Esta Guía pretende ofrecer una serie de consejos para llevar a cabo en una jornada de escalada en la naturaleza y con ello, minimizar los posibles efectos negativos que se puedan producir.
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La mañana amanece tranquila,
una suave brisa sopla y el sol
brilla en un cielo
completamente azul. Todo está
listo, comienza el ascenso.
Sientes el frío tacto de la roca y notas la
adrenalina. Una grieta allí, una fisura más
arriba, un poco más y puedes descansar
antes de continuar subiendo. No miras, aún
no. Notas tus brazos en tensión, las piernas
deseando subir.
Sigues la vía, con cuidado, no puedes fallar, no ahora que
estás a punto de llegar. Tan sólo unos metros más, ya
sientes el aire correr sin obstáculos, ya sientes el sol
calentando la cima. Un último esfuerzo, tomas aire y te
impulsas. Sonríes.
Respiras y sonríes. Lo has conseguido
y el premio, una enorme
satisfacción. Pero hay más. Lo sabes.
Estás allí arriba, respiras
profundamente con el mundo a tus
pies. El paisaje te conmueve. Su
fuerza, su vida, su fragilidad.
Cuando bajas, algo ha cambiado. Te
sientes parte de algo más grande. Ya
nada puede ser igual.
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La escalada, al igual que
otras disciplinas, al
desarrollarse en la
naturaleza puede ejercer
un efecto que en
ocasiones resulte en
consecuencias no
deseadas. Por ello, esta
Guía nace con el objetivo
de recopilar algunas ideas,
consejos y prácticas que
ayuden a ser más
responsable con el medio y
a paliar los posibles
efectos que de nuestra
actividad se puedan
generar.
4. Toda jornada de escalada
comienza con el proceso de
organización de la actividad
como la elección del lugar,
el transporte, los materiales
o el número de
participantes, entre otros.
Por lo cual, una correcta
planificación no sólo garantizará
el éxito de la jornada si no que
minimizará los impactos
negativos que puedan generarse.
Y la organización implica
información.
Comencemos por el lugar. En
principio pueden englobarse las
zonas en tres categorías: Zona
protegida, Finca privada o de Libre
acceso. En los dos primeros casos
habrá que pedir información al
personal responsable y solicitar
permiso de acceso. Sin embargo, en
cualquier caso habrá que tener en
cuenta una serie de cuestiones que
son comunes a los tres tipos de zona.
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5. Una de las primeras cuestiones a
resolver es conocer los accesos:
carreteras, caminos, viales, etc. y
los servicios, zonas de recreo o
aparcamientos, que allí puedan
encontrarse. Esto facilitará la
organización previa del
desplazamiento del grupo. Si el
grupo es numeroso es
recomendable recurrir a la
contratación de transporte
colectivo ya que se reducen las
emisiones de gases a la atmósfera,
disminuye el consumo de
combustible y el riesgo de
accidente, además de minimizar
otra serie de impactos negativos
que se irán viendo a continuación.
En el caso de utilizar el vehículo
privado es necesario hacer un
correcto reparto de los ocupantes y
además, tener en cuenta algunas
buenas prácticas sobre movilidad:
• Conducir a velocidades adecuadas según el tipo de vía.
• Evitar los acelerones y frenazos.
• Evitar el calentamiento del motor antes de salir.
• Asegurarse de que los neumáticos tienen la presión adecuada.
• Utilizar adecuadamente el aire acondicionado.
• Distribuir adecuadamente la carga del vehículo.
• Revisar previamente el vehículo.
• Evitar elementos que rompan la aerodinámica del coche.
• Estacionar el vehículo en las zonas habilitadas para ello.
• Trazar la mejor ruta de acceso.
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6. Estas sencillas prácticas ayudan a:
• Ahorrar combustible.
• Disminuir la emisión de gases a la Atmósfera.
• Disminuir la contaminación acústica.
• Evitar la destrucción de la cubierta vegetal.
• Evitar la compactación del suelo.
• Minimizar la degradación del firme.
• Evitar la degradación de la mecánica del vehículo.
• Evitar accidentes.
• Optimizar el tiempo de trayecto.
El uso de bicicleta de montaña si no se realiza con responsabilidad
también genera impactos negativos. Si bien, su uso elimina la
emisión de gases de efecto invernadero y minimiza notablemente
el ruido, el no respetar las sendas habilitadas al efecto generará
problemas de degradación de la vegetación, pérdida de suelo,
problemas de erosión y aumento de escorrentías.
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7. Pero volvamos al punto de
partida y a la preparación de
los materiales. Antes de salir es
preciso hacer una revisión
exhaustiva de los materiales
para garantizar que todo se
encuentra en estado óptimo de
uso y que no se olvida nada.
• Usar materiales homologados y específicos para escalar.
• Llevar lo necesario y evitar los olvidos.
• Hacer uso de la zona de merenderos, de no existir, no
encender barbacoas o similares.
• Usar el magnesio en las cantidades recomendadas.
Además de los materiales de escalada será necesario llevar bebida
y comida suficiente en función del tiempo de duración que se
haya previsto para desarrollar la jornada. Por otra parte, será
recomendable contar con un pequeño botiquín. Al final de la
jornada será preciso revisar que todo lo que se ha trasladado
hasta la zona de escalada vuelve y que la misma se encuentra tal
y como la encontramos. Pero además debemos:
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8. • Tratar adecuadamente los
residuos:
- Depositar la basura
en los contenedores
correspondientes.
- Limpiar los restos de
magnesio, es
contaminante y no
biodegradable.
- Reutilizar los materiales de escalada descartados
transformándolos en algo nuevo.
- Apagar adecuadamente las colillas y depositarlas en un
contenedor.
Con ello:
• Se evitará la contaminación y la degradación del
entorno.
• Se evitarán los impactos en el paisaje.
• Se evitará la denegación o prohibición de acceso por
mal uso.
• Se evitará crear puntos de “alimentación alternativa”
para especies oportunistas.
• Se protege la biodiversidad
y se evitan cambios en las
comunidades.
• Se evitará la generación
de incendios.
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9. Otra cuestión a tener en cuenta
cuando se prepare la jornada es
conocer las restricciones que
respecto a flora y fauna existan. Si
existen especies de especial
protección, si es época de floración,
reproductiva o de cría es preciso
tener un especial cuidado y cumplir
escrupulosamente con las normas y
requisitos impuestos. Sin embargo,
dejando a un lado las cuestiones de
estacionalidad o de vulnerabilidad,
es necesario concienciarse que el
medio donde se va a desarrollar la
actividad es el hogar permanente o
transitorio de multitud de especies
con las que de manera esporádica
se debe convivir y siempre respetar.
Por ello: • Se accederá a la zona
por los caminos y
viales habilitados,
salirse de los mismos
o ir campo a través
favorece el pisoteo,
altera el tránsito de
animales y genera
pérdida de diversidad.
• Se evitará hacer
ruido y así evitar
provocar situaciones
de estrés a la fauna.
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10. • Se respetará el estado de la
vía no arrancando las
plantas que crezcan en
ella puesto que sin saberlo
se puede estar destruyendo
una especie protegida lo
que incurriría en un delito
y además se podrían
producir cambios en el
ecosistema.
• Se respetarán los cursos
fluviales, evitando la
erosión de las orillas, la
suspensión de sedimentos o
la contaminación de las
aguas.
• Se tendrá especial
atención al
encontrar un nido
o una madriguera,
ser prudente y
alejarse con
cuidado es la mejor
opción, tanto si hay
crías como no los
animales pueden
mostrarse agresivos
si se sienten en
peligro.
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11. Al llegar al punto donde se
llevará a cabo la práctica de
escalada es preciso recordar que
la pared objeto fue modelada por
la naturaleza y el tiempo por lo
que se debe respetar su
morfología, evitando la aplicación
de resinas y el uso de martillo y
cincel (shipping) para lograr el
tallado y manufacturado de
presas a nuestra medida.
Tampoco deben abrirse vías alternativas por iniciativa propia,
pues el hacerlo de manera descontrolada degrada el entorno
natural, la roca se debilita y se favorece la erosión.
Además, si se encuentra una
vía en mal estado es necesario
avisar tanto para evitar
accidentes como para que se
tomen las medidas oportunas
en su protección y adecuación.
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12. Fuera de los contextos
anteriormente expuestos
quedan algunas cuestiones
más que tratar como:
• Respetar el patrimonio cultural. Existen multitud de restos
con diferente grado de conservación que se encuentran
perfectamente integrados en la naturaleza. Descubrirlos y
visitarlos enriquece una jornada en el campo y evitar su
degradación por un mal uso garantizará su permanencia en
generaciones futuras.
• Cerrar la vallas que encuentres al pasar por caminos privados
es indispensable, el ganado puede escaparse generando
problemas al dueño de la finca y a otros usuarios. Además, ha
de respetarse el uso de las cañadas permitiendo el paso del
ganado.
• Salir al campo para buscar
lo que hay en la ciudad es
un error. Si no se está
dispuesto a renunciar a un
vehículo a motor, al silencio
o a la falta de comodidades
es mejor recurrir a una
instalación urbana la cual
igualmente se debe respetar.
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13. • Recolectar setas, frutos o flores
puede realizarse siempre que
se conozca la manera de
hacerlo, se tomen las que van
a utilizarse y se conozcan las
especies.
• Disfrutar de las mascotas en
plena naturaleza es un placer
pero hay que evitar que molesten
a otros usuarios o a los animales
de la zona y es preciso recoger
sus excrementos y restos de
comida.
• Aprovechar la jornada para acampar aporta valor añadido
pero no se debe hacer libremente, para ello ha de acudirse a
las zonas habilitadas al respecto. Igualmente, respecto a otras
actividades que acompañen a la jornada de escalada no debe
olvidarse el ser responsable y respetuoso con el entorno.
• Ser sensato es la mejor manera de evitar accidentes, sin
embargo, aun siendo cuidadoso pueden ocurrir, para lo que
habrá que poner en conocimiento a la mayor brevedad a los
servicios de emergencias, facilitándoles toda la información
posible y manteniendo la calma hasta que lleguen.
• Informarse previamente es la
mejor manera para aprender a
respetar y valorar lo que se va
a encontrar. Además, es
indispensable para garantizar
el éxito de la jornada. Existen
multitud de guías, portales web,
puntos de información, centros,
clubs o federaciones a los que
recurrir.
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14. Emprendes el camino de vuelta. El cansancio comienza a ocupar
tu cuerpo pero un sentimiento de satisfacción reluce en tu cara.
El sol cae. Miras atrás y sólo la luz ha cambiado desde que
llegaste y piensas en la próxima vez para volver. No, no quieres
irte. Ya formas parte de todo eso, en realidad sabes que siempre
lo hiciste pero ahora eres consciente. Vuelves a mirar
asegurándote de que nada queda allí. Sí, todo resto de tu
presencia ha desaparecido pero algo de aquel lugar se va contigo.
Comienzas a alejarte. Dejas de ver el monte. Dejas de ver los
árboles. Dejas de sentir el aire correr libre. Llegas a casa. Mañana
rutina. Te das una ducha. Coges el jabón. Cierras el grifo. Sonríes.
Es solo un gesto pero al hacerlo aquel lugar vuelve a ti. No hay
dudas. Sabes qué hacer. Sabes cómo hacerlo. Acabas de hacerlo.
Un gesto. Sólo un gesto y todo es diferente.
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