Gabriel González Videla fue elegido presidente en 1945 con el apoyo de los partidos Radicales y Liberales. Inicialmente se alió con el Partido Comunista, pero la creciente influencia comunista y el contexto de la Guerra Fría llevaron a González Videla a promulgar la Ley de Defensa Permanente de la Democracia en 1948, marginando políticamente al Partido Comunista y declarándolo ilegal.