Las políticas macroeconómicas de estabilización en México entre 1983 y 2005 tuvieron un impacto mixto en el bienestar económico y social. Mientras que las políticas de austeridad lograron controlar la inflación, también provocaron una recesión económica que afectó negativamente los niveles de empleo y pobreza. Sin embargo, las reformas estructurales implementadas durante este período promovieron un mayor crecimiento económico a largo plazo.