2. Con octubre llegó el inicio de campaña. La oportunidad propicia para que los Tigres de Aragua saltarán en defensa de su sexto gallardete
3. De la mano de Horacio Estrada, Aragua comenzó a motivar la armonía, la base del teamwork. Esa etiqueta de campeón que le caracteriza, esa que lo hace el equipo de la década.
4. El marabino Alex Romero comenzó flojo y esperaba la incorporación de los grandeligas Ronny Cedeño, Luis Orlando Rodríguez y Miguel Cabrera, para terminar de armar la alineación de lujo del estratega Welby Bailey .
5. Se incorporó Rodríguez y se le inyectó la motivación necesaria a la alineación, que además fortaleció la línea central por la segura defensa del segundo cojín, por parte del ahora grandeliga de los Padres de San Diego
6. El taponero, Francisco Buttó, recuperó la forma y terminó de sellar los triunfos de los bengalies antes de entrar en diciembre y, ¿por qué no?, de ahí en adelante
7. Se incorporó Miguel Cabrera y los felinos terminaron de engranar la maquinaria que defendió el campeonato. De cuarto y en tercera, el aragüeño se empeñó en aportar para los selváticos
8. Con Cabrera al mando, Aragua clasificó a la postemporada, detrás de Caribes y Cardenales. Ya había aire de campeón y la reedición no parecía una utopía
9. Héctor Giménez y José Santiago encaminaron a los Tigres a su sexta final de la década. El oportunismo del inicialista y la sapiencia del boricua
10. Una batalla de estrategias. Uno; mano dura, con tres títulos encima. El otro; sin títulos, más liberal en el manejo
11. Santiago repitió la dosis y dictó cátedra de pitcheo. Aragua siempre se favoreció con el veterano, quien ganó tres aperturas en el round robin y otras dos en la final para catapultar a la divisa que dirige Bailey
12. La sola presencia de Cabrera generó la alegría de los fanáticos, que nunca dejaron de respaldar a los bengalies hasta que lograron su séptimo campeonato local. Una inspiración que motivó al resto del plantel