2. Esta insigne mujer, aclamada por el pueblo como santa y doctora,
nació el 3 de mayo del año 1481, en Azaña en la Comarca de la
Sagra de Toledo. Cuando cumplió los quince años, su familia le
preparó un matrimonio con un caballero rico; y entonces Juana,
vistiéndose de hombre huyó de la casa para realizar su deseo de
consagrarse a Dios en el Beaterio de Santa María de la Cruz, que ella
convertirá en Monasterio. Sus familiares fueron a buscarla, pero
viendo su determinación, su padre le dio el consentimiento. Allí
profesó al año siguiente con el nombre de Juana de la Cruz.
3. Durante trece años predicará “para fortalecer la fe de los sencillos” y llamar
a todos a la santidad, acudiendo a escucharla los grandes personajes de la
época como el Cardenal Cisneros y Carlos V. Es de destacar su influencia en
las más celebres clarisas del siglo XVII, como Jerónima de la Asunción, Luisa
de Carrión, Juana de San Antonio y la concepcionista Sor Maria de Jesús de
Ágreda. Parte de su predicación está recogida en un manuscrito llamado “El
Conorte”, que contiene 72 sermones suyos.
Se convirtió en abadesa el Convento de Cubas de la Sagra . Murió el día 3
de mayo de 1534. Enseguida fue proclamada santa por el pueblo, llegando
a recibir culto público. Los escritos fueron la causa de la paralización del
proceso, reemprendido en dos ocasiones, y una vez más en la actualidad. El
Monasterio de Santa María de la Cruz, en Cubas de la Sagra (provincia de
Madrid, diócesis de Getafe), es reconocido popularmente como el
“Convento de Santa Juana” y es centro de peregrinación para todas las
gentes de los pueblos de alrededor, de la comarca de La Sagra e incluso de
lugares más lejanos. Contiene hoy en día la tumba con los restos de Sor
Juana, que fueron quemados y dispersados durante la persecución religiosa
española de los años 30, pero que posteriormente se encontraron en los 80 y
fueron colocados en la hermosa urna que hoy se venera en el templo de las
religiosas.
4. La celebración del día de Santa Juana, conocido ahora también
como “Día de la Tortilla” tiene su origen en el siglo XV, cuando los
fuenlabreños se acercaban en peregrinaje al vecino municipio de
Cubas de la Sagra, a venerar a la que fuera abadesa del convento
de Santa María de la Cruz, Juana Vázquez, conocida por sus buenas
acciones y su poder de sanación.
Cada 9 de marzo, y con motivo de la muerte de la conocida como
“la Santa Juana”, los fuenlabreños emprendían romería hacia Cubas,
haciendo un alto para comer en el paraje de Valdeserrano. Con el
paso de los años y ya en el siglo XIX, la devoción dejo paso a lo
meramente festivo y los fuenlabreños se quedaban en este lugar
degustando el manjar típico de entonces y de ahora, la tortilla de
patata.
El pan redondo, conocido como libreta y otras exquisiteces culinarias
como los pimientos fritos componían el menú tradicional que ha
llegado hasta nuestros días. Así, no es de extrañar que en las
panaderías y con motivo de la festividad, se elaboren especialmente
para la ocasión libretas con las que acompañar la tortilla.