Compartir una carpeta significa permitir que otros usuarios en una red puedan acceder a la información contenida en una carpeta. Esto tiene ventajas como evitar duplicar información y permitir que varias personas trabajen en los mismos archivos, pero también riesgos si no se controlan los permisos y accesos correctamente, ya que otros podrían eliminar o modificar la información. Para compartir una carpeta, se selecciona la carpeta, se establecen los permisos de acceso y se asigna un nombre de recurso compartido.