2. 0 En estas escuelas se ha de hacer un trabajo
esmerado; porque muchos alumnos saldrán de
ellas directamente al gran campo. Saldrán para
emplear lo que han aprendido, como colportores y
ayudantes en diversos ramos de la obra
evangélica.
3. La preparación de los
misioneros
0 . Tenemos tan sólo pocos misioneros. Desde nuestra
patria y del extranjero nos llegan muchos urgentes
pedidos de obreros. Los jóvenes de ambos sexos, los
de edad madura, y, de hecho, todos los que pueden
dedicarse al servicio del Maestro, debieran aplicar su
mente hasta el límite, en el esfuerzo de prepararse
para contestar a estos llamamientos. Por la luz que
Dios nos ha dado, sabemos de que no empleamos las
facultades de la mente ni con la mitad de la diligencia
que debiéramos poner en un esfuerzo para
prepararnos para ser más útiles.
4. Instrucciones adicionales
0 El gran propósito de toda escuela intermediaria, debe
ser realizar un trabajo cabal en los ramos comunes.
0 En toda escuela que se establezca entre nosotros, los
maestros deben comenzar humildemente, no
asiéndose de los peldaños superiores de la escalera
sin haber ascendido antes los inferiores. Deben subir
peldaño tras peldaño, empezando desde el más bajo.
Han de aprender, aun mientras enseñan las materias
comunes.
5. 0 Cada maestro debe aprender
diariamente de Jesús, llevando
su yugo de sujeción, sentándose
en su escuela como alumno, y
obedeciendo las reglas de los
principios cristianos. El maestro
que no esté bajo la dirección del
Maestro de los maestros, no
podrá afrontar con éxito los
diferentes incidentes que surjan
como resultado de la
perversidad natural de los niños
y jóvenes.
0 Sea norma establecida que, en
toda disciplina escolar, han de
reinar la fidelidad y el amor.
Cuando el maestro corrige a un
alumno de una manera que no
le hace sentir que desea
humillarlo, en su corazón brota
el amor hacia el maestro. Santa
Helena, California, 17 de mayo
de 1903
6. 0 En todas nuestras instituciones, los jóvenes deben ser
amoldados y disciplinados para Dios; y en esta obra se
han de revelar siempre la misericordia, el amor y la
ternura del Señor. Esto no debe degenerar en
debilidad y sentimentalismo. Debemos ser
bondadosos, pero firmes. Y recuerden los maestros
que aunque es necesaria la decisión, nunca debemos
ser duros o condenadores. Nunca hemos de
manifestar un espíritu intolerante. Sean ellos serenos,
revelando el mejor método al negarse a sentirse
provocados a ira.
7. 0 Dios quiere que manifestemos su amor mostrando
vivo interés por los jóvenes que están bajo nuestro
cuidado. Presentadlos al Señor y pedidle que haga por
ellos lo que vosotros no podéis hacer. Dejadles ver que
comprendéis vuestra necesidad de ayuda divina.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos,
195-205.