Este documento describe las prácticas económicas mercantilistas adoptadas por los estados modernos entre los siglos XV y XVIII. Los gobernantes absolutos recurrieron al mercantilismo para aumentar sus recursos financieros y garantizar su poder. Esto implicó formar alianzas con la burguesía y adoptar políticas como el monopolio, el proteccionismo y los pactos coloniales para fomentar el comercio exterior y aumentar la circulación de riquezas.