La vigilancia ha emergido como un fenómeno global desde finales de 1940, Internet y la tecnología móvil han sido desarrolladas en un clima de paz que hace imposible garantizar la privacidad y nadie debe esperarla, aunque los usuarios suelen pensar que existe por defecto. Esto nos hace preguntarnos, ¿Cuan fuerte es la seguridad de las actuales plataformas de mensajería instantánea? ¿Se preocupan de nuestra privacidad y seguridad? Hablaremos de la seguridad en plataformas de mensajería móvil y nos centraremos en WhatsApp. WhatsApp no es tan conocido como Facebook o Twitter, pero recientemente ha anunciado que ha sobrepasado los 350 millones de usuarios activos al mes. La historia de WhatsApp esta llena de errores de seguridad, desde mandar los mensajes en claro, pasando por utilizar usuarios y passwords fácilmente adivinables e imposibles de modificar, hasta permitir el almacenamiento de todo tipo de ficheros de manera anónima en sus servidores, entre otras muchas. Esto nos ha llevado a profundizar en la investigación de WhatsApp, descubriendo nuevas vulnerabilidades (que afectan tanto al cliente como al protocolo de mensajería) y creando un sistema que securice las conversaciones mediante varias capas de seguridad. Además, dado que las manifestaciones realizadas por correo electrónico, WhatsApp y demás, son medios de reproducción de la palabra, la imagen y el sonido, éstos podrían ser medios de prueba válidos en derecho y, por tanto, con eficacia probatoria para sustentar o no una demanda judicial. Estos medios de prueba han sido claves en procesos judiciales, tanto en territorio nacional como internacional, y demostraremos que, ya que WhatsApp no almacena las conversaciones en sus servidores, es posible su alteración a voluntad del atacante, de forma indetectable para las actuales técnicas de análisis forense.