5. Para lograr que la peonza gire, se enrolla un cordel desde la púa hacia la espiga, y luego se lo lanza a la peonza al suelo con un movimiento brusco, sosteniendo el cordón desde el cabo que quedó sobre la espiga. Así se desenrosca al llegar al suelo, y comienza un movimiento giratorio sobre la púa, con un ritmo y duración que varían según el tipo de peonza, el impulso que se le haya dado, y la superficie sobre la que está "bailando". Luego comienza a inclinarse hacia los costados, hasta que pierde su movimiento, y se expresa que la peonza está "muerta".