Los druidas utilizaban las hojas de acebo para curar fiebres y reumatismo, y decoraban sus cabañas con sus ramas para permitir que habitaran los espíritus silvestres durante el invierno. Los romanos enviaban ramas de acebo junto con regalos durante las saturnalias, originando su uso como decoración navideña, y en el lenguaje de las plantas el acebo significa "prudencia".