El documento describe la crisis del sistema de la Restauración y la caída de la Monarquía en España entre 1902 y 1931. Hubo intentos de modernización como el regeneracionismo de Maura, pero también creciente agitación social y crisis en 1909, 1917 y 1921 debido a problemas económicos y conflictos laborales. Esto, junto a la impopular guerra de Marruecos, llevaron al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 y al fin del reinado.
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Tema 9 La crisis del sistema de la restauración y la caída de la monarquía (1902 1931)
1. 1
Tema 9.-La crisis del Sistema de la
Restauración y la caída de la
Monarquía (1902-1931)
1.-Los intentos de modernización.
Regeneracionismo.
2.-La creciente agitación social y las
crisis de 1909, 1917 y 1921.
3.-La dictadura de Primo de Rivera y el fin
del reinado.
2. 2
1.Intentos de modernización. Regeneracionismo.
1. 1. El contexto político y los problemas de España.
Tras el desastre del 98, el período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de
Alfonso XIII, y concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de
Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política. Diversos factores explican
esta situación:
• Intervencionismo político del rey: que no respetó el papel de árbitro que teóricamente
debía jugar. Su apoyo a los sectores más conservadores del ejército culminó con el
respaldo a la Dictadura de Primo de Rivera, que será un elemento clave en el
desprestigio de la monarquía.
• División de los partidos del "turno“: provocada por la desaparición de los líderes
históricos y las disensiones internas.
• Debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano del país.
•Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración:
republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas.
Desde 1917 se sucederían gobiernos de coalición; ni liberales ni conservadores
consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos.
3. 3
En este contexto de inestabilidad política,
el país tuvo que enfrentarse a graves
problemas sociales:
• Agudización de las luchas sociales.
Las posiciones de patrones y
trabajadores se fueron enfrentando cada
vez más, por causa de la industrialización
y de una estructura de propiedad de la
tierra desigual e injusta. Anarquismo y
socialismo, con raíces en el siglo XIX, se
consolidaron.
Los anarquistas predominaron en el
campo andaluz y entre los obreros
industriales de Cataluña, y crearon en
1910 la Confederación Nacional del
Trabajo (CNT), de carácter
anarcosindicalista, que lucharía por
conseguir una sociedad libertaria
mediante la acción directa. Con un
sentido más extremista, en 1927 se fundó
la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
4. 4
Los socialistas destacaron entre la
industria siderúrgica y minera del País
Vasco, Asturias y León, y entre el
proletariado madrileño. De su seno
surgiría como escisión el Partido
Comunista de España (PCE) en 1920,
aunque apenas tuvo relevancia en estos
años.
La conflictividad social aumentó
mucho a partir de 1917. La neutralidad
española en la I Guerra Mundial produjo
grandes beneficios empresariales, pero
también carestía para la mayoría de la
población. En ese contexto hay que
situar el fenómeno del “pistolerismo”
catalán, con enfrentamientos a tiros
entre miembros de los sindicatos libres
(al servicio de los patronos) y del
sindicato único anarquista. Dejó un
reguero de muertos y se prolongó hasta
la llegada de la Dictadura.
5. 5
• La “cuestión religiosa”: se reavivaron las protestas contra el poder de la Iglesia,
especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió por buena parte de la
población urbana y las clases populares. La división entre derecha e izquierda en
muchos casos se manifestó como un conflicto entre clericalismo y anticlericalismo, y se
llevarían a cabo algunas medidas para poner el catolicismo al día, como la fundación de
sindicatos agrarios católicos, con implantación, sobre todo, en zonas rurales del
interior.
• La “cuestión militar”: el ejército, humillado en 1898, recibía críticas crecientes de los
sectores opositores (republicanos, socialistas, nacionalistas), lo que aumentó el
descontento de los militares.
• Consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco.
• El "problema de Marruecos“: la presencia de Francia en el norte de África y la
amenaza de participación de Alemania, llevaron a España a implicarse más en
Marruecos, para evitar el predominio de estos países en el Mediterráneo. Pero habría
otras razones: renovar el prestigio perdido frente a las grandes potencias después de
1898; y dar respuesta a los intereses económicos de la oligarquía financiera. En la
Conferencia de Algeciras (1906) se acordó el reparto entre Francia y España del
territorio marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909 se inició un
conflicto bélico, la guerra de Marruecos, muy impopular en el país, que ensanchó el
foso que separaba al Ejército y la opinión pública, esencialmente las clases populares.
8. 8
1. 2. El regeneracionismo y los intentos de modernización.
El término regeneracionismo encuadra las críticas al sistema de la Restauración,
originado en círculos intelectuales, que acabó por crear un estado de opinión muy
generalizado tras el Desastre del 98.
Su principal teórico fue Joaquín Costa, a quien se sumaron intelectuales de la época,
como Unamuno, Maeztu, Ortega o Azaña, aunque tendrían evoluciones muy diversas.
Sus teorías llegaron a influir en políticos de la Restauración, como Maura.
La reflexión regeneracionista sobre el “problema español” se puede sintetizar en tres
puntos:
• Un diagnóstico pesimista sobre el pasado español. La historia de España es
contemplada como un proceso que desembocaba en una “nación frustrada”.
• La solución a los problemas de España había que buscarla en Europa, donde otros
países más avanzados aparecían como una realidad que gozaba de riqueza material,
orden social, auténticos sistemas parlamentarios y de una expansión popular de la
cultura.
• El sistema político de la Restauración lo resumió Costa en dos rasgos negativos:
oligarquía y caciquismo. El país estaba dirigido por una “minoría absoluta, que atiende
exclusivamente a su interés personal, sacrificándole el bien de la comunidad”.
9. 9
1. 3. La crisis de 1905 y el regeneracionismo
de Maura (el “revisionismo político”).
En 1905 estalló una grave crisis en Cataluña.
En 1901 se había fundado la Lliga Regionalista,
partido nacionalista liderado por Prat de la Riba y
Francesc Cambó. Su victoria en las elecciones
locales de 1905 alarmó al ejército que veía en
peligro la unidad del país.
Los comentarios satíricos anticastrenses en la
publicación barcelonesa Cu-cut, llevaron a que
trescientos oficiales asaltaran e incendiaran las
imprentas. La reacción del gobierno fue ceder
ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de
Jurisdicciones que identificaba las críticas al
Ejército como críticas a la Patria y pasaban a ser
juzgadas por la jurisdicción militar. La reacción
pública fue inmediata. Una nueva coalición
nacionalista, Solidaritat Catalana, consiguió una
clara victoria electoral en 1907, reduciendo
drásticamente la representación de los
conservadores y liberales en Cataluña.
10. 10
En enero de 1907 el rey nombró jefe de Gobierno a
Antonio Maura, líder del Partido Conservador,
que emprendería un ambicioso programa de
gobierno influido por las teorías regeneracionistas.
Desarrolló la Ley de Protección de la Industria
Nacional, un plan de reconstrucción naval y
actuaciones dirigidas a mejorar la situación de la
agricultura.
Para atender las demandas sociales, en 1908
estableció el Instituto Nacional de Previsión
(antecedente de la Seguridad Social), y reguló
también el descanso dominical y la jornada laboral
de mujeres y niños. También modificó la ley
electoral.
Su más ambiciosa reforma sería la Ley de
Administración Local, por la que se creaban las
mancomunidades, asociaciones de las
Diputaciones de cada región, un primer paso hacia
un autogobierno regional. Todo su programa
reformista se vio frenado por la crisis de 1909.
11. 11
2. La creciente agitación social y las crisis de
1909, 1917 y 1921.
2. 1. La Semana Trágica de Barcelona (1909).
Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido desde
principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había culminado
en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que nació
como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la
Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y
antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a
calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana
Trágica: los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una
compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto
aparecieron en Barcelona y Madrid, impidiéndose en la primera el embarco de
soldados.
12. 12
Los primeros choques militares en Marruecos, se saldaron
con el Desastre del Barranco del Lobo (1200 bajas
españolas). El día 26 de julio estalló la huelga general en
Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se
iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos,
enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo
un brutal coste humano: un centenar de muertos,
heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y
culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de
Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y
fundador de la Escuela Moderna.
Los hechos acabaron con el programa reformista de Maura
(dimisión). Mientras, el PSOE conseguía que Pablo
Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal José
Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista
dentro del sistema de la Restauración. Su acción
reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de
guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se
vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente
con su asesinato por un anarquista en 1912. En
adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los
partidos del turno.
13. 13
2. 2. La crisis de 1917.
El mal reparto social de los beneficios del
boom económico y la creciente inflación
llevaron a una profunda y compleja crisis en
1917. En ella podemos distinguir diversos
aspectos:
• Crisis militar: El descontento entre los
oficiales "peninsulares" ante los rápidos y, a
veces inmerecidos, ascensos de los
"africanistas" culminó con la creación de las
Juntas de Defensa; especie de sindicatos
militares. Inicialmente reprimidas por el
presidente García Prieto, sus amenazas
llevan a Alfonso XIII a destituirle y dar el
gobierno a Eduardo Dato (conservador),
quien las aceptó aunque iban contra la
disciplina militar y la subordinación del
ejército al poder civil. Como no tenía el
apoyo del parlamento, el nuevo mandatario
cerró las Cortes.Manuel García Prieto, el presidente astorgano
14. 14
• Crisis parlamentaria: Ante la suspensión de
las garantías constitucionales por parte de Dato,
sesenta y ocho diputados y senadores de la
Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e
incluso del partido liberal constituyeron en
Barcelona una Asamblea Nacional de
Parlamentarios que demandó un cambio de
gobierno y la convocatoria de Cortes
Constituyentes. El Gobierno la disuelve
mediante el empleo de la fuerza.
• Crisis social: la huelga general de 1917:
Convocada en agosto por CNT y UGT tuvo un
amplio seguimiento en las ciudades y se saldó
con un centenar de muertos y miles de
detenidos.Comité organizador de la huelga
y movilizaciones
Eduardo Dato
15. 15
La huelga general, sin embargo, trajo
inmediatas consecuencias. Ante la amenaza de
revolución obrera, las Juntas de Defensa
abandonaron sus peticiones y apoyaron la
represión contra los huelguistas.
Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato y la
formación de un gobierno de coalición con la
participación de la Lliga Regionalista trajo la
inmediata desactivación de la Asamblea de
Parlamentarios.
Dentro del contexto de enfrentamiento entre
anarquistas y empresarios, la aplicación de la
"Ley de Fugas", que establecía la pura y
simple ejecución sin juicio de los detenidos
exacerbó aún más el conflicto.
La respuesta anarquista llegó en 1921 con el
asesinato de Eduardo Dato, presidente del
gobierno. Dos años después, el líder
anarquista Salvador Seguí murió asesinado.
Eduardo Dato reunido con el Rey
y el líder anarquista Salvador Seguí
16. 16
2. 3. Marruecos y la crisis de 1921.
Cuando la guerra duraba ya tres años, en 1912,
Francia y España pactaron un nuevo reparto de
Marruecos para mejor hacer frente a la resistencia
de las cabilas rifeñas.
Tras finalizar la I Guerra Mundial, el general
Berenguer se pondría al frente de un ejército mal
preparado y equipado, en el que destacaban los
Regulares, tropas indígenas, y la Legión, cuerpo
fundado por Francisco Franco y Millán Astray a
imagen de la Legión extranjera francesa.
En el verano de 1921, las tropas españolas se
embarcaron en una acción mal planificada dirigida
por el general Fernández Silvestre. El líder
guerrillero Abd-el-Krim, atacó las posiciones
españolas con una fiereza tal que provocó las
desbandada de las tropas. Mientras los soldados
huían, fueron perseguidos y masacrados. El
episodio se conoce como el Desastre de Annual,
que costó más de doce mil muertos, entre ellos el
general Fernández Silvestre.
17. 17
Aquellos hechos provocaron una terrible impresión en
una opinión pública contraria a la guerra. Hubo
grandes protestas en el país y los republicanos y
socialistas se apresuraron a reclamar el abandono de
Marruecos.
La presión de la opinión pública llevó a la formación
de una comisión militar que investigara sobre los
acontecimientos. Su resultado fue el Expediente
Picasso, informe redactado por el General de División
Juan Picasso. Pese a las trabas que le pusieron las
compañías mineras interesadas en el dominio de
Marruecos y altos cargos del gobierno y el ejército, el
expediente ponía en evidencia enormes
irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército
español destinado en África.
El expediente no llegó a suponer responsabilidades
políticas ni criminales. Antes de que la comisión del
Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su
dictamen, el 13 de septiembre el general Miguel
Primo de Rivera dio un golpe de estado y estableció
una dictadura militar.
Soldado herido en Marruecos
Retrato de Millán Astray
18. 18
3. La dictadura de Primo de Rivera y el fin del
reinado.
3. 1. Las causas del golpe de Estado:
Diversos factores explican que la dictadura militar
empezara a contemplarse como una solución a la
crisis del país entre la alta burguesía, gran parte
de las clases medias y el Ejército:
• Descontento del ejército tras el desastre de
Annual y el afán de evitar las consecuencias del
expediente Picasso para algunos importantes
generales, entre ellos el general Berenguer.
• Auge de los nacionalismos periféricos y
ascenso de republicanos y del movimiento
obrero.
• El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha
sobre Roma en 1922 y el ascenso al poder de
Mussolini.El general Primo de Rivera y Benito Mussolini
19. 19
3. 2. El golpe de Estado de 1923.
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña Miguel Primo de
Rivera, dio un golpe de Estado. Alfonso XIII se apresuró a aceptar el pronunciamiento
y encargó al general sublevado la formación de un nuevo Gobierno o Directorio
compuesto exclusivamente por militares.
Las primeras medidas se encaminaron a establecer una férrea dictadura militar.
Primo se convirtió en ministro único, asesorado por un Directorio Militar. Se
declaró el estado de guerra en todo el país y los mandos militares se hicieron cargo
de los gobiernos civiles. Se declaró la suspensión de las garantías constitucionales y
se disolvieron las Cortes.
La actitud de la población osciló entre la
satisfacción y la pasividad. La burguesía
pensaba en un rápido restablecimiento del
orden, mientras muchos españoles vieron
en el pronunciamiento el ideal
“regeneracionista” de poner fin a la corrupta
“vieja política”. Dentro del movimiento
obrero, los socialistas adoptaron una
posición expectante y cauta, y sólo los
anarquistas trataron de ofrecer resistencia.
La oposición crecería a medida que la
situación se prolongaba.
El rey despacha con el General Primo de Rivera
20. 20
3. 3. El Directorio Militar (1923-1925).
Tras el nuevo gobierno estaría el mismo bloque de poder que había dominado el país
durante la Restauración, la oligarquía de terratenientes e industriales.
El Directorio Militar tomó rápidamente medidas para controlar la situación:
• Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la lengua catalana al
terreno privado.
• Política de "mano dura" en todo lo referente al orden público.
• Formación de la Unión Patriótica, partido único bajo la dirección de un militar. Se
trataba de seguir el modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia.
• El Desembarco de Alhucemas en 1925, el primer desembarco anfibio moderno de la
Historia, fue un gran éxito del gabinete, y puso fin de la resistencia de las cabilas del Rif .
Su líder Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos francés.
El fin de la guerra en Marruecos les dio gran popularidad al dictador, animándole a
continuar al frente del país.
21. 21
3. 4. El Directorio Civil (1925-1930).
En diciembre de 1925 se restableció el
Consejo de Ministros, sustituyendo al
Directorio Militar. Se trataba de
institucionalizar la dictadura. El nuevo
gobierno fue conocido como Directorio
civil por la entrada de políticos civiles,
como José Calvo Sotelo (ministro de
Hacienda) o el conde de Guadalhorce
(Fomento).
En 1927 se creó la Asamblea
Nacional Consultiva formada en su
mayoría por miembros de la Unión
Patriótica elegidos mediante sufragio
restringido (copia del Gran Consejo
Fascista). Fue inoperante: su proyecto
de una nueva Constitución disgustó a
casi todos. A la altura de 1929, la
Dictadura apenas tenía respaldo,
empezando por el rey.
Directorio Militar
José Calvo Sotelo
22. 22
Podemos sintetizar la política del nuevo
gabinete en tres ámbitos:
• Política económica: desarrolló una
política de nacionalismo económico en un
contexto internacional favorable (los “felices
veinte”). Creó el monopolio de petróleos
(CAMPSA) y la Telefónica. Intentó introducir
un impuesto global sobre la renta, que tuvo
muchas resistencias.
• Obras Públicas: puso en práctica
ambiciosas obras hidráulicas, amplió la red
carreteras y modernizó la de ferrocarriles.
• Política laboral: creó los “comités
paritarios” para resolver los conflictos
entre obreros y patronos. Se inspiró en
algunos aspectos del corporativismo
fascista y contó con la colaboración de los
socialistas. Estas medidas, combinadas con
la represión, redujeron la conflictividad
social.
23. 23
3. 5. La oposición al régimen y la caída de Primo de Rivera.
En sus comienzos, la oposición se limitó a algunos representantes de la “vieja
política” (liberales y conservadores). En cuanto al movimiento obrero, la oposición de
los anarcosindicalistas fue liquidada de forma contundente y rápida.
Más importancia tuvo la oposición de los intelectuales. El más destacado fue Miguel
de Unamuno, cesado en sus cargos académicos y desterrado a Fuerteventura. Huyó
y se refugió en Hendaya, desde donde hostigó sin descanso a la Dictadura. A partir de
1927, esta actitud intelectual conectó con un movimiento estudiantil organizado en la
Federación Universitaria Escolar (FUE), que protagonizó protestas. El Gobierno
cerró varias universidades.
Los grupos republicanos, muy divididos y dispersos, se fueron reorganizando.
Lerroux creó la Alianza Republicana y Azaña fundó Acción Republicana.
Surgieron disensiones en el propio ejército.
La crisis mundial de 1929 devolvió a España la huelga y el desorden social,
acrecentando el descontento. Entonces los socialistas se apartaron de la
colaboración y se decantaron con claridad por la salida republicana. El 27 de enero de
1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al monarca, que se apresuró a aceptarla.
El general murió en Francia dos meses después.
24. 24
3. 6. De la monarquía a la república.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII
nombró jefe de Gobierno al general Berenguer.
Se iniciaba así un período conocido
humorísticamente como la "Dictablanda", en el
que se intentó infructuosamente volver a la
situación previa a 1923.
Los partidos tradicionales, liberales y
conservadores, eran incapaces de articular un
sistema de partidos aceptable por la sociedad
española. La lentitud en la vuelta a las libertades
constitucionales, fue aprovechada por una
oposición que cada vez conseguía más apoyo.
En agosto de 1930 republicanos, socialistas y
otros grupos de oposición firmaron el
denominado Pacto de San Sebastián, por el
que se comprometían a derrocar la monarquía e
instaurar un régimen democrático. Para
coordinar la labor de oposición crearon un
Comité Revolucionario presidido por Niceto
Alcalá Zamora, republicano bastante
conservador.
El general Berenguer
25. 25
Con un Alfonso XIII vez más aislado, incluso los
militares empezaron a ver con buenos ojos las
posibilidad republicana. Incluso la CNT apoyo a la
conspiración para traer la República.
El 15 de diciembre de 1930, fracasó una
sublevación militar republicana en Jaca. Sus
líderes, Galán y García Hernández, fueron
juzgados y ejecutados. La mayor parte del Comité
Revolucionario fue detenido, en medio de un
creciente descontento antimonárquico.
Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931 dando
paso a un nuevo gobierno presidido por el
almirante Aznar. El nuevo gabinete convocó
elecciones municipales para el 12 de abril, se
trataba de ir volviendo poco a poco a la legalidad
constitucional. Sin embargo, las elecciones locales
se convirtieron en un plebiscito sobre la
monarquía. El triunfo aplastante en las zonas
urbanas de las candidaturas republicanas y
socialistas precipitaron la abdicación del rey y la
proclamación de la República el 14 de abril de
1931.
Galán y García Hernández
Proclamación de la II República