La Declaración de Alma Ata establece que la atención primaria de salud es la clave para lograr salud universal. Reconoce el derecho de los pueblos a la salud y la obligación de los gobiernos de protegerla a través de medidas sanitarias y sociales. Promueve la participación comunitaria en la planificación e implementación de sistemas de salud basados en la atención primaria.