El niño iba a la playa para tirar piedras con su honda, apuntando a aves, botellas y objetos en la playa. Un día aparecieron dos treiles, también llamados queltehues, y el niño comenzó a arrojarles piedras sin darse cuenta que los enojaría. Las aves se lanzaron en picada contra el niño y lo asustaron, por lo que tuvo que dejar de ir a la playa por varias semanas. La enseñanza es no molestar a los animales.