todo lo que está en el mundo nos pertenece, como responsabilidad, como derecho a saber, como derecho a intervenir, como derecho a cambiar y a reformar. Esto es y debe ser la conciencia. Debemos aprender que la conciencia se gana y se pierde y se renueva todos los días. La conciencia se refuerza y se profundiza en el trabajo, en la acción, en el debate, en el intercambio de ideas, en la reflexión participativa. Necesitamos comprender y entender el mundo en el que estamos viviendo, y también necesitamos comprender y entender cómo podemos intervenir en la sociedad para cambiar a mejor el presente estado de cosas. Necesitamos comprender y entender cómo podemos reconocer en el otro a la persona amiga, al compañero, al socio necesario. Y todo esto es lo que bien podríamos llamar el sano “Encuentro de las conciencias”. José Saramago, Cáceres (Comunidad Autónoma de Extremadura, España), 23 febrero 1999