Un sapo encontró una bella flor en un jardín y la halagó por su belleza, pero la flor lo rechazó por su apariencia fea. Más tarde, una tormenta dañó la flor y la hizo perder su belleza, momento en que el sapo regresó para decirle que todos son importantes independientemente de su apariencia y se ofreció a cuidar el jardín para protegerla de los insectos a cambio de poder quedarse. Desde entonces, el sapo y la flor se hicieron amigos.