1) La cueva de Lascaux en Francia contiene cientos de figuras de animales de diferentes tamaños que fueron pintadas durante el período Auriñaciense.
2) Durante el período Solutrense, se crearon relieves en las cuevas usando la técnica del rehundido para representar animales.
3) El período Magdaleniense representa la cúlminación del arte rupestre, con representaciones muy realistas de animales en cuevas como Altamira en España.
1. HISTORIA DEL ARTE
UNIDAD#4
El arte rupestre del período
auriñacoperigordiense
El arte parietal de la cueva de Lascaux
La cueva de Altamira Los relieves del período solutrense
La culminación de la pintura rupestre interpretación del arte
El arte mobiliar durante el Paleolítico Cambios de orientación en el
arte
IMAGENES
2. El arte parietal de la cueva de Lascaux
Las pinturas más representativas de este período se encuentran en
la cueva de Lascaux, en el municipio francés de Montignac
(Dordoña, Francia), que es un verdadero templo del arte paleolítico.
Se trata de un complejo de diversas galerías en las que se encuentra
un numeroso repertorio de figuras -alrededor de quinientas-
formando un cosmos en el que están representados animales
pertenecientes a diferentes épocas. Las figuras, de distintos
tamaños, se superponen.
En la Sala de los Toros hay cuatro figuras monumentales -alguna
sobrepasa los cinco metros- trazadas con un grueso perfil negro en
combinación con zonas del cuerpo cubiertas por manchas
rojas, pardas o negras difuminadas. Para la representación de las M
cabezas se ha empleado la «perspectiva semitorcida». El volumen
del animal se acentúa en la parte delantera y las patas parecen cortas E
en relación al cuerpo, lo que produce una sensación de pesadez en
las figuras. Estos toros colosales expresan, mejor que ningún otro
N
ejemplo, el propósito del arte paleolítico de que cada una de las U
figuras se imponga con independencia del resto del conjunto.
3. Los relieves del período solutrense
El Solutrense (25.000-15.000 a.C.) es un período dominado
por el altorrelieve realizado con la técnica del rehundido.
Los relieves no se independizan nunca del soporte
rocoso, por lo que no alcanzan el bulto redondo. Para
esculpirlos se aprovechan las protuberancias naturales de la
roca, eliminando la parte del saliente rocoso que
distorsiona la silueta del animal. Dicho de otro modo, la
morfología del animal que se quiere representar está ya
implícita en el muro de la cueva. Los efectos de luz y
sombra potencian además la individualización de la M
imagen haciendo que ésta sobresalga de la pared.
La cultura solutrense coincide con el perfeccionamiento de E
los utensilios de piedra. Fue entonces cuando se fabricaron N
herramientas con las que se consiguió acentuar los
volúmenes de los relieves y remarcar los detalles. U
4. La culminación de la
pintura rupestre
El Magdaleniense (15.000-10.000 a.C.) es la
última fase del arte paleolítico y supone la
culminación de este proceso. En este período se
realizan las representaciones de mayor
realismo. Además, los objetos de arte mobiliar
en hueso y marfil se multiplican y se decoran
con dibujos incisos de gran
variedad temática. A pesar de haberse
encontrado muestras de arte magdaleniense en M
toda Europa, los hallazgos se concentran en el E
sudoeste de Francia, en el noroeste de España -
en la cornisa Cantábrica- y en algunos puntos N
del Pirineo vasco-navarro y central. Se puede, U
pues, hablar de arte «francocantábrico» como
sinónimo de arte magdaleniense.
5. La cueva de Altamira
La cueva de Altamira
(Cantabria, España) agrupa la
consecución de todos estos logros, hecho
que la convierte en el cenit del arte
paleolítico. En el techo de la sala
mayor, recubierto de arcilla, emergen los
bisontes policromos alternando con
manchas planas rojas, de formas
irregulares. El cromatismo se ha
ampliado a
ocres, rojos, pardos, amarillos y M
negros, que modulan las figuras
limitadas por un contorno negro. La E
posición de los animales es variada, unos N
parecen estar recostados en actitud de
reposo, otros parecen mugir o estar a U
punto de embestir.
6. El arte mobiliar durante el Paleolítico
Los primeros objetos que el hombre paleolítico creó
tuvieron una finalidad práctica. Se trataba de objetos de
uso cotidiano, aunque en muchos casos se desconoce su
utilidad. Estos objetos están decorados desde el
Auriñaciense, pero es a partir del Magdaleniense
cuando la ornamentación se generaliza. Realizados en
hueso o marfil, destacan los
perforadores, cuchillos, buriles, raspadores, arpones y
agujas. Hay que mencionar los propulsores de
azagayas, bastoncillos de asta de
reno con un gancho en un extremo, formado por una
figura de animal, y una perforación oval en el otro. M
Destaca el caballo saltando, encontrado en el abrigo de E
Montastruc (Garona, Francia).
Figura N
U
7. Cambios de orientación en el arte
Las manifestaciones artísticas del Paleolítico, que tanta
calidad habían conseguido, no tuvieron continuación en el
Epipaleolítico y el Mesolítico. En el Epipaleolítico europeo
el arte resultó muy pobre y escaso. Se limitó a objetos de arte
mobiliar (Aziliense, Maglemosiense), con la excepción de la
zona mediterránea española, donde se desarrolló el segundo
ciclo de arte parietal: el arte levantino. Así
mismo, fueron también importantes las pinturas del norte
de África.
Los cambios climáticos que tuvieron lugar M
hace, aproximadamente, unos 10.000 años comportaron la
modificación de las formas de vida conocidas hasta E
entonces. N
U
8. Interpretación del arte levantino
El arte levantino no se ejecuta en el interior de las
cuevas sino en covachas de poca profundidad, casi al
aire libre, en lugares de difícil acceso. Se utiliza un solo
color para pintar, que puede ser rojo, anaranjado, negro
o, pocas veces, blanco, siempre a base de tintas planas
que nunca dan relieve mediante gradación de color. Las
figuras son, en términos generales, más pequeñas que
las del Paleolítico, presentan dinamismo y existen
escenas propiamente dichas, en las que participan por
igual animales y seres humanos. Estas representaciones
tienen una interpretación más clara que en el arte M
paleolítico. En la mayoría de los casos se trata de una E
escena de caza al ojeo o al acecho, guerrera, de danza
(¿ritual?), de recolección o de animales pastando, en la N
que la indumentaria permite diferenciar, en muchos
casos, las figuras femeninas de las masculinas.
U