2. QUIEN FUE DON BOSCO?
Juan Melchior Bosco o Don Bosco fue un sacerdote, educador y
escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Congregación Salesiana la
Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio
Salesiano y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Promovió la
Asociación de Ex alumnos Salesianos, el desarrollo de un moderno
sistema pedagógico conocido como Sistema Preventivo para la formación
de los niños y jóvenes y promovió la construcción de obras educativas al
servicio de la juventud más necesitada, especialmente en Europa y
América Latina.
3. UN SUEÑO A LOS NUEVES
AÑOS
(...) Cuando tenía nueve años, tuve un sueño... ¡Este sueño me acompañó a lo largo de toda
mi vida! Me pareció estar en un lugar cerca de mi casa, era como un gran patio de juego de la
escuela. Había muchos muchachos, algunos de ellos decían malas palabras, Yo me lancé hacia
ellos golpeándoles con mis puños. Fue entonces cuando apareció un Personaje que me dijo: «No
con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos» Yo tenía sólo nueve años. ¿Quién
me estaba pidiendo a hacer algo imposible? Él me respondió: «Yo soy el Hijo de Aquella a quien
tu madre te enseñó a saludar tres veces al día. Mi Nombre pregúntaselo a mi Madre». De repente
apareció una Mujer de majestuosa presencia. Yo estaba confundido. El me llevó hacia ella y me
tomó de la mano. Me di cuenta que todos los niños habían desaparecido y en su lugar vi todo
tipo de animales: perros, gatos, osos, lobos... Ella me dijo: «Hazte humilde, fuerte y robusto… y
lo que tú ves que sucede a estos animales , tú lo tendrás que hacer con mis hijos». Miré alrededor
y vi que los animales salvajes se habían convertido en mansos corderos ... Yo no entendí nada… y
pregunté a la Señora que me lo explicara... Ella me dijo: «A su tiempo lo comprenderás todo».[11]
4. INFANCIA DE SON BOSCO
Pequeñito ejercía la tarea de catequista en
medio de los compañeritos, que reunía frente a la
Iglesia transmitiéndoles lo que le enseñaba la
mamá o lo que aprendía en los sermones del
Párroco, y también divirtiéndolos con sus
capacidades de pequeño saltimbanqui y de mago.
Dotado de grande inteligencia, fue creciendo en
el estudio: siendo pobre, fue alternando el
estudio con el trabajo, para costearse los libros.
Fue empleado en distintas actividades.
5. LA ALEGRÍA DE DON
BOSCO
Los muchachos de la calle lo llamaban: ‘Ese es el Padre que siempre está alegre. El
Padre de los cuentos bonitos’. Su sonrisa era de siempre. Nadie lo encontraba jamás
de mal humor y nunca se le escuchaba una palabra dura o humillante. Hablar con él la
primera vez era quedar ya de amigo suyo para toda la vida. El Señor le concedió
también el don de consejo: Un consejo suyo cambiaba a las personas. Y lo que decía
eran cosas ordinarias.
Durante las semanas que vivió con una tía que prestaba servicios en casa de un
sacerdote, Juan Bosco aprendió a leer. Tenía un gran deseo de ser sacerdote, pero
hubo de vencer numerosas dificultades antes de poder empezar sus estudios. A los
dieciséis años, ingresó finalmente en el seminario de Chieri y era tan pobre, que debía
mendigar para reunir el dinero y los vestidos indispensables.
6. ORATORIO DE DON BOSCO
El Oratorio de Don Bosco se desarrolla entonces como un
espacio en donde los muchachos podían aprender un oficio
útil, asistir a los sacramentos y tener un patio para jugar
sanamente con los amigos. Desde el principio Don Bosco puso
en el centro de su obra la figura de San Francisco de Sales
como modelo de amabilidad, dulzura y espiritualidad religiosa.
Visitaba las fábricas en donde trabajaban sus muchachos para
garantizar de que no fueran víctimas de explotación, buscaba
trabajos dignos para muchos de ellos para lo cual hacía que los
empleadores firmaran con él tratados que garantizaran los
derechos de los muchachos anticipándose así a la legislación
laboral internacional. Planeaba retiros espirituales para
muchachos obreros y en 1847 elaboró el primer reglamento del
Oratorio.
7. LIBROS DE DON BOSCO
Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, entre 1873 y 1876 y
publicadas póstumamente (Turín 1946).
El joven preparado para la práctica de sus deberes, 1847.
Colección de curiosos eventos contemporáneos, 1854.
Conversaciones entre un cura de campo y un abogado sobre el
sacramento de la confesión, 1855.
La fuerza de la buena educación, 1855.
La historia de Italia para la juventud desde su poblamiento a nuestros
días, 1855.
Vida de San Martín, obispo de Tours, 1855.
Vida de San Pedro, príncipe de los apóstoles, primer papa después de
Jesucristo, 1857.
El mes de mayo consagrado a María Inmaculada, 1858.
8. LA CONSTRUCCIÓN DE
IGLESIAS
El relato de la vida de Don Bosco quedaría trunco, si no hiciéramos mención de
su obra de constructor de iglesias. La primera que erigió era pequeña y resultó
pronto insuficiente para la congregación. El santo emprendió entonces la
construcción de otra mucho más grande, que quedó terminada en 1868. A ésta
siguió una gran basílica en uno de los barrios pobres de Turín, consagrada a San
Juan Evangelista. El esfuerzo para reunir los fondos necesarios había sido inmenso;
al terminar la basílica, el santo no tenía un céntimo y estaba muy fatigado, pero su
trabajo no había acabado todavía. Durante los últimos años del pontificado de Pío
IX, se había creado el proyecto de construir una iglesia del Sagrado Corazón en
Roma, y el Papa había dado el dinero necesario para comprar el terreno. El sucesor
de Pío IX se interesaba en la obra tanto como su predecesor, pero parecía imposible
reunir los fondos para la construcción.
9. MUERTE DE DON BOSCO
Pero sus días tocaban a su fin. Dos años antes, los médicos habían declarado
que el santo estaba completamente agotado y que la única solución era el descanso;
pero el reposo era desconocido para Don Bosco. A fines de 1887, sus fuerzas
empezaron a decaer rápidamente; la muerte sobrevino el 31 de enero de 1888,
cuando apenas comenzaba el día, de suerte que algunos autores escriben, sin razón,
que Don Bosco murió al día siguiente de la fiesta de San Francisco de Sales. Su
cuerpo permanece incorrupto en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, Italia.
Sus últimas recomendaciones fueron: "Propagad la devoción a Jesús Sacramentado
y a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros. Ayudad mucho a los niños
pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis
enormes bendiciones y ayudas de Dios. Os espero en el Paraíso".