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INDICE
    INTRODUCCION

I. CONVENCIDAMENTE DEMOCRATICO
   • Debatir en tomo a la democracia.
   (14 de junio de 1991)
   • La democracia de fin de siglo.
   (31 de enero de 1991)
   • Democracia: responsabilidad de todos.
   (20 de julio de 1991)
   • La depravación democrática.
   (27 de septiembre de 1991)
   • La elección del 18 de agosto.
   (17 de agosto de 1991)

II. COMPROMETIDAMENTE PRIISTA
    •Programa electoral básico del PRI.
    (12 de noviembre de 1987)
    • El PRI y la modernización nacional.
    (17 de febrero de 1988)
    • Atrás de las montañas.
    (28 de febrero de 1988)
    • El servidor público priista.
    (28 de julio de 1987)
    · El PRI: el reto político.
    (17 de marzo de 1990)
    • Disciplina e institucionalidad priístas: pilares retorcidos por la historia.
    (18 de mayo de 1990)
    • E1 nuevo PRI (Primera parte).
    (19 de septiembre de 1990)
    • El nuevo PRI (segunda parte).
    (20 de septiembre de 1990)
    • El nuevo PRI (tercera parte).
    (21 de septiembre de 1990)
    • El PRI está preparado para ganar.
    (9 de agosto de 1991)
    · Tiempos de cambio, tiempo de redefinición: El caso del PRI.
    (6 de marzo de 1992)




                                             2
III. GENERACIONALMENTE SOLIDARIO
• Crecer y salir adelante.
(25 de julio de 1989)
• Modernizar al país y reformar al Estado.
(7 de noviembre de 1989)
• Tercer Informe: La consolidación del régimen.
(1 de noviembre de 1991)
• Carlos Salinas de Gortari: Lo dicho, lo hecho, los resultados. Y lo que
falta por hacer.
(8 de noviembre de 1991)

IV. RACIONALMENTE LEAL E INSTITUCIONAL
• A1 grano y sin rodeos.
(11 de octubre de 1988)
• Dos años de ideas y de hechos.
(28 de marzo de 1989)
• Con la ley en la mano.
(4 de mayo de 1989)
• La ventaja política de Guerrero: Los aciertos de Ruiz Massieu.
(16 de septiembre de 1989)
• Guerrero es primero: reporte de obra.
(1 de abril de 1990)
• Quiero que crean en mí; que crean conmigo: J.F.R.M.
(12 de febrero de 1991) ·
· Persistir en la idea: lo más importante hoy para Guerrero.
(6 de diciembre de 1991)
• La obra política de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas).
(24 de enero de 1992)
• La obra económica de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas).
(31 de enero de 1992)
•La obra social de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas).
(7 de febrero de 1992)
• La transición guerrerense hacia la modernización
--a propósito del V informe de José Francisco Ruiz Massieu--.
(14 de febrero de 1992)

V. IRREMEDIABLEMENTE COMPETITIVO
• La actitud irreflexiva del P.R.D.
(10 de enero de 1990)
• Al filo de los machetes.
(9 de febrero de 1990)
•Patadas de ahogado.
(12 de abril de 1991)
•El PRD: oposición sin opción de triunfo.
(14 de junio de 1991)
•Las sumas y restas del Ing. Cárdenas.
(11 de julio de 1991)

                                      3
• Determinismos y fatalismos del P.R.D.
(26 de julio de 1991)
•P.R.D.: Antagonismo superfluo.
(6 de septiembre de 1991)

VI. OBLIGADAMENTE CREATIV0
•Cultura política.
(22 de abril de 1988)
• Tierra y libertad.
(13 de abril de 1989)
•La Revolución hoy es de todos.
(9 de mayo de 1989)
•Participación política.
(24 de junio de 1991)
• Proyecto nacional y solidaridad social.
(13 de septiembre de 1991)
• ¡Viva México!
(20 de septiembre de 1991)
•Apostar a la U.A.G.
(11 de octubre de 1991)
• Ejido: Tierra con Libertad.
(25 de octubre de 1991)
•Aprender a cambiar.
(13 de diciembre de 1991)
• Las tareas de la Reforma del Estado.
(17 de enero de 1992)
• Guerrero es primero: Misión y destino.
(21 de febrero de 1992)




                                      4
INTRODUC CIÓN




En abril de 1992, escribí un texto que compilaba una serie de artículos míos,
producto todos de ellos, de una forma u otra, de la influencia que habría causado
en mi la personalidad, talento y fama de gobernar de José Francisco Ruíz Massieu.
A casi 20 años de la primer edición, he decidido su reedición, convencido de que
algunas ideas planteadas tienen hoy todavía vigencia por pura coincidencia. Los
cambios que realice a la primera edición, han sido mínimos, a tal grado, que no
cambian ni la estructura ni el fondo de cada artículo copilado.

Ojala y su lectura coadyuve a fortalecer el ánimo que existe en toda la militancia y
en nuestros simpatizantes para recuperar la Presidencia de la República. Tenemos
que redoblar esfuerzos para lograr el triunfo inobjetable de Enrique Peña Nieto.




                                               Acapulco, Gro. Noviembre de 2012.




                                         5
INTRODUCCIÓN ALA 2da EDICIÓN
Los tiempos de cambio que vive el país y que experimenta el mundo entero,
son cambios que se plantean y se imponen muchos de ellos por inercia; son
cambios para mejorar, para avanzar, pues sería inconsecuente lo contrario. Hoy
en México, la sociedad se está modernizando y se reforma al Estado, por lo que
el QUEHACER POLÍTICO experimenta su propia transformación; Hoy, la lucha
política va mas allá de la postura ideológica y exige cambios; en el QUEHACER
PARTIDISTA.

Por convicción partidista, pero sobre todo por compromiso generacional, estoy
convencido de que LOS QUEHACERES DE LA MILITANCIA EN LOS TIEMPOS DE
LA NUEVA POLITICA; DE LA POLITICA MODERNA, deben encuadrarse en torno a
las siguientes puntualizaciones.

1. Debe como requisito existir una militancia convencidamente democrática.
Pues a medida en que avancemos en la democracia, mejoraran la credibilidad
de los partidos y de los políticos.

2. Debe ser una militancia comprometida y efectiva. Que abone al partido, no
que abandone al partido.

3. Debe ser una militancia generacionalmente solidaria. Unirse a la causa de los
demás, cuando ésta causa implique mejorar, Al partido, a su capacidad de
competencia y de persistencia.

4. Debe ser una militancia racionalmente leal e institucional. Trabajar, dar
resultados y actuar con iniciativa sin desarticular al partido.

5. Debe ser una militancia competitiva y comprometida con la democracia
Porque ante la capacidad, la eficiencia y la eficacia que hoy exige la
competencia democratica, las simulaciones ya no son factibles de sostener y
mucho menos lo son las imposiciones: Ni las bases del partido deben traicionar
a su dirigencia, ni la dirigencia debe traicionar a sus bases.

6. Debe ser una militancia obligadamente creativa. La creatividad nutre el
espíritu y abona la solidez de las convicciones.



                                                     David Guzmán Maldonado



                                             Chilpancingo, Gro. Marzo de 1992.


                                     6
I
CONVENCIDAMENTE DEMOCRATICO




            7
DEBATIR EN TORNO A LA DEMOCRACIA
La democracia es hoy el punto de discusión más importante, el tema de
reflexión no solo interesante, sino incluso determinante para la confección del
nuevo desarrollo político que demanda la moderna sociedad de México. He
aquí algunos aspectos que pueden ser tomados en cuenta para debatir en
torno a la democracia.

1. La democracia como proyecto histórico.

La Sociedad mexicana luchó en 1910 por la reivindicación de su derecho
soberano a elegir sus gobernantes; pero además, para hacer de la democracia
un sistema de vida. Esto es, decidir de manera libre y soberana las decisiones
que amerita el desarrollo social y económico de la nación.

La Constitución Mexicana de 1917, consigna a la democracia como principio
normativo para asegurar la convivencia civilizada y pacífica de la sociedad;
como valor Insustituible de nuestro proyecto histórico como orden nacional
concreto.

2. La función social de la democracia.

La democracia no es el simple rito de conocer quien tiene la mayoría, sino de
descubrir también, la cantidad de la minoría: En la modernidad no es posible la
unanimidad. La democracia es sinónimo de tolerancia, esto es, respetar tanto
los consensos como los disensos. En este orden de ideas, la democracia es el
orden y el poder la forma de hacer política para garantizar no solo su
convivencia pacífica de la sociedad, si no la ruta idónea para el arribo de los
acuerdos y la tolerancia de los desacuerdos.

3. El desarrollo de la democracia en México.

La democracia en México, ha sido un proceso inacabado en constante
evolución. No se puede decir que ha venido de menos a más, sino que su
avance ha estado en relación con la dinámica de la propia sociedad. Desde la
óptica de la competencia electoral, podemos decir que hoy las oposiciones son
la expresión de una nueva sociedad; de una sociedad moderna, más plural,
preparada y critica. Pero si somos objetivos, agregaríamos que la flexibilidad de
nuestro sistema político mexicano ha tenido su que ver y su que hacer al
respecto: ha tolerado lo que se tenía que tolerar; lo suficiente para garantizar la
paz social, la vida democrática y la alternancia política.




                                       8
4. El abstencionismo como síndrome de la democracia.

El abstencionismo es el fantasma de la democracia, Es un síndrome que no es
privativo de México sino que afecta a todo el mundo democrático. Mil
conjeturas se han elaborado al respecto; yo solo me referiré a una
exclusivamente: al fenómeno de la globalización.

La globalización, no es más que el resurgimiento del individualismo; es decir, al
sujeto histórico ya no le llama la atención los proyectos o propuestas globales,
lo único que le interesa es lo que le afecta o beneficia de manera directa e
inmediata. El reto pues de todos los partidos políticos modernos para agotar el
abstencionismo, es encontrar y no perder de vista su función social: ser
vehículo de la expresión, exigencias y demandas de la colectividad.

5. La modernización de la democracia.

Cuando Carlos Salinas de Gortari habla de enfrentar el reto de modernizar la
democracia, lo hace ante todo con realismo político. El presidente Salinas, en
efecto, no está inventando nada nuevo y menos moderno, solo se propone
encarar a los intereses que impiden el avance democrático que exige la
sociedad. Modernizar es, aclarémoslo de una vez por todas, actualizar los
medios, los usos y las formas en que opera la democracia en México.

La modelización de la democracia, como dice José Francisco Ruiz Massieu, no es
un reto apto para aquellos que se sienten tanto héroes democráticos, como
para aquellos que se sienten antihéroes del proceso democrático. Es un reto
que pone a prueba la voluntad y el compromiso de avanzar hacia una
democracia menos imperfecta.

Finalmente diré que: el debate siempre enriquecerá el avance de la
democracia, pero su menosprecio; la puesta en tela de duda de su vigencia,
Como estrategia simplista, venga de donde venga, solo aumenta la conjunción
de la propia democracia y pone en riesgo la credibilidad.

Debatir en torno a la democracia, nos permitirá encontrar lugares comunes
para asegurar su persistencia como sistema de vida, como orden político, como
herramienta para garantizar la convivencia civilizada de la sociedad.




                                      9
LA DEMOCRACIA DE FIN DE SIGLO

                                                          (31 de enero de 1991)

El pasado 24 de enero, en el marco_ del "Dialogo Político para los 90",
organizado por la LIII Legislatura del H. Congreso Local que coordina Israel
Soberanis Nogueda, en la ciudad de Taxco, tuve la oportunidad de escuchar y
comprobar que José Francisco Ruiz Massieu, es un hombre a prueba de retos.

En efecto, el gobernador ha innovado en la cultura política al proponer una
política moderna de ideas y de hechos, donde el punto central es desterrar
viejos abusos e instaurar nuevos usos; pero especialmente en la estructura
jurídica, al modernizar casi integralmente el cuerpo de leyes que tenía nuestro
estado; leyes y ordenamientos que poseen un carácter eminentemente de
compromiso popular y que incluso han sido consideradas innovadoras a nivel
nacional. También ha hecho lo propio en la administración pública, al crear un
cuerpo burocrático que atienda las demandas asociales más sentidas en
nuestra realidad estatal; como la procuraduría social de la montaña en la obra
pública, al lograr el respaldo y aprobación del Presidente Salinas para la
construcción de la supercarretera Cuernavaca-Acapulco, obra cuyos efectos
empezaremos a apreciar cabalmente después de varios años de su conclusión;
y en la vida partidista, al encabezar la tarea de irrumpir en la elección interna
de los candidatos del PRI cuyos costos sólo pueden ser afrontados por políticos
de piel dura, pero que comprueba que la innovación es un reto necesario para
lograr avances significativos.

Hoy José Francisco Ruiz Massieu, convoca a la pluralidad política del Estado, a
un diálogo democrático cuyos hechos logren una transformación democrática y
una nueva legislación, sin lesionar la observancia de la ley y las reglas de
civilidad más elementales. La propuesta plantea algunas condiciones que, a
juicio del Ejecutivo del Estado, deben reunirse para llevar adelante la vida
democrática en la presente década.

   1. La propuesta:

Según Ruiz Massieu, el eje para lograr un cambio democrático de ruptura, es el
consenso: El pacto político.

   2. El método:

Consiste en entender a la democracia como proceso; un proceso colectivo,
endógeno e inacabado.

A) Colectivo: por ser tarea de muchos y no quehacer cerrado de pocos.


                                     10
B) Endógeno: Pues solo compete a los mexicanos definir.

C) Inacabado: por estar la democracia siempre por abajo de las expectativas
ciudadanas.

3. El marco de referencia:

La democracia debe ser vista en razón de su contenido y sus respectivas
afectaciones en lo económico, lo social, cultural y lo político.

4. La principal variable:

Es la efectividad del sufragio. Es necesario entender que la democracia no
puede reducirse a la alternancia en el poder.

5. Los indicadores o condiciones de la variable:

A) Igualdad (razonable) en la competencia electoral.

B) Imparcialidad en la organización, desarrollo y calificación de los comicios.

C) Observancia de la ley por parte de todos los contendientes.

D) Una nueva cultura política que equilibre la búsqueda del poder.

E) La conciliación por parte del sistema electoral de:

-La pluralidad política.

·La eficacia institucional.

-La estabilidad política.

F) Consolidar un sistema de partidos.

G) Concretar un régimen legal basado en consensos básicos que apuesten al
proceso democrático y garanticen un proceso comicial transparente.

H) La armonización de soberanía popular con soberanía nacional.

I) Equilibrio entre las esferas y órdenes de poder: Horizontal y verticalmente.



6. En pocas palabras:

Sólo a través de los consensos y pactos entre los contendientes será posible
lograr un cambio rápido y profundo en la democracia.




                                        11
Para Ruiz Massieu, las elecciones de 1991 son un desafío no apto para aquellos
que se sienten tanto héroes democráticos, como para aquellos que se sienten
antihéroes del proceso democrático. Es un desafío que pone a prueba la
voluntad y el compromiso de avanzar en la democracia; en la democracia de fin
de siglo.



                 DEMOCRACIA: RESPONSABILIDAD DE TODOS

                                                            (20 de julio de 1991)

La democracia en México no es una meta sino un proceso dinámico en
constante perfeccionamiento. La democracia que practicamos está concebida
como sistema de vida que se renueva, pero que no se puede ni debe
inventarse espontáneamente. La democracia es condición para garantizar un
desarrollo armónico y una convivencia pacífica; por lo tanto, la vigencia y
funcionabilidad de la democracia es responsabilidad de todos: ciudadanos,
partidos políticos y gobierno.

1. Democracia y Ciudadanía.

Por naturaleza, la democracia se da en virtud del derecho potestativo de la
ciudadanía a elegir la forma y representantes de gobierno que mejor juzgue
convenientes; la democracia se concretiza a través de la voluntad soberana de
los pueblos. En México, ejercer la democracia no solo es un derecho, sino una
obligación.

Hoy más que nunca, la ciudadanía debe participar en el proceso electoral
emitiendo su voto; lo que está por decidirse, es nuestra actual realidad. En el
futuro inmediato de México, se asoman nuevas formas y estructuras de
relación social que urgen se convalide la decisión de salir a su encuentro, o por
el contrario, rectificar el rumbo, el ritmo y la dirección.

No hay pretexto, todos sabemos que la sanción soberana no solo es importante
sino determinante. La ciudadanía no puede permanecer al margen, debe
decidir que quiere; debe votar este 18 de agosto por lo tanto, también la
ciudadanía está involucrada en el reparto de credenciales de elector y debe
preocuparse por obtenerla. Sin credencial de elector, no se puede sufragar, no
se puede votar, no se puede practicar la democracia.




                                     12
2. Democracia y Partidos Políticos.

Los partidos políticos son de acuerdo a la ley entes de interés público, a través
de ellos, la ciudadanía encauza sus preferencias en razón de su interés o
pertenencia social. Los partidos en México convalidan la existencia de la vida
democrática; compete a ellos velar porque prevalezca de manera real y
efectiva. Los partidos se fortalecen con el voto ciudadano, es por ello que
debe prevalecer en los partidos la vocación democrática.

La función protagónica de la existencia de los partidos se da en el proceso
electoral. En las elecciones se gana o se pierde, pero lo que no se vale es
usurpar triunfos y mucho menos pronosticar y desconoce derrotas; esa, es la
ruta perforada de la frustración y la incapacidad de triunfo juntas. Es en el
primer caso, es atentar contra la democracia; en el segundo, una agresión
premeditada cuyo fin es confundir al electorado y provocar la alteración del
orden público.

Hoy, ante el próximo proceso electoral, la postura de los partidos políticos no
debe encasillarse en la mera conquista del poder, sino en participar por el
perfeccionamiento de la democracia y del mejoramiento de las condiciones de
vida de social y económica, la cual reclama no solo el respeto a la voluntad
ciudadana, sino el respeto a la convivencia pacífica en la cual se desarrolla la
sociedad y el respeto al derecho que propicia la participación democrática de
los propios partidos políticos.

3. Democracia y Gobierno.

Quién garantiza la vigencia del régimen democrático, o quien lo obstaculiza en
última instancia es el gobierno, su vigencia la logra a través del respeto al
derecho, del cual obtiene su fuerza reguladora, y lo obstaculiza, al infringir la
norma jurídica que regula la vida democrática y en especial los procesos
electorales. Un gobierno es democrático, o no lo es.

Para el actual Gobierno de la República, la democracia ha sido planteada como
reto, como compromiso de gobierno; es vista la democracia como condición
necesaria para enfrentar los múltiples retos de la nación. La democracia
deseada por el gobierno, se está impulsando a través del derecho, de un nuevo
código electoral que permite la realización de nuevas prácticas y conductas;
nuevas instancias reguladoras acordes con la transparencia electoral
demandada.

El reto por la democracia está por cumplir su primer evaluación en los próximos
comicios electorales, avanzar en su perfeccionamiento es una exigencia
elemental para hacer frente a las nuevas condiciones que plantea la

                                      13
interdependencia entre naciones, pero sobre todo, de la unidad que demanda
la nación para fortalecer su soberanía y hacen frente a sus retos y rezagos.

En este tiempo histórico, el clamor de todos es por más y mejor democracia; la
democracia es pues, compromiso de todos.



                      LA DEPRAVACIÓN DEMOCRATICA

                                                    (27 de septiembre de 1991)



La democracia, como dijera Alexis de Tocqueville, "es el hecho ininterrumpido
más antiguo y más permanente que se conoce en la historia”, sus aplicaciones
prácticas son variadas y sus interpretaciones más; pero hay algunos que no
alcanzan a comprender que la democracia avanza por el talento de unos y por
los vicios de otros.

Más aún, hay quienes no entienden todavía que los actuales momentos exigen
una cultura democrática acorde con los tiempos de cambio que hoy vivimos;
persisten en casarse con las ideas de su época, con el quehacer de una práctica
democrática antropófaga que no daba lugar, ni crédito, a la tolerancia. Son
políticos que manejan el discurso democrático como escudo, como pretexto,
como personificación de su quehacer político, como vestimenta cotidiana,
como acta de nacimiento, como curriculum vitae, como almohada, como
alimento, como tarjeta de presentación, como proyecto personal para aspirar a
ejercer el poder público, como turbante, como macana, como exaltación
argumentativa para el desahogo de sus rencores y sus frustraciones: no
coadyuvan al avance de la democracia, la depravan.

La nueva sociedad, el nuevo ciudadano, demanda una nueva práctica política
que haga avanzar la democracia; un discurso programático de labor de gestoría,
de compromisos concretos, no de promesas que no se puedan cumplir, no el
manejo de ideas fútiles y rencores hepáticos.

La práctica de la democracia o la referencia a ella, no debe disolverse en meros
cálculos de fuerza. La democracia o su referencia a ella, debe ser en provecho
de la sociedad para hacerla más civilizada y estable. No se vale quedarse
varados en la obstinación mientras fluyen las aguas de la historia; no se vale
autollamarse luchadores por la democracia cuando se clausura toda posibilidad
al disenso y la tolerancia; no se vale escribir sobre o a partir del concepto de
democracia dejándose llevar por la pasión, por el interés personal de lucro que
lo único que demuestra es ineptitud en el debate por no estar objetivamente

                                     14
sustentada la argumentación. No se vale, que la no coincidencia o la
obstinación por el poder, propicie la depravación democrática.



                       LA ELECCION DEL 18 DE AGOSTO

                                                        (17 de agosto de 1991)



No es necesario encaramarse en hombros de gigantes, para poder darse cuenta
que las próximas elecciones representan no sólo una justa más entre partidos,
sino el primer punto de arribo a la modernización democrática; a su primera
evaluación. A partir de 1988, la democracia ha sido el reclamo más importante
de la sociedad; las partes que contienden por el poder público, la esgrimen
como proyecto, como pretexto, o como escudo; el Gobierno por su parte, la
ubica como reto, como reto nacional.

La participación ciudadana.

El reto de avanzar en la democracia, no debe ser visto como mero discurso
sexenal, no debe quedar en simple proyecto, ni abusar en su argumentación
como eje abstracto de la oferta Político Partidista, ni mucho menos convocarle
como parapeto para justificar la autodeterminación. El reto de la democracia,
está ligado al problema del desarrollo de nuestra sociedad; por lo tanto, el
avance en la democracia, debe ser considerado como condición para la
Modernización Nacional.

Sin una auténtica y plena participación ciudadana, no puede haber un pleno y
auténtico avance democrático. Si los mexicanos, si los guerrerenses, no
acudimos a votar este 18 de agosto, vamos a postergar, aún más, el avance
democrático. El dilema será: participar o no participar.

La participación organizada.

No se vale pretender hacer del 18 de agosto un "18 Brumario", un golpe de
Estado; plantear esto como disyuntiva para lograr un avance democrático, es
atentar contra la propia aspiración de conquistar el poder por la vía del
sufragio.

Los partidos políticos, son los contendientes y protagonistas principales en la
escenografía de la democracia mexicana, lo que monten para ganar, es lo que
puede propiciar su derrota. Los partidos políticos, son contendientes y no
enemigos de diferentes razones de ser; son los responsables de organizar y
concretar la participación ciudadana este 18 de agosto; deben por lo tanto,

                                    15
encarar con responsabilidad el sentido objetivo de la competitividad: se gana y
también se pierde; y se debe apostar a una competencia con reglas y civilizar
las inconformidades: deben agotar los recursos legales, no la paz social.

La reglamentación de la participación política.

La ley es la mejor herramienta para garantizar el orden social. La Ley, deja de
ser hipotética hasta que muestra sus beneficios; no antes. La Ley es válida
porque se cree en la fuerza del derecho para transformar una realidad que
beneficia a todos.

La nueva reglamentación electoral, ha garantizado la participación de todos los
partidos políticos, ha propiciado una nueva estructura institucional, un nuevo
empadronamiento. La nueva Ley Electoral falta pruebe su funcionalidad y su
utilidad: el proceso no ha acabado, está a la mitad. Este 18 de agosto, la Ley es
el principal valuarte de la modernización democrática, no el principal blanco
para doblegar la impartición del derecho por el árbitro de uno de las
contendientes; cuyo compromiso no debe estar con ninguna de las partes la
presión, no puede ni debe ser el camino para echar andar su frustración y
derrotar a las instituciones.

La nueva cultura de la participación política.

Si en 1910 el sufragio efectivo fue la causa de la Revolución, en 1988 el sufragio
aceleró el proceso de la modernización. Antes de 1988, existía una inerte
tendencia a la uniformidad política y una pluralidad incipiente; hoy la
pluralidad, es el signo de la futura configuración del sistema político mexicano.
Antes de 1985 la participación política era solamente alentada; hoy, la
participación política es exigida como instrumento de cambio o confirmación
de la realidad.

En los inicios de la modernización democrática, después de 1988, las
convulsiones sociales y los exhibicionismos camarales por parte de los
representantes populares, pueden ser imputados a problemas de crecimiento,
a problemas de aprendizaje; hoy, provocar la alteración del orden público o
usurpar triunfos, además de prueba de impotencia, debe ser, por un lado,
referente para la aplicación severa de la Ley, y por el otro, argumento válido
para Ia automarginación electoral. Por lo que toca al comportamiento en
ambas cámaras, entrar en cordura va a ser sinónimo de madurez política, de
seriedad y respeto a la parte de soberanía que se representa.

Avanzar en la democracia, es compromiso de todos; ciudadanos, partidos
políticos y gobierno. La modernización nacional, nos exige una nueva cultura de



                                      16
la participación política; la oportunidad de consolidar esta nueva cultura, nos la
brinda hoy, la elección del 18 de agosto.




                                      17
II
COMPROMETIDAMENTE PRIISTA




           18
EL PROGRAMA ELECTORAL BASICO DEL PRI

                                                         (12 de noviembre de 1987)



Cuando Carlos Salinas de Gortari afirma que "la democracia es el elemento que ha
dado continuidad a la doctrina y fuerza a la acción del sistema político mexicano",
muestra su vocación a un estilo de convivencia que dista mucho de ser efímero y
que por el contrario, significa una idea y forma de vida que ratifica y refuerza
nuestro pacto social.

La plataforma electoral básica del PRI, es el programa de partido que Carlos
Salinas de Gortari, ofertará al pueblo de México como programa de gobierno:
conocer su contenido, disipara dudas y fortalecerá militancias.

1. Los valores que defienden y propone el candidato del PRI. Los valores son las
aspiraciones generales significativas de un grupo social. Los valores sociales de las
grandes mayorías nacionales están contemplados en la Constitución mexicana; su
realización plena, es el Proyecto Histórico de la Revolución. La fundamentación
ideológica del PRI gira en torno a los valores sociales de democracia y justicia
social, los cuales sólo pueden ser alcanzados a través de la lucha por la soberanía e
independencia nacionales.

2. La propuesta electoral del PRI. Es continuar con el proceso de reforma política;
persistir en el desarrollo nacional revolucionario; completar el proceso de
descentralización; continuar con el compromiso de lograr una sociedad igualitaria,
la renovación moral de la sociedad y combatir a la inflación. Todo esto a través del
instrumento de racionalidad que ofrece la planeación democrática.

La plataforma electoral básica además, contempla la necesidad histórica de
modernizar nuestra sociedad como condición de desarrollo, pero reconoce en
forma realista que esta tarea y meta revolucionaria, nos lleva a enfrentar los
siguientes retos:

a) El reto del PRI. Es armonizar los avances logrados con los hechos que la realidad
exige, lo cual conlleva a superar los rezagos que en el actuar partidista hayan
quedado varados por la inercia, apatía, falta de preparación, convicción y
militancia.

Para afrontar la realidad del país, es necesario que el PRI se fortalezca; que
adquiera una renovada capacidad no sólo para plantear los retos de México, sino
para afrontarlos.




                                         19
b) El reto de la soberanía. Siempre será una conquista por refrendarse. Reafirmar
nuestra soberanía exige nuestra transformación tecnológica tanto en la
producción como en el consumo; luchar incansablemente por un orden monetario
equitativo; acotar nuestro grado desigual de interdependencia con los países
desarrollados; y reafirmar el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos.

c) El reto democrático. Que está dispuesto a afrontar el PRI como partido en el
poder, es pugnar por ensanchar los canales de participación política de la sociedad
civil organizada; que existan las condiciones necesarias y reales de acceso al
bienestar social; reconocer en la sociedad su naturaleza plural y su combatividad;
y actualizar las instituciones públicas para dar cauce a una mayor participación
política.

d) El reto social. Es en sí mismo el futuro de México, el cual solo puede construirse
a partir de una responsable actitud de autocrítica, en donde se reconozca lo que
se ha logrado y lo que falta por realizarse. El compromiso básico es en este caso,
es atender las necesidades elementales no satisfechas cualitativas y
cuantitativamente; sabemos que es un reto enorme pero estamos dispuestos a
superar a partir de la instauración de una política con mayor grado de
racionalidad, mayor capacidad de prevención, priorización y eficacia. Los priistas
sabemos y estamos conscientes que este logro es factible a partir de la
participación social: el mejoramiento de la calidad de vida, no es función exclusiva
del gobierno.

e) El reto económico. El PRI reconoce lo difícil de las circunstancias económicas por
las que atraviesa el país; pero también sabe que la solución a estos problemas está
en la ya lograda restauración de la confianza, y a partir de la continuidad de las
políticas probadas: controlar la inflación, lograr la recuperación económica y
continuar profundizando la estrategia del cambio estructural.

Tarea principal del PRI será modernizar la economía interna, hacerla menos
vulnerable al exterior; que el ahorro sustituya al endeudamiento como sostén del
desarrollo; estimular la inversión; controlar los precios; impulsar la agricultura
para lograr la soberanía alimentaria; propiciar la operación de un sistema
comercial efectivo sin perder el carácter rector del Estado; fortalecer el sector
social y privado; y lograr un equilibrio territorial económicamente hablando.

3. La perspectiva de la política moderna. El PRI reconoce que los años que están
por venir, representan un desafío de transformación y cambio. La forma en cómo
se pretende hacer frente es a partir de la Modernización Nacional, que implique
no sólo el sobrevivir sino el convivir. Que nuestro futuro desarrollo se sustente en
bases propias producto de nuestra soberanía.



                                         20
Es por esto que se propone una política moderna, que sea capaz de humanizar las
relaciones de sociedad entre los estados soberanos; una política moderna, no
como moda sexenal de gobierno, sino como modo de vida para mejorar las
condiciones del país y sus circunstancias; una política moderna, que propicie y
logre la unidad de los mexicanos.

La perspectiva de la política moderna pretende: continuar la construcción de un
México ya probado y aprobado con su proyecto nacional y sus instituciones;
renovar las bases de consenso democráticamente logrado; estimular la iniciativa
de la sociedad; preservar el diálogo y la consulta popular para desterrar de una vez
y para siempre, el concepto mundano de autoridad; y hacer de la democracia y la
justicia social, una tarea cotidiana.



                        EL PRI Y LA MODERNIZACION NACIONAL

                                                           (17 de febrero de 1988)



La ideología y acción partidista revolucionaria por necesidad de persistencia
histórica, necesita plantear su modernización, para así reafirmar su capacidad
política de vanguardia ante la dinámica que hoy experimenta la sociedad;
modernizarnos, implica evolucionar en el quehacer político para estar acorde a la
construcción y comportamiento actual de la sociedad.

Lo que se está empezando hacer en el PRI con el fin de modernizarlo, es la
instrumentación de nuevos señalamientos de acción política que nos permita
contar con la eficacia necesaria para responder a los nuevos retos y demandas de
la sociedad. Modernizar al PRI implica la convicción de lograr la propia
transformación social.

La modelización que buscamos es revolucionaria, ya que la ideología difundida y
practicada por nuestro partido, está dada en razón y con fundamento en los
valores sociales, políticos y económicos de la Revolución Mexicana, los cuales
fungen como polo principal de orientación del quehacer partidista. Lo que
pretendemos es lograr de manera más eficaz, una relación íntima entre los valores
de la revolución mexicana y la problemática social de nuestro tiempo.

La modernización que plantea Carlos Salinas de Gortari, candidato de nuestro
Partido a la Presidencia de la República, parte del principio y compromiso de
encontrar y analizar responsablemente cuál es la dimensión real de las
necesidades y exigencias sociales, retomando los valores que concibe como suyos


                                        21
y permiten su unidad, y transformando aquellos que han dejado de ser vigentes
por cuestiones propias de la dinámica social.

        Pero ¿porqué el énfasis y el reencuentro con los valores de la Revolución
Mexicana son el marco inicial de la modernización? pues sencillamente porque
sería imposible concebir una sociedad sin valores. Una sociedad sin valores es
simplemente inconcebible, pues son estos, los que permiten el funcionamiento de
la sociedad y sus instituciones.

        Este fundamento inicial de nuestra pretensión de modernización, se
fortalece aún más si tomamos en cuenta que la hemos remitido a la orientación
social de nuestro proyecto nacional, ya que de lo contrario, el funcionamiento de
esta, tendría una vana significación imaginaria, que por el hecho de ser vacía sería
intrínsecamente contradictoria: todas las transformaciones que ha experimentado
nuestro Partido, como pretendemos hacerlo hoy al plantearnos su modelización,
han sido con estricto apego a la ideología de la Revolución.

No pretendemos un falso modernismo sustentado en mero discurso. Estamos
empeñados en concretar una modernización de amplia repercusión social que
permita y genere una renovada conciencia política.



                                ATRAS DE LAS MONTANAS

                                                             (28 de febrero de 1988)



Cuando el trabajo de Partido pretende y aspira a ser auténtico, limitarlo al
escritorio y a las llamadas por teléfono, o a pagar publicidad para mantener en
forma la imagen pública, es mutilar la función real del Partido. El contacto social es
indispensable para lograr una coherente inducción política de la voluntad general.

Pero tener, o buscar mejor dicho, el contacto con la sociedad, estar en
comunicación con ella, exige corresponsabilidad en la emisión de mensajes; es
decir, no basta estar en la misma frecuencia, sino intentar construir un
entendimiento que nazca del sentir en carne propia las necesidades demandas y
exigencias de la propia sociedad. La única forma de ganar la confianza ciudadana
es convivir con sus necesidades y buscar la forma de solucionarlas.

Esta clase de reflexiones que siempre son necesarias y elementales, son producto
de la oportunidad que mi Partido me ha brindado al llevar la respuesta de una
gestión positiva y eficiente, a aquellos habitantes de las colonias populares sin
agua; a las comunidades que están atrás de las montañas, donde el ladino

                                         22
habitante urbano se pregunta ¿cómo se les ocurrió venir a vivir hasta acá? y que
reciben, sin exigir más, la casi simbólica ayuda que nos permite brindarle esta
crisis económica.

Hablar con ellos, ser pacientes oidores de sus malestares sociales, es lo único que
no se les puede negar. Hablar sin promesas falsas, es Ia única forma de lograr
entendimiento; hablar sintiendo, sin fatua melancolía y sin ardor pasional para
escenificar una falsa identidad con sus carencias y exigencias, es Ia única seguridad
para adquirir compromiso con uno mismo y con ellos a la vez.

El Partido Revolucionario Institucional, no solo es poder social longevo, es una
estructura de indiscutible presencia nacional que le permite estar en todas partes,
en los lugares más necesitados, más apartados, llevando a nuestros
conciudadanos auxilio social.



                             EL SERVIDOR PÚBLICO PRIÍSTA.

                                                               (28 de Julio de 1989)



El día de ayer en Chilpancingo, el CDE del PRI a través de la Secretaría de
Organización convocó a todos los servidores públicos Priistas de los tres niveles de
gobierno; el evento, provocó en mí, una invitación a reflexionar sobre algunos
puntos que involucran mi personalidad como militante activo y como servidor
público.

1. La identidad PRI-Gobierno: No necesitamos remitirnos a la ciencia política para
afirmar que toda asociación política tiene su razón de ser en la lucha por el poder,
ni tampoco recurrir a la praxis política para aseverar que cuando un partido
político conquista el poder, convierte o mejor dicho transforma sus principios
ideológicos en principios normativos de convivencia social: este es el fin de todo
partido político moderno.

En efecto, somos un partido que nació en el poder, más sin embargo, luchamos
democráticamente por mantener el poder desde hace más de 56 años. Desde
entonces, el Gobierno del Estado Mexicano ha sido, por su compromiso
ideológico, revolucionario y por lo tanto, sus cuadros administrativos
fundamentalmente priístas.

Luego entonces, ratificar como ayer se hizo, el compromiso ideológico de los
servidores públicos, no es más que un acto partidista que muestra la congruencia
y coherencia de los priístas que en el gobierno trabajamos y al pueblo servimos.

                                         23
2. El compromiso ideológico de los servidores públicos: El gobierno en acción es
priísta, el marco de referencia de su legitimidad social tiene dos vertientes básicas:
a) el consenso mayoritario de la población expresado a través del sufragio, y b) su
observancia irrestricta a las normas constitucionales y a las que de ella derivan.
Pero el referente de su acción como gobierno; es decir de su comportamiento
político, está identificado con el Proyecto Nacional surgido de la Revolución
Mexicana, que es por su origen axiológico de reivindicación social.

Es este mismo Proyecto Nacional, la base de nuestro proyecto político como
partido, el referente de nuestra regulación estatutaria, de principios y líneas de
acción partidista; de aquí que nuestro actuar cotidiano como servidores públicos
sea también acción partidista y que nuestro compromiso ideológico, sea forma de
gobierno.

3. La responsabilidad partidista del servidor público: Los actos de gobierno son por
su compromiso ideológico, una forma de militancia, ya que la realidad que
produce fortalece la posibilidad histórica de la persistencia del partido en el poder.
El compromiso partidista del servidor público es por lo tanto, la forma mensurable
de la vigencia de los principios de la Revolución Mexicana; estar consciente de lo
que se hace en el servicio público es coadyuvar a la consolidación y concreción del
Proyecto Nacional, es la manifestación más palpable de lo que debe ser la
responsabilidad partidista del servidor público priísta.



                                 EL PRI: EL RETO POLITICO

                                                              (17 de marzo de 1990)



"A seis décadas de distancia, el PRI enfrenta de nuevo su propia transformación".
CARLOS SALINAS DE GORTARI

El pasado 4 de marzo, con motivo del 61 aniversario del PRI, el Presidente Carlos
Salinas de Gortari aportó 6 reflexiones para el debate partidista rumbo a la XIV
Asamblea Nacional.

       • Candidatos con capacidad y lealtad priísta.

       • Participación a todas las corrientes en su seno.

       • Transparencia en el origen de los recursos.

       • Plena libertad en su toma de decisiones.



                                         24
• Crear una escuela para formar cuadros.

       • Estructura de mando que refleje su composición.

        En la presente entrega, me propongo analizar la importancia de este hecho
político, ¿Del por qué es tan importante que el PRI se modernice; de que asuma el
reto de cambiar?

1. El PRI en la Historia de México.

A) 1929 - 1938.

Después del triunfo de la Revolución Mexicana en 1910 y de la promulgación de la
Constitución de 1917, la tarea prioritaria a emprender era la de garantizar la
transmisión pacífica del poder, pues las pugnas de los grupos revolucionarios
habían hecho del terreno de las balas la forma de determinar el ascenso y la
permanencia en él.

Con la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, el Presidente
Plutarco Elías Calles, clausura la etapa del caudillaje e instaura la participación
política vía partido para dirimir los intereses en pugna de los revolucionarios.

Las diferencias políticas se daban en razón de los intereses de los diferentes
partidos y grupos surgidos en aquella época; el fin era uno solo: garantizar el
proyecto surgido de la Revolución Mexicana. El PRI nace como PNR en virtud de
una necesidad y solución al mismo tiempo y para garantizar nuestra persistencia
histórica como orden nacional concreto.

B) 1938 - 1946

Políticamente consolidado el Estado Mexicano, se delimitaba ya a esta altura del
tiempo cuáles eran los grupos sociales fundamentales a cargo de quienes
dependía su desarrollo económico y social: los campesinos, los obreros y las clases
populares. La confrontación de éstos, o mejor dicho, su enfrentamiento, podía
poner en riesgo el proyecto revolucionario. El gran acierto del Presidente Lázaro
Cárdenas es integrar a éstos grupos sociales fundamentales en forma de sectores
al en ese entonces, Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

Integrar políticamente a las clases fundamentales o procurar su ascenso
económico y social, hicieron al PRI la fuerza social políticamente organizada más
importante del país; pero además, un canal indiscutible para postergar el conflicto
social y así garantizar la persistencia histórica del Estado Revolucionario.

C) 1946 — 1990



                                        25
El PRI, como partido en el poder es corresponsable de la consolidación de un
Estado de Derecho, de una economía que no ahoga a la libertad de empresa en su
orientación de beneficio social, y de una sociedad que a partir de una composición
fundamental de clases (campesina, obrera y popular) ha generado una
diversificación tan compleja como sus exigencias, pero tan moderna como su
reclamo de participación en la conducción del desarrollo.

La sociedad moderna, la nueva sociedad urbana, exige y reclama a partir de lo que
se le ha enseñado, de lo que aprendió formativamente hablando en las
instituciones que han sido diseñadas y consolidadas por los gobiernos priístas. Esta
nueva sociedad hoy necesita una organización política acorde a su modernidad
para poder garantizar, en el cambio, la persistencia de su identidad social como
orden nacional concreto.

Los cambios que pueda experimentar el PRI, repercutirán necesariamente en la
sociedad mexicana. El PRI ha sido y es parte importante en nuestro devenir
histórico; primero, por el papel que desempeñó en el desarrollo de México; y
segundo, porque es, todavía la opción política preferida por la mayoría social.



2. El Papel Político de Carlos Salinas de Gortari.

Carlos Salinas de Gortari es además de Presidente de la República, líder nacional
del PRI. En México, la figura Presidencial encuentra en la Constitución una
supremacía que se pensó era necesaria para consolidar el Estado Mexicano. Así
fue. Hoy, desde el poder Presidencial se ha reconocido el compromiso de hacerlo
democrático, pues la actual realidad no necesita, como antes, de un poder tutelar,
sino de un poder con sentido de solidaridad social.

Todo cambio, pero sobre todo los cambios sociales, no pueden darse de la noche a
la mañana, requieren de etapas de asimilación, o mejor dicho, de aprendizaje.
México ha empezado a modernizarse, la orientación del cambio es encabezada
precisamente por la figura presidencial, basada más en su obligación
constitucional que en criterios de apreciación personal.

Los hechos hablan por sí solos: tenemos ya resultados de que los mexicanos
hemos empezado la modernización de nuestra economía, la cual no podríamos
haber planteado sin el arreglo favorable que obtuvimos de nuestra deuda externa
y la concertación social para frenar la inflación. Hoy la modernización social la
apreciamos en la actitud que ha asumido el gobierno al plantear el
adelgazamiento de su estructura y reconocimiento implícito para delimitar las
tareas y funciones del Estado; de facto, el Estado ha empezado su reforma para
lograr no menos Estado, sino un mejor Estado; un Estado moderno que intenta,

                                          26
por un lado, abandonar la suplantación de la fuerza de transformación que existe
en la sociedad, y por el otro lado, emprender una estrategia de solidaridad con
aquellos que no sólo necesitan, sino que demandan su injerencia para lograr
incorporarse al desarrollo nacional.

En este orden de ideas, el hecho de que haya sido el Presidente Salinas, en su
carácter de líder nacional del PRI quien proponga tan importantes reflexiones para
el cambio, implican que, por un lado, la fuerza modernizadora llegue al ámbito
político, como ha sucedido en la Economía y la Sociedad; y por el otro, el
determinante impacto a partir de la fuerza institucional que posee el Sur líder de
nuestro partido.



3) El PRI de cara a la Modernidad.

El PRI se va a modernizar, porque le interesa refrendar su papel como opción
política preferencial de la sociedad; porque quiere seguir en el poder. El PRI va a
cambiar, porque sabe que la sociedad moderna que milita y simpatiza con él,
requiere de un partido igualmente moderno; que responda a sus nuevas
exigencias, pero sobre todo, que encabece la tarea nacional de completar la
modernización de México.

A los cuadros dirigentes, sectoriales y territoriales; a los líderes de los sectores y
organizaciones del partido; a nuestros militantes y simpatizantes, les interesa que
el PRI se modernice para garantizar la persistencia histórica de las esencias del
proyecto nacional que hacen posible nuestra cohesión e identidad social. El gran
acierto del Presidente Salinas, no sólo es proponer, sino empeñarse en la
modernización del PRI.

El reto político es el cambio del PRI: vamos para allá.




                                          27
DISCIPLINA E INSTITUCIONALIDAD PRIÍSTAS:

                     PILARES RETORCIDOS POR LA HISTORIA

                                                             (18 de mayo de 1990)



Los priistas estamos trabajando a doble marcha en torno a las transformaciones
que habremos de adoptar en la XIV Asamblea Nacional. La organización para
lograr el consenso que requiere un cambio como el que pretendemos, implica no
casarnos sólo con las responsabilidades asignadas. Por su carácter histórico, los
simpatizantes, militantes y dirigentes del PRI, debemos entender la dimensión
política de la XIV Asamblea Nacional, la cual demanda un quehacer permanente y
en todos los frentes posibles.

La reorganización democrática como orientación para el análisis y el debate, me
ha llamado poderosamente la atención, ya que creo que es el vértice en el cual
descansa la transformación del Partido. La amplitud de la orientación de la
reorganización democrática, exige la especificación de aspectos; es así que ha
seleccionado dos principios organizativos que desde mi particular punto de vista,
son los pilares fundamentales en los que se ha operado la persistencia histórica
del PRI: la disciplina y la institucionalidad.



1. La Democratización de la Organización Política.

La concreción histórica del Estado Revolucionario no hubiera sido posible sin el
surgimiento del Partido Nacional Revolucionario. En el PNR los mexicanos
encontramos no sólo la puerta indicada para la participación política civilizada,
sino el acceso a nuestra cohesión e identidad nacionales. Aunque objetivamente
su atracción política radicaba en su carácter de frente nacional, pudo más el
ingrediente subjetivo: la consistencia de su militancia estaba sellada por la
atracción que significaba la democratización de la organización política.

2. La Organización Democrática del Partido.

El Estado Mexicano había consolidado su personalidad política, que era en sí la
principal reivindicación revolucionaria. Los factores reales de poder tenían ya
asegurado el espacio para la preservación de sus intereses política y
constitucionalmente; ahora sólo restaba definir los ámbitos más convenientes
para su arraigo. El paso siguiente era evitar su futura lógica confrontación bajo la
forma de interés de clase.



                                        28
Con la transformación de PNR a PRM, se define, por un lado, el carácter del
Partido como organismo de masas estructuradas en sectores y, por el otro lado, la
organización democrática del Partido a través de sus componentes territoriales
fundamentales: Los Seccionales



3. La Frustración en la organización Democrática del Partido.

La transformación de PRM a PRI viene a reafirmar el papel hegemónico del Partido
en la realidad social mexicana; las instituciones tanto sociales como económicas,
están subordinadas al criterio político imperante. Es tal su fortaleza que el
surgimiento y la organización del disenso es estimulado.

La compactación estructural del predominio revolucionario funciona sin
importantes contratiempos hasta los años 50-60; sin embargo, después de esta
década sus disfunciones empiezan persistentemente a socavar su solidificación.
Estos escollos en su funcionalidad son generados por la diversificación de una
sociedad nueva en ascenso, que al toparse con una realidad premeditada y
Eniquitativamente redistribuida, amenaza con estallarla y rebasarla.

Bajo el pragmatismo de la flexibilidad, se abren nuevos espacios tanto en la esfera
de Partido como en la gubernamental; se logra encauzar la tensión latente, pero
no se miden sus consecuencias. En efecto, la flexibilidad sustituyó al cambio
exigido, al rompimiento necesario para constituir otra dimensión histórica;
emergió, por lo tanto, la frustración en la organización democrática en el Partido.



4. La Función de la Disciplina y la Institucionalidad.

El PNR no hubiese sido el ente civilizado para la superación de la etapa de
caudillos, sino es por la disciplina e institucionalidad de los revolucionarios para
resolver sus intereses y conflictos.

Sin disciplina e institucionalidad, las masas organizadas en sectores serían
aglomerados amorfos, sin orden y dirección. A partir de la disciplina e
institucionalidad, se edificó la fortaleza de las dirigencias sectoriales.

La disciplina y la institucionalidad fueron los baluartes recurrentes, incluso como
justificación a las frustraciones de aspiraciones para garantizar la cohesión y
unidad entre los militantes y dirigentes del Partido.




                                          29
5. Las Disfunciones de la Disciplina e Institucionalidad.

Pocas o muchas pueden ser quizá las disfunciones que produce la disciplina y la
institucionalidad, por lo que sólo me concretaré al análisis y debate de un aspecto,
que según presumo, es una limitante que propicia la disciplina e institucionalidad
para una factible reorganización democrática del PRI: la ausencia de iniciativa
tanto de los militantes como de los cuadros medios e incluso de los propios
dirigentes. La realidad hoy exige un centralismo democrático, es cierto, pero
también es cierto que nos hacen mucho daño las tendencias mono escenográficas:
Los mismos de siempre

En el PRI, nos comportamos como los generales franceses de la Segunda Guerra
Mundial, que no podían avanzar si no les llegaba una orden escrita. No podemos
realizar acciones y menos hacer declaraciones: nos frustra el ánimo y las ganas de
avanzar las formas en que se practica en la actualidad la disciplina y la
institucionalidad.

Le hacemos un daño al Partido organizacionalmente hablando, pues le
estancamos su capacidad no sólo de respuesta, sino de funcionamiento.

Por supuesto, que no se trata de aceptar se ejerciten iniciativas a tontas y a locas;
de lo que se trata es plantearnos con seriedad, responsable y urgentemente el
superar los obstáculos que nos producen los candados de la disciplina e
institucionalidad. Necesitamos contar con un referente que regule nuestra
capacidad de iniciativa en el trabajo de Partido; contar con un claro, conciso y
específico marco programático. No hace falta traer aquí la insustancial reflexión de
que todo está dicho, de que todo está escrito y sólo falta que lo cumplamos, que
lo apliquemos. El problema va más allá, tiene que ver con el dique cultural que
afronta a toda la estructura organizativa.

Pero esto no es todo el daño consustancial que produce la institucionalidad y la
disciplina; existe el daño paradójico: mientras que aceptamos que la disciplina e
institucionalidad afectan el funcionamiento del Partido al coartar la capacidad de
iniciativa, por otro lado, los que incurren en indisciplina y falta de
institucionalidad, no sufren ninguna consecuencia. Tal parece que se ha
convertido en una vía de prestigio partidista el ser indisciplinado y nada
institucional. Esta postura está siendo aprovechada para fortalecer el
faccionalismo partidista; que por lo regular se esconde bajo el disfraz de exigir
mayor democracia.




                                          30
Conclusión:

La reorganización democrática atañe por completo no sólo a como se dirimen las
cuestiones políticas al interior del Partido, sino también, como debe funcionar. En
este orden de ideas, la disciplina e institucionalidad son tema exigido en la agenda
de consulta y debate que se pretende con el fin de lograr una transformación
trascendental del PRI.

La capacidad de iniciativa tanto de militantes como de dirigentes, se estrella en las
retorcidas formas de disciplina e institucionalidad que hemos permitido se den en
el Partido.

Por otro lado, los enfrentamientos internos deben ser desahogados a través del
debate interno, con el fin de buscar resolver las diferencias y en un marco de
actitudes ideológicas, no de malformaciones, ni actitudes, anímicas de frustrados e
incompetentes que han encontrado en el salvavidas de la indisciplina y la falta de
institucionalidad, la forma de desnudar su mercantilismo político. El priísta que no
sea capaz de contrarrestar en el debate, que no en la denuncia, lo que para él sean
las desviaciones del Partido en base y con fundamento en actitudes ideológicas,
que se salgan del PRI: a los enemigos los queremos enfrente y no adentro del
Partido.

Por último, sólo me restaría precisar que es urgente que los priístas enderecemos
y propugnemos por una disciplina e institucionalidad priístas que asegure, en los
hechos, la transformación histórica del Partido.




                                         31
EL NUEVO PRI

                                        (I parte)

                                                       (19 de septiembre de 1990)



Del 1º. Al 3 de septiembre, los priístas llevamos a cabo la XIV Asamblea Nacional
de nuestro partido. Fue en efecto, un evento histórico, ya que a partir de él
pretendemos ofertar un partido acorde con los reclamos de nuestras bases
militantes y en respuesta a las exigencias de una sociedad más crítica, informada,
preparada y demandante, pero sobre todo más autosuficiente, más apta para
plantear por sí misma ante la autoridad competente sus necesidades de
desarrollo.

En esta colaboración pretendo analizar las implicaciones de la XIV Asamblea
Nacional del PRI en tres entornos específicos que iré tratando en entregas
diferentes: al interior del partido, la sociedad civil y la estructura gobernante.



1. Las implicaciones al interior del PRI.

La modernización, como estrategia para lograr el cambio en el país, tenía que
Ilegar al PRI. Muchas conjeturas se hicieron tanto a su interior como a su exterior:
se dudaba de la capacidad autotransformadora del partido. El problema, o mejor
dicho el reto al cambio, no se circunscribía a un mero voluntarismo de querer
cambiar o no, sino encerraba reacomodos en una estructura que ha generado una
serie de intereses arraigados, tanto individuales como de grupo. Se puso a prueba
la capacidad conciliadora del PRI.

El espíritu de cambio que se pretendía tenía que plasmarse desde la propia
convocatoria. Desde ahí se empezó de hecho con la configuración de un nuevo
PRI. La convocatoria tenía un fin: la reforma del partido; tenía dos vertientes:
primero, lograr una participación renovada, que implicaba la elección democrática
de los delegados en un proceso que partió desde los seccionales y contemplaba
como principal nutriente de delegados a la XIV Asamblea Nacional la estructura
municipal; segundo, asegurar una expresión de vanguardia donde lo que se
pretendía era diagnosticar qué clase de partido querían las bases, qué tipo de
partido nos garantizaría seguir contando con la preferencia de las mayorías
nacionales. Se afianzó el éxito del cambio al fijar reglas claras para garantizar la
participación democrática de las bases.




                                            32
El límite hacia adentro era el agotar la vieja cultura de la simulación y la imposición
por designación de delegados: fotos, actas y una etapa de información intensiva
para lograr una gran movilización que contrarrestara todo vicio previsible fue la
solución. El límite hacia fuera era la credibilidad social: no hubo línea, todos
hablaron claro y directo, evaluaron y criticaron, aplaudieron y abuchearon,
protestaron y aclamaron. El partido abrió sus puertas a una participación sin
precedente en su historia.

Muchos se confiaron y apostaron a que iba a ser lo mismo y se quedaron; no
fueron a la Asamblea Nacional. Todos tenían gafetes, para poder entrar al Palacio
de los Deportes. Los cronistas del borreguismo no tuvieron nota.

Duro, duro, duro, fue la consigna que se mecía en una ola gigante que las bases
impusieron a sus dirigentes. Diez mil gargantas apoyaron y respaldaron, diez mil
delegados aplaudieron las nuevas reglas del partido: más democracia interna,
respeto a la carrera de partido, mayor exigencia a los funcionarios priístas, claridad
en la relación con el gobierno y los fondos del partido, menos burocratismo, no al
centralismo, respeto a las corrientes internas de opinión, sí al debate, autoridades
de partido colegiadas, reivindicación política a seccionales y comités municipales,
elección democrática de dirigentes y de candidatos a puestos de elección popular.
En pocas palabras: reglas claras y más democráticas concretaron la configuración
de un nuevo partido, de un nuevo PRI.



                                    EL NUEV0 PRI

                                       (II parte)

                                                         (20 de septiembre de 1990)



II. El Entorno Social y la Reforma del PRI.

Desde su origen el PRI ha sido actor importante del cambio en México; es uno de
los pilares del sistema político mexicano. La supervivencia del PRI durante tanto
tiempo se debe a la flexibilidad que ha experimentado para destensar y asimilar
tensiones sociales. La crisis de los ochentas provocó el cuestionamiento a la
persistencia histórica del PRI a través de un descontento generalizado por la falta
de movilidad social y la desarticulación y detención del crecimiento económico. La
sociedad quería respuesta y solución a sus malestares: era el momento propicio
para las partes opositoras y los intereses desplazados al interior del PRI de
plantear su reconsideración en el ejercicio del poder.


                                          33
En el todo social, la parte de los priístas no encontraba respuestas eficaces para
contrarrestar la crítica y el descontento. Cuatro factores impidieron mayores
descalabros: la fortaleza de su estructura territorial y sectorial; la disciplina e
institucionalidad de sus militantes y dirigentes; el apoyo y simpatía de los que
antes de emitir su voto evaluaron los hechos en sesenta y un años de conducción
social frente a la crisis; y la propuesta de nuestra plataforma electoral para superar
la crisis: la modernización de México.

Las respuestas que el Presidente Salinas dio desde el inicio de su gobierno,
fortaleció la certidumbre social en torno a la Modernización Nacional. Hoy la
economía y la sociedad experimentan cambios sustanciales; sin embargo, la
modernización en México no puede concretarse si no existe modernización en el
ámbito político.

La reforma electoral fue el paso decisivo para lograr una nueva realidad política;
pero sin lugar a dudas la XIV Asamblea Nacional es la decisión contundente que
confirma la voluntad inquebrantable de modernizar a México.

En el PRI sabíamos que teníamos que adecuarnos a las exigencias de una sociedad
que había llegado a su colmo político, pero sobre todo, teníamos la obligación de
conciliar el interés y la emoción política de nuestras bases que también habían
llegado a su colmo partidista. Los esquemas y conductas que habíamos
desarrollado han perdido su vigencia y no generan más consenso, sino
descontento.

Bajo estas perspectivas entendidas por las bases militares y dirigentes, el partido
enfrentó el reto al cambio. La modernización del partido se inicia con la Asamblea
Nacional. Los cambios impulsan transformaciones en las reglas internas del
partido, nuevas estrategias en su accionar, nuevas prácticas en su quehacer
político. El PRI cambia para mantener a la Revolución Mexicana en el gobierno,
cambia para conservar el poder, no para concesionarlo después de que se ha
logrado un avance sustancial en la modernización del país.

A partir de la XIV Asamblea Nacional ofrecemos a la sociedad un partido que
entiende que la democracia es el eje de la nueva cultura política; un partido que se
suma a las causas y reivindicaciones de la sociedad moderna de México; un
partido que hace suyo el reclamo contra el abuso de la autoridad; un partido que
propugna por una verdadera cultura ecológica nacional; un partido que quiere
aprovechar, en beneficio del país, los cambios que se dan a gran velocidad en el
mundo entero; un partido que estará vigilante de que las transformaciones
económicas se den a favor de la justicia social; un partido que considera
imprescindible la participación de los jóvenes y las mujeres.



                                         34
Los priístas hoy ofertamos a la sociedad una organización política que ve en la
reforma del Estado la vía pacífica y racional para fortalecerlo y de ninguna manera
para debilitarlo; que ratifica el acuerdo nacional para la ampliación de la vida
democrática, para la recuperación económica y para el mejoramiento productivo.

La XIV Asamblea impulsa un nuevo PRI el cual considera que los ámbitos en que
debe profundizar la reforma del Estado son cuatro: las instituciones del régimen
político; la función mediadora del Estado como concertador de las relaciones
sociales; el papel interventor del Estado en la economía; y el de la relación del
proyecto nacional con el nuevo entorno internacional.

La sociedad de hoy en su capacidad autogestionaria requiere de partidos que no
sólo velen por proyectos generalizadores, sino que también, contemple respuesta
a las individualidades sociales.

El nuevo PRI ofrece a la sociedad seguir en el cambio de un México mejor, a través
de la construcción de una sociedad democrática en la que garanticen la libertad
para el hombre, la justicia para el pueblo y la independencia para la nación.



                                   EL NUEVO P.R.I.

                                      (III parte)

                                                         (21 de septiembre de 1990)



III. La Estructura de Gobierno y la Reforma del P.R.I.

El PRI ha sido responsable de la conducción del país en los últimos sesenta y un
años. Son los gobiernos priístas los responsables del desarrollo social alcanzado y
también, desde luego, de sus rezagos. Haciendo un balance objetivo, sin
apresuramientos y sin falsos dilemas, podemos decir que se ha cumplido más de lo
que se ha fallado, pero sería estrecho no aceptar que lo alcanzado ha sido con el
respaldo de una sociedad consecuente, ——hasta ahora-—, con el actuar de su
gobierno y mayoritariamente adherente con el partido en el gobierno; con el PRI.

Muchos calificativos podemos recibir de nuestros adversarios sobre la función y
actuar político del PRI: Partido totalitario, partido mayoritario. La verdad histórica,
es que, en las últimas décadas, el PRI ha sido la expresión política mayoritaria del
todo social e incluso de sus partes, las cuales hasta la década pasada eran más
subsidiarias que reales.



                                          35
El fortalecimiento de la estructura de los gobiernos revolucionarios corre de la
mano, más no en el mismo carril, del desarrollo histórico del PRI. En la década de
los treinta, el entonces Partido Nacional Revolucionario, fungió como la principal
instancia para conciliar los intereses de los hombres que hicieron la revolución; el
gobierno encontraba en el partido la instancia contenciosa de los conflictos de los
jefes revolucionarios, lo cual le permitió al país pasar de la época de caudillos a
una etapa de convivencia civilizada. En la década de los cuarenta, el entonces
Partido de la Revolución Mexicana fue el responsable de la consolidación de la
personalidad de las clases mayoritarias del país (los campesinos, los obreros y las
clases populares); el gobierno encontró en sus necesidades y exigencias de
desarrollo, el rumbo y objetivo de su actuar a partir de su responsabilidad
constitucional. De la mitad de la década de los cuarenta a la fecha, el Partido
Revolucionario Institucional, ha proporcionado consenso y legitimidad a los
gobiernos priístas, a las instituciones surgidas de la revolución en las que
descansan el actuar de la Administración Pública.

La identidad ideológica entre gobierno y partido es indiscutible. Esta relación no
ha variado de cauce, pero sí de balance. En la época del PNR el partido imponía su
personalidad sobre el gobierno; con el PRM existió un balance inequívoco, ya que
se fundió el liderazgo del partido con la figura de jefe de gobierno. En la década de
los cincuenta a los sesenta siguió el balance, pero a finales de los ochenta, el
balance ha sido en favor del gobierno: de la Administración Pública se parte a
todos lados.

En cualquier sistema democrático de gobierno sus estructuras actúan
solidariamente con la fuerza política que hizo posible su ejercicio, procurando no
lesionar por bien de la convivencia democrática las otras partes del todo social; es
una actitud lógica y predecible en todo sistema democrático.

En la XIV Asamblea del PRI se concluyó que uno de los factores que han lesionado
la fortaleza del partido ha sido no sólo la primacía, en cuanto a oportunidades de
ascenso social, de la Administración Pública sobre el partido, sino de su poca y a
veces total ausencia de identidad partidista; es más, existen incluso casos de
menos precio. El actuar del gobierno tiene mucho o todo que ver con el prestigio
social del partido y por lo tanto el comportamiento de éste, es uno de los asuntos
en los que el nuevo PRI está dispuesto a actuar con eficacia por bien de su
persistencia histórica.

La gran tendencia de los priístas ha consistido en solo buscar y poner interés en los
encargos públicos sujetos a elección popular, sin medir o, por lo menos no lo
suficiente, que los encargos de gobierno o de la Administración Pública son
también campo de su interés, de su obligado interés y objetivo lógico de su
aspiración partidista.

                                         36
A partir de la XIV Asamblea Nacional, el PRI fija su relación con el gobierno a partir
de los siguientes postulados: El PRI reconoce que su actuación política se
desarrolla en el marco del Estado constitucional con respeto irrestricto a la ley y a
los gobiernos constituidos; el PRI no suscribe el falso dilema entre el gobierno
abstencionista en la vida económica y social; el PRI rechaza y combate con energía
la corrupción, el burocratismo y la negligencia donde quiera que se encuentre; el
PRI propugna por un ejercicio responsable de la autoridad incorporando a la
sociedad en la toma de decisiones; el PRI no puede ser, ni parecer una instancia
subordinada del gobierno; el nuevo PRI propone una nueva relación con el
gobierno, en donde el partido recobre la iniciativa de su propia personalidad, y por
lo tanto, para que el Partido tenga voz propia y autonomía, buscará de manera
prioritaria su autofinanciamiento.

El nuevo PRI pretende equilibrar el balance y la relación con sus gobiernos; los
priístas no podemos estar en contra o pelearnos con aquellos a los que hemos
impulsado y son por identidad ideológica afines a nuestro partido. El nuevo PRI
apoya y respalda a sus gobiernos, pero esta relación de solidaridad ideológica no
impedirá que el partido se convierta en la conciencia crítica de la actuación fallida
y desleal de los funcionarios públicos priístas. El nuevo PRI pretende confirmarse
ante la sociedad como un instrumento de enlace fiel entre la sociedad y el
gobierno; un ente que escuche y dialogue, analice y proponga con capacidad real
de gestoría y que el gobierno haga de sus propuestas programas de gobierno.



                      EL PRI ESTA PREPARADO PARA GANAR

                                                               (9 de agosto de 1991)



El tradicionalismo político es hoy historia. Después de 1988 el fondo y la forma del
quehacer político es otro; así lo exige una sociedad moderna como la nuestra. La
conquista o retención del poder público en México, ha propiciado una expansión
constante de capacidades estructurales, organizativas y de acción por parte de los
partidos políticos para asegurar la preferencia electoral.

Los triunfalismos prematuros no caben, mucho menos las descalificaciones
impotentes; sin embargo, hablar con verdad sobre lo que se ha hecho para aspirar
a ganar, aunque no baste y no convenza a todas las partes inevitablemente, puede
no obstante, servir para poder representar las posibilidades que se han propiciado
para poder ganar.




                                         37
En esta entrega destaco algunos elementos en los que, en un momento dado,
pretendemos los priístas apoyarnos para afrontar con éxito las elecciones del
próximo 18 de agosto.

Las elecciones de1988 fue un aviso a tiempo; un sismo político que movió al PRI
del letargo de partido dominante a partido mayoritario. Fue una oportunidad
también, para las oposiciones, que sin trabajo previo, sin proyecto alternativo, sin
bases algunas, lograron una militancia adherente automática producto de un
mimetismo generalizado generado por la crisis económica; las elecciones de 1988
convirtió a las oposiciones de fuerzas membretadas, a fuerzas opositoras con
sustentación social.

Para el PRI el aviso a tiempo, fue una advertencia que encontró eco preocupante a
su interior; por lo tanto, casi inmediatamente después de las elecciones de 1988
empezó el reto de recuperación partidista: Reuniones de análisis para el estudio
de la transformación del partido; la reestructuración de cuadros; la celebración de
la XIV Asamblea Nacional, la cual no permitió que nos desgarráramos la ropa como
apostaban nuestros adversarios; la reestructuración de todos los comités
seccionales y municipales; la intensificación del trabajo de gestoría social; la
aplicación de una contraloría política de control para evitar la dañina simulación; y
la celebración semanal de reuniones de evaluación para corregir deficiencias a
nivel distrital y estatal a tiempo, provocó un trabajo partidista inusitado.

Para las oposiciones, la oportunidad que les brindo la coyuntura que se abría sola
y sin presiones bruscas para convertirse en una opción de poder tangible, no
resultó. La circunstancial oportunidad de sentar las bases para concretar el
proceso de alternancia en el poder se desvaneció a consecuencia de las pugnas
internas de sus cúpulas dirigentes, de cuyos vaivenes y resultados sus bases han
permanecido al margen.

Para las próximas elecciones del 18 de agosto, el PRI de Guerrero que dirige Rubén
Figueroa Alcocer, ha procurado sistematizar y revisar periódicamente el trabajo
previo al proceso electoral. La formula de candidatos a senadores y cada una de
las 10 fórmulas a diputados, semanalmente entregaron resultados de trabajo. Sin
descuidar las campañas de penetración, los candidatos priístas han dedicado gran
parte del tiempo y esfuerzo a armar la estructura de organización, capacitación y
representación electoral. El PRI de Guerrero ha registrado ante las autoridades
electorales más de 9,000 (nueve mil), representantes de partido ante las casillas
electorales, a los cuales además, ha capacitado para vigilar la ejecución y respeto
del voto; se han recopilado más de 200,000 (doscientas mil) firmas de priístas y
simpatizantes que se comprometen a acudir puntualmente a sufragar el 18 de
agosto a favor de los candidatos del PRI; en síntesis, el PRI no ha perdido tiempo ni


                                         38
menospreciado los llamados de atención que la pasada experiencia electoral le
provocó.

El proceso electoral de 1988, propició una inusitada participación política que se
inclinó por inercia hacia las oposiciones. Hoy, en el proceso del 18 de agosto, la
participación política se volverá a dar, pero su inclinación no responderá más a las
leyes de inercia del descontento social, sino que responderá al trabajo previo dado
por cada una de las partes interesadas en beneficiarse con su preferencia
electoral; es así que: Mientras otros pasan la prueba de intentar consolidarse
como fuerza política organizada, el PRI se ha empleado a fondo y está preparado
para ganar.



                TIEMPOS DE CAMBIO, TIEMPO DE REDEFINICION:

                                 EL CASO DEL PRI

                                                               (6 de marzo de 1992)



Frente al fenómeno de la Interdependencia y la Globalización, de cara a la si no
aparente, si operante coincidencia ideológica de las principales fuerzas políticas
organizadas del país, aprovechando el acto conmemorativo de 63 años de
existencia, el PRI se encamina hacia nuevas rutas y se redefine al mismo tiempo;
fija nuevos caminos para responder a las nuevas realidades y se redefine para
intentar seguir siendo el espacio político preferente de la sociedad mexicana; para
permanecer democráticamente en el poder.

El 4 de marzo pasado, Luis Donaldo Colosio Murrieta, dirigente nacional del PRI,
fijó las nuevas rutas a seguir del partido y el Presidente Carlos Salinas de Gortari,
se encargó de delinear la nueva visión de la Revolución para nuestros tiempos; el
Presidente Salinas, se encargó de delimitar la diferenciación ideológica del PRI
frente a las oposiciones como líder que es de él; se encargó de redefinir la posición
ideológica del gobierno como cabeza que es del mismo.

1. Tiempos de cambio: El Nuevo Camino del PRI.

A través del impulso de la Revolución llegamos a los umbrales del siglo XXI;
llegamos en paz, con justicia, progreso y libertad. La convocatoria de que la
Revolución permanezca en el poder está viva; por eso el partido no concluye aún
su vigencia histórica. La divisa para su persistencia han sido los resultados, los 63
años de hechos.



                                         39
El PRI hoy se debe encaminar por nuevas rutas que exigen respeto al derecho,
ampliación de las libertades y la erradicación de los privilegios que aún persistan.
Si la liberalización de la economía nos permite el acceso a nuevas condiciones de
desarrollo; la liberalización de la política, deberá hacer lo propio para una mejor
convivencia democrática.

El PRI se encamina a ser un partido con mayor vigor, con mayor fuerza social; se
encamina a seguir siendo el sitio de encuentro de las mayorías nacionales, el
punto de partida para alcanzar sus afanes.

El cambio del PRI parte hoy de la Reforma a la Revolución que exige la fuerza
misma del cambio; una Reforma de medios, que no de fines, porque para el PRI la
Revolución Mexicana es un proceso, pero también el futuro de México para
concretar nuestros propósitos y nuestros anhelos.

2. Tiempo de redefinición el deslinde ideológico del PRI.

Las fuerzas del cambio no se pueden mover en una sola dirección. La esencia de la
pluralidad estriba en la diferenciación. En México, habíamos llegado al tono de la
confusión ideológica de las partes que contienden por el poder público; lo grave
era que la lucha política había dejado de ser ideológica y se había convertido en
contienda de actitudes sin contenido: de formas y no de fondos.

Lo más importante del discurso del Presidente Salinas en el 63 aniversario del PRI,
fue hacer un deslinde ideológico con las oposiciones. El acierto tiene dos variables:
primero, le da sustancia al PRI para contender a partir de una base ideológica
diferenciada de manera específica y concreta: el liberalismo social. Por el otro
lado, erradica las dudas de la tendencia ideológica de su gobierno; obviamente no
era populista, pero también no es neoliberal: se identifica con el liberalismo social.

El deslinde ideológico hecho, hace que el PRI y los gobiernos priístas se pongan a
distancia de los neoliberales por un lado; de los que pretenden un Estado policía. Y
por el otro, de los nuevos reaccionarios; de los que pretenden un Estado
paternalista.

El deslinde se hace a partir de los siguientes apartados: la concepción de
soberanía; del Estado; la economía; la justicia social; la libertad; la democracia; la
educación; el campo; los indígenas; la alimentación, salud, vivienda y calidad de
vida; y del nacionalismo.

El deslinde ideológico tiene como vértice a la libertad y la justicia; como fin,
asegurar nuestra soberanía; y como medio, la modernización: la Reforma de la
Revolución.; pero sobre todo, tiene un adjetivo: liberalismo social, como extinción
del liberalismo mexicano, sustento histórico y profundo de la Revolución Mexicana


                                         40
y que como dijera don Jesús Reyes Heroles, se ha ido configurando a través del
tiempo y se ha presentado no como solución, pero sí como proceso que se ha
mantenido como referente para la transformación nacional. Por eso hoy, en estos
tiempos de cambio las redefiniciones se imponen, se redefine la bandera
ideológica del PRI; se redefine también por consecuencia, la identidad ideológica
del gobierno.




                                       41
III
GENERACIONALMENTE SOLIDARIO




            42
CRECER Y SALIR ADELANTE

                                                               (25 de julio de 1989)



Los traumas generacionales existen. Así como los europeos poseen el de la guerra
atómica, para los latinoamericanos, específicamente para los mexicanos, la deuda
externa se ha convertido en una muerte anunciada. Hoy tras el anuncio hecho por
el Presidente Salinas, el adeudo impagable ha dejado el plano de la ciencia ficción;
aunque sigue siendo comedia: sin embargo, hay más certeza de saber desde
dónde poder crecer y salir adelante.

La certidumbre social, la credibilidad, es quizá el factor más importante para la
estabilidad de los sistemas políticos. Una sociedad sin certeza en su futuro, es una
comunidad que pierde la confianza y que se ve en la necesidad de buscar otras
alternativas. El mayor daño social que pudo producir la crisis económica fue
precisamente crear un ambiente de incertidumbre: los tradicionales mecanismos
de ascenso social dejaron de funcionar; las formas de hacer política se agotaron al
igual que el modelo de desarrollo económico. Se hacía imprescindible un cambio.

La modernización de México, fue el cambio que el PRI propuso a la nación a través
de Carlos Salinas de Gortari; cambio, que hoy tras el anuncio presidencial sobre el
problema de la deuda externa se convierte en una propuesta factible de realizar,
en una realidad constante y sonante. Pero atención: esta certidumbre de que
México va a volver a crecer y salir adelante, es ante todo, una certeza moderna; es
decir, responsable y por lo tanto, nada populista. No espere nadie mejorías de la
noche a la mañana.

El futuro crecimiento de México, observa dos tendencias básicas: rigor económico
y audacia política.

El anuncio hecho por el Presidente priísta Carlos Salinas de Gortari, ha generado la
confianza en que la modernización de la nación, nos va a permitir crecer
económicamente y salir adelante política y socialmente.




                                        43
MODERNIZAR AL PAÍS Y REFORMAR AL ESTADO

                                                         (7 de noviembre de 1989)



Al igual que muchos mexicanos, el pasado 1º. de noviembre esperaba con gran
expectación el primer informe de gobierno del Presidente Carlos Salinas de
Gortari; una tormenta de conjeturas azotaba mi cerebro y mi estado de ánimo: lo
que diga el Presidente o lo que deje de decir, trasciende necesariamente la
realidad política del país.

En esta entrega, intento revisar brevemente los cambios de forma y fondo del
informe presidencial de Carlos Salinas de Gortari.



1. Los cambios de forma.

Dos considero que son los cambios de forma más importantes: el primero, lo
extenso del mensaje político; y el segundo, la negociación política, por primera
vez, a través de un acuerdo parlamentario para aspectos del protocolo de la
lectura del informe.



A) El mensaje político.

Más que mensaje político, Carlos Salinas de Gortari dio una sinopsis de los
principios en lo que ha basado su quehacer de gobierno; una recapitulación de su
propuesta política de campaña convertida ahora en programa de gobierno: la
modernización del país.

B) La negociación parlamentaria.

No quiero satanizar los intentos de interpelación de la oposición, pues ésta mostró
a la opinión pública nacional los desajustes que a su interior existen; que más que
un problema de madurez política, es un problema de crecimiento político: la
madurez es actitud razonada; el crecimiento, cuestión de tiempo. Lo que en este
caso llama mi atención, es el acuerdo parlamentario como resultado indiscutible
de las nuevas condiciones de la concertación que hace posible nuestra pluralidad
política y que permite nuestra actual relación democrática. Veámoslo así: la
oposición no es nueva, tiene años existiendo y teniendo presencia en el Congreso
de la Unión; pero antes, las oposiciones concesionaban su actitud para garantizar
su existencia: y hoy, negocian su actitud para hacer valer su existencia: el Estado
Mexicano se ha transformado.

                                        44
2. Los cambios de fondo.

Salinas de Gortari, no sólo asistió al Palacio de las Bellas Artes a informar de 11
meses de gestión, sino dar a cuentas a la Nación del nuevo México que hoy
vivimos, de la nueva realidad nacional que no es la misma desde hace 11 meses;
del qué se ha transformado y del cómo se está logrando esta transformación.

A) El qué se ha transformada.

Las transformaciones que ha experimentado el Estado Mexicano no han sido en
esencia, o mejor dicho, en su naturaleza revolucionaria, sino en su razón de ser, de
existir, de funcionar.

El Estado Mexicano planteó en los inicios de su consolidación su razón de ser en
torno a la necesidad de acreditar hacia afuera su capacidad soberana; la capacidad
que tuvo que confeccionar a partir de su fortalecimiento como principal motor del
desarrollo nacional, dejado a la zaga la propia capacidad de transformación de la
sociedad civil a tal grado que se generó una dependencia integral hacia el Estado.

Hoy, Salinas de Gortari ha empezado la transformación del Estado; transformación
que está dirigida a despertar y motivar la participación de la sociedad civil en el
desarrollo nacional corrigiendo los vicios de una excesiva paternidad que había
lesionado la funcionalidad del Estado hacia adentro; transformación que intenta
restituir una titularidad responsable de su papel como garante del Estado de
Derecho Social que hizo posible la Revolución Mexicana. En su gigantismo, el
Estado Mexicano, es dedicaba más su tiempo a administrar que ha impartir y
ejecutar la exigida justicia social.

B) El cómo se ha transformado.

México, sin lugar a dudas, se ha modernizado; la sociedad se ha modernizado,
pues sólo así se explican y justifican las peculiaridades de nuestra actual relación
democrática. La modernización es una realidad objetiva que ha hecho posible una
sociedad más completa, informada y participativa como la nuestra; pero, además,
la modernización del país es la herramienta principal para lograr la transformación
del Estado Mexicano, la estrategia de gobierno explícita y no sólo implícita si
tomamos en cuenta nuestro origen y proyecto revolucionario como orden
nacional concreto.

La modernización del país implica la transformación del Estado, y a su vez, la
transformación del Estado implica la modernización del país.




                                        45
TERCER INFORME: LA CONSOLIDACIÓN

                                    DEL REGIMEN

                                                           (1 de noviembre de 1991)



En el inicio del régimen, el futuro incierto era parte de la escenografía nacional; la
legitimidad de éste, pendía todavía, de la consistencia de un sistema político que
había sido puesto en entredicho. El verdadero reto era el corregir el punto de
equilibrio del propio sistema, de presentarlo a la sociedad con una nueva
fisonomía, de inyectarle la fuerza que había ido perdiendo, de encontrar el aliento
de liderazgo del que se había desvestido precisamente por llevarlo más allá de la
personalidad institucional: corregir el rumbo, ritmo y estilo de gobernar, era
requisito indispensable para la consolidación del régimen.

Tres años son la mitad, pero parecían pocos en 1988 ante el tamaño de la
adversidad. Prudencia, aplomo, pero sobre todo la propuesta de modernizar al
país hecha estrategia de gobierno, sacó adelante, poco a poco, y a flote, la figura
mitológica de nuestro sistema político: el presidencialismo. El el mismo régimen
que permitió la instauración y consolidación del revolucionario Estado Mexicano y
que consigna nuestra propia ley fundamental como poder supremo. El
presidencialismo, a quien en el inicio, el propio presidente Salinas se comprometió
en democratizar no sin antes apuntalarlo, como era necesario para poderlo
verdaderamente transformar.

El tercer informe que hoy rinde el presidente Salinas, no sólo busca, como es
lógico, el protagonismo histórico circunstancial, la ratificación del pacto federal, la
observancia constitucional aderezada por costumbre de informar a la soberanía
del Estado que guarda la Administración Pública Federal, de reafirmar la vigencia y
operatividad de la modernización nacional como fundamento de la estructura del
discurso de su gobierno, sino consolidar su legitimidad como conductor
responsable del régimen.

Desde que se dio origen a esta liturgia republicana en 1824, con José Agustín de
lturbide, hasta nuestros días, los informes presidenciales han estado sujetos al
desarrollo y condiciones propias de la sociedad mexicana; los informes fueron por
mucho tiempo, pauta de transformaciones significativas y síntesis de referencia
del proceso político del Estado Mexicano. Este informe no será la excepción, pero
sí la constancia definitiva de la consolidación del régimen Salinista. Su estructura y
contenido específico es la solidaridad, considerado como el sello propio de un
estilo de gobernar; la impresión histórica original y específica como lo fue en su
momento "La Unidad Nacional".

                                          46
Pero además, a como han estado las cosas tanto hacia adentro como hacia afuera,
el tercer informe será, seguramente, el medio idóneo y propicio para confirmar a
plenitud la indiscutible legitimidad del mandato constitucional de Carlos Salinas de
Gortari: la consolidación del régimen.



               CARLOS SALINAS DE GORTARI: LO DICHO, LO HECHO,

                 LOS RESULTADOS Y LO QUE FALTA POR HACER

                                                         (8 de noviembre de 1991)



Confirmado: el régimen Salinista está consolidado. Indiscutiblemente existe
diferencia entre el Carlos Salinas de Gortari en su toma de posesión, su primer y
segundo informe y éste el tercero, apenas rendido. La seguridad hecha poder se
respiraba en el habilitado recinto legislativo; la certeza de una consolidada
legitimidad le dio otra imagen al Presidente, otro aire. La oposición también fue
diferente, su conducta fue más por obligación a la consigna que postura
desafiante. La escenografía está ahí, montada para la especulación, para la
apreciación política de la nuevas formas y desde luego, de su fondo. Lo que se
generará en el entorno político, será seguramente, cuestión de apreciaciones, de
posiciones y conductas frente a la conducción del régimen; la constancia obligada
de la pluralidad social. El riesgo, será la deformación que pueda ocasionar en la
opinión pública las descalificaciones por default, o bien, la tormenta de elogios, a
veces muchos de ellos desafortunados de los fariseos del sistema.

Las palabras se las lleva el viento. La consignación por escrito no acepta
revocaciones gratuitas. El tercer informe de gobierno de Carlos Salinas de Gortari,
es ya documento histórico expuesto al análisis, pasemos pues, a identificar los
elementos necesarios que nos permitan evaluar lo dicho, lo hecho, los resultados y
lo que falta por hacer.

1. Lo dicho.

Pasar de las palabras a los hechos, fue la base del mérito para la recuperación del
liderazgo a que está predestinado el presidencialismo en México: el programa de
Solidaridad Social, es el mejor hecho del discurso expuesto.

Desde el inicio del régimen, el Presidente Salinas propuso a la Nación modernizar
al país; estamos avanzando innegablemente en ello. El Estado inicio su reforma,
una reforma que mantiene latente a la Revolución como fundamento histórico de
nuestra identidad, no como dogma que cierre por definición la posibilidad al

                                        47
cambio. "...En el mundo de hoy, revolución que no cambia, sucumbe ante la fuerza
de las transformaciones; pero revolución que cambia abandonando sus principios
pierde su esencia y también sucumbe...". La modernización comenzó por el
Estado, para acabar su megalomanía y transformarlo en un Estado modesto.

Después de tres años, se define el marco de referencia del nuevo proyecto del
reformado Estado Mexicano: un nuevo nacionalismo; un nacionalismo que "...Nos
demanda consolidar las nuevas relaciones hacia el exterior y las nuevas relaciones
del Estado con la sociedad..." El nuevo nacionalismo mexicano de la última década
del siglo, propuesto por el presidente Salinas, tiene la pretensión de asegurar
cuatro principios fundamentales: "...La defensa de nuestra soberanía, el respeto a
la libertad, la firme promoción de la justicia en el ámbito de una prosperidad
general, cada vez mayor, y el desarrollo de la democracia..."

2. Lo hecho.

A) Hacia afuera. El Presidente Salinas explica que la estrategia fundamental ha sido
la diversificación de las relaciones externas. La globalización y la interdependencia
son los fenómenos condicionantes del desarrollo de las naciones. La política a
seguir es: (no) "..Quedar fuera, al margen de los nuevos procesos integradores del
mundo..."; (intentar) "...influir más en las decisiones internacionales que
inevitablemente afectaran a nuestra nación...". La diversificación es la pauta: el
GATT, la Cuenca del Pacífico, Latinoamérica, la Comunidad Europea y el Tratado de
Libre Comercio con el Canadá y los Estados Unidos.

B) Hacia adentro. La democracia siempre será un proceso inacabado; perfectible.

En México se ha avanzado en la democracia, negarlo, sería inconsecuente con la
misma noción de democracia, que encuentra en el respeto al disenso y la
tolerancia, su estructura ética. Sin embargo, el régimen reconoce imperfecciones,
especialmente en las disposiciones electorales y su instrumentación concreta:
credencialización, sistema informativo y el padrón; pero al mismo tiempo, abre la
posibilidad para su perfeccionamiento a través de la participación de los partidos
políticos, deslindando a la vez, el análisis y el cambio conducente, a la potestad del
Congreso de la Unión.

3. Los Resultados.

A) Economía. Aunque sin datos, para no abrumar más de la cuenta esta lectura, sin
estadística, no es difícil entender que la economía nacional se ha recuperado; lo
importante es saber cómo se hizo: la clave ha sido la ponderación que ha hecho la
Administración Pública Federal en la política económica, el estricto control del
gasto público, un sistema fiscal competitivo, la reducción de la deuda, la apertura
comercial y la desregulación y la promoción de la inversión y las exportaciones.

                                         48
"El reto, sigue siendo muy grande" "...fue mucho lo que la crisis redujo en el nivel
de vida de los mexicanos..." "...Muchas demandas siguen superando nuestros
recursos..." "...De una crisis tan profunda no se sale en pocos años..."

B) Sociedad. En este proceso de modernización, hay algo que todavía no se abate
muy a nuestro pesar, que cala hondo y limita su concretización: la pobreza; la
pobreza que ha sido, por razones históricas y es, desafortunada realidad, el
aguijón de una plena integración nacional. Para combatirla se creó Solidaridad"
"...La forma novedosa de hacer las cosas, con participación, con organización, con
verdadero sentido democrático."

4. Lo que hace falta por hacer.

A) Hacia afuera. Pugnar por la diversificación de las relaciones con las estructuras
comerciales, nacionales y supranacionales.

B) Hacia adentro. "...Seguir ampliando la concertación entre las fuerzas políticas
del país para asegurar que las normas electorales respondan plenamente a las
expectativas de la población..."

Particular interés se pondrá en la modernización de las relaciones del Estado con
las iglesias, con el fin de actualizar el marco normativo de las mismas; pero sin
abandonar el criterio histórico cultural por el cual se inclina preferentemente el
pueblo mexicano: "...que el clero no participe en política ni acumule bienes
materiales..." La nueva situación jurídica de las iglesias, se configurará bajo los
siguientes principios: "Institucionalizar la separación entre las iglesias y el Estado;
respetar la libertad de creencias de cada mexicano y mantener la educación laica
en las escuelas públicas".

Se pretende bajar el telón a una relación de facto, supuestamente prohibitiva; a lo
que el propio clero llama: la conclusión de la simulación.

Seguirá el régimen poniendo énfasis al crecimiento económico para asegurar
mayor bienestar con estabilidad; evitando la concentración de la riqueza y
haciendo justicia; un crecimiento no depredador y sí respetuoso del ecosistema;
un crecimiento no centralista y sí descentralizado; y sobre todo, no un crecimiento
a cualquier precio y sí con prudencia y responsabilidad.

"Estructuralmente existe un reclamo generalizado de que se actúe en dos áreas
fundamentales para la viabilidad futura de la nación: el campo y la educación".

   -   Campo: "Se llegó el tiempo de cambiar nuestra estrategia en el campo:
       Recursos adicionales para capitalizarlo. "El ejido permanecerá pero se
       promoverá su transformación".


                                          49
-   Educación: "Debemos crear condiciones para promover el movimiento
       hacia la excelencia educativa". La competencia en este mundo de obligada
       interdependencia así lo exige.

En efecto, como dice el presidente Salinas, el país no se inicia ni concluye con una
administración, pero sí se puede escurrir entre las manos, sobre todo, cuando
después del tercer año, con el lógico acrecentamiento de la estructura del poder,
los excesos hacen presa fácil a los desatinos del sexenio: apostemos a que no
sucumba el régimen a la tentación del acceso al exceso que da el poder
presidencial en México. Por lo pronto, lo dicho, lo hecho, los resultados y lo que
falta por hacer, valen la pena. "Es por nuestros hijos". "Es por México".




                                        50
IV

RUIZ MASSIEU: EL HACEDOR DE

   LA POLITICA MODERNA




            51
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  • 1. 1
  • 2. INDICE INTRODUCCION I. CONVENCIDAMENTE DEMOCRATICO • Debatir en tomo a la democracia. (14 de junio de 1991) • La democracia de fin de siglo. (31 de enero de 1991) • Democracia: responsabilidad de todos. (20 de julio de 1991) • La depravación democrática. (27 de septiembre de 1991) • La elección del 18 de agosto. (17 de agosto de 1991) II. COMPROMETIDAMENTE PRIISTA •Programa electoral básico del PRI. (12 de noviembre de 1987) • El PRI y la modernización nacional. (17 de febrero de 1988) • Atrás de las montañas. (28 de febrero de 1988) • El servidor público priista. (28 de julio de 1987) · El PRI: el reto político. (17 de marzo de 1990) • Disciplina e institucionalidad priístas: pilares retorcidos por la historia. (18 de mayo de 1990) • E1 nuevo PRI (Primera parte). (19 de septiembre de 1990) • El nuevo PRI (segunda parte). (20 de septiembre de 1990) • El nuevo PRI (tercera parte). (21 de septiembre de 1990) • El PRI está preparado para ganar. (9 de agosto de 1991) · Tiempos de cambio, tiempo de redefinición: El caso del PRI. (6 de marzo de 1992) 2
  • 3. III. GENERACIONALMENTE SOLIDARIO • Crecer y salir adelante. (25 de julio de 1989) • Modernizar al país y reformar al Estado. (7 de noviembre de 1989) • Tercer Informe: La consolidación del régimen. (1 de noviembre de 1991) • Carlos Salinas de Gortari: Lo dicho, lo hecho, los resultados. Y lo que falta por hacer. (8 de noviembre de 1991) IV. RACIONALMENTE LEAL E INSTITUCIONAL • A1 grano y sin rodeos. (11 de octubre de 1988) • Dos años de ideas y de hechos. (28 de marzo de 1989) • Con la ley en la mano. (4 de mayo de 1989) • La ventaja política de Guerrero: Los aciertos de Ruiz Massieu. (16 de septiembre de 1989) • Guerrero es primero: reporte de obra. (1 de abril de 1990) • Quiero que crean en mí; que crean conmigo: J.F.R.M. (12 de febrero de 1991) · · Persistir en la idea: lo más importante hoy para Guerrero. (6 de diciembre de 1991) • La obra política de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas). (24 de enero de 1992) • La obra económica de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas). (31 de enero de 1992) •La obra social de José Francisco Ruiz Massieu (fondos y formas). (7 de febrero de 1992) • La transición guerrerense hacia la modernización --a propósito del V informe de José Francisco Ruiz Massieu--. (14 de febrero de 1992) V. IRREMEDIABLEMENTE COMPETITIVO • La actitud irreflexiva del P.R.D. (10 de enero de 1990) • Al filo de los machetes. (9 de febrero de 1990) •Patadas de ahogado. (12 de abril de 1991) •El PRD: oposición sin opción de triunfo. (14 de junio de 1991) •Las sumas y restas del Ing. Cárdenas. (11 de julio de 1991) 3
  • 4. • Determinismos y fatalismos del P.R.D. (26 de julio de 1991) •P.R.D.: Antagonismo superfluo. (6 de septiembre de 1991) VI. OBLIGADAMENTE CREATIV0 •Cultura política. (22 de abril de 1988) • Tierra y libertad. (13 de abril de 1989) •La Revolución hoy es de todos. (9 de mayo de 1989) •Participación política. (24 de junio de 1991) • Proyecto nacional y solidaridad social. (13 de septiembre de 1991) • ¡Viva México! (20 de septiembre de 1991) •Apostar a la U.A.G. (11 de octubre de 1991) • Ejido: Tierra con Libertad. (25 de octubre de 1991) •Aprender a cambiar. (13 de diciembre de 1991) • Las tareas de la Reforma del Estado. (17 de enero de 1992) • Guerrero es primero: Misión y destino. (21 de febrero de 1992) 4
  • 5. INTRODUC CIÓN En abril de 1992, escribí un texto que compilaba una serie de artículos míos, producto todos de ellos, de una forma u otra, de la influencia que habría causado en mi la personalidad, talento y fama de gobernar de José Francisco Ruíz Massieu. A casi 20 años de la primer edición, he decidido su reedición, convencido de que algunas ideas planteadas tienen hoy todavía vigencia por pura coincidencia. Los cambios que realice a la primera edición, han sido mínimos, a tal grado, que no cambian ni la estructura ni el fondo de cada artículo copilado. Ojala y su lectura coadyuve a fortalecer el ánimo que existe en toda la militancia y en nuestros simpatizantes para recuperar la Presidencia de la República. Tenemos que redoblar esfuerzos para lograr el triunfo inobjetable de Enrique Peña Nieto. Acapulco, Gro. Noviembre de 2012. 5
  • 6. INTRODUCCIÓN ALA 2da EDICIÓN Los tiempos de cambio que vive el país y que experimenta el mundo entero, son cambios que se plantean y se imponen muchos de ellos por inercia; son cambios para mejorar, para avanzar, pues sería inconsecuente lo contrario. Hoy en México, la sociedad se está modernizando y se reforma al Estado, por lo que el QUEHACER POLÍTICO experimenta su propia transformación; Hoy, la lucha política va mas allá de la postura ideológica y exige cambios; en el QUEHACER PARTIDISTA. Por convicción partidista, pero sobre todo por compromiso generacional, estoy convencido de que LOS QUEHACERES DE LA MILITANCIA EN LOS TIEMPOS DE LA NUEVA POLITICA; DE LA POLITICA MODERNA, deben encuadrarse en torno a las siguientes puntualizaciones. 1. Debe como requisito existir una militancia convencidamente democrática. Pues a medida en que avancemos en la democracia, mejoraran la credibilidad de los partidos y de los políticos. 2. Debe ser una militancia comprometida y efectiva. Que abone al partido, no que abandone al partido. 3. Debe ser una militancia generacionalmente solidaria. Unirse a la causa de los demás, cuando ésta causa implique mejorar, Al partido, a su capacidad de competencia y de persistencia. 4. Debe ser una militancia racionalmente leal e institucional. Trabajar, dar resultados y actuar con iniciativa sin desarticular al partido. 5. Debe ser una militancia competitiva y comprometida con la democracia Porque ante la capacidad, la eficiencia y la eficacia que hoy exige la competencia democratica, las simulaciones ya no son factibles de sostener y mucho menos lo son las imposiciones: Ni las bases del partido deben traicionar a su dirigencia, ni la dirigencia debe traicionar a sus bases. 6. Debe ser una militancia obligadamente creativa. La creatividad nutre el espíritu y abona la solidez de las convicciones. David Guzmán Maldonado Chilpancingo, Gro. Marzo de 1992. 6
  • 8. DEBATIR EN TORNO A LA DEMOCRACIA La democracia es hoy el punto de discusión más importante, el tema de reflexión no solo interesante, sino incluso determinante para la confección del nuevo desarrollo político que demanda la moderna sociedad de México. He aquí algunos aspectos que pueden ser tomados en cuenta para debatir en torno a la democracia. 1. La democracia como proyecto histórico. La Sociedad mexicana luchó en 1910 por la reivindicación de su derecho soberano a elegir sus gobernantes; pero además, para hacer de la democracia un sistema de vida. Esto es, decidir de manera libre y soberana las decisiones que amerita el desarrollo social y económico de la nación. La Constitución Mexicana de 1917, consigna a la democracia como principio normativo para asegurar la convivencia civilizada y pacífica de la sociedad; como valor Insustituible de nuestro proyecto histórico como orden nacional concreto. 2. La función social de la democracia. La democracia no es el simple rito de conocer quien tiene la mayoría, sino de descubrir también, la cantidad de la minoría: En la modernidad no es posible la unanimidad. La democracia es sinónimo de tolerancia, esto es, respetar tanto los consensos como los disensos. En este orden de ideas, la democracia es el orden y el poder la forma de hacer política para garantizar no solo su convivencia pacífica de la sociedad, si no la ruta idónea para el arribo de los acuerdos y la tolerancia de los desacuerdos. 3. El desarrollo de la democracia en México. La democracia en México, ha sido un proceso inacabado en constante evolución. No se puede decir que ha venido de menos a más, sino que su avance ha estado en relación con la dinámica de la propia sociedad. Desde la óptica de la competencia electoral, podemos decir que hoy las oposiciones son la expresión de una nueva sociedad; de una sociedad moderna, más plural, preparada y critica. Pero si somos objetivos, agregaríamos que la flexibilidad de nuestro sistema político mexicano ha tenido su que ver y su que hacer al respecto: ha tolerado lo que se tenía que tolerar; lo suficiente para garantizar la paz social, la vida democrática y la alternancia política. 8
  • 9. 4. El abstencionismo como síndrome de la democracia. El abstencionismo es el fantasma de la democracia, Es un síndrome que no es privativo de México sino que afecta a todo el mundo democrático. Mil conjeturas se han elaborado al respecto; yo solo me referiré a una exclusivamente: al fenómeno de la globalización. La globalización, no es más que el resurgimiento del individualismo; es decir, al sujeto histórico ya no le llama la atención los proyectos o propuestas globales, lo único que le interesa es lo que le afecta o beneficia de manera directa e inmediata. El reto pues de todos los partidos políticos modernos para agotar el abstencionismo, es encontrar y no perder de vista su función social: ser vehículo de la expresión, exigencias y demandas de la colectividad. 5. La modernización de la democracia. Cuando Carlos Salinas de Gortari habla de enfrentar el reto de modernizar la democracia, lo hace ante todo con realismo político. El presidente Salinas, en efecto, no está inventando nada nuevo y menos moderno, solo se propone encarar a los intereses que impiden el avance democrático que exige la sociedad. Modernizar es, aclarémoslo de una vez por todas, actualizar los medios, los usos y las formas en que opera la democracia en México. La modelización de la democracia, como dice José Francisco Ruiz Massieu, no es un reto apto para aquellos que se sienten tanto héroes democráticos, como para aquellos que se sienten antihéroes del proceso democrático. Es un reto que pone a prueba la voluntad y el compromiso de avanzar hacia una democracia menos imperfecta. Finalmente diré que: el debate siempre enriquecerá el avance de la democracia, pero su menosprecio; la puesta en tela de duda de su vigencia, Como estrategia simplista, venga de donde venga, solo aumenta la conjunción de la propia democracia y pone en riesgo la credibilidad. Debatir en torno a la democracia, nos permitirá encontrar lugares comunes para asegurar su persistencia como sistema de vida, como orden político, como herramienta para garantizar la convivencia civilizada de la sociedad. 9
  • 10. LA DEMOCRACIA DE FIN DE SIGLO (31 de enero de 1991) El pasado 24 de enero, en el marco_ del "Dialogo Político para los 90", organizado por la LIII Legislatura del H. Congreso Local que coordina Israel Soberanis Nogueda, en la ciudad de Taxco, tuve la oportunidad de escuchar y comprobar que José Francisco Ruiz Massieu, es un hombre a prueba de retos. En efecto, el gobernador ha innovado en la cultura política al proponer una política moderna de ideas y de hechos, donde el punto central es desterrar viejos abusos e instaurar nuevos usos; pero especialmente en la estructura jurídica, al modernizar casi integralmente el cuerpo de leyes que tenía nuestro estado; leyes y ordenamientos que poseen un carácter eminentemente de compromiso popular y que incluso han sido consideradas innovadoras a nivel nacional. También ha hecho lo propio en la administración pública, al crear un cuerpo burocrático que atienda las demandas asociales más sentidas en nuestra realidad estatal; como la procuraduría social de la montaña en la obra pública, al lograr el respaldo y aprobación del Presidente Salinas para la construcción de la supercarretera Cuernavaca-Acapulco, obra cuyos efectos empezaremos a apreciar cabalmente después de varios años de su conclusión; y en la vida partidista, al encabezar la tarea de irrumpir en la elección interna de los candidatos del PRI cuyos costos sólo pueden ser afrontados por políticos de piel dura, pero que comprueba que la innovación es un reto necesario para lograr avances significativos. Hoy José Francisco Ruiz Massieu, convoca a la pluralidad política del Estado, a un diálogo democrático cuyos hechos logren una transformación democrática y una nueva legislación, sin lesionar la observancia de la ley y las reglas de civilidad más elementales. La propuesta plantea algunas condiciones que, a juicio del Ejecutivo del Estado, deben reunirse para llevar adelante la vida democrática en la presente década. 1. La propuesta: Según Ruiz Massieu, el eje para lograr un cambio democrático de ruptura, es el consenso: El pacto político. 2. El método: Consiste en entender a la democracia como proceso; un proceso colectivo, endógeno e inacabado. A) Colectivo: por ser tarea de muchos y no quehacer cerrado de pocos. 10
  • 11. B) Endógeno: Pues solo compete a los mexicanos definir. C) Inacabado: por estar la democracia siempre por abajo de las expectativas ciudadanas. 3. El marco de referencia: La democracia debe ser vista en razón de su contenido y sus respectivas afectaciones en lo económico, lo social, cultural y lo político. 4. La principal variable: Es la efectividad del sufragio. Es necesario entender que la democracia no puede reducirse a la alternancia en el poder. 5. Los indicadores o condiciones de la variable: A) Igualdad (razonable) en la competencia electoral. B) Imparcialidad en la organización, desarrollo y calificación de los comicios. C) Observancia de la ley por parte de todos los contendientes. D) Una nueva cultura política que equilibre la búsqueda del poder. E) La conciliación por parte del sistema electoral de: -La pluralidad política. ·La eficacia institucional. -La estabilidad política. F) Consolidar un sistema de partidos. G) Concretar un régimen legal basado en consensos básicos que apuesten al proceso democrático y garanticen un proceso comicial transparente. H) La armonización de soberanía popular con soberanía nacional. I) Equilibrio entre las esferas y órdenes de poder: Horizontal y verticalmente. 6. En pocas palabras: Sólo a través de los consensos y pactos entre los contendientes será posible lograr un cambio rápido y profundo en la democracia. 11
  • 12. Para Ruiz Massieu, las elecciones de 1991 son un desafío no apto para aquellos que se sienten tanto héroes democráticos, como para aquellos que se sienten antihéroes del proceso democrático. Es un desafío que pone a prueba la voluntad y el compromiso de avanzar en la democracia; en la democracia de fin de siglo. DEMOCRACIA: RESPONSABILIDAD DE TODOS (20 de julio de 1991) La democracia en México no es una meta sino un proceso dinámico en constante perfeccionamiento. La democracia que practicamos está concebida como sistema de vida que se renueva, pero que no se puede ni debe inventarse espontáneamente. La democracia es condición para garantizar un desarrollo armónico y una convivencia pacífica; por lo tanto, la vigencia y funcionabilidad de la democracia es responsabilidad de todos: ciudadanos, partidos políticos y gobierno. 1. Democracia y Ciudadanía. Por naturaleza, la democracia se da en virtud del derecho potestativo de la ciudadanía a elegir la forma y representantes de gobierno que mejor juzgue convenientes; la democracia se concretiza a través de la voluntad soberana de los pueblos. En México, ejercer la democracia no solo es un derecho, sino una obligación. Hoy más que nunca, la ciudadanía debe participar en el proceso electoral emitiendo su voto; lo que está por decidirse, es nuestra actual realidad. En el futuro inmediato de México, se asoman nuevas formas y estructuras de relación social que urgen se convalide la decisión de salir a su encuentro, o por el contrario, rectificar el rumbo, el ritmo y la dirección. No hay pretexto, todos sabemos que la sanción soberana no solo es importante sino determinante. La ciudadanía no puede permanecer al margen, debe decidir que quiere; debe votar este 18 de agosto por lo tanto, también la ciudadanía está involucrada en el reparto de credenciales de elector y debe preocuparse por obtenerla. Sin credencial de elector, no se puede sufragar, no se puede votar, no se puede practicar la democracia. 12
  • 13. 2. Democracia y Partidos Políticos. Los partidos políticos son de acuerdo a la ley entes de interés público, a través de ellos, la ciudadanía encauza sus preferencias en razón de su interés o pertenencia social. Los partidos en México convalidan la existencia de la vida democrática; compete a ellos velar porque prevalezca de manera real y efectiva. Los partidos se fortalecen con el voto ciudadano, es por ello que debe prevalecer en los partidos la vocación democrática. La función protagónica de la existencia de los partidos se da en el proceso electoral. En las elecciones se gana o se pierde, pero lo que no se vale es usurpar triunfos y mucho menos pronosticar y desconoce derrotas; esa, es la ruta perforada de la frustración y la incapacidad de triunfo juntas. Es en el primer caso, es atentar contra la democracia; en el segundo, una agresión premeditada cuyo fin es confundir al electorado y provocar la alteración del orden público. Hoy, ante el próximo proceso electoral, la postura de los partidos políticos no debe encasillarse en la mera conquista del poder, sino en participar por el perfeccionamiento de la democracia y del mejoramiento de las condiciones de vida de social y económica, la cual reclama no solo el respeto a la voluntad ciudadana, sino el respeto a la convivencia pacífica en la cual se desarrolla la sociedad y el respeto al derecho que propicia la participación democrática de los propios partidos políticos. 3. Democracia y Gobierno. Quién garantiza la vigencia del régimen democrático, o quien lo obstaculiza en última instancia es el gobierno, su vigencia la logra a través del respeto al derecho, del cual obtiene su fuerza reguladora, y lo obstaculiza, al infringir la norma jurídica que regula la vida democrática y en especial los procesos electorales. Un gobierno es democrático, o no lo es. Para el actual Gobierno de la República, la democracia ha sido planteada como reto, como compromiso de gobierno; es vista la democracia como condición necesaria para enfrentar los múltiples retos de la nación. La democracia deseada por el gobierno, se está impulsando a través del derecho, de un nuevo código electoral que permite la realización de nuevas prácticas y conductas; nuevas instancias reguladoras acordes con la transparencia electoral demandada. El reto por la democracia está por cumplir su primer evaluación en los próximos comicios electorales, avanzar en su perfeccionamiento es una exigencia elemental para hacer frente a las nuevas condiciones que plantea la 13
  • 14. interdependencia entre naciones, pero sobre todo, de la unidad que demanda la nación para fortalecer su soberanía y hacen frente a sus retos y rezagos. En este tiempo histórico, el clamor de todos es por más y mejor democracia; la democracia es pues, compromiso de todos. LA DEPRAVACIÓN DEMOCRATICA (27 de septiembre de 1991) La democracia, como dijera Alexis de Tocqueville, "es el hecho ininterrumpido más antiguo y más permanente que se conoce en la historia”, sus aplicaciones prácticas son variadas y sus interpretaciones más; pero hay algunos que no alcanzan a comprender que la democracia avanza por el talento de unos y por los vicios de otros. Más aún, hay quienes no entienden todavía que los actuales momentos exigen una cultura democrática acorde con los tiempos de cambio que hoy vivimos; persisten en casarse con las ideas de su época, con el quehacer de una práctica democrática antropófaga que no daba lugar, ni crédito, a la tolerancia. Son políticos que manejan el discurso democrático como escudo, como pretexto, como personificación de su quehacer político, como vestimenta cotidiana, como acta de nacimiento, como curriculum vitae, como almohada, como alimento, como tarjeta de presentación, como proyecto personal para aspirar a ejercer el poder público, como turbante, como macana, como exaltación argumentativa para el desahogo de sus rencores y sus frustraciones: no coadyuvan al avance de la democracia, la depravan. La nueva sociedad, el nuevo ciudadano, demanda una nueva práctica política que haga avanzar la democracia; un discurso programático de labor de gestoría, de compromisos concretos, no de promesas que no se puedan cumplir, no el manejo de ideas fútiles y rencores hepáticos. La práctica de la democracia o la referencia a ella, no debe disolverse en meros cálculos de fuerza. La democracia o su referencia a ella, debe ser en provecho de la sociedad para hacerla más civilizada y estable. No se vale quedarse varados en la obstinación mientras fluyen las aguas de la historia; no se vale autollamarse luchadores por la democracia cuando se clausura toda posibilidad al disenso y la tolerancia; no se vale escribir sobre o a partir del concepto de democracia dejándose llevar por la pasión, por el interés personal de lucro que lo único que demuestra es ineptitud en el debate por no estar objetivamente 14
  • 15. sustentada la argumentación. No se vale, que la no coincidencia o la obstinación por el poder, propicie la depravación democrática. LA ELECCION DEL 18 DE AGOSTO (17 de agosto de 1991) No es necesario encaramarse en hombros de gigantes, para poder darse cuenta que las próximas elecciones representan no sólo una justa más entre partidos, sino el primer punto de arribo a la modernización democrática; a su primera evaluación. A partir de 1988, la democracia ha sido el reclamo más importante de la sociedad; las partes que contienden por el poder público, la esgrimen como proyecto, como pretexto, o como escudo; el Gobierno por su parte, la ubica como reto, como reto nacional. La participación ciudadana. El reto de avanzar en la democracia, no debe ser visto como mero discurso sexenal, no debe quedar en simple proyecto, ni abusar en su argumentación como eje abstracto de la oferta Político Partidista, ni mucho menos convocarle como parapeto para justificar la autodeterminación. El reto de la democracia, está ligado al problema del desarrollo de nuestra sociedad; por lo tanto, el avance en la democracia, debe ser considerado como condición para la Modernización Nacional. Sin una auténtica y plena participación ciudadana, no puede haber un pleno y auténtico avance democrático. Si los mexicanos, si los guerrerenses, no acudimos a votar este 18 de agosto, vamos a postergar, aún más, el avance democrático. El dilema será: participar o no participar. La participación organizada. No se vale pretender hacer del 18 de agosto un "18 Brumario", un golpe de Estado; plantear esto como disyuntiva para lograr un avance democrático, es atentar contra la propia aspiración de conquistar el poder por la vía del sufragio. Los partidos políticos, son los contendientes y protagonistas principales en la escenografía de la democracia mexicana, lo que monten para ganar, es lo que puede propiciar su derrota. Los partidos políticos, son contendientes y no enemigos de diferentes razones de ser; son los responsables de organizar y concretar la participación ciudadana este 18 de agosto; deben por lo tanto, 15
  • 16. encarar con responsabilidad el sentido objetivo de la competitividad: se gana y también se pierde; y se debe apostar a una competencia con reglas y civilizar las inconformidades: deben agotar los recursos legales, no la paz social. La reglamentación de la participación política. La ley es la mejor herramienta para garantizar el orden social. La Ley, deja de ser hipotética hasta que muestra sus beneficios; no antes. La Ley es válida porque se cree en la fuerza del derecho para transformar una realidad que beneficia a todos. La nueva reglamentación electoral, ha garantizado la participación de todos los partidos políticos, ha propiciado una nueva estructura institucional, un nuevo empadronamiento. La nueva Ley Electoral falta pruebe su funcionalidad y su utilidad: el proceso no ha acabado, está a la mitad. Este 18 de agosto, la Ley es el principal valuarte de la modernización democrática, no el principal blanco para doblegar la impartición del derecho por el árbitro de uno de las contendientes; cuyo compromiso no debe estar con ninguna de las partes la presión, no puede ni debe ser el camino para echar andar su frustración y derrotar a las instituciones. La nueva cultura de la participación política. Si en 1910 el sufragio efectivo fue la causa de la Revolución, en 1988 el sufragio aceleró el proceso de la modernización. Antes de 1988, existía una inerte tendencia a la uniformidad política y una pluralidad incipiente; hoy la pluralidad, es el signo de la futura configuración del sistema político mexicano. Antes de 1985 la participación política era solamente alentada; hoy, la participación política es exigida como instrumento de cambio o confirmación de la realidad. En los inicios de la modernización democrática, después de 1988, las convulsiones sociales y los exhibicionismos camarales por parte de los representantes populares, pueden ser imputados a problemas de crecimiento, a problemas de aprendizaje; hoy, provocar la alteración del orden público o usurpar triunfos, además de prueba de impotencia, debe ser, por un lado, referente para la aplicación severa de la Ley, y por el otro, argumento válido para Ia automarginación electoral. Por lo que toca al comportamiento en ambas cámaras, entrar en cordura va a ser sinónimo de madurez política, de seriedad y respeto a la parte de soberanía que se representa. Avanzar en la democracia, es compromiso de todos; ciudadanos, partidos políticos y gobierno. La modernización nacional, nos exige una nueva cultura de 16
  • 17. la participación política; la oportunidad de consolidar esta nueva cultura, nos la brinda hoy, la elección del 18 de agosto. 17
  • 19. EL PROGRAMA ELECTORAL BASICO DEL PRI (12 de noviembre de 1987) Cuando Carlos Salinas de Gortari afirma que "la democracia es el elemento que ha dado continuidad a la doctrina y fuerza a la acción del sistema político mexicano", muestra su vocación a un estilo de convivencia que dista mucho de ser efímero y que por el contrario, significa una idea y forma de vida que ratifica y refuerza nuestro pacto social. La plataforma electoral básica del PRI, es el programa de partido que Carlos Salinas de Gortari, ofertará al pueblo de México como programa de gobierno: conocer su contenido, disipara dudas y fortalecerá militancias. 1. Los valores que defienden y propone el candidato del PRI. Los valores son las aspiraciones generales significativas de un grupo social. Los valores sociales de las grandes mayorías nacionales están contemplados en la Constitución mexicana; su realización plena, es el Proyecto Histórico de la Revolución. La fundamentación ideológica del PRI gira en torno a los valores sociales de democracia y justicia social, los cuales sólo pueden ser alcanzados a través de la lucha por la soberanía e independencia nacionales. 2. La propuesta electoral del PRI. Es continuar con el proceso de reforma política; persistir en el desarrollo nacional revolucionario; completar el proceso de descentralización; continuar con el compromiso de lograr una sociedad igualitaria, la renovación moral de la sociedad y combatir a la inflación. Todo esto a través del instrumento de racionalidad que ofrece la planeación democrática. La plataforma electoral básica además, contempla la necesidad histórica de modernizar nuestra sociedad como condición de desarrollo, pero reconoce en forma realista que esta tarea y meta revolucionaria, nos lleva a enfrentar los siguientes retos: a) El reto del PRI. Es armonizar los avances logrados con los hechos que la realidad exige, lo cual conlleva a superar los rezagos que en el actuar partidista hayan quedado varados por la inercia, apatía, falta de preparación, convicción y militancia. Para afrontar la realidad del país, es necesario que el PRI se fortalezca; que adquiera una renovada capacidad no sólo para plantear los retos de México, sino para afrontarlos. 19
  • 20. b) El reto de la soberanía. Siempre será una conquista por refrendarse. Reafirmar nuestra soberanía exige nuestra transformación tecnológica tanto en la producción como en el consumo; luchar incansablemente por un orden monetario equitativo; acotar nuestro grado desigual de interdependencia con los países desarrollados; y reafirmar el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos. c) El reto democrático. Que está dispuesto a afrontar el PRI como partido en el poder, es pugnar por ensanchar los canales de participación política de la sociedad civil organizada; que existan las condiciones necesarias y reales de acceso al bienestar social; reconocer en la sociedad su naturaleza plural y su combatividad; y actualizar las instituciones públicas para dar cauce a una mayor participación política. d) El reto social. Es en sí mismo el futuro de México, el cual solo puede construirse a partir de una responsable actitud de autocrítica, en donde se reconozca lo que se ha logrado y lo que falta por realizarse. El compromiso básico es en este caso, es atender las necesidades elementales no satisfechas cualitativas y cuantitativamente; sabemos que es un reto enorme pero estamos dispuestos a superar a partir de la instauración de una política con mayor grado de racionalidad, mayor capacidad de prevención, priorización y eficacia. Los priistas sabemos y estamos conscientes que este logro es factible a partir de la participación social: el mejoramiento de la calidad de vida, no es función exclusiva del gobierno. e) El reto económico. El PRI reconoce lo difícil de las circunstancias económicas por las que atraviesa el país; pero también sabe que la solución a estos problemas está en la ya lograda restauración de la confianza, y a partir de la continuidad de las políticas probadas: controlar la inflación, lograr la recuperación económica y continuar profundizando la estrategia del cambio estructural. Tarea principal del PRI será modernizar la economía interna, hacerla menos vulnerable al exterior; que el ahorro sustituya al endeudamiento como sostén del desarrollo; estimular la inversión; controlar los precios; impulsar la agricultura para lograr la soberanía alimentaria; propiciar la operación de un sistema comercial efectivo sin perder el carácter rector del Estado; fortalecer el sector social y privado; y lograr un equilibrio territorial económicamente hablando. 3. La perspectiva de la política moderna. El PRI reconoce que los años que están por venir, representan un desafío de transformación y cambio. La forma en cómo se pretende hacer frente es a partir de la Modernización Nacional, que implique no sólo el sobrevivir sino el convivir. Que nuestro futuro desarrollo se sustente en bases propias producto de nuestra soberanía. 20
  • 21. Es por esto que se propone una política moderna, que sea capaz de humanizar las relaciones de sociedad entre los estados soberanos; una política moderna, no como moda sexenal de gobierno, sino como modo de vida para mejorar las condiciones del país y sus circunstancias; una política moderna, que propicie y logre la unidad de los mexicanos. La perspectiva de la política moderna pretende: continuar la construcción de un México ya probado y aprobado con su proyecto nacional y sus instituciones; renovar las bases de consenso democráticamente logrado; estimular la iniciativa de la sociedad; preservar el diálogo y la consulta popular para desterrar de una vez y para siempre, el concepto mundano de autoridad; y hacer de la democracia y la justicia social, una tarea cotidiana. EL PRI Y LA MODERNIZACION NACIONAL (17 de febrero de 1988) La ideología y acción partidista revolucionaria por necesidad de persistencia histórica, necesita plantear su modernización, para así reafirmar su capacidad política de vanguardia ante la dinámica que hoy experimenta la sociedad; modernizarnos, implica evolucionar en el quehacer político para estar acorde a la construcción y comportamiento actual de la sociedad. Lo que se está empezando hacer en el PRI con el fin de modernizarlo, es la instrumentación de nuevos señalamientos de acción política que nos permita contar con la eficacia necesaria para responder a los nuevos retos y demandas de la sociedad. Modernizar al PRI implica la convicción de lograr la propia transformación social. La modelización que buscamos es revolucionaria, ya que la ideología difundida y practicada por nuestro partido, está dada en razón y con fundamento en los valores sociales, políticos y económicos de la Revolución Mexicana, los cuales fungen como polo principal de orientación del quehacer partidista. Lo que pretendemos es lograr de manera más eficaz, una relación íntima entre los valores de la revolución mexicana y la problemática social de nuestro tiempo. La modernización que plantea Carlos Salinas de Gortari, candidato de nuestro Partido a la Presidencia de la República, parte del principio y compromiso de encontrar y analizar responsablemente cuál es la dimensión real de las necesidades y exigencias sociales, retomando los valores que concibe como suyos 21
  • 22. y permiten su unidad, y transformando aquellos que han dejado de ser vigentes por cuestiones propias de la dinámica social. Pero ¿porqué el énfasis y el reencuentro con los valores de la Revolución Mexicana son el marco inicial de la modernización? pues sencillamente porque sería imposible concebir una sociedad sin valores. Una sociedad sin valores es simplemente inconcebible, pues son estos, los que permiten el funcionamiento de la sociedad y sus instituciones. Este fundamento inicial de nuestra pretensión de modernización, se fortalece aún más si tomamos en cuenta que la hemos remitido a la orientación social de nuestro proyecto nacional, ya que de lo contrario, el funcionamiento de esta, tendría una vana significación imaginaria, que por el hecho de ser vacía sería intrínsecamente contradictoria: todas las transformaciones que ha experimentado nuestro Partido, como pretendemos hacerlo hoy al plantearnos su modelización, han sido con estricto apego a la ideología de la Revolución. No pretendemos un falso modernismo sustentado en mero discurso. Estamos empeñados en concretar una modernización de amplia repercusión social que permita y genere una renovada conciencia política. ATRAS DE LAS MONTANAS (28 de febrero de 1988) Cuando el trabajo de Partido pretende y aspira a ser auténtico, limitarlo al escritorio y a las llamadas por teléfono, o a pagar publicidad para mantener en forma la imagen pública, es mutilar la función real del Partido. El contacto social es indispensable para lograr una coherente inducción política de la voluntad general. Pero tener, o buscar mejor dicho, el contacto con la sociedad, estar en comunicación con ella, exige corresponsabilidad en la emisión de mensajes; es decir, no basta estar en la misma frecuencia, sino intentar construir un entendimiento que nazca del sentir en carne propia las necesidades demandas y exigencias de la propia sociedad. La única forma de ganar la confianza ciudadana es convivir con sus necesidades y buscar la forma de solucionarlas. Esta clase de reflexiones que siempre son necesarias y elementales, son producto de la oportunidad que mi Partido me ha brindado al llevar la respuesta de una gestión positiva y eficiente, a aquellos habitantes de las colonias populares sin agua; a las comunidades que están atrás de las montañas, donde el ladino 22
  • 23. habitante urbano se pregunta ¿cómo se les ocurrió venir a vivir hasta acá? y que reciben, sin exigir más, la casi simbólica ayuda que nos permite brindarle esta crisis económica. Hablar con ellos, ser pacientes oidores de sus malestares sociales, es lo único que no se les puede negar. Hablar sin promesas falsas, es Ia única forma de lograr entendimiento; hablar sintiendo, sin fatua melancolía y sin ardor pasional para escenificar una falsa identidad con sus carencias y exigencias, es Ia única seguridad para adquirir compromiso con uno mismo y con ellos a la vez. El Partido Revolucionario Institucional, no solo es poder social longevo, es una estructura de indiscutible presencia nacional que le permite estar en todas partes, en los lugares más necesitados, más apartados, llevando a nuestros conciudadanos auxilio social. EL SERVIDOR PÚBLICO PRIÍSTA. (28 de Julio de 1989) El día de ayer en Chilpancingo, el CDE del PRI a través de la Secretaría de Organización convocó a todos los servidores públicos Priistas de los tres niveles de gobierno; el evento, provocó en mí, una invitación a reflexionar sobre algunos puntos que involucran mi personalidad como militante activo y como servidor público. 1. La identidad PRI-Gobierno: No necesitamos remitirnos a la ciencia política para afirmar que toda asociación política tiene su razón de ser en la lucha por el poder, ni tampoco recurrir a la praxis política para aseverar que cuando un partido político conquista el poder, convierte o mejor dicho transforma sus principios ideológicos en principios normativos de convivencia social: este es el fin de todo partido político moderno. En efecto, somos un partido que nació en el poder, más sin embargo, luchamos democráticamente por mantener el poder desde hace más de 56 años. Desde entonces, el Gobierno del Estado Mexicano ha sido, por su compromiso ideológico, revolucionario y por lo tanto, sus cuadros administrativos fundamentalmente priístas. Luego entonces, ratificar como ayer se hizo, el compromiso ideológico de los servidores públicos, no es más que un acto partidista que muestra la congruencia y coherencia de los priístas que en el gobierno trabajamos y al pueblo servimos. 23
  • 24. 2. El compromiso ideológico de los servidores públicos: El gobierno en acción es priísta, el marco de referencia de su legitimidad social tiene dos vertientes básicas: a) el consenso mayoritario de la población expresado a través del sufragio, y b) su observancia irrestricta a las normas constitucionales y a las que de ella derivan. Pero el referente de su acción como gobierno; es decir de su comportamiento político, está identificado con el Proyecto Nacional surgido de la Revolución Mexicana, que es por su origen axiológico de reivindicación social. Es este mismo Proyecto Nacional, la base de nuestro proyecto político como partido, el referente de nuestra regulación estatutaria, de principios y líneas de acción partidista; de aquí que nuestro actuar cotidiano como servidores públicos sea también acción partidista y que nuestro compromiso ideológico, sea forma de gobierno. 3. La responsabilidad partidista del servidor público: Los actos de gobierno son por su compromiso ideológico, una forma de militancia, ya que la realidad que produce fortalece la posibilidad histórica de la persistencia del partido en el poder. El compromiso partidista del servidor público es por lo tanto, la forma mensurable de la vigencia de los principios de la Revolución Mexicana; estar consciente de lo que se hace en el servicio público es coadyuvar a la consolidación y concreción del Proyecto Nacional, es la manifestación más palpable de lo que debe ser la responsabilidad partidista del servidor público priísta. EL PRI: EL RETO POLITICO (17 de marzo de 1990) "A seis décadas de distancia, el PRI enfrenta de nuevo su propia transformación". CARLOS SALINAS DE GORTARI El pasado 4 de marzo, con motivo del 61 aniversario del PRI, el Presidente Carlos Salinas de Gortari aportó 6 reflexiones para el debate partidista rumbo a la XIV Asamblea Nacional. • Candidatos con capacidad y lealtad priísta. • Participación a todas las corrientes en su seno. • Transparencia en el origen de los recursos. • Plena libertad en su toma de decisiones. 24
  • 25. • Crear una escuela para formar cuadros. • Estructura de mando que refleje su composición. En la presente entrega, me propongo analizar la importancia de este hecho político, ¿Del por qué es tan importante que el PRI se modernice; de que asuma el reto de cambiar? 1. El PRI en la Historia de México. A) 1929 - 1938. Después del triunfo de la Revolución Mexicana en 1910 y de la promulgación de la Constitución de 1917, la tarea prioritaria a emprender era la de garantizar la transmisión pacífica del poder, pues las pugnas de los grupos revolucionarios habían hecho del terreno de las balas la forma de determinar el ascenso y la permanencia en él. Con la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, el Presidente Plutarco Elías Calles, clausura la etapa del caudillaje e instaura la participación política vía partido para dirimir los intereses en pugna de los revolucionarios. Las diferencias políticas se daban en razón de los intereses de los diferentes partidos y grupos surgidos en aquella época; el fin era uno solo: garantizar el proyecto surgido de la Revolución Mexicana. El PRI nace como PNR en virtud de una necesidad y solución al mismo tiempo y para garantizar nuestra persistencia histórica como orden nacional concreto. B) 1938 - 1946 Políticamente consolidado el Estado Mexicano, se delimitaba ya a esta altura del tiempo cuáles eran los grupos sociales fundamentales a cargo de quienes dependía su desarrollo económico y social: los campesinos, los obreros y las clases populares. La confrontación de éstos, o mejor dicho, su enfrentamiento, podía poner en riesgo el proyecto revolucionario. El gran acierto del Presidente Lázaro Cárdenas es integrar a éstos grupos sociales fundamentales en forma de sectores al en ese entonces, Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Integrar políticamente a las clases fundamentales o procurar su ascenso económico y social, hicieron al PRI la fuerza social políticamente organizada más importante del país; pero además, un canal indiscutible para postergar el conflicto social y así garantizar la persistencia histórica del Estado Revolucionario. C) 1946 — 1990 25
  • 26. El PRI, como partido en el poder es corresponsable de la consolidación de un Estado de Derecho, de una economía que no ahoga a la libertad de empresa en su orientación de beneficio social, y de una sociedad que a partir de una composición fundamental de clases (campesina, obrera y popular) ha generado una diversificación tan compleja como sus exigencias, pero tan moderna como su reclamo de participación en la conducción del desarrollo. La sociedad moderna, la nueva sociedad urbana, exige y reclama a partir de lo que se le ha enseñado, de lo que aprendió formativamente hablando en las instituciones que han sido diseñadas y consolidadas por los gobiernos priístas. Esta nueva sociedad hoy necesita una organización política acorde a su modernidad para poder garantizar, en el cambio, la persistencia de su identidad social como orden nacional concreto. Los cambios que pueda experimentar el PRI, repercutirán necesariamente en la sociedad mexicana. El PRI ha sido y es parte importante en nuestro devenir histórico; primero, por el papel que desempeñó en el desarrollo de México; y segundo, porque es, todavía la opción política preferida por la mayoría social. 2. El Papel Político de Carlos Salinas de Gortari. Carlos Salinas de Gortari es además de Presidente de la República, líder nacional del PRI. En México, la figura Presidencial encuentra en la Constitución una supremacía que se pensó era necesaria para consolidar el Estado Mexicano. Así fue. Hoy, desde el poder Presidencial se ha reconocido el compromiso de hacerlo democrático, pues la actual realidad no necesita, como antes, de un poder tutelar, sino de un poder con sentido de solidaridad social. Todo cambio, pero sobre todo los cambios sociales, no pueden darse de la noche a la mañana, requieren de etapas de asimilación, o mejor dicho, de aprendizaje. México ha empezado a modernizarse, la orientación del cambio es encabezada precisamente por la figura presidencial, basada más en su obligación constitucional que en criterios de apreciación personal. Los hechos hablan por sí solos: tenemos ya resultados de que los mexicanos hemos empezado la modernización de nuestra economía, la cual no podríamos haber planteado sin el arreglo favorable que obtuvimos de nuestra deuda externa y la concertación social para frenar la inflación. Hoy la modernización social la apreciamos en la actitud que ha asumido el gobierno al plantear el adelgazamiento de su estructura y reconocimiento implícito para delimitar las tareas y funciones del Estado; de facto, el Estado ha empezado su reforma para lograr no menos Estado, sino un mejor Estado; un Estado moderno que intenta, 26
  • 27. por un lado, abandonar la suplantación de la fuerza de transformación que existe en la sociedad, y por el otro lado, emprender una estrategia de solidaridad con aquellos que no sólo necesitan, sino que demandan su injerencia para lograr incorporarse al desarrollo nacional. En este orden de ideas, el hecho de que haya sido el Presidente Salinas, en su carácter de líder nacional del PRI quien proponga tan importantes reflexiones para el cambio, implican que, por un lado, la fuerza modernizadora llegue al ámbito político, como ha sucedido en la Economía y la Sociedad; y por el otro, el determinante impacto a partir de la fuerza institucional que posee el Sur líder de nuestro partido. 3) El PRI de cara a la Modernidad. El PRI se va a modernizar, porque le interesa refrendar su papel como opción política preferencial de la sociedad; porque quiere seguir en el poder. El PRI va a cambiar, porque sabe que la sociedad moderna que milita y simpatiza con él, requiere de un partido igualmente moderno; que responda a sus nuevas exigencias, pero sobre todo, que encabece la tarea nacional de completar la modernización de México. A los cuadros dirigentes, sectoriales y territoriales; a los líderes de los sectores y organizaciones del partido; a nuestros militantes y simpatizantes, les interesa que el PRI se modernice para garantizar la persistencia histórica de las esencias del proyecto nacional que hacen posible nuestra cohesión e identidad social. El gran acierto del Presidente Salinas, no sólo es proponer, sino empeñarse en la modernización del PRI. El reto político es el cambio del PRI: vamos para allá. 27
  • 28. DISCIPLINA E INSTITUCIONALIDAD PRIÍSTAS: PILARES RETORCIDOS POR LA HISTORIA (18 de mayo de 1990) Los priistas estamos trabajando a doble marcha en torno a las transformaciones que habremos de adoptar en la XIV Asamblea Nacional. La organización para lograr el consenso que requiere un cambio como el que pretendemos, implica no casarnos sólo con las responsabilidades asignadas. Por su carácter histórico, los simpatizantes, militantes y dirigentes del PRI, debemos entender la dimensión política de la XIV Asamblea Nacional, la cual demanda un quehacer permanente y en todos los frentes posibles. La reorganización democrática como orientación para el análisis y el debate, me ha llamado poderosamente la atención, ya que creo que es el vértice en el cual descansa la transformación del Partido. La amplitud de la orientación de la reorganización democrática, exige la especificación de aspectos; es así que ha seleccionado dos principios organizativos que desde mi particular punto de vista, son los pilares fundamentales en los que se ha operado la persistencia histórica del PRI: la disciplina y la institucionalidad. 1. La Democratización de la Organización Política. La concreción histórica del Estado Revolucionario no hubiera sido posible sin el surgimiento del Partido Nacional Revolucionario. En el PNR los mexicanos encontramos no sólo la puerta indicada para la participación política civilizada, sino el acceso a nuestra cohesión e identidad nacionales. Aunque objetivamente su atracción política radicaba en su carácter de frente nacional, pudo más el ingrediente subjetivo: la consistencia de su militancia estaba sellada por la atracción que significaba la democratización de la organización política. 2. La Organización Democrática del Partido. El Estado Mexicano había consolidado su personalidad política, que era en sí la principal reivindicación revolucionaria. Los factores reales de poder tenían ya asegurado el espacio para la preservación de sus intereses política y constitucionalmente; ahora sólo restaba definir los ámbitos más convenientes para su arraigo. El paso siguiente era evitar su futura lógica confrontación bajo la forma de interés de clase. 28
  • 29. Con la transformación de PNR a PRM, se define, por un lado, el carácter del Partido como organismo de masas estructuradas en sectores y, por el otro lado, la organización democrática del Partido a través de sus componentes territoriales fundamentales: Los Seccionales 3. La Frustración en la organización Democrática del Partido. La transformación de PRM a PRI viene a reafirmar el papel hegemónico del Partido en la realidad social mexicana; las instituciones tanto sociales como económicas, están subordinadas al criterio político imperante. Es tal su fortaleza que el surgimiento y la organización del disenso es estimulado. La compactación estructural del predominio revolucionario funciona sin importantes contratiempos hasta los años 50-60; sin embargo, después de esta década sus disfunciones empiezan persistentemente a socavar su solidificación. Estos escollos en su funcionalidad son generados por la diversificación de una sociedad nueva en ascenso, que al toparse con una realidad premeditada y Eniquitativamente redistribuida, amenaza con estallarla y rebasarla. Bajo el pragmatismo de la flexibilidad, se abren nuevos espacios tanto en la esfera de Partido como en la gubernamental; se logra encauzar la tensión latente, pero no se miden sus consecuencias. En efecto, la flexibilidad sustituyó al cambio exigido, al rompimiento necesario para constituir otra dimensión histórica; emergió, por lo tanto, la frustración en la organización democrática en el Partido. 4. La Función de la Disciplina y la Institucionalidad. El PNR no hubiese sido el ente civilizado para la superación de la etapa de caudillos, sino es por la disciplina e institucionalidad de los revolucionarios para resolver sus intereses y conflictos. Sin disciplina e institucionalidad, las masas organizadas en sectores serían aglomerados amorfos, sin orden y dirección. A partir de la disciplina e institucionalidad, se edificó la fortaleza de las dirigencias sectoriales. La disciplina y la institucionalidad fueron los baluartes recurrentes, incluso como justificación a las frustraciones de aspiraciones para garantizar la cohesión y unidad entre los militantes y dirigentes del Partido. 29
  • 30. 5. Las Disfunciones de la Disciplina e Institucionalidad. Pocas o muchas pueden ser quizá las disfunciones que produce la disciplina y la institucionalidad, por lo que sólo me concretaré al análisis y debate de un aspecto, que según presumo, es una limitante que propicia la disciplina e institucionalidad para una factible reorganización democrática del PRI: la ausencia de iniciativa tanto de los militantes como de los cuadros medios e incluso de los propios dirigentes. La realidad hoy exige un centralismo democrático, es cierto, pero también es cierto que nos hacen mucho daño las tendencias mono escenográficas: Los mismos de siempre En el PRI, nos comportamos como los generales franceses de la Segunda Guerra Mundial, que no podían avanzar si no les llegaba una orden escrita. No podemos realizar acciones y menos hacer declaraciones: nos frustra el ánimo y las ganas de avanzar las formas en que se practica en la actualidad la disciplina y la institucionalidad. Le hacemos un daño al Partido organizacionalmente hablando, pues le estancamos su capacidad no sólo de respuesta, sino de funcionamiento. Por supuesto, que no se trata de aceptar se ejerciten iniciativas a tontas y a locas; de lo que se trata es plantearnos con seriedad, responsable y urgentemente el superar los obstáculos que nos producen los candados de la disciplina e institucionalidad. Necesitamos contar con un referente que regule nuestra capacidad de iniciativa en el trabajo de Partido; contar con un claro, conciso y específico marco programático. No hace falta traer aquí la insustancial reflexión de que todo está dicho, de que todo está escrito y sólo falta que lo cumplamos, que lo apliquemos. El problema va más allá, tiene que ver con el dique cultural que afronta a toda la estructura organizativa. Pero esto no es todo el daño consustancial que produce la institucionalidad y la disciplina; existe el daño paradójico: mientras que aceptamos que la disciplina e institucionalidad afectan el funcionamiento del Partido al coartar la capacidad de iniciativa, por otro lado, los que incurren en indisciplina y falta de institucionalidad, no sufren ninguna consecuencia. Tal parece que se ha convertido en una vía de prestigio partidista el ser indisciplinado y nada institucional. Esta postura está siendo aprovechada para fortalecer el faccionalismo partidista; que por lo regular se esconde bajo el disfraz de exigir mayor democracia. 30
  • 31. Conclusión: La reorganización democrática atañe por completo no sólo a como se dirimen las cuestiones políticas al interior del Partido, sino también, como debe funcionar. En este orden de ideas, la disciplina e institucionalidad son tema exigido en la agenda de consulta y debate que se pretende con el fin de lograr una transformación trascendental del PRI. La capacidad de iniciativa tanto de militantes como de dirigentes, se estrella en las retorcidas formas de disciplina e institucionalidad que hemos permitido se den en el Partido. Por otro lado, los enfrentamientos internos deben ser desahogados a través del debate interno, con el fin de buscar resolver las diferencias y en un marco de actitudes ideológicas, no de malformaciones, ni actitudes, anímicas de frustrados e incompetentes que han encontrado en el salvavidas de la indisciplina y la falta de institucionalidad, la forma de desnudar su mercantilismo político. El priísta que no sea capaz de contrarrestar en el debate, que no en la denuncia, lo que para él sean las desviaciones del Partido en base y con fundamento en actitudes ideológicas, que se salgan del PRI: a los enemigos los queremos enfrente y no adentro del Partido. Por último, sólo me restaría precisar que es urgente que los priístas enderecemos y propugnemos por una disciplina e institucionalidad priístas que asegure, en los hechos, la transformación histórica del Partido. 31
  • 32. EL NUEVO PRI (I parte) (19 de septiembre de 1990) Del 1º. Al 3 de septiembre, los priístas llevamos a cabo la XIV Asamblea Nacional de nuestro partido. Fue en efecto, un evento histórico, ya que a partir de él pretendemos ofertar un partido acorde con los reclamos de nuestras bases militantes y en respuesta a las exigencias de una sociedad más crítica, informada, preparada y demandante, pero sobre todo más autosuficiente, más apta para plantear por sí misma ante la autoridad competente sus necesidades de desarrollo. En esta colaboración pretendo analizar las implicaciones de la XIV Asamblea Nacional del PRI en tres entornos específicos que iré tratando en entregas diferentes: al interior del partido, la sociedad civil y la estructura gobernante. 1. Las implicaciones al interior del PRI. La modernización, como estrategia para lograr el cambio en el país, tenía que Ilegar al PRI. Muchas conjeturas se hicieron tanto a su interior como a su exterior: se dudaba de la capacidad autotransformadora del partido. El problema, o mejor dicho el reto al cambio, no se circunscribía a un mero voluntarismo de querer cambiar o no, sino encerraba reacomodos en una estructura que ha generado una serie de intereses arraigados, tanto individuales como de grupo. Se puso a prueba la capacidad conciliadora del PRI. El espíritu de cambio que se pretendía tenía que plasmarse desde la propia convocatoria. Desde ahí se empezó de hecho con la configuración de un nuevo PRI. La convocatoria tenía un fin: la reforma del partido; tenía dos vertientes: primero, lograr una participación renovada, que implicaba la elección democrática de los delegados en un proceso que partió desde los seccionales y contemplaba como principal nutriente de delegados a la XIV Asamblea Nacional la estructura municipal; segundo, asegurar una expresión de vanguardia donde lo que se pretendía era diagnosticar qué clase de partido querían las bases, qué tipo de partido nos garantizaría seguir contando con la preferencia de las mayorías nacionales. Se afianzó el éxito del cambio al fijar reglas claras para garantizar la participación democrática de las bases. 32
  • 33. El límite hacia adentro era el agotar la vieja cultura de la simulación y la imposición por designación de delegados: fotos, actas y una etapa de información intensiva para lograr una gran movilización que contrarrestara todo vicio previsible fue la solución. El límite hacia fuera era la credibilidad social: no hubo línea, todos hablaron claro y directo, evaluaron y criticaron, aplaudieron y abuchearon, protestaron y aclamaron. El partido abrió sus puertas a una participación sin precedente en su historia. Muchos se confiaron y apostaron a que iba a ser lo mismo y se quedaron; no fueron a la Asamblea Nacional. Todos tenían gafetes, para poder entrar al Palacio de los Deportes. Los cronistas del borreguismo no tuvieron nota. Duro, duro, duro, fue la consigna que se mecía en una ola gigante que las bases impusieron a sus dirigentes. Diez mil gargantas apoyaron y respaldaron, diez mil delegados aplaudieron las nuevas reglas del partido: más democracia interna, respeto a la carrera de partido, mayor exigencia a los funcionarios priístas, claridad en la relación con el gobierno y los fondos del partido, menos burocratismo, no al centralismo, respeto a las corrientes internas de opinión, sí al debate, autoridades de partido colegiadas, reivindicación política a seccionales y comités municipales, elección democrática de dirigentes y de candidatos a puestos de elección popular. En pocas palabras: reglas claras y más democráticas concretaron la configuración de un nuevo partido, de un nuevo PRI. EL NUEV0 PRI (II parte) (20 de septiembre de 1990) II. El Entorno Social y la Reforma del PRI. Desde su origen el PRI ha sido actor importante del cambio en México; es uno de los pilares del sistema político mexicano. La supervivencia del PRI durante tanto tiempo se debe a la flexibilidad que ha experimentado para destensar y asimilar tensiones sociales. La crisis de los ochentas provocó el cuestionamiento a la persistencia histórica del PRI a través de un descontento generalizado por la falta de movilidad social y la desarticulación y detención del crecimiento económico. La sociedad quería respuesta y solución a sus malestares: era el momento propicio para las partes opositoras y los intereses desplazados al interior del PRI de plantear su reconsideración en el ejercicio del poder. 33
  • 34. En el todo social, la parte de los priístas no encontraba respuestas eficaces para contrarrestar la crítica y el descontento. Cuatro factores impidieron mayores descalabros: la fortaleza de su estructura territorial y sectorial; la disciplina e institucionalidad de sus militantes y dirigentes; el apoyo y simpatía de los que antes de emitir su voto evaluaron los hechos en sesenta y un años de conducción social frente a la crisis; y la propuesta de nuestra plataforma electoral para superar la crisis: la modernización de México. Las respuestas que el Presidente Salinas dio desde el inicio de su gobierno, fortaleció la certidumbre social en torno a la Modernización Nacional. Hoy la economía y la sociedad experimentan cambios sustanciales; sin embargo, la modernización en México no puede concretarse si no existe modernización en el ámbito político. La reforma electoral fue el paso decisivo para lograr una nueva realidad política; pero sin lugar a dudas la XIV Asamblea Nacional es la decisión contundente que confirma la voluntad inquebrantable de modernizar a México. En el PRI sabíamos que teníamos que adecuarnos a las exigencias de una sociedad que había llegado a su colmo político, pero sobre todo, teníamos la obligación de conciliar el interés y la emoción política de nuestras bases que también habían llegado a su colmo partidista. Los esquemas y conductas que habíamos desarrollado han perdido su vigencia y no generan más consenso, sino descontento. Bajo estas perspectivas entendidas por las bases militares y dirigentes, el partido enfrentó el reto al cambio. La modernización del partido se inicia con la Asamblea Nacional. Los cambios impulsan transformaciones en las reglas internas del partido, nuevas estrategias en su accionar, nuevas prácticas en su quehacer político. El PRI cambia para mantener a la Revolución Mexicana en el gobierno, cambia para conservar el poder, no para concesionarlo después de que se ha logrado un avance sustancial en la modernización del país. A partir de la XIV Asamblea Nacional ofrecemos a la sociedad un partido que entiende que la democracia es el eje de la nueva cultura política; un partido que se suma a las causas y reivindicaciones de la sociedad moderna de México; un partido que hace suyo el reclamo contra el abuso de la autoridad; un partido que propugna por una verdadera cultura ecológica nacional; un partido que quiere aprovechar, en beneficio del país, los cambios que se dan a gran velocidad en el mundo entero; un partido que estará vigilante de que las transformaciones económicas se den a favor de la justicia social; un partido que considera imprescindible la participación de los jóvenes y las mujeres. 34
  • 35. Los priístas hoy ofertamos a la sociedad una organización política que ve en la reforma del Estado la vía pacífica y racional para fortalecerlo y de ninguna manera para debilitarlo; que ratifica el acuerdo nacional para la ampliación de la vida democrática, para la recuperación económica y para el mejoramiento productivo. La XIV Asamblea impulsa un nuevo PRI el cual considera que los ámbitos en que debe profundizar la reforma del Estado son cuatro: las instituciones del régimen político; la función mediadora del Estado como concertador de las relaciones sociales; el papel interventor del Estado en la economía; y el de la relación del proyecto nacional con el nuevo entorno internacional. La sociedad de hoy en su capacidad autogestionaria requiere de partidos que no sólo velen por proyectos generalizadores, sino que también, contemple respuesta a las individualidades sociales. El nuevo PRI ofrece a la sociedad seguir en el cambio de un México mejor, a través de la construcción de una sociedad democrática en la que garanticen la libertad para el hombre, la justicia para el pueblo y la independencia para la nación. EL NUEVO P.R.I. (III parte) (21 de septiembre de 1990) III. La Estructura de Gobierno y la Reforma del P.R.I. El PRI ha sido responsable de la conducción del país en los últimos sesenta y un años. Son los gobiernos priístas los responsables del desarrollo social alcanzado y también, desde luego, de sus rezagos. Haciendo un balance objetivo, sin apresuramientos y sin falsos dilemas, podemos decir que se ha cumplido más de lo que se ha fallado, pero sería estrecho no aceptar que lo alcanzado ha sido con el respaldo de una sociedad consecuente, ——hasta ahora-—, con el actuar de su gobierno y mayoritariamente adherente con el partido en el gobierno; con el PRI. Muchos calificativos podemos recibir de nuestros adversarios sobre la función y actuar político del PRI: Partido totalitario, partido mayoritario. La verdad histórica, es que, en las últimas décadas, el PRI ha sido la expresión política mayoritaria del todo social e incluso de sus partes, las cuales hasta la década pasada eran más subsidiarias que reales. 35
  • 36. El fortalecimiento de la estructura de los gobiernos revolucionarios corre de la mano, más no en el mismo carril, del desarrollo histórico del PRI. En la década de los treinta, el entonces Partido Nacional Revolucionario, fungió como la principal instancia para conciliar los intereses de los hombres que hicieron la revolución; el gobierno encontraba en el partido la instancia contenciosa de los conflictos de los jefes revolucionarios, lo cual le permitió al país pasar de la época de caudillos a una etapa de convivencia civilizada. En la década de los cuarenta, el entonces Partido de la Revolución Mexicana fue el responsable de la consolidación de la personalidad de las clases mayoritarias del país (los campesinos, los obreros y las clases populares); el gobierno encontró en sus necesidades y exigencias de desarrollo, el rumbo y objetivo de su actuar a partir de su responsabilidad constitucional. De la mitad de la década de los cuarenta a la fecha, el Partido Revolucionario Institucional, ha proporcionado consenso y legitimidad a los gobiernos priístas, a las instituciones surgidas de la revolución en las que descansan el actuar de la Administración Pública. La identidad ideológica entre gobierno y partido es indiscutible. Esta relación no ha variado de cauce, pero sí de balance. En la época del PNR el partido imponía su personalidad sobre el gobierno; con el PRM existió un balance inequívoco, ya que se fundió el liderazgo del partido con la figura de jefe de gobierno. En la década de los cincuenta a los sesenta siguió el balance, pero a finales de los ochenta, el balance ha sido en favor del gobierno: de la Administración Pública se parte a todos lados. En cualquier sistema democrático de gobierno sus estructuras actúan solidariamente con la fuerza política que hizo posible su ejercicio, procurando no lesionar por bien de la convivencia democrática las otras partes del todo social; es una actitud lógica y predecible en todo sistema democrático. En la XIV Asamblea del PRI se concluyó que uno de los factores que han lesionado la fortaleza del partido ha sido no sólo la primacía, en cuanto a oportunidades de ascenso social, de la Administración Pública sobre el partido, sino de su poca y a veces total ausencia de identidad partidista; es más, existen incluso casos de menos precio. El actuar del gobierno tiene mucho o todo que ver con el prestigio social del partido y por lo tanto el comportamiento de éste, es uno de los asuntos en los que el nuevo PRI está dispuesto a actuar con eficacia por bien de su persistencia histórica. La gran tendencia de los priístas ha consistido en solo buscar y poner interés en los encargos públicos sujetos a elección popular, sin medir o, por lo menos no lo suficiente, que los encargos de gobierno o de la Administración Pública son también campo de su interés, de su obligado interés y objetivo lógico de su aspiración partidista. 36
  • 37. A partir de la XIV Asamblea Nacional, el PRI fija su relación con el gobierno a partir de los siguientes postulados: El PRI reconoce que su actuación política se desarrolla en el marco del Estado constitucional con respeto irrestricto a la ley y a los gobiernos constituidos; el PRI no suscribe el falso dilema entre el gobierno abstencionista en la vida económica y social; el PRI rechaza y combate con energía la corrupción, el burocratismo y la negligencia donde quiera que se encuentre; el PRI propugna por un ejercicio responsable de la autoridad incorporando a la sociedad en la toma de decisiones; el PRI no puede ser, ni parecer una instancia subordinada del gobierno; el nuevo PRI propone una nueva relación con el gobierno, en donde el partido recobre la iniciativa de su propia personalidad, y por lo tanto, para que el Partido tenga voz propia y autonomía, buscará de manera prioritaria su autofinanciamiento. El nuevo PRI pretende equilibrar el balance y la relación con sus gobiernos; los priístas no podemos estar en contra o pelearnos con aquellos a los que hemos impulsado y son por identidad ideológica afines a nuestro partido. El nuevo PRI apoya y respalda a sus gobiernos, pero esta relación de solidaridad ideológica no impedirá que el partido se convierta en la conciencia crítica de la actuación fallida y desleal de los funcionarios públicos priístas. El nuevo PRI pretende confirmarse ante la sociedad como un instrumento de enlace fiel entre la sociedad y el gobierno; un ente que escuche y dialogue, analice y proponga con capacidad real de gestoría y que el gobierno haga de sus propuestas programas de gobierno. EL PRI ESTA PREPARADO PARA GANAR (9 de agosto de 1991) El tradicionalismo político es hoy historia. Después de 1988 el fondo y la forma del quehacer político es otro; así lo exige una sociedad moderna como la nuestra. La conquista o retención del poder público en México, ha propiciado una expansión constante de capacidades estructurales, organizativas y de acción por parte de los partidos políticos para asegurar la preferencia electoral. Los triunfalismos prematuros no caben, mucho menos las descalificaciones impotentes; sin embargo, hablar con verdad sobre lo que se ha hecho para aspirar a ganar, aunque no baste y no convenza a todas las partes inevitablemente, puede no obstante, servir para poder representar las posibilidades que se han propiciado para poder ganar. 37
  • 38. En esta entrega destaco algunos elementos en los que, en un momento dado, pretendemos los priístas apoyarnos para afrontar con éxito las elecciones del próximo 18 de agosto. Las elecciones de1988 fue un aviso a tiempo; un sismo político que movió al PRI del letargo de partido dominante a partido mayoritario. Fue una oportunidad también, para las oposiciones, que sin trabajo previo, sin proyecto alternativo, sin bases algunas, lograron una militancia adherente automática producto de un mimetismo generalizado generado por la crisis económica; las elecciones de 1988 convirtió a las oposiciones de fuerzas membretadas, a fuerzas opositoras con sustentación social. Para el PRI el aviso a tiempo, fue una advertencia que encontró eco preocupante a su interior; por lo tanto, casi inmediatamente después de las elecciones de 1988 empezó el reto de recuperación partidista: Reuniones de análisis para el estudio de la transformación del partido; la reestructuración de cuadros; la celebración de la XIV Asamblea Nacional, la cual no permitió que nos desgarráramos la ropa como apostaban nuestros adversarios; la reestructuración de todos los comités seccionales y municipales; la intensificación del trabajo de gestoría social; la aplicación de una contraloría política de control para evitar la dañina simulación; y la celebración semanal de reuniones de evaluación para corregir deficiencias a nivel distrital y estatal a tiempo, provocó un trabajo partidista inusitado. Para las oposiciones, la oportunidad que les brindo la coyuntura que se abría sola y sin presiones bruscas para convertirse en una opción de poder tangible, no resultó. La circunstancial oportunidad de sentar las bases para concretar el proceso de alternancia en el poder se desvaneció a consecuencia de las pugnas internas de sus cúpulas dirigentes, de cuyos vaivenes y resultados sus bases han permanecido al margen. Para las próximas elecciones del 18 de agosto, el PRI de Guerrero que dirige Rubén Figueroa Alcocer, ha procurado sistematizar y revisar periódicamente el trabajo previo al proceso electoral. La formula de candidatos a senadores y cada una de las 10 fórmulas a diputados, semanalmente entregaron resultados de trabajo. Sin descuidar las campañas de penetración, los candidatos priístas han dedicado gran parte del tiempo y esfuerzo a armar la estructura de organización, capacitación y representación electoral. El PRI de Guerrero ha registrado ante las autoridades electorales más de 9,000 (nueve mil), representantes de partido ante las casillas electorales, a los cuales además, ha capacitado para vigilar la ejecución y respeto del voto; se han recopilado más de 200,000 (doscientas mil) firmas de priístas y simpatizantes que se comprometen a acudir puntualmente a sufragar el 18 de agosto a favor de los candidatos del PRI; en síntesis, el PRI no ha perdido tiempo ni 38
  • 39. menospreciado los llamados de atención que la pasada experiencia electoral le provocó. El proceso electoral de 1988, propició una inusitada participación política que se inclinó por inercia hacia las oposiciones. Hoy, en el proceso del 18 de agosto, la participación política se volverá a dar, pero su inclinación no responderá más a las leyes de inercia del descontento social, sino que responderá al trabajo previo dado por cada una de las partes interesadas en beneficiarse con su preferencia electoral; es así que: Mientras otros pasan la prueba de intentar consolidarse como fuerza política organizada, el PRI se ha empleado a fondo y está preparado para ganar. TIEMPOS DE CAMBIO, TIEMPO DE REDEFINICION: EL CASO DEL PRI (6 de marzo de 1992) Frente al fenómeno de la Interdependencia y la Globalización, de cara a la si no aparente, si operante coincidencia ideológica de las principales fuerzas políticas organizadas del país, aprovechando el acto conmemorativo de 63 años de existencia, el PRI se encamina hacia nuevas rutas y se redefine al mismo tiempo; fija nuevos caminos para responder a las nuevas realidades y se redefine para intentar seguir siendo el espacio político preferente de la sociedad mexicana; para permanecer democráticamente en el poder. El 4 de marzo pasado, Luis Donaldo Colosio Murrieta, dirigente nacional del PRI, fijó las nuevas rutas a seguir del partido y el Presidente Carlos Salinas de Gortari, se encargó de delinear la nueva visión de la Revolución para nuestros tiempos; el Presidente Salinas, se encargó de delimitar la diferenciación ideológica del PRI frente a las oposiciones como líder que es de él; se encargó de redefinir la posición ideológica del gobierno como cabeza que es del mismo. 1. Tiempos de cambio: El Nuevo Camino del PRI. A través del impulso de la Revolución llegamos a los umbrales del siglo XXI; llegamos en paz, con justicia, progreso y libertad. La convocatoria de que la Revolución permanezca en el poder está viva; por eso el partido no concluye aún su vigencia histórica. La divisa para su persistencia han sido los resultados, los 63 años de hechos. 39
  • 40. El PRI hoy se debe encaminar por nuevas rutas que exigen respeto al derecho, ampliación de las libertades y la erradicación de los privilegios que aún persistan. Si la liberalización de la economía nos permite el acceso a nuevas condiciones de desarrollo; la liberalización de la política, deberá hacer lo propio para una mejor convivencia democrática. El PRI se encamina a ser un partido con mayor vigor, con mayor fuerza social; se encamina a seguir siendo el sitio de encuentro de las mayorías nacionales, el punto de partida para alcanzar sus afanes. El cambio del PRI parte hoy de la Reforma a la Revolución que exige la fuerza misma del cambio; una Reforma de medios, que no de fines, porque para el PRI la Revolución Mexicana es un proceso, pero también el futuro de México para concretar nuestros propósitos y nuestros anhelos. 2. Tiempo de redefinición el deslinde ideológico del PRI. Las fuerzas del cambio no se pueden mover en una sola dirección. La esencia de la pluralidad estriba en la diferenciación. En México, habíamos llegado al tono de la confusión ideológica de las partes que contienden por el poder público; lo grave era que la lucha política había dejado de ser ideológica y se había convertido en contienda de actitudes sin contenido: de formas y no de fondos. Lo más importante del discurso del Presidente Salinas en el 63 aniversario del PRI, fue hacer un deslinde ideológico con las oposiciones. El acierto tiene dos variables: primero, le da sustancia al PRI para contender a partir de una base ideológica diferenciada de manera específica y concreta: el liberalismo social. Por el otro lado, erradica las dudas de la tendencia ideológica de su gobierno; obviamente no era populista, pero también no es neoliberal: se identifica con el liberalismo social. El deslinde ideológico hecho, hace que el PRI y los gobiernos priístas se pongan a distancia de los neoliberales por un lado; de los que pretenden un Estado policía. Y por el otro, de los nuevos reaccionarios; de los que pretenden un Estado paternalista. El deslinde se hace a partir de los siguientes apartados: la concepción de soberanía; del Estado; la economía; la justicia social; la libertad; la democracia; la educación; el campo; los indígenas; la alimentación, salud, vivienda y calidad de vida; y del nacionalismo. El deslinde ideológico tiene como vértice a la libertad y la justicia; como fin, asegurar nuestra soberanía; y como medio, la modernización: la Reforma de la Revolución.; pero sobre todo, tiene un adjetivo: liberalismo social, como extinción del liberalismo mexicano, sustento histórico y profundo de la Revolución Mexicana 40
  • 41. y que como dijera don Jesús Reyes Heroles, se ha ido configurando a través del tiempo y se ha presentado no como solución, pero sí como proceso que se ha mantenido como referente para la transformación nacional. Por eso hoy, en estos tiempos de cambio las redefiniciones se imponen, se redefine la bandera ideológica del PRI; se redefine también por consecuencia, la identidad ideológica del gobierno. 41
  • 43. CRECER Y SALIR ADELANTE (25 de julio de 1989) Los traumas generacionales existen. Así como los europeos poseen el de la guerra atómica, para los latinoamericanos, específicamente para los mexicanos, la deuda externa se ha convertido en una muerte anunciada. Hoy tras el anuncio hecho por el Presidente Salinas, el adeudo impagable ha dejado el plano de la ciencia ficción; aunque sigue siendo comedia: sin embargo, hay más certeza de saber desde dónde poder crecer y salir adelante. La certidumbre social, la credibilidad, es quizá el factor más importante para la estabilidad de los sistemas políticos. Una sociedad sin certeza en su futuro, es una comunidad que pierde la confianza y que se ve en la necesidad de buscar otras alternativas. El mayor daño social que pudo producir la crisis económica fue precisamente crear un ambiente de incertidumbre: los tradicionales mecanismos de ascenso social dejaron de funcionar; las formas de hacer política se agotaron al igual que el modelo de desarrollo económico. Se hacía imprescindible un cambio. La modernización de México, fue el cambio que el PRI propuso a la nación a través de Carlos Salinas de Gortari; cambio, que hoy tras el anuncio presidencial sobre el problema de la deuda externa se convierte en una propuesta factible de realizar, en una realidad constante y sonante. Pero atención: esta certidumbre de que México va a volver a crecer y salir adelante, es ante todo, una certeza moderna; es decir, responsable y por lo tanto, nada populista. No espere nadie mejorías de la noche a la mañana. El futuro crecimiento de México, observa dos tendencias básicas: rigor económico y audacia política. El anuncio hecho por el Presidente priísta Carlos Salinas de Gortari, ha generado la confianza en que la modernización de la nación, nos va a permitir crecer económicamente y salir adelante política y socialmente. 43
  • 44. MODERNIZAR AL PAÍS Y REFORMAR AL ESTADO (7 de noviembre de 1989) Al igual que muchos mexicanos, el pasado 1º. de noviembre esperaba con gran expectación el primer informe de gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari; una tormenta de conjeturas azotaba mi cerebro y mi estado de ánimo: lo que diga el Presidente o lo que deje de decir, trasciende necesariamente la realidad política del país. En esta entrega, intento revisar brevemente los cambios de forma y fondo del informe presidencial de Carlos Salinas de Gortari. 1. Los cambios de forma. Dos considero que son los cambios de forma más importantes: el primero, lo extenso del mensaje político; y el segundo, la negociación política, por primera vez, a través de un acuerdo parlamentario para aspectos del protocolo de la lectura del informe. A) El mensaje político. Más que mensaje político, Carlos Salinas de Gortari dio una sinopsis de los principios en lo que ha basado su quehacer de gobierno; una recapitulación de su propuesta política de campaña convertida ahora en programa de gobierno: la modernización del país. B) La negociación parlamentaria. No quiero satanizar los intentos de interpelación de la oposición, pues ésta mostró a la opinión pública nacional los desajustes que a su interior existen; que más que un problema de madurez política, es un problema de crecimiento político: la madurez es actitud razonada; el crecimiento, cuestión de tiempo. Lo que en este caso llama mi atención, es el acuerdo parlamentario como resultado indiscutible de las nuevas condiciones de la concertación que hace posible nuestra pluralidad política y que permite nuestra actual relación democrática. Veámoslo así: la oposición no es nueva, tiene años existiendo y teniendo presencia en el Congreso de la Unión; pero antes, las oposiciones concesionaban su actitud para garantizar su existencia: y hoy, negocian su actitud para hacer valer su existencia: el Estado Mexicano se ha transformado. 44
  • 45. 2. Los cambios de fondo. Salinas de Gortari, no sólo asistió al Palacio de las Bellas Artes a informar de 11 meses de gestión, sino dar a cuentas a la Nación del nuevo México que hoy vivimos, de la nueva realidad nacional que no es la misma desde hace 11 meses; del qué se ha transformado y del cómo se está logrando esta transformación. A) El qué se ha transformada. Las transformaciones que ha experimentado el Estado Mexicano no han sido en esencia, o mejor dicho, en su naturaleza revolucionaria, sino en su razón de ser, de existir, de funcionar. El Estado Mexicano planteó en los inicios de su consolidación su razón de ser en torno a la necesidad de acreditar hacia afuera su capacidad soberana; la capacidad que tuvo que confeccionar a partir de su fortalecimiento como principal motor del desarrollo nacional, dejado a la zaga la propia capacidad de transformación de la sociedad civil a tal grado que se generó una dependencia integral hacia el Estado. Hoy, Salinas de Gortari ha empezado la transformación del Estado; transformación que está dirigida a despertar y motivar la participación de la sociedad civil en el desarrollo nacional corrigiendo los vicios de una excesiva paternidad que había lesionado la funcionalidad del Estado hacia adentro; transformación que intenta restituir una titularidad responsable de su papel como garante del Estado de Derecho Social que hizo posible la Revolución Mexicana. En su gigantismo, el Estado Mexicano, es dedicaba más su tiempo a administrar que ha impartir y ejecutar la exigida justicia social. B) El cómo se ha transformado. México, sin lugar a dudas, se ha modernizado; la sociedad se ha modernizado, pues sólo así se explican y justifican las peculiaridades de nuestra actual relación democrática. La modernización es una realidad objetiva que ha hecho posible una sociedad más completa, informada y participativa como la nuestra; pero, además, la modernización del país es la herramienta principal para lograr la transformación del Estado Mexicano, la estrategia de gobierno explícita y no sólo implícita si tomamos en cuenta nuestro origen y proyecto revolucionario como orden nacional concreto. La modernización del país implica la transformación del Estado, y a su vez, la transformación del Estado implica la modernización del país. 45
  • 46. TERCER INFORME: LA CONSOLIDACIÓN DEL REGIMEN (1 de noviembre de 1991) En el inicio del régimen, el futuro incierto era parte de la escenografía nacional; la legitimidad de éste, pendía todavía, de la consistencia de un sistema político que había sido puesto en entredicho. El verdadero reto era el corregir el punto de equilibrio del propio sistema, de presentarlo a la sociedad con una nueva fisonomía, de inyectarle la fuerza que había ido perdiendo, de encontrar el aliento de liderazgo del que se había desvestido precisamente por llevarlo más allá de la personalidad institucional: corregir el rumbo, ritmo y estilo de gobernar, era requisito indispensable para la consolidación del régimen. Tres años son la mitad, pero parecían pocos en 1988 ante el tamaño de la adversidad. Prudencia, aplomo, pero sobre todo la propuesta de modernizar al país hecha estrategia de gobierno, sacó adelante, poco a poco, y a flote, la figura mitológica de nuestro sistema político: el presidencialismo. El el mismo régimen que permitió la instauración y consolidación del revolucionario Estado Mexicano y que consigna nuestra propia ley fundamental como poder supremo. El presidencialismo, a quien en el inicio, el propio presidente Salinas se comprometió en democratizar no sin antes apuntalarlo, como era necesario para poderlo verdaderamente transformar. El tercer informe que hoy rinde el presidente Salinas, no sólo busca, como es lógico, el protagonismo histórico circunstancial, la ratificación del pacto federal, la observancia constitucional aderezada por costumbre de informar a la soberanía del Estado que guarda la Administración Pública Federal, de reafirmar la vigencia y operatividad de la modernización nacional como fundamento de la estructura del discurso de su gobierno, sino consolidar su legitimidad como conductor responsable del régimen. Desde que se dio origen a esta liturgia republicana en 1824, con José Agustín de lturbide, hasta nuestros días, los informes presidenciales han estado sujetos al desarrollo y condiciones propias de la sociedad mexicana; los informes fueron por mucho tiempo, pauta de transformaciones significativas y síntesis de referencia del proceso político del Estado Mexicano. Este informe no será la excepción, pero sí la constancia definitiva de la consolidación del régimen Salinista. Su estructura y contenido específico es la solidaridad, considerado como el sello propio de un estilo de gobernar; la impresión histórica original y específica como lo fue en su momento "La Unidad Nacional". 46
  • 47. Pero además, a como han estado las cosas tanto hacia adentro como hacia afuera, el tercer informe será, seguramente, el medio idóneo y propicio para confirmar a plenitud la indiscutible legitimidad del mandato constitucional de Carlos Salinas de Gortari: la consolidación del régimen. CARLOS SALINAS DE GORTARI: LO DICHO, LO HECHO, LOS RESULTADOS Y LO QUE FALTA POR HACER (8 de noviembre de 1991) Confirmado: el régimen Salinista está consolidado. Indiscutiblemente existe diferencia entre el Carlos Salinas de Gortari en su toma de posesión, su primer y segundo informe y éste el tercero, apenas rendido. La seguridad hecha poder se respiraba en el habilitado recinto legislativo; la certeza de una consolidada legitimidad le dio otra imagen al Presidente, otro aire. La oposición también fue diferente, su conducta fue más por obligación a la consigna que postura desafiante. La escenografía está ahí, montada para la especulación, para la apreciación política de la nuevas formas y desde luego, de su fondo. Lo que se generará en el entorno político, será seguramente, cuestión de apreciaciones, de posiciones y conductas frente a la conducción del régimen; la constancia obligada de la pluralidad social. El riesgo, será la deformación que pueda ocasionar en la opinión pública las descalificaciones por default, o bien, la tormenta de elogios, a veces muchos de ellos desafortunados de los fariseos del sistema. Las palabras se las lleva el viento. La consignación por escrito no acepta revocaciones gratuitas. El tercer informe de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, es ya documento histórico expuesto al análisis, pasemos pues, a identificar los elementos necesarios que nos permitan evaluar lo dicho, lo hecho, los resultados y lo que falta por hacer. 1. Lo dicho. Pasar de las palabras a los hechos, fue la base del mérito para la recuperación del liderazgo a que está predestinado el presidencialismo en México: el programa de Solidaridad Social, es el mejor hecho del discurso expuesto. Desde el inicio del régimen, el Presidente Salinas propuso a la Nación modernizar al país; estamos avanzando innegablemente en ello. El Estado inicio su reforma, una reforma que mantiene latente a la Revolución como fundamento histórico de nuestra identidad, no como dogma que cierre por definición la posibilidad al 47
  • 48. cambio. "...En el mundo de hoy, revolución que no cambia, sucumbe ante la fuerza de las transformaciones; pero revolución que cambia abandonando sus principios pierde su esencia y también sucumbe...". La modernización comenzó por el Estado, para acabar su megalomanía y transformarlo en un Estado modesto. Después de tres años, se define el marco de referencia del nuevo proyecto del reformado Estado Mexicano: un nuevo nacionalismo; un nacionalismo que "...Nos demanda consolidar las nuevas relaciones hacia el exterior y las nuevas relaciones del Estado con la sociedad..." El nuevo nacionalismo mexicano de la última década del siglo, propuesto por el presidente Salinas, tiene la pretensión de asegurar cuatro principios fundamentales: "...La defensa de nuestra soberanía, el respeto a la libertad, la firme promoción de la justicia en el ámbito de una prosperidad general, cada vez mayor, y el desarrollo de la democracia..." 2. Lo hecho. A) Hacia afuera. El Presidente Salinas explica que la estrategia fundamental ha sido la diversificación de las relaciones externas. La globalización y la interdependencia son los fenómenos condicionantes del desarrollo de las naciones. La política a seguir es: (no) "..Quedar fuera, al margen de los nuevos procesos integradores del mundo..."; (intentar) "...influir más en las decisiones internacionales que inevitablemente afectaran a nuestra nación...". La diversificación es la pauta: el GATT, la Cuenca del Pacífico, Latinoamérica, la Comunidad Europea y el Tratado de Libre Comercio con el Canadá y los Estados Unidos. B) Hacia adentro. La democracia siempre será un proceso inacabado; perfectible. En México se ha avanzado en la democracia, negarlo, sería inconsecuente con la misma noción de democracia, que encuentra en el respeto al disenso y la tolerancia, su estructura ética. Sin embargo, el régimen reconoce imperfecciones, especialmente en las disposiciones electorales y su instrumentación concreta: credencialización, sistema informativo y el padrón; pero al mismo tiempo, abre la posibilidad para su perfeccionamiento a través de la participación de los partidos políticos, deslindando a la vez, el análisis y el cambio conducente, a la potestad del Congreso de la Unión. 3. Los Resultados. A) Economía. Aunque sin datos, para no abrumar más de la cuenta esta lectura, sin estadística, no es difícil entender que la economía nacional se ha recuperado; lo importante es saber cómo se hizo: la clave ha sido la ponderación que ha hecho la Administración Pública Federal en la política económica, el estricto control del gasto público, un sistema fiscal competitivo, la reducción de la deuda, la apertura comercial y la desregulación y la promoción de la inversión y las exportaciones. 48
  • 49. "El reto, sigue siendo muy grande" "...fue mucho lo que la crisis redujo en el nivel de vida de los mexicanos..." "...Muchas demandas siguen superando nuestros recursos..." "...De una crisis tan profunda no se sale en pocos años..." B) Sociedad. En este proceso de modernización, hay algo que todavía no se abate muy a nuestro pesar, que cala hondo y limita su concretización: la pobreza; la pobreza que ha sido, por razones históricas y es, desafortunada realidad, el aguijón de una plena integración nacional. Para combatirla se creó Solidaridad" "...La forma novedosa de hacer las cosas, con participación, con organización, con verdadero sentido democrático." 4. Lo que hace falta por hacer. A) Hacia afuera. Pugnar por la diversificación de las relaciones con las estructuras comerciales, nacionales y supranacionales. B) Hacia adentro. "...Seguir ampliando la concertación entre las fuerzas políticas del país para asegurar que las normas electorales respondan plenamente a las expectativas de la población..." Particular interés se pondrá en la modernización de las relaciones del Estado con las iglesias, con el fin de actualizar el marco normativo de las mismas; pero sin abandonar el criterio histórico cultural por el cual se inclina preferentemente el pueblo mexicano: "...que el clero no participe en política ni acumule bienes materiales..." La nueva situación jurídica de las iglesias, se configurará bajo los siguientes principios: "Institucionalizar la separación entre las iglesias y el Estado; respetar la libertad de creencias de cada mexicano y mantener la educación laica en las escuelas públicas". Se pretende bajar el telón a una relación de facto, supuestamente prohibitiva; a lo que el propio clero llama: la conclusión de la simulación. Seguirá el régimen poniendo énfasis al crecimiento económico para asegurar mayor bienestar con estabilidad; evitando la concentración de la riqueza y haciendo justicia; un crecimiento no depredador y sí respetuoso del ecosistema; un crecimiento no centralista y sí descentralizado; y sobre todo, no un crecimiento a cualquier precio y sí con prudencia y responsabilidad. "Estructuralmente existe un reclamo generalizado de que se actúe en dos áreas fundamentales para la viabilidad futura de la nación: el campo y la educación". - Campo: "Se llegó el tiempo de cambiar nuestra estrategia en el campo: Recursos adicionales para capitalizarlo. "El ejido permanecerá pero se promoverá su transformación". 49
  • 50. - Educación: "Debemos crear condiciones para promover el movimiento hacia la excelencia educativa". La competencia en este mundo de obligada interdependencia así lo exige. En efecto, como dice el presidente Salinas, el país no se inicia ni concluye con una administración, pero sí se puede escurrir entre las manos, sobre todo, cuando después del tercer año, con el lógico acrecentamiento de la estructura del poder, los excesos hacen presa fácil a los desatinos del sexenio: apostemos a que no sucumba el régimen a la tentación del acceso al exceso que da el poder presidencial en México. Por lo pronto, lo dicho, lo hecho, los resultados y lo que falta por hacer, valen la pena. "Es por nuestros hijos". "Es por México". 50
  • 51. IV RUIZ MASSIEU: EL HACEDOR DE LA POLITICA MODERNA 51