1. FELIPE Y EL ETÍOPE
Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: «Levántate y ve hacia el sur por el
camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto». Entonces él se
levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace, reina
de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros y había venido a Jerusalén
para adorar, volvía sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Hechos 8: 26 al 28
3. Felipe y el etíope
Un ángel del Señor le dijo a Felipe: “Ponte
en marcha hacia el sur, por el camino del
desierto que baja de Jerusalén a Gaza.”
Felipe emprendió el viaje, y resulta que se
encontró con un etíope eunuco, alto
funcionario encargado de todo el tesoro de
la candace, reina de los etíopes.
4. Felipe y el etíope
Éste había ido a Jerusalén para adorar y, en
el viaje de regreso a su país, iba sentado en
su carro, leyendo el libro del profeta Isaías.
El Espíritu le dijo a Felipe: “Acércate y
júntate a ese carro.”
5. Felipe y el etíope
Felipe se acercó de prisa al carro y, al oír
que el hombre leía al profeta Isaías, le
preguntó: --¿Acaso entiende usted lo que
está leyendo?
--¿Y cómo voy a entenderlo --contestó-- si
nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe
a subir y sentarse con él.
6. Felipe y el etíope
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo
era el siguiente: "Como oveja fue llevado al
matadero; y como cordero que permanece
mudo ante su trasquilador, no abrió la
boca. Lo humillaron y no le hicieron justicia.
¿Quién describirá su descendencia? Porque
su vida fue arrancada de la tierra."
7. Felipe y el etíope
--Dígame usted, por favor, ¿de quién habla
aquí el profeta, de sí mismo o de algún
otro? --le preguntó el eunuco a Felipe.
Entonces Felipe, comenzando con ese
mismo pasaje de la Escritura, le anunció las
buenas nuevas acerca de Jesús.
8. Felipe y el etíope
Mientras iban por el camino, llegaron a un
lugar donde había agua, y dijo el eunuco: --
Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide
que yo sea bautizado?
Entonces mandó parar el carro, y ambos
bajaron al agua, y Felipe lo bautizó.
9. Felipe y el etíope
Cuando subieron del agua, el Espíritu del
Señor se llevó de repente a Felipe. El
eunuco no volvió a verlo, pero siguió alegre
su camino.
En cuanto a Felipe, apareció en Azoto, y se
fue predicando el evangelio en todos los
pueblos hasta que llegó a Cesarea.
10. Conclusiones
Fue este eunuco y no el centurión Cornelio el
que llegó a ser el primer convertido no judío al
cristianismo.
Felipe era la clase de evangelista que estaba
dispuesto a dejar la reunión pública con sus
emociones, para ayudar a un alma a hallar la
paz en un lugar donde sólo Dios podía ver.
11. Conclusiones
El Espíritu Santo es el Señor de la mies y a
través de Él tenemos poder para testificar.
Cuando el Espíritu junta a un siervo preparado
y dispuesto con un pecador contrito, habrá
cosecha.
«La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de
Dios». El testimonio personal que finalmente
lleva fruto es el que planta la semilla de la
Palabra y exalta a Jesucristo.
12. Conclusiones
Dios escogió a un etíope eunuco para
demostrar que el evangelio no hace acepción
de personas, y que aunque el hombre estuviera
excluido del culto judío él podía salvarlo por la
predicación del evangelio.
Este episodio deja ver claramente que el
propósito del Espíritu Santo es ir a todas las
etnias de la tierra.