1. Poemas para Programa Radio Web – I. Odgers
Isabel Matta Bazan -Perú
(3 POEMAS DE “SOLEDAD NUESTRA)
NO QUIERO
Preveo el silencio de los autos
el silencio de mi espalda.
el silencio del silencio.
y lo peor, mi húmedo silencio.
Nones. Aleja tu falo dorado.
Los palafitos me pertenecen.
AZUL, AZUL
Las luciérnagas que perdieron su luz
te rodean, estrella azul, azul.
y se quiebran lentamente
y en el sueño te poseen
estrella azul, azul.
Fascindas dejan valles, queman campos
y arremeten a tu encuentro.
Pero eres ficción
y ninguna te halla,
aunque te proclames,
aunque te corone,
aunque digas
“ pienso, luego, existo”.
CONQUISTADOR
No toques mi tablero de ajedrez.
Expulsa tus caballos, tu rey maligno,
tu reina prostituta y cortesana,
que los peones son libres
en mi tierra de cuadrados.
Toman desayuno y no escupen sangre
(la que quisieras mezclar con cemento
para construir tus centros comerciales).
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2. (4 POEMAS DEL LIBRO “REINA MORIBUNDA”)
La cocina es un fogón de infierno
los pescados se han quemado
las hormigas multiplicaron sus antenas.
Soy la muerte comiendo arroz
en bancas de madera recién labradas.
Mi padre ausente, mi amor ausente.
Los pichones muertos de la tarde
han caído de árboles azules
con olor a almendras.
Tras mis ojos
se oculta un rostro lleno de máscaras
que se forjan como bronce caliente.
¿Podré recordar mi nombre mañana,
o caminaré cinco mil peldaños
para deshacerme de los vestigios del olvido?
Piel o cementerio. Manos o nichos.
El amor se esconde como un pequeño cadáver
que no sabe donde resucitar.
El silencio lo esconde en su puño
en sus manos mezquinas, reservadas y egoístas
en sus líneas, que como nichos o trincheras
ocultan los albores del amor.
Siempre hablaba el crepúsculo con su boca de muerto.
Jugaba con el viento sobre la arena como un fantasma
y nadie conocía la imagen de su mirada al alba
o el canto de los gallos al amanecer.
Ni siquiera el sonido de los pájaros. Todo era crepúsculo.
Animales adoloridos de frío, gente y sombras. Sombras y dolor.
Y después del crepúsculo, la noche. El crepúsculo y la noche.
Como si dijera: “y después del dolor, la muerte,
y luego el dolor y vuelta la muerte”.
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3. Cuando no soy río soy mar que besa el malecón.
Soy montaña donde no crecen los cactus.
Cuando no soy río bravo, intenso y feliz
soy árbol olvidado en plena carretera.
Cuando no soy río de extensiones magníficas
soy la piedra que se sumerge sin sentir.
Porque el río es la constancia de la felicidad,
a veces rápido a veces lento
pero siempre caminando hacia delante.
Pero cuando no soy río
soy la casa donde se velan los difuntos
y no he de sonreír, ni mirar,
ni gritar al cielo, ni recibir los dones.
Entonces soy
la pluma que no se mece con el viento
las piernas que se destrozan en un solo lugar.
Como un perro que súbitamente amanece alado
persigo el hueso con menos esfuerzo que ayer.
De noche lo hago mejor porque la carne duerme,
el espíritu se levanta y las piedras ciegas
hablan lentamente con esa boca que apenas se abre.
Las polillas bogong le tememos al sol,
nos seca las articulaciones cual bisagras de biombos chinos
atacadas por el óxido espeluznante que nos marca el tiempo.
Como ebrias trasnochadas buscamos el osario entero
hacemos lo que sea por hallar el esqueleto completo
nos sumimos bajo las cuevas llenas de ecos, lechuzas y arañas.
Y nos odian porque lo destruimos todo con el pensamiento.
Obsesionadas por los capullos tejemos como locas
para no morir quietas como los gorriones en invierno.
Y tejemos y volamos y nos llenamos de placer sólo en la noche.
Esquizofrénico vuelo nocturno, medicina urgente, viento azul.
Otoño, no digas que nos viste, sólo déjanos volar al norte
cual cometas en miniatura que anhelan recalar en el llano.
Que nuestra apariencia de barro no asuste a las flores
sólo déjanos hallar la poesía, nuestro hueso predilecto.
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4. (3 Poemas de poemario inédito que publicaré el año 2009-
temática mística)
EUCARISTÍA
A unos metros tu santo corazón me espera
y pienso cuántos pasos me hacen falta
Para llegar a ti, para que llegues a mi
¿cuántos pasos me hacen falta?
para que al fin tu amor toque mi alma
y no se seque como un papel bajo el sol.
REVELACION
La lluvia es su voz a gotas, el sol su risa de fuego,
el viento respiración en mi alma y luego calla,
y ese silencio apretado es música de confrontación
de espejo con ojos irreales, de distorsión anímica
de conciencia en otro cuerpo, de cuerpo engañoso.
Quién podría mirarlo y luego no hacerse preguntas,
¿quién? si El es todo, ciencia natural y misterio,
jardín de revelación, pozo y manantial, río y océano.
SI ME TOCARAS
Naces, transformas, amas, resucitas,
tocas las piedras y se enamoran de la tierra
tocas el mar y se transforma en vereda.
Si me tocaras sería más luz que noche
más mano que espalda, más silencio que palabras.
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5. Roy Dávatoc - Perú
Poemas varios
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No salgas a la calle; decías,
afuera los niños se anuncian con sangre
y me romperían el vientre a patadas.
Las arterias de Lima no se encienden como en la sierra
y tú lo sabes, madre;
debo aprender a sembrar las miserias de la muerte
para no comer de mi padre sobre la tarde.
Extraña manera de saborear la vida
en Lima,
he aprendido a traer las guerras entre dientes
mientras clavan de rodillas a los hombres
a la vuelta de una amarilla calle.
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A plantar en esta tierra no volveré;
porque han sido arrancado de ella mis pasos
y Lima me ha dejado sedentario.
A quien le quede algo de árbol o de mar en su mano
que regrese de la urbe
porque aquí se añora la sangre que nutre la plaza.
Que venga, que llegue,
que convoque sus fantasmas y sus ejércitos,
que hable de patria o de muerte
sin que nos ejecuten por la nuca.
Que pida consejos a este o al otro Dios
y en su nombre o en el nombre de los hombres
libre batallas inútiles.
Pero que vuelva pronto,
que me asesine e incendie este poema,
y vuelva empezar
sobre las cenizas de lo que no debe morir.
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6. Si fuera un puño.
Si fuera un puño violento
te haría pedazos.
Luego polvo.
Polvo fino.
Entonces te ausentarás.
Te irás de mis manos,
y te dejaré ir.
Serás sólo la ausencia envolvente,
asfixiante e imperceptible.
Te transpiraré y te respiraré;
y vivirás en mí;
doliente e inexorable;
inevitable.
Entonces;
colgaré mis fuerzas y mi violencia,
y sólo viviré donde existas;
cerca de mi escondite,
en esta asfixia que llora y gime,
porque si me resisto,
aunque no quiera,
yo también me volveré polvo:
polvo fino.
Conversación
-Hace mis 50 años atrás-
(Que no te sorprenda si soy aquel viejo
que jugaba a volar mariposas
al pie del árbol de tu casa)
La muerte no cabe en mi
aunque huelo a ella siempre;
aunque sea ese pájaro salvaje
que le gusta jugar con mis ojos…
la muerte no cabe en mi.
La muerte tampoco cabe en ti;
porque tienes más luz que el cielo
y más fuerza que el mar….
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7. la muerte no cabe en ti.
-un niño camina de rodillas
y le reza a un árbol atravesado
por una bala perdida-
(La muerte se ha olvidado
de levantarse temprano
y se ha olvidado de cantar)
Nota: Ése niño y ése anciano soy yo.
Dos
A la misma que nombro
hoy la sostengo desde el balcón
con el borde de mis labios;
la siento áspera,
con humor de madera;
y ha perdido el perfume;
ese aroma salvaje
que la hace libre.
Mi lengua la acaricia
y la devuelve,
la posa sobre mi mano,
esa palma ajada
que tiene su rostro.
Mis ojos se compadecen
porque algo en mi vive
cuando la veo vibrar
por los besos que le da el viento.
I.-
Lo que no sé,
es hasta dónde llegar
con éste poema,
ahora que la sensación
ha invadido
mis buenas intenciones,
ahora-solo-,
cuando me descubro en la mitad de mis caminos
y veo perdidas las horas,
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8. las largas horas inacabadas de mi vida.
III.-
Hijos del mundo,
sumen su vida y no su muerte
en los días de otoño;
cuando su mano dormida
bloquee la sombra
antes de morir su esperanza.
Es sólo un paso
éste acento sin armas,
es sólo una cuerda
sin gemidos de odio
cuando abrace el silencio.
Hijos del mundo,
no afilen sus palabras
ni asalten la noche para llorar;
ofrezcan sus brazos a la libertad
y añadan su experiencia de vida
antes de empuñar la soledad
Dulce Soledad.
Noche;
tu boca tiene prisioneras
todas mis formas de amarla,
todos mis sueños de carey,
toda su geometría traslúcida
cubriendo de estaciones la pared.
Noche;
aquí al filo de mi mesa
dame un sedante su olor,
-una mezcla de rosas y nardos-
para que el otoño
no sea violentado en un minuto;
para que mi sangre
sea continuamente instantánea;
para que su nombre sea el mío
y nuestro pedazo de pan
siempre la canción más pura
y su mundo eternamente plano..
Inverosímil.
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9. Lo romántico y lo patético
es que te amo cuando nos embriagamos,
amo la lujuria que desatas antes de amanecer,
amo el vacío que llenas en mi cama,
el silencio que rompes de mi alcoba
y la voz que le das a mi almohada.
Amo
-y sin mentirte-
las frases huecas de despedidas
que ahora extraño y no supe festejar.
Veinte.
Huir en otra piel
y abismarte entre las sombras
no cubrirán tus alas
ni abrirá el sendero en tus cabellos;
pero sucede
que si dejas a merced tus instintos
para poseer y sentirte poseída;
tu cuerpo caerá en mi demencia
y se agitará en guerras.
Entonces,
te cuidado
con la nube en tu cabeza
que te arropa con sábanas rosas.
Sed.
Las almas se declaran en huelga
-pasa un hombre,
pasa un árbol con la sien atravesada por una bala-
dejando como única herencia
promesas en el paraíso.
Las manos no se planchan
pero se lavan la sangre de las uñas
-el mundo gira cuando se dispara un revólver
y una niña llora a rodillas de su padre-
mientras algunos
nos mienten a diestra y siniestra.
Una mujer llora la ausencia de su hijo
-y yo tengo ganas de violar a Dios
para reclamarle mis plegarias-
y en el puño
siembra el ojo morado de un ángel
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10. Tocan la puerta.
Tocan la puerta; mujer,
la puerta que nadie atiende hace años,
la que tiene bolsillos como los pantalones
y late condenándose cuando te ausentas.
Tocan ocultos con el amor de dos niños
mientras la tarde cae celosa
con lluvia de palomas,
prisionera de amargura y de distancias.
Pero entre tú y yo
solo existen segundas criaturas;
todas en puntillas junto al muro,
con hilos negros sobre las faldas.
Y ahora
que todos los desánimos se han marchado,
se quedan contigo mi alma
mi voz
y mi palabra.
Como dos hermanitos.
El Perú cada día se desbarata más
y cada día se pone más sordo y torpe;
las palabras de buena fe ya no funcionan;
han caído entre el lodo
y ya nadie las quiere usar.
No es posible competir sólo con palabras
contra rifles y cuchillos;
por eso,
debemos decidir para liberarnos.
Aquí todo poblador muere por la boca
o por la sien
si no concuerdan con las ideas del feudal.
Esto parece un cuento de nunca acabar.
Ludwing me dice con mucho afán
que en Colombia
la revolución ha tomado gran importancia
y también han empezado a quemar las biblias
para despertar al pueblo.
Este es el concepto asertivo del sacrificio
que es menester
para que dejen de hablar por nosotros los fusiles
pero con tristeza
nos es imposible aquí en el Perú.
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11. Inocencia.
Debe hacerse la luz para nosotros
mientras los demonios consumistas
están durmiendo
entrepernados
en sus butacas de cuero fino; le dije.
Me lanzó una mirada indecisa
y frunciendo en ceño
se alejó a servirse un poco de tequila.
Me dijo que él no tiene altar ni patria
y no espera inmolarse
por un sudario que no es el suyo,
pues cree que al final
hasta las estrellas sangran en compañía de los pétalos sin luz
cree que el rocío
es el nombre de una mujer que le gustaron las flores.
Astilla.
El Perú
se ha puesto peligrosos para los hombres como él:
carentes de entendimiento.
Él es uno de los tipos
no muy bien vestidos frente al muro de su infancia;
me recuerda mucho a mí
cuando bendecía mi boca
cada vez que comía la forma consagrada de la iglesia.
Él también se siente un pecador
porque en su pecho
sólo hace amargas las noches
y en su frente
la podredumbre le sabe a mares y a lunas.
Necios.
Yo le había dicho que afuera todo es peligroso,
incluso los pájaros en la cornisa.
También le advertí
que le podían extirpar el corazón a poquitos,
pero aún así
se aceleró como un rayo
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12. y fue a parar a ese lugar oscuro e infectado por faldas cortas
y buenas piernas femeninas.
Poema 1
Como en barrotes
prisión de humor;
del cielo roca y carne,
furia libre, silvestre
cierre de día con deslumbre.
Puños tontamente mojados
con letras de tempestad,
de saliva descompuesta,
tirada cuál sangre en el renglón.
Sal de mina en los jaspes,
reflejos rajados, casi rotos,
como el vapor sabor mar;
tristeza, furia de danzas
rotas en mi cabeza, las penas…
Al final, sólo sueños incendiados.
Vida y muerte.
Vida y muerte
es mirar el mundo en un disparo
y sentir resbalar la sangre
para estallar con grandes gemidos de animal;
es tomar un grano de arena con el dedo
-húmedo-
sumergirlo en la boca y con él
descubrirse en medio del océano;
es voltear a mirar a la gente
y en ese gesto acariciar el hálito
de alguien que a pasado a trote.
Vida y muerte
es tocarte las manos y tener el sentido del tacto
dispuesto
-como Dios para el hombre-
al lado derecho de la palabra
Todos mis domingos se incendian.
Afuera ruge el cielo como un desgraciado
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13. mientras tú y yo nos suicidados con las puntas de los dedos
como esas niñas muertas de risas: adolescentes madres recién paridas.
Afuera todo es fantástico y todo peligroso, todo es sangre
cuando tú y yo queremos besarnos como dos tórtolas y nos inyectamos luz
en los pies todo se enciende y todo se consagra,
y apareces luminosa, incendiada de otoños en la cara y en los cabellos,
y revientas en mí como agua salada que carcome las heridas.
Ya todo ha cambiado; los niños sueñan recostados en esos postes pintados de
saliva
negra es esa enfermedad que llenan sus pulmones y su cabeza
y se nos rompen los pechos diminutos mientras estamos acompañando a la
muerte.
Suciedad....digo: sociedad.
Debo probar la cárcel en estos días
porque mi palabra no será regida apocalípticamente
por relamidos columnistas de prensa amarilla.
Cuida a los niños, mujer,
porque afuera nos llenan de plomo los cuerpos
con el traca, traca, traca, de las ametralladoras
ahí los hombres caen como hojitas secas
y no quiero llorar sobre charcos de sangre.
Tú también cuídate del señor feudal
y de los Judas que siguen vigentes en los hospitales;
no vaya a ser que quieran derramar más sangre bajo el puente
para crucificar tus palabras entre barrotes de acero.
Dile a los niños; amor,
que pronto haremos presente tu palabra y la mía
y estaremos escapando de este surrealismo absurdo.
VIII
Mi madre
tiene la paz de los muertos y la quietud de una flor;
tiene la fragancia de nardos ,
de cantutas y geranios cuando la poso en mis brazos;
mi madre
tiene la lengua de fuego que va anunciando mi muerte;
tiene la forma de mis manos y de mi pecho,
y de la tibia luz en mis labios,
amaneciendo.
VII
Quiera Dios, quieras tú y el tiempo; madre,
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14. que no me dejen crucificado de las venas
porque ya conozco el dolor.
Esta carne mía que arde a rojo vivo,
se aprisiona como paloma
y se hunde en su necedad;
clama,
en esta fría prisión,
donde la sangre se bebe caliente,
a sorbitos y pausadamente.
V
Mi madre es aquel árbol que anhelo ser,
el de los buenos frutos y buena sombra;
mi madre tiene los pasos enfermos
sobre los caminos graves,
la luz del cielo y del sol,
tiene los restos y los rastros
que algún día heredaré.
Mi madre es el rojo umbral directo al corazón,
es el latido del mundo
y de mi mano abierta que pide perdón.
Locos.
A veces ni tú ni yo
necesitamos pastillas,
ni jeringas o chocolates
intuyo, tal vez
necesitemos algo de lluvia
o un pasto verde dónde descansar;
quizá agua de hierbaluisa o manzanilla
para calmar algunas neuronas alteradas.
Creo que debe ser porque
hoy estamos a la altura de los muertos;
quien sabe;
o quizá yo esté desvariando
porque veo próxima mi locura.
En Pallasca hubo un niño
A Bernardo Rafael Álvarez
El fue el niño que corría como el viento
con un toro de trapo y otras deudas ,
con ese toro rojo que mugía sobre sus hombros
en los grandes prados que le dibujé.
-con mi mente-.
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15. Aquel niño
que se mira en los bajos fondos del cielo
imponiendo tonos raros
a la soledad,
haciendo rebotar las piedras,
mientras se introducía a la boca
-como caramelos-
esos versos sufridos de Vallejo
y ahora,
juega con mi mente al Yan-ken-po.
Biografía:
Roy Dávatoc, seudónimo de Roiser David Dávila Atoche (Jaén-Perú, 1981).
Actualmente reside en la ciudad de Lima.
Estudia la carrera de Administración de empresas en la universidad nacional
Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” .
Forma parte de la fundación cultural “Laberintos” en Colombia y es miembro del
grupo literario “Puka Yuraq” en Perú.
Algunos de sus poemas y textos han sido publicados en las revistas literarias
como: “Remolinos” de Perú; “El quirófano” de Ecuador,”Poeta” de Argentina,
“Antropofagia” de Colombia, “Letras” de España; así como también tiene
participación en la revista “Atanor” de España; y el centro cultural “El túnel” de
Pamplona-Colombia y algunos blogs que usan algunos poetas para la difusión del
arte.
También se hace presente a través del la difusión televisiva “Arte y Cultura” que
dirige la poeta española Antonia Pérez García
Publica este 2009 su poemario: Confesiones para Raziel; con la editorial
alternativa OREM; de la ciudad de Trujillo-Perú.
Para contactos con el escritor.
roy.davatoc@gmail.com
www.roydavatoc.blogspot.com
Silvia Rodriguez - Talca, Chile
Eterno retorno
¿Quién a mi en esta hora?
Las horas se tornan marfil
comienza otro movimiento en la ciudad
y yo con intenciones
de seguir bebiéndome la vida
en una sola noche.
Nada que hacer, los bares cierran
se termina el copete y beber en casa
es más aburrido que un lunes
a las nueve de la mañana.
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16. Pateo un árbol inocente
mientras espero locomoción,
arrojo piedras al día para que se vaya.
Serán eternas las ganas de beber
pero no puedo esperar la puta noche
en esta maldita esquina.
Resignada, camino en perfecto zigzag
las dos cuadras que faltan para llegar a casa
donde madre y hermanos esperan
a esta pobre criatura de dios.
Se me olvida, eso era en la infancia
ahora soy grande. Madura. Independiente.
Tanto para decir que vivo sola con mi boca
que a veces extraña una mesa compartida y
un plato de sopa.
La maldita chapa de la puerta,
se corre de su lugar
me esquiva la llave,
no me quiere dejar entrar.
Como siempre el destino
es tan injusto conmigo.
¡Ya! ¡Listo! estoy acostada
con la ropa aún puesta.
Estoy como ángel en semana santa.
Pienso que nunca más. Es la última vez que bebo.
Prometo cuidarme, dejar de beber unos meses.
La verdad, necesito dormir tranquilita
para eso me digo mentiras
a conciencia que después de la resaca
todo comenzará de nuevo.
Antifaz innecesario
Esta es mi máscara. Mujer de esfuerzo y porfía.
Porfiada, testaruda como tronco de álamo.
Esta es mi máscara, Venus doméstica, cotidiana
pariendo versos, limpiando historia, muebles,
sacudiendo estrellas antes que la noche se prenda.
Esta es mi máscara, perra que a solas
Corta el cordón umbilical
Donde nacen fantasmas y pesadillas.
Esta es mi máscara, hembra simple. Quebrada.
Reconstituida. Ignorada. Reconstituida. Hecha mierda.
Reconstituida gracias a estas rodillas que codo a codo
han sabido encontrar Puerta.
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17. Esta es mi máscara, partera de pueblo,
Provinciana de talones partidos
con olor a sauce y ruido de reguero
torso polvoriento entre matas de toronjil
y otras hiervas milenarias.
Esta es mi máscara, mujer magma. A la antigua usanza.
Habitual escribidora. Eterna respiradora de noches seráficas.
Carne pálida entreverada con la memoria
Mujer al fin, cruzando espejos donde las máscaras
No existen.
No se conocen.
No sirven.
Muérete poeta
Que pena Silvia, que pena
A esta puta vida no hay como darle gusto
Te quemas las pestañas pensando
Escribiendo con pulmones
Que amanecen tosiendo por resfrío
Y humo de cigarros bien fumados
Creas poemitas. Cuentitos, una novela
Que postulas y los eruditos rechazan
El jurado entiende de palabritas provincianas
No tienes técnica pueblerina de mierda
No sabes que todo es técnica hoy en día
La penicilina emergente se aprueba
Después del lobby el codazo y la coima
Deja esa postura de poeta o escritora
De no comprar comida para juntar la moneda
Para la botellita de vino y el cigarro
Deja de sacarle punta a la noche
Y amanecer escribiendo que tus creaciones
Son bumerang que nadie recoge
Entiende pendeja, el palo al gato
Así, con cueva, se lo darás
Después que te mueras.
Amantes de una hora
Ayer no pude ausentarme de tí
de abrir la noche al medio día
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18. en ese motel de mala muerte
que nos da vida por cuatro lucas
la hora con derecho a una piscola.
Después de un mes, una hora
con la carne desplegada al viento
lamiendo hasta los suspiros
y el aroma a pisco que intercambiamos
entre cada beso.
Por una hora somos inmorales
pero inmorales felices llenos de lujuria
y pócimas diabólicas
porque sí, estás embrujado
con la tempestad de mi carne.
Ayer después de un mes cayendo
en la rutina cotidiana de lo aceptable
estuvimos vivos, resucitamos
por una hora a la hora de almuerzo
fuimos pintores rayando la obra maestra
con pinceladas de locura.
Enero 2009
Música Marc Anthony
Celine Dion
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