Se trata de un presentación en power point realizada por alumnos de 4º de ESO del instituto Airén de Tomelloso (Ciudad Real,España).
SE ha expuesto en clase como recurso didáctico y se publica ahora en el blog del departamento para uso de todos.
3. Nació el 23 de Diciembre de 1881 en
Moguer (Huelva), tras estudiar
Bachillerato con los jesuitas en el
Puerto de Santa María, comenzó la
carrera de derecho impuesta por su
padre en la universidad de
Sevilla, aunque no finalizó sus estudios.
Los poemas de Rubén Darío le
conmovieron especialmente en su
juventud.
4. En 1900 publicó sus dos primeros libros de textos, Ninfeas
y Almas de violeta. La muerte de su padre en este mismo
año y la ruina familiar le causaron una honda
preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter
hiperestésico y en 1901 será ingresado con depresión en un
sanatorio en Burdeos, donde tuvo una aventura amorosa
con la mujer de su psiquiatra. En 1905 regresa a su pueblo
natal residiendo en la casa de las calle Aceña, por la
muerte de su padre y los problemas económicos por los
que atravesaba su familia. Este periodo, coincide con la
etapa de mayor producción literaria.
Seis años más tarde se traslada a Madrid, donde conoce
Zenobia Camprubí Aymar en 1913, de quien se enamora
profundamente.
5. En 1936 se vio obligado a abandonar España al estallar la
Guerra Civil Española , trasladándose a Washington. Este
momento marca en su obra, el paso de la etapa intelectual a
la etapa suficiente o verdadera. En 1946 el poeta permanece
hospitalizado ocho meses a causa de otra crisis depresiva. En
1950 se vuelve a trasladar a Puerto Rico, dando clases en la
Universidad de Puerto Rico. En 1956 la Academia Sueca le
otorga el Premio Nobel de Literatura en Puerto Rico, donde
ha vivido gran parte de su vida en el exilio y donde trabaja
como profesor en la Universidad. Tres días después, muere su
esposa en San Juan. Él jamás se recuperará de esta pérdida y
permanece en Puerto Rico mientras que, Don Jaime
Benítez, rector del Recinto de Río Piedras de la Universidad
de Puerto Rico, acepta el premio en su nombre. Juan Ramón
Jiménez fallece dos años más tarde, en la misma clínica en la
que había fallecido su esposa. Sus restos fueron trasladados a
España.
6. Juan Ramón Jiménez nos
brinda la posibilidad de
sumergirnos en un universo
mágico donde la ternura, la
fantasía y el amor por las
cosas sencillas nos devuelven
a la infancia en un viaje
cautivador.
7. quot;Ella era la amanuense pero lo hacia por
los dos. Era una mujer
admirable, alegre, infatigable, trabajab
a todo el día, y en las cartas le pedían
libros para leer, porque los dos eran
lectores voraces, o para regalar, porque
también eran muy generosos y, por
ejemplo, a tantos médicos que trataban
a J.R. -porque el poeta estaba enfermo
de depresión-, y nunca les querían
cobrar, les regalaban librosquot;.
12. Esta etapa se subdivide a su vez en dos
sub-etapas ; la primera abarca hasta
1908; la segunda, hasta 1916. La
primera está marcada por la influencia
de Bécquer, el Simbolismo y un
Modernismo de formas tenues, rima
asonante, verso de arte menor y
música íntima. En ella predominan las
descripciones del paisaje como reflejo
del alma del poeta, un paisaje que no
es natural ni fruto de paseos como el
de Machado, sino sometido al
estatismo de un jardín interior, al
intimismo de un orden. Predominan los
sentimientos vagos, la melancolía, la
música y el color desvaído, los
recuerdos y ensueños amorosos. Se
trata de una poesía emotiva y
sentimental donde se trasluce la
sensibilidad del poeta a través de una
estructura formal perfecta.
Pertenecen a esta etapa Rimas
(1902), Arias tristes (1903), Jardines
Estatua de platero en casa Museo lejanos (1904), Elegías (1907).
J.R.J de Moguer
13. Su primer viaje a América y el contacto con la
poesía en inglés (Yeats, William Blake, Emily
Dickinson, Shelley) marca profundamente esta
segunda etapa (1916–1936), bautizada por él
mismo como Época intelectual y que le vincula a
la corriente literaria del Novecentismo. De esta
época destacan Diario de un poeta recién casado
(1916), Primera antología
poética, (1917), Eternidades (1918), Piedra y
cielo (1919),
Poesía (1917–23) y Belleza (1917–23).
Hechos fundamentales:
El descubrimiento del mar como motivo
trascendente. El mar simboliza la vida, la
soledad, el gozo, el eterno tiempo presente. Se
inicia así mismo una evolución espiritual que lo
lleva a buscar la trascendencia.
14. Pertenece a la época suficiente o verdadera todo lo escrito durante
su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en
busca de la belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia lo
lleva a una cierta mística e identificarse con Dios y la belleza en
uno. Su lengua poética se transforma en una especie de idiolecto
poblado de múltiples neologismos (ultra tierra, deseante...). Tras un
período de relativo silencio, publica Animal de fondo
(1949), Tercera antología poética (1957), En el otro costado (1936–
42).
.Ese dios al que se refiere es causa y fin de la belleza.
Dios deseado y deseante (1948–49) supone la culminación de Animal
de fondo. El poeta llega incluso a identificarse con ese dios que
tanto ha buscado. Un dios que existe dentro y fuera de él, un dios
que es deseado y deseante.
15. Principales obras:
-Platero Y yo
-Poesías escogidas (1917)
- Segunda antología poética (1922)
-Canción (1936)
-Tercera antología (1957).
-Baladas de Primavera (1910)
-La soledad sonora (1911).
-Diario de un poeta recién casado (1917)
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18. EL MAR LEJANO
La fuente aleja su cantata.
Despiertan todos los caminos...
Mar de la aurora, mar de plata,
¡qué limpio estás entre los pinos!
Viento del Sur, ¿vienes sonoro
de soles? Ciegan los caminos...
Mar de la siesta, mar de oro,
¡qué alegre estás sobre los pinos!
Dice el verdón no sé qué cosa...
Mi alma se va por los caminos...
Mar de la tarde, mar de rosa,
¡qué dulce estás entre los pinos!
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21. ¡Son mujeres!
¡Espera, espera...! Mi amor
coge un brazo. ¡Ven! ¿Quién eres?
¡Y miro que es una flor!
¡Por la fuente; sí, son ellas!
¡Espera, espera, mujer!
… Cojo el agua. ¡Son estrellas,
que no se pueden cojer!
22. ¿QUIÉN anda por el camino
esta noche, jardinero?
—No hay nadie por el camino…
—Será un pájaro agorero.
Un mochuelo, una corneja,
dos ojos de campanario…
—Es el agua, que se aleja
por el camino solitario…
—No es el agua, jardinero,
no es el agua… — Por mi suerte,
que es el agua, caballero.
—Será el agua de la muerte.
Jardinero, ¿no has oído
cómo llaman al balcón?
—Caballero, es el latido
que da vuestro corazón.
—¡Cuándo abrirá la mañana
sus rosadas alegrías!
¡Cuándo dirá la campana
buenos días, buenos días!
… Es un arrastrar de yerros,
es una voz hueca, es una…
—Caballero, son los perros
que están ladrando a la luna…
23. ¿SOY yo quien anda, esta este andar? ¿Tiene esta voz,
noche, que ahora suena en mí, los
por mi cuarto, o el mendigo ritmos
que rondaba mi jardín, de la voz que yo tenía?
al caer la tarde...? ¿Soy yo, o soy el mendigo
que rondaba mi jardín,
Miro
al caer la tarde...?
en torno y hallo que todo
es lo mismo y no es lo mismo… Miro
¿La ventana estaba abierta? en torno… Hay nubes y viento…
¿Y no me había dormido? El jardín está sombrío…
¿El jardín no estaba verde
de luna...?… El cielo era limpio … Y voy y vengo… ¿Es que yo
no me había ya dormido?
y azul… y hay nubes y viento
Mi barba está blanca… Y todo
y el jardín está sombrío…
es lo mismo y no es lo mismo…
Creo que mi barba era
negra... Yo estaba vestido
de gris… Y mi barba es blanca
y estoy enlutado… ¿Es mío
24. La negra va dormida, con una rosa blanca en la mano.
—La rosa y el sueño apartan, en una superposición mágica, todo el
triste atavío de la muchacha: las medias rosas caladas, la blusa verde
y transparente, el sombrero de paja de oro con amapolas moradas.—
Indefensa con el sueño, se sonríe, la rosa blanca en la mano negra.
¡Cómo la lleva! Parece que va soñando con llevarla bien.
Inconsciente, la cuida —con la seguridad de una sonámbula—
y es su delicadeza como si esta mañana la hubiera dado ella a
luz, como si ella se sintiera, en sueños, madre del alma de una rosa
blanca. —A veces, se le rinde sobre el pecho, o sobre un
hombro, la pobre cabeza de humo rizado, que irisa el sol cual si fuese
de oro, pero la mano en que tiene la rosa mantiene su honor, abanderada
de la primavera-.
Una realidad invisible anda por todo el subterráneo, cuyo
estrepitoso negror rechinante, sucio y cálido, apenas se siente.
Todos han dejado sus periódicos, sus gomas y sus gritos;
están absortos, como en una pesadilla de cansancio y de tristeza,
en esta rosa blanca que la negra exalta y que es como la
conciencia del subterráneo. Y la rosa emana, en el silencio
atento, una delicada esencia y eleva como una bella presencia
inmaterial que se va adueñando de todo, hasta que el hierro,
el carbón, los periódicos, todo, huele un punto a rosa blanca,
a primavera mejor, a eternidad…
25. Para un libro no escrito
CREEMOS los nombres.
Derivarán los hombres.
Luego, derivarán las cosas.
Y sólo quedará el mundo de los nombres,
letra del amor de los hombres,
del olor de las rosas.
Del amor y las rosas,
no ha de quedar sino los nombres.
¡Creemos los nombres!
26. «EN fondo de aire» (dije) «estoy», que el centro de la tierra y de su vida.
(dije) «soy animal de fondo de aire» Y tú eras en el pozo mágico el destino
(sobre tierra), de todos los destinos de la sensualidad
ahora sobre mar; pasado, como el hermosa
aire, por un sol que sabe que el gozar en plenitud
que es carbón allá arriba, mi fuera, y de conciencia amadora,
me ilumina es la virtud mayor que nos trasciende.
con su carbón el ámbito segundo
Lo eras para hacerme pensar que tú eras
destinado.
tú,
Pero tú, dios, también estás en este fondo para hacerme sentir que yo era tú,
y a esta luz ves, venida de otro astro; para hacerme gozar que tú eras yo,
tú estás y eres para hacerme gritar que yo era yo
lo grande y lo pequeño que yo soy, en el fondo de aire en donde estoy,
en una proporción que es ésta mía, donde soy animal de fondo de aire,
infinita hacia un fondo con alas que no vuelan en el aire,
que es el pozo sagrado de mí mismo. que vuelan en la luz de la conciencia
Y en este pozo estabas antes tú mayor que todo el sueño
con la flor, con la golondrina, el toro de eternidades e infinitos
y el agua; con la aurora que están después, sin más que ahora
en un llegar carmín de vida renovada; yo, del aire.
con el poniente, en un huir de oro de
gloria.
En este pozo diario estabas tú conmigo,
conmigo niño, joven, mayor, y yo me
ahogaba
sin saberte, me ahogaba sin pensar en
ti.
Este pozo que era, sólo y nada más ni
menos,