1) La historia cuenta la leyenda del origen de la flor copihue en Chile. 2) Rayén, una joven mapuche, esperaba a su amado guerrero Maitú en la cima de un roble cada vez que él partía a la batalla. 3) Un día, Maitú no regresó de la batalla y Rayén lloró desconsoladamente, convirtiendo sus lágrimas en flores de sangre que se convirtieron en el copihue.
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El copihue, leyenda
1. El copihue
Mi abuela me contó que hace muchos años a ella le contaron que en los bosques del
sur vivía una niña llamada Rayén. Cuando creció, se enamoró de Maitú, el guerrero
más valiente de su tribu quien estaba prometida desde niñez. Ellos eran muy
felices y cada vez que Maitú salía a luchar por su pueblo, ella lo esperaba
observando desde el roble más alto del bosque, para ver de lejos la polvareda que
levantaban los guerreros al combatir. Así, cuando regresaban, ella salía al
encuentro de su joven enamorado.
Un día de primavera, Maitú partió con los hombres del pueblo, a una batalla a
orillas del río Toltén. Rayén estaba muy triste. Como siempre, trepó al roble más
alto, pero esa mañana no vio a su amado no volvió.
Desconsolada, Rayén lloró y lloró inundando con su pena el bosque. Derramó
tantas lágrimas, que se convirtieron en flores de sangre. Primero se colgaron de los
árboles, y al ver que el dolor de la muchacha no se detenía, se tiraron a sus pies,
diciéndole que con pena les había dado la vida y ellas le darían alegría.
De este modo, Rayén se tendió en el suelo y se transformó en alfombra roja que
salió volando por los cielos. Así la hermosa muchacha fue al encuentro de Maitú.
Desde entonces florecen los copihues, recordando el dolor de la muchacha y el
valor del guerrero que luchó hasta morir.