Buenas expectativas para la economía bajo una restricción de gastos en el hogar

Encuesta de Expectativas Económicas - agosto 2017
Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA)
Agosto 2017: las expectativas económicas de los argentinos
El Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino
(CECREDA) realizó una encuesta respecto de las percepciones y expectativas
económicas de los argentinos correspondiente al mes de agosto del 2017. Se consultó a
1224 personas sobre su situación económica actual y en comparación al año pasado.
También se indagó respecto de la capacidad de ahorro personal y sobre el consumo, si
éste varió con la situación económica y qué se dejó de adquirir.
Desde CECREDA se utilizó la encuesta como herramienta a fin de recabar las
percepciones y perspectivas de los argentinos respecto de la economía, presentando
especial foco en tres puntos nodales: situación económica actual (comparada con el
2016 y la que se espera vivir en el 2018), consumo y ahorro. Respecto del ahorro, se
evaluó cuánto porcentaje de encuestados es capaz de ahorrar parte de su sueldo y, a su
vez, se consultó sobre los métodos que elige el argentino para hacerlo. En referencia al
consumo, se indagó si la situación económica hizo que el encuestado cambiase sus
consumos. En caso de que la respuesta fuera afirmativa, se consultaba si se vio
mermado en las siguientes áreas:
- Consumo de alimentos, ya sea por cantidad o haber virado a segundas marcas.
- Consumo de indumentaria.
- Consumo de bienes de línea blanca (electrodomésticos, principalmente)
- Recreación y entretenimiento (cine, cenas, etc.)
- Vacaciones

DATOS DE LA BASE DE ENCUESTADOS
Entre los 1224 encuestados, el 35 % son de género femenino, mientras que el
restante 64,7 % pertenecen al masculino. Por otra parte, la muestra es principalmente
joven; el 55,4 % tienen entre 18 y 45 años. Por otra parte, el 37,3% tiene entre 45 y
65, mientras que sólo el 7,4% tienen más de 66 años.
Con respecto a la distribución geográfica, todas las provincias de la Argentina
poseen representación. Aun así, el 25,5 % de los encuestados presentan domicilio en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 25,2 % viven en Gran Buenos Aires, el 11 % en
provincia de Buenos Aires. Por lo que la muestra es representativa en lo que refiere a
las percepciones de los habitantes de grandes zonas urbanas.
En referencia al nivel educativo de los encuestados, resultó ser alto, ya que el
37,3% presenta estudios universitarios incompletos, el 32,8 universitario completo y un
17,6 un título de posgrado o más. Un 10,3 % cuenta con secundario completo. Tan sólo
el 1,5 % no terminó el secundario. De esta forma, se debe recalcar que la base analizada
está caracterizada por un alto nivel educativo (constituyendo el 87,7 % de los
encuestados).
A su vez, se consultó al entrevistado si se encontraba o no trabajando
actualmente. Siendo así que el 86% afirmó encontrarse activamente en el mercado
laboral, mientras que un 13,7 lo negó. Respecto a la misma encuesta realizada en mayo
de este año, se ve un incremento de la cantidad de personas empleadas, esto puede ser
también porque una mayor proporción de la muestra presenta un nivel educativo alto.
Por otra parte, se consultó en qué actividades se desarrollan laboralmente los
encuestados. Siendo así que la gran mayoría se desempeña brindando servicios
profesionales (34,31 %), el 14,9 % trabaja en el comercio, 2,69 % en construcción, 16,9
% en industria, 13,7 % en el sector público (Estado municipal, provincial o nacional),
1,47% en el sector rural y el mismo porcentaje en actividades relacionadas al turismo.
Finalmente, desde CECREDA se debe destacar que la encuesta es representativa
de la población de clase media, con estudios universitarios, principalmente joven
(menores de 45 años que se encuentran insertos en la economía y en puestos laborales
estables) y que viven en grandes ciudades.

PERCEPCIÓN DE LA ECONOMÍA
De la misma forma que en la encuesta realizada en el mes de mayo del 2017, el
53,7% de la muestra define como buena su situación económica actual; en el anterior
relevamiento, el 52,3% respondió lo mismo. Por otra parte, un 33,3% se contrapone
afirmando que su situación es mala (viéndose disminuido este porcentaje respecto de
mayo, cuando dio 35,6); lo mismo se observa con la respuesta “muy mala”, en la
anterior ocasión un 9,9% de la muestra indicó que su situación era muy mala, en agosto
fue del 8,8%. Finalmente, un 2,7% declaró que se encuentra en una situación excelente.
Gráfico 1.
Desde CECREDA se observa una mejora en la percepción de la economía por
parte de los argentinos, aumentaron las respuestas positivas (quienes ven su realidad
como buena y excelente), en detraimiento de quienes creen encontrarse en una situación
mala o muy mala. Esta mejora en la calidad de vida de los argentinos puede ser el
correlato del alza de la industria producido estos últimos meses, la inyección de
inversiones en la economía y una cierta mejora en el consumo.
Gráfico N° 1- Percepción sobre la situación económica actual
Fuente: Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA)
En comparación a agosto del 2016, el 44,1 % de la muestra considera que su
situación económica actual es peor (ver gráfico N° 2). En mayo del 2017, esta afirmación
era dada por el 47,5% de la muestra. Por otra parte, el 36 % considera que su realidad
cotidiana es igual a la del 2016. Esta opción, en comparación a febrero, se ha visto
disminuida un 3,2%. Finalmente, en esta ocasión, el 19,9% asegura que su situación
económica ha mejorado entre agosto del 2016 y el mismo mes del 2017; mientras que,
en mayo, sólo un 13,1% respondía de esta forma.
A partir de las respuestas y, comparándolas con la encuesta de mayo del 2017,
se observa una mejora en la calidad de la vida de las personas con respecto del 2016.
Casi un 7% de la muestra ha virado de considerar su situación igual o peor a mejor. Es

decir, en el segundo semestre del 2017, se han visto mejoradas las situaciones
económicas de los argentinos, siempre comparándolas con las vividas en el 2016 (año
en que se vivió una elevada inflación, crisis económica y de empleo).
Gráfico N° 2- Situación económica actual comparada con el mismo mes del 2016
Por lo visto y explicado en los párrafos anteriores, se observa una mejora en la
situación económica de los argentinos. Este incremento se deduce tanto a partir de cómo
consideran los encuestados su situación actual (si la definen como excelente, buena,
mala o muy mala) y cómo la definen en comparación al mismo período del 2016 (mejor,
igual, peor).
Finalmente, para completar la línea de tiempo pasado-presente-futuro, desde
CECREDA se consultó sobre las expectativas económicas para mayo del 2018. A
diferencia de las otras preguntas, hay un gran porcentaje que no sabe qué perspectiva
a futuro tiene (4,4 %), lo que puede ser un síntoma de la inestabilidad que atraviesa el
país y la poca precisión respecto de las elecciones legislativas a transcurrir en el mes de
octubre.
Presentando un salto respecto de la encuesta del mes de mayo, un 38% considera
que su situación económica será mejor (hubo un incremento del 22%, ya que en mayo
tan sólo un 31% presentó expectativas positivas para el futuro). Mientras tanto, un
33,1% considera que su situación se mantendrá en las mismas condiciones (en el pasado
respondieron 31%). Finalmente, un 24,5% tiene expectativas negativas para su próximo
año, viéndose disminuida drásticamente esta opción, ya que en mayo un 38% de los
encuestados respondieron de esta forma. Gráfico N° 3.
De nuevo, desde el Centro se observa que estas respuestas denotan una mejora
en la economía y en la perspectiva que tienen los argentinos respecto de su situación
particular y familiar.

Gráfico N° 3 – Expectativas económicas para agosto 2018
CONSUMO
Por otra parte, se consultó respecto de los hábitos de consumo a partir de la
situación económica. En ningún momento se definió esta situación económica como
buena, mala o estable, ya que desde el Centro buscamos que los encuestados lo
respondan.
Tal es así que el 78,9% de los encuestados afirmó que la situación económica
impactó su consumo diario, mientras que un 20,1% no vio modificada su forma de gasto.
Un 1% respondió que no sabe y/o no contesta. Aquellos que respondieron que sí vieron
modificados sus hábitos de consumo, se les consultó respecto a qué bienes. Esta
pregunta era de opciones múltiples, por lo que muchos indicaron más de un tipo de bien.
El 55,2% de aquellos que modificaron su consumo a partir de la situación
económica, afirmaron que comenzaron a comprar segundas marcas o dejaron de adquirir
ciertos tipos de alimentos. Por otra parte, el 71,2% afirma que dejó de consumir
indumentaria. A su vez, el 50,9% no adquiere electrodomésticos o bienes de línea
blanca. Mayoritariamente, con un 79,1% de respuestas, la muestra demostró que ha
dejado de gastar su capital en recreación y entretenimiento. El 62,9% afirma que ha
debido reducir su consumo en vacaciones.
A fin de obtener más datos, se entrecruzarán las respuestas dadas por la muestra
a partir de la pregunta respecto de su situación económica actual. Cuadro N° 1
Cuadro N° 1 – Situación económica e impacto de la economía en la forma de consumo

SITUACIÓN ECONÓMICA
ACTUAL
¿MODIFICARON SU FORMA DE CONSUMO?
Sí No Ns/Nc Total
EXCELENTE 27,27% 72,72% 0% 100%
BUENA 68,49% 30,59% 0,91% 100%
MALA 94,85% 3,67% 1,47% 100%
MUY MALA 97,22% 2,77% 0% 100%
NS/NC 83,33% 16,66% 0% 100%
En el cuadro se observa que, cuanto peor define su situación económica el
encuestado, más proporción afirma que ha modificado su forma de consumo. Tal es así
que el 97,22% de los que respondieron que su situación es muy mala, han cambiado
sus hábitos de compra.
En base a la muestra que afirmó modificar sus gastos y a la que no sabe, se
realizó otro cuatro que cruza qué tipos de bienes han debido dejar de consumir. Cuadro
N°2.
Cuadro N°2 – Situación económica y bienes que han dejado de consumir
SITUACIÓN
ECONÓMICA ACTUAL
ALIMENTOS INDUMENTARIA LÍNEA
BLANCA
RECREACIÓN VACACIONES
EXCELENTE 0% 33,33% 100% 0% 0%
BUENA 43,42% 65,13% 45,39% 16,97% 53,28%
MALA 61,83% 74,80% 52,67% 83,96% 70,99%
MUY MALA 82,85% 85,71% 68,57% 85,71% 77,12%
NS/NC 80% 100% 40% 80% 80%
Como se puede observar, cuanto peor es la situación económica, más han
afirmado que limitaron sus consumos. Esto porque una de las variables sobre las que el
ser humano califica su situación económica es la capacidad de compra; si debe modificar
hábitos por la inflación y porque el salario no ha subido acorde a ella, sentirá que su
situación es inferior a la vivida en el pasado.
Aunque los porcentajes se encuentran bastante parejos, se observa que las
personas, principalmente, dejan de consumir en indumentaria y recreación. Puede ser
que los encuestados todavía no estén con la mente en las vacaciones, ya que la encuesta
se realizó durante el mes de agosto y no suele ser una etapa del año en la que se suela
viajar.
A su vez, el porcentaje de restricción de alimentos o cambio de los mismos por
líneas de segunda es mayor a la adquisición de electrodomésticos. Esto puede ser por la
imposibilidad de suplir un bien de línea blanca por algún otro; es decir, en caso de que
se estropee la heladera, será necesario comprar otra. Por otra parte, los bienes
alimenticios pueden ser comprados de forma más económica en mayoristas o
adquiriendo marcas de segunda selección.

AHORRO
A su vez, desde CECREDA se consultó a la muestra respecto de la capacidad de
ahorro. Siendo así que el 43,4% confirmó que a fin de mes puede ahorrar. En
comparación a la misma encuesta realizada en el mes de mayo, se observa un
crecimiento en la proporción de la población que tiene capacidad de ahorro. Siendo así
que en mayo tan sólo era del 39,7%.
Las opciones respecto de las formas de ahorro eran múltiples, por lo que los
encuestados podrían seleccionar más de un tipo, entre ellas se detallaban: plazo fijo y/o
caja de ahorro, compra de bonos y/o títulos públicos, fondos de inversión, inmuebles
y/o “ladrillos”, compra de divisas y otros (Cuadro N° 2)
Cuadro N° 2- Relación entre la situación económica actual y la capacidad de ahorro
FORMA DE AHORRO PORCENTAJE
PLAZO FIJO Y/O CAJA DE AHORRO 43,90%
COMPRA DE BONOS Y/O TÍTULOS PÚBLICOS 11,70%
FONDOS DE INVERSIÓN 16,70%
INMUEBLES Y/O "LADRILLOS" 21,70%
COMPRA DE DIVISAS 45%
OTRO 12%
En comparación a la encuesta realizada por CECREDA en mayo, se observa un
incremento en el ahorro a través del plazo fijo (en dicho mes fue del 37,7%, mientras
que en agosto se dio una respuesta del 43,9%). Se trasladó de la compra de dólares (en
mayo 50%, en agosto 45%) a los plazos fijos y la compra de inmuebles o ladrillos. Aun
así, la compra de divisas continúa liderando las formas de ahorro, demostrando una vez
más que esta actividad está enraizada en la cultura argentina.

CONCLUSIONES:
A modo de conclusión, se puede afirmar que la muestra ha señalado -respecto a
mayo del 2017- que la situación económica particular y familiar da muestras de
mejoramiento; tanto en las preguntas sobre presente, pasado y perspectivas a futuro,
han aumentado los porcentajes que definen favorablemente la situación actual y ven
con miras positivas el 2018. De igual forma, cabe resaltar que mientras el 53,7% de la
muestra define como buena su situación económica actual, el 42,1% afirma que su
situación es mala o muy mala y tan sólo el 2,7% expresa que es excelente.
Por otra parte, aunque también mejoraron los indicadores, el 44,1% de los
encuestados consideran que actualmente se encuentran peor que en el 2016. Mientras
que el 36% afirma que están igual, tan sólo el 19,9% manifiesta encontrarse mejor (en
esta opción se ha visto un incremento importante). Así que, en algunos sectores la
economía hogareña ha mejorado a lo largo de este último año, esto no quita que aún
sea alto el porcentaje de personas que han visto en detrimento sus condiciones de vida
este último año.
Respecto a las expectativas que tienen respecto del futuro, un 38% considera
que su situación económica será mejor (generándose otro incremento en el porcentaje).
Mientras tanto, un 33,1% considera que su situación se mantendrá en las mismas
condiciones. Finalmente, un 24,5% tiene expectativas negativas para su próximo año,
viéndose disminuida drásticamente esta opción, ya que en mayo un 38% de los
encuestados respondieron de esta forma.
Por otra parte, se consultó respecto de los hábitos de consumo a partir de la
situación económica. Tal es así que el 78,9% de los encuestados afirmó que la situación
económica impactó su consumo diario, mientras que un 20,1% no vio modificada su
forma de consumo. Un 1% respondió que no sabe y/o no contesta. Aquellos que
respondieron que sí vieron modificados sus hábitos de consumo, se les consultó respecto
a qué bienes.
El 55,2% de aquellos que modificaron su consumo a partir de la situación
económica, afirmaron que comenzaron a comprar segundas marcas o dejaron de adquirir
ciertos tipos de alimentos. Por otra parte, el 71,2% afirma que dejó de consumir
indumentaria. A su vez, el 50,9% no adquiere electrodomésticos o bienes de línea
blanca. Mayoritariamente, con un 79,1% de respuestas, la muestra demostró que ha
dejado de gastar su capital en recreación y entretenimiento. El 62,9% afirma que ha
debido reducir su consumo en vacaciones. Cuanto peor define su situación económica el
encuestado, más proporción afirma que ha modificado su forma de consumo. Tal es así
que el 97,22% de los que respondieron que su situación es muy mala, han cambiado
sus hábitos de compra.
A su vez, desde CECREDA se consultó a la muestra respecto de la capacidad de
ahorro. Siendo así que el 43,4% confirmó que a fin de mes puede ahorrar. En
comparación a la misma encuesta realizada en el mes de mayo, se observa un
crecimiento en la proporción de la población que tiene capacidad de ahorro. En mayo
tan sólo era del 39,2%. Nuevamente se impone como primera forma de ahorro la compra
de dólares, aunque se observa un incremento en los plazos fijos.

Investigadores
Diego Cúneo es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se
encuentra desarrollando su Doctorado en Desarrollo Económico en la UNQUI.
Actualmente es becario e investigador de IDAES Y CEPLAD, y es becario de CONICET.
Sus áreas de estudio son la Economía de la Innovación, el Cambio Tecnológico y las
Políticas Públicas en Ciencia y Tecnología. Es coordinador y analista del Centro
Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) desde 2014 y, por
hoy por hoy, encabeza la Secretaría de Economía de la organización.
Gabriela Jan estudió Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad de Buenos
Aires (UBA), orientándose en Políticas y Planificación de la Comunicación. Participa como
analista en el Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA)
desde 2014. Hoy en día encabeza la Secretaría de Relaciones Institucionales de la
entidad.
Para más información, escribir al mail contacto@cecreda.org.ar

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