2. El umbral del adiós
Voy a hacer un grandísimo
NO
del indecible silencio que aquí empieza
3.
4. El umbral de la tierra firme
Aventurarse en tierra firme puede ser
arremeter contra el más
fiero
de los mares
5.
6. El umbral de la noche
Toda
la noche toda vestida de muerte
(cómo olvidar la ternura del adiós)
7.
8. El umbral del silencio
Llevo el silencio en el cuerpo
y aún así insisto
espero en los márgenes de la vida
y aún así
i n s i s t o
9.
10. El umbral de lo desnudo
detrás de lo que seduce tu mirada
detrás de lo que atrapa tu intelecto
una mujer crea frágiles rituales para anudarse a
la vida
11.
12. El umbral del despertar
amanece
hasta en los lugares
donde la noche
parecía no tener
fin
13.
14. El umbral de los permisos
Cuando la niebla de los sueños
hace rato se ha hecho difusa
y los cuerpos
son llevados a bailar en cadencia
cortesana.
15.
16. El umbral de la espera
Pidiendo por una voz de humo
ligero
cerrando los puños nocturnos
los candorosos puños de la noche
vírgenes de toda espera
17.
18. El umbral de lo mínimo
Lo mínimo
nace en oscuridades
sin indexar.
No La Oscuridad.
No el Enemigo Público Nº 1.
No tiene prensa
ni libelo ni libre deuda.
Es pura libélula.
La deidad minúscula
de lo que no tiene nombre.
19.
20. El umbral de lo simple
Me siento más universal cuando tiendo la ropa
que cuando evoco los confines del espacio
la racionalidá, la posmodernidá
y la sociedá perfecta
pos-revolucionaria.
-esos gestos milenarios que nos
trajeron a casa-
21.
22. El umbral de lo fantástico
En el fondo desea
que puedan reconocer en ella
a los de su misma calaña
(‘esos dragones en el aire’,
les llama)
23.
24. El umbral del descubrimiento
Salta esta pequeña brecha
sábete alado
ave voraz feroz falaz
lenguaraz y desbocada.
Salta como tu pecho atravesado
como ondas azotadas
como ojos sin temor.
25.
26. El umbral de la libertad
La noche vacía, los tránsitos urbanos por
las vías que siempre me traen a casa, las
charlas extrañas con taxistas extraños
que hablan de sus amores, de sus tantas
cogidas, de su éxito imparable en la city y
de su tremenda soledad día a día
mientras se aproximan vertiginosamente a
los 50.
Y más.
27.
28. Los comportamientos erráticos, el
abandono en las calles porteñas cuando
solamente quedan los que huyen a casa o
los que no la tienen, los colectivos vacíos,
los colectivos que ya no pasarán.
Y más.
29.
30. Los tránsitos conurbanos, el tequila barato,
la admiración de los hombres jóvenes, el
calor de cuando éramos otros y la música
de los que somos ahora, el GPS que dice
que nuestros amigos todavía habitan esta
tierra, los lugares donde nos reconocen
por anécdotas pasadas, la risa de un
ángel-duende cuando por teléfono le
decimos nuestro nombre.
Y más.
31.
32. El cuerpo que avanza, la furia que no se
guarda, el cansancio que no embota, y el
cuerpo que sigue mientras por la
ventanilla pasan comercios, miserias,
saltimbanquis, policías, putitas, ejecutivos
en fuga, post-adolescentes fervorosos,
mujeres que pactan, histéricos que se
pavonean, costureras con cara de cielo y
boquita de frutifrú...
Y más
33.
34. El umbral de alzar vuelo
la tierra de la casa se a b r e
revelando múltiples sótanos que nos llevan
hacia el cielo
para finalmente ser UNA
como en el principio de los tiempos
y en los orígenes de este nombre
que al amanecer nos convoca
37. El umbral de todos los caminos
Miro los caminos que se abren
i n f i n i t o s y b e ll o s.
Te agradezco
el haberme traído
al lugar sagrado
de mis nacimientos.
38.
39. El umbral de la voluntad
Hoy es el momento.
Porque el problema no es la oscuridad.
El problema es nuestra luz
que no toma la firme determinación
de SER.
40.
41. El umbral del encuentro
busco mi manada en esta tierra sin marcas
a veces encuentro una negrura
que se me parece