2. “La lengua escrita no es, como usualmente se cree, una
codificación gráfica del sistema de codificaciones
sonoros de la lengua oral, no es una mala copia de ella
ni es un sistema de transcripción en el que las letras
marcan uno a uno los sonidos consonantes y vocales de
la lengua oral” (Quinteros, G, 2004).
3. La manera como se enseña a leer y a escribir debe
promover la crítica, la equidad y la acción social.
Partiendo de esto podríamos decir que “los materiales y
las practicas interactivas de la educación en lectura y la
escritura son espacios claves donde los discursos
culturales, las ideologías políticas y los intereses
económicos se trasmiten, trasforman y pueden ser
desafiados” (Luke y Freebody, 1997)
4. Finalmente es importante destacar que muchas veces
pensamos que el aprendizaje requiere de
prerrequisitos o que para leer o escribir primero hay
que aprender a decodificar; que para aprender a
enseñar a leer y escribir primero hay que conocer la
teoría. Sin embargo estas prácticas y específicamente
esta secuencia nos permiten ver que “el aprendizaje
puede darse como dialogo. Un dialogo en que se
aprende a enseñar al tiempo que se enseña; en el que el
aprendizaje no se define de manera unidireccional y de
esta forma se impulsa la reflexión crítica y la práctica
educativa democrática” (Zoraida Calderón)