2. Nuestra piel libera células muertas todos los días y
puede comenzar a sentirse seca, especialmente durante
el invierno. Los productos comerciales para el baño
pueden ser costosos y algunos
contienen ingredientes que irritan la piel. Puedes
exfoliar la piel y al mismo tiempo humectarla y quedara
un resplandor saludable. Puedes preparar tu propio
exfoliante de azúcar en la cocina de tu casa por un
precio muy bajo. Además, puedes personalizar la
mezcla y el aroma.
3. La piel por naturaleza es grasosa. Una de las primeras
defensas de nuestro organismo contra las enfermedades
es la producción de diversas sustancias en la piel para
protegerse de los gérmenes dañinos. De modo que todos
tenemos cubierto todo el cuerpo con una delgada capa de
aceite y grasa.
4. Cuando el polvo se mezcla con
el aceite natural de la piel, no lo
podemos lavar con agua, por lo
que necesitamos jabón. El jabón
actúa en la siguiente forma: un
extremo de la molécula de jabón
se une con una molécula de
grasa, y el otro extremo se une
con una con una molécula de
agua. Así se desintegra la grasa
en pequeñísimas partículas que
son arrastradas por las
moléculas de agua.