El documento critica al presidente de México por afirmar que la economía del país está mejorando cuando la mayoría de los mexicanos siguen sufriendo de pobreza, desempleo y bajos salarios. Aunque se reconocen algunos logros económicos, se argumenta que la realidad para la mayoría de los ciudadanos es de violencia, desesperanza y dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. Se pide al presidente que lleve la prosperidad que promete a todos los

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DE FOXILANDIA A FELIPELANDIA, SEGUIREMOS EN “LANDIA”
Hace unos días, para no variar, en el discurso, como en el de Alicia,
“el país de las maravillas”; y en la realidad, la mejor descripción, la que
realice cada uno de “los más que tienen menos”.
En efecto, la ocasión, la convención de los banqueros, la cede El Hotel
Pricess, convertido, en tres días, en “La Isla de la Fantasía”, sin faltar Tatu y
“…eeeel aviónnn…eeeel aviónnn”.
En esa oportunidad, sin reparo y orgulloso expresó el invitado:
“México tiene una franca recuperación económica con una alta tasa de
generación de empleos”, quedando condicionada su expresión en un segundo
pensamiento, el detallito, una menudencia, al decir: “falta que esa
recuperación se sienta en el bolsillo de las familias mexicana”.
¡Por fin, estamos recuperados ó no! Lo que le importa al mexicano del
salario de 50 pesitos diarios, pues se le olvido explicar, por tatos halagos de
unos para con los otros, explicar el detallito, la menudencia que falta para
que sea una realidad, ¿Ó será que no saben cómo? Lo que si han hecho
perfectamente bien y debo reconocerlo en casi cuatro años: elevar la
brutalidad de la violencia del crimen organizado, por la estupidez “del
general en jefe de la fuerzas armadas y sus altos mandos”; la pobreza que
abruma a la mitad de la población del país; el desempleo que lastima a 3
millones de familias mexicanas; la incapacidad de casi dos millones de
personas para pagar sus créditos bancarios; los 6 millones de deudores de T
de C, la desesperanza que agobia a la ciudadanía, el mísero salario; esta es,
simplemente la realidad del “…hoy, hoy, hoy…” (¿Recuerdan la fracesita?.
¡Ah!, eso sí, todos y cada uno de nosotros vivimos “en el país de las
maravillas” al gozar de ahorro, educación, servicios de salud, recreación, en
fin, una serie de satisfactores que una persona de cualquier país europeo
posee, pues al respecto se ufanó: “hoy nos envidian, pues ellos apostaron a
un excesivo endeudamiento --mayor déficit público-- y nosotros no.”, todo
porqué “Tomamos las decisiones correctas”. Ante esto, lo único que queda es
que los mexicanos debemos estar agradecidos por tan generosa y exitosa
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conducción del país, con la esperanza que en unos dos ó tres sexenios del
color azul (en el supuesto que pinte color) sea superado el detallito y la
menudencia que falta al proyecto, hacer que se sienta esa maravilla en el
bolsillo del trabajador.
De lo único que bien debo reclamar a Tatu es el por qué, de su isla, no
traslada esa fantasía y buenaventura al mexicano de a pie, “a los más que
tienen menos” y que cada día tendrán menos recursos para sufragar su
supervivencia.
León, Domingo 25 de Abril del 2010
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