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Problema 8
1. Problema Punto 10
El equipo de sonido
Roberto trabaja desde hace ya varios meses para comprarse un equipo de sonido nuevo. Todos
los días piensa “ya lo voy a poder comprar”. En su mente piensa en el momento en el que
llegará a la tienda y dirá “quiero este.”
Cuando por fin ahorra todo el dinero llega a la tienda y empieza a ver los diferentes equipos.
La persona que lo atiende (quien es dueño de la tienda) le muestra todos y le dice las
características de cada uno. Roberto pregunta que cuál es mejor para tenerlo en su cuarto. El
vendedor le dice que entonces no necesita algo muy vistoso. Que uno pequeño le servirá. Al
final tiene dos opciones, uno Panasonic y un Sony. Roberto piensa todo el tiempo que quiere
el Panasonic, pero el Sony le parece más elegante. El piensa que el Panasonic es el mejor,
pero al final le dice al vendedor que comprará el Sony. La forma en que se dio la compra fue
así:
Roberto: Estoy buscando un equipo de sonido.
Vendedor: ¿De qué tipo?
Roberto: Uno que truene, pero no muy fuerte, porque es solo para mi cuarto. Además lo
quiero conectar al Ipod.
Vendedor: Bueno entonces tengo esto pequeños, uno Panasonic y uno Sony. Suenan muy
bien, pero para su cuarto no necesita algo grande.
Roberto: Estos me llegan. ¿Cuál es mejor?
Vendedor: Pues la verdad los dos.
Roberto: Pero no me estás hablando cuentos, ¿o sí, mano?
Vendedor: No, ya va…
Roberto: Bueno, empacame este entonces.
Vendedor: Espéreme un rato, estoy con usted en un ratito.
10 minutos después…
Vendedor: Disculpe, me llamaron por teléfono y tenía que atender. ¿Qué me decía?
Roberto: Ya te dije…empacame este.
Vendedor: Ahh perdón, no lo oí. Bueno entonces se lo empaco y se lo llevo a la caja.
Esta conversación la oyó Ana Luisa, quien salió un rato a pasear, después de estudiar su
derecho de obligaciones. Al oír esto, ella se puso a pensar, si lo oído se trataba de una
declaración de voluntad. Se puso a pensar que las palabras de Roberto eran un poco comunes
para poder hablar de una verdadera declaración de voluntad y que además la declaración
tuviera efectos jurídicos. Además se da cuenta que el vendedor solamente le puso atención al
final después de hablar por teléfono y que cuando le dijo la primera vez que compraba el
equipo el otro no lo oyó, pero que desde allí se lo debió haber dado.