4° SES MATE DESCOMP. ADIT. DE NUMEROS SOBRE CASOS DE DENGUE 9-4-24 (1).docx
Cruz roja
1. INTRODUCCION
El CICR, fundado en 1863, trabaja en todo el mundo para prestar ayuda humanitaria a las
personas afectadas por los conflictos y la violencia armada, y para promover las leyes por
las que se protege a las víctimas de la guerra. Es una Institución independiente y neutral,
su cometido dimana esencialmente de los Convenios de Ginebra de 1949. Sito en Ginebra,
Suiza, emplea a unas 14.500 personas en 80 países; su financiación estriba principalmente
en los donativos voluntarios procedentes de los Gobiernos y de las Sociedades Nacionales
de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante CICR) nació del gesto solidario y de
las ideas humanitarias de un hombre preocupado por el sufrimiento de las víctimas de las
guerras de su época.
Es una organización independiente, privada y neutral, con sede en Ginebra, integrada por
ciudadanos suizos y actúa en el mundo entero para proteger y socorrer a las víctimas de
los conflictos armados.
Los dirigentes del CICR son de nacionalidad Suiza. El órgano supremo es un Comité
integrado por 25 miembros como máximo, elegido por cooptación de entre personalidades
helvéticas que tienen, a la vez, experiencia en asuntos internacionales y un compromiso con
la causa humanitaria. El Comité se reúne ocho veces al año en Asamblea, en la que se
determinan la política general y los principios de acción de la Institución. Siete miembros del
Comité forman el Consejo Ejecutivo que se encarga de dirigir los asuntos operacionales y
supervisar directamente la administración.
La acción del CICR se basa en los Convenios de Ginebra y en sus Protocolos Adicionales,
así como en los Estatutos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja y en las Conferencias Internacionales.
FUNDAMENTOS JURIDICOS
En los conflictos armados internacionales, la comunidad internacional asigna, en los
cuatro Convenios de Ginebra y en el Protocolo Adicional I, diversas tareas al CICR
y le reconoce el derecho de visita a los prisioneros de guerra y a los internados civiles,
así como un amplio derecho de iniciativa.
En conflictos armados no internacionales, los Estados reconocen al CICR un derecho
de iniciativa, que se menciona en los cuatro Convenios de Ginebra.
En disturbios interiores o tensiones internas o en cualquier otra situación que
justifique su acción humanitaria propone sus servicios a los Estados, sin que tal
ofrecimiento sea una injerencia.
MISION
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organización imparcial, neutral e
independiente, tiene la misión exclusivamente humanitaria de proteger la vida y la dignidad
de las víctimas de la guerra y de la violencia interna, así como de prestarles asistencia. En
las situaciones de conflicto, dirige y coordina las actividades internacionales de socorro del
2. Movimiento. Procura, asimismo, prevenir el sufrimiento mediante la promoción y el
fortalecimiento del derecho humanitario y de los principios humanitarios universales. Del
CICR, fundado en 1863, nació el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja.
OBJETIVOS
En tiempo de guerra: Protección y asistencia a las víctimas de los conflictos armados. Para
ello desarrolla las siguientes actividades:
Protección a los prisioneros de guerra.
Búsquedas.
Asistencia sanitaria.
Ayuda Humanitaria.
Vigilancia del cumplimiento por parte de los beligerantes del Derecho Internacional
Humanitario (DIH).
Mediador neutral.
En todo tiempo: Desarrollo y difusión del DIH.
En tiempo de conflicto su acción consiste básicamente en llegar donde estén las personas
que necesiten protección. Los delegados del CICR visitan los hospitales, los campamentos,
los lugares de trabajo, las prisiones o cualquier otro lugar donde haya cautivos. Estas visitas
se realizan según unos criterios muy precisos:
Que puedan ver a todos los prisioneros.
Que tengan acceso a todos los lugares de detención y puedan repetir las visitas.
Que dispongan de la lista de las personas que han de visitar.
Las visitas del CICR se efectúan para comprobar las condiciones materiales y psicológicas
de la detención, y no los motivos de la misma. En caso de necesidad, se distribuyen
socorros, y se interviene ante las autoridades cada vez que se compruebe la necesidad de
tomar medidas para mejorar el trato de los presos o los detenidos. Los informes redactados
tras esas visitas son confidenciales; no se remiten más que a las autoridades detentoras
(así como en el caso de prisioneros de guerra, a la Potencia de origen).
ESTRUCTURA
El CICR está dirigido por la Asamblea, el Consejo de la Asamblea (órgano subsidiario de la
Asamblea en que ésta delega algunas de sus competencias) y la Dirección (órgano
ejecutivo). Tanto la Asamblea, integrada por 15 a 25 miembros de nacionalidad suiza,
reclutados por cooptación, como el Consejo de la Asamblea están presididos por el señor
Peter Maurer, presidente del CICR desde el 1º de julio de 2012. Lo asisten dos
vicepresidentes, el señor Olivier Vodoz y la señora Christine Beerli.
3. Peter Maurer
presidente
Christine Beerli
vicepresidente permanente
EMBLEMAS DE HUMANIDAD
La cruz roja, la media luna roja y el cristal rojo confieren protección al personal sanitario de
las fuerzas armadas y a los colaboradores humanitarios en los conflictos armados. Además,
los emblemas son utilizados por las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja de los distintos países a título identificativo.
Historia de los emblemas
El primer emblema fue creado en 1864. En ese año, los Gobiernos presentes en la
conferencia diplomática que aprobó el Primer Convenio de Ginebra decidieron que era
necesario adoptar un símbolo neutral claro para proteger al personal médico y las unidades
sanitarias en los campos de batalla. Eligieron una cruz roja sobre fondo blanco: una imagen
invertida de la bandera de Suiza, potencia neutral. El símbolo resultante tenía la ventaja de
que era fácil de realizar y de reconocer a la distancia, gracias a sus colores contrastantes.
En los años siguientes, varias organizaciones nacionales de socorro adoptaron el nombre
de “sociedades de la cruz roja”, estableciendo así el uso del emblema a título indicativo.
La intención original de la conferencia de 1864 era crear un signo de protección universal,
neutral y distintivo que todos pudieran utilizar y reconocer. Pero una década más tarde,
durante la guerra entre Rusia y Turquía, el Imperio Otomano adoptó la media luna roja como
símbolo de protección, aunque sin dejar de reconocer y respetar la cruz roja. Persia también
empezó a utilizar su propio símbolo y, en 1929, los gobiernos reconocieron formalmente los
tres emblemas.
4. La situación permaneció invariable hasta 1980, cuando Irán abandonó el antiguo símbolo
persa –el león y el sol rojos– y adoptó la media luna roja. En la década de 1990 surgieron
dudas acerca de la neutralidad de la cruz roja y la media luna roja en ciertos conflictos de
carácter complejo, de modo que en 1992, el entonces presidente del CICR propuso que se
creara un emblema adicional que careciese de toda connotación nacional, política o
religiosa. Así fue que en 2005, los gobiernos adoptaron un tercer símbolo protector, el cristal
rojo.
Emblemas de humanidad
USO INDICATIVO
¿QUIÉNES TIENEN DERECHO A UTILIZAR LOS EMBLEMAS?
En tiempo de conflicto armado
Las Sociedades Nacionales
La Federación Internacional
El CICR
En tiempo de paz
Los organismos, personas y bienes vinculados con uno de los componentes del
Movimiento: las Sociedades Nacionales, el CICR y la Federación Internacional;
Las ambulancias y los puestos de primeros auxilios exclusivamente reservados para
la asistencia gratuita de los heridos y enfermos, como medida excepcional, de
conformidad con la legislación nacional y con expresa autorización de la Sociedad
Nacional.
USO PROTECTOR
¿QUIÉNES TIENEN DERECHO A UTILIZAR LOS EMBLEMAS?
En tiempo de conflicto armado
Los servicios sanitarios y el personal religioso de las fuerzas armadas.
El personal médico, las unidades y los medios de transporte sanitarios de las
SociedadesNacionales, cuando se ponen a disposiciónde los servicios sanitarios de
las fuerzas armadas, con sujeción a las leyes y reglamentos militares.
Con la expresa autorización del Gobierno y bajo su control, los hospitales y las
unidades sanitarias civiles, las sociedades de ayuda voluntaria, las instalaciones
médicas y su personal, así como los medios de transporte sanitarios civiles asignados
a la atención y transporte de los heridos, enfermos y náufragos.
En tiempo de paz
El personal de los servicios sanitarios y religiosos de las fuerzas armadas;
Las instalaciones sanitarias y medios de transporte de las Sociedades Nacionales
que deban funcionar como tales, con el consentimiento de las autoridades, en caso
de conflicto armado.
5. USO ABUSIVO DE LOS EMBLEMAS
Todo uso abusivo de los emblemas puede disminuir su valor protector y menoscabar la
eficacia de la ayuda humanitaria.
IMITACIÓN
La utilización de cualquier signo que, a raíz de su forma y/o color, pueda confundirse con
uno de los emblemas.
USO INDEBIDO
La utilización de un signo distintivo en contravención de las normas pertinentes del derecho
internacional humanitario. La utilización de un emblema por personas o entidades que no
tienen derecho a hacerlo (empresas comerciales, farmacéuticos, médicos privados, ONG,
particulares) o para fines que no se avienen con los Principios Fundamentales del
Movimiento.
PERFIDIA
La utilización del emblema distintivo durante un conflicto armado para proteger a
combatientes o material de guerra y con la intención de engañar al adversario. El uso pérfido
del emblema se considera un crimen de guerra cuando es causa de muerte o de lesiones
personales graves.
6. Historia del CICR
La fundación
El Comité que más tarde sería el Comité Internacional de la Cruz Roja se reunió por primera
vez en febrero de 1863, en Ginebra, Suiza. Entre sus cinco miembros había un hombre del
lugar llamado Henry Dunant, quien un año antes había publicado un libro con el cual hizo
campaña, Recuerdo de Solferino, en el que hacía un llamamiento para mejorar la asistencia
a los soldados heridos en tiempo de guerra.
A finales de año, el Comité había congregado a representantes para convenir, según la
propuesta de Dunant, en el establecimiento de Sociedades Nacionales de socorro a fin de
que fueran auxiliares de los servicios sanitarios de los ejércitos. Y, en agosto de 1864,
persuadió a los Gobiernos a que aprueben el primer Convenio de Ginebra. Por ese tratado
los ejércitos tenían la obligación prestar asistencia a los soldados heridos,
independientemente del bando al que pertenecían, y se introdujo un emblema uniforme para
los servicios sanitarios: una cruz roja sobre fondo blanco.
El cometido del CICR era al principio el de coordinar. Pero, paulatinamente, se iba
implicando más en las actividades operacionales sobre el terreno, en tanto que descollaba
la necesidad de un intermediario neutral entre los beligerantes. Los siguientes 50 años, el
CICR expandió su labor, en tanto que se iban estableciendo las Sociedades Nacionales (la
primera, en el estado alemán de Württemberg, en noviembre de 1863) y se adaptó el
Convenio de Ginebra para incluir la guerra en el mar
Primera Guerra Mundial, 1914-1918
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, basándose en la experiencia adquirida en otros
conflictos, el CICR abrió una Agencia Central de Prisioneros de Guerra, en Ginebra, cuya
finalidad era restablecer el contacto entre los soldados capturados y sus familiares.
Siguió innovando: sus visitas a los prisioneros de guerra aumentaron durante este período;
intervino acerca del uso de armas que causan sufrimientos excesivos: en 1918, hizo un
llamamiento a los beligerantes para que renuncien al uso del gas mostaza. Ese mismo año,
en Hungría, visitó por primera vez a prisioneros políticos.
Las mismas Sociedades Nacionales emprendieron una movilización sin precedentes, en la
cual voluntarios dirigían los servicios de ambulancia sobre campo de batalla y prestaban
asistencia los heridos en los hospitales. Para la Cruz Roja de muchos países, era su hora
más pura.
1918-1939
Después de la guerra, muchas Sociedades Nacionales consideraron que, con el
advenimiento de la paz y las esperanzas de un nuevo orden mundial, el cometido de la Cruz
Roja tenía que cambiar. En 1919, fundaron la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, prevista
como el futuro órgano de coordinación y de apoyo para el Movimiento. Pero los conflictos
durante los decenios de 1920 y de 1930 pusieron de relieve la necesidad de un intermediario
7. neutral, y el CICR siguió activo, cada vez más fuera de Europa (Etiopía, América del Sur,
Lejano Oriente) y en las guerras civiles (especialmente en España).
En 1929, el CICR persuadió a los Gobiernos a que aprueben un nuevo Convenio de
Ginebra, a fin de prestar mayor protección a los prisioneros de guerra. Pero, a pesar de las
evidentes amenazas mayores que entrañaba la guerra moderna, no pudo lograr a tiempo
que convinieran en nuevas leyes para proteger a los civiles, para prevenir las atrocidades
de la Segunda Guerra Mundial.
Segunda Guerra Mundial, 1939-1945
En la Segunda Guerra Mundial se registró una gran expansión de actividades, cuando la
Institución intentó obrar para prestar asistencia y proteger a las víctimas de todos los
bandos. El CICR y la Liga trabajaron conjuntamente para enviar socorros en todo el mundo,
en favor de prisioneros de guerra y de la población civil. Los delegados del CICR visitaron
a prisioneros de guerra en todo el mundo y ayudaron en el intercambio de millones de
mensajes de Cruz Roja entre familiares. Durante años, tras la guerra, el CICR gestionó
solicitudes de noticias acerca de familiares desaparecidos.
Sin embargo, en este período también se registró el mayor fracaso del CICR: su falta de
acción en favor de las víctimas del Holocausto y otros grupos perseguidos. Carente de una
base jurídica específica, vinculado por sus procedimientos tradicionales y trabado por sus
vínculos con la clase política suiza, fue incapaz de tomar una acción decisiva o manifestarse
públicamente. Se dejó a los delegados del CICR que hicieran por su cuenta lo podían para
salvar a grupos de judíos.
Desde 1945
Desde 1945, el CICR, ha continuado instando a los Gobiernos a que fortalecieran el derecho
internacional humanitario, y lo respeten. Ha intentado afrontar las consecuencias de índole
humanitaria de los conflictos que marcaron un hito en la segunda mitad del siglo XX,
comenzando por Israel y Palestina, en 1948.
En 1949, tras iniciativa del CICR, los Estados acordaron examinar los tres Convenios de
Ginebra vigentes (que versan sobre los heridos y los enfermos en el campo de batalla, las
víctimas de la guerra en el mar y los prisioneros de guerra) y añadir un cuarto Convenio, a
fin de proteger a los civiles que viven bajo el control del enemigo. En los Convenios se
dispone el cometido principal del CICR en situaciones de conflicto armado.
Y en 1977, se aprobaron dos Protocolos adicionales a los Convenios. El Protocolo I es
aplicable en conflictos armados internacionales; el segundo, en conflictos internos, un
progreso importante. En los Protocolos también se sentaron normas relativas a la
conducción de las hostilidades.
Desde 1863, el CICR –tres veces galardonado con el premio Nobel de de la paz– se ha
desarrollado de manera insospechada para sus fundadores. Sin embargo, su perspectiva
es la misma: prestar asistencia, y procurar proteger, a las víctimas de la guerra y de la
violencia interna.