En el humano común siempre ha permanecido la pretensión de la verdadera Oración;
no obstante, la posibilidad de que pueda fluir se basa en recuerdo de sí,
del Origen verdadero, dejándose de lado las inclinaciones de la personalidad como las
preocupaciones, los miedos, los deseos; y con una Conciencia previa del “por qué” de
la Oración misma.
Una ofrenda de incienso y perfumes son inadecuados para Dios, pues está lleno de
todas las cosas que existen, y no carece de nada. Adorémoslo más bien con la acción
de gracias.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
En el humano común siempre ha permanecido la pretensión de la verdadera Oración;
no obstante, la posibilidad de que pueda fluir se basa en recuerdo de sí,
del Origen verdadero, dejándose de lado las inclinaciones de la personalidad como las
preocupaciones, los miedos, los deseos; y con una Conciencia previa del “por qué” de
la Oración misma.
Una ofrenda de incienso y perfumes son inadecuados para Dios, pues está lleno de
todas las cosas que existen, y no carece de nada. Adorémoslo más bien con la acción
de gracias.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum