Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Tema 12 la transición
1. EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y
LA CONSTITUCIÓN DE 1978. Los Gobiernos
democráticos ( 1982-200)
2. I.- LA TRANSICIÓN POLÍTICA.
II.- HACIA EL CAMBIO POLÍTICO (1974-1977).
II.1.- Las fuerzas políticas.
II.2- Los inicios de la monarquía de Juan Carlos I (1975-
1978).
II.3- El primer Gobierno de Suárez y la Ley para la
Reforma Política (1976-1977)
II.4- Los Pactos de la Moncloa.
II.5- La Constitución de 1978.
III. – Del gobierno de la UCD al golpe de estado del 23-
F.
IV- Los gobiernos democráticos.
3. I.- LA TRANSICIÓN POLÍTICA
De modo genérico puede afirmarse que transición política es
pasar de una dictadura a un régimen democrático. En el caso
español fue la evolución pacífica desde un régimen
totalitario de carácter conservador a una Monarquía
parlamentaria. Desde el punto de vista legal al tránsito desde
las Leyes Fundamentales del franquismo a una Constitución
democrática.
El 20 de noviembre de 1975 muere Franco, y según las Leyes
Fundamentales, debía ser sucedido por el Príncipe de España,
don Juan Carlos de Borbón, que antes debía jurar los Principios
Fundamentales del Movimiento Nacional, dos días más tarde.
Su discurso fue prudente pero dejaba intuir algunos
cambios: sin referencias a la guerra civil, ni al Movimiento, y sí a
la reconciliación, la libertad y al reconocimiento de las
peculiaridades regionales (“el rey quiere serlo de todos a un
tiempo”).
4. La nueva situación política estaba abierta y era la
época de las transiciones de la Europa mediterránea
(Grecia, Portugal y España). Encontrammos dos
sectores dentro del régimen:
A) inmovilistas “EL BUNKER” , que procedían del
franquismo (viejos falangistas, ejército, sindicalismo
vertical...) y “después de Franco, las instituciones”.
B) los aperturistas, que pensaban en abrir un poco el
régimen, crear asociaciones políticas, aunque no
fueran partidos y establecer un “contraste de
pareceres” dentro siempre del Movimiento Nacional.
Hablamos de Fraga y Silva Muñoz.
5. Fuera del régimen estaba la oposición, cada vez más
crecida.
Existían dos tipos de oposición:
A) oposición moderada (por ejemplo los monárquicos
de don Juan de Borbón, los demócrata-cristianos y
liberales) que preferían el final del régimen por
procedimientos no rupturistas
B) oposición Radical: representada por la izquierda
tradicional: el PCE y el PSOE, los sindicatos clandestinos,
UGT, CCOO, USO, CNT, que hablaban de ruptura.
Dentro de este grupo aparecen dos tendencias:
6. 1) la Junta Democrática (1974).
Alrededor del PCE, símbolo de la lucha antifranquista, y
con CCOO, mónarquicos, carlistas ( Poco después se
desvinculan) , PSP, Alianza socialista de Andalucía de
Rojas-Marcos.
2) Plataforma de Convergencia Democrática.
Alrededor del PSOE, con la UGT, el PNV, Izquierda
Democrática, Unión Socialdemócrata...
Ambas organizaciones se unieron en la Coordinación
Democrática, popularmente conocida como Platajunta.
7. El 22 de noviembre el rey “confirmó” al presidente de
gobierno Carlos Arias Navarro .
El entendimiento con el rey nunca fue bueno.
En este heterogéneo primer gabinete de la monarquía
había militares, viejos franquistas y algunos
reformistas como Garrigues, Fraga o Areilza, los únicos
cambios fueron de discurso (“participación” por
“adhesión” al régimen).
No hubo intento de legalizar los partidos
políticos, sino algunas leyes sobre el derecho de
asociación y reunión que pudieron facilitar la
organización de éstos, así como un tímido indulto
para algunos presos políticos.
8. En abril de 1976 la situación empezó a hacerse difícil: La
huelga de Vitoria en la que mueren 5 obreros a manos
de la policía, o los sucesos de Montejurra, en la que dos
grupos de carlistas (liberales y reaccionarios) se enfrentan
con el resultado de dos muertos.
El búnker rechazó en las Cortes un tímido proyecto de Ley
de Asociaciones. No se avanzaba en la liberalización
política.
El rey, en un viaje a los Estados Unidos y en unas
declaraciones a Newsweek había declarado su propósito
de establecer en España un régimen democrático y había
hablado veladamente de los problemas con Arias
Navarro.
Este tardó en asimilar la nueva situación y presionado por
diversos sectores presentó su dimisión el 1 de julio de
1976. Además, Juan Carlos comunicaba a Pablo VI su
renuncia al privilegio de presentación de obispos.
9. causas y circunstancias que la
hicieron posible:
a) El desarrollo económico y social de la década de
los sesenta había transformado profundamente la
sociedad española.
España había pasado a ser la décima potencia
industrial del mundo y uno de los países preferidos
por el turismo internacional.
Al mismo tiempo se erradicó prácticamente el
analfabetismo, la gran lacra histórica y social de
nuestro país, y se incrementaron las enseñanzas
medias y universitarias.
10. b) La dictadura era un marco estrecho y rígido, incapaz
de evolucionar y de dar cabida a las fuerzas expansivas,
económicas, sociales y políticas, que se habían generado en su
seno.
c) Las fuerzas internas reprimidas, económicas y sociales,
ejercieron su protesta de manera pacífica, y en algunos
casos mediante actos terroristas.
d) Estas situaciones provocaron la reacción del
<<búnker>>, fuerza inmovilistas partidarias de la represión
a ultranza, dominaran una parte del panorama político hasta
después incluso de la muerte de Franco.
e) La oposición a la dictadura se encontraba muy
dividida, por lo que se imponía como solución una salida
pactada de la situación. De ahí que triunfara la fórmula de
<<reforma>>, mantenida por las derechas y centro, frente a la
de <<ruptura democrática>>, mantenida por la oposición
más radical de la izquierda.
11. La transición acabó formalmente cuando se
aprobó y promulgó la Constitución de 1978.
Durante el mandato constitucional de Adolfo Suárez el
nuevo régimen inició su andadura, todavía vacilante y
no exenta de titubeos y peligros, como se puso de
manifiesto en el intento de golpe de estado del 23 de
febrero de 1981.
Agotado el período de Suárez, y agotada también la
UCD, la llegada al poder de los socialistas en 1982,
acreditaba la madurez del sistema.
12. El largo período de gobierno de Felipe González
representó la continuación de la modernización del
país y su inserción en la Comunidad Económica
Europea, pero también una larga secuela de escándalos
y corrupción que le llevó a la derrota electoral de 1996
y al triunfo del PP con Aznar a la cabeza.
13. II. - HACIA EL CAMBIO POLÍTICO
(1974-1977).
II.1.- Las fuerzas políticas.
Desde que se inició el proceso de la transición española hacia la
democracia se produjo un enconado debate sobre cuál debería
ser la fórmula para llegar a ella.
Dejando a un lado la posición del franquismo más recalcitrante –
el búnker– que no aceptaba cambio alguno para España.
Entre éstos destacaban por su influencia José Antonio Girón de
Velasco, presidente de la Confederación Nacional de Ex
Combatientes, fundada en 1974;
Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva; y Raimundo Fernández
Cuesta, que representaba al falangismo histórico, y cuyo poder
se asentaba en el aplastante dominio en las Cortes y en los
medios de comunicación del Movimiento.
15. Pero la gran mayoría de la sociedad española estaba
convencida de que a la muerte del dictador se tendrían
que producir importantes transformaciones.
Para unos ese cambio debería ser producto de una
reforma de las instituciones y leyes franquistas,
para otros la única posibilidad de realizar la
verdadera transformación tenía que ser la vía
revolucionaria o la ruptura.
16. La idea de una “reforma” era defendida por quienes vinieron
a llamarse los “aperturistas”.
Eran casi todos políticos jóvenes que no habían vivido
la guerra y que en su mayoría habían entrado en el
Movimiento porque sólo en él se podía hacer carrera
política.
Muchos eran monárquicos, otros estaban en política
simplemente como técnicos de la administración.
Personajes como Pío Cabanillas, Gabriel Cisneros,
Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa, Alfonso Osorio o
Marcelino Oreja sonaban ya como el relevo de la vieja
generación, y habían defendido sucesivos proyectos de
estatuto de asociación política.
También entre los políticos más veteranos había
hombres, como Manuel Fraga o José María de Areilza
convencidos de la necesidad de cambio político. De ellos
saldría el núcleo de los sucesivos gobiernos de la transición.
17. Pio Cabanillas
Gabriel Cisneros
Rodolfo Martín Villa
Manuel Fraga
Alfonso Osorio
Marcelino Oreja
José María de Areílza
18. Dentro de éste “aperturismo” había numerosos
matices y, en general, predominaba la idea de
realizar algunos cambios que darían una imagen
más democrática y europea al régimen, sin
cambiar sus esencias.
19. Por el contrario las fuerzas democráticas defendían
que la única manera de llegar a la democracia era
mediante la “ruptura”.
Ello suponía la formación de un Gobierno
Provisional que garantizara las libertades básicas y la
apertura de un proceso constituyente que
abordaría la transformación política plena en integral
de España.
20. La oposición política aparecía, al morir Franco, muy
dividida.
A) grupos de la derecha democrática, muy
reducidos, encabezados por personalidades históricas
como los democratacristianos Ruiz Giménez y Gil
Robles o los juanistas, con Calvo Serer al frente.
Su casi nula influencia en la calle contrastaba, sin
embargo, con la importancia que sus declaraciones
públicas tenían, en un momento en que los partidos
de oposición eran clandestinos.
21. B) las fuerzas nacionalistas catalanas y vascas.
En Cataluña, desde 1971 existía la Assemblea de Catalunya,
organismo unitario de partidos, sindicatos, asociaciones vecinales y todo
tipo de grupos de oposición.
En enero de 1975 se organizó el Consell de Forces Politiques de
Catalunya, que pedía el restablecimiento de la autonomía de
Cataluña, y que lanzó el eslogan que asumirían todas las fuerzas de
oposición en los años siguientes: Libertat, amnistía i estatut
d´autonomía.
Dentro del Consell, la derecha nacionalista tenía desde 1974 su
propio partido: Convergencia Democrática de Catalunya, dirigida
por Jordi Pujol.
Frente a la unidad de la oposición catalana, contrastaba la división en
el País Vasco, donde el enfrentamiento separaba a los grupos
nacionalistas de las fuerzas españolistas.
Entre los primeros, la creciente actividad de ETA y la durísima
respuesta policial hicieron crecer el prestigio de la organización
terrorista, cuyas acciones eran apoyadas por una parte muy
importante de la población.
El mismo PNV, que rechazaba la violencia, no condenaba los
atentados.
Los partidos estatales apenas tenían implantación en Euskadi.
22. C) la izquierda,
Enrique Tierno Galván, tras ser expulsado de su cátedra en 1965,
había fundado el partido Socialista del Interior, que más tarde
cambiaría su nombre por Partido Socialista Popular (PSP), y
que tenía su principal apoyo entre estudiantes e intelectuales.
El PSOE había permanecido dividido hasta 1974, entre quienes
dirigían el partido en el exterior, encabezados por el secretario
general Rodolfo Llopis, y los jóvenes dirigentes del interior.
Entre los llamados renovadores había clara conciencia de que la
inactividad del partido significaba un suicidio ante la posibilidad
de un cambio hacia la democracia.
En enero de 1974 la Internacional Socialista decidió apoyar a los
renovadores, que en el Congreso de Suresnes (Francia), en
octubre de 1974, acabaron imponiendo sus tesis. Tras negarse el
líder de UGT, Nicolás Redondo, fue elegido Secretario General
Felipe González y sólo en Asturias o País Vasco, la fuerza de UGT,
su sindicato, era significativa.
23. El PCE se había beneficiado de su activismo político en la
lucha contra el régimen.
Dirigido por Santiago Carrillo desde su exilio de París, su
capacidad de movilización le convertiría en el partido clave
en los primeros meses de la transición.
En julio de 1974 había creado, en el marco de su política (el
Pacto por la libertad) la Junta Democrática, que quería
ser una plataforma unitaria de la oposición. En ella se
integraron partidos (entre ellos el PSP de Tierno Galván),
asociaciones vecinales y profesionales y sindicatos, con
CCOO al frente.
Había también independientes, como el abogado García
Trevijano y Rafael Calvo Serer, antiguo falangista y ahora
opositor monárquico al régimen.
En enero de 1975, había más de 500 juntas en todo el país.
24. La Junta, cuyo primer manifiesto dejaba claro su
espíritu de ruptura democrática como fórmula para
el cambio, chocó con la negativa del PSOE a integrarse
en un organismo que tenía el evidente protagonismo
del PCE.
En julio de 1975 se fundaba la Plataforma de
Convergencia Democrática, en torno al PSOE, en la
cual sólo se admitían grupos y no personalidades
aisladas (una de las críticas que se habían hecho a la
Junta); en ella se integraban la Izquierda
Democrática de Ruiz Giménez; el grupo
socialdemócrata de Dionisio Ridruejo, la UGT y el
PNV, así como la facción del carlismo que apoyaba
a Carlos Hugo de Borbón.
25. D) A la izquierda del PCE se situaban una serie de partidos
comunistas radicales, como el PTE, el MC, la ORT o la
LCR, varios de ellos integrados en la Junta o en la
Plataforma. Su implicación era escasa, aunque
conjuntamente tuvieron alguna presencia entre los
universitarios en la etapa de la transición.
E) En el mundo obrero, la fuerza determinante era la de
CCOO su táctica del entrismo, es decir, la infiltración
progresiva en las estructuras del sindicato vertical, le había
permitido ir conquistando éxitos en los conflictos
colectivos, (el nombre que el franquismo daba a las
huelgas).
También la UGT comenzaba a recuperar parte de su
pérdida de influencia. Otros sindicatos, como la Unión
Sindical Obrera (USO) o la CNT, tenían una fuerza
menor.
26. Ambas posturas – reformista y de ruptura- resultaban difíciles de
armonizar.
Si el tímido reformismo contaba con el apoyo, o al menos el silencio, de
los llamados “poderes fácticos”(Poder fáctico es el que se ejerce al
margen de los cauces formales (es decir, que no coincide
necesariamente con el aparato del Estado) y se sirve de
su autoridad informal o su capacidad de presión para influir
políticamente. El poder fáctico ni está legitimado ni siempre busca la
legitimación para ejercerse, pero ejerce de facto (de hecho) el poder
aunque no lo haga de iure (legalmente) ya que su mera existencia le
hace ser determinante.. )
Por su parte, la propuesta de ruptura era de hecho irrealizable dado el
posicionamiento del ejército, fuerzas de orden público, aparatos
burocráticos del franquismo, etc., y la propia actitud de la mayoría de la
sociedad española que deseaba reformas, pero que en su inmensa
mayoría se negaba a aventuras cercanas a modelos revolucionarios.
Finalmente se logrará combinar los tres elementos – una presión
social, un entendimiento entre los reformistas de la oposición y
los reformistas del propio sistema – que aseguraran la
estabilidad del proceso de cambio, y hacer posible una transición
modélica.
27. II.2.- Los inicios de la Monarquía
de Juan Carlos I (1975-1978)
El 22 de noviembre, Juan Carlos I juraba ante las
Cortes como nuevo Rey.
Su discurso decepcionó a quienes ansiaban un
mensaje aperturista, y contrastó con el del cardenal
Tarancón, que el día 27, en la homilía de la misa de
coronación, lanzó un mensaje contundente, alineado de
forma clara con el cambio político.
Aunque como mencionamos al principio del tema, el
discurso de Juan Carlos dejaba intuir algunos
cambios: no se hacen referencias a la guerra civil, ni al
Movimiento (Algo típico en los discursos de Franco), y sí a
la reconciliación, la libertad y al reconocimiento de las
peculiaridades regionales.
28. Nacido en Roma en 1938, Juan Carlos había sido traído a
España con diez años, por acuerdo entre Franco y Don
Juan, para que pudiera tener una educación española.
Cursó estudios militares en las tres academias y en diversas
áreas humanísticas y jurídicas, y fue rodeado de profesores y
asesores monárquicos, más o menos próximos a Don Juan.
No obstante, el peso de la figura de Franco sobre su
formación política hizo recelar incluso a su propio
padre del talante futuro del Príncipe, en el caso de que
llegara a reinar.
Su continua presencia en las manifestaciones de la Plaza de
Oriente de los últimos años del franquismo, hizo pensar a
muchos españoles, que el futuro Rey seria un continuador
del franquismo.
29. Sin embargo, en noviembre de 1975 el entorno del
monarca tenía ya un diseño aproximado de lo que
debía ser el proceso de cambio político.
Consistía en realizarlo desde dentro de la propia
legalidad de las leyes fundamentales que había
jurado cumplir.
Para ello coloca en puestos clave a personas que
podían colaborar en el proceso.
Papel decisivo jugaría el nuevo presidente de las
Cortes y del Consejo del Reino, Torcuato
Fernández Miranda, su antiguo profesor y al que
impuso pese a la renuncia del Consejo del Reino.
30.
31. El Rey, que constitucionalmente tenía casi todos los
poderes en sus manos, el 12 de Diciembre de 1975, optó
por mantener a Arias Navarro como Jefe de Gobierno, para
tranquilizar al sector más inmovilista.
Pero le impuso una composición del Gobierno en la
que, junto a pesos pesados con cierto talante liberal,
como Fraga o Areilza, entraban una ministros más
jóvenes que pronto se manifestarían partidarios del
cambio político.
Areilza en Asuntos Exteriores, Garrigues en Justicia, y
Fraga en Gobernación, "reformistas"; y Solís, Díaz de
Mendivil y Pita da Veiga, "continuistas".
Con ellos y a pesar del empeño de Arias en mantener su
fidelidad al pasado, ciertos mecanismos
democratizadores se ponen en marcha.
32. Este Gobierno se caracterizó por las contradicciones
entre el Jefe del Gobierno y buena parte de sus
ministros reformistas, entre ellos Fraga, Areilza,
Osorio, Martín Villa o Suárez
El objetivo más destacable de los cambios que se
proponían en la Leyes Fundamentales era la
configuración de un Parlamento bicameral en el que
la Cámara Baja sería elegida por sufragio
universal, mientras que la Alta se nutriría de
representaciones orgánicas, pero en realidad sobre
el Senado recaían mayores atribuciones.
33. La reforma de la legislación ordinaria llegó a mejor
puerto.
Fraga consiguió que las Cortes aprobaran la Ley
sobre el Derecho de Asociación Política defendida
por Adolfo Suárez, Ministro Secretario General del
Movimiento, que admitía el derecho de asociación,
cuyo control pasaba al Ministerio de la
Gobernación, pero requería la modificación del
Código Penal para que su práctica no estuviera
prohibida penalmente.
Fue rechazado en un primer momento por las Cortes,
pero después lo aprobaron de forma restrictiva el 15
de julio.
34. No obstante, el primer Gobierno de la Monarquía fue
incapaz de ilusionar a amplios sectores sociales.
El 25 de Enero de 1976 tienen lugar las primeras
elecciones municipales con carácter democrático,
celebradas tras la Guerra Civil, y días después, dirigentes
ilegales de CC.OO, dan a conocer el "Manifiesto de los
Cien" en el que recalcan la conciencia política del
movimiento obrero.
No obstante, continúan los procesos por asociación
ilícita y se censuran conciertos y espectáculos. En la
calle, las fuerzas de orden público, siguen actuando
en la misma forma que lo habían hecho hasta
entonces.
35. Dos gravísimos hechos marcan estos primeros meses de
vida de la Monarquía de Juan Carlos I:
1. La huelga general que paraliza Vitoria.
2. Los sucesos de Montejurra, donde se enfrentan las dos ramas
escindidas del carlismo.
También en este año, entra en vigor una nueva ley que regula
el derecho de reunión y se aprueba la existencia legal de
partidos políticos.
Una muestra más del tránsito a la democracia, es el viaje de sus
Majestades los Reyes a Estados Unidos, fiel indicador de la
voluntad real de abrir el país al mundo libre.
Esta voluntad del Rey se evidencia el día 1 de Julio, cuando
Arias Navarro es apartado de su cargo.
Juan Carlos I decide así, cortar el último y débil hilo que le unía al
franquismo. Comienza así una nueva etapa de la historia de
España. Arias cayó porque fue más fiel al testamento de Franco
que a los planes del joven Rey.
El 3 de Julio Adolfo Suárez, Secretario General del Movimiento,
es elegido para formar gobierno.
36.
37. II.3.- El Primer Gobierno de Suárez y la Ley
para la Reforma Política (1976-1977)
El 3 de julio de 1976, a través de la negociación de Torcuato
Fernández Miranda como presidente del Consejo del Reino,
fue nombrado presidente del gobierno Adolfo Suárez,
oscuro burócrata falangista, pero joven y con dominio de
los medios de comunicación.
España quedó sorprendida. Suárez tuvo muchas dificultades
por la negativa a integrarse en su gobierno de los políticos
importantes, por lo que su gabinete quedó formado por
políticos jóvenes (especialmente del grupo Tácito*). * Grupo
de reflexión política formado en 1973 por intelectuales de
tendencia democristiana, algunos pertenecientes al régimen.
Su órgano de expresión fue el diario católico Ya
38. Con cautela, se proponía la creación de un nuevo
régimen político “de ley a ley”, de las leyes de Franco a
las democráticas.
Utilizó el decreto-ley para las reformas: amnistía
para presos políticos sin delitos de sangre,
suprimir el Tribunal de Orden Público (TOP,
encargado de la represión política), disolver el
Movimiento Nacional...
Se enfrentó a los militares cuando legalizó los
sindicatos y el general De Santiago dimitió, siendo
sustituido por GutierrezMellado.
39.
40. El nombramiento de Adolfo Suárez fue recibido con
desaliento por la prensa y la oposición.
Pese a su trayectoria de brillante gestor en diferentes
cargos, nadie creía que un hombre formado en el
Movimiento, a pesar de manifestar públicamente su
decidida apuesta por la reforma política y la
instauración de un régimen democrático y de
libertades, pudiera sacar adelante la reforma.
Los inmovilistas veían en él a un hombre de poco
prestigio. Suárez se encontró además, con la
negativa de Areilza y Fraga a colaborar, y
confeccionó un gabinete de políticos jóvenes, entre los
que estaban Rodolfo Martín Villa, Landelino
Lavilla, Marcelino Oreja, Fernando Abril
Martorell y Leopoldo Calvo Sotelo.
41. El Gobierno era consciente de que ya no se podía
dilatar más el proceso de cambios.
Y desde el principio comenzó a lanzar mensajes y
a actuar de forma inequívoca.
La semana del 5-12 de julio estuvo presidida por las
multitudinarias manifestaciones pro-amnistía que
la “Platajunta” convocó en todo el país, y que
fueron respondidas con una actuación
anormalmente tibia de la policía.
42.
43. El 14 de julio las Cortes aprobaban la reforma del Código
Penal que permitiría la legalización de los partidos, salvo
aquellos que “sometidos a una disciplina internacional se
propongan implantar un sistema totalitario”, redacción que
buscaba la exclusión del PCE.
El 16 de julio, la declaración programática del Gobierno
hablaba de soberanía popular, de régimen democrático y
de respeto por las libertades.
El 31 de julio se aprobó una amnistía que permitió la
liberación de muchos presos políticos, pero que excluía
expresamente los condenados por delitos de
terrorismo, lo que dejaba en las prisiones a la mayoría
de los presos vascos. Esta circunstancia provocó una oleada
de protestas en las calles de las ciudades de Euskadi.
44. Durante el mes de agosto Suárez mantuvo contactos con todos
los líderes de la oposición, incluso por vía indirecta con
Santiago Carrillo.
Por entonces, los comunistas eran ya los únicos que eran objeto
de persecución policial directa, y su legalización la gran incógnita.
Este se concretó el 10 de septiembre, cuando Suárez se dirigió
al país para presentar su propuesta más ambiciosa, el
proyecto de Ley para la Reforma Política, auténtica pieza clave
de la transición legal hacia la democracia política.
Redactado inicialmente por Fernández Miranda, que había
sido nombrado por el Rey presidente de las Cortes,
significaba el cambio hacia un sistema parlamentario y
constituyente nuevo, a partir de las instituciones
franquistas.
Por eso requería que fueran las mismas Cortes vigentes las
que aprobaran la ley, pero también necesitaba el respaldo de
la oposición. Se había introducido en las Cortes un
Procedimiento de Urgencia para la tramitación de leyes y evitar la
resistencia al cambio.
45. La Ley para la Reforma Política establecía:
El sufragio universal
Unas Cortes de dos Cámaras, Congreso y Senado.
El Rey podía someterla a referéndum del pueblo.
La iniciativa de la reforma de leyes la tendría el gobierno y el
Congreso de los diputados.
El rey siempre tendría la posibilidad de promover referendos.
Sería una Ley Fundamental.
Era la clave para las bases de un sistema democrático, pero tenía
que ser aprobada por las Cortes Franquistas.
Con una gran habilidad política (por ejemplo, el voto nominal)
Suárez consiguió que fuera aprobado por 435 votos, 59
negativos y 13 abstenciones.
Esta votación supuso el fin de las cortes franquistas, por lo
que se le conoce popularmente como el “Harakiri”.
46. Por su parte la oposición prefería una ruptura y no terminaba de
convencerse ni siquiera del rey (“Juan Carlos, el Breve” denunció
Santiago Carrillo, líder del PCE, en el exilio), ni mucho menos con
Suárez.
Esta oposición había unido sus fuerzas en la Coordinación Democrática
o Platajunta.
Su propuesta política era una ruptura: gobierno provisional de
concentración, amnistía, legalización de partidos, cortes
constituyentes.
Suárez se fue entrevistando con los líderes políticos de la
oposición (Tierno Galván, del PSP, Felipe González, del PSOE y
Santiago Carrillo, del PCE, de manera clandestina), y poco a poco
evolucionaría hacia una reforma pactada.
Santiago Carrillo se había introducido clandestinamente en
España y dirigía en la ilegalidad al Partido Comunista terminó por
hacerse detener por la Policía para poder ser puesto en libertad.
Desde la muerte de Franco, aunque eran ilegales, los partidos
actuaban con cierta tolerancia.
El PSOE celebró su XXVII Congreso en Madrid en diciembre de 1976.
Felipe González se mostró moderado.
47. La marcha de los acontecimientos hizo aumentar
la irritación entre los inmovilistas.
La amnistía, los contactos con la oposición, la
propuesta de reforma política, las movilizaciones
populares en aumento (el día 11 de septiembre se
celebraba la Diada en San Boi de Llobregat, con unas
50 000 personas reivindicando el restablecimiento de
la Generalitat) y los continuos atentados de ETA
provocaron en septiembre la dimisión del
Teniente General De Santiago, Vicepresidente del
Gobierno.
El nombramiento del teniente general Gutiérrez
Mellado para el cargo, le ganó la animadversión
del sector más duro del ejército, pero el nuevo
Ministro se convertiría en figura decisiva del
proceso de transición.
48. El 16 de noviembre el texto de la Ley para la Reforma
Política fue debatido en las Cortes.
Las negociaciones de los ministros y de los aperturistas
y la convicción de muchos procuradores de que la
batalla estaba perdida produjo finalmente una
votación clara a favor de la Ley: 425 votos a favor, 59
en contra y 13 abstenciones.
En este resultado también influyó que la propuesta de
Suárez iba acompañada de ciertas garantías: no exigir
responsabilidad a los implicados en la dictadura y
mantener la ilegalidad de la izquierda comunista.
Es decir, representaba una transición sin riesgos, a la
que sólo se negó el búnker.
49. La Ley para la Reforma era un texto breve, pero en él
se afirmaba la democracia y el principio de soberanía
popular;
se entregaba a las Cortes el poder legislativo
se establecía su elección por sufragio y su
desdoblamiento en Congreso y Senado
se regulaba la vía para que ambas asumieran en el
futuro la reforma constitucional.
También se fijaba algunos aspectos de la futura Ley
Electoral.
Inmediatamente se convocó un referéndum para el 15
de diciembre para ser aprobada por voto popular.
50.
51. Esta época de la transición vivió las más intensas
movilizaciones populares, huelgas, manifestaciones, no
sólo de carácter laboral, sino también político,
especialmente pidiendo amnistía y autonomía regional,
sobre todo cuando se reconoció el derecho a la huelga.
Entonces se celebró la primera manifestación feminista.
Una de los puntos más importantes fueron los presos
políticos, en 1975 se concedió un indulto, pero la
amnistía más importante no llegó hasta 1977, sin
incluir a los implicados en delitos de sangre.
52. Pero antes el clima de tensión fue subiendo. La continua
exigencia de una amnistía más amplia se saldó con la
muerte de algunos manifestantes en enfrentamientos con
la policía.
ETA intensificaba los atentados, algunos de ellos tan grave
como el asesinato del presidente de la Diputación de
Guipúzcoa.
También la oposición aumentó su presión sobre el
Gobierno. El PSOE celebró su 27 congreso en Madrid,
de forma espectacular, convocando a buena parte de
los líderes socialistas internacionales.
La oposición nombró un comité, la Comisión de los
Nueve, que pidió negociaciones al Gobierno.
Y mientras, el PCE optó por salir a la luz y echarle un pulso
a Suárez: Carrillo que vivía en Madrid clandestinamente
desde febrero, dio una espectacular rueda de prensa en
Madrid, que obligó al Ministro de la Gobernación a poner a
toda la policía en su búsqueda.
53.
54. La Iglesia poco a poco se fue distanciando del Régimen
franquista.
Especialmente significativa es la homilía del cardenal
Tarancón al Rey pidiendo apertura.
La jerarquía no temía la quema de conventos.
Por el contrario, los militares, casi en su totalidad
(excepto la UMD) defendía el franquismo y
abominaban de las autonomías que suponen la ruptura
de la Patria
55. La Ley para la Reforma Política fue sometida a referéndum popular
el 15 de diciembre de 1976 y se publicó en el BOE el 4 de enero.
El referéndum se celebró en un ambiente crispado. Cuatro días
antes un nuevo grupo de extrema izquierda, EL GRAPO,
secuestraba al Presidente del Consejo de Estado Antonio María
de Oriol, para cuyo rescate pedía la liberación de varios presos.
Aún así, la consulta supuso un éxito para el Gobierno, aunque
la oposición había pedido la abstención, El día 23 de diciembre la
policía detuvo a Santiago Carrillo, pero el Gobierno lo puso en
libertad 8 días después, consciente de que, salvada la dignidad
policial, no podía retener al líder comunista en la cárcel.
Ese mismo día, 30 de diciembre se decretó la desaparición del
Tribunal de Orden Público. La oposición pidió la abstención,
pero la participación fue cercana al 70%. Esto supuso además un
fortalecimiento para la postura de Suárez.
La labor urgente era crear las condiciones para que aparecieran los
partidos políticos.
56. A partir del referéndum transcurren los meses más difíciles de la
transición política.
La adopción de medidas que restablecieran la garantía democrática
para garantizar unas elecciones libres, vino acompañada de una gran
tensión, motivada por las acciones terroristas del GRAPO y la ETA.
La provocación alcanzó su momento más álgido en la semana del
23 al 29 de enero.
El 23 es asesinado un estudiante en una manifestación
proamnistía, por los guerrilleros de Cristo Rey.
Al día siguiente es secuestrado el teniente general Villaescusa por
el GRAPO; muere una manifestante por el impacto de un bote de
humo; y sobre todo, el asesinato a manos de miembros de la
ultraderecha de 5 abogados laboralistas del PCE en un despacho
de la calle Atocha, atentado que deja heridos a otros 4.
La respuesta del PCE fue, el día del entierro, una impresionante
manifestación silenciosa, en el centro de Madrid, que mostró la fuerza
del partido y su disciplina interna. La semana terminó con el
asesinato de dos policías y un guardia civil por el GRAPO.
57. La semana siguiente remitió la violencia y fueron liberados
Oriol y Villaescusa, mediante una operación policial, que
dieron un respiro al gabinete Suárez.
Para entonces, Suárez comenzó las negociaciones con
la oposición.
El primer resultado fue la simplificación del trámite de
legalización de los partidos, limitándose a un siempre
registro en el Ministerio de Gobernación.
El gobierno Suárez dictó el Decreto-Ley de 8 de febrero de
1977 por el que se regulaba la forma en la que se declaraban
legales los partidos políticos.
Se presentaban los documentos al ministerio del Interior, si
había algo que pudiera suponer alguna ilegalidad, el
Ministerio los mandaría al Tribunal Supremo para que
resolviese.
58. Todos los partidos políticos fueron pasando por el
registro.
Pero el día 22 de febrero se denegaba la inscripción
en el registro del PCE. La legalización de los
comunistas se convertía en el principal obstáculo en la
marcha hacia las elecciones, porque el búnker político
y la cúpula militar convirtieron al PCE en la bestia
negra y en el símbolo de su resistencia al cambio.
Pero Suárez tenía claro que era necesario legalizar a los
comunistas antes de las elecciones, si se quería que
estas fueran aceptadas como legítimas por la opinión
pública nacional e internacional.
59. El 1 de abril el Gobierno decretó la disolución del
Movimiento.
Y el día 9, sábado Santo, aprovechando la tranquilidad de las
vacaciones y previa comunicación a los ministros militares, se
hizo pública la legalización del PCE.
Pese a todo el impacto fue tremendo. Mientras los comunistas
celebraban su legalización, el Consejo Superior del Ejército se
reunía y tras una tensa discusión, emitía una nota acatando la
decisión “por disciplina y patriotismo”, pero dejando entrever la
crispación que el hecho causaba en el mando.
El Ministro de la Marina, Pita da Veiga, dimitió, y Suárez y
Gutiérrez Mellado, tuvieron graves dificultades para
encontrar sustituto.
El día 14 el PCE celebró un pleno del Comité Central, al termino
del cual anunció a la prensa su renuncia a plantear la
alternativa republicana y la aceptación de la bandera
bicolor, en un gesto que intentaba apaciguar los ánimos y
mejorar la imagen del partido ante el país.
60. Días después se legalizaban las centrales sindicales. Y el
regreso de los exiliados, hasta entonces un lento goteo, se
aceleró; el 14 de mayo regresaba a España La Pasionaria: Dolores
Ibárruri.
De acuerdo con la Ley para la Reforma Política, Suárez inició el
proceso preautonómico y la descentralización del Estado
de todas las regiones que lo solicitasen.
De esta forma se intentaba responder a las manifestaciones
reclamando los nacionalismos históricos, catalán, vasco, gallego
o andaluz.
El primer paso se dio en Cataluña, donde hubo un
amplísimo consenso. Tras la Diada de 1977 (Día de Cataluña),
Suárez, por decreto ley restablecía provisionalmente la
Generalitat y se nombraba presidente a Josep Tarradellas, que
lo había sido en el exilio.
El caso vasco fue distinto debido al terrorismo de ETA y a que
los nacionalistas exigían la incorporación de Navarra.
El PNV no llegarán a reconocer la Constitución y exigía la
soberanía nacional vasca.
61. A pesar de ello, en diciembre de 1977 se constituía el
Consejo General Vasco, presidido por Ramón Rubiales.
A lo largo de 1978 se crearon por decreto ley otros entes
preautonómicos.
La generalización del proceso dio lugar a prisas e
improvisaciones que no respondían a necesidades
nacionalistas históricas, sino a los intereses de la clase
política.
62. Las fuerzas políticas se fueron perfilando ante las elecciones.
En la derecha está Alianza Popular (AP), liderada por Fraga.
Reivindicaba el centro político, pero con un programa de orden,
autoridad y conservadurismo.
En el centro la Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición
heterogénea de democratacristianos, liberales, socialdemócratas y
hombres procedentes del movimiento. Su baza era la trayectoria y la
figura de Suárez, quién será el que cree el partido.
En la izquierda el PSOE y el PCE.
El PSOE se definió como la opción de un socialismo democrático y
marxista, y tuvo en dos jóvenes sevillanos, Felipe González y Alfonso
Guerra, sus principales líderes.
El PCE se mantuvo como bastión de la izquierda y de la lucha
antifranquista, con dirigentes históricos como Santiago Carrillo y
Dolores Ibárruri a la cabeza.
También otros grupos como la maoísta ORT, el PTE o los grupos
nacionalistas se preparaban para la carrera electoral bajo la forma de
coaliciones o plataformas.
63. Las elecciones del 15 de junio de 1975 dieron la
victoria a UCD.
El PSOE se convirtió en la segunda fuerza política,
mientras que el PCE se quedó muy lejos de sus
expectativas, lo mismo que le sucedía a AP. La extrema
izquierda no consiguió representación.
64. II.4.- Los Pactos de la Moncloa.
Las elecciones fueron convocadas el 15 de abril de 1977 para ser
celebradas dos meses después, el 15 de junio. Las elecciones se
celebraron con absoluta normalidad y una participación alta.
Las elecciones del 15 de junio de 1977 dan la victoria a Suárez.
La UCD consiguió 165 escaños, seguidos por el PSOE con 118, PCE
con 20 y AP con 16. CIU y PNV obtuvieron 13 y 8 respectivamente.
El centro había prevalecido, marginando las opciones extremas de
izquierda y derecha.
El fracaso más llamativo fue el de la Democracia Cristiana de Ruiz
Jiménez y Gil-Robles.
El sistema había creado un bipartidismo imperfecto.
65. El día 22, el Rey Juan Carlos I a quien su padre, Don
Juan - Conde de Barcelona -, en un acto simbólico
había cedido los derechos sucesorios de la Corona
Española, inaugura las primeras Cortes
democráticamente salidas de las urnas.
Aunque no tenían el rango de Constituyentes, las
Cortes se dedicaron a elaborar una constitución
democrática.
El proceso fue de consenso entre los partidos, y fue
larga su elaboración.
66. Adolfo Suárez recibía, junto a su triunfo electoral la
difícil papeleta de contener el paro, que superaba los
800.000 parados, unido a la inflación, que junto con
el déficit exterior ponían en peligro el cambio
político que se iniciaba.
La lucha contra el desempleo será el objetivo
primordial del nuevo gobierno. En esta línea se firman
los Pactos de la Moncloa.
67. El ministro de Economía, el profesor Fuentes Quintana,
alertó sobre el peligro de la situación e instó a Suárez para
que convocara a representantes de todos los partidos
parlamentarios para exponerles la situación e involucrarles
en la solución pactada de los problemas económicos, sociales
y políticos.
Los Pactos de la Moncloa (firmados el 27 de Octubre de
1977), que así se denominaron las medidas que se tomaron
en la sede de la Presidencia del Gobierno, fueron una serie de
acuerdos de tipo económico, político y social que
involucraron a todas las fuerzas políticas y sociales, incluidos
los sindicatos y la patronal.
Las medidas tomadas atajaron inmediatamente la inflación y
pusieron un cierto orden en el caos económico, y sobre todo
laboral, existente hasta el momento.
Es decir, fueron el primer intento serio de reconducción
de la economía española y ralentización del desempleo.
68. Su finalidad era el relanzamiento de la maltrecha economía
como instrumento fundamental de la consolidación democrática.
Entre las medidas acordadas se contaba la reforma fiscal que
equiparaba la estructura tributaria al resto de los países de la
Unión Europea, la devolución a los nuevos sindicatos del
patrimonio sindical de los sindicatos verticales. La extensión
de la Seguridad Social, el incremento presupuestario en
educación y un programa de inversiones públicas.
Además, se prevé la reforma de los Códigos Penal y de
Justicia y la reorganización de las Fuerzas de Orden Público,
y un mayor protagonismo a los Sindicatos.
También en 1977 se aprobó el Impuesto sobre el Patrimonio y al
año siguiente el de la Renta de las personas físicas (IRPF). Sin
embargo, hasta 1986 no se establecería el Impuesto sobre el
Valor Añadido (IVA), el principal impuesto indirecto en las
sociedades avanzadas.
La aplicación de la Reforma Fiscal hizo posible aumentar la
recaudación y supuso un avance muy significativo hacia la equidad
fiscal.
69. II.5.- La Constitución de 1978.
Una Constitución es una Ley fundamental, superior,
que fija la organización política de un Estado, la
distribución territorial del poder, y los derechos y
deberes básicos de los ciudadanos y sus gobernantes.
Todas las normas o leyes posteriores deben estar de
acuerdo con la Constitución, para lo que se crea un
Tribunal Constitucional que se encarga de que esto
sea así.
70. Los resultados de las elecciones del 15 de junio de 1977
configuraron un Parlamento en el que predominaban dos
grandes partidos, UCD y PSOE (o PSOE-PSC), a los que se
añadían otras importantes formaciones: Alianza Popular
(AP), el Partido Comunista (PCE-PSUC) y las Minorías
Vasca (PNV) y Catalana (Pacte Democrátic).
Aunque antes de las elecciones no se había proclamado
explícitamente el carácter constituyente de las futuras
Cortes, estaba en el ánimo de todos que el futuro
Parlamento asumiría como tarea fundamental la
elaboración de una Constitución.
71. En la sesión de apertura el Rey Juan Carlos pronunció un
discurso en el que, partiendo del reconocimiento de que allí
estaba representada la soberanía nacional, hizo un
llamamiento a la colaboración de todos para lograr la
convivencia de los españoles en democracia.
El monarca se refirió de manera específica a la elaboración
de una Constitución en la que se concretara el proceso de la
autonomía de las regiones y que tuviera un mayor grado de
justicia para el mantenimiento de los principios básicos de
la dignidad del hombre.
En líneas generales, los parlamentarios recibieron muy bien
el discurso del rey, aunque todavía en esos momentos el
Partido Socialista se mostraba reticente con respecto al
régimen monárquico.
Una muestra de ello fue que Alfonso Guerra no aplaudió al
final del discurso del monarca.
72. Por ello a nadie sorprendió que el día 25 de julio de 1977 el
Pleno del Congreso ya aprobara la creación de una Comisión
Constitucional encargada de la redacción de un proyecto
constitucional.
Comenzaba en este instante un proceso constituyente que iba
a resultar muy largo (17 meses) y que se iba a caracterizar por la
utilización de la fórmula del consenso.
Tanto la derecha, representada por Alianza Popular, como el
Partido Comunista tuvieron un papel menor en la redacción de
la Constitución, pero desde el primer momento dejaron bien
claro que no aceptarían que fuera redactada sólo por la UCD y el
PSOE.
Por otro lado, los catalanistas jugaron un papel fundamental
como mediadores entre unas opciones y otras y, sobre todo, con
sus reivindicaciones acerca de la organización territorial del
Estado.
Por el contrario, los nacionalistas vascos hicieron solamente
unas reivindicaciones de soberanía que resultaban inaceptables.
73. Para el proceso de elaboración de la Constitución
se nombró una ponencia que estaba formada por siete
personas.
Tres de ellas pertenecían a la UCD (José Pedro Pérez
Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y
Gabriel Cisneros), una al PSOE (Gregorio Peces-
Barba), al haber cedido un puesto a los catalanes (que
incluyeron a Miquel Roca Junyent).
También había un representante de AP (Manuel
Fraga Iribarne) y otro por el PCE (Jordi Solé Tura).
Únicamente los socialistas y Manuel Fraga ofrecieron
versiones completas de lo que sería su Constitución
ideal.
74. Finalmente en la Comisión Mixta Congreso-Senado
el 31 de octubre de 1978 los Plenos de las dos
cámaras aprobaron definitivamente el texto, de
acuerdo con lo que se estipulaba en la Ley de Reforma
Política.
Una vez aprobado por las Cortes el proyecto de
Constitución fue sometido a referéndum popular el
6 de diciembre de 1978.
75. El 27 de diciembre de 1978 el Rey Don Juan Carlos
sancionó la Constitución ante el Senado y el Congreso
reunidos solemnemente en sesión conjunta y entró en
vigor el 29 de diciembre al publicarse en el Boletín
Oficial del Estado.
Está acomodada en los supuestos del constitucionalismo
europeo de posguerra, con influencias de la Ley
Fundamental de Bonn, francés e italiano.
Un modelo de Estado pluralista, no centralista pero sí
unitario y un régimen de monarquía parlamentaria; todo
ello en el marco de una economía de mercado, es decir,
asumiendo el capitalismo, si bien se posibilita cierta
intervención del Estado como correctivo.
Ya en el preámbulo, que aunque en sí no tiene carácter de
norma, enuncia el espíritu democrático, liberal, respetuoso
y protector del bienestar de los españoles y del conjunto de
los pueblos de la Nación.
76. Tres corrientes ideológicas influyeron:
el liberalismo (derechos individuales, imperio de la ley,
división de poderes), socialismo democrático (Estado social
dentro del capitalismo, es decir, que puede intervenir para
corregir las desigualdades) y el humanismo cristiano.
Como ya hemos mencionado una de las características más
importantes de nuestra Constitución es ser consensuada, es
decir, nació de un pacto político, de un acuerdo entre los
diversos grupos políticos.
Es la primera Constitución española que no es impuesta por
un grupo político concreto que en ese momento tuviera la
mayoría parlamentaria.
Sus mayores innovaciones se refieren a cuestiones como el
Defensor del Pueblo o la protección por el Tribunal
Constitucional de los derechos individuales y las libertades
públicas.
77. La Constitución se organiza en diez Títulos más uno Preliminar, con
un total de 169 artículos, además de disposiciones adicionales y
transitorias.
Los aspectos más importantes del texto constitucional son los
siguientes:
a-Un Preámbulo donde se expone la voluntad de la Nación
española de garantizar la convivencia democrática y se refleja el interés
de consolidar el Estado de Derecho, proteger el ejercicio de los
derechos humanos, promover el progreso económico y cultural y
colaborar en el fortalecimiento de la paz y la solidaridad entre los
diferentes pueblos de la Tierra.
Una parte dogmática o de obligado cumplimiento que se refleja en los
Títulos Preliminar y Primero.
En el Título Preliminar, se enuncian los principios básicos de
nuestra Convivencia: la libertad, la justicia, la igualdad y el
pluralismo político. Por un lado, la soberanía es ejercida por el
pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado. Además,
España se constituye en un estado social y democrático de Derecho
con la Monarquía parlamentaria como forma de Estado.
78. 1- Se define la organización política de España como
“Estado social y democrático de Derecho. Social, por el
predominio de los intereses de la sociedad sobre los de
grupo. Democrático, porque debe prevalecer la decisión
del pueblo, que participa mediante las elecciones o
sufragio. Y esa democracia debe situarse en el marco del
Derecho, es decir reconociendo los derechos de todos
2-La forma del Estado español como Monarquía
parlamentaria supone una decisión a favor de la
Monarquía, pero el poder no reside en el Rey (que será el
símbolo de la Nación), sino en el Parlamento o Cortes
Generales, de las que se derivan el gobierno y las demás
instituciones.
79. Por otro lado se consagra la unidad de España y el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y
regiones que integran el territorio español, así como la
solidaridad entre ellas.
En ese sentido, se respeta la existencia de lenguas
oficiales junto al castellano en aquellas comunidades
con lengua propia.
También recoge el principio de legalidad: todo acto de
los poderes públicos debe ser conforme a Ley. Velan
por esta legalidad los tribunales de justicia y el
Tribunal Constitucional.
80. En el Título Primero, se recogen los derechos y
deberes fundamentales de los ciudadanos, tanto
individuales como colectivos, así como la regulación
de su ejercicio y la eventual supresión de las garantías
constitucionales.
La parte orgánica o de funcionamiento que se
desarrolla en los Títulos II al X, incluye los siguientes
aspectos:
81. 1. La Corona y sus funciones.
2. Las Cortes Generales: el Congreso y el Senado. Ambas cámaras
renuevan sus miembros por sufragio universal cada cuatro años
como máximo, pudiéndose celebrar elecciones legislativas
anticipadas según los términos previstos por la Ley.
3. El Gobierno: sus funciones y organización. El Gobierno dirige la
política interior y exterior, la administración civil y militar y la
defensa del Estado. Ejerce el poder ejecutivo y está formado
por el Presidente, uno o varios Vicepresidentes y los
diferentes Ministros. El Presidente del Gobierno es elegido por
las Cortes por mayoría absoluta en primera votación o por
mayoría simple en sucesivas votaciones. El Gobierno tiene como
órgano de consulta al Consejo de Estado. El Congreso de los
Diputados elige al Presidente, a propuesta del Rey, y el
Presidente elige a sus ministros. Dicta las leyes que las Cortes le
permiten y propone otras para la aprobación de las Cortes, como
por ejemplo los Presupuestos Generales del Estado.
82. 4- Las relaciones entre el Gobierno y las Cortes. Se
regulan términos jurídicos como la “cuestión de confianza”
o la “moción de censura”, así como los estados de
excepción, de alarma y de sitio. Se establece el predominio
del poder legislativo sobre el ejecutivo.
5- El poder judicial, sus funciones y organización. Se
consagra la Independencia del poder judicial, la justicia
gratuita y la igualdad ante la Ley de todos los españoles.
6- La Economía y la Hacienda.
7- La organización territorial del Estado. Se reconoce el
principio de autonomía de las nacionalidades y regiones
que integran España. Del mismo modo se regulan las
competencias del Estado y de las Comunidades
Autónomas.
83. Unos artículos o disposiciones finales, Título X. Cualquier
reforma de la Constitución deberá ser aprobada por las Cortes y
ratificada por el pueblo español en referéndum.
Derechos individuales:
Derecho a la vida, que se completa con el derecho a la
integridad física y moral, a la libertad y a la seguridad
personales, al honor, a la intimidad personal y familiar (y,
sobre todo, la inviolabilidad del domicilio y el secreto en la
correspondencia y otro tipo de comunicaciones (telefónicas,
telegráficas, etc.). También tienen el derecho a fijar su
residencia, su domicilio, en cualquier parte del territorio
nacional, así como la libertad de circular libremente. La
libertad de enseñanza, libertad de pensamiento, la libertad
religiosa. Además el Estado no posee ninguna creencia o
religión oficial (Estado aconfesional).
Las libertades colectivas. Se proclaman los derechos de
reunión, asociación, de sindicación y huelga, derecho de
negociación colectiva laboral, etc.
84. La novedad de esta constitución es la figura del Defensor del
Pueblo, proveniente del Ombudsman sueco y cuyo origen remoto
podemos encontrarlo en el Justicia de Aragón. Es una alto
comisionado elegido por las cortes que tiene como misión
defender a cualquier ciudadano de los derechos del Título I.
Los deberes del ciudadano.
La Constitución establece tres deberes fundamentales: el deber
de defender a España, el deber de trabajar y al derecho al
trabajo, a la negociación colectiva y la obligación de pagar
impuestos, que contribuirán al sostenimiento de los gastos
públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un
sistema tributario justo.
85. III. Del gobierno de la UCD de 1977 al de
Calvo Sotelo. El golpe de Estado del 23F.
Después de la aprobación de la constitución, la UCD ganó
de nuevo las elecciones de 1979, con un escaso margen.
Los resultados mostraban que había dos grandes partidos,
UCD y PSOE.
Avanzaban los partidos nacionalistas y la extrema derecha
conseguía un escaño.
Pero las elecciones municipales, las primeras de la
democracia dieron el triunfo selectivo de la izquierda: los
grandes núcleos urbanos pasaron a poder del PSOE.
La UCD pretendió hacer una política reformista, pero la
falta de cohesión y la presión del PSOE y los nacionalistas
hicieron inviable su liderazgo.
86. Después de los Pactos de la Moncloa se elaboraron el
Estatuto de los Trabajadores y el Acuerdo Nacional de
Empleo.
Más disputas supusieron la Ley de Incompatibilidades,
la Ley de Autonomía Universitaria y el Estatuto de los
Centros Docentes.
El PSOE presentó una moción de censura al gobierno,
que de acuerdo con la constitución tendría que
proponer un candidato, Felipe González.
Suárez superó la moción pero salió muy debilitado.
87. Desde mayo de 1980 se agudizó la crisis de la UCD y en
septiembre Suárez remodeló su gobierno, un verdadero gobierno
de concentración de tendencias dentro de la UCD.
La situación fue inviable y el 29 de enero de 1981 Suárez dimitió.
En la sesión de investidura del nuevo presidente de la UCD,
Leopoldo Calvo Sotelo, 23 de Febrero de 1981, el país se
sorprendió con un intento de golpe de Estado.
Venía preparándose desde tiempo antes como reacción ante los
cambios, y sobre todo con la excusa de la legalización del Partido
comunista (una traición de Suárez y del propio rey), las
autonomías y el terrorismo .
Un grupo de doscientos guardias civiles armados al mando del
teniente coronel Antonio Tejero, entró en el congreso durante la
votación. Al mismo tiempo, en Valencia se subleva el capitán
general, Milans del Bosh y en Madrid, la División Acorazada
Brunete está a punto de sacar los tanques a la calle.
88. Los objetivos de los golpistas eran confusos y seguramente no coincidentes
del todo.
Lo único claro que tenían era paralizar las reformas democráticas.
Un conspirador clave fue el general Alfonso Armada, militar muy
relacionado con la Casa Real.
Armada parecía contar con el visto bueno del propio rey. Tras unas
interminables horas, el Rey se dirigió a la nación por televisión en un
breve comunicado, desautorizando el intento golpista.
Antes de dirigirse a la nación reunió un gobierno con los secretarios de
Estado ya que todos los ministros estaban en el Parlamento, y consultó con
los capitanes generales de las Regiones Militares.
Durante toda la noche los españoles estuvieron unidos a sus transistores.
Al día siguiente se rindió Tejero y acabó el golpe.
El juicio fue indulgente con los acusados. Y todavía hoy están por
esclarecer algunos puntos, se supone que era un golpe menor, como
preludio del realmente importante que acabaría con un gobierno de
concentración, estando informados tanto elementos de la UCD
como del PSOE, o incluso el Rey y los servicios secretos.
89. El gobierno de Calvo Sotelo no se diferenció de la de Suárez.
La ley del Divorcio fue la más controvertida, incluso por miembros de la
propia UCD.
La Ley de Autonomía Universitaria fue retirada.
Calvo Sotelo tampoco consiguió imponerse en su partido, incluso Suárez
fundó su propio partido.
Las tensiones nacionalistas aumentaban tras la aprobación de la Ley
Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico –LOAPA-, que fue
recurrida por los nacionalistas que pensaban que retiraba la autonomía
que concedía la constitución. Fue rectificada en parte por el Tribunal
Constitucional.
La mala suerte perseguía al Gobierno, que en mayo de 1981 vio cómo los
hospitales se llenaban de pacientes con unos síntomas desconocidos.
El “síndrome tóxico ” causaría casi mil muertos y los supervivientes
arrastrarían dolorosas secuelas de la ingestión de aceite de colza
adulterado. Y tuvo que afrontar la responsabilidad en el “caso Almería”:
tres jóvenes asesinados por la policía que los confundió con activistas de
ETA.
90. En medio de la desbandada, Calvo Sotelo consiguió meter a
España en la OTAN, en medio de la oposición general, e intentó la
integración en la CEE. Calvo Sotelo adelantó las elecciones.
Estos son los años del destape, una vez suprimida la censura de
espectáculos.
La iglesia pierde su antigua influencia.
Se pierden los valores tradicionales y se incorporan los nuevos
modos de vida.
El espíritu de tolerancia.
Es el resurgimiento de las culturas locales, y de las
nacionalidades.
También son los años de un nuevo éxodo rural y de la
inseguridad ciudadana y la entrada de la droga (heroína).
91. Las elecciones de 1982 y acceso
del PSOE al Gobierno.
El triunfo del PSOE en las elecciones de 1982 constituye el fin de
la transición.
. La divisa “Por el cambio” empleada por los socialistas no
suponía tanto un programa preciso, como una genérica voluntad de
cambiar la forma de hacer política en España. El resto de los partidos
políticos admitió en la práctica que los socialistas acabarían ganando, y
tanto la UCD como el PCE continuaron en su abierta crisis.
El PSOE logró más de diez millones de votos, de los que 4´5
millones procedían de la abstención o de otros partidos políticos. Los
socialistas consiguieron el 48% de los votos y 202 diputados frente a los
105 de la derecha (AP + Demócratas cristianos procedentes de UCD).
Los socialistas lograron el apoyo masivo de los jóvenes que votaban por
primera vez y de los estratos medios urbanos. También logró capturar
la mitad del voto comunista, gran parte de la extrema izquierda y casi
un tercio del voto centrista.
92. La derecha pasó del 6 al 26% de los votos (5´5 millones de votos) y
logró un apoyo muy superior al de anteriores ocasiones en ciertos
sectores como los jóvenes, pero tenía grandes problemas derivados, no
sólo del distanciamiento del PSOE sino también de que su liderazgo
estaba situado más a la derecha que sus votantes, con lo que la
posibilidad de conquistar el voto gubernamental era reducida.
El centro: la UCD experimentó un derrumbamiento completo:
del 35% del voto pasó al 7%, perdió a la vez por la derecha y la
izquierda, signo evidente de su descomposición. El voto que mantuvo
era marginal y residual, característico de aquella parte de la sociedad
que siempre votaba por quién está en el poder.
El PCE: tenía más esperanzas que la UCD, pero su voto se había
reducido a menos de la mitad (4%), con lo que, después de una larga
etapa de oposición al franquismo se convertía en el Partido Comunista
con la cota electoral más baja en todo el mediterráneo occidental.
93. Los nacionalistas: su voto fue más estable, aunque en éste caso manifestó una
tendencia al alza.
Este terremoto electoral fue mayor en lo que respecta a los partidos
políticos que a la propia sociedad española. Los españoles apenas habían
cambiado su autoubicación política, aunque estuvieran un poco más a la
izquierda que en 1977. Lo que había cambiado eran los partidos políticos, que
se habían liquidado a sí mismos (UCD), habían perdido la mitad del electorado
(PCE) o permanecían lejos de poder alcanzar el poder (la derecha).
Las elecciones de 1982 propiciaron un relevo generacional al frente del
Estado. Felipe González, que llegó en 1974 a la dirección de su partido con tan
sólo 32 años, tenía 40 cuando accedió a la Presidencia del Gobierno. Nacido y
educado en Sevilla, era abogado laboralista y procedía más bien de los medios
católicos progresistas que de la izquierda clásica. Dotado de una gran
capacidad de oratoria y pedagógica, fue muy pronto y sin disputa el mejor de
los dirigentes socialistas. Siempre fue el elemento de unión de un partido en el
que se combinaba el populismo de Alfonso Guerra, con la procedencia
tecnocraticoliberal de otros hombres importantes, como Miguel Boyer.
94. 2-Desde el punto de vista histórico, el largo período
de gobierno socialista puede ser definido como la
consolidación de la democracia. En adelante, el
gobierno socialista, armado con la autoridad que le
daban diez millones de votos, no dudó en proceder con
decisión ante cualquier mínima apariencia de
indisciplina en el ejército. Bajo la responsabilidad de
Narcís Serra quedó finalizada la nueva ordenación
legal del ejército en la democracia (Ley Orgánica de
Defensa Nacional, reforma del Código de Justicia
Militar, etc...).
95. El primer gobierno socialista tuvo una vida bastante larga, pues duró hasta
el verano de 1985. Su aspecto más positivo fue la política económica que
llevó a cabo, aunque también hubo dos acontecimientos menos positivos:
la expropiación de RUMASA y la aparición de los GAL.
La expropiación del grupo RUMASA, con una posterior presión sobre el
Tribunal Constitucional para que la admitiera, hubiera sido inconcebible en
otro momento y resultó una medida torpe y desproporcionada, aunque su
situación exigía algún tipo de decisión por parte del gobierno.
La aparición de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), organización
de lucha sucia contra ETA, se explica por la necesidad apremiante de acabar con
el terrorismo. Utilizaba procedimientos idénticos a los de ETA, se prolongó
entre 1983 y 1985, y sirvió sino para intensificar la defensa de ETA por
determinados grupos de población en el País Vasco. No fue efectivo a la hora de
disminuir el número de muertos en atentados; la causa real fue la colaboración
policial de Francia, lograda a partir de otoño de 1984.
96. Estos primeros 4 años, aparte de normalizar de manera
definitiva a la política exterior española y señalar un rumbo
moderado a la política económica, estuvo dedicado
principalmente a cuestiones relativas al poder judicial y a
los derechos de la persona, por un lado, (Ley de
Enjuiciamiento Criminal, Ley del Aborto, el Código Penal,
la asistencia letrada al detenido, el <<habeas corpus>> o la
regulación del derecho al asilo) y por otro, a las reformas
educativas ( Ley de Reforma Universitaria o LRU y La Ley
Orgánica del Derecho a la Educación o LODE).
En julio de 1985 tuvo lugar la primera crisis del
gobierno socialista, con la salida del gobierno de Miguel
Boyer y Fernando Moran. Pero los resultados de la
consulta electoral de 1986 de nuevo le darán la mayoría
absoluta.
97. En la práctica, la mayoría absoluta parlamentaria acabó
trasladándose a todas las instituciones del Estado y el
propio Parlamento se resintió de esta situación, que dejó
de ser el centro de la vida política; no hubo comisiones
parlamentarias que pudieran perturbar al gobierno (“el
rodillo socialista”).
Con este panorama, se llega a las elecciones de 1989
que no supusieron un cambio político significativo respecto
a 1986. El PSOE conservó la mayoría absoluta, pero sólo
obtuvo un escaño más de la mitad, lo que ponía de
manifiesto un lento goteo del voto socialista.
98. Sólo al final de la década de los ochenta empezó a surgir una auténtica
oposición al gobierno socialista y ésta tuvo un componente de carácter mucho
más social que estrictamente partidista. La oposición nació, en primer lugar,
entre los estudiantes, que en los años 1987-1988 realizaron varias
movilizaciones, cuyo resultado no fue muy grave para el gobierno. En cambio,
sí tuvo consecuencias la oposición a la política gubernamental de los medios
sindicales, que llevó a Nicolás Redondo (Secretario General de UGT) y a otros
dirigentes sindicales socialistas a abandonar sus escaños parlamentarios y
estrecharon su relación con el sindicato comunista Comisiones Obreras. A
fines de 1988, tras rechazar un Plan de Empleo Juvenil patrocinado por el
Gobierno, los sindicatos convocaron una huelga general que tuvo un amplio
seguimiento. Pero paradójicamente, no se reflejó en las elecciones de 1989.
Pero si es de resaltar que una porción considerable de los medios de
información que en elecciones anteriores – sobre todo en las de 1982 – habían
apoyado al PSOE, ahora ejercerán una crítica cada vez más dura en contra del
gobierno.
99. 3- La política económica.
Cuando los socialistas llegaron al poder se daban unas consideraciones
económicas en apariencia pésimas. A parte de los rasgos ya mencionados, el
déficit alcanzaba al 5 % del PNB y la inversión seguía retrocediendo. El ajuste
industrial y energético seguía pendiente y la reforma fiscal y financiera se
habían detenido, la reforma del mercado de trabajo ni siquiera había
comenzado, principalmente por el temor a enfrentarse con los sindicatos.
Pero a estos males objetivos, había que sumar otros que procedían de la
oposición. El programa electoral del PSOE ha sido calificado como <<un
ejercicio de paleontología política>>, en el sentido de que ofrecía 800.000
puestos de trabajo por el procedimiento de la inversión pública directa y el
empleo creado por la Administración, lo que estuvo siempre muy lejos de
llevarse a cabo. La irresponsabilidad consistió, quizá, en la consciente
exageración de un programa que en la práctica no se llevó a cabo.
Los responsables de la política económica tuvieron una efectiva
autonomía en relación con el partido y con respecto al programa electoral
mismo. Fueron técnicos que tenían posiciones ideológicas situadas en el
extremo más moderado del espectro socialdemócrata, caso de Miguel Boyer.
La ventaja principal de que dispusieron no fue sólo la recuperación del ciclo
económico que tuvo lugar a partir del año 1983, sino, sobre todo, la fuerte
estabilidad política conseguida a través de una hegemonía parlamentaria muy
marcada.
100. La primera etapa 1983- 1985: La prioridad esencial de la política
económica fue la reducción de la inflación, que descendió al 14 % en
el año 1982, al 8 % en 1985 – con una disminución, por tanto, del 40% -,
para luego descender aún más.
El ajuste se realizó en gran medida a costa del empleo, de tal
manera que la tasa de paro pasó del 16 al 22 %. No sólo se incumplió el
objetivo de crear 800.000 puestos de trabajo, sino que la disminución
del empleo se cifró de manera aproximada en ese número. El
desequilibrio exterior se superó y se alcanzó un superávit importante.
La reforma del sector público era también necesaria, puesto que en
1983 el 70 % del déficit del INI se debía a empresas que habían sido
socializadas entre los años 1977 y 1982 para evitar crisis sociales a corto
plazo.
Esta política económica sentó las bases para el crecimiento
económico posterior. Se trató de una operación de saneamiento. La
reconversión, por ejemplo, tan sólo afectó a unos 60 000 trabajadores
y no supuso un sustancial incremento de la competitividad de las
empresas implicadas. La expropiación de RUMASA fue una
operación técnicamente incompetente, y sólo beneficiosa para los
intereses privados, que lograron ventajas como consecuencia de la
posterior privatización de lo expropiado.
101. En otro terreno – Plan Energético, por ejemplo – la gestión socialista no hizo
otra cosa que llevar a cabo lo que se debería haber hecho mucho antes.
Por otra parte, en 1986 España entró en la CEE siendo Fernando Morán
Ministro de Asuntos Exteriores, el Acuerdo se había firmado el 12 de junio de
1985.
Entre 1987 y 1989, durante la segunda etapa de la gestión económica
socialista, el crecimiento español se situó alrededor del 5 % anual, un
porcentaje muy fuerte, superior en uno o dos puntos a la media europea.
Además, el número de trabajadores ocupados pasó de once millones a algo más
de doce millones y medio, aunque eso no quiere decir que se resolviera el
problema del paro. Junto al crecimiento se avanzó en otros terrenos como en la
liberalización financiera y del mercado del trabajo.
A partir de comienzos de los años noventa, cuando tuvo lugar una
recesión mundial, en la tercera etapa, se pudieron apreciar las limitaciones de
la gestión económica del gobierno. Una peseta fuerte y unos tipos de interés
altos estimularon la llegada de capitales extranjeros que, a menudo, se
centraron en negocios puramente especulativos. En esta última fase, además, la
ejecución de la política presupuestaria y del déficit público fue disminuyendo
progresivamente.
102. Un efecto muy significativo de la política económica socialista ha consistido en el
incremento del gasto social, en especial para la creación del Estado del bienestar.
La gran transformación española durante esta década quizá se produjo en
educación, donde el gasto pasó del 2,8 % al 4,7 % del PIB, la obligatoriedad de la
enseñanza llegó hasta los 16 años, se crearon un millón y medio de puestos
escolares y el número de nuevos becarios superó el medio millón. En segundo
lugar ha desempeñado un papel decisivo la sanidad pública, que se ha
generalizado en el conjunto de la sociedad española. En cuanto a la seguridad
social también se ha extendido hasta las pensiones no contributivas, y la
cobertura por paro se ha incrementado en más de medio millón de personas.
De la cuarta legislatura (1993-96) cabe destacar la reforma del Código Penal y la
firma del Pacto de Toledo, un acuerdo de partidos, sindicatos y patronal para
garantizar la viabilidad futura de las pensiones. Pero sin duda los tres años finales
del gobierno de González estuvieron marcados por los continuos escándalos de
corrupción. Algunos fueron estrictamente financieros como el de Banesto que
obligó a intervenir el Banco y que supuso el procesamiento por estafa de su
director, Mario conde. Otros como los de Filesa o el GAL venían de la legislatura
anterior, pero continuaron destapando información que comprometía el PSOE y
al gobierno.
103. Sin embargo el caso que más desprestigió al gobierno fue el de
Luis roldan, Director General de la Guardia Civil, que fue
detenido en noviembre de 1993. Fue acusado de haber estafado
cenca de cinco mil millones de pesetas de los Fondos Reservados
(destinados a operaciones secretas) y a través de comisiones por
obras de Casas cuartel, entre otros delitos
El Gobierno, arrastrado por el descrédito político y por nuevos
casos de corrupción, intentó contraatacar aceptando comisiones
de investigación en las Cortes y creando la Fiscalía
Anticorrupción. Tanto la oposición como la prensa más cercana
al PP, pedían la dimisión de González. Finalmente, en 1995 CIU
dio por roto el pacto de legislatura y votó en contra de los
presupuestos. González asumió la derrota y convocó elecciones
en 1996.
104. I.4- Las elecciones de 1996 y los
Gobiernos del Partido Popular.
El PP había llevado a cabo un rejuvenecimiento que se había plasmado en el
acceso de José María Aznar a su dirección, alejándose de esta forma de la vieja
imagen del franquismo, representada por Manuel Fraga y otros viejos
dirigentes. La marcha hacia el centro del PP le permitió acceder al voto
centrista, juvenil y de mayor nivel económico. En las elecciones del 3 de marzo
de 1996, el Partido Popular (PP) anteriormente Alianza Popular, ganó al
PSOE por un pequeño margen de votos (300 000, aproximadamente); no
obstante se produjo el relevo político en el gobierno español. Con el apoyo
parlamentario de CIU, PNV y Coalición Canaria, José María Aznar formó un
gobierno del Partido Popular.
El PSOE sufrió después de la derrota electoral graves divisiones internas que
se pusieron de manifiesto con la renuncia de Felipe González a la Secretaría
General. Estas divisiones continuaron en años sucesivos hasta la elección de
José Luís Rodríguez Zapatero, en julio 2000, como Secretario General del
Partido.
En marzo de 2000, el Partido Popular ganó nuevamente las elecciones,
esta vez por mayoría absoluta. José María Aznar volvió a formar gobierno sin
necesitar el apoyo que en su primera legislatura había obtenido de las fuerzas
nacionalistas.
105. Desde 1996 se han producido importantes cambios legislativos
en cuestiones sociales: leyes educativas, como la LOU para la
reforma universitaria y la Ley de Calidad de la Educación para la
enseñanza infantil, primaria y secundaria. También se han
modificado normas de contenido laboral y se ha producido una
reforma de leyes penales y civiles de gran trascendencia.
La mejora económica, iniciada a partir de 1994 con las
medidas adoptadas por el ministro socialista Solbes, continuó
con una fase de recuperación y otra posterior de afirmada
expansión. Esta coyuntura es muestra de la plena sincronización
con Europa y de una estabilidad que permitió a España superar
los criterios de convergencia económica para incorporarse al
grupo de países que adoptaron la moneda única europea, el
euro, de uso corriente a partir de 2002.
106. Esta etapa se vio favorecida por la coyuntura internacional, pero
también por el recuperado clima de acuerdo entre los agentes
sociales y la estabilidad gubernamental. La renta por habitante
creció a ritmos altos, en torno al 4% entre 1997 y 2000. Esta
situación favorable se acompañó de otros aspectos positivos,
como la reducción del déficit público, una relativa estabilidad de
los precios, una sensible reducción del paro, a pesar de lo cual
España continuó siendo el país de la Unión Europea con la tasa
de paro más elevada. Este contexto favorable comenzó a
debilitarse a partir de 2001: el crecimiento económico se
redujo del 4% en 2000 al 2,2% en 2002, la inflación ha
aumentado y el número de parados volvió a crecer en 2002
después de años de disminución. También han resurgido las
diferencias con los sindicatos, que convocaron una huelga
general en junio de 2002 contra la reforma del sistema de
protección al desempleo por parte del Gobierno.
Un tema que no ha podido resolver el gobierno del Partido
Popular ha sido el terrorismo de ETA.
107. II.- LAS TRANSFORMACIONES
SOCIALES Y CULTURALES.
II.1- Una sociedad moderna.
En el transcurso de la Transición la sociedad española ha llegado a ser más
igualitaria, así al principio de la Transición los españoles pobres lo eran menos y los
ricos también, debido a la aplicación de la reforma fiscal y los incrementos salariales de
mediados de los setenta.
El igualitarismo no es sino un testimonio de la creciente modernización de la
sociedad española. Un primer ejemplo es la disminución de la población dedicada a
la agricultura. A pesar de ello la proporción española, el 9,5 %, es todavía superior a la
de países como Francia.
Otro ejemplo es el creciente papel de la mujer en la sociedad española, cuya
tasa de actividad ha aumentado muy rápidamente a lo largo de la década de los ochenta,
pasando del 27 al 33 %, pero está muy por debajo de la media europea. Por vez primera en
la historia de España, en el periodo entre 1987 y 1988 el 50 % de los estudiantes
universitarios eran del sexo femenino. Otro testimonio de modernización, pero
preocupante con vistas al futuro, es, sin duda, la disminución de la tasa de
fecundidad española que ha pasado de 2,8 hijos por matrimonio a 1,3, convirtiéndose
en la más baja de la Comunidad Europea Sin embargo, los valores familiares
siguen siendo decisivos en la sociedad española, hasta el punto de que más del 80 % de la
población los considera los más importantes. El número de personas que viven solas es
menos de la mitad que en el resto de la Comunidad Europea.
108. La familia ha servido para paliar problemas tan graves como los del
paro, en el sentido de que muy a menudo se ha conseguido superar la
crisis que supone la ausencia de trabajo compartiendo el mismo hogar
familiar el parado y el que tiene trabajo.
Un rasgo muy característico de la sociedad española relacionado
con sus valores es la existencia de un creciente proceso de
secularización.
En cuanto a las materias políticas lo característico de España es
un cierto <<democratismo cínico>>. Todo el mundo considera que el
mejor sistema de gobierno es la democracia, pero son pocos los
dispuestos a colaborar en cualquier género de asociacionismo colectivo
o cualquier trabajo voluntario. Quizá la excepción en este sentido son
las generaciones más jóvenes. En España existe una manifiesta actitud
crítica contra los profesionales de la política, los menos apreciados en
el conjunto de la sociedad española.
109. II.2- La lenta transición cultural y
nuevas perspectivas.
En realidad no se puede decir que existiera a lo largo de la transición
política un fenómeno semejante en el terreno cultural. Se trató de
dos fenómenos autónomos y distintos, aunque también puede decirse
que el mundo de la cultura contribuyó al cambio político y lo
acompañó.
La transición cultural ha sido posterior en el tiempo a la
política, de tal modo que puede decirse que el cambio en este terreno
tuvo lugar aproximadamente a la altura del año 1985. Hasta esa fecha la
cultura española ha estado principalmente protagonizada por quienes
empezaron a desempeñar un papel importante en ella a mediados de
los años sesenta. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que hasta el
momento actual desempeñan un papel muy importante en la cultura
española los pintores del grupo <<El Paso>> directores de cine como
Luís García Berlanga, actores como Fernando Fernán Gómez o
dramaturgos como Francisco Nieva.
110. En general, un rasgo muy característico de la cultura durante la transición
ha sido la referencia histórica. Ese tratamiento del pasado aparece referido al
franquismo en el caso de La escopeta nacional, de Luís García Berlanga (1977),
sarcástica referencia a las cacerías de la época franquista, y se ha reproducido
también en toda una literatura en torno a la persona de Franco (Francisco
Umbral, Manuel Vázquez Montalbán), el relativo a la guerra civil que centra la
obra teatral de Fernando Fernán Gómez Las bicicletas son para el verano (1982)
o la película La vaquilla, de García Berlanga (1984). En general, el pasado no se
utiliza en todos esos casos de una manera beligerante o agresiva, sino que se
pretende asumirlo desde la nostalgia o la ironía.
La cultura durante este período ha tenido mucho de recuperación de
aquellas etapas La propia concesión del premio Nóbel de Literatura a Vicente
Aleixandre (1977) puede entenderse como una recuperación de la tradición
liberal española. Literatos (Rafael Alberti), ensayistas (Salvador de
Madariaga, María Zambrano), historiadores (Claudio Sánchez Albornoz) a
los que el exilio había separado de España se incorporaron en los años de la
transición a la cultura española. En artes plásticas la devolución del Guernica y,
en general, la recuperación de Picasso restableció un vínculo con un pasado
que había sido trágicamente borrado como consecuencia de la Guerra Civil.
111. La concesión por parte de la Administración de medallas de oro
de Bellas Artes a artistas como Antoni Tapies y Eduardo
Chillida es una buena prueba de esta actitud. Esta tarea de
normalización, aunque luego fue prolongada durante la etapa de
gobierno socialista, se emprendió y ejecutó en lo esencial en la
etapa de UCD. En Volver a empezar, de José Luís Garci, primer
Oscar cinematográfico español (1982), el protagonista es
precisamente un exiliado que recibe el homenaje de su tierra
natal.
Otro rasgo ha sido la popularización de la cultura. Los
Museos y ferias de arte (como ARCO) son buenos testimonios de
esta divulgación. Algunas de las películas de mayor recaudación
en la historia del cine español (La Colmena, Los santos
inocentes) están basadas en textos literarios de los grandes
novelistas españoles (Camilo José Cela y Miguel Delibes).
112. II.3 - Las nuevas perspectivas culturales.
a) Una nueva política cultural: hizo posible la Ley del Patrimonio
Histórico (1985), y las relativas a mecenazgo. La construcción de una amplia
red de auditorios musicales, la creación del Museo y Centro de Arte Reina
Sofía o la ubicación de la Colección Thyssen Bornemisza en España fueron,
quizá, los aspectos más relevantes de esta política de obras.
b) Nuevos creadores y tendencias. El verdadero cambio en la cultura
española data del año 1985. Rasgos de los creadores que aparecieron entonces
son el cosmopolitismo. Novelistas (Antonio Muñoz Molina, Javier
Marías) pintores (Barceló, Sicilia) o de los directores de cine (Pedro
Almodóvar) resultan muy a menudo poco casticistas o específicamente
españolas
c) Nuevos hábitos culturales. Las diferencias más apreciables respecto
a otros países europeos son, el menor consumo de lectura y por el contrario,
vemos más televisión. Tan sólo recientemente se ha llegado a un consumo
desarrollado de periódicos, en especial en la mitad norte de la Península.