2. Presentación Durante 35 años, Vicente de Paúl y Luisa de Marillac trabajaron juntos en la misión que Dios les había encomendado. La santidad que ambos llegaron se apoya en su humanidad, en su vida de trato con Dios de contacto con los Pobres y de trato mutuo, que irá transformando poco a poco todo su ser, perfeccionándolo y embelleciéndolo.
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4. Obediencia a la voluntad de Dios Manifestada por tercera persona Luisa de 34 años abre su alma y su conciencia a Vicente de Paúl de 44 años. Vicente ayuda a su dirigida a liberarse de sus angustias y a recobrar la paz, orientando su mirada hacia Dios y hacia los pobres. Durante cerca de dos años (1625-1627), el tono de sus cartas es cortés, ceremonioso, y se percibe posturas y deseos muy diferentes
5. Luisa quisiera ver con frecuencia a su director y se inquieta cuando se ausenta. Vicente no quiere que las múltiples peticiones de su dirigida pongan una traba a sus actividades: “Nuestro Señor… desempeñará él mismo el oficio de director; ciertamente que lo hará y de forma que le hará ver que se trata de El mismo…” Vicente de Paul 30-10-1626
6. Las entrevistas más numerosas permite a Vicente y a Luisa ir descubriendo lo valioso de la personalidad del otro. 1628 Luisa descubre en Vicente a un sacerdote de juicio seguro, deseoso de llevar las almas a Dios, preocupado por los Pobres. Vicente reconoce en Luisa una gran sensibilidad y una búsqueda de la voluntad de Dios. Vicente tiene un papel preponderante: él es quien orienta, hace renacer la confianza. Luisa humildemente , se deja guiar.
7. Vicente juzga que ha llegado el momento de asociar más estrechamente a Luisa a su actividad caritativa. 1629 Envía a Luisa a la misión de Montmirail, el 6 de mayo de 1629, A partir de entonces, se establece entre ellos una colaboración intensa y eficaz. Juntos comienzan a trabajar en una misión que no cesa de ampliarse.
8. Vicente ve en la Srta. Le Gras: Una mujer intuitiva, siempre dispuesta a tomar iniciativas; una mujer con un extraordinario sentido de organización, preocupada por la precisión, una señora que hace un buen papel entre las Señoras de la Caridad.
9. Luisa admira en Vicente Al sacerdote preocupado por proclamar la Buena Noticia de Jesucristo al hombre práctico y equilibrado, al consejero prudente al campesino que conoce la necesidad de lograr la madurez.
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11. que les pone mutuamente al tanto de las alegría y dificultades de la misión,
13. de las posibles soluciones.Ambos se informan mutuamente de las menudas noticias de la vida diaria. Con toda naturalidad intercambian sobre los diferentes acontecimientos.
14. La colaboración misionera hace saltar a la vista, las mismas necesidades espirituales. La amistad que comienza a nacer entre Vicente y Luisa les lleva a inquietarse por el estado de salud del otro, sobre todo durante las epidemias de peste que se abaten sobre Paris( 1631-1633).
15. También hay diferencias y surgen algunas incomprensiones. Durante meses, Vicente y Luisa tendrán opiniones completamente divergente acerca del porvenir de las jóvenes que sirven en las Cofradías. Luisa tiene la intuición de que con ellas se realizará la “Luz” recibida el día de Pentecostés de 1623.
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17. El 29 de Noviembre de 1633, Luisa recibe en su casas a algunas muchachas de las Cofradías para vivir en comunidad y servir mejor a Dios y a los Pobres.
18. El aumento de jóvenes, las peticiones del servicio de ellas, lleva a Vicente y a Luisa a concretar y puntualizar el espíritu que debe animar a los miembros de la nueva cofradía. Luisa prepara el empleo del día, reglamentos…. Vicente los ve y va corrigiendo y luego se los explica a las jóvenes. Luisa día a día ayuda a las Hermanas a aprender a hacer oración a vivir juntas en caridad, a amar y respetar a los Pobres a los que sirven.
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20. problemas planteados por la conducta de algunas.Muchas veces el entusiasmo de Vicente viene a calmar y sosegar a Luisa, que tiene que luchar más de cerca con las dificultades diarias.
21. Años 1640- 1642. Vicente y Luisa atraviesan un período difícil. Lo que se había aceptado como diferencias, se convierte en distanciamiento; lo que se había vivido como complementariedad, provoca reacciones opuestas. El hundimiento de un piso en la Casa Madre de las HC. ocasiona un encuentro que lleva a superar las dificultades. Centran su mirada en Dios que los ha reunido para una obra común; que les manifiesta con claridad que El es el autor de la Compañía.
22. En aquella fiesta de Pentecostés de 1642, Dios les impulsa a superar una nueva etapa y a proseguir su misión animados por una profunda estima, una total confianza
23. Durante 17 años (1625- 1642) Vicente y Luisa caminando juntos, aprendiendo a conocerse, a estimarse, a respetarse. La amistad verdadera que habrá de unirlos durante los últimos dieciocho años de su existencia está llena de humanidad y de santidad. Lo espontáneo y auténtico de sus contactos dejan percibir la absoluta libertad que existe entre ellos.
26. dar su opinión, seguros de la acogida que van a encontrar en el otro.
27. Que se fue construyendo a través de la aceptación de su propia responsabilidad y fue una puerta abierta para la confianza mutua.
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29. Su amistad es comunicación Cuanto más se comunican, tanto más descubren su complementariedad. Se comunican lo más profundo de su ser: sus recursos, sus cualidades, su amor a Jesucristo. Vicente con frecuencia ha sido testigo del temperamento vivo de Luisa, de sus juicios un tanto severos. Con infinita paciencia, Vicente exhorta a Luisa a que viva en paz y a que modifique su mirada, a que se configure con Jesucristo, manso y humilde de corazón.
30. Poco a poco, Luisa va tomando conciencia clara de sus impaciencias, de su ansiedad, de sus tendencia a dramatizar : “Agradezco humildemente a su caridad el bien que me ha hecho. Me parece que cuando me dejo llevar por mis temores, que me ponen en estado de verdadera aflicción, necesito que se me trate con un poco de dureza…”c.182
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32. Simultáneamente Luisa comunica a Vicente su sentido de la organización y su perspectiva acerca del porvenir de la Compañía.
33. Los múltiples quehaceres de Vicente le hacen olvidar las reuniones previstas con las Hijas de la caridad. Luisa se dedica a ser su memoria y le manda esquelitas recordándosela.
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35. ¡Que bello es leer el “gracias” que mutuamente se dirigen al final de su vida! Vicente de Paúl de 78 años escribe a Luisa: “Nunca la caridad me ha parecido tan apreciable y amable como ahora. ¡bendito sea Dios que manifiesta tan bien su amor en el de usted a quien doy de nuevo las gracias con todo mi corazón! (V.de P.C VII 3, 1659)
36. En su búsqueda común de adhesión plena a Dios, suavemente aceptan la privación de volverse a ver… En octubre 1658 Luisa expresa lo que mas le apena: “Estoy un poco apenada por tan larga privación de hablarle. Dios lo quiere así puesto que lo permite”(C 653) La amistad de Vicente y Luisa alcanzo un nivel que sobrepasa la necesidad de verse; esa amistad se ha hecho tan sencilla, tan transparente que puede prescindir de todo soporte humano..
37. A Luisa agonizante, Vicente envía este mensaje de palabra: “Usted marcha la primera, Señorita; si Dios me perdona mis pecados, espero ir a reunirme pronto con usted en el cielo” (Coste)
38. La amistad vivida por Vicente de Paúl y Luisa de Marillac ha logrado reunirlos salvando sus diferencias, con la certeza de que estaban cumpliendo la voluntad de Dios. Esa amistad encuentra su fuente y su modelo en Jesucristo que, por su Encarnación, reveló el Amor de Dios a la humanidad. Esa amistad se apoya en la autenticidad, en la aceptación profunda de la identidad del otro, en el reconocimiento y respeto de su complementariedad.
39. Esa amistad ha llegado a ser comunión, a imagen de la Santísima Trinidad, el gran misterio de Dios en el que las divinas Personas viven, dentro de la unidad y la diversidad, el don, la entrega. Vicente y Luisa han enriquecido a la Iglesia con sus fundaciones para la Evangelización y servicio de los Pobres; pero sobre todo, han iluminado al mundo con el testimonio de su vida sencilla, humilde y llena de Amor.
40. Feliz Fiesta de San Vicente de Paúl (27 de Setiembre)