SlideShare a Scribd company logo
1 of 184
Download to read offline
La remolienda
     y otras obras de teatro




E 1 M LJ N 1) O   f)   E L t S L E f R r S
© 1993, ALEJAN DRO SJEVEKI C
          Insc ripció n Nº 87.924, Santiago de Chil e.

  Derechos de edi ció n reservados para todos los países por
                © Edito ria l Uni ve rsitaria, S.A.
    Avda. Be rn ard o O ' Higgins 1050. Sa ntiago de Chile .

                    e di to r@unive rsita t·ia.cl

Ningun a parte de este libro , incluido e l dise ño de la po rtada,
 puede se r re producida, tra nsmitida o almace nada, sea por
      procedimi e ntos mecánicos, ó pti cos, quími cos o
            elec u·ó ni cos, incluidas las fo tocopias,
                sin pe rmiso esc rito de l edito t·.

                      ISB    95frll -l 843-2

  Tex to compu esto e n tipografía !TC New Baskerville 10/12

                Se terminó de imptimir esta
                     OCTAVA EDJ CIÓ N,
                     de 1.500 ej e mpla res
         en lo talle res de Impre nta Salesia nos S.A.
          Gene ra l Ga na 1486, Sa nti ago de Chil e,
                       e n mayo de 2006.

              DISEt0 DE PORTADA Y DlAGRrMACIÓN
                      Paula Díaz Rodríguez
                       l enny Isla Rodriguez




             w ww . uni ve r s itaria.cl




              IMP RESO EN C HIL E / PRJ NTE D 1 CHILE
Alejandro Sieveking




   La remolienda
y otras obras de teatro
           Prólogo
       Eduardo Guerrero




  EDITORIAL UNIVERSITARIA
Visite nuestro catá l ogo en

 ww w. un i ver s i ta r i a. e 1
_.
                          In dice




Prólogo de Eduardo Guerrero           9


1   GENUAS PALOMAS                   19


T RES T RI STES T IGRES              69


LA   REMO LI ENDA                   121


M ONTAJ ES DE LAS OBRAS             181
Prólogo




La creación d e los tea tros unive rsitarios - el 4 1 el Teatro Ex-
perimen tal de la U nive rsidad d e Chile y e l 43 e l Teatro d e
Ensayo de la U niversidad Cató lica- di o luga r e n los añ os
cin cuen ta y sesenta a espectác ul os qu e "revolucion aro n " el
ambie n te santi aguino . Así, fi e l a sus pro pias d e n o minacio n es
- experimental y e nsayo- se p reocuparon d e desarrollar u n
repertorio que die ra cu e n ta d el estad o ac tu al de la d ram a-
turgia universal (Io n esco, Miller, Pin ter, Bec ke tt ... ), sin d ej ar
al margen el interés por la teatralidad d e los mo n taj es, co n-
siderando la co nju nció n de los le n guaj es involucrad os en la
pues ta.
    Es te cambio de pe rspectivas n o sólo se manifestó en un
mejoramien to grad ual d e las técni cas de ac tuació n (asimila-
ció n d e corri e ntes extra nj e ras), d e un trabaj o colectivo e n
la producción teatral, un man ej o más ad ec uad o d e los ins-
trume ntos físicos, sino que tambié n permitió que n aciera un
grupo d e drama turgos conscientes d e su importante papel
p ro tagó ni co e n esta re n ovació n ele la esce na n acion al: "La
gen e rac ió n ac tual es, indisc utible m ente, el resultad o d el m o-
vi mie nto re novad o r ele 1941. Estos auto res n acie ron y se va n
pe rfeccio nando de ntro d e la pe rm a ne nte labo r de los teatros
u niver~ ita ri os" (Domingo Piga) .
    De e ta ma ne ra, e n torno a es te proceso, se gen e ra un tra-
baj o d ra ma túrgico e n lo qu e se h a d e no minad o generación del
50 o generación de dramaturgos de los teatros universitarios, y qu e
comien za a d ar fruto e n los añ os sesenta, co n el ap orte d e a u-
to res como J o rge Díaz, Ego n Wolff, Sergio Voda novic, Isido ra

                                    9
Aguirre, Luis Alberto Heiremans, Alejandro Sieveking, por
nombrar los de mayor trascendencia.


           Entre el realismo folklórico y el realismo crítico

A pesar de que el grueso de su obra data de antes del golpe
militar de 1973 y, en consecuencia, de su partida a Costa Rica,
Alejandro Sieveking (1934) sigue siendo un nombre vigente
en la escena nacional, no sólo por e l estreno o reestreno de
algunas de sus más connotadas piezas (con una producción
cercana a los treinta títulos), sino por su dedicación ciento
por ciento profesional al oficio, tanto como d irector, actor,
profesor, estudio o del teatro. Además, una obra como La re-
molienda -con sus mú ltiples puestas en escena a lo largo de l
paí -      e puede con iderar, sin discusión, como un clásico
del teatro chileno.
      Dentro de los posibles cambios y variaciones de su dra-
maturgia, siguen siendo plenamente válidas las siguientes
palabras de Alejandro Sieveking, publi cadas en 1966 en e l vo-
lumen de Teatro Chileno Actual: "Actualmente me siento entre
dos corrientes. La primera, un teatro in pirado en el folklore
( ... ). La segunda corriente por la cual me siento profunda-
mente atraído es el teatro social". De esta mane ra, sin dejar
de lado un primer momento marcado por un realismo psico-
lógico (en obras como Mi hermano Cristián, El paraíso semiper-
dido, Cuando no está la pared, Parecido a la felicidad, La madre de
los conejos, todas de fines de los años cincuenta y comienzos
de los sesenta), es pertinente d istingui r dos etapas e n la d ra-
maturgia de Sieveking: realismo fo lklórico-poético y realismo
crítico-social.
      En re lación con este realismo fo lklórico poético, e l pro-
p io dramatu rgo enfatiza: "Más que nada, nace de un afá n d e
encontrar raíces abso lutamente chile nas y de la necesidad de
hacer un teatro popular". Asi, el paradigma d e esta corri ente

                                  10
lo constituye una obra como La remolienda ( 1965) , "pequeño
clásico criollista" (Gastó n v. d . Bussch e). De ntro d e esta vi-
sión , e n su aspecto global, tambié n p od emos nombrar otras
obras, d o n de lo p o pular, lo costumb rista, lo mitológico , p a-
san a consti tuirse en elem e ntos sign ifi cantes: El cherube, Ani-
mas de día claro, Manuel Leonidas Donaire y las cin co mujeres que
lloraban por él e incluso La comadre Lo la ( 1985 ) , cuya historia
está ambientad a a fi n es d e los años cincu e n ta en un barrio
popular de Santiago.
    Por su parte, e l realism o críti co-social se inserta en la pre-
ocupació n por "escribir un testimo nio d el mo me nto actual",
manifestand o un interés tanto en lo estrictam e nte socia l com o
en lo político. O bras com o Tres tristes tigres, Peligro a cincuenta
metros (en colabo ración co n J osé Pined a), Cama de batalla, Pe-
queños animales abatidos, d en tro d e su diversidad , so n buenos
ejem plos para recalcar temáticas relacion adas co n esta visió n
de una sociedad, much as veces, en fe rma.


                            La remolienda

La tempo rad a teatral d e 1965 fu e p obre. Com o lo señ ala Cri-
tilo en su recu e n to anual, "el teatro, e ntre dificul tad es econ ó-
micas y p reoc upacio n es d e diverso carác ter, se limitó a sobre-
vivir". De e ntre los trece estren os n acion ales, d estaca e l d e L a
rernolienda, segund o éxito d el añ o d espués d e E l tony chico, d e
Luis Alberto H eire mans (dos o bras aún vige ntes e n nuestro
pan o ram a teatral) . El mo ntaj e es tuvo a cargo d e l lTUC H (Ins-
tituto d e Teatro d e la U nive rsidad d e Chile), baj o la direc-
ción d e Víctor J ara y ac tuacio n es, e ntre o tras, d e Bélgica Cas-
tro, Mario Lorca, Luis Barahon a, Ke rry Kelle r, So nia Men a,
Ed uard o Barril , Tom ás Vidiella, Te nnyso n Ferrad a, nombres
impo rtantes e n nu es tra escen a.
     La obra consta d e d os actos, cad a un o d e los cu ales - a su
vez- está constituido p o r dos cu adros. En el primer cu adro

                                  11
del primer acto, en una loma en el campo, al sur de Villarrica,
 e nos presenta a doña Nicolasa y sus tres hijos, Nicolás, Gil-
berta y Graciano, quien es se dirigen al "pueulo". Para e llos,
e te viaje es un verdadero acontecimiento ("no habíamos sa-
lía nunca d el rancho"), por lo cual se mezcla una se nsación
de temor co n incredulidad , ante tanta maravilla que dice n
sobre di cho lugar, entre ello su difunto padre.
     En el segu nd o cuadro, el autor nos sitúa en e l otro esp a-
cio, la pista de baile en el patio d e la más afamada casa de re-
molienda de Curanila pe .Junto a doña Rebeca -que resulta
ser la h ermana de doña icolasa- , se e n cuentran tres pros-
tituta jóvene , Yola, Isaura y Ch ep a. A ese lugar, justamente,
llegan los tres hu asos y su madre y, por tanto, se suscitan un a
serie de situaciones jocosas. Finalmente, el segundo acto tie-
n e como fina lidad co n o lidar la relació n e ntre las much achas
y los jóvene , pues es la gra n opo rtunidad d e sus vidas: para
ellas, una especie de redención; para ellos, e l e n cu entro de l
amor, en su más ampli a pureza.
     Lo que más atrae en una o bra co mo és ta es su simpleza,
su ingenuidad, la nobleza de espíritu de los j óve nes campesi-
nos. Por el contrario, la aparición de tres ho mbres borrachos
con una mtuer desgre!lada, en busca de la diversió n d e la
supuesta casa de remolienda (ah ora las prostitutas están e n
otra), sirve para acentuar la o po ició n valórica entre eso dos
mundos, una e pecie de co nfrontació n e ntre e l campo y la
ciudad, e decir, valores positivos frente a valore negativos.
     También h ay que destacar e l tono fe tivo e n La remolien-
do, u poesía popular, su chispeante diálogo -co n mucho de
picardía- y e l ac ierto en el retrato y caracte rización d e los
p e r onajes. En este se ntid o, la apropiación de Sieveking de l
lenguaje campe ino, co n u salida , sus expresion es, sus se n-
tencias populares, u s in correcciones fo né ti cas, res ulta p lena-
mente convincen te, por su n aturalidad y, más qu e nada, por
tra nsmitir belleza y verdad.



                                 12
Tres tristes tigres

El grupo indepe ndie nte "El Cabildo", fo rmado por ex inte-
grantes d el Teatro d e la Unive rsidad d e Con cep ció n (Nelson
Villagra, J aime Vadell , De lfina Gu zmá n , entre o tros), estre n ó
en 1967, e n el Teatro Talía, Tres tristes tigres. Poco después, e l
cineasta Ra úl Rui z realizó una película basada e n la m en cio-
nada obra.
    Tres tristes tigres se inserta - como se indicó ante rio rme nte-
en la segun da línea d e preocu pación te má ti ca d e l auto r: la
social (realismo crítico). Y e n lo específi co, en la margina-
lidad social - con tod as las o tras m arginalidad es que e llo
involucra (econ ó micas, afec tivas .. . )- e n que vive n algunos
seres hu manos. En este se ntido, h ablar de marginalidad so-
cial no es algo n uevo en el tea tro chilen o, sino que asum e e l
papel de te mática recu rre nte d esd e la décad a d e los sese nta
en ade la nte. Por esto m ismo, es válido plan tearse la obra e n
este co n texto, sin olvid ar que su esc ritura e inicial puesta e n
escena tuvo lugar e n circ unsta n cias políticas e ideológicas d e
hace veinticinco años.
    La obra co nsta de dos actos, e n el primero d e los cu ales ya
conoce mos las mo tivacio nes de los tres pe rso n aj es centrales,
de los "tres tristes tigres", y de sus d esespe rad os inte ntos po r
sobrevivi r e n un m edio que les h a cerrado tod as las puertas:
"tres mad eros semipodridos, a la deriva e n el río d e una vida
y de un d es tin o sin sentido" (César Cecchi ). De es ta fo rma,
su vaciedad existencial, sus frustracion es, sus sole dad es, sus
actitudes d ecad e ntes, n o so n gra tuitas, sino qu e responde n ,
m uch as veces e n fo rma violen ta y agres iva, a estímulos que
la socied ad impon e . Por e o, e l co nflicto d ra mático que e n-
marca las dive rsas situac io n es d e la o bra, está regido po r la
dualidad H ombre-socied ad.
    Rudi es un person aj e dese nvu elto, ambicioso, arribista,
un a pa rente triunfad o r en la vida, un se r sin rem o rdimientos
de co ncie n cia ante los dive rsos actos que realiza con e l fin d e

                                  13
obtener, sobre todo, beneficios económicos. Esta proyección
tiene su punto máximo cuando Rudi confiesa el verdadero
motivo que lo ha llevado a asumir ante la vida una actitud
muy distin ta a la que supuestamente debiera haber asumido:
la honradez de su padre no le sirvió para nada; por eso, "en
este país hay que ser vivo, ¡eso fue lo primero que apre ndí! ".
     Los o tros dos personajes que giran en torno a Rudi tam-
bién eviden cian m ediocridad en sus ac tos: por un lado, Tito,
el "hombre invisible" para Rudi , sólo desea escalar posicio-
n es, no para de mostrar so cialme nte su valía, sino qu e para
que Rudi, su empleador, tome concie ncia de su decisivo
apo rte como hombre de confian za: ''Yo trabaj o con él. .. Soy
una especie d e .. . de empleada para todo se rvi cio"; por o tro
lad o, Amanda, h e rmanastra de Tito, vive la d ecade ncia de su
pap el de ved ette ve nida a m e nos, e n un d esesperad o esfu e rzo
po r estabilizarse em ocio nal y afec tivam ente.
     En e l fo ndo, Rudi , Tito y Amanda son tres se res que se
n ecesitan y, a su vez, es tán e n ce rrad os e n el mundo de sus
pro pios su e ñ os e ilusion es, con el o bj e to d e abandonar la
agobian te m argin alidad . Esto mism o n o les pe rmite rompe r
el círcul o d e sus pro pias existe n cias, de esa histo ria pasa-
da que co n de m as iad a fue rza los proyecta hacia e l futuro:
Rudi quie re casarse co n Ve ró ni ca sólo po r interés económi-
co; Tito quiere que Rudi lo contra te como ve nde dor e n su
negocio d e comprave nta d e a utomóviles (hasta e l m o mento
sólo es un a "emplead a pa ra to do se rvicio" ); Amanda, qu e
h a sido llevada al d ep artam e nto d e Rudi para qu e T ito lo-
gre sus pro pósitos, d esea pro longar su tumultuosa noch e
d e am or co n Rudi , co n e l fin d e estabilizarse, un a ve z por
tod as: "tú m e dijiste qu e lo hiciera, que vinie ra y me con-
quistara al Rudi pa' pedirle que te probara d e vendedor".
Al fin al, es tos tres se res flotantes seguirán sume rgidos en
sus sueñ o imposibles: los h ermanos n o logran sus obj e tivos
y Rudi d ebe d ej ar e l d ep artam e nto por no habe r canc e lado
e l ar rie ndo.

                                 14
En función de lo anterior, Tres tristes tigres es una obra,
en cierto sentido, paté tica, donde confluyen motivos como
la soledad, e l vacío interior, la sobrevive ncia, la ambición , el
e ngaño , la d ecaden cia.


                          Ingenuas palomas

Estren ad a e n 1989 po r el "Teatro El Carrusel", Ingenuas palo-
mas marca e l re to rno d e Alej a ndro Sieveking, como drama-
tu rgo, a los esce na ri os chile n os (ad em ás, asume la dirección
de la ob ra). Cu e n ta con las ac tuaciones d e Anita Klesky, Kerry
Keller, Bé lgica Ca tro - com o las tres h e rmanas- , Claudia
Celed ó n y Pablo Ause nsi.
    En e l p ro tíbul o m ás caro d e la costa d el Pacífico , ocurre
un crime n pasio nal, e n e l cual es tán involucrad os Martín y su
amante. Ambos muere n. Este h ech o ge n e ra la acción dram á-
tica d e Ingenuas palomas, pues la o bra se inicia cu ando las tres
m uj e res son acosad as por los pe ri odistas para obte n e r mayor
información so bre este suce o d e carácte r p olicial (se h abla
de estran gula mie nto y p oste rio r sui cidio) . A continuació n , las
tre h erm an as d e Martín -Antonie ta, Amelia y Leo ntina- ,
se posesio n an físicame nte d el m e n cionado lugar, ya que se
siente n he red e ras d e las riquezas d ejadas po r e l "tacañ o" d e
su he rm a n o, d e mostrando co n ello la legitimidad d e sus aspi-
rac iones ("sacarl e un peso e ra como saca r una ostra d esde el
fo ndo del ma r"). Pero, fre nte a e llas, se levanta un gra n obs-
tác ul o: la pre e n cia in esperada d e Lo re to, hija de Leontina,
en cargada justam e nte d e d ese nmascara r a las tres herma nas,
de ubicarlas en su justo sitio. Aún más, por instrucciones d e
su tío, es la h e red era d el n ego cio.
    Asistimos, a lo la rgo d e la obra, a un juego "casi" trági co ,
incluso con un a bue na dosis d e m orbosidad: estas "ingenuas
palomas" no sabe n en realidad e n qué mundo vive n y, por lo
tanto, están expues tas -por su misma fragilidad- a se r fácil-

                                  15
mente p asad as a llevar. Ademá , cada una d e ellas tran sp o rta
tras d e sí una histo ri a en cierta man era co rrosiva, lindante
con lo gro tesco . En palabras d e la sobrin a, "son pinto re cas,
por decirlo en forma su ave".
     Tras lapo ible sátira a las novelas policiales, com o el mis-
mo d ram atu rgo confesó en su op o rtunidad , en Ingenuas palo-
mas se esconde un m un do subterrán eo, de lo no dich o , d e las
verd ades a m edi as, de la co n fe iones d o lo ro a . Es la hora de
la o brevive ncia; es la h ora de q uitarse la m áscara y d e llegar
al fon d o d e los probl em as. Cu ando Lo re to, po r eje mplo, les
dice: "Él pensaba q ue usted e eran unas anguij ue la que le
chupaban la sangre" , les es tá enrostran do un a gran verdad.
     En Ingenuas palomas, también se vislu mb ra -indirecta
y metafóricamente- una so terrada crítica a los regíme nes
dictatOiiale (en específico, el ch ileno), con todos sus len-
g uaj es imp lícitos: lo es perpén tico , lo morboso, lo grote co, lo
oscuro; en lo con creto , Lore to "estubo a quí e n la cárcel por
 us ideas" y regresa del exilio, de de H o la n da. Otro e le me n to
pre en te en la obra, e e l a unto ético, con su moraleja final:
a su modo, cada una es culpabl e.
     La tres obras incluidas en es te vo lume n -La rernolienda,
Tre tristes tigres e Ingenuas paloma -son un a bue na insta ncia
p ara conocer y acercar e a la drama turgia de Alejandro Si e-
ve king: las d os primeras como paradi gmas de us d os eta pas
p ri ncipales y, la última, en la búsqu eda ele cierto g rotesco es-
perpé n tico. Tal vez un a n ueva veta que está rec ié n come nzan-
d o a explorar. Aún existe much o velo por d esco rrer.

                                      EDUARDO GuERRERO DEL Rí o
                                                Doctor en L iteratura

Agosto de 1993




                                 16
Ingenuas palomas
     PERSONAJ ES

       Amelia

      Antonieta

      Leontina

       Lo reto

       Gabriel
Progra ma d el estre no en el Tea tro Galpón
        de Los Leones, abril 1989.
PRIMER ACTO




DE LA O CU RIDAD TOTAL, EMERGE , DÉBILMENTE IL MINADAS, TRES
MUJERES      ON ABRIGOS CORTOS DE PIEL. So          ILUMI NADAS VIOLENTA-
MENTE POR LO        FLASHES DE LOS FOTÓGRAFO       Y PERIODISTAS QUE PER-
MANECE E LA OMBRA, MOVIÉ DOSE ALREDEDOR DE ELLAS.                   LAS TRES
SO    M ~ERES DE MÁS DE SESE TA AÑOS, EST              BIEN CONSERVADAS Y
USAN MAQ LLLAJES QUE LAS FAVORECEN, DE MODO QUE SE VE                 M   HO
 lAS JÓVENES. SE ADELANTAN, TRATANDO DE ESCAB LLI RSE DE LOS FO-
TÓGRAFOS QUE LAS PERSIGUEN .




~ITON I ETA -¿Qu é l es p o d e m os d ecir?
AMEUA - ¿Que es indisp e n sable d ecir al go?
ANTONtETA -      ¡E ra un h o mbre m ar avill oso !
fu iELlA -   N u es tro h erm an o m e n o r . Pe r o, a p esa r d e eso, er a
     el único ap oyo que t e níam os .
~ITON L ETA - ( EMOCIO ADA) ¡Un h o mbre d e u casa !
AMELlA - ( EMOCIONADA) ¡T an bue n o! ¡Tan correc to!
LEONTINA - É l e r a . . .
AMELlA-(ATERRADA) ¡N o digas n ad a, L eontina! ¡E stás tan m al ,
     p o brecita!
ANTON IETA - Los se ñ o r e      e ntie nde n , m ej or n o h ables (     LO
     PE RIODISTAS). Está muy afect ad a (L EONTI A SONRÍE DESPREO-
     C PADAMENTE). Era su h e rm an a pref erida.
fu i ELLA - A p e ar d e que n os adorab a a l as tres.
ANTONIETA -      ¡N os adorab a! ¡Nos adoraba !
LEO TINA -Di cen que . . .


                                      19
AMELIA -(RÁPID ) ¡Por eso les podemo jurar que no pudo ser
      como dicen. ¡ o e suicidó! ¡ o otras habríamos sabido
      algo! ¡Lo habríamo notado! os veíamo dos veces a la
        e mana .. .
LEONTI A -Al m es.
At.t ELIA - (IRRITAD ¡A vece no ve íamos dos ve ces a la se ma-
                            A)
       na ! (EItO .10 AD ) os contaba u n egocio . ¡Todo!
A'.!TO:-.J IETA -Todo lo que dice n de él es inve ntado . ¡Me ntiras!
       ¡E tupidece qu e no resistiría n el m e n o r an áli is!
LEONTI¡ A - ¿Qu - es lo que dice n ?
1,I ELIA- ¡ o di gas n ad a, Leontina, e tá muy afec tada!
   1'TOl'IETA -Fue un h o mbre d e un a ho nrad ez ej e mplar.
Industrioso . ..
Al ELIA-           o, esa n o e la p alabra.
A;·..:TO:-.:IJ:.TA - (~ I OLESTA) ¡Claro qu e no e la palabra "exac ta "!
      Quise d ecir qu e e ra trabaj ad o r, e mp eñoso . ¡Y un hombre
      d e éxito! ¡No tenía pro ble m as econó mi cos! Buen o ... h a -
       ta d o nd e no o tras sa be mos.
fu iELL -Estaba e n es te lu ga r po rque ... bue n o .. . la pro-
      piedad ... la casa e ra suya.
A-..:TON i t::l~- -Estaría co bra nd o el arri endo. ¿Qué o tra cosa iba
      a h ace r aquí?
A ll:.LI  -Claro qu e, p o r upu e to, no o tra n o lo sabe m os "to-
      ood o", pero, e n caso d e qu e hubi e ra ve nid o a ... (J1!FI.L
      Y MTON IE.Tr S ~. 1II RAN, SI SABI:.R QUÉ DECIR, POR UN SECL D .
                                                                    I O)
LEOiTI:A -Pudo er un crim e n pas io nal.
AI I:.LL - (FLRJB ''DA) ¡Impo ibl e! ¿Po r qué dices eso? ¡Como
                          L
      si no lo co nocieras!
A-..:TON IHA -Pudo se r un male nte ndid o ... ¡una confu ió n!
AtELI A - E o í. Dudo profundam e nte qu e un hombre d e
      su cultura, de su fin eza, pudi e ra te ner un a re lación de
      cualqui er tip o co n un a puta ... co n un a prost. .. con una
      per o na co m o .. .
ANTO' IF n -No conoce mos e l nombre de esa muj e r y prefe-
      rimos no abe rlo .

                                   20
LEO T INA       -La úni ca duda que te .. .
   MELlA - ( E Ri E FUERTE ) ¡Lo que n os contaron es incre íble !
ANTO I ETA - ( Rl A E CÉPTI CA) ¡Ab urdo!
Aw:uA - Eso d e qu e é l h a bía . .. estra ngulad o .. . a un a mu-
      j e r ... esa ... muj e r. .. y luego se h abía ...
LW T I NA - (FELI Z DE I TE RVE IR) ... ¡suicidad o!
ANTO N IETA - ¡ o di gas n ad a, Leo ntina!
A I FLIA - (A LO PERI OD ISTAS) ¡Ya ve n ! ¡Las cosas se dicen sin la
       men or res pon abilidad y algo qu ed a! ¡Mi h e rman a pi ensa
       qu e e e h orror podría ser po ibl e !. ¡Y n o es cierto!
A'TO "' IET - ¡Totalme nte ridícul o! ¡Un h o mbre co mo él!
       ¡Lleno de vida!
L t: o NTI A -Está mu erto, Anto nie ta.
A'TO N IHA - ¡Un h o mbre que co rría d os kilóm e tro tod as las
       ma r a nas para estar e n form a! ¡Esta ba a die ta ! ¿Estaría a
             i
       die ta u n ho m bre que p ie nsa sui cida rse? J am ás d e los j a-
       mases! U n hom b re co n ese carácte r e nfre n ta sus res pon-
       sabi li dad es.
A IUL -Y upo niend o , sólo supo nie ndo qu e la hubie ra m a-
       tad o . .. accide ntalme nte.
:'-. ro N I H. - La vu lga1 dad d e esa nnú er pudo h aberl o d es-
                                  i
       co n tro laclo.
A IFL.I A - Imagíne nse usted es, un h omb re educad o e n los m e-
      jores co legios. Uni versita ri o . ¡Doctorad o en los Estado
       Unid os! U n ho mbre ta n pe rfec to que nun ca pudo e n co n-
       trar una muj e r que e tuvie ra a u a ltu ra.
L~o N-f i NA - ( IN PIRADA) Un ho mbre ...
A" ro . rt:r, - ¡Sí! ¡Sí! ¡E o!
A. I EU, -Disc úlpenn os , po r favor. Te n ga n pied ad d e n o-
       so tras. o sabe mos ni lo que h e mos di ch o .. . Es to -no
       esta mos acos tumbrad as a las e ntrevistas- so n palabras,
       solame nte. o d e be ríam os h aber dich o n ad a porque n o
       sabe mo nad a.
A TON IETA - Sólo estam os segura d e lo que NO PUDO PA AR.
fu i FU A - Eso e todo.



                                   21
ANroNIETA -Perdonen.
AMELIA -Eso es todo.
At'ITONIETA -¿Nos disculpan?
AMELIA -No tenemos nada más que decir. Por favor. ..
ANTONIETA -Con permiso . Gracias (LOS PERIODISTAS SE RETIRAN.
   ELLAS NO SE MUEVEN.      LAS   LUCES SUBEN. ESTÁN EN UN SALÓN DE
   CONFERENCIAS. A LA IZQUIERDA UNA GIGANTESCA MESA DE MADERA
   CON DOS GRANDES SILLONES EN LOS EXTREMOS Y DOS SILLAS DE
   LA MISMA LÍNEA A CADA LADO. A LA DERECHA UNA LICORERA QUE,
   EVIDENTEMENTE, HA SIDO REGISTRADA, LAS POCAS COSAS QUE CON-
   TIENEN ESTÁN EN DESORDE         O EN EL SUELO. ENTRE ESAS COSAS
   TRES PELUCAS COLORINAS, BOLSAS DE TIENDAS DE ROPA FEMENINA.
   AL   FONDO UN ENORME CUADRO DE INTENCI ÓN ERÓTICA. SOBRE
   LA MESA Y SOBRE EL SILLÓN DE LA EXTREMA IZQUIERDA HAY LÍNEAS
   BLANCAS COMO LAS QUE DELÍNEAN EL CONTORNO DE LOS CUERPOS
   EN EL LUGAR DE UN CRIMEN RECIENTE. CERCA DE LA LICORERA HAY
   OTRA SILLA, CAÍDA. E     TRADAS O PUERTAS AL FONDO, DE PERFIL AL
   PÚBLICO. CERCA DE LA SALIDA DE LA DERECI-IA OTRA SILLA CAÍDA.
   EL LUGAR DEBE DAR LA SENSACI ÓN DE LUJO Y SER UN POCO SINI ES-
   TRO AL MISMO TIEMPO, POR EJEMPLO BALDOSAS NEGRAS BRILLAN-
   TES, MUEBLES NIQUELADOS O GRISES.       AL   ENCENDERSE LAS LUCES
   AMELIA PARTE PASEÁNDOSE, FRENÉTICA).
AMELIA -     ¿Cómo pudimos p erd er e l control en esa forma?
Amo     IETA - Hablabas     y   hablabas. No había m anera d e ca-
   llarte.
AMELIA -     ¿Y tú? No lo h acías n a d a de mal. Yo traté de ser sin-
   cera (LEONTI NA SE ACERCA AL SILLÓN DE LA IZQUIERDA).
ANroNI ETA - ¡ Fa l sa como la mue rte!
AMELIA -¿Qué importa? ¿A quién l e importa? ¡Supongo que
   entenderán!, ¿no ? No es algo que le pase a una a cada rato
   (ANTONlETA LEVANTA LA SILLA DEL FONDO).
ANroNIETA - Ya pasó. P o drías calmarte .
AMELIA -     ¿Calma rm e? (SE RÍE, FURIOSA) ¿Calmarme? ¡Estamos
   arruinadas! ¡Arruinadas! ¿Qué va a ser de nosotras ahora?
   ¿Qu é vamos a h acer? ¡¡Dime, pues!!



                                   22
ANTONIETA - To d avía no e nti e ndo lo qu e p asó.
LEONTINA - (SENTADA EN EL SILLÓN DE LA IZQUIERDA) Aquí lo
     h izo. Está m a r cado d o nd e estaba e l Ma rtín (APOYA LA CA-
     BEZA EN LA MESA). Aquí. Esta b a aquí.
AMELIA - ¡Sal d e a hí!, ¿quie r es?
LEONTINA - Se m a tó por ella .
AMELIA -Me sie nto mal. ¡Este lugar m e d a un asco a troz! No
     pod ría tocar n ad a. Te n go la sensació n d e que hasta las
     sillas están infectad as.
ANTONIETA -Hay o lor a cigarrillo (LEONTINA SE SU BE A LA
     MESA) . Lo que se hu ele aquí es la mue rte (LEONTINA SE
     TIE DE EN EL LUGAR MARCADO ) .
At<IELIA -¡Es asqueroso! ¡Un a ntro!
ANTONIETA - ¿Qué clase d e lugar es éste? (LEVANTA LA SILLA
     CAÍDA CERCA DE LA LICORERA) Parece una o fi cina. Todo lo
     contrario d e lo que yo esp erab a.
AMELIA - ¡Re pugn a nte! ¡Mira ese cu ad ro ! ¡Mira ese cu adro ,
     por favor!
ANTON IETA - ¿Qué cu adro? (Lo MIRA) ¡Qu é a troz!
LEONTINA - Ella esta b a aqu í . Co n un traj e roj o y m e di as
     negras. T raj e roj o y me dias n egr as. Me habría gusta d o
     verla .
AMELIA - (A ANTON IETA) ¿La oyes? No p a r ece sufr ir mucho
     por su h e rman ito querido, a h ora.
ANTONIETA -Fue un d o lor pasaj e r o. To d o es p asaj e ro .
AMELIA -(SE ACERCA A LA MESA, ENOJADA) ¿Te h a b r ía gu stad o
     ver qu é? ¿Estás lo ca?
ANTONIETA - (SENTÁNDOSE, AL FONDO) ¿Pa r a qué pie rdes e l
     tie mpo? No e nti e nd e.
LEONTINA - U n traj e roj o, ¿se imagina n ? Estr ang ula d a con
     un traj e r ojo.
AMELIA - Típi co d e las rubias te ñidas .
LEONTI NA (ENDEREZÁNDOSE ) No e r a rubia . Era colorina.
AMELIA - ¿De a d ónde sacas te eso ?
LEONTINA -Alguie n dij o .. .


                                 23
AMELIA -¿Y tú crees algo de lo que dicen? Si e por e o,
     también dicen que él la mató porque ella lo contagió ele
      ida.
Ai TO IETA -Que ella lo estaba chantaj ando por un tráfico
     de drogas. Que era homosexual. Que tenía cáncer.
LEONTI A -¿Y no podría er ci rto?
AMELl - ¿Qué cosa? ¿Cuál de todas?
LEO 11 ,-Alguna.
    TONIETA- o le haga caso, Amelía.
LEo n A -(SEITTADA AL BORDE DE LA ~I.E ) El cáncer e un viru
     que llega a nue tro planeta umergiclo entre la corrientes
     electromagnéticas ele la con telación de Cáncer y se aloja
     en el cuerpo vital antes de pasar al cuerpo físico. El cáncer
     es el Karma a que se hacen acreedor s lo qu desobede-
     cen el sexto mandamiento que no ordena ...
AMELI.A y ANTONJEH -(LATEAD.S) ¡No fornicar!
LEoNTI1 A -No fornicar. O . ea ... n botar la agua vivas.
A.IELIA - ¡No empi ce con eso, ¿me quiere hacer el favor?!
Ao'lTONIETA- o creerás que el Martín forni aba on e a mu-
    jerzuela.
LEO~'TI NA -No sé ... en la foto se ve atractiva. Pero enfer-
     ma.
Al1ELlA -¡Asquero a!
LEONTI A -Y el Sida se produjo por la ombinación de lo
     ga. e ele la bombas atómicas ubterráneas que e mezcla-
     ron con la emanaciones del Infierno y por so no tiene ni
     tendrá remedio . E o está demostrado.
AlJELH -¡ o digas más burrada ! ¡El Martín no tenía ida, ni
     era loca, ni tenía ninguna razón para matarse!
LEONTI A - ¿Está segura? (Nv!ELlA SE DESCONCIERTA LN rNST NTE)
                                                       T
A~IELIA -·Lo único que sabes e hablar del Karma y del cu er-
     po vital y ele fornicar! E te a unto está muy lejo ele tupo-
     sibilidad de ompr nsión , a í es que si no dices a lgo con
     sentido más val qu te quedes callada. Así, por lo menos,
     pareces normal (LEONTIN SONRÍE REPE ri        lENTE).

                               24
büNTI A -Un traj e rojo , ¿se imaginan? (SE l lEVA LAS D tvlA- OS
        OS AL e ELLO) ¿ ería terciope lo rojo o seda roja? ¡Es tan
      d istinto !
A roNJET, - ( ELE'ANTA) ¿Ysi algui enlo mató yd espuéslamató
      a ella y los pusiero n ahí? ¿Y si lo hubie ra h echo otro?, ¿ah ?
AIEL IA-¿Quié n e iba a to mar la molestia? ¿Y para qué?
A'< ro JET. - Por ve nga n za, por e nvidia, por celos, por odio.
      Esa mtú e r era una puta.
LEO'TINA - ¡No digas m ala palabras aquí!
Al m IJFT, -¡ o seas ingenua! "Aquí" lo úni co qu e se d ecían
      eran mala palabras. Es te lugar es una especie de prostí-
      bulo. H acían slwws co n mLú eres y h ombres d esnudos h a-
      cien d o eso qu e tú sab s.
,~JEJ .L -Eso qu e T · h as h ech o.
 LEONTil. -¡UI1 ¡Pero fu e h ace muchos aü os a trás!
AwLL -¡ Pero lo hiciste!
 LWNTINA -Con mi marido ...
A'>TONJETA - (co 1 so~: RJ s PÉRFID ) J a:Ja.
 LFONTIN - ... in placer, para la gloria d el Señ or.
AIELIA (SONRIS. ESCÉPTIC ) éSin placer?
 AJT01 JETA - (so, RJSA ESCÉPTILA) ¿Sin nin gún pl ace r?
 Lm TJ , A - Lo qu e Di os te d a es bue n o ... h ace r e l amor para
      tener hij o qu e l cante n d esd e el fondo de su corazón
      cuand o tú t h a , s ido. Y can tarán con mi voz cuand o ...
      (SE S. CA EL ABRJ GO) Si usted e no lo hi cieron no fu e por
      falta d e gan as, fu e po rqu e nadie se los pidió .
 AII:.t.L - J a!
,NTON IETA -¡j aja!
A tEI.L -In ge nu a paloma.
A~TON I ETA -(A MELlA)           o sabe en qu é mundo vive.
Aa·.LL -Te crees única e n el mundo .
.,ro UTA -Cuando vimos como t iba con tu m arid o d e ci-
      dimos qu e era m ej o r morir a lte ra .
A'viELIA -Ya no te acu e rdas, pe ro era di tinta, a ntes de ca-
      sarte . Eras h asta ... media nam ente intelige nte. Com o to-

                                  ... 5
dos. Pero Danilo te cambi ó. En la primera p a teadura te
   quebró las costillas, en la segunda fue un brazo y, e n la
   tercera ... te golpeó aquí. .. (LE TOCA LA FRENTE ). Ahí cam-
   bió tod o, ¿n o?
LEO TINA - Yo soy fe liz.
ANTONIETA - Claro (A AMELIA) . Eso es cierto . Es feliz.
AMELIA - ¡Porque n o e ntiende!
LEONTINA - Yo en tie ndo.
AM:ELIA - ¡¿Qué?! ¡¿Qu é es lo qu e entiend es? ! (SE RÍE FUER   TE)
   ¡La vida ! ¡Seguro qu e entiend es la vida!
ANTONIETA - Es m ej o r que te tranquilices, Arnelia. Estás "d e-
   safin ando", para usar tu s p ropias palabras.
AMELIA - (ENTRE DEPRJM Y FURJOSA) Sí. Es cie rto . Tod o, tod o
                         IDA
   m e h a salido mal d esd e ayer en la m añ an a. Me levan té y
   estaba llovie ndo.
LEONTINA -Pero te volvis te a acostar.
AMELIA - ¡Claro! ¡No estoy en edad d e luch ar contra la na tu-
   raleza! La pérfi da m e ataca p o r tod as p artes. Sentía las ar-
   ticul acio n es como d e made ra, los huesos d e la cara com o
   si m e hubieran crecido.
LEONTINA - (SON RJSA DE COMPRENSIÓN) Un anticipo de la mue rte.
AMELIA - (LA M co LÁSTIMA) Cu ando se trata de leva n tar el
                  IRA
   ánimo eres la reina. Después m e puse los len tes d e con-
   tac to y algo pasó. Seguro qu e m e h ab ía olvidad o desinfec-
   tarlos. Estaban com o agresivos conmigo. Me puse el traj e
   eq u ivocado, me veía p ésimo. Y m aldije nues tra sue rte me-
   dian a, mediocre, qu e h ace qu e seam os tan correctas, gen-
   te bien, pe ro pobres (sE LEVANTA, INDIG ADA). ¡Traj es que
   h acem os d u rar tres añ os! ¡Estar a la m od a un a vez cad a
   tres años! ¡Com o para p odrirse! No te ngo n ad a nu evo e n-
   cima desde h ace años, a parte d e las m edias, ¿y por qué?
LEONTINA - Yo rezo y mi voz llega hasta el cielo .
AMELIA -Hasta el tec h o solam ente, mi linda. No más allá .
ANTo IETA - (CERRÁNDOSE EL CUELLO DEL ABRJGO) Puras ton-
   te rías.

                                 26
AMELIA -Entonces m e llam ó la Lo re to (LEVE PAUSA) .
LEONTINA - (SE ENDEREZA) ¿La Loreto?
ANToNIETA - ¿Desd e H olanda?
AMELIA -Está aquí.
LEO TINA - ¿Y no m e h a llam ad o?
AMELIA - Te estoy diciendo que m e llamó .
LEONTINA - ¿Y por qué a ti?
Amo JETA - ¿Por qué a ti antes que a mí?
AMEL!A - Les m andó saludos (EMPIEZA A SACARSE EL ABRIGO ) .
LEONTINA - (MISERABLE) Yo soy su mad re.
ANTON IETA - Yo, en perso n a, le revisé las tareas y la llevé a la
   Universidad , paso a paso.
AMEL!A - (DEJANDO SU ABRIGO SOBRE EL RESPALDO DE UNA SILLA)
   No nos vamos a po n e r a discutir ese p roblem a en este
   momento. Si la Lore to no les tie n e confianza es porque
   piensa de otro mod o que usted es.
ANTONIETA - ¿Qu e tú pie nsas como e lla?
LEON TINA - ¿Y cóm0 sabe lo que pensamos? Nunca ha-
   blábamos ... Casi nada. No h ablábam os casi ... Vien e des-
   de tan lejos sin avisar siquiera.
AMELIA - ¿Le escribiste alguna vez en estos años?
LEONTINA -¡ Sí! Una vez . .. Traté d e explicarl e la Biblia, la im-
   portancia de en tender la Biblia, porque n adie e ntiende la
   Biblia y si algui en la h ubiera entend id o no h abrían cru-
   cificado al Señ or de Gloria, com o dice San Pablo e n la
   primera carta a los Corin tios, cap ítulo segundo, vers ículo
   sép timo. Eso no me costaba tanto. Es algo claro, ¿n o? ...
   Pe ro ... d espu és .. . usar mis pro pias palab ras ... Se me
   confu n d e n ... No sé si exagerar se escribe co n jota o con
   ge ... y las ideas ... Yo n o te n go ideas. ¡Y n o le iba a estar
   d iciend o que la quiero!, ¿n o? ¡Eso se d a por descon tad o!
   ¡Soy su mad re! Las m adres ... Tod o el mundo sabe. Lo úni-
   co ... n o me atreví. Pregun tarle p o r qué se fu e. El ma rido
   estaba m uerto, pe rdid o, d esaparecido d esd e h acía tanto
   tie mpo. Nos te nía a n osotras solamen te .

                                 27
ANro IETA -El m ari d o le m e tió ideas r a ras e n la cab eza, esas
    co sas d e p o lítica, le hizo un lava d o d e cere bro. La a lej ó
    d e nosotras .
LEO TINA -Sí, la a lejó.
AMELIA - Eso hi zo.
A.NTo tETA - Y se va, h acié ndose la ofe ndida, co m o si n oso-
    tras .. .
~IELIA - ¿Qu é h aces tú con esa ge nte?
A.NTONIETA - ¿Qué h aces?
L Eo TI A - ¿Qué h aces? . . . E com o u n re m o lino (LEVE PAU-
    SA).
   TO IETA - (SE SACA EL ABRIGO YLO VA A DEJAR SOBRE LA SILLA DEL
    FOl'•
        mo) J amás fuiste una m a dre ni m edia n a m e nte ace p ta-
    b le, Leontina. Pero es lo m ás co mpre n sible d e l mun do.
    D espu és d e tu expe ri e n cia m atrimo ni a l es un milagro que
    a nd es sue lta por la calle y digas cosas m ás o m e n os co-
    h e rentes. ¡ o te estoy atacand o! ¡To d o lo co n trario! (A
    ~ I ELIA) Lo qu e qui ero d ecir es que la Loreto sab e qu e es ta
    pob re n o es normal y, sin e mba rgo, n o lla m a a su m adre .
       o . Te llama a ti y le m an d a saludos a su m a dre . Su p o bre
    mad re e nfer m a (LEONTINA RASPA CO LA U. A NA PARTE DE
    LA MESA). ¡No h agas eso, es túpid a! ¡Eres m uy bru ta!, ¿n o?
    ¿Q ué estás h acie ndo?
LEONTINA -¿Esto es san gre? (LAS OTRAS SE ACERCAN A MIRAR).
AMELIA - (coN ASCO) Parece.
A.NTo JETA - San g re seca.
L EO TINA - ¿San gre d e Martín ?
ANTON IETA - E lo m ás p rob ab le.
AMELIA - (APARTÁNDOSE) ¡Qué a troz! ¡De b e ría n d e habe r lim-
    pia d o bie n ! ¿No h ay ge nte aquí? ¿No h ay e mplead os?
    (A.NTO IETA TOCA U TIMBRE QUE HAY JU TO A LA PUER DE LA    TA
    DERECHA)
ANToN IETA -Listo.
AMELIA - ¿Qué h aces?
A.NTONIETA - Ese e ra un timbre . Alg ui e n ve ndrá.


                                  28
A.'>tELLA - ¿Tú crees?
A.NTO 'I ETA -No seas in ge nua. ¿Crees que nos han dej a do so-
      las aquí? ¿Crees que estamos solas?
A.t ELLA -Más bie n no .
A.NTO tETA - ¿De qué estáb a m os h a bla nd o?
AMELLA - ¡No sé! ¡No sé ! (A L EONTINA) Cu a ndo se trata d e
      cambiar d e te m a e res la re ina.
LEONTt A - ¿Qué es exactam e nte sad o m asoquismo?
fuv  tELLA - ¿Exactam e nte? ¡U f!
ANTO JETA - Sad o m asoquism o es lo que hacía tu marido con-
      tigo. ¿P ara q u é preguntas a lgo que sabes tan bie n ? ¿Se te
      o lvi d ó?
LEONTI A - Sí.
AtELLA - ¿Se pue d e o lvi d a r lo que se sabe? (SE M             1RAN, INMÓ-
      VILES EN tLE c to) Sí. Se pue d e . Me consta (GO LPES EN LA
      PUERTA DE LA IZQ lERDA).
A"'TON tETA - ¡Ad e la nte! (ENTRA GABR1 EL, ES u JOVEN, MUY B E
      MOZO Y MUY ATRACTIVO)
G BRlEL -Bue n as n och es.
A tELLA -Bue n as n oc h es .. .
A"'TONIETA - ¿Ya es d e n och e? Ah , sí.
Lt·. ONTt A - (Lo MIRA, FASCINADA) Bue n as . . .
AI ELLA - Uste d tra baj a a qu í, m e imagino.
G BR1EL - Sí, señ o ra.
At ELLA - So m os las h e rm a n as d e d o n Ma rtín .
AYrONtETA -Las h e re d eras ... Las h e rma n as.
At ELLA -Hay una m a n ch a d e san gre e n la m esa. No la h a n
      limpia d o .
GABRIEL - No s te nía n prohibido tocar n a d a e n es te saló n , se-
      i'lora. N i siqui e ra p o día m os e ntra r d esd e que . . .
ANTONIETA -Sí, SÍ, lógico .
futELL -Pe ro si n os d ej a ro n e ntra r a n oso tras es porque esa
      pro hibició n ya n o corre . Límpie la, si m e h ace e l favor.
AN   TON tETA - 0 m á nd ela limpiar, si n o le co rresp o nde a u ste d
      hacer ese tipo d e cosas .


                                     29
GABRIEL -Sí, señora, también hacemos el aseo.
ANTO IETA -¿También?
GABRIEL -Sí, señora.
ANTO IETA -(RÁPIDA MIRADA A AMELIA. LEVE SONRISA) ¿Qué más
   hacen?
GABRIEL -Atendemos las mesas y trabajamos en el show.
ANTONIETA -Ah (LEVE PA SA E QUE LO MIRAN FlJAME TE).
AMELIA -Entonces ... límpiela, ¿quiere? Está ahí (INDICA). Por
   ahí.
GABRIEL -Muy bien , señora (VA A SALIR).
LEONTI A-¿Cómo e llama?
GABRIEL -Gabriel, señora (so RÍE. ESPERA. SALE):
LEONTI A-(I SPIRADA) El Arcángel San Gabriel anunció aMa-
   ría: "Salve, muy favorecida, el Señor es contigo. No temas
   porque has hallado gracia cerca de Dio ".Entonces María
   dijo: "He aquí la sierva del Señor". Y el Ángel se fue.
AMELIA -¿Habías pensado en eso, Antonieta?
LEONTINA -Reina y Madre de Misericordia ...
AMELIA -Somos las herederas . ..
LEONTINA -Vida, vencedora de todas las batallas de Dios .. .
ANTONIETA -(TRATA DE o SONREíR) Sí, se me pasó por la mente .
LEONTI A -Señora de lo ~ércitos ...
ANTONIETA -Pero me parecía horrible tocar el tema , cuando
   todavía ...
LEO TI A -Abogada nuestra ...
ANTo JETA-Bueno, el pobre Martín todavíanoestá e nte rrado.
AMELIA -La Loreto también será heredera, ¿no?
LEO TI A-A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti sus-
   piramos ... (s SPIRA) ¿No les pareció terriblemente buen
   mozo?
ANTO IETA - ¿Qué dices?
LEONTINA -Que Gabriel es buen mozo.
AMELIA - ¿Qué ti e n e de buen mozo, me quieres decir? Es un
   roteque. Y mejor ni hablar de lo que hacen él y los demás
   que trabajan aquí.


                             30
LEONTINA -¿Qué hacen?
NIELIA -¿Que no oíste a la Antonieta?
JNTO JETA -Los hombres hacen striptease los días martes para
     las señoras.
LEONTINA -¡No puede ser!
iNTONlETA-¡Nomeoyes! ¡Nunca me oyes! ¿Enquémundovives?
LEO NTINA -¿Los martes? (LEVE PAU A) ¿Qué día es hoy?
iNTONIETA -Y según he oído, los j ueves era de hombres y
      mujeres revueltos. Ese era el día más caro .
AMELIA-¡Es increíble que permitan esas cosas! ¡Es asqueroso!
      ¡ o lo entiendo, sencillamente no lo entiendo!
LEONTINA -¿Y ustedes creen que Martín era una especie de
     regente de esta casa?
AMELIA -Jamás lees un diario! Sólo ves los noticiarios de la
      tele. Entre eso y los golpes de tu marido no es raro que
     estés como estás.
1.'HONIETA -(SE RÍE) ¡Yo sé que no debería reírme, pero no
      puedo evitarlo! Después de llevar esta vida de convento,
     ahorrando como pordioseras, podremos comprarnos
      ropa , mucha ropa. ¡Podremos comprarnos una boutique
     entera para cada una! A ustedes no les importa lo mal que
     vivimos porque tú (a AMELIA) te lo pasas tomando, y tú (a
      LE ONTINA) rezando, o en la lun a. Pero yo veo los avisos
     de la televisión y salen departamentos desde donde se ve
     como aparece el sol por la cordillera nevada y cómo se
      pone sobre un mar cubierto de veleros y jóvenes tostados
     que hacen surfy windsurf ¡Vuelan sobre las olas! La vida
      podría ser distinta. Podría ser divertida.
 JE -Estamos viejas. Es muy tarde.
       LIA
A:-.:TON IE -Yo no estoy vieja. Y era peor la idea de ser viejas
            TA
     sin plata.
,tEL.IA -¿Era tan rico? ¿Será verdad?
ANTON IETA -Este es el prostíbulo más caro de la costa del
     Pacífico. ¡Hasta tenían clientes japoneses! Eso es lo menos
     que dicen.

                              31
Esce na de Ingen uas palomas en que fi guran : Lo re to (Claudia Ce led ó n ).
           Am o ni eta (Ani La Kl esky), Am e li a (Ker!J Kell e r ) )'
                        Leontin a (Bé lgica Ca tro).



A~ t ELL     - ¡El hipócrita! Y a noso tra nos te nía como m o njas.
     A pan y agu a. (A L EO'ITtNA) ¿No te qu e ría ta nto a ti ? ¿N
     era su h erma nita regalona?
A.J'TON tET -Desc uid as te a tu pro pi a hija po r é l y te te nía ves-
     tid a co mo a un a e mpl eada, comie ndo carn e un a vez a la
     se mana, y sacarle un peso era com o saca r una ostra desd e
     el fo nd o d el mar. ¡Y a u ami guita la ves tía d e seda roja !
At. tn tA - ¡Sed a roj a!
L E0'11'A -Bue n o, sí .. . Pe ro a ella la es trang ul ó y a mí no.
A1~. 1.1 .  y A'JTON IET - (SLISPI RAJ1, CANSADAS . S E MIRAN . SE RÍE
     ¡So mo ricas!
A"'TON tET  - ¿Calculas cuá nto vale este edificio?
A I Ett  - Es sólo un poco me n os qu e e l Club de la Unión .



                                     32
ANTON IET - ¡Cla ro! ¡Aquí la Unió n e ra e n otro se ntido! (SE
         DOBLAN DE LA RISA )
LEONTINA - E ra un hombre bue no.
ANTON IETA - ¡ n tacaño!
MIELIA - ¡U n vi cioso! ¡Mira ese c uadro ! ¡Mira ese c uadro , por
         favo r !
Lw T r A - Ese se ría e l gu sto d e e lla, d e la calorina. Martín
         era un h o mbre ta n fin o . . . Y está mue rto, no se olvide n d e
         eso. Está mue rto. Lo te ndrá n e f.l un a sala d e la margue y
         lo estarán a brie ndo y examin á ndo le e l corazón y las ve nas,
         escarba ndo e n su ce re bro. Pe ro igua l no va n a a rmarlo d e
         n uevo. Lo que fue e l Martín se te rmin ó p ara sie mpre . Y está
         pagan do sus culpas, el p o b recito, e n e l mismísimo infie rno.
   IFLIA - C u a nd o se trata d e a m a r garnos la vida e res la re ina,
         eso h ay que reco n océrte lo. Te que d a poco tie mpo, a pro-
        véc h a lo . Ap e n as h agam os la re p a rtició n , a di ós. ¡C h a o!
: " 1ONIET. - Se rá fácil . Mañ a n a mism o p o dríam os p o n e r un
         aviso pa ra vend e r esta casa.
   !Li lA - Necesita m os un a b ogad o .
 .-..:-1O NIETA - Cad a un a co n su plata y a gas ta rl a com o m ej o r
         le pa rezca .
L1 o-.: nNA -Des pués ele es to n o p o dre m os vo lve r a mirar a la
         ge n te a la ca ra.
  I H .I -Des pués que se se p a la pla ta qu e te n e m os, la ge nte
        andará mira nd o a n siosa qu é ca ra les p o n e m os.
I.Jo-..: JJNA - Es to n o va a termin a r bie n . Yo sé que n o (GOLPE
        1" L  PLJERT, ) . Dil e qu e e ntre .
 -. 1 1 ! 1  - ¿P o r q ué n o se lo di ces tú ? (L EONTI A SE SIE T, , ATRÁS.
        ·
        A~ I E LI A SE SIENTA EN PRI ~ I E R PLANO)
.' IO NII'T, - Ad e la nte (ENTR, GAB RI EL. T RAE UN BALDE DE PL .STI-
        (·o COLOR ROS.DO ' U E, TROPA,)O).
L HRIFL - Co n p e rmiso ... ¿D ó nd e está la .. . la m a n ch a?
 '1()1 IETi - (IND ICA) Ahí (SE SIENTA EN El. SILLÓN, A LA DER            ECHA
        I>F L  t-viESA. G..BRI EL LI MPIA). La se ñ o ra que a dministrab a
        aq uí ... ¿có m o era?


                                      33
GABRIEL -(LIM      PIANDO) Bonita ... Era colorina.
ANT01 JETA -Te ñida, seguro. Una morena teñida d e colorina.
GABRIEL - (ENOJADO) ¡No! ¡No era teñida ! (SILENCIO. Lo MIRAN)
ANTONIETA - (co1 SONRISA CRÍTICA) Bueno . .. n o es como para
     pone rse n e rvioso. Da lo mismo. Es d ecir "a nosotras" nos
     da lo mismo.
GABRIEL - (1 SEGURO, TRATANDO DE DISIMULAR EL EXABRUPTO)
     Era . .. colorina. Pecosa. La piel. .. la piel e ra com o transpa-
     rente .. . Ella era ... p e ro d espués se puso can osa y se ponía
     pelucas.
ANTONIETA -Ah.
~1ELIA - ¿Pelucas?
ANTo IETA - No e ra un a mujer j ove n , e nto n ces.
GABRIEL - ¡Se ve ía jove n !
ANTO IETA - (SON RÍ E) Y atrac tiva.
GABRIEL - Sí. .. Las p elucas están ... (M HACIA LA LICORERA)
                                                 IRA
     ¡en el suelo! (VA A RECOGERLAS) ¡Cóm o las dej aro n! ¡Tod a
     la casa está igual! (GUARDA LAS PELUCAS EN LA LJ CORERA)
ANTON IETA - ¿Varias pe lucas? ... Dígam e, Gabriel. Esta seii.o ra
     Co rina ... (AMELIA Y LEONTINA LA M       IRAN, EXTRAÑADAS) e h . ..
      (SONRÍE) ¿Se llam aba Co rin a, no? (GAB RI EL ASIE TE) Esta
     señ ora tan es pecial que d esp e rtaba tal PAS IÓ e ntre su s
     emplead os ...
GABRIEL - ¿Pasió n ?
ANTONIETA - ¿No?
GABRIEL -Resp e to .
    TO:-.IIETA - Ah. De be d e habe rl es pagad o bie n .
GABRIEL - Era una bue n a pa tro n a.
  NTONIETA - ¡Buen sue ldo!, ¿ah ?
GABRIEL - Y much o trabaj o .
A"'TON IETA -Por lo que he m os sabido "inte nso" y... (RISA EN-
     TRE DIE TES) "d esgas tad or".
GABRIEL - Es un trabaj o co m o cualquier o tro.
ANTON IETA - ¿Striptease m asculin o y ba il es e ró ti cos en pa reja?
GABRIEL - (SO RÍE SIN VERGÜENZA NI PETULANCIA) Sí, tambié n.


                                  34
ANTON IETA - ¿Uste d lo h a cía?
GABRIEL -Sí, se ñora (VUELVE HACIA LA M ).      ESA
L EONTINA - ¿H a le ído la Biblia?
GABRI EL -Eh . . . Vi la p e líc ula.
LEONTINA - ¿Y la e nte ndió?
GABRIEL - (DESCONCERTADO ) Sí . . . o sea .. .
LEONTINA - No se preoc upe, todos te nemo s un nivel dife-
    re nte d e nues tro se r inte ri o r profundo .
AMELIA - No te p o n g as la tosa, Leo ntina .
LEO TI A - El h o mbre está divo rcia do d e la divinidad a cau-
    sa d e la caída d e Adá n y Eva. O sea ... e l hombre, al cae r
    e n es te mun do d e sólo tres dim e n sio n es: la r g o , a lto y
    a n c h o ... (ESTÁ PEGADA A GABRI EL)
AMELIA - Y a burrido. (LEONTINA LA MIRA. SONRÍE. MIRA A GABRIEL)
LEO TINA - Vu e lvo a trás. Es impo rta nte qu e m e e ntienda .
    El h o mb re, a l caer e n es te mundo d e tres dime n sion es,
    descubrió y establ eció leyes b asad as e n la lógica . Y co m o
    la lógica es tá limi tad a a tres dim e n sio n es úni cam e nte, n o
    sirve p ara comp re nd e r e l se ntid o oculto, d e sabiduría y
    d e m agia d e la Biblia.
~I ELIA -       (A GABRIEL) O sea que n o e nte nd e m os la Biblia,
    ¿se ubi ca?
LEONTI1 A - No la e nte nd e m os .
AMELIA -De ac u e rd o. Aho ra sié nta te.
ANTON IETA - (SE MIRA LAS MANOS. M IENTRAS TANTO L EONTINA
    VUELVE A SUB IRSE A LA MESA) No le vam os a n egar que es-
    ta m os b as ta n te c h oqu ead as co n lo que h a p asad o y . .. lo
    q u e se di ce d e es te luga r ... ¡Es muy in có m o d o p a ra n oso-
    tras! No estam os acos tumbra d as a estos . .. a mbi e ntes .
AMELIA - ¿Qu é es tás h ac ie ndo?
ANTON IETA - (VE DE PRONTO A LEONTINA, QUE EST O TENDIDA AL
    LADO SUYO Y E ASUSTA M CI-1 0) ¡Ayy! (SE HA LEY TADO DE U
    SALTO) ¡Báj a te d e a hí!
LEONTI A -La m a tó a qu í. Ell a es ta b a con un traj e roj o de
    sed a . Así (SE HACE LA MUERTA).


                                    35
AMEL!A -Supie ras lo ridícula que te ves , te bajarías inmedia-
      tamente d e esa mesa.
L EO TI NA - (E DEREZÁNDOSE, A GABRJEL) ¡El Gnosticismo Cien-
      tífico Revolucionario es la única forma de entender la
      Gran Man ifestación Cósmica qu e nos rodea!
A.J'ITONIETA - (CON GABRJEL LA AYUDAN A ENTARSE AL BORDE DE LA
      MESA ) Sí, sí. No te agites más.
AMELlA - (A GABRJEL) Todo esto que ha pasado fue un go lpe
      te rrible para n osotras. Sobre todo para e lla .
GABRJ EL - Me imagino . Yo e n tie ndo , se ñora (LEo TI NA SE PONE
      DE PIE, SOB RE LA SILLA) .
LEo T    TJNA - ¿Entie nde ?
GABRJ EL -Sí, se ñora.
LEONTINA - Eso es maravill oso . (LE PONE LA MANO EN LA
CABEZA) Ento n ces uste d todavía ti e n e salvac ió n. (AM ELIA SE RÍE,
      INCÓMODA. ANTO IETA Y GABRJ EL AYU DAN A L EONTINA A B JAR DE   A
      LA SILLA. LEO 1TINA SE SIENTA )
A'vlEL!A - H ay una a n é cdota d e mi h e rman a qu e no pue do
      d ej a r d e contarle para que la e nti e nda . Iba en un a mi cro
      a troz, ll e na d e ge nte ig u a lm e nte d esve n cijada, malean-
      tes, mafioso s, lumpe n-lumpe n , ¿se ubi ca ? Y d e repente , la
      Leo ntina ve qu e un tipo le h a m e tido la m a no e n la carte-
      ra y le di ce, a terra d a: "¿Qué m e está ECHANDo?" (AM EL!A Y
      ANTON IETA SE RÍE )
ANTo JET, - ¿N o la h alla amorosa ?
fui EL!A - ¡El d espiste to ta l! El ladró n le es taba roba ndo h as ta
      los anteoj os d e lee r y e ll a pregunta : "¿Qué m e está e cha n-
      d o?" (SE RÍ E. SE APARTA) ¡Qué diría Fre ud!
ANTo !JETA - A mí e l chiste qu e m ás m e g us ta es e l d e Gour-
      dief. No ti e n e n ad a que ve r con la Leo ntina , ni con noso-
      tras ... O , a lo m ej o r, sí. O , a lo m ejor, ti e n e qu e ve r con
      to d o e l mund o. Go urdi ef e ra un tipo que buscaba la razón
      d e la existe n cia, e l se ntido d e la vid a, ¿e nti e nde? Uno q u e
      n o se co nfo rma b a con qu e e l té in g lés es e l m ejor q ue
      h ay y que la ropa fra n cesa es la m ás bonita . No sé si m e


                                    36
e ntie nde . ¡La ve rdad o n ada! Y este hombre va a Egipto
       y de Egipto lo manda n a la India y d e la India al Tibe t y
       del T ibe t al Nepal y e n to das partes pregun taba: "¿Dón-
       de está la felicidad ? ¿Qué es la fe licidad ?" Y n adie sabía.
        ¡Nadi ! Pe ro seguía buscando. Y p o r último llega al fin
       de l mundo. Ya estaba a punto d e pe rde r las espe ra nzas
       cuando le dicen : "En medio d el d esie rto h ay un oasis y
       en e l oasis vive un h o mbre. Él sab e, p orque lo sabe todo".
       Y allá fu e Go urdief a l d esierto, a l oasis. Y e n cu e ntra un a
       casita miserab le y golpea la pue rta. Y le abre un viej ito
       ~ejísim o y le muestra un j ard ín bas ta nte raquítico, una
       mo nada para estar e n me di o d e l d esie rto, pe ro ro ñ oso,
       en todo caso. Y Gourdi efl e pregunta : "¿U sted sabe lo que
       es la fe li cidad ?". Y e l viejito so nríe y le dice : "La felicidad
       es este j a rdín ". Y los d os mira n e l j ardín. Y d e re pente el
       viejito se asusta y le di ce: "¿0 n o?" (AMELIA Y AATON IETA SE
       RÍEN. GABRIEL y LEONTI SONRÍEN)
~IELLA - ¿0 no? ¡Es pa ra matarse!
Lr·ONTINA - (A GAB RJ EL) En realidad ese n o es un chiste exac-
       tamente.
A'TONIETA - (SERJA) ¡Si lo explicas, te ma to!
LFONTINA - No lo iba a expli car. Iba a contar o tro chiste .
.!ELLA - Espero que n o sea e l mism o d e sie mp re.
Lt- o:--~TI NA - Él no lo sabe .
. ' roN IETA - ¿Có mo sabes que n o lo sabe?
   ti:LIJ - ¿Con oce e l chiste d e l ni ii ito optimista y el ni ñ ito
       pesimista?
C BRJEL - No.
LFON riNA - (FE LI Z) Bu e n o ...
r,tELLA -(LA INTERRU ·IPE) Pe ro seg u ro q u e sab e algunos chis-
       les, ¿no?
GBRJEL - (SONRíE) ¡Claro!
.;-._ roN tETA - ¿Se pued e n co ntar? Q ui e ro d ec i r~ ¿se pue d en
       esc uch a r?
e; HR IEL - o so n chistes p a ra se ñ oras.

                                    37
ANToNIETA -(INDICA A LEONTTNA) Ella es la única señora e n
    este grupo. Cué nte me .
LEo TI A -Bue no, voy a contar el chiste . Había una vez dos
    h e rmanos, uno d e o cho a ú os, que e ra o ptimista, y uno de
    nueve, que e ra pesimista.
AMELIA -Leontina, te h e m os di cho miles d e veces que n o
    tie n e ninguna gracia.
ANTO IETA - (M IRA SU RELO ¿Sabe n qué h o ra es?
                              J)
LEONTINA - (A AMELIA) Yo te d ej é conta r tranquila m e nte esa
    tontería d el "¿Qué m e está ec hando?". Ahora m e toca a
   m Í (HA ENTRADO SILE CIOSAMENTE UNA MUJER DE TREINTA Y TAN-
   TOS AÑOS, MÁS QUE LAS HERMANAS, FACHA DE E ROPEA. PELO MUY
   CORTO, U GRAN BOLSO Y U A ENORME CÁMARA FOTOGRÁFICA ) .
AMELIA - (MOLESTA, AL VERLA) ¡Más p e ri odistas! (LEONTI A Y
   ANTO IETA SE HAN QUEDADO M        IRANDO A LA M    IUJER COMO SI LA
   CO:--JOCIERAN ' O RECORDARAN QU IÉN ES)
LoRETO -Soy la Lo re to, tía.
LEON  TINA - (CORRE HACIA ELLA) ¡A m í p rime ro! ¡A mí m e ti e-
   nes q ue besar prime ro! (LA ABRAZA) ¡Tod o es tá o lvidad o!
   ¡El pasad o! ¡To d o o lvi d ado y perd o n ad o! ¡To d o! (LA MIRA,
   LLORA) ¡Estás tan distin ta! ¡Tan distin ta ! ¡No impo rta! ¡A
   m í n o m e im porta! ¡Es el ti empo! ¡Yo esta ré muy d istinta
   tambié n ! (AMELIA ABRAZA A LORETO Y LANZA U GRITO COMO SI
   LE HUB   IERAN DADO UN CUCI! ILLAZO)
AMELIA - (sE APARTA) ¡Ayyy! .. . ¡Me e nte rraste la máquin a fo to-
   gráfica hasta el alma!
ANTONIETA - Ya era hora de q ue pe rdi e ras la virginidad e n
   alguna parte.
AMELIA -Hab ló la estrella de l Play-Boy.
ANTO IETA - (ABRAZA A LoRETO FRÍAMENTE) ¿Po r qué te co rtas te
   el pelo e n esa forma?
LORETO - Me gus ta así.
ANTONIETA - ¿De veras? Raro.
LEONTI N - ¡Tu maravi lloso, m aravilloso pe lo d orado que e ra
          A
   la envidia de todas tus co mpa ñ eras de colegio!


                                 38
LoRETO -Eso fu e h ace mil años.
ANTONIETA -Dos mil años.
A.MELIA -He mos te nido noticias d e tus éxitos. ¡Impresio-
       n ante ! Tus fo to grafías e n las revistas d e moda, e l Vague,
       Elle, Burda, e tcé te ra.
Lo RETO -Yo n o es t. . .
A.MELIA - (SIN o íRLA) Que publicaste un libro muy.. . co-
       me n tad o . . . con fo tos un poco ... o sea .. . poco e difica ntes,
       como p or ej e mplo .. .
LORETO - (VA DEJAR SU CARTERA SOBRE LA MESA) ¿Poco e difican-
       tes?
LEONTINA - ¿Unlibro? ¿Cu á ndo? Yo n o sabía ... N o m e acu e rdo.
A_¡-.,IELIA - (A GABRJ EL) ¿Se p o drá tom a r algo así com o un trago ?
GABRJEL -Lo que u ste d es quie ra n .
M IELIA -Hab e rlo sabido antes. U n whisky e n las rocas, e n-
       ton ces.
AITO NIETA - U n Bloody Mary p ara mí. ¿Qué quie res tú , Lo re-
       to ?
LORETO - U n vaso d e vino ... bla n co . . . frío.
GAB RJEL - (LA M         IRA SI PESTAÑAR) Vino bla n co , frío (MIRA A
       L EON TINA ANTES DE SALIR).
LEO TINA- Yyo . . . e h . . . ¡Agu a min e ra l, si es tan a m a ble ! (GA-
       BRJEL SALE) ¡Sin gas!
LORETO - (A AMELIA) Ya pue d es seguir, tía. Se fu e e l Mo ro.
LEONTI A - ¿Por qu é le dices M oro?
ANTO NIETA - (LATEADA ) El Moro e n la Cos ta.
LORETO - ¿Qu é es lo que te nía mi libro d e poco e difi cante?
M IELIA -Lo vi.
LO RETO -Ah .
LEON     TINA - Yo n o.
AI ELIA -Mej o r. Te h a brías mu e rto . Mt~ e res co n tres p ech os,
       h o mbres co n . .. es d ecir, SIN. O e n o rmes e n a n os con e l
       sexo a l a ire. Muj e res con a rgollas ahí d o nd e tú sab es y
       otr as exquisiteces p o r e l es tilo.
LEONTIN - ¡N o es ve rdad!
             A


                                    39
LoRETO -Sí. Y mucho m ás. Me gu tan los monstruo . Son
      como .. . mi familia.
A.JlELIA -Sie nto que vi e n es con un a m ala o nda, ¿sabe ? Mal as
      vibracio n es.
LORETO - ¿Qued a n bue n as o ndas e n este lugar ? quí e mu-
      ri ó mi tío, ¿n o?
LEONTINA - ¡Se sui cidó!
  ~ ! ELlA - ( E ENCOGE DE 1101!BROS) Eso di ce n .
LEO 'TINA - Se sui cidó d es pué d e e tran gul a r a su a m a nte .
      Mira, e lla e tab a ah í, e n cima d e la m esa. Te nía las m a-
      n o a m a r rad as al c uell o . U n traj e roj o d e sed a . Él es ta b a
      ahí, caíd o h acia ad elante, p o b rec ito, co n el revólve r e n la
      m a n o izqui erd a . . . co m o era zurdo.
Al ELIA - Y tú , ¿có m o sab e to d as esas cosas? (T oD...'i w RAN A
      LEO~TJ. A. L ! 0'!LIDAD DURANTE L' P DE SEG 1DOS)
                                                   .R
L EO~T I NA - (SENTÁNDOSE JL'NTO A LORETO, AN IILillA) ¿Sacas esas
      fotos? La d e pravació n e e n cu e ntra e n e l infra ex o.
A"TON IETA - ¿Infra exo? ¡ n p ala bra nu eva, al fin !
AMELL - ¿Qué es e l infrasexo, si pued e sab e rse?
L!:ONT!NA -H o m osex u alism o, lesbia ni sm o, pros titu ció n , pro-
      mi cuidad. Ahí es d o nd e la ge nte pi e rd e la p oca co n cie n-
      cia q u e les q u ed a y se tra n for m a n e n cascaro n e hum a n o .
      Al aban do n arl os la co n cie n cia, e l cu e rpo físico se d e bilita
      ex tremad a m ente qu ed a nd o a m e rced el e lo instintos y se
      co m~er te n en terre n o pro picio pa ra e nfe rm ed ad es inc u ra-
      ble , el crim e n y tod a cla e d e d e litos. (P L ) Sí.
                                                            'S.
  :-TO:'lETA - e lo abe el e m e m oría.
AJH.L - (  LFo'T10) ¿Qu é quisiste d ec ir? ¿Qu e el Ma rtín
      era lesbia n a?
A'10N IET -('>~R l ) Fue p o r a m o r ... un a m o r turbi o. U n acci-
      de n te ... pero tu tío ... Tod o fu e por a m o r.
   ll:l l. - (1~n '>0'Rl'>) Todo muy n orm a l. Un c rim e n pas io-
      n al de lo más co rr ie nte. No h a b ía m o nstru os aquí.
  NTON IEl  - Apa rte d e n oso tras tres.
Lt o:-. 11:-.A -¡ Podría saca rn os u n a fotografía!


                                      40
ANIELIA -¡Cierto! ¡Qué bue na idea!
LORETO - (vAGA) Claro .. .
fuIEUA -Podría mos pone rnos las pelu cas de la muerta. Están
       a h í. ¿Có m o no ve ríamos colo rinas? . .. P e r o eso te p a rece-
       rá aburrido, ¿n o? N o lo sufi cie nte m e nte d e pravado.
Loruro -Los m o nstruos no so n d e pravados, tía . So n distin-
       tos y n o pue d e n se r d e o tra m a n e ra .
A" 1ON IETA -          i n oso tras ta mpoco, linda . H a brás p e n sado e n
       eso, de vez en cu a nd o, a llá, ta n lej os.
LEO:-JTI A - C laro qu e p o d e m os se r distin tas, pode mos se r
       m ejo res. ¿Co n oces e l chiste d e l niñito optimista y e l niñi-
       to pesimista?
LORf"TO -           o.
 L~o NTI A -Te lo voy a co nta r. H a bía un a vez ... (GO LPE EN LA
       PL ERTA)
, I~LL - ¡Salvad as! ¡Ad e la nte! (E TR GABRIEL CON NA BAN DE-
                                                  A
       ). CO. ',SOS Y COPAS. L  'A A DEJAR SOBRE LA 1IESA)
,.." roN IET  -¡No! ¡Sobre esa m esa n o!
C BRIEL - Í ... Disc ulpe (LE ENTREGA EL V SOCO Bl.OODl' JlARl ' A
       AN1 ON IETA, DESPUÉS DE ENTREGARLE EL 'lf/St.; l' A AME LIA).
:."ro IErA - Tie n e bue n a m e m o ri a us te d .
CBRJEL - Es mi tra b aj o, se ñ o rita.
r."'TO JETA -Has ta se ac u e rda d e qu e soy se ñorita (s1 MIRAR           -
       ' o). Yo, eso, p refe riría o lvida rl o.
 LoRFTO - (SACA su CO P SI MIR   A,       ARLO ) Gracias.
e BRIEL - (S IN MIRAR! ) De n a d a.
LFONTINA - (TOI!r DO SU VASO DE ACUA) E l a lco h o l es una d e
       las . ..
AJI:.I !A - ... cosas m ás ri cas que h ay. (A GABRJ EL) A lo m ej o r
       m e voy a to m a r o tro, a ntes d e irn os.
(; BRIEL -Muy bie n , se ii o ri ta (SALE).
Lt·.O N   TJNA - ¿Te g u sta?
LoRETO - (PR UEBA EL VINO) Está bie n.
Lt·o TINA -            o, n o. El mozo. G a brie l se ll a m a . ¿Te gu sta ?
LoRFTO - Es muy a trac tivo.


                                     41
ANTo IETA - Si te gusta es cuestión de que se lo d igas. Es u n
   puto. Esta es una casa de mala fama, como ya sabrás .
AMELIA - A propósito, Loreto, ¡qué coincidencia tan extraor-
   dina ria que hayas vuelto justo para la muerte de tu tío!
   ¡Qué oportuna!
LORETO -Él m e pidió que viniera.
AMELIA - ¿Por qué razón , si puede sabe rse?
LORETO -Me d ejó esta casa. (PAUSA) ¿No lo sabía n ?
ANTONIETA - No, la verdad es qu e no.
AMELIA - ¿Y cómo íbamos a sabe rlo? Es un poco prematuro
   para hacer sesiones d e espiritismo.
LEONTI A-¡El espiritism o está prohibí . .. !
AMELIA - ¡Cálla te! (A LoRETO) ¿El Martín te llamó por teléfo-
   no a Holanda y te dij o: "Me voy a suicidar, mi linda, y de
    h eren cia te voy a dejar un pros tíbul o"?
LORETO -Me llam ó un p ar d e veces por teléfon o, m e dijo que
   se iba a re tira r de lo negocios, que tenía un problem a
   serio ...
A.MELIA - (SO RJE DO, 1 DIGNADA) Ah , te llam ó para d ecírtelo.
LORETO - ... que n o se atrevía a discutirl o co n usted es y que si
   podía venir, m e m andó el p asaj e para .. .
ANTONIETA - Así es que nues tro que rido y .. . difunto h er-
   m an o, avaro, sad om asoquista, asesino y sui cida, pobrec i-
   to .. . ¡confió e n ti !
LORETO - ¡No te p o n gas celosa! Fue porque ...
ANToNIET - ¿Celosa yo? Yo estoy al marge n . Yo siempre h e sido
   la que h a estad o al margen d e la vida fa miliar. Solam ente
   trataba de m anten er el equilibrio, para que no se matara n
   unas a otras, aconsej aba a Martín , le escondía sus cochina-
   das, le limosn eaba para pod er vivir en fo rma d ecente . Y a la
   h ora de la verdad , el mise rable no confió en mí. Confió e n
   una deserto ra que se fue a Europa p o r es tupideces.
L RETO - (AGRESTVA) ¿Estupideces se llam an todavía?
ANTONIETA -Te fuiste por tus ideas, pe ro ahora vuelves por
   la pla ta.


                                42
LoRETO -Usted no me conoce.
A.NTONIETA -¡Entonces nadie en el mundo te conoce! ¿Quién
    te educó? ¿Fue tu madre? ¿Tu padre? ¿Quién fue?
LORETO -Usted, tía. Fue usted.
A.NTON IETA -Bueno , gracias a Dios que te dignas reconocerlo.
    Al fin y al cabo lo único que hice fue perder mi juventud
    por ti. ¡Casi nada! Yo te conozco. Sé como eres.
AMELIA - (so RI ENDO) Como dicen e n el cine: "Conozco a las
    de tu cla e, muñeca" (BEBE).
A.NTo JETA -Sí. Te conozco, Loreto, la artista. ¡Egoísta de
    mierda! Lo sacrificas todo para conseguir lo que quieres.
    Sacrificaste a tu propia madre.
LEONTINA -¡Yo estoy bie n!
ANTON!ET -Entre los golpes del marido y los insultos de la
    hija, no es raro que esta pobre sea lo que es. ¡Mírala! ¡Mí-
    rala!
LEONTINA - (ANS IOSA) Sí, mírame, mi linda que rida, mírame.
LoRETO - (LA MIRA) Yo te qui ero, mam á. Quiero que es tés
    bien.
LEO TINA - (LLORA DULCEME TE) ¡Yo sé! ¡Yo sé!
AMELIA -Saquen pañuelo las madres presentes. (PAUSA) No
    hay madres, no hay pañuelos.
ANTONIETA - ¡La despreciabas! ¡No podías soportarla!
LEONTINA - (SONRÍE) Estás celosa.
ANToN IETA -¡Estúpida y feliz de serlo! Ese va a ser tu epitafio.
LEO TINA -Tú no e ntiendes .
ANTO IETA   -(RISA HISTÉRICA) ¡Yo! ¡Yo no e ntiendo! ¡Ese SÍ que
    es el mejor chiste de la temporada! ¡Y tú me lo dices a mí!
    ¡Dios mío! ¡Si pudiera reírme fuerte me oirían hasta en
    Holanda, que es un lugar bastante alejado de mi presu-
    puesto!
AMELIA - ¿Van a seguir? Me enferman es tas discusion es por
    plata.
LORETO - ¿Qué?
ANTON IETA - ¿Qué estás dicie ndo?

                               43
LEONTINA -¿Por plata? (SE RÍE)
AMELIA -Estás furiosa porque la Loreto se va a quedar con la
    casa que queríamos nosotras .
.ANTO IETA -(DESCOl CERTADA) ¿Qué casa?
AMELIA -¡Esta, tesoro! Esta donde estamos.
ANTONIETA -¡No sé de qué hablas!
AMEUA - ¿Lo dices en serio? (ANTONIETA SALE CORRJENDO POR LA
    PUERTA DELA DERECHA) ¿Adónde vas? ¡No puedes irte sola! ¿No
    sabes dónde estás? ¡Antoni eta! (SALE DETRÁS DE ANTONTETA)
LEONTI A - (D ISCULPÁNDOSE) Voy a ir con ellas. (TocA EL TIM-
    BRE) Me pueden necesitar.
LORETO - ¿Me tienes miedo?
LEONTINA - ¿Cómo te voy a tener miedo? Eres mi hija. (RE-
    TROCEDE DISIMULADAME ITE H.-CJA LA PUERT )
LORETO -Por eso mísmo.
LEONTINA - (SONRÍE, NERVTOSA) Tú no me h arías nada malo.
LORETO -Hablar es malo ... a veces ...
LEO ITJNA - ¡No hablemos, entonces! (SE M     IRAN, ~tiRAN EL SUE-
    LO. SE MIRAN. SE RÍE. ) ¡Contémonos chi stes! Tu padre ano-
    taba los chi stes en una libreta para que no se le olvidaran.
    Una especie de ayuda memoria. D ecía que los chistes no
   se te quedan en la cabeza, a menos que signifiquen algo
   para ti. Por ejemplo e l chiste del niúito o ptimista y e l ni-
    ñito pesimista. En realidad no es exactamente un chiste ...
    O sea ... No es para reírse a gritos, pero yo ... siem pre m e
   acuerdo de é l. Mira, llegó la Navidad ...
LoRETO - ¿Se dice Navidad, a hora? Antes se decía Pasc ua.
LEONTINA -Sí, es que yo ... trataba de traducírtelo. Bueno,
    llegó la Pascua y los dos niúitos dejaron su s zapatos junto
   a la ven tan a ...
LoRETO -Ab, es un chiste argentino. En Chil e n adi e d eja los
    zapatos en la ventana.
LEO TINA -(SE APARTA, ENOJADA) ¡Estás como la Amelia, echan-
   do a perder los chistes, a menos que los diga e lla! ¡Si quie-
   res cuenta un chiste tú! ¡Cuéntalo! (SE SIENTA)


                               44
LoRETO -No sé ninguno.
LEONTIN -Entonces, ¿por qu é me echas a perder el mío?
LoRETO -¡No fu e mi inte nción! Será porque no me gusta la
    ge nte que cuenta chistes. Me gusta la gente divertida.
LEONTINA -(DESOLADA) No te e ntie ndo.
LoRETo -Perdona, ¿qu é estoy di cie ndo? ... Me gusta la gente
    que .. . la ge nte positiva, como ... ¡Ah! No sé si te lo había
    contad o. Me volví a casar en Holanda.
LEONTINA -¡ ¿Cu ándo?!
LORETO -Trece aúos .. . ¡No! ¡Doce! ... Era un tipo genial. ..
    pero no resultó, tampoco. Nos separamos.
LEONTINA - ¿Por qué nunca me cuentas nada?
LüRETO - (SERlA) ¿Por qué nunca m e cuentas n ada?
LEO TINA - ¿Ah ?
LORETO -Tú tampoco m e cue ntas n ad a.
LEONTINA -Yo . .. A mí me cuesta.
LORETO - A mí también.
LEONTI A- ¿Tú? Tú h ablas de corrid o, cuando quieres.
LORETO - ¿Tú no?
LEo TINA - Me aprendo las frases d e m emoria.
LoRETO -Mamá, si yo hubi e ra creído que eras tonta de ver-
    dad, no te h abría dejado sola. Cre ía qu e co mo mi papá
    te pegaba y mis tías te retaban tú te h acías la tonta, para
    qu e te dejaran tranquila. Co m o hacer un perso n aj e. ¿O
    no?
LEONTINA - ¡¿O no?! (RíE) ¡Ese chiste es es pecial! "¿O no?"
    (SE R SE PONE SERJA) ¿Te vas a qu edar?
            ÍE.
LoRETO - ¿Por qu é me lo preguntas? ¿Por es ta casa? (ENTRA
    GABRIEL, APURADO)
GABRIEL -Perd ó n , se ñora, me co nfundí .. . como tocaron el
    timbre y .. . las se iiori tas sali e ron ...
LüRETO - ¿Se fueron?
G-BRJEL -No .. . e h . .. Están en el dormitorio de la señora Co-
  
    rin a .
LORETO -¡Apuesto a que están registra ndo! ¡Apuesto!

                                45
GABRIEL -Eh ... Sí. Están mirando la ropa ... Está todo desor-
   denado ... como la policía estuvo revisando por si ... en-
   contraban algo ...
LEONTINA -(SE LEVANTA) Me gustaría ver, a mÍ también. ¿Dón-
   de es?
GABRlEL -Las acompaño.
LORETO -Yo me quedo aquí.
LEONTI A -¡Ven! Debe ser entretenido.
LoRETO - (sE SIENTA) No me interesa.
LEO TINA -A mí siempre me ha fascinado la ropa que usan
   los demás. Sobre todo los zapatos. M~ impresiona la gente
   que tiene muchos zapatos. Tuve docenas y docenas cuan-
   do vivía tu padre. Cuando una tiene muchos zapatos se
   siente protegida. Tu abuela tenía más de ciento veinte pa-
   res. Estantes y estantes llenos de zapatos. Me acuerdo de
   unos de plástico, transparentes. Nunca se los puso, que
   yo recuerde. No tenía edad para esas gracias, tampoco.
   ¿Cuántos zapatos tendría esta ... esta mujer? ¡Voy y vuelvo!
   ¡No te vayas! o. ¿Cómo te vas a ir? Esta es tu casa. (A
   GABRIEL) ¿Dónde están? (GABRlEL HACE UN GESTO HACIA LA
   PUERTA DE LA DERECHA. LEONTINA SALE. GABRlEL LA SIGUE. Lo-
   RETO PERMANECE INMÓVIL UN PAR DE SEGUNDOS. REPENTINAMENTE
   SE DOBLA Y LANZA UNA EXCLAMACIÓN, DESAHOGÁNDOSE DE LA TEN-
   SIÓN DE LOS REENCUENTROS. SE CALMA. MIRA HACIA LA LICORERA.
   VA A LA MESA Y SACA U A MÁQUINA FOTOGRÁFICA MÁS PEQUEÑA DE
   SU BOLSO. GABRJEL ENTRA. SE MIRAN. DA UN PAR DE PASOS HACIA
   ELLA, SONRlENDO) .
GABRlEL - ¿Puedo pasar?
LoRETO -Gracias por no decirle a nadie lo de antenoche.
GABRlEL -Nada es gratis.

                          APAGÓN




                              46
SEGUNDO ACTO




GABRI EL Y LORETO ESTÁN EN EL MISMO LUGAR EN QUE ESTABAN AL
TERMINAR EL PRIMER ACTO.




LORETO - (DEJA LA MÁQUINA FOTOGRÁFICA SOBRE LA MESA) Tú sa-
    bes qu e yo n o tuve n a d a que ve r co n lo qu e p asó.
GABRIEL - (SONRÍE) No. No sé.
LORETO - (TOMA FL VASO DE VINO) Yo n o m a to a la ge nte . La
    despe ll ejo.
GABRIEL - ¿Cómo?
LoRETO -Les qu ito la p ie l. Me g usta ver a la ge nte sin pie l ...
    o, por lo me n os, sin ro pa. ¿M e vas h ace r e l show?
GABRIE L - (ABRAZÁ'<DOLA) Si quieres. E n privad o. Es m ás caro,
    eso sí.
LoRETO - (sE APARTA DE ÉL) ¿No pue d es h a bla r d e o tra cosa
    qu e n o sea d e p lata?
GAHRIEL. -Bue n o ... tod o tie n e que ve r co n plata en a lgún mo-
    m e n to . Lo qu e p asa es que la ge nte que ti e n e pla ta sie m -
    pre se o lvid a d e que h ay a lgun os qu e no tie n e n y ... es muy
    d esagr a d a bl e te n er qu e h a b la r d e l asun to . . . d e pués .
LoRETO - ¡Ti e n es tod a la razón ! Es un d esas tre. Y si un o p aga
    p o r ad e la n tad o pue d e e xig ir que te d e n lo que te h a n pro-
    m e tid o.
G -BRI EL - Cla ro.
  
LO RETO - Si te saco un as fo tog rafías n o m e las cobra rás a p ar-
    te, me im agin o.


                                    47
GABRIEL - ¿Qué tipo d e fotografías ?
LoRETO - Del show. Comple to. Co n todos los d em ás, con lu-
    ces, con música, con tod o .
GABRIEL -Esto es tá cerrado.
LoRETO -        o para mí. Yo soy la nueva dueñ a.
GABRIEL -¡Puf! ¡Has ta que eso se se pa ya no voy a es ta r e n
    ed ad de h acer el show!
LORETO - Ya se sabe.
GABRIEL - Pe ro e llas . .. ¿que n o es d e ellas? ... Las h e re de ras . ..
    U n a h erm an a es m ás que un a so brina.
LORETO -Ese es pro blem a mío. En tod o caso, ¿pued o sacarte
    o tras fo tos e n p rivad o?
GABRIEL - ¿Para qué las quieres?
LORETO - Según . Para reco rdar un bue n m o m e nto, si es que
    el m ome nto es realmente bue no . Para publicarl as en un
    libro sobre los h o mbres que h e co n ocido, si es qu e te lle-
    go a con oce r. O porque sie mpre saco fo tografías de todo
    lo qu e m e en cu e ntro e n el camin o . (APAGA LA LUZ. SóLO
    QL'EDA UNA LUZ - DE LA CALLE- QUE TOMA PARTE DE LA MESA)
    ¡Pod rías a parecer re tra tad o e n H o landa ! Pod r ía se r tu
    lan zami e nto com o el chi co sexy 1989.
GABRIEL - (SE ACE R A ELLA Y LA ACARI CI No creo que m e eli-
                       CA                    A)
   j an el m ás sexy tres añ os seguid os . (ELLA PREN DE LA LUZ.
    ÉL ON RÍE) Era bro m a. No. No qui e ro fo tos. Y n o te te ngo
    mied o, ¿ah ? Pued o h acer lo que quie ra y no me puedes
    ech ar. ¿O qui e res qu e cue nte que es tuviste esa noch e con
    el fi n ad o? ¿Que fui ste la última e n ve rlo?, ¿ah ?
LoRETO -Pued es d ecírselo a qui en quie ras. Va a ser una la ta ,
    p ero n o ten go nada que ocul tar.
GABRIEL -Ento n ces lo voy a hace r.
LORETO -Hazlo. Cie rto . Puedes h acer lo qu e quie ras .. . Si es
    qu e qu e das libre d e culpa, se rá eso .
GABRIEL - ¿Qué culpa?
LoRETO - Eras am ante de la se ñ o ra Co rin a, ¿cierto? (APAGA
    LA LUZ) ¿La ma tó mi tío, cua nd o se e nteró? ¿O la mataste



                                    48
tú? (P RENDE LA L z) ¿O mi tío la m a tó y tú m atas te a mi tío?
     (GABRJ EL SE VA A SENTAR EN UNA DE LAS SILLAS QUE ESTÁN J UNTO
    A LA MESA, RJ E DO) Típi ca risa n ervio sa.
GAB RJ EL - ¡Na que ve r ! No estoy n ervioso.
LORETO - ¿H a estad o e n la cá rcel, a lg una vez? (ÉL RiE) ¿Te
    h a n violado ? (ÉL RÍE) ¿H as es ta d o a punto d e que te m a-
    ten , con un revólve r e n la b oca ? ... ¿H as p e rdido un di e nte
    por un go lpe? (APAGA LA LUZ) No c reas que un o cambia
    m u ch o. U n o pue d e sobrevivir y segui r a d e la nte. Lo im-
    portante es so bre vivir. No te im agin as lo impo rta nte que
    es eso. (P RENDE LA LUZ, GABRJEL SE LEVANTA Y E P        ASEA FU RJ OSO,
    M  IENTRAS HABLA)
                .
G,BRJEL - ¿Sabís que m ás? ¡Ere i últim a! ¡Última! ¡ o, p o h !
    ¡Se acabó esta c u estió n ! ¡Vam os a lla m ar a los p acos y va-
    mos a aclarar la c u es ti ó n !
LoRETO -Bue n o, lla m a. Yo esp e r o a quí. No te preocupes, n o
    me voy a escapar. (SACA N CIGARRJ LLO Y LO ENC IENDE)
G. BRJEL - Yo los conozco. ¡Yo te n go a migos! Me van a c reer a
    mí. ¡No se puede a ndar in ve ntá nd o le cosas a la ge nte! ¡Cla-
    ro! ¡Tod os cree n que p orq u e tra b aj o e n esto, m e pue d e n
    u sar co m o e tropaj o! ¡Pe ro n o, se ñ o ra, n o! ¡Si tú estuvie rai
    en mi luga r h a b ríai h ech o cosas qu e yo n o h e agu a n tao!
    ¿Sacarse la r o p a? ¡¿Qu é imp o rta sacarse la ro p a?! ¡Me la
    saco! (SE SACA LA CASACA Y EMP IEZA A DESABOTONARSE LA CAM ISA)
    ¡H ay ge nte que se saca muc h o m ás qu e eso!
LORETO - ¡Pe ro qué niñito ta n to nto! Era un a bro m a, un jue-
    go. Es qu e te p o n es difícil pa ra sacarm e m ás pla ta o n o
    sé qué es lo qu e pre te ndes. Nadi e te va a cree r n a d a. ¿No
    ves qu e ya m e n tiste a n te n och e? Yo n o h e m e n tid o. Ah o ra
    vas a irte afu e ra y m e vas a esp e ra r jun to a la pue rta d e tu
    pieza y yo voy a ir a ve rte a pe n as h a bl e con mi s tías y mi
    m adre qu e rida, que es tá n escu ch a nd o junto a esa pue rta
    e n un a p os ic ió n muy in có m o d a p a ra su s a ñ os y su dig ni-
    d a d. (RUIDOS, CARRER Y C CHJCHEOS JU TOA LA PUERTA DE LA
                            AS
    DERECHA. GAB RI EL RECOGE SU CASACA Y ALE POR LA IZQ lERDA)


                                    49
Así que se d isfraza ron , como d e costumbre . ¡No sacan
      n ad a con esconde rse! ¡Ya las vi ! (AM ELIA, LEONTINA Y AN-
      TONIETA E TRAN RÁPID      AMENTE, VESTIDAS CON TRAJES DE FIESTA DE
      CoRJ A. SoN TRAJES EXAGERADOS. NEG R coN DORADO. MoRADo
                                                O
      CO F CSIA. T LE . j OYAS ENORMES. T RAJES DISPARATADOS PER       O
      QL'E C0 1STITUVE U1 A U IDAD E TRE LOS TRES)
AMELIA - ¡Eres una farsante!
LORETO - (RJE DO) ¡Qué e legantes! ¡No h ay palabras p ara ex-
      presarl o!
LEO TINA - ¡Son tan dive rtidos!, ¿c ierto? ¡So n ta n .. . !
AMELIA - ¡Fue muy instructivo! U n a co nversació n di g na d e
      recordarse.
LoRETO -Y eso que n o la escu ch aro n d esd e el principio.
AMELIA -Estuviste aq uí an te n och e, ¿ah ?
LoRETO - Sie n to qu e vie n es con u na m ala o nda , ¿sabe ? Ma-
      las vi brac io n e , tía. Y com o no es toy para explicacio n es
      latosas, las d ejo y me voy a (TOJIA LA M.ÁQ INA FOTOGRÁFICA
      Y EL BOLSO) .. .fotografiar un poco el luga r. Sim p áticos los
      trajes. o se los saq ue n. Las qui e ro fo tografi ar así. (VA A
      SALIR. A.itELIA LA TOI.IA DEL BRAZO)
A.i!ELIA - ¡Oye!
A.,-.:TONIETA - ¡ O te vayas!
   MELlA - ¿De qué hablaste co n Martín esa n oc h e? ¿Qué te
      d ijo? ¿Por qué te hi zo ven ir?
A.,'ITO IET  - ¿Qué le p asaba? ¿Q u é pasaba? (LORETO SE SUEL       T.
      YSALE) j j O te vayas!! (SE OYE LA RISA DE LORETO)
LEON     TINA - ¡Lo reto! ... Se fue.
A.,'iTo JETA - ¡Qué fre ca! Pero n o irá lejos. Al d o rmi tori o m ás
      cercan o co n ese p uto.
AMEUA - ¡Te e n can ta la palabra puto, te fasc ina!
A"'TO JETA - ¡ o seas re p rimida!
A.iJELIA - ¡Típi co! U n a vez qu e te ne m os a lgo impo rtante d e
      q ue h abla r y te de di cas a in ul ta rm e. En cambi o a ésta
       (1 DICA A LEO TI A QUE EXAM INA LAS PEL C:AS) nun ca le di ces
      n ad a.


                                  50
ANTO lElA -Bue no, de acuerdo, h ablemos. ¡Hablemos, pues!
LEONTI A-Ésta para ti , ésta para mí. ..
AMELIA -¡Te qu edaste con la m ejor!
ANTo IETA - (AAMELIA) ¿Te h as vue lto loca? ¿Te vas a poner a
   pe lear por la peluca d e un a muerta? Todo esto, los trajes,
   e ra po r los juegos d e antes, los disfraces. Una broma para
   la Lore to .
AMELIA - ¡La bro mita! ¡Nos e mbromó a nosotras! ... Claro
   q ue, a lo m ej or, la Lo re to n o quie re qued arse, fin alm e nte.
   A lo mejor esto la asquea. Es bastante asque roso.
LEONTINA - (QUE SE HA PUESTO LA PEL CA, SE LA ARREGLA) Se va
   a qu edar, creo yo.
AMELIA -La fo tografía d e mo nstruos es un campo muy lim i-
   tad o.
ANTONIETA -No creas.
AMELIA -Después de fotografia rnos a noso tr as y a nues tras
   amigas se va a qued ar sin m a te ria l. La Lore to d ebe ser feliz
   e n Euro pa. Es o tro mundo. De be ría vo lve rse, ¿n o crees?
LEO TINA - Es mi niña.
AMELIA -Si a ntes n o n os m e tíam os co n ella, ahora me nos. No
   n os quie re como n osotras la qu erem os. No n os n ecesita.
   Es tam os viej as ya. A lo úni co que p od em os aspirar es a te-
   n e r una bue n a pieza e n un a clínica, cuando n os llegu e la
   h ora. A ten er cuidad os y calmantes para sopo rtar el dolor
   que te ndrá que llegar ... que es tá llega n do .
LEONTI A- ¿Estás e nfe rma?
ANTO IETA - ¿Qué ti e n es?
AME LIA - (TRATAN D DE so REíR ) No es un a enferme dad muy
                       O
   es pec tac ula r d e n oved osa, pe ro igual m e va a d espach ar. ¡Y
   no qui e ro morirme e n una sala común ! ¡Le ten go te rror a
   eso! (T RANQU ILA) Quie ro mo rirm e e n fo rma privad a.
LEONTINA - (ANGUSTIADA) No te p reocupes, pobrecita, de al-
   guna m an e ra nos arreglare mos, pe ro tendrás un a clínica
   d e lo m ej o r. ¡Y flores ! ¡Y te levisió n e n colores !, ¿verdad ,
   Anto nie ta? (A AMELIA ) No e res la úni ca que ti e ne mied o.

                                  51
AMELIA -Me íen to mal.
ANTONlETA - ¿Y cuál es tu enfermedad? ¿La vejez?
AMELIA - (SE VUEL VlOLENTAMENTE HACIA ELLA.) Sí. Me está ma-
                      VE
      tando .
LEONTlNA -Nos está matando a las tres.
ANTo JETA -¡A mí no! ¡Soy mucho más joven que u sted es!
      ¡Podría casarme todavía!
AMELIA -¡La novia de Franke nsteín!
ANTONIETA -Podría. Si quisie ra, podría. (CAMINA HACIA LA
     PUERTA DE LA IZQUIERDA) Por ej emplo, podría ... ¿H an pe n-
     sado que en este mismo momento la Lore to está hacie ndo
     el amor con Gabrie l a pocos m e tros d e nuestras n a rices?
     ¿Se lo imaginan? (MANOSEÁNDOSE A SÍ M       ISMA Y .MIMAN DO EL RE-
     CHAZO) "¡Ah! ¡Ah! ¡Mi amor ! ¡Mi vida ! ¡Ah ! ¡Oh! ¡No! ¡Sí!
      ¡Muéve te para allá! ¡Mmmm! ¡Ay! ¡Más rápido! ¡No tan
     rápido ! ¡No m e muerdas la oreja! ¡No, no! ¡Muérde m ela,
     no m ás ! . .. ¡MMMM ! ¡Ay¡ (SE TIENDE SOBRE LA MESA CON LAS
     PIERNAS AB IER TAS) ¡Tatatatán!"
AMELIA -Tú , d e lo que es tás enferm a, es d e vulga ridad (sE
     PONE LA PELUCA. PAUSA. LEONTINA AYUDA A AMELIA A ACO M           O-
     D ARSE LA PELUCA. ANTON IETA SE EN DEREZA LENTAMENTE SOBRE LA
     1JESA Y LAS MIRA).
~'ITON I ETA -Ahá. ¿Así es que qui ere n h ablar realmente en serio?
AJ,IEL!A -Lógico.
LEONTINA -Yo siempre h ablo e n se rio.
ANTONIETA - (SE BAJA DE LA MESA Y VA A BUSCAR SU CARTER De      A).
     ac uerd o . Eso es lo que vam os a h ace r, enton ces. Vo lvamos
     al te ma. Necesitamos la casa y la Lo re to no .
LEONTI A-Parece que sí la n ecesita.
~IELIA -La vam os a te n e r qu e ch antaj ear. Estuvo m e tida e n
     much a cosa po lítica.
ANTON IETA -Eso ya es tá pasado d e moda.
AMEu A -Sin contar que es tuvo aquí, a ntenoch e .
ANTo JETA -Tambié n podríamos ch antaj ear a Gabriel, qu e
     no lo dijo .                           -

                                  52
LEO n A--Si es por eso yo podría chantaj ead as a ustedes d os.
AM ELIA -Ah, ¿sí?
LEO T!N - Pero eso es algo que n o e h ace con la gente . No
      e ju to .
M TONIETA - (INCRÉD ULA) ¿No es QUÉ?
LEONTINA - (TEMBLOROSA) ¡La justicia! Lo q ue está bien y lo
      que e tá mal. Y yo no voy a pe rmiti r. ..
ANTO IETA - ¿Tú?
LEONTI A- (RETR          OCEDE N POCO, INSEGU RA) ¡Sí, yo!
ANTo IET -Tú n o debe rías abrir la boca jamás. Tie nes un te-
     j ad o de vidrio del tam a ño d el océano Pacífico . La Lore to
      te podría acusa r a ti d e se r una madre d esastrosa, por h a-
      be r e ngañ ado miles d e vece a tu marido. ¿No te pegaba
      cad a vez qu e lo e ngañabas?
M ·IUJ. - (sE Ri E) ¡Noo! ¡Estaría m u erta! ¡Sólo le pegaba cuan-
      d o la d esc ubría !
ANTo IETA -Todo se reduce a lo qu e se d ecía e n e l Co legio:
      "Cali e nte co mo una p lancha" .
M IE.LL - Uy, yo h ace añ os qu e d ese nchufé la p lan cha. Lo
      úni co que nos qued a es sobrevivir dign am ente .
ANTON IETA -Mira, lo d e d ig na m ente es ecundario.
LEONTI A -Si un hombre tie ne bue n cue rpo es n a tural q ue
      un a se inquie te .. . Es un deseo instintivo d e superación de
      la es pecie ... O sea .. .
   ME Ll A -¡Esa se rás tú!
LEON    TINA -Toda la ge nte es ig ual.
Aw:u , -¡ Comp le tam e nte falso! ¡Yo m e puedo poner la ropa
      d e esa muj e r ! ¡Su pe luca ! ¡Pero yo no soy como e lla ! ¡Yo
      soy yo! ·Po rqu e n o m e vas a d ecir que has pe nsad o po r un
      m o me nto q ue te ngo a lgo e n común con e a muj er zue la !
}¡'11 o IFTA -¡ Us ted es dos so n in cre íbles! ¡ o se puede co n-
      cre tar nad a! ¡ o se pued e te n e r una conve rsació n lógica !
      Y ah o ra , d éj e n m e habla r.
M1 El.IA -¡Qué risa! ¡Como si no h ubiera estado hablando
      tod o !. ..

                                  53
LEON NA - (SIM LTÁNEAMENTE QUE AMELIA) Pero si nosotras es-
      TI
    tamos calladas, no hemos abierto la ...
ANTONIETA -¡A callarse! ¡No quiero que se muevan siquiera!
    ¡Me distraen! ¡Me pongo tan loca como ustedes! H emos
   perdido la costumbre de razonar. Y h ay que establecer
   ciertos puntos básicos para seguir adelante. Es indispen-
   sable, tal como están las cosas .. . Martín mue rto e n esa
   forrna ,junto a esa mujer. .. La Lore to h eredando esta casa
    tan repentinamente .. . Estuvo con Martín antenoche. Ese
   sujeto , Gabriel , la encubre. ¿No es lógico pen sar que ella
   lo mató? Ella con sus m onstruos adentro . ¿No es lógico ?
AMELIA -Es evidente.
LEONTI A-Es imposible.
ANTONIETA - (A LEONTINA) ¡Tú n o sab es n ada !
AMELIA -A ve r, ¿qué vida h a llevado tu hija e n Euro pa? ¿Co n
   quién se h a juntado? ¿Quié n es so n sus amigos? No sab es.
ANTONlETA -Y la ge nte que ha estad o e n la cárcel nun ca vuel-
   ve a ser la mism a. Es lo que dice n.
LEONTI A -La Lo re to es tuvo aquí e n la cárcel por sus ideas .
   No es que h aya h ech o n ada malo.
ANTó JETA -Cuando la ideas son m alas son lo m ás n efas to
   que pued e habe r. ¿0 no? (LEONTI AY fu. IELL< SE II RAl1)
AMELIA Y LEOJl"fiNA - "¿0 n o?" (SE RÍ EN) "¿0 n o?" (SE RÍEN)
   "¿O n o?".
ANTON IETA - ¡A callarse! ¡A calla rse, he· di cho! (SILENCIO) Así
   es que ya lo sabe m os todo. Pe ro, ¿qué pod e mos hace r no-
   sotras? No pod e m os acusarl a a la policía.
AMELIA -Impe nsable.
LEo TI A - Claro. o nos co nvie n e.
ANToNIETA - ¿No h abla bas d e la Justicia? Bue n o, ¿y la Justi-
   cia?
AMELIA -Bue n o, n o te p on gas fantasiosa . ..
LEONTINA -Si lo hizo, Dios la castigará.
ANTo JETA -Leo ntina, es te rrible, yo sé lo que sie ntes, como
   si fu é ra mos siam esas y la misma san gre y los mismos pen-

                               54
samie ntos nos circularan por el cu erpo . La Loreto será
     sangre de tu sangre, pero yo la armé, ¿entie ndes?, como
     si fue ra un rompecabezas yo armé a la Loreto ¡de cu erpo
     y alma! . .. Es peor para mí. ¡Mil veces peor! Si tu corazón
     san gra, es mi cerebro ente ro el que se desangra, e l que em-
     pieza a morir. ¡Y no es justo! ¡No, se ñor! ¡Nones! ... Trata
     d e ente nde r.
LEo TINA - (ANGUSTIADA) Yo trato, ¡de veras!
ANTON IETA -¡La Lore to no puede irse sin u n castigo! ¿Por
     qué crees tú que quemaban a las bruj as? ¿Como u n ejem-
     p lo para los d emás? "¡Si hacen esto correrán la misma
     su e rte !" ¡No! ¡Las qu emaban porque así salvaban sus al-
     mas, ¿entie ndes lo que quie ro decir? (LEONTINA N            IEGA) Si
     m or ían sin castigo sus almas quedaban cond enadas por la
     e te rnidad . ¿Quie res eso para tu hija?
LEONTINA - ¡Pe ro ... la Lore to no es una bruj a!
ANTON IETA -Es un a asesina. Es pe or. Ma tó a tu h e rmano.
AMELIA - ¿Y qui e ren que d ej e d e tomar? (BEB          E)
ANTo JETA - No p od emos seguir h a blando y d ejar que las co-
     sas pasen , sin in te rve nir. Te n emos que salvarla a la pobre-
     cita ... la po bre infe liz . . . Miren , yo aquí te ngo esto. (MuES -
     TRA U FRASQUITO PEQUEÑO QUE HA SACADO D SU CARTERA) Es
                                                          E
     la mue rte . Lo m ej or e n ve n eno que h e conseguido e n to-
     d os estos a ñ os . Me h a costad o, ya n o es tan fácil co mo e n
     la a ntigü ed ad . Yo que ría mo ri rme porque es te mundo es
     un a po rquería, ya lo sé.
fu t ELI A - (CANTURREA) En el quin ie ntos di ez
                            e n e l dos mil también!
fu'JTON IETA -Po drido, tod o p odrid o sin vue lta. Mejor morirse .
LEONTINA - (D ESCONTROLADA) ¡Q ued a d em ostrad o que las re-
     ligion es eso té ricas n o pued e n ni podrá n compre nder las
     e nse ñanzas d e u estro Se i'ior e l Cristo e n sus aspectos
     trascend e nta . .. !
Al TONIETA -¡Eres d esesperante! ¡Habría prefe rid o que fu e-
     ras alco h ó lica, com o la AJ:nelia!

                                    55
AMEUA -Ja! (BEB           E)
A.NTo IET -           o estoy para bromas. Ni una m ás. Ni siqu ie ra
      juegos de pala bras. Sólo vo a d e ir esto una vez. (To r.IA EL
      VASO DE LORETO ) E te es e l trago de la Loreto. Vino b lan-
       co . Aquí echo e l ve n e no. (Lo IIACE ) Listo. Dej é moslo a
       la suerte. Si e lo toma e porqu e Dios qui e re qu e viva-
       mos. Y qu e vivamos bie n. ¡Po rque as í yo no puedo seguir !
       ¡Como un p a rásito! , ¡vivie ndo d e pres tado ! Y tambi é n es
      ju to que e lla viva porqu e e m ás j ove n . ¡Pe ro h a tira d o a
       la basura todas sus po ibilidades! ¡Lo bue no que le h abía
       e n señado con ta nta d e dicació n y a mor! ¡Dej ándonos p o r
       ide a e xtrar~ e ras, p ar a te rmin a r acá ndo le fo tos a e nfe r-
       mos y d ege n erados!       esinand o a un h o mbre ta n ... nu es-
       tro h e rma no . (Lit. IPlA FL BORDE DEI ', SO CON L PÑUE LO)
                                                               '.
          quí es tá. Es un ven n o rá pido . (SON RIS. f RANQL ZADORA
                                                                  'ILI
      .. L EONTI A) as i n o du e le. U t d es n o lo toqu e n ¿Ente n-
      diste, Leo ntin a?, ¿ente ndiste bie n ?
L Eo:-.11. .· -Yo lo e nti e ndo tod o. ¡Uste d es m e tra tan como
        i fue ra un a es túpid a! Y eso e p o rque tie n e n un a te rri-
      b le confusió n e ntre d os m a nda mi e ntos d e la Ley d e Dios.
       El exto manda mie nto n os orde n a NO FORN ICAR, lo que es
      muy di tinto a No ADL.tTFR.-R , d e adu lte ri o. Fo rni car es bo-
       tar e l agu a pu ra d e la vida. o ea, e l se m e n .
  NTO, lET. - (TPNDO E LOS OÍDOS) j 000!
  ~ ! ELlA - ¡ o digas esa p ala bra inmunda ! ¡Sa bes qu e n o p u e-
      d o sop o rta rl a!
Á''TOJ' IETA - (CON LOS OÍDOS TP,DOS) ¿Ya termin ó?
L EO:-.'TJNA - ¡ o, n o! o fo rni ca r es a preciar las aguas d e vida
      sabiam e nte.
AME UA - ¡Sabi am e nte! En eso fui ste m ás a bia q ue a lomó n .
L WNTIN - Ese es e l g ra n sec re to d e la vida y d e la re d e n c ió n
      huma n a. O fo rnica r es VIDA, C  STID D CIENTÍFICA, FELI CID . AD
      Fo rni cac ió n es DESTRLJCCIÓN y ML'FR rE. Se fo rnica on la
      m e nte, e l ve rbo y lo ó rga n os cread o res.
AMF II < -M e n os m al qu e e l te lé fo n o es tá libre d e c u lp a.


                                    56
T NIETA-¡Agarró vuelo!
LEO TINA -Si se aprende a controlar los órganos genitales
     se logra la C TIDAD CIENTÍFI CA. (ENTRA LORETO. LEONTINA
     SE ELVE H      ACIA ELLA Y LE ENDILGA EL DISCURSO) ¡Fornicación
     fu e el d e lito contra n a tura cometido por los Adanes y las
      Evas. Fue la viol ació n al Gran Manda to Universal. Gé ne-
     sis: d el dos al diecisie te. Le vítico : todo el capítulo quince,
      es pecialme nte los ve rsículo dos y del quince al dieciocho.
      ¡H e aquí el p ecado original! ¡Quie n quie ra ir a p a rar a los
      abism o p a ra su d esintegració n total, donde só lo se oye
      el llo rar y el c rujir d e die ntes, allí e tá el sende ro del Mal!
      ¡La FORN ICAC IÓN!
M I ELI  - (A LORETO) ¡Estás rutil ante!
ANTO 'IET  - (so RIE DO MALI IOSAMENTE) Diez anos menos.
      Com o si hubi e ras to mado sol e n la playa.
LORETO -(DE;)A SU BOLSO SOBRE LA M            ESA) Fue algo asÍ.
A,'JTO IElA - ¿Puedes co ntarle algo a tus vi ej as tías?, ¿p a ra
      imagi n arn os có m o fu e?
LoRETO -Saqu é un as fo tos bi e n a trac ti vas. U n b o nito cu e r-
      po. ¡Es ta n d esinhibido!
ANTON IETA y 1JIELIA- (LI BIDINOSAS) ¡Mmmmm !
LoRETO -Creo que pue d e n res ul ta r n oved osas.
A~ I ELIA -(so:-.JRJS. ~escÉPT I CA) ¿Sólo fo togr afías?
LoRETO -U n r o ll o co mpl e to.
r..'H01 I ~TA - ¿Las p o dre m os ve r, d e pué ... a mpliad as? Te n go
      un a . ó lida for m ació n plá ti ca, tú a bes.
LoRETO -(~ ti RA , su ALREDEDOR) Voy a cambi a rl e el rollo a la
      m áqu in a. (LO II ACE EN UN RJ CÓN, EVITANDO LA L Z)
A~ I E LIA - Lo sab e m o to d o, qu e es tuviste aquí, a nte n och e,
      que Ga brie l n o se lo dij o a la p o licía, que Martín te d ej ó
      es ta ca a co m o h e r e n cia. No n o p arece justo, así es que
      vam os a d a rte p ro ble m as si si ... (BEBE)
LnRETO -Te es toy es u ch a nd o, tía.
A, TONW L - Si te qu ed as.
LoRETO -          o m e pi e n so qu e d a r.


                                   57
LEONTINA -¡Yo abía! ¡Es una buena niña!
LORETO -Voy a ve nder esta casa y me voy a ir. No todavía,
    lógico. Tengo que hacer otras se iones de fotografía.
AMELLA -Leontina, no es una buena niña.
Lo RETO -No me quieren quitar la casa, ¿no? ... ¿O sí?
AMEUA -Tenemos que sobrevivir de alguna forma, mi linda.
    ¿Y qué es eso de que eres la heredera de la casa? ¡No pudo
    habértela dejado para ti so la ni aunque hubiera querido!
   Te corresponde una cuarta parte de todo, cuando mucho.
    O menos. Supongamos un octavo. Una hermana es má
    que una sobrina.
ANTONIETA -Y una cuarta parte de libre disposición, que se
   llama.
AMELLA -¡Pero nada más!
ANTo JETA -¡Nada más!
AMELLA -¡E o es lo legal! ¡Si no somo e tú pidas!
LoRETO -Dejó un te tamento.
ANToNJETA -Habría que verlo.
AM.EUA -¿Y adónde e tá?
LORETO -En Investigaciones.
LEONTI A -(MIRA. EL VASO co VE ENO) Toda nuestra vida está
   en Investigaciones.
M1ELIA -Ahí veremo , entonces.
LO RETO -Por supue to. Esta ca a me la dejó a mí. Fue su deci-
   sión. Yo jamás le escribí. Nunca le pedí nada. Lo único que
    hacía era mandarle una tarjeta de Pascua cada dos años. A
   veces pensé llamarlo y pedirle prestado para un proyecto
   y nunca me atreví. ¿Realmente están preocupadas por e l
   futuro, ustedes? Lo que me dijo a mí es que iban a quedar
   protegida . Fue lo único que me dijo.
AMELLA -(SE RÍE Fl:.ROZMENTE) ¡Protegidas! ¡Alegrémono , chi-
   quilla ! ¡ o nos van a mandar a un asi lo de ancianas!
ANTo rETA -¡Qué felicidad! ¡No tendremos que pedir limos-
   na! Y podremos cubrir nuestros huesos con ropa usada
   pero limpia.

                             58
LoRETO -¡Para lo que han trabajado en sus vidas es bastante! ,
   ¿no? ( !LEN JO M R     TAL ANfONIE E LE ANTA Y, 1 MIRAR A
                                     TA
    AO JE,   !!A !A lA Ll RERA. TOMA A PELUCA OLORINA Y E
   lA PO E)
AATO JETA - ¿ , mo me queda? (LEONTINA ORRE A ACOMü-
   DÁRSEL.A)
Lw TI A-¡ Regia! Pa reces colorina auté ntica. Tienes la piel
            m tran pa re n te. Y la ma ncha e te ve n como las pecas
       d la ge nt j ve n . Tran parent .
     TONIET - E curioso, ¿ah? La mue rta tenía exactamente
       nu tra talla, e d ecir, kilos más, ki los me nos.
  ~ J ELIA -¿D ' nd d j é mi trago yo ?
Lw l J A -¡Aquí está mi vaso! Este es e l mío.
A. TO JET - E a troz qu e ternos vestidas como la muerta.
           troz. ¿Por qu - lo ha mos?
               - o n traj      dive rtidos. Sie mpre nos disfrazamos.
          ie mp re.
LoRHO -E tába mo habland o d e plata.
ANTo JFTA - i va a acar la fo to, hazlo rápido. No voy a o-
        po rta r to much o más.
LoRF o -¡ Plata! ¡Plata!                e h agan las orda . Quiero pu-
        bli ar o tro libro d e fo tografías. La venta de e to m e dará
        paraba tan te má que o , lógico, pe ro qui e ro hacer algo
       a gran ni ve l. Te ngo d er cho a hace rlo po rque te n go tale n-
        to . Us ted es se colgaro n del cue ll o d e mi abuelo y cuando
       e l pob re vi jo e murió, agotad o, e colgaron del cu ello
       de l tío Ma rtín . Él pe nsa ba que u ted        ran un as san gui-
       juelas qu e 1 chupaba n la sang re. No e ra buen o mi tío
        Martín . Le gu ta ban la mt0 re mala qu e e gan an la
       "id a. D cía q ue la nnü eres bue nas le h ab ían costad o un a
        bo la y la mi tad d e la o tra.
  ~ 11-.l. L -Eres m ala.
A"' JOi JU  -¡ Martín n o p u d h a ber di ch o eso!
A l t J:LJ ¡ - Y si lo dj o  ra un m nti ro o . U n avaro , ad emá .
       ¿ abes cuá n to n o d aba para vi vir al me ? ¿Para la tre ?

                                   59
¡Trescie ntos mil p eso ! ¡Mil d ó lare , apen as! ¿Tú crees
     que se puede vivir en fo rma d ece nte co n eso? ¿Pagar d os
     emplead as, un j a rdin ero, m anten e r e l a uto? ¿Comprar los
     rem edios, las vi taminas? ¿Invitar a las ami gas? ¿Crees que
     se pued e? ¡ o e puede!
LEONTINA -Loreto, ¿quieres ponerte una peluca? H ay más.
     (AM:f.UA LE LANZA NA M    IRADA ASESINA YDA UNA PATADA EN EL SUELO)
AMELIA - (BUFIDO) Po r supues to q ue n o te vam os a ch an taj ear.
        i a ti n i a ese pobre di ablo qu e te h a gustad o tan to. Era
     un a m an era de decirte lo d esespe radas que es ta m os. A
     nues tra edad n os m e rece m os un a bue n a posició n. Pe ro
     tú, p or tus libros inmundos, e res ca paz d e pasar por e n ci-
     ma de nu estro cadáver. . . Bue n o, ¡ya pa a te po r e n cima
     del cadáver d e tu tío!
.ANTONIETA - Q ued arás para sie mpre co m o una ingrata.
M IELIA -Para sie m p re.
LORETO - ¿An te q uién ?
A:. TONIETA - Ante nosotras, qu e te lo he mos d ad o tod o.
LORETO - ¿Todo?
ANTON IETA - ¡Todo!
LORETO - ¡Tambi én mi m an e ra d e se r y de p e nsar ! ¡No tie ne n
     nada q ue ec harme e n cara!
ANTONlETA - ¡Tú antes no eras así. Fue tu marido e l que te
     engañó y te d j o qu e lo n egro e ra blan co.
AMELIA - ¿Qui én e res tú, e n to d o caso , para qu e ve ngas a
     ped irnos cue ntas de lo qu e ha sido nu e tra vi d a? ¿Quié n
     eres? ¡ na m orbosa q ue aca fotos re pugnantes!
LORETO - Eres un dinosau rio , tía. Vivirás h asta q ue te mue-
     ra , pero desp ués nad ie pe nsará co m o tú. Tu es pecie se
    extin g ue.
M!EL!A - (RÍ E FEROZMEN        TE) ¡Inge nu a palo m a! ¡Mi esp ecie
     prospera! ¡ o eres la ún ica q ue p uede po n erse e n cima e l
     tÍtu lo: YO SOY II U lANA.
ANTONIElA - A lo mejor la m andaro n d e Euro pa pa ra di ctami-
     nar q uién puede llevar e l títul o.


                                  60
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda
La remolienda

More Related Content

What's hot

A fábula dos feijões cinzentos
A fábula dos feijões cinzentosA fábula dos feijões cinzentos
A fábula dos feijões cinzentosCharlies Ponciano
 
A história dos três reis magos
A história dos três reis magosA história dos três reis magos
A história dos três reis magosFi Nobre
 
Power Point Sapo Apaixonado!
Power Point Sapo Apaixonado!Power Point Sapo Apaixonado!
Power Point Sapo Apaixonado!guest0bf490
 
La Bruja Rechinadientes
La Bruja RechinadientesLa Bruja Rechinadientes
La Bruja Rechinadientesguest45ab7cb
 
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formiga
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a FormigaFábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formiga
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formigajoanalucasqueiros
 
Ciclo do pão
Ciclo do pãoCiclo do pão
Ciclo do pãoIsa Crowe
 
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)Ana María Sánchez Rodríguez
 
Reis magos-e-tradições-de-natal
Reis magos-e-tradições-de-natalReis magos-e-tradições-de-natal
Reis magos-e-tradições-de-natalZaara Miranda
 
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada São Grancho
 
A formiga horripilante[1]
A formiga horripilante[1]A formiga horripilante[1]
A formiga horripilante[1]Mara Pinto
 

What's hot (20)

A fábula dos feijões cinzentos
A fábula dos feijões cinzentosA fábula dos feijões cinzentos
A fábula dos feijões cinzentos
 
Mauro e o dinossauro
Mauro e o dinossauro  Mauro e o dinossauro
Mauro e o dinossauro
 
A história dos três reis magos
A história dos três reis magosA história dos três reis magos
A história dos três reis magos
 
el fabricante de risas.pptx
el fabricante de risas.pptxel fabricante de risas.pptx
el fabricante de risas.pptx
 
Poemas dia do pai
Poemas dia do paiPoemas dia do pai
Poemas dia do pai
 
O espantalho enamorado
O espantalho enamoradoO espantalho enamorado
O espantalho enamorado
 
Power Point Sapo Apaixonado!
Power Point Sapo Apaixonado!Power Point Sapo Apaixonado!
Power Point Sapo Apaixonado!
 
La Bruja Rechinadientes
La Bruja RechinadientesLa Bruja Rechinadientes
La Bruja Rechinadientes
 
Conto arvore generosa
Conto arvore generosaConto arvore generosa
Conto arvore generosa
 
Frutos do outono
Frutos do outonoFrutos do outono
Frutos do outono
 
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formiga
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a FormigaFábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formiga
Fábulas de La Fontaine- A Cigarra e a Formiga
 
O palhaço-tristoleto
O palhaço-tristoletoO palhaço-tristoleto
O palhaço-tristoleto
 
História do circo
História do circoHistória do circo
História do circo
 
Ciclo do pão
Ciclo do pãoCiclo do pão
Ciclo do pão
 
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)
El artistazo de Picasso - Cuaderno del alumno (1º Primaria)
 
O beijo da palavrinha
O beijo da palavrinhaO beijo da palavrinha
O beijo da palavrinha
 
Reis magos-e-tradições-de-natal
Reis magos-e-tradições-de-natalReis magos-e-tradições-de-natal
Reis magos-e-tradições-de-natal
 
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada
Adivinhas dos animais da Mata do Ribeiro da Enxurrada
 
A formiga horripilante[1]
A formiga horripilante[1]A formiga horripilante[1]
A formiga horripilante[1]
 
cuento "Sigueme"
cuento "Sigueme"cuento "Sigueme"
cuento "Sigueme"
 

Similar to La remolienda

Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...
Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...
Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...Ayuntamiento de Málaga
 
Dosier Cuentos de la vieja España
Dosier Cuentos de la vieja EspañaDosier Cuentos de la vieja España
Dosier Cuentos de la vieja EspañaJose Luis Matienzo
 
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...Javier Ruiz
 
PRESENTACIONES
PRESENTACIONESPRESENTACIONES
PRESENTACIONESEle RC
 
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdf
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdfarte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdf
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdfLuciSosa1
 
Arte Paleolítico Documental “La cueva de los sueños olvidados”
Arte Paleolítico  Documental “La cueva de los sueños olvidados”Arte Paleolítico  Documental “La cueva de los sueños olvidados”
Arte Paleolítico Documental “La cueva de los sueños olvidados”Alison Cerda
 
Agenda jiwaki septiembre 2013
Agenda jiwaki septiembre 2013Agenda jiwaki septiembre 2013
Agenda jiwaki septiembre 2013Erbol Digital
 
Teatro colonial
Teatro colonialTeatro colonial
Teatro colonialtaniz_18
 
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-leon caceres
 
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018Cultura Coahuila
 
19206 17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...
19206  17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...19206  17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...
19206 17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...Robertoolayuncalaros
 

Similar to La remolienda (20)

Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...
Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...
Simón Partal, Nieves Rosales y Alejandro Palomas formarán parte de la cuarta ...
 
Dosier Cuentos de la vieja España
Dosier Cuentos de la vieja EspañaDosier Cuentos de la vieja España
Dosier Cuentos de la vieja España
 
Luchando contra el olvido
Luchando contra el olvidoLuchando contra el olvido
Luchando contra el olvido
 
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...
Prensa 1995 11 03 Diario del Alto Aragón Hemeroteca 1995 - Ruizanglada 20 año...
 
TEATRO Y DANZA
TEATRO Y DANZATEATRO Y DANZA
TEATRO Y DANZA
 
Dosier Escarramán Teatro
Dosier Escarramán TeatroDosier Escarramán Teatro
Dosier Escarramán Teatro
 
Dosier escarraman
Dosier escarramanDosier escarraman
Dosier escarraman
 
PRESENTACIONES
PRESENTACIONESPRESENTACIONES
PRESENTACIONES
 
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdf
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdfarte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdf
arte y creacion los caminos de la estetica marta zatonyi.pdf
 
El_director_y_la_escena.pdf
El_director_y_la_escena.pdfEl_director_y_la_escena.pdf
El_director_y_la_escena.pdf
 
Linea de tiempo arte
Linea de tiempo arteLinea de tiempo arte
Linea de tiempo arte
 
Arte Paleolítico Documental “La cueva de los sueños olvidados”
Arte Paleolítico  Documental “La cueva de los sueños olvidados”Arte Paleolítico  Documental “La cueva de los sueños olvidados”
Arte Paleolítico Documental “La cueva de los sueños olvidados”
 
Historia del teatro
Historia del teatroHistoria del teatro
Historia del teatro
 
Dosier cuentos monologo
Dosier cuentos monologoDosier cuentos monologo
Dosier cuentos monologo
 
Agenda jiwaki septiembre 2013
Agenda jiwaki septiembre 2013Agenda jiwaki septiembre 2013
Agenda jiwaki septiembre 2013
 
Teatro colonial
Teatro colonialTeatro colonial
Teatro colonial
 
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-
Del-teatro-griego-al-teatro-de-hoy-rodriguez-adrados-francisco-
 
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018
Cartelera del Festival de Monólogos Coahuila 2018
 
19206 17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...
19206  17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...19206  17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...
19206 17 lenguajes artísticos - teatro breve historia universal del teatro 2...
 
LENGUAJES ARTÍSTICOS - TEATRO
LENGUAJES ARTÍSTICOS - TEATROLENGUAJES ARTÍSTICOS - TEATRO
LENGUAJES ARTÍSTICOS - TEATRO
 

La remolienda

  • 1. La remolienda y otras obras de teatro E 1 M LJ N 1) O f) E L t S L E f R r S
  • 2. © 1993, ALEJAN DRO SJEVEKI C Insc ripció n Nº 87.924, Santiago de Chil e. Derechos de edi ció n reservados para todos los países por © Edito ria l Uni ve rsitaria, S.A. Avda. Be rn ard o O ' Higgins 1050. Sa ntiago de Chile . e di to r@unive rsita t·ia.cl Ningun a parte de este libro , incluido e l dise ño de la po rtada, puede se r re producida, tra nsmitida o almace nada, sea por procedimi e ntos mecánicos, ó pti cos, quími cos o elec u·ó ni cos, incluidas las fo tocopias, sin pe rmiso esc rito de l edito t·. ISB 95frll -l 843-2 Tex to compu esto e n tipografía !TC New Baskerville 10/12 Se terminó de imptimir esta OCTAVA EDJ CIÓ N, de 1.500 ej e mpla res en lo talle res de Impre nta Salesia nos S.A. Gene ra l Ga na 1486, Sa nti ago de Chil e, e n mayo de 2006. DISEt0 DE PORTADA Y DlAGRrMACIÓN Paula Díaz Rodríguez l enny Isla Rodriguez w ww . uni ve r s itaria.cl IMP RESO EN C HIL E / PRJ NTE D 1 CHILE
  • 3. Alejandro Sieveking La remolienda y otras obras de teatro Prólogo Eduardo Guerrero EDITORIAL UNIVERSITARIA
  • 4. Visite nuestro catá l ogo en ww w. un i ver s i ta r i a. e 1
  • 5. _. In dice Prólogo de Eduardo Guerrero 9 1 GENUAS PALOMAS 19 T RES T RI STES T IGRES 69 LA REMO LI ENDA 121 M ONTAJ ES DE LAS OBRAS 181
  • 6. Prólogo La creación d e los tea tros unive rsitarios - el 4 1 el Teatro Ex- perimen tal de la U nive rsidad d e Chile y e l 43 e l Teatro d e Ensayo de la U niversidad Cató lica- di o luga r e n los añ os cin cuen ta y sesenta a espectác ul os qu e "revolucion aro n " el ambie n te santi aguino . Así, fi e l a sus pro pias d e n o minacio n es - experimental y e nsayo- se p reocuparon d e desarrollar u n repertorio que die ra cu e n ta d el estad o ac tu al de la d ram a- turgia universal (Io n esco, Miller, Pin ter, Bec ke tt ... ), sin d ej ar al margen el interés por la teatralidad d e los mo n taj es, co n- siderando la co nju nció n de los le n guaj es involucrad os en la pues ta. Es te cambio de pe rspectivas n o sólo se manifestó en un mejoramien to grad ual d e las técni cas de ac tuació n (asimila- ció n d e corri e ntes extra nj e ras), d e un trabaj o colectivo e n la producción teatral, un man ej o más ad ec uad o d e los ins- trume ntos físicos, sino que tambié n permitió que n aciera un grupo d e drama turgos conscientes d e su importante papel p ro tagó ni co e n esta re n ovació n ele la esce na n acion al: "La gen e rac ió n ac tual es, indisc utible m ente, el resultad o d el m o- vi mie nto re novad o r ele 1941. Estos auto res n acie ron y se va n pe rfeccio nando de ntro d e la pe rm a ne nte labo r de los teatros u niver~ ita ri os" (Domingo Piga) . De e ta ma ne ra, e n torno a es te proceso, se gen e ra un tra- baj o d ra ma túrgico e n lo qu e se h a d e no minad o generación del 50 o generación de dramaturgos de los teatros universitarios, y qu e comien za a d ar fruto e n los añ os sesenta, co n el ap orte d e a u- to res como J o rge Díaz, Ego n Wolff, Sergio Voda novic, Isido ra 9
  • 7. Aguirre, Luis Alberto Heiremans, Alejandro Sieveking, por nombrar los de mayor trascendencia. Entre el realismo folklórico y el realismo crítico A pesar de que el grueso de su obra data de antes del golpe militar de 1973 y, en consecuencia, de su partida a Costa Rica, Alejandro Sieveking (1934) sigue siendo un nombre vigente en la escena nacional, no sólo por e l estreno o reestreno de algunas de sus más connotadas piezas (con una producción cercana a los treinta títulos), sino por su dedicación ciento por ciento profesional al oficio, tanto como d irector, actor, profesor, estudio o del teatro. Además, una obra como La re- molienda -con sus mú ltiples puestas en escena a lo largo de l paí - e puede con iderar, sin discusión, como un clásico del teatro chileno. Dentro de los posibles cambios y variaciones de su dra- maturgia, siguen siendo plenamente válidas las siguientes palabras de Alejandro Sieveking, publi cadas en 1966 en e l vo- lumen de Teatro Chileno Actual: "Actualmente me siento entre dos corrientes. La primera, un teatro in pirado en el folklore ( ... ). La segunda corriente por la cual me siento profunda- mente atraído es el teatro social". De esta mane ra, sin dejar de lado un primer momento marcado por un realismo psico- lógico (en obras como Mi hermano Cristián, El paraíso semiper- dido, Cuando no está la pared, Parecido a la felicidad, La madre de los conejos, todas de fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta), es pertinente d istingui r dos etapas e n la d ra- maturgia de Sieveking: realismo fo lklórico-poético y realismo crítico-social. En re lación con este realismo fo lklórico poético, e l pro- p io dramatu rgo enfatiza: "Más que nada, nace de un afá n d e encontrar raíces abso lutamente chile nas y de la necesidad de hacer un teatro popular". Asi, el paradigma d e esta corri ente 10
  • 8. lo constituye una obra como La remolienda ( 1965) , "pequeño clásico criollista" (Gastó n v. d . Bussch e). De ntro d e esta vi- sión , e n su aspecto global, tambié n p od emos nombrar otras obras, d o n de lo p o pular, lo costumb rista, lo mitológico , p a- san a consti tuirse en elem e ntos sign ifi cantes: El cherube, Ani- mas de día claro, Manuel Leonidas Donaire y las cin co mujeres que lloraban por él e incluso La comadre Lo la ( 1985 ) , cuya historia está ambientad a a fi n es d e los años cincu e n ta en un barrio popular de Santiago. Por su parte, e l realism o críti co-social se inserta en la pre- ocupació n por "escribir un testimo nio d el mo me nto actual", manifestand o un interés tanto en lo estrictam e nte socia l com o en lo político. O bras com o Tres tristes tigres, Peligro a cincuenta metros (en colabo ración co n J osé Pined a), Cama de batalla, Pe- queños animales abatidos, d en tro d e su diversidad , so n buenos ejem plos para recalcar temáticas relacion adas co n esta visió n de una sociedad, much as veces, en fe rma. La remolienda La tempo rad a teatral d e 1965 fu e p obre. Com o lo señ ala Cri- tilo en su recu e n to anual, "el teatro, e ntre dificul tad es econ ó- micas y p reoc upacio n es d e diverso carác ter, se limitó a sobre- vivir". De e ntre los trece estren os n acion ales, d estaca e l d e L a rernolienda, segund o éxito d el añ o d espués d e E l tony chico, d e Luis Alberto H eire mans (dos o bras aún vige ntes e n nuestro pan o ram a teatral) . El mo ntaj e es tuvo a cargo d e l lTUC H (Ins- tituto d e Teatro d e la U nive rsidad d e Chile), baj o la direc- ción d e Víctor J ara y ac tuacio n es, e ntre o tras, d e Bélgica Cas- tro, Mario Lorca, Luis Barahon a, Ke rry Kelle r, So nia Men a, Ed uard o Barril , Tom ás Vidiella, Te nnyso n Ferrad a, nombres impo rtantes e n nu es tra escen a. La obra consta d e d os actos, cad a un o d e los cu ales - a su vez- está constituido p o r dos cu adros. En el primer cu adro 11
  • 9. del primer acto, en una loma en el campo, al sur de Villarrica, e nos presenta a doña Nicolasa y sus tres hijos, Nicolás, Gil- berta y Graciano, quien es se dirigen al "pueulo". Para e llos, e te viaje es un verdadero acontecimiento ("no habíamos sa- lía nunca d el rancho"), por lo cual se mezcla una se nsación de temor co n incredulidad , ante tanta maravilla que dice n sobre di cho lugar, entre ello su difunto padre. En el segu nd o cuadro, el autor nos sitúa en e l otro esp a- cio, la pista de baile en el patio d e la más afamada casa de re- molienda de Curanila pe .Junto a doña Rebeca -que resulta ser la h ermana de doña icolasa- , se e n cuentran tres pros- tituta jóvene , Yola, Isaura y Ch ep a. A ese lugar, justamente, llegan los tres hu asos y su madre y, por tanto, se suscitan un a serie de situaciones jocosas. Finalmente, el segundo acto tie- n e como fina lidad co n o lidar la relació n e ntre las much achas y los jóvene , pues es la gra n opo rtunidad d e sus vidas: para ellas, una especie de redención; para ellos, e l e n cu entro de l amor, en su más ampli a pureza. Lo que más atrae en una o bra co mo és ta es su simpleza, su ingenuidad, la nobleza de espíritu de los j óve nes campesi- nos. Por el contrario, la aparición de tres ho mbres borrachos con una mtuer desgre!lada, en busca de la diversió n d e la supuesta casa de remolienda (ah ora las prostitutas están e n otra), sirve para acentuar la o po ició n valórica entre eso dos mundos, una e pecie de co nfrontació n e ntre e l campo y la ciudad, e decir, valores positivos frente a valore negativos. También h ay que destacar e l tono fe tivo e n La remolien- do, u poesía popular, su chispeante diálogo -co n mucho de picardía- y e l ac ierto en el retrato y caracte rización d e los p e r onajes. En este se ntid o, la apropiación de Sieveking de l lenguaje campe ino, co n u salida , sus expresion es, sus se n- tencias populares, u s in correcciones fo né ti cas, res ulta p lena- mente convincen te, por su n aturalidad y, más qu e nada, por tra nsmitir belleza y verdad. 12
  • 10. Tres tristes tigres El grupo indepe ndie nte "El Cabildo", fo rmado por ex inte- grantes d el Teatro d e la Unive rsidad d e Con cep ció n (Nelson Villagra, J aime Vadell , De lfina Gu zmá n , entre o tros), estre n ó en 1967, e n el Teatro Talía, Tres tristes tigres. Poco después, e l cineasta Ra úl Rui z realizó una película basada e n la m en cio- nada obra. Tres tristes tigres se inserta - como se indicó ante rio rme nte- en la segun da línea d e preocu pación te má ti ca d e l auto r: la social (realismo crítico). Y e n lo específi co, en la margina- lidad social - con tod as las o tras m arginalidad es que e llo involucra (econ ó micas, afec tivas .. . )- e n que vive n algunos seres hu manos. En este se ntido, h ablar de marginalidad so- cial no es algo n uevo en el tea tro chilen o, sino que asum e e l papel de te mática recu rre nte d esd e la décad a d e los sese nta en ade la nte. Por esto m ismo, es válido plan tearse la obra e n este co n texto, sin olvid ar que su esc ritura e inicial puesta e n escena tuvo lugar e n circ unsta n cias políticas e ideológicas d e hace veinticinco años. La obra co nsta de dos actos, e n el primero d e los cu ales ya conoce mos las mo tivacio nes de los tres pe rso n aj es centrales, de los "tres tristes tigres", y de sus d esespe rad os inte ntos po r sobrevivi r e n un m edio que les h a cerrado tod as las puertas: "tres mad eros semipodridos, a la deriva e n el río d e una vida y de un d es tin o sin sentido" (César Cecchi ). De es ta fo rma, su vaciedad existencial, sus frustracion es, sus sole dad es, sus actitudes d ecad e ntes, n o so n gra tuitas, sino qu e responde n , m uch as veces e n fo rma violen ta y agres iva, a estímulos que la socied ad impon e . Por e o, e l co nflicto d ra mático que e n- marca las dive rsas situac io n es d e la o bra, está regido po r la dualidad H ombre-socied ad. Rudi es un person aj e dese nvu elto, ambicioso, arribista, un a pa rente triunfad o r en la vida, un se r sin rem o rdimientos de co ncie n cia ante los dive rsos actos que realiza con e l fin d e 13
  • 11. obtener, sobre todo, beneficios económicos. Esta proyección tiene su punto máximo cuando Rudi confiesa el verdadero motivo que lo ha llevado a asumir ante la vida una actitud muy distin ta a la que supuestamente debiera haber asumido: la honradez de su padre no le sirvió para nada; por eso, "en este país hay que ser vivo, ¡eso fue lo primero que apre ndí! ". Los o tros dos personajes que giran en torno a Rudi tam- bién eviden cian m ediocridad en sus ac tos: por un lado, Tito, el "hombre invisible" para Rudi , sólo desea escalar posicio- n es, no para de mostrar so cialme nte su valía, sino qu e para que Rudi, su empleador, tome concie ncia de su decisivo apo rte como hombre de confian za: ''Yo trabaj o con él. .. Soy una especie d e .. . de empleada para todo se rvi cio"; por o tro lad o, Amanda, h e rmanastra de Tito, vive la d ecade ncia de su pap el de ved ette ve nida a m e nos, e n un d esesperad o esfu e rzo po r estabilizarse em ocio nal y afec tivam ente. En e l fo ndo, Rudi , Tito y Amanda son tres se res que se n ecesitan y, a su vez, es tán e n ce rrad os e n el mundo de sus pro pios su e ñ os e ilusion es, con el o bj e to d e abandonar la agobian te m argin alidad . Esto mism o n o les pe rmite rompe r el círcul o d e sus pro pias existe n cias, de esa histo ria pasa- da que co n de m as iad a fue rza los proyecta hacia e l futuro: Rudi quie re casarse co n Ve ró ni ca sólo po r interés económi- co; Tito quiere que Rudi lo contra te como ve nde dor e n su negocio d e comprave nta d e a utomóviles (hasta e l m o mento sólo es un a "emplead a pa ra to do se rvicio" ); Amanda, qu e h a sido llevada al d ep artam e nto d e Rudi para qu e T ito lo- gre sus pro pósitos, d esea pro longar su tumultuosa noch e d e am or co n Rudi , co n e l fin d e estabilizarse, un a ve z por tod as: "tú m e dijiste qu e lo hiciera, que vinie ra y me con- quistara al Rudi pa' pedirle que te probara d e vendedor". Al fin al, es tos tres se res flotantes seguirán sume rgidos en sus sueñ o imposibles: los h ermanos n o logran sus obj e tivos y Rudi d ebe d ej ar e l d ep artam e nto por no habe r canc e lado e l ar rie ndo. 14
  • 12. En función de lo anterior, Tres tristes tigres es una obra, en cierto sentido, paté tica, donde confluyen motivos como la soledad, e l vacío interior, la sobrevive ncia, la ambición , el e ngaño , la d ecaden cia. Ingenuas palomas Estren ad a e n 1989 po r el "Teatro El Carrusel", Ingenuas palo- mas marca e l re to rno d e Alej a ndro Sieveking, como drama- tu rgo, a los esce na ri os chile n os (ad em ás, asume la dirección de la ob ra). Cu e n ta con las ac tuaciones d e Anita Klesky, Kerry Keller, Bé lgica Ca tro - com o las tres h e rmanas- , Claudia Celed ó n y Pablo Ause nsi. En e l p ro tíbul o m ás caro d e la costa d el Pacífico , ocurre un crime n pasio nal, e n e l cual es tán involucrad os Martín y su amante. Ambos muere n. Este h ech o ge n e ra la acción dram á- tica d e Ingenuas palomas, pues la o bra se inicia cu ando las tres m uj e res son acosad as por los pe ri odistas para obte n e r mayor información so bre este suce o d e carácte r p olicial (se h abla de estran gula mie nto y p oste rio r sui cidio) . A continuació n , las tre h erm an as d e Martín -Antonie ta, Amelia y Leo ntina- , se posesio n an físicame nte d el m e n cionado lugar, ya que se siente n he red e ras d e las riquezas d ejadas po r e l "tacañ o" d e su he rm a n o, d e mostrando co n ello la legitimidad d e sus aspi- rac iones ("sacarl e un peso e ra como saca r una ostra d esde el fo ndo del ma r"). Pero, fre nte a e llas, se levanta un gra n obs- tác ul o: la pre e n cia in esperada d e Lo re to, hija de Leontina, en cargada justam e nte d e d ese nmascara r a las tres herma nas, de ubicarlas en su justo sitio. Aún más, por instrucciones d e su tío, es la h e red era d el n ego cio. Asistimos, a lo la rgo d e la obra, a un juego "casi" trági co , incluso con un a bue na dosis d e m orbosidad: estas "ingenuas palomas" no sabe n en realidad e n qué mundo vive n y, por lo tanto, están expues tas -por su misma fragilidad- a se r fácil- 15
  • 13. mente p asad as a llevar. Ademá , cada una d e ellas tran sp o rta tras d e sí una histo ri a en cierta man era co rrosiva, lindante con lo gro tesco . En palabras d e la sobrin a, "son pinto re cas, por decirlo en forma su ave". Tras lapo ible sátira a las novelas policiales, com o el mis- mo d ram atu rgo confesó en su op o rtunidad , en Ingenuas palo- mas se esconde un m un do subterrán eo, de lo no dich o , d e las verd ades a m edi as, de la co n fe iones d o lo ro a . Es la hora de la o brevive ncia; es la h ora de q uitarse la m áscara y d e llegar al fon d o d e los probl em as. Cu ando Lo re to, po r eje mplo, les dice: "Él pensaba q ue usted e eran unas anguij ue la que le chupaban la sangre" , les es tá enrostran do un a gran verdad. En Ingenuas palomas, también se vislu mb ra -indirecta y metafóricamente- una so terrada crítica a los regíme nes dictatOiiale (en específico, el ch ileno), con todos sus len- g uaj es imp lícitos: lo es perpén tico , lo morboso, lo grote co, lo oscuro; en lo con creto , Lore to "estubo a quí e n la cárcel por us ideas" y regresa del exilio, de de H o la n da. Otro e le me n to pre en te en la obra, e e l a unto ético, con su moraleja final: a su modo, cada una es culpabl e. La tres obras incluidas en es te vo lume n -La rernolienda, Tre tristes tigres e Ingenuas paloma -son un a bue na insta ncia p ara conocer y acercar e a la drama turgia de Alejandro Si e- ve king: las d os primeras como paradi gmas de us d os eta pas p ri ncipales y, la última, en la búsqu eda ele cierto g rotesco es- perpé n tico. Tal vez un a n ueva veta que está rec ié n come nzan- d o a explorar. Aún existe much o velo por d esco rrer. EDUARDO GuERRERO DEL Rí o Doctor en L iteratura Agosto de 1993 16
  • 14. Ingenuas palomas PERSONAJ ES Amelia Antonieta Leontina Lo reto Gabriel
  • 15. Progra ma d el estre no en el Tea tro Galpón de Los Leones, abril 1989.
  • 16. PRIMER ACTO DE LA O CU RIDAD TOTAL, EMERGE , DÉBILMENTE IL MINADAS, TRES MUJERES ON ABRIGOS CORTOS DE PIEL. So ILUMI NADAS VIOLENTA- MENTE POR LO FLASHES DE LOS FOTÓGRAFO Y PERIODISTAS QUE PER- MANECE E LA OMBRA, MOVIÉ DOSE ALREDEDOR DE ELLAS. LAS TRES SO M ~ERES DE MÁS DE SESE TA AÑOS, EST BIEN CONSERVADAS Y USAN MAQ LLLAJES QUE LAS FAVORECEN, DE MODO QUE SE VE M HO lAS JÓVENES. SE ADELANTAN, TRATANDO DE ESCAB LLI RSE DE LOS FO- TÓGRAFOS QUE LAS PERSIGUEN . ~ITON I ETA -¿Qu é l es p o d e m os d ecir? AMEUA - ¿Que es indisp e n sable d ecir al go? ANTONtETA - ¡E ra un h o mbre m ar avill oso ! fu iELlA - N u es tro h erm an o m e n o r . Pe r o, a p esa r d e eso, er a el único ap oyo que t e níam os . ~ITON L ETA - ( EMOCIO ADA) ¡Un h o mbre d e u casa ! AMELlA - ( EMOCIONADA) ¡T an bue n o! ¡Tan correc to! LEONTINA - É l e r a . . . AMELlA-(ATERRADA) ¡N o digas n ad a, L eontina! ¡E stás tan m al , p o brecita! ANTON IETA - Los se ñ o r e e ntie nde n , m ej or n o h ables ( LO PE RIODISTAS). Está muy afect ad a (L EONTI A SONRÍE DESPREO- C PADAMENTE). Era su h e rm an a pref erida. fu i ELLA - A p e ar d e que n os adorab a a l as tres. ANTONIETA - ¡N os adorab a! ¡Nos adoraba ! LEO TINA -Di cen que . . . 19
  • 17. AMELIA -(RÁPID ) ¡Por eso les podemo jurar que no pudo ser como dicen. ¡ o e suicidó! ¡ o otras habríamos sabido algo! ¡Lo habríamo notado! os veíamo dos veces a la e mana .. . LEONTI A -Al m es. At.t ELIA - (IRRITAD ¡A vece no ve íamos dos ve ces a la se ma- A) na ! (EItO .10 AD ) os contaba u n egocio . ¡Todo! A'.!TO:-.J IETA -Todo lo que dice n de él es inve ntado . ¡Me ntiras! ¡E tupidece qu e no resistiría n el m e n o r an áli is! LEONTI¡ A - ¿Qu - es lo que dice n ? 1,I ELIA- ¡ o di gas n ad a, Leontina, e tá muy afec tada! 1'TOl'IETA -Fue un h o mbre d e un a ho nrad ez ej e mplar. Industrioso . .. Al ELIA- o, esa n o e la p alabra. A;·..:TO:-.:IJ:.TA - (~ I OLESTA) ¡Claro qu e no e la palabra "exac ta "! Quise d ecir qu e e ra trabaj ad o r, e mp eñoso . ¡Y un hombre d e éxito! ¡No tenía pro ble m as econó mi cos! Buen o ... h a - ta d o nd e no o tras sa be mos. fu iELL -Estaba e n es te lu ga r po rque ... bue n o .. . la pro- piedad ... la casa e ra suya. A-..:TON i t::l~- -Estaría co bra nd o el arri endo. ¿Qué o tra cosa iba a h ace r aquí? A ll:.LI -Claro qu e, p o r upu e to, no o tra n o lo sabe m os "to- ood o", pero, e n caso d e qu e hubi e ra ve nid o a ... (J1!FI.L Y MTON IE.Tr S ~. 1II RAN, SI SABI:.R QUÉ DECIR, POR UN SECL D . I O) LEOiTI:A -Pudo er un crim e n pas io nal. AI I:.LL - (FLRJB ''DA) ¡Impo ibl e! ¿Po r qué dices eso? ¡Como L si no lo co nocieras! A-..:TON IHA -Pudo se r un male nte ndid o ... ¡una confu ió n! AtELI A - E o í. Dudo profundam e nte qu e un hombre d e su cultura, de su fin eza, pudi e ra te ner un a re lación de cualqui er tip o co n un a puta ... co n un a prost. .. con una per o na co m o .. . ANTO' IF n -No conoce mos e l nombre de esa muj e r y prefe- rimos no abe rlo . 20
  • 18. LEO T INA -La úni ca duda que te .. . MELlA - ( E Ri E FUERTE ) ¡Lo que n os contaron es incre íble ! ANTO I ETA - ( Rl A E CÉPTI CA) ¡Ab urdo! Aw:uA - Eso d e qu e é l h a bía . .. estra ngulad o .. . a un a mu- j e r ... esa ... muj e r. .. y luego se h abía ... LW T I NA - (FELI Z DE I TE RVE IR) ... ¡suicidad o! ANTO N IETA - ¡ o di gas n ad a, Leo ntina! A I FLIA - (A LO PERI OD ISTAS) ¡Ya ve n ! ¡Las cosas se dicen sin la men or res pon abilidad y algo qu ed a! ¡Mi h e rman a pi ensa qu e e e h orror podría ser po ibl e !. ¡Y n o es cierto! A'TO "' IET - ¡Totalme nte ridícul o! ¡Un h o mbre co mo él! ¡Lleno de vida! L t: o NTI A -Está mu erto, Anto nie ta. A'TO N IHA - ¡Un h o mbre que co rría d os kilóm e tro tod as las ma r a nas para estar e n form a! ¡Esta ba a die ta ! ¿Estaría a i die ta u n ho m bre que p ie nsa sui cida rse? J am ás d e los j a- mases! U n hom b re co n ese carácte r e nfre n ta sus res pon- sabi li dad es. A IUL -Y upo niend o , sólo supo nie ndo qu e la hubie ra m a- tad o . .. accide ntalme nte. :'-. ro N I H. - La vu lga1 dad d e esa nnú er pudo h aberl o d es- i co n tro laclo. A IFL.I A - Imagíne nse usted es, un h omb re educad o e n los m e- jores co legios. Uni versita ri o . ¡Doctorad o en los Estado Unid os! U n ho mbre ta n pe rfec to que nun ca pudo e n co n- trar una muj e r que e tuvie ra a u a ltu ra. L~o N-f i NA - ( IN PIRADA) Un ho mbre ... A" ro . rt:r, - ¡Sí! ¡Sí! ¡E o! A. I EU, -Disc úlpenn os , po r favor. Te n ga n pied ad d e n o- so tras. o sabe mos ni lo que h e mos di ch o .. . Es to -no esta mos acos tumbrad as a las e ntrevistas- so n palabras, solame nte. o d e be ríam os h aber dich o n ad a porque n o sabe mo nad a. A TON IETA - Sólo estam os segura d e lo que NO PUDO PA AR. fu i FU A - Eso e todo. 21
  • 19. ANroNIETA -Perdonen. AMELIA -Eso es todo. At'ITONIETA -¿Nos disculpan? AMELIA -No tenemos nada más que decir. Por favor. .. ANTONIETA -Con permiso . Gracias (LOS PERIODISTAS SE RETIRAN. ELLAS NO SE MUEVEN. LAS LUCES SUBEN. ESTÁN EN UN SALÓN DE CONFERENCIAS. A LA IZQUIERDA UNA GIGANTESCA MESA DE MADERA CON DOS GRANDES SILLONES EN LOS EXTREMOS Y DOS SILLAS DE LA MISMA LÍNEA A CADA LADO. A LA DERECHA UNA LICORERA QUE, EVIDENTEMENTE, HA SIDO REGISTRADA, LAS POCAS COSAS QUE CON- TIENEN ESTÁN EN DESORDE O EN EL SUELO. ENTRE ESAS COSAS TRES PELUCAS COLORINAS, BOLSAS DE TIENDAS DE ROPA FEMENINA. AL FONDO UN ENORME CUADRO DE INTENCI ÓN ERÓTICA. SOBRE LA MESA Y SOBRE EL SILLÓN DE LA EXTREMA IZQUIERDA HAY LÍNEAS BLANCAS COMO LAS QUE DELÍNEAN EL CONTORNO DE LOS CUERPOS EN EL LUGAR DE UN CRIMEN RECIENTE. CERCA DE LA LICORERA HAY OTRA SILLA, CAÍDA. E TRADAS O PUERTAS AL FONDO, DE PERFIL AL PÚBLICO. CERCA DE LA SALIDA DE LA DERECI-IA OTRA SILLA CAÍDA. EL LUGAR DEBE DAR LA SENSACI ÓN DE LUJO Y SER UN POCO SINI ES- TRO AL MISMO TIEMPO, POR EJEMPLO BALDOSAS NEGRAS BRILLAN- TES, MUEBLES NIQUELADOS O GRISES. AL ENCENDERSE LAS LUCES AMELIA PARTE PASEÁNDOSE, FRENÉTICA). AMELIA - ¿Cómo pudimos p erd er e l control en esa forma? Amo IETA - Hablabas y hablabas. No había m anera d e ca- llarte. AMELIA - ¿Y tú? No lo h acías n a d a de mal. Yo traté de ser sin- cera (LEONTI NA SE ACERCA AL SILLÓN DE LA IZQUIERDA). ANroNI ETA - ¡ Fa l sa como la mue rte! AMELIA -¿Qué importa? ¿A quién l e importa? ¡Supongo que entenderán!, ¿no ? No es algo que le pase a una a cada rato (ANTONlETA LEVANTA LA SILLA DEL FONDO). ANroNIETA - Ya pasó. P o drías calmarte . AMELIA - ¿Calma rm e? (SE RÍE, FURIOSA) ¿Calmarme? ¡Estamos arruinadas! ¡Arruinadas! ¿Qué va a ser de nosotras ahora? ¿Qu é vamos a h acer? ¡¡Dime, pues!! 22
  • 20. ANTONIETA - To d avía no e nti e ndo lo qu e p asó. LEONTINA - (SENTADA EN EL SILLÓN DE LA IZQUIERDA) Aquí lo h izo. Está m a r cado d o nd e estaba e l Ma rtín (APOYA LA CA- BEZA EN LA MESA). Aquí. Esta b a aquí. AMELIA - ¡Sal d e a hí!, ¿quie r es? LEONTINA - Se m a tó por ella . AMELIA -Me sie nto mal. ¡Este lugar m e d a un asco a troz! No pod ría tocar n ad a. Te n go la sensació n d e que hasta las sillas están infectad as. ANTONIETA -Hay o lor a cigarrillo (LEONTINA SE SU BE A LA MESA) . Lo que se hu ele aquí es la mue rte (LEONTINA SE TIE DE EN EL LUGAR MARCADO ) . At<IELIA -¡Es asqueroso! ¡Un a ntro! ANTONIETA - ¿Qué clase d e lugar es éste? (LEVANTA LA SILLA CAÍDA CERCA DE LA LICORERA) Parece una o fi cina. Todo lo contrario d e lo que yo esp erab a. AMELIA - ¡Re pugn a nte! ¡Mira ese cu ad ro ! ¡Mira ese cu adro , por favor! ANTON IETA - ¿Qué cu adro? (Lo MIRA) ¡Qu é a troz! LEONTINA - Ella esta b a aqu í . Co n un traj e roj o y m e di as negras. T raj e roj o y me dias n egr as. Me habría gusta d o verla . AMELIA - (A ANTON IETA) ¿La oyes? No p a r ece sufr ir mucho por su h e rman ito querido, a h ora. ANTONIETA -Fue un d o lor pasaj e r o. To d o es p asaj e ro . AMELIA -(SE ACERCA A LA MESA, ENOJADA) ¿Te h a b r ía gu stad o ver qu é? ¿Estás lo ca? ANTONIETA - (SENTÁNDOSE, AL FONDO) ¿Pa r a qué pie rdes e l tie mpo? No e nti e nd e. LEONTINA - U n traj e roj o, ¿se imagina n ? Estr ang ula d a con un traj e r ojo. AMELIA - Típi co d e las rubias te ñidas . LEONTI NA (ENDEREZÁNDOSE ) No e r a rubia . Era colorina. AMELIA - ¿De a d ónde sacas te eso ? LEONTINA -Alguie n dij o .. . 23
  • 21. AMELIA -¿Y tú crees algo de lo que dicen? Si e por e o, también dicen que él la mató porque ella lo contagió ele ida. Ai TO IETA -Que ella lo estaba chantaj ando por un tráfico de drogas. Que era homosexual. Que tenía cáncer. LEONTI A -¿Y no podría er ci rto? AMELl - ¿Qué cosa? ¿Cuál de todas? LEO 11 ,-Alguna. TONIETA- o le haga caso, Amelía. LEo n A -(SEITTADA AL BORDE DE LA ~I.E ) El cáncer e un viru que llega a nue tro planeta umergiclo entre la corrientes electromagnéticas ele la con telación de Cáncer y se aloja en el cuerpo vital antes de pasar al cuerpo físico. El cáncer es el Karma a que se hacen acreedor s lo qu desobede- cen el sexto mandamiento que no ordena ... AMELI.A y ANTONJEH -(LATEAD.S) ¡No fornicar! LEoNTI1 A -No fornicar. O . ea ... n botar la agua vivas. A.IELIA - ¡No empi ce con eso, ¿me quiere hacer el favor?! Ao'lTONIETA- o creerás que el Martín forni aba on e a mu- jerzuela. LEO~'TI NA -No sé ... en la foto se ve atractiva. Pero enfer- ma. Al1ELlA -¡Asquero a! LEONTI A -Y el Sida se produjo por la ombinación de lo ga. e ele la bombas atómicas ubterráneas que e mezcla- ron con la emanaciones del Infierno y por so no tiene ni tendrá remedio . E o está demostrado. AlJELH -¡ o digas más burrada ! ¡El Martín no tenía ida, ni era loca, ni tenía ninguna razón para matarse! LEONTI A - ¿Está segura? (Nv!ELlA SE DESCONCIERTA LN rNST NTE) T A~IELIA -·Lo único que sabes e hablar del Karma y del cu er- po vital y ele fornicar! E te a unto está muy lejo ele tupo- sibilidad de ompr nsión , a í es que si no dices a lgo con sentido más val qu te quedes callada. Así, por lo menos, pareces normal (LEONTIN SONRÍE REPE ri lENTE). 24
  • 22. büNTI A -Un traj e rojo , ¿se imaginan? (SE l lEVA LAS D tvlA- OS OS AL e ELLO) ¿ ería terciope lo rojo o seda roja? ¡Es tan d istinto ! A roNJET, - ( ELE'ANTA) ¿Ysi algui enlo mató yd espuéslamató a ella y los pusiero n ahí? ¿Y si lo hubie ra h echo otro?, ¿ah ? AIEL IA-¿Quié n e iba a to mar la molestia? ¿Y para qué? A'< ro JET. - Por ve nga n za, por e nvidia, por celos, por odio. Esa mtú e r era una puta. LEO'TINA - ¡No digas m ala palabras aquí! Al m IJFT, -¡ o seas ingenua! "Aquí" lo úni co qu e se d ecían eran mala palabras. Es te lugar es una especie de prostí- bulo. H acían slwws co n mLú eres y h ombres d esnudos h a- cien d o eso qu e tú sab s. ,~JEJ .L -Eso qu e T · h as h ech o. LEONTil. -¡UI1 ¡Pero fu e h ace muchos aü os a trás! AwLL -¡ Pero lo hiciste! LWNTINA -Con mi marido ... A'>TONJETA - (co 1 so~: RJ s PÉRFID ) J a:Ja. LFONTIN - ... in placer, para la gloria d el Señ or. AIELIA (SONRIS. ESCÉPTIC ) éSin placer? AJT01 JETA - (so, RJSA ESCÉPTILA) ¿Sin nin gún pl ace r? Lm TJ , A - Lo qu e Di os te d a es bue n o ... h ace r e l amor para tener hij o qu e l cante n d esd e el fondo de su corazón cuand o tú t h a , s ido. Y can tarán con mi voz cuand o ... (SE S. CA EL ABRJ GO) Si usted e no lo hi cieron no fu e por falta d e gan as, fu e po rqu e nadie se los pidió . AII:.t.L - J a! ,NTON IETA -¡j aja! A tEI.L -In ge nu a paloma. A~TON I ETA -(A MELlA) o sabe en qu é mundo vive. Aa·.LL -Te crees única e n el mundo . .,ro UTA -Cuando vimos como t iba con tu m arid o d e ci- dimos qu e era m ej o r morir a lte ra . A'viELIA -Ya no te acu e rdas, pe ro era di tinta, a ntes de ca- sarte . Eras h asta ... media nam ente intelige nte. Com o to- ... 5
  • 23. dos. Pero Danilo te cambi ó. En la primera p a teadura te quebró las costillas, en la segunda fue un brazo y, e n la tercera ... te golpeó aquí. .. (LE TOCA LA FRENTE ). Ahí cam- bió tod o, ¿n o? LEO TINA - Yo soy fe liz. ANTONIETA - Claro (A AMELIA) . Eso es cierto . Es feliz. AMELIA - ¡Porque n o e ntiende! LEONTINA - Yo en tie ndo. AM:ELIA - ¡¿Qué?! ¡¿Qu é es lo qu e entiend es? ! (SE RÍE FUER TE) ¡La vida ! ¡Seguro qu e entiend es la vida! ANTONIETA - Es m ej o r que te tranquilices, Arnelia. Estás "d e- safin ando", para usar tu s p ropias palabras. AMELIA - (ENTRE DEPRJM Y FURJOSA) Sí. Es cie rto . Tod o, tod o IDA m e h a salido mal d esd e ayer en la m añ an a. Me levan té y estaba llovie ndo. LEONTINA -Pero te volvis te a acostar. AMELIA - ¡Claro! ¡No estoy en edad d e luch ar contra la na tu- raleza! La pérfi da m e ataca p o r tod as p artes. Sentía las ar- ticul acio n es como d e made ra, los huesos d e la cara com o si m e hubieran crecido. LEONTINA - (SON RJSA DE COMPRENSIÓN) Un anticipo de la mue rte. AMELIA - (LA M co LÁSTIMA) Cu ando se trata de leva n tar el IRA ánimo eres la reina. Después m e puse los len tes d e con- tac to y algo pasó. Seguro qu e m e h ab ía olvidad o desinfec- tarlos. Estaban com o agresivos conmigo. Me puse el traj e eq u ivocado, me veía p ésimo. Y m aldije nues tra sue rte me- dian a, mediocre, qu e h ace qu e seam os tan correctas, gen- te bien, pe ro pobres (sE LEVANTA, INDIG ADA). ¡Traj es que h acem os d u rar tres añ os! ¡Estar a la m od a un a vez cad a tres años! ¡Com o para p odrirse! No te ngo n ad a nu evo e n- cima desde h ace años, a parte d e las m edias, ¿y por qué? LEONTINA - Yo rezo y mi voz llega hasta el cielo . AMELIA -Hasta el tec h o solam ente, mi linda. No más allá . ANTo IETA - (CERRÁNDOSE EL CUELLO DEL ABRJGO) Puras ton- te rías. 26
  • 24. AMELIA -Entonces m e llam ó la Lo re to (LEVE PAUSA) . LEONTINA - (SE ENDEREZA) ¿La Loreto? ANToNIETA - ¿Desd e H olanda? AMELIA -Está aquí. LEO TINA - ¿Y no m e h a llam ad o? AMELIA - Te estoy diciendo que m e llamó . LEONTINA - ¿Y por qué a ti? Amo JETA - ¿Por qué a ti antes que a mí? AMEL!A - Les m andó saludos (EMPIEZA A SACARSE EL ABRIGO ) . LEONTINA - (MISERABLE) Yo soy su mad re. ANTON IETA - Yo, en perso n a, le revisé las tareas y la llevé a la Universidad , paso a paso. AMEL!A - (DEJANDO SU ABRIGO SOBRE EL RESPALDO DE UNA SILLA) No nos vamos a po n e r a discutir ese p roblem a en este momento. Si la Lore to no les tie n e confianza es porque piensa de otro mod o que usted es. ANTONIETA - ¿Qu e tú pie nsas como e lla? LEON TINA - ¿Y cóm0 sabe lo que pensamos? Nunca ha- blábamos ... Casi nada. No h ablábam os casi ... Vien e des- de tan lejos sin avisar siquiera. AMELIA - ¿Le escribiste alguna vez en estos años? LEONTINA -¡ Sí! Una vez . .. Traté d e explicarl e la Biblia, la im- portancia de en tender la Biblia, porque n adie e ntiende la Biblia y si algui en la h ubiera entend id o no h abrían cru- cificado al Señ or de Gloria, com o dice San Pablo e n la primera carta a los Corin tios, cap ítulo segundo, vers ículo sép timo. Eso no me costaba tanto. Es algo claro, ¿n o? ... Pe ro ... d espu és .. . usar mis pro pias palab ras ... Se me confu n d e n ... No sé si exagerar se escribe co n jota o con ge ... y las ideas ... Yo n o te n go ideas. ¡Y n o le iba a estar d iciend o que la quiero!, ¿n o? ¡Eso se d a por descon tad o! ¡Soy su mad re! Las m adres ... Tod o el mundo sabe. Lo úni- co ... n o me atreví. Pregun tarle p o r qué se fu e. El ma rido estaba m uerto, pe rdid o, d esaparecido d esd e h acía tanto tie mpo. Nos te nía a n osotras solamen te . 27
  • 25. ANro IETA -El m ari d o le m e tió ideas r a ras e n la cab eza, esas co sas d e p o lítica, le hizo un lava d o d e cere bro. La a lej ó d e nosotras . LEO TINA -Sí, la a lejó. AMELIA - Eso hi zo. A.NTo tETA - Y se va, h acié ndose la ofe ndida, co m o si n oso- tras .. . ~IELIA - ¿Qu é h aces tú con esa ge nte? A.NTONIETA - ¿Qué h aces? L Eo TI A - ¿Qué h aces? . . . E com o u n re m o lino (LEVE PAU- SA). TO IETA - (SE SACA EL ABRIGO YLO VA A DEJAR SOBRE LA SILLA DEL FOl'• mo) J amás fuiste una m a dre ni m edia n a m e nte ace p ta- b le, Leontina. Pero es lo m ás co mpre n sible d e l mun do. D espu és d e tu expe ri e n cia m atrimo ni a l es un milagro que a nd es sue lta por la calle y digas cosas m ás o m e n os co- h e rentes. ¡ o te estoy atacand o! ¡To d o lo co n trario! (A ~ I ELIA) Lo qu e qui ero d ecir es que la Loreto sab e qu e es ta pob re n o es normal y, sin e mba rgo, n o lla m a a su m adre . o . Te llama a ti y le m an d a saludos a su m a dre . Su p o bre mad re e nfer m a (LEONTINA RASPA CO LA U. A NA PARTE DE LA MESA). ¡No h agas eso, es túpid a! ¡Eres m uy bru ta!, ¿n o? ¿Q ué estás h acie ndo? LEONTINA -¿Esto es san gre? (LAS OTRAS SE ACERCAN A MIRAR). AMELIA - (coN ASCO) Parece. A.NTo JETA - San g re seca. L EO TINA - ¿San gre d e Martín ? ANTON IETA - E lo m ás p rob ab le. AMELIA - (APARTÁNDOSE) ¡Qué a troz! ¡De b e ría n d e habe r lim- pia d o bie n ! ¿No h ay ge nte aquí? ¿No h ay e mplead os? (A.NTO IETA TOCA U TIMBRE QUE HAY JU TO A LA PUER DE LA TA DERECHA) ANToN IETA -Listo. AMELIA - ¿Qué h aces? A.NTONIETA - Ese e ra un timbre . Alg ui e n ve ndrá. 28
  • 26. A.'>tELLA - ¿Tú crees? A.NTO 'I ETA -No seas in ge nua. ¿Crees que nos han dej a do so- las aquí? ¿Crees que estamos solas? A.t ELLA -Más bie n no . A.NTO tETA - ¿De qué estáb a m os h a bla nd o? AMELLA - ¡No sé! ¡No sé ! (A L EONTINA) Cu a ndo se trata d e cambiar d e te m a e res la re ina. LEONTt A - ¿Qué es exactam e nte sad o m asoquismo? fuv tELLA - ¿Exactam e nte? ¡U f! ANTO JETA - Sad o m asoquism o es lo que hacía tu marido con- tigo. ¿P ara q u é preguntas a lgo que sabes tan bie n ? ¿Se te o lvi d ó? LEONTI A - Sí. AtELLA - ¿Se pue d e o lvi d a r lo que se sabe? (SE M 1RAN, INMÓ- VILES EN tLE c to) Sí. Se pue d e . Me consta (GO LPES EN LA PUERTA DE LA IZQ lERDA). A"'TON tETA - ¡Ad e la nte! (ENTRA GABR1 EL, ES u JOVEN, MUY B E MOZO Y MUY ATRACTIVO) G BRlEL -Bue n as n och es. A tELLA -Bue n as n oc h es .. . A"'TONIETA - ¿Ya es d e n och e? Ah , sí. Lt·. ONTt A - (Lo MIRA, FASCINADA) Bue n as . . . AI ELLA - Uste d tra baj a a qu í, m e imagino. G BR1EL - Sí, señ o ra. At ELLA - So m os las h e rm a n as d e d o n Ma rtín . AYrONtETA -Las h e re d eras ... Las h e rma n as. At ELLA -Hay una m a n ch a d e san gre e n la m esa. No la h a n limpia d o . GABRIEL - No s te nía n prohibido tocar n a d a e n es te saló n , se- i'lora. N i siqui e ra p o día m os e ntra r d esd e que . . . ANTONIETA -Sí, SÍ, lógico . futELL -Pe ro si n os d ej a ro n e ntra r a n oso tras es porque esa pro hibició n ya n o corre . Límpie la, si m e h ace e l favor. AN TON tETA - 0 m á nd ela limpiar, si n o le co rresp o nde a u ste d hacer ese tipo d e cosas . 29
  • 27. GABRIEL -Sí, señora, también hacemos el aseo. ANTO IETA -¿También? GABRIEL -Sí, señora. ANTO IETA -(RÁPIDA MIRADA A AMELIA. LEVE SONRISA) ¿Qué más hacen? GABRIEL -Atendemos las mesas y trabajamos en el show. ANTONIETA -Ah (LEVE PA SA E QUE LO MIRAN FlJAME TE). AMELIA -Entonces ... límpiela, ¿quiere? Está ahí (INDICA). Por ahí. GABRIEL -Muy bien , señora (VA A SALIR). LEONTI A-¿Cómo e llama? GABRIEL -Gabriel, señora (so RÍE. ESPERA. SALE): LEONTI A-(I SPIRADA) El Arcángel San Gabriel anunció aMa- ría: "Salve, muy favorecida, el Señor es contigo. No temas porque has hallado gracia cerca de Dio ".Entonces María dijo: "He aquí la sierva del Señor". Y el Ángel se fue. AMELIA -¿Habías pensado en eso, Antonieta? LEONTINA -Reina y Madre de Misericordia ... AMELIA -Somos las herederas . .. LEONTINA -Vida, vencedora de todas las batallas de Dios .. . ANTONIETA -(TRATA DE o SONREíR) Sí, se me pasó por la mente . LEONTI A -Señora de lo ~ércitos ... ANTONIETA -Pero me parecía horrible tocar el tema , cuando todavía ... LEO TI A -Abogada nuestra ... ANTo JETA-Bueno, el pobre Martín todavíanoestá e nte rrado. AMELIA -La Loreto también será heredera, ¿no? LEO TI A-A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti sus- piramos ... (s SPIRA) ¿No les pareció terriblemente buen mozo? ANTO IETA - ¿Qué dices? LEONTINA -Que Gabriel es buen mozo. AMELIA - ¿Qué ti e n e de buen mozo, me quieres decir? Es un roteque. Y mejor ni hablar de lo que hacen él y los demás que trabajan aquí. 30
  • 28. LEONTINA -¿Qué hacen? NIELIA -¿Que no oíste a la Antonieta? JNTO JETA -Los hombres hacen striptease los días martes para las señoras. LEONTINA -¡No puede ser! iNTONlETA-¡Nomeoyes! ¡Nunca me oyes! ¿Enquémundovives? LEO NTINA -¿Los martes? (LEVE PAU A) ¿Qué día es hoy? iNTONIETA -Y según he oído, los j ueves era de hombres y mujeres revueltos. Ese era el día más caro . AMELIA-¡Es increíble que permitan esas cosas! ¡Es asqueroso! ¡ o lo entiendo, sencillamente no lo entiendo! LEONTINA -¿Y ustedes creen que Martín era una especie de regente de esta casa? AMELIA -Jamás lees un diario! Sólo ves los noticiarios de la tele. Entre eso y los golpes de tu marido no es raro que estés como estás. 1.'HONIETA -(SE RÍE) ¡Yo sé que no debería reírme, pero no puedo evitarlo! Después de llevar esta vida de convento, ahorrando como pordioseras, podremos comprarnos ropa , mucha ropa. ¡Podremos comprarnos una boutique entera para cada una! A ustedes no les importa lo mal que vivimos porque tú (a AMELIA) te lo pasas tomando, y tú (a LE ONTINA) rezando, o en la lun a. Pero yo veo los avisos de la televisión y salen departamentos desde donde se ve como aparece el sol por la cordillera nevada y cómo se pone sobre un mar cubierto de veleros y jóvenes tostados que hacen surfy windsurf ¡Vuelan sobre las olas! La vida podría ser distinta. Podría ser divertida. JE -Estamos viejas. Es muy tarde. LIA A:-.:TON IE -Yo no estoy vieja. Y era peor la idea de ser viejas TA sin plata. ,tEL.IA -¿Era tan rico? ¿Será verdad? ANTON IETA -Este es el prostíbulo más caro de la costa del Pacífico. ¡Hasta tenían clientes japoneses! Eso es lo menos que dicen. 31
  • 29. Esce na de Ingen uas palomas en que fi guran : Lo re to (Claudia Ce led ó n ). Am o ni eta (Ani La Kl esky), Am e li a (Ker!J Kell e r ) )' Leontin a (Bé lgica Ca tro). A~ t ELL - ¡El hipócrita! Y a noso tra nos te nía como m o njas. A pan y agu a. (A L EO'ITtNA) ¿No te qu e ría ta nto a ti ? ¿N era su h erma nita regalona? A.J'TON tET -Desc uid as te a tu pro pi a hija po r é l y te te nía ves- tid a co mo a un a e mpl eada, comie ndo carn e un a vez a la se mana, y sacarle un peso era com o saca r una ostra desd e el fo nd o d el mar. ¡Y a u ami guita la ves tía d e seda roja ! At. tn tA - ¡Sed a roj a! L E0'11'A -Bue n o, sí .. . Pe ro a ella la es trang ul ó y a mí no. A1~. 1.1 . y A'JTON IET - (SLISPI RAJ1, CANSADAS . S E MIRAN . SE RÍE ¡So mo ricas! A"'TON tET - ¿Calculas cuá nto vale este edificio? A I Ett - Es sólo un poco me n os qu e e l Club de la Unión . 32
  • 30. ANTON IET - ¡Cla ro! ¡Aquí la Unió n e ra e n otro se ntido! (SE DOBLAN DE LA RISA ) LEONTINA - E ra un hombre bue no. ANTON IETA - ¡ n tacaño! MIELIA - ¡U n vi cioso! ¡Mira ese c uadro ! ¡Mira ese c uadro , por favo r ! Lw T r A - Ese se ría e l gu sto d e e lla, d e la calorina. Martín era un h o mbre ta n fin o . . . Y está mue rto, no se olvide n d e eso. Está mue rto. Lo te ndrá n e f.l un a sala d e la margue y lo estarán a brie ndo y examin á ndo le e l corazón y las ve nas, escarba ndo e n su ce re bro. Pe ro igua l no va n a a rmarlo d e n uevo. Lo que fue e l Martín se te rmin ó p ara sie mpre . Y está pagan do sus culpas, el p o b recito, e n e l mismísimo infie rno. IFLIA - C u a nd o se trata d e a m a r garnos la vida e res la re ina, eso h ay que reco n océrte lo. Te que d a poco tie mpo, a pro- véc h a lo . Ap e n as h agam os la re p a rtició n , a di ós. ¡C h a o! : " 1ONIET. - Se rá fácil . Mañ a n a mism o p o dríam os p o n e r un aviso pa ra vend e r esta casa. !Li lA - Necesita m os un a b ogad o . .-..:-1O NIETA - Cad a un a co n su plata y a gas ta rl a com o m ej o r le pa rezca . L1 o-.: nNA -Des pués ele es to n o p o dre m os vo lve r a mirar a la ge n te a la ca ra. I H .I -Des pués que se se p a la pla ta qu e te n e m os, la ge nte andará mira nd o a n siosa qu é ca ra les p o n e m os. I.Jo-..: JJNA - Es to n o va a termin a r bie n . Yo sé que n o (GOLPE 1" L PLJERT, ) . Dil e qu e e ntre . -. 1 1 ! 1 - ¿P o r q ué n o se lo di ces tú ? (L EONTI A SE SIE T, , ATRÁS. · A~ I E LI A SE SIENTA EN PRI ~ I E R PLANO) .' IO NII'T, - Ad e la nte (ENTR, GAB RI EL. T RAE UN BALDE DE PL .STI- (·o COLOR ROS.DO ' U E, TROPA,)O). L HRIFL - Co n p e rmiso ... ¿D ó nd e está la .. . la m a n ch a? '1()1 IETi - (IND ICA) Ahí (SE SIENTA EN El. SILLÓN, A LA DER ECHA I>F L t-viESA. G..BRI EL LI MPIA). La se ñ o ra que a dministrab a aq uí ... ¿có m o era? 33
  • 31. GABRIEL -(LIM PIANDO) Bonita ... Era colorina. ANT01 JETA -Te ñida, seguro. Una morena teñida d e colorina. GABRIEL - (ENOJADO) ¡No! ¡No era teñida ! (SILENCIO. Lo MIRAN) ANTONIETA - (co1 SONRISA CRÍTICA) Bueno . .. n o es como para pone rse n e rvioso. Da lo mismo. Es d ecir "a nosotras" nos da lo mismo. GABRIEL - (1 SEGURO, TRATANDO DE DISIMULAR EL EXABRUPTO) Era . .. colorina. Pecosa. La piel. .. la piel e ra com o transpa- rente .. . Ella era ... p e ro d espués se puso can osa y se ponía pelucas. ANTONIETA -Ah. ~1ELIA - ¿Pelucas? ANTo IETA - No e ra un a mujer j ove n , e nto n ces. GABRIEL - ¡Se ve ía jove n ! ANTO IETA - (SON RÍ E) Y atrac tiva. GABRIEL - Sí. .. Las p elucas están ... (M HACIA LA LICORERA) IRA ¡en el suelo! (VA A RECOGERLAS) ¡Cóm o las dej aro n! ¡Tod a la casa está igual! (GUARDA LAS PELUCAS EN LA LJ CORERA) ANTON IETA - ¿Varias pe lucas? ... Dígam e, Gabriel. Esta seii.o ra Co rina ... (AMELIA Y LEONTINA LA M IRAN, EXTRAÑADAS) e h . .. (SONRÍE) ¿Se llam aba Co rin a, no? (GAB RI EL ASIE TE) Esta señ ora tan es pecial que d esp e rtaba tal PAS IÓ e ntre su s emplead os ... GABRIEL - ¿Pasió n ? ANTONIETA - ¿No? GABRIEL -Resp e to . TO:-.IIETA - Ah. De be d e habe rl es pagad o bie n . GABRIEL - Era una bue n a pa tro n a. NTONIETA - ¡Buen sue ldo!, ¿ah ? GABRIEL - Y much o trabaj o . A"'TON IETA -Por lo que he m os sabido "inte nso" y... (RISA EN- TRE DIE TES) "d esgas tad or". GABRIEL - Es un trabaj o co m o cualquier o tro. ANTON IETA - ¿Striptease m asculin o y ba il es e ró ti cos en pa reja? GABRIEL - (SO RÍE SIN VERGÜENZA NI PETULANCIA) Sí, tambié n. 34
  • 32. ANTON IETA - ¿Uste d lo h a cía? GABRIEL -Sí, se ñora (VUELVE HACIA LA M ). ESA L EONTINA - ¿H a le ído la Biblia? GABRI EL -Eh . . . Vi la p e líc ula. LEONTINA - ¿Y la e nte ndió? GABRIEL - (DESCONCERTADO ) Sí . . . o sea .. . LEONTINA - No se preoc upe, todos te nemo s un nivel dife- re nte d e nues tro se r inte ri o r profundo . AMELIA - No te p o n g as la tosa, Leo ntina . LEO TI A - El h o mbre está divo rcia do d e la divinidad a cau- sa d e la caída d e Adá n y Eva. O sea ... e l hombre, al cae r e n es te mun do d e sólo tres dim e n sio n es: la r g o , a lto y a n c h o ... (ESTÁ PEGADA A GABRI EL) AMELIA - Y a burrido. (LEONTINA LA MIRA. SONRÍE. MIRA A GABRIEL) LEO TINA - Vu e lvo a trás. Es impo rta nte qu e m e e ntienda . El h o mb re, a l caer e n es te mundo d e tres dime n sion es, descubrió y establ eció leyes b asad as e n la lógica . Y co m o la lógica es tá limi tad a a tres dim e n sio n es úni cam e nte, n o sirve p ara comp re nd e r e l se ntid o oculto, d e sabiduría y d e m agia d e la Biblia. ~I ELIA - (A GABRIEL) O sea que n o e nte nd e m os la Biblia, ¿se ubi ca? LEONTI1 A - No la e nte nd e m os . AMELIA -De ac u e rd o. Aho ra sié nta te. ANTON IETA - (SE MIRA LAS MANOS. M IENTRAS TANTO L EONTINA VUELVE A SUB IRSE A LA MESA) No le vam os a n egar que es- ta m os b as ta n te c h oqu ead as co n lo que h a p asad o y . .. lo q u e se di ce d e es te luga r ... ¡Es muy in có m o d o p a ra n oso- tras! No estam os acos tumbra d as a estos . .. a mbi e ntes . AMELIA - ¿Qu é es tás h ac ie ndo? ANTON IETA - (VE DE PRONTO A LEONTINA, QUE EST O TENDIDA AL LADO SUYO Y E ASUSTA M CI-1 0) ¡Ayy! (SE HA LEY TADO DE U SALTO) ¡Báj a te d e a hí! LEONTI A -La m a tó a qu í. Ell a es ta b a con un traj e roj o de sed a . Así (SE HACE LA MUERTA). 35
  • 33. AMEL!A -Supie ras lo ridícula que te ves , te bajarías inmedia- tamente d e esa mesa. L EO TI NA - (E DEREZÁNDOSE, A GABRJEL) ¡El Gnosticismo Cien- tífico Revolucionario es la única forma de entender la Gran Man ifestación Cósmica qu e nos rodea! A.J'ITONIETA - (CON GABRJEL LA AYUDAN A ENTARSE AL BORDE DE LA MESA ) Sí, sí. No te agites más. AMELlA - (A GABRJEL) Todo esto que ha pasado fue un go lpe te rrible para n osotras. Sobre todo para e lla . GABRJ EL - Me imagino . Yo e n tie ndo , se ñora (LEo TI NA SE PONE DE PIE, SOB RE LA SILLA) . LEo T TJNA - ¿Entie nde ? GABRJ EL -Sí, se ñora. LEONTINA - Eso es maravill oso . (LE PONE LA MANO EN LA CABEZA) Ento n ces uste d todavía ti e n e salvac ió n. (AM ELIA SE RÍE, INCÓMODA. ANTO IETA Y GABRJ EL AYU DAN A L EONTINA A B JAR DE A LA SILLA. LEO 1TINA SE SIENTA ) A'vlEL!A - H ay una a n é cdota d e mi h e rman a qu e no pue do d ej a r d e contarle para que la e nti e nda . Iba en un a mi cro a troz, ll e na d e ge nte ig u a lm e nte d esve n cijada, malean- tes, mafioso s, lumpe n-lumpe n , ¿se ubi ca ? Y d e repente , la Leo ntina ve qu e un tipo le h a m e tido la m a no e n la carte- ra y le di ce, a terra d a: "¿Qué m e está ECHANDo?" (AM EL!A Y ANTON IETA SE RÍE ) ANTo JET, - ¿N o la h alla amorosa ? fui EL!A - ¡El d espiste to ta l! El ladró n le es taba roba ndo h as ta los anteoj os d e lee r y e ll a pregunta : "¿Qué m e está e cha n- d o?" (SE RÍ E. SE APARTA) ¡Qué diría Fre ud! ANTo !JETA - A mí e l chiste qu e m ás m e g us ta es e l d e Gour- dief. No ti e n e n ad a que ve r con la Leo ntina , ni con noso- tras ... O , a lo m ej o r, sí. O , a lo m ejor, ti e n e qu e ve r con to d o e l mund o. Go urdi ef e ra un tipo que buscaba la razón d e la existe n cia, e l se ntido d e la vid a, ¿e nti e nde? Uno q u e n o se co nfo rma b a con qu e e l té in g lés es e l m ejor q ue h ay y que la ropa fra n cesa es la m ás bonita . No sé si m e 36
  • 34. e ntie nde . ¡La ve rdad o n ada! Y este hombre va a Egipto y de Egipto lo manda n a la India y d e la India al Tibe t y del T ibe t al Nepal y e n to das partes pregun taba: "¿Dón- de está la felicidad ? ¿Qué es la fe licidad ?" Y n adie sabía. ¡Nadi ! Pe ro seguía buscando. Y p o r último llega al fin de l mundo. Ya estaba a punto d e pe rde r las espe ra nzas cuando le dicen : "En medio d el d esie rto h ay un oasis y en e l oasis vive un h o mbre. Él sab e, p orque lo sabe todo". Y allá fu e Go urdief a l d esierto, a l oasis. Y e n cu e ntra un a casita miserab le y golpea la pue rta. Y le abre un viej ito ~ejísim o y le muestra un j ard ín bas ta nte raquítico, una mo nada para estar e n me di o d e l d esie rto, pe ro ro ñ oso, en todo caso. Y Gourdi efl e pregunta : "¿U sted sabe lo que es la fe li cidad ?". Y e l viejito so nríe y le dice : "La felicidad es este j a rdín ". Y los d os mira n e l j ardín. Y d e re pente el viejito se asusta y le di ce: "¿0 n o?" (AMELIA Y AATON IETA SE RÍEN. GABRIEL y LEONTI SONRÍEN) ~IELLA - ¿0 no? ¡Es pa ra matarse! Lr·ONTINA - (A GAB RJ EL) En realidad ese n o es un chiste exac- tamente. A'TONIETA - (SERJA) ¡Si lo explicas, te ma to! LFONTINA - No lo iba a expli car. Iba a contar o tro chiste . .!ELLA - Espero que n o sea e l mism o d e sie mp re. Lt- o:--~TI NA - Él no lo sabe . . ' roN IETA - ¿Có mo sabes que n o lo sabe? ti:LIJ - ¿Con oce e l chiste d e l ni ii ito optimista y el ni ñ ito pesimista? C BRJEL - No. LFON riNA - (FE LI Z) Bu e n o ... r,tELLA -(LA INTERRU ·IPE) Pe ro seg u ro q u e sab e algunos chis- les, ¿no? GBRJEL - (SONRíE) ¡Claro! .;-._ roN tETA - ¿Se pued e n co ntar? Q ui e ro d ec i r~ ¿se pue d en esc uch a r? e; HR IEL - o so n chistes p a ra se ñ oras. 37
  • 35. ANToNIETA -(INDICA A LEONTTNA) Ella es la única señora e n este grupo. Cué nte me . LEo TI A -Bue no, voy a contar el chiste . Había una vez dos h e rmanos, uno d e o cho a ú os, que e ra o ptimista, y uno de nueve, que e ra pesimista. AMELIA -Leontina, te h e m os di cho miles d e veces que n o tie n e ninguna gracia. ANTO IETA - (M IRA SU RELO ¿Sabe n qué h o ra es? J) LEONTINA - (A AMELIA) Yo te d ej é conta r tranquila m e nte esa tontería d el "¿Qué m e está ec hando?". Ahora m e toca a m Í (HA ENTRADO SILE CIOSAMENTE UNA MUJER DE TREINTA Y TAN- TOS AÑOS, MÁS QUE LAS HERMANAS, FACHA DE E ROPEA. PELO MUY CORTO, U GRAN BOLSO Y U A ENORME CÁMARA FOTOGRÁFICA ) . AMELIA - (MOLESTA, AL VERLA) ¡Más p e ri odistas! (LEONTI A Y ANTO IETA SE HAN QUEDADO M IRANDO A LA M IUJER COMO SI LA CO:--JOCIERAN ' O RECORDARAN QU IÉN ES) LoRETO -Soy la Lo re to, tía. LEON TINA - (CORRE HACIA ELLA) ¡A m í p rime ro! ¡A mí m e ti e- nes q ue besar prime ro! (LA ABRAZA) ¡Tod o es tá o lvidad o! ¡El pasad o! ¡To d o o lvi d ado y perd o n ad o! ¡To d o! (LA MIRA, LLORA) ¡Estás tan distin ta! ¡Tan distin ta ! ¡No impo rta! ¡A m í n o m e im porta! ¡Es el ti empo! ¡Yo esta ré muy d istinta tambié n ! (AMELIA ABRAZA A LORETO Y LANZA U GRITO COMO SI LE HUB IERAN DADO UN CUCI! ILLAZO) AMELIA - (sE APARTA) ¡Ayyy! .. . ¡Me e nte rraste la máquin a fo to- gráfica hasta el alma! ANTONIETA - Ya era hora de q ue pe rdi e ras la virginidad e n alguna parte. AMELIA -Hab ló la estrella de l Play-Boy. ANTO IETA - (ABRAZA A LoRETO FRÍAMENTE) ¿Po r qué te co rtas te el pelo e n esa forma? LORETO - Me gus ta así. ANTONIETA - ¿De veras? Raro. LEONTI N - ¡Tu maravi lloso, m aravilloso pe lo d orado que e ra A la envidia de todas tus co mpa ñ eras de colegio! 38
  • 36. LoRETO -Eso fu e h ace mil años. ANTONIETA -Dos mil años. A.MELIA -He mos te nido noticias d e tus éxitos. ¡Impresio- n ante ! Tus fo to grafías e n las revistas d e moda, e l Vague, Elle, Burda, e tcé te ra. Lo RETO -Yo n o es t. . . A.MELIA - (SIN o íRLA) Que publicaste un libro muy.. . co- me n tad o . . . con fo tos un poco ... o sea .. . poco e difica ntes, como p or ej e mplo .. . LORETO - (VA DEJAR SU CARTERA SOBRE LA MESA) ¿Poco e difican- tes? LEONTINA - ¿Unlibro? ¿Cu á ndo? Yo n o sabía ... N o m e acu e rdo. A_¡-.,IELIA - (A GABRJ EL) ¿Se p o drá tom a r algo así com o un trago ? GABRJEL -Lo que u ste d es quie ra n . M IELIA -Hab e rlo sabido antes. U n whisky e n las rocas, e n- ton ces. AITO NIETA - U n Bloody Mary p ara mí. ¿Qué quie res tú , Lo re- to ? LORETO - U n vaso d e vino ... bla n co . . . frío. GAB RJEL - (LA M IRA SI PESTAÑAR) Vino bla n co , frío (MIRA A L EON TINA ANTES DE SALIR). LEO TINA- Yyo . . . e h . . . ¡Agu a min e ra l, si es tan a m a ble ! (GA- BRJEL SALE) ¡Sin gas! LORETO - (A AMELIA) Ya pue d es seguir, tía. Se fu e e l Mo ro. LEONTI A - ¿Por qu é le dices M oro? ANTO NIETA - (LATEADA ) El Moro e n la Cos ta. LORETO - ¿Qu é es lo que te nía mi libro d e poco e difi cante? M IELIA -Lo vi. LO RETO -Ah . LEON TINA - Yo n o. AI ELIA -Mej o r. Te h a brías mu e rto . Mt~ e res co n tres p ech os, h o mbres co n . .. es d ecir, SIN. O e n o rmes e n a n os con e l sexo a l a ire. Muj e res con a rgollas ahí d o nd e tú sab es y otr as exquisiteces p o r e l es tilo. LEONTIN - ¡N o es ve rdad! A 39
  • 37. LoRETO -Sí. Y mucho m ás. Me gu tan los monstruo . Son como .. . mi familia. A.JlELIA -Sie nto que vi e n es con un a m ala o nda, ¿sabe ? Mal as vibracio n es. LORETO - ¿Qued a n bue n as o ndas e n este lugar ? quí e mu- ri ó mi tío, ¿n o? LEONTINA - ¡Se sui cidó! ~ ! ELlA - ( E ENCOGE DE 1101!BROS) Eso di ce n . LEO 'TINA - Se sui cidó d es pué d e e tran gul a r a su a m a nte . Mira, e lla e tab a ah í, e n cima d e la m esa. Te nía las m a- n o a m a r rad as al c uell o . U n traj e roj o d e sed a . Él es ta b a ahí, caíd o h acia ad elante, p o b rec ito, co n el revólve r e n la m a n o izqui erd a . . . co m o era zurdo. Al ELIA - Y tú , ¿có m o sab e to d as esas cosas? (T oD...'i w RAN A LEO~TJ. A. L ! 0'!LIDAD DURANTE L' P DE SEG 1DOS) .R L EO~T I NA - (SENTÁNDOSE JL'NTO A LORETO, AN IILillA) ¿Sacas esas fotos? La d e pravació n e e n cu e ntra e n e l infra ex o. A"TON IETA - ¿Infra exo? ¡ n p ala bra nu eva, al fin ! AMELL - ¿Qué es e l infrasexo, si pued e sab e rse? L!:ONT!NA -H o m osex u alism o, lesbia ni sm o, pros titu ció n , pro- mi cuidad. Ahí es d o nd e la ge nte pi e rd e la p oca co n cie n- cia q u e les q u ed a y se tra n for m a n e n cascaro n e hum a n o . Al aban do n arl os la co n cie n cia, e l cu e rpo físico se d e bilita ex tremad a m ente qu ed a nd o a m e rced el e lo instintos y se co m~er te n en terre n o pro picio pa ra e nfe rm ed ad es inc u ra- ble , el crim e n y tod a cla e d e d e litos. (P L ) Sí. 'S. :-TO:'lETA - e lo abe el e m e m oría. AJH.L - ( LFo'T10) ¿Qu é quisiste d ec ir? ¿Qu e el Ma rtín era lesbia n a? A'10N IET -('>~R l ) Fue p o r a m o r ... un a m o r turbi o. U n acci- de n te ... pero tu tío ... Tod o fu e por a m o r. ll:l l. - (1~n '>0'Rl'>) Todo muy n orm a l. Un c rim e n pas io- n al de lo más co rr ie nte. No h a b ía m o nstru os aquí. NTON IEl - Apa rte d e n oso tras tres. Lt o:-. 11:-.A -¡ Podría saca rn os u n a fotografía! 40
  • 38. ANIELIA -¡Cierto! ¡Qué bue na idea! LORETO - (vAGA) Claro .. . fuIEUA -Podría mos pone rnos las pelu cas de la muerta. Están a h í. ¿Có m o no ve ríamos colo rinas? . .. P e r o eso te p a rece- rá aburrido, ¿n o? N o lo sufi cie nte m e nte d e pravado. Loruro -Los m o nstruos no so n d e pravados, tía . So n distin- tos y n o pue d e n se r d e o tra m a n e ra . A" 1ON IETA - i n oso tras ta mpoco, linda . H a brás p e n sado e n eso, de vez en cu a nd o, a llá, ta n lej os. LEO:-JTI A - C laro qu e p o d e m os se r distin tas, pode mos se r m ejo res. ¿Co n oces e l chiste d e l niñito optimista y e l niñi- to pesimista? LORf"TO - o. L~o NTI A -Te lo voy a co nta r. H a bía un a vez ... (GO LPE EN LA PL ERTA) , I~LL - ¡Salvad as! ¡Ad e la nte! (E TR GABRIEL CON NA BAN DE- A ). CO. ',SOS Y COPAS. L 'A A DEJAR SOBRE LA 1IESA) ,.." roN IET -¡No! ¡Sobre esa m esa n o! C BRIEL - Í ... Disc ulpe (LE ENTREGA EL V SOCO Bl.OODl' JlARl ' A AN1 ON IETA, DESPUÉS DE ENTREGARLE EL 'lf/St.; l' A AME LIA). :."ro IErA - Tie n e bue n a m e m o ri a us te d . CBRJEL - Es mi tra b aj o, se ñ o rita. r."'TO JETA -Has ta se ac u e rda d e qu e soy se ñorita (s1 MIRAR - ' o). Yo, eso, p refe riría o lvida rl o. LoRFTO - (SACA su CO P SI MIR A, ARLO ) Gracias. e BRIEL - (S IN MIRAR! ) De n a d a. LFONTINA - (TOI!r DO SU VASO DE ACUA) E l a lco h o l es una d e las . .. AJI:.I !A - ... cosas m ás ri cas que h ay. (A GABRJ EL) A lo m ej o r m e voy a to m a r o tro, a ntes d e irn os. (; BRIEL -Muy bie n , se ii o ri ta (SALE). Lt·.O N TJNA - ¿Te g u sta? LoRETO - (PR UEBA EL VINO) Está bie n. Lt·o TINA - o, n o. El mozo. G a brie l se ll a m a . ¿Te gu sta ? LoRFTO - Es muy a trac tivo. 41
  • 39. ANTo IETA - Si te gusta es cuestión de que se lo d igas. Es u n puto. Esta es una casa de mala fama, como ya sabrás . AMELIA - A propósito, Loreto, ¡qué coincidencia tan extraor- dina ria que hayas vuelto justo para la muerte de tu tío! ¡Qué oportuna! LORETO -Él m e pidió que viniera. AMELIA - ¿Por qué razón , si puede sabe rse? LORETO -Me d ejó esta casa. (PAUSA) ¿No lo sabía n ? ANTONIETA - No, la verdad es qu e no. AMELIA - ¿Y cómo íbamos a sabe rlo? Es un poco prematuro para hacer sesiones d e espiritismo. LEONTI A-¡El espiritism o está prohibí . .. ! AMELIA - ¡Cálla te! (A LoRETO) ¿El Martín te llamó por teléfo- no a Holanda y te dij o: "Me voy a suicidar, mi linda, y de h eren cia te voy a dejar un pros tíbul o"? LORETO -Me llam ó un p ar d e veces por teléfon o, m e dijo que se iba a re tira r de lo negocios, que tenía un problem a serio ... A.MELIA - (SO RJE DO, 1 DIGNADA) Ah , te llam ó para d ecírtelo. LORETO - ... que n o se atrevía a discutirl o co n usted es y que si podía venir, m e m andó el p asaj e para .. . ANTONIETA - Así es que nues tro que rido y .. . difunto h er- m an o, avaro, sad om asoquista, asesino y sui cida, pobrec i- to .. . ¡confió e n ti ! LORETO - ¡No te p o n gas celosa! Fue porque ... ANToNIET - ¿Celosa yo? Yo estoy al marge n . Yo siempre h e sido la que h a estad o al margen d e la vida fa miliar. Solam ente trataba de m anten er el equilibrio, para que no se matara n unas a otras, aconsej aba a Martín , le escondía sus cochina- das, le limosn eaba para pod er vivir en fo rma d ecente . Y a la h ora de la verdad , el mise rable no confió en mí. Confió e n una deserto ra que se fue a Europa p o r es tupideces. L RETO - (AGRESTVA) ¿Estupideces se llam an todavía? ANTONIETA -Te fuiste por tus ideas, pe ro ahora vuelves por la pla ta. 42
  • 40. LoRETO -Usted no me conoce. A.NTONIETA -¡Entonces nadie en el mundo te conoce! ¿Quién te educó? ¿Fue tu madre? ¿Tu padre? ¿Quién fue? LORETO -Usted, tía. Fue usted. A.NTON IETA -Bueno , gracias a Dios que te dignas reconocerlo. Al fin y al cabo lo único que hice fue perder mi juventud por ti. ¡Casi nada! Yo te conozco. Sé como eres. AMELIA - (so RI ENDO) Como dicen e n el cine: "Conozco a las de tu cla e, muñeca" (BEBE). A.NTo JETA -Sí. Te conozco, Loreto, la artista. ¡Egoísta de mierda! Lo sacrificas todo para conseguir lo que quieres. Sacrificaste a tu propia madre. LEONTINA -¡Yo estoy bie n! ANTON!ET -Entre los golpes del marido y los insultos de la hija, no es raro que esta pobre sea lo que es. ¡Mírala! ¡Mí- rala! LEONTINA - (ANS IOSA) Sí, mírame, mi linda que rida, mírame. LoRETO - (LA MIRA) Yo te qui ero, mam á. Quiero que es tés bien. LEO TINA - (LLORA DULCEME TE) ¡Yo sé! ¡Yo sé! AMELIA -Saquen pañuelo las madres presentes. (PAUSA) No hay madres, no hay pañuelos. ANTONIETA - ¡La despreciabas! ¡No podías soportarla! LEONTINA - (SONRÍE) Estás celosa. ANToN IETA -¡Estúpida y feliz de serlo! Ese va a ser tu epitafio. LEO TINA -Tú no e ntiendes . ANTO IETA -(RISA HISTÉRICA) ¡Yo! ¡Yo no e ntiendo! ¡Ese SÍ que es el mejor chiste de la temporada! ¡Y tú me lo dices a mí! ¡Dios mío! ¡Si pudiera reírme fuerte me oirían hasta en Holanda, que es un lugar bastante alejado de mi presu- puesto! AMELIA - ¿Van a seguir? Me enferman es tas discusion es por plata. LORETO - ¿Qué? ANTON IETA - ¿Qué estás dicie ndo? 43
  • 41. LEONTINA -¿Por plata? (SE RÍE) AMELIA -Estás furiosa porque la Loreto se va a quedar con la casa que queríamos nosotras . .ANTO IETA -(DESCOl CERTADA) ¿Qué casa? AMELIA -¡Esta, tesoro! Esta donde estamos. ANTONIETA -¡No sé de qué hablas! AMEUA - ¿Lo dices en serio? (ANTONIETA SALE CORRJENDO POR LA PUERTA DELA DERECHA) ¿Adónde vas? ¡No puedes irte sola! ¿No sabes dónde estás? ¡Antoni eta! (SALE DETRÁS DE ANTONTETA) LEONTI A - (D ISCULPÁNDOSE) Voy a ir con ellas. (TocA EL TIM- BRE) Me pueden necesitar. LORETO - ¿Me tienes miedo? LEONTINA - ¿Cómo te voy a tener miedo? Eres mi hija. (RE- TROCEDE DISIMULADAME ITE H.-CJA LA PUERT ) LORETO -Por eso mísmo. LEONTINA - (SONRÍE, NERVTOSA) Tú no me h arías nada malo. LORETO -Hablar es malo ... a veces ... LEO ITJNA - ¡No hablemos, entonces! (SE M IRAN, ~tiRAN EL SUE- LO. SE MIRAN. SE RÍE. ) ¡Contémonos chi stes! Tu padre ano- taba los chi stes en una libreta para que no se le olvidaran. Una especie de ayuda memoria. D ecía que los chistes no se te quedan en la cabeza, a menos que signifiquen algo para ti. Por ejemplo e l chiste del niúito o ptimista y e l ni- ñito pesimista. En realidad no es exactamente un chiste ... O sea ... No es para reírse a gritos, pero yo ... siem pre m e acuerdo de é l. Mira, llegó la Navidad ... LoRETO - ¿Se dice Navidad, a hora? Antes se decía Pasc ua. LEONTINA -Sí, es que yo ... trataba de traducírtelo. Bueno, llegó la Pascua y los dos niúitos dejaron su s zapatos junto a la ven tan a ... LoRETO -Ab, es un chiste argentino. En Chil e n adi e d eja los zapatos en la ventana. LEO TINA -(SE APARTA, ENOJADA) ¡Estás como la Amelia, echan- do a perder los chistes, a menos que los diga e lla! ¡Si quie- res cuenta un chiste tú! ¡Cuéntalo! (SE SIENTA) 44
  • 42. LoRETO -No sé ninguno. LEONTIN -Entonces, ¿por qu é me echas a perder el mío? LoRETO -¡No fu e mi inte nción! Será porque no me gusta la ge nte que cuenta chistes. Me gusta la gente divertida. LEONTINA -(DESOLADA) No te e ntie ndo. LoRETo -Perdona, ¿qu é estoy di cie ndo? ... Me gusta la gente que .. . la ge nte positiva, como ... ¡Ah! No sé si te lo había contad o. Me volví a casar en Holanda. LEONTINA -¡ ¿Cu ándo?! LORETO -Trece aúos .. . ¡No! ¡Doce! ... Era un tipo genial. .. pero no resultó, tampoco. Nos separamos. LEONTINA - ¿Por qué nunca me cuentas nada? LüRETO - (SERlA) ¿Por qué nunca m e cuentas n ada? LEO TINA - ¿Ah ? LORETO -Tú tampoco m e cue ntas n ad a. LEONTINA -Yo . .. A mí me cuesta. LORETO - A mí también. LEONTI A- ¿Tú? Tú h ablas de corrid o, cuando quieres. LORETO - ¿Tú no? LEo TINA - Me aprendo las frases d e m emoria. LoRETO -Mamá, si yo hubi e ra creído que eras tonta de ver- dad, no te h abría dejado sola. Cre ía qu e co mo mi papá te pegaba y mis tías te retaban tú te h acías la tonta, para qu e te dejaran tranquila. Co m o hacer un perso n aj e. ¿O no? LEONTINA - ¡¿O no?! (RíE) ¡Ese chiste es es pecial! "¿O no?" (SE R SE PONE SERJA) ¿Te vas a qu edar? ÍE. LoRETO - ¿Por qu é me lo preguntas? ¿Por es ta casa? (ENTRA GABRIEL, APURADO) GABRIEL -Perd ó n , se ñora, me co nfundí .. . como tocaron el timbre y .. . las se iiori tas sali e ron ... LüRETO - ¿Se fueron? G-BRJEL -No .. . e h . .. Están en el dormitorio de la señora Co- rin a . LORETO -¡Apuesto a que están registra ndo! ¡Apuesto! 45
  • 43. GABRIEL -Eh ... Sí. Están mirando la ropa ... Está todo desor- denado ... como la policía estuvo revisando por si ... en- contraban algo ... LEONTINA -(SE LEVANTA) Me gustaría ver, a mÍ también. ¿Dón- de es? GABRlEL -Las acompaño. LORETO -Yo me quedo aquí. LEONTI A -¡Ven! Debe ser entretenido. LoRETO - (sE SIENTA) No me interesa. LEO TINA -A mí siempre me ha fascinado la ropa que usan los demás. Sobre todo los zapatos. M~ impresiona la gente que tiene muchos zapatos. Tuve docenas y docenas cuan- do vivía tu padre. Cuando una tiene muchos zapatos se siente protegida. Tu abuela tenía más de ciento veinte pa- res. Estantes y estantes llenos de zapatos. Me acuerdo de unos de plástico, transparentes. Nunca se los puso, que yo recuerde. No tenía edad para esas gracias, tampoco. ¿Cuántos zapatos tendría esta ... esta mujer? ¡Voy y vuelvo! ¡No te vayas! o. ¿Cómo te vas a ir? Esta es tu casa. (A GABRIEL) ¿Dónde están? (GABRlEL HACE UN GESTO HACIA LA PUERTA DE LA DERECHA. LEONTINA SALE. GABRlEL LA SIGUE. Lo- RETO PERMANECE INMÓVIL UN PAR DE SEGUNDOS. REPENTINAMENTE SE DOBLA Y LANZA UNA EXCLAMACIÓN, DESAHOGÁNDOSE DE LA TEN- SIÓN DE LOS REENCUENTROS. SE CALMA. MIRA HACIA LA LICORERA. VA A LA MESA Y SACA U A MÁQUINA FOTOGRÁFICA MÁS PEQUEÑA DE SU BOLSO. GABRJEL ENTRA. SE MIRAN. DA UN PAR DE PASOS HACIA ELLA, SONRlENDO) . GABRlEL - ¿Puedo pasar? LoRETO -Gracias por no decirle a nadie lo de antenoche. GABRlEL -Nada es gratis. APAGÓN 46
  • 44. SEGUNDO ACTO GABRI EL Y LORETO ESTÁN EN EL MISMO LUGAR EN QUE ESTABAN AL TERMINAR EL PRIMER ACTO. LORETO - (DEJA LA MÁQUINA FOTOGRÁFICA SOBRE LA MESA) Tú sa- bes qu e yo n o tuve n a d a que ve r co n lo qu e p asó. GABRIEL - (SONRÍE) No. No sé. LORETO - (TOMA FL VASO DE VINO) Yo n o m a to a la ge nte . La despe ll ejo. GABRIEL - ¿Cómo? LoRETO -Les qu ito la p ie l. Me g usta ver a la ge nte sin pie l ... o, por lo me n os, sin ro pa. ¿M e vas h ace r e l show? GABRIE L - (ABRAZÁ'<DOLA) Si quieres. E n privad o. Es m ás caro, eso sí. LoRETO - (sE APARTA DE ÉL) ¿No pue d es h a bla r d e o tra cosa qu e n o sea d e p lata? GAHRIEL. -Bue n o ... tod o tie n e que ve r co n plata en a lgún mo- m e n to . Lo qu e p asa es que la ge nte que ti e n e pla ta sie m - pre se o lvid a d e que h ay a lgun os qu e no tie n e n y ... es muy d esagr a d a bl e te n er qu e h a b la r d e l asun to . . . d e pués . LoRETO - ¡Ti e n es tod a la razón ! Es un d esas tre. Y si un o p aga p o r ad e la n tad o pue d e e xig ir que te d e n lo que te h a n pro- m e tid o. G -BRI EL - Cla ro. LO RETO - Si te saco un as fo tog rafías n o m e las cobra rás a p ar- te, me im agin o. 47
  • 45. GABRIEL - ¿Qué tipo d e fotografías ? LoRETO - Del show. Comple to. Co n todos los d em ás, con lu- ces, con música, con tod o . GABRIEL -Esto es tá cerrado. LoRETO - o para mí. Yo soy la nueva dueñ a. GABRIEL -¡Puf! ¡Has ta que eso se se pa ya no voy a es ta r e n ed ad de h acer el show! LORETO - Ya se sabe. GABRIEL - Pe ro e llas . .. ¿que n o es d e ellas? ... Las h e re de ras . .. U n a h erm an a es m ás que un a so brina. LORETO -Ese es pro blem a mío. En tod o caso, ¿pued o sacarte o tras fo tos e n p rivad o? GABRIEL - ¿Para qué las quieres? LORETO - Según . Para reco rdar un bue n m o m e nto, si es que el m ome nto es realmente bue no . Para publicarl as en un libro sobre los h o mbres que h e co n ocido, si es qu e te lle- go a con oce r. O porque sie mpre saco fo tografías de todo lo qu e m e en cu e ntro e n el camin o . (APAGA LA LUZ. SóLO QL'EDA UNA LUZ - DE LA CALLE- QUE TOMA PARTE DE LA MESA) ¡Pod rías a parecer re tra tad o e n H o landa ! Pod r ía se r tu lan zami e nto com o el chi co sexy 1989. GABRIEL - (SE ACE R A ELLA Y LA ACARI CI No creo que m e eli- CA A) j an el m ás sexy tres añ os seguid os . (ELLA PREN DE LA LUZ. ÉL ON RÍE) Era bro m a. No. No qui e ro fo tos. Y n o te te ngo mied o, ¿ah ? Pued o h acer lo que quie ra y no me puedes ech ar. ¿O qui e res qu e cue nte que es tuviste esa noch e con el fi n ad o? ¿Que fui ste la última e n ve rlo?, ¿ah ? LoRETO -Pued es d ecírselo a qui en quie ras. Va a ser una la ta , p ero n o ten go nada que ocul tar. GABRIEL -Ento n ces lo voy a hace r. LORETO -Hazlo. Cie rto . Puedes h acer lo qu e quie ras .. . Si es qu e qu e das libre d e culpa, se rá eso . GABRIEL - ¿Qué culpa? LoRETO - Eras am ante de la se ñ o ra Co rin a, ¿cierto? (APAGA LA LUZ) ¿La ma tó mi tío, cua nd o se e nteró? ¿O la mataste 48
  • 46. tú? (P RENDE LA L z) ¿O mi tío la m a tó y tú m atas te a mi tío? (GABRJ EL SE VA A SENTAR EN UNA DE LAS SILLAS QUE ESTÁN J UNTO A LA MESA, RJ E DO) Típi ca risa n ervio sa. GAB RJ EL - ¡Na que ve r ! No estoy n ervioso. LORETO - ¿H a estad o e n la cá rcel, a lg una vez? (ÉL RiE) ¿Te h a n violado ? (ÉL RÍE) ¿H as es ta d o a punto d e que te m a- ten , con un revólve r e n la b oca ? ... ¿H as p e rdido un di e nte por un go lpe? (APAGA LA LUZ) No c reas que un o cambia m u ch o. U n o pue d e sobrevivir y segui r a d e la nte. Lo im- portante es so bre vivir. No te im agin as lo impo rta nte que es eso. (P RENDE LA LUZ, GABRJEL SE LEVANTA Y E P ASEA FU RJ OSO, M IENTRAS HABLA) . G,BRJEL - ¿Sabís que m ás? ¡Ere i últim a! ¡Última! ¡ o, p o h ! ¡Se acabó esta c u estió n ! ¡Vam os a lla m ar a los p acos y va- mos a aclarar la c u es ti ó n ! LoRETO -Bue n o, lla m a. Yo esp e r o a quí. No te preocupes, n o me voy a escapar. (SACA N CIGARRJ LLO Y LO ENC IENDE) G. BRJEL - Yo los conozco. ¡Yo te n go a migos! Me van a c reer a mí. ¡No se puede a ndar in ve ntá nd o le cosas a la ge nte! ¡Cla- ro! ¡Tod os cree n que p orq u e tra b aj o e n esto, m e pue d e n u sar co m o e tropaj o! ¡Pe ro n o, se ñ o ra, n o! ¡Si tú estuvie rai en mi luga r h a b ríai h ech o cosas qu e yo n o h e agu a n tao! ¿Sacarse la r o p a? ¡¿Qu é imp o rta sacarse la ro p a?! ¡Me la saco! (SE SACA LA CASACA Y EMP IEZA A DESABOTONARSE LA CAM ISA) ¡H ay ge nte que se saca muc h o m ás qu e eso! LORETO - ¡Pe ro qué niñito ta n to nto! Era un a bro m a, un jue- go. Es qu e te p o n es difícil pa ra sacarm e m ás pla ta o n o sé qué es lo qu e pre te ndes. Nadi e te va a cree r n a d a. ¿No ves qu e ya m e n tiste a n te n och e? Yo n o h e m e n tid o. Ah o ra vas a irte afu e ra y m e vas a esp e ra r jun to a la pue rta d e tu pieza y yo voy a ir a ve rte a pe n as h a bl e con mi s tías y mi m adre qu e rida, que es tá n escu ch a nd o junto a esa pue rta e n un a p os ic ió n muy in có m o d a p a ra su s a ñ os y su dig ni- d a d. (RUIDOS, CARRER Y C CHJCHEOS JU TOA LA PUERTA DE LA AS DERECHA. GAB RI EL RECOGE SU CASACA Y ALE POR LA IZQ lERDA) 49
  • 47. Así que se d isfraza ron , como d e costumbre . ¡No sacan n ad a con esconde rse! ¡Ya las vi ! (AM ELIA, LEONTINA Y AN- TONIETA E TRAN RÁPID AMENTE, VESTIDAS CON TRAJES DE FIESTA DE CoRJ A. SoN TRAJES EXAGERADOS. NEG R coN DORADO. MoRADo O CO F CSIA. T LE . j OYAS ENORMES. T RAJES DISPARATADOS PER O QL'E C0 1STITUVE U1 A U IDAD E TRE LOS TRES) AMELIA - ¡Eres una farsante! LORETO - (RJE DO) ¡Qué e legantes! ¡No h ay palabras p ara ex- presarl o! LEO TINA - ¡Son tan dive rtidos!, ¿c ierto? ¡So n ta n .. . ! AMELIA - ¡Fue muy instructivo! U n a co nversació n di g na d e recordarse. LoRETO -Y eso que n o la escu ch aro n d esd e el principio. AMELIA -Estuviste aq uí an te n och e, ¿ah ? LoRETO - Sie n to qu e vie n es con u na m ala o nda , ¿sabe ? Ma- las vi brac io n e , tía. Y com o no es toy para explicacio n es latosas, las d ejo y me voy a (TOJIA LA M.ÁQ INA FOTOGRÁFICA Y EL BOLSO) .. .fotografiar un poco el luga r. Sim p áticos los trajes. o se los saq ue n. Las qui e ro fo tografi ar así. (VA A SALIR. A.itELIA LA TOI.IA DEL BRAZO) A.i!ELIA - ¡Oye! A.,-.:TONIETA - ¡ O te vayas! MELlA - ¿De qué hablaste co n Martín esa n oc h e? ¿Qué te d ijo? ¿Por qué te hi zo ven ir? A.,'ITO IET - ¿Qué le p asaba? ¿Q u é pasaba? (LORETO SE SUEL T. YSALE) j j O te vayas!! (SE OYE LA RISA DE LORETO) LEON TINA - ¡Lo reto! ... Se fue. A.,'iTo JETA - ¡Qué fre ca! Pero n o irá lejos. Al d o rmi tori o m ás cercan o co n ese p uto. AMEUA - ¡Te e n can ta la palabra puto, te fasc ina! A"'TO JETA - ¡ o seas re p rimida! A.iJELIA - ¡Típi co! U n a vez qu e te ne m os a lgo impo rtante d e q ue h abla r y te de di cas a in ul ta rm e. En cambi o a ésta (1 DICA A LEO TI A QUE EXAM INA LAS PEL C:AS) nun ca le di ces n ad a. 50
  • 48. ANTO lElA -Bue no, de acuerdo, h ablemos. ¡Hablemos, pues! LEONTI A-Ésta para ti , ésta para mí. .. AMELIA -¡Te qu edaste con la m ejor! ANTo IETA - (AAMELIA) ¿Te h as vue lto loca? ¿Te vas a poner a pe lear por la peluca d e un a muerta? Todo esto, los trajes, e ra po r los juegos d e antes, los disfraces. Una broma para la Lore to . AMELIA - ¡La bro mita! ¡Nos e mbromó a nosotras! ... Claro q ue, a lo m ej or, la Lo re to n o quie re qued arse, fin alm e nte. A lo mejor esto la asquea. Es bastante asque roso. LEONTINA - (QUE SE HA PUESTO LA PEL CA, SE LA ARREGLA) Se va a qu edar, creo yo. AMELIA -La fo tografía d e mo nstruos es un campo muy lim i- tad o. ANTONIETA -No creas. AMELIA -Después de fotografia rnos a noso tr as y a nues tras amigas se va a qued ar sin m a te ria l. La Lore to d ebe ser feliz e n Euro pa. Es o tro mundo. De be ría vo lve rse, ¿n o crees? LEO TINA - Es mi niña. AMELIA -Si a ntes n o n os m e tíam os co n ella, ahora me nos. No n os quie re como n osotras la qu erem os. No n os n ecesita. Es tam os viej as ya. A lo úni co que p od em os aspirar es a te- n e r una bue n a pieza e n un a clínica, cuando n os llegu e la h ora. A ten er cuidad os y calmantes para sopo rtar el dolor que te ndrá que llegar ... que es tá llega n do . LEONTI A- ¿Estás e nfe rma? ANTO IETA - ¿Qué ti e n es? AME LIA - (TRATAN D DE so REíR ) No es un a enferme dad muy O es pec tac ula r d e n oved osa, pe ro igual m e va a d espach ar. ¡Y no qui e ro morirme e n una sala común ! ¡Le ten go te rror a eso! (T RANQU ILA) Quie ro mo rirm e e n fo rma privad a. LEONTINA - (ANGUSTIADA) No te p reocupes, pobrecita, de al- guna m an e ra nos arreglare mos, pe ro tendrás un a clínica d e lo m ej o r. ¡Y flores ! ¡Y te levisió n e n colores !, ¿verdad , Anto nie ta? (A AMELIA ) No e res la úni ca que ti e ne mied o. 51
  • 49. AMELIA -Me íen to mal. ANTONlETA - ¿Y cuál es tu enfermedad? ¿La vejez? AMELIA - (SE VUEL VlOLENTAMENTE HACIA ELLA.) Sí. Me está ma- VE tando . LEONTlNA -Nos está matando a las tres. ANTo JETA -¡A mí no! ¡Soy mucho más joven que u sted es! ¡Podría casarme todavía! AMELIA -¡La novia de Franke nsteín! ANTONIETA -Podría. Si quisie ra, podría. (CAMINA HACIA LA PUERTA DE LA IZQUIERDA) Por ej emplo, podría ... ¿H an pe n- sado que en este mismo momento la Lore to está hacie ndo el amor con Gabrie l a pocos m e tros d e nuestras n a rices? ¿Se lo imaginan? (MANOSEÁNDOSE A SÍ M ISMA Y .MIMAN DO EL RE- CHAZO) "¡Ah! ¡Ah! ¡Mi amor ! ¡Mi vida ! ¡Ah ! ¡Oh! ¡No! ¡Sí! ¡Muéve te para allá! ¡Mmmm! ¡Ay! ¡Más rápido! ¡No tan rápido ! ¡No m e muerdas la oreja! ¡No, no! ¡Muérde m ela, no m ás ! . .. ¡MMMM ! ¡Ay¡ (SE TIENDE SOBRE LA MESA CON LAS PIERNAS AB IER TAS) ¡Tatatatán!" AMELIA -Tú , d e lo que es tás enferm a, es d e vulga ridad (sE PONE LA PELUCA. PAUSA. LEONTINA AYUDA A AMELIA A ACO M O- D ARSE LA PELUCA. ANTON IETA SE EN DEREZA LENTAMENTE SOBRE LA 1JESA Y LAS MIRA). ~'ITON I ETA -Ahá. ¿Así es que qui ere n h ablar realmente en serio? AJ,IEL!A -Lógico. LEONTINA -Yo siempre h ablo e n se rio. ANTONIETA - (SE BAJA DE LA MESA Y VA A BUSCAR SU CARTER De A). ac uerd o . Eso es lo que vam os a h ace r, enton ces. Vo lvamos al te ma. Necesitamos la casa y la Lo re to no . LEONTI A-Parece que sí la n ecesita. ~IELIA -La vam os a te n e r qu e ch antaj ear. Estuvo m e tida e n much a cosa po lítica. ANTON IETA -Eso ya es tá pasado d e moda. AMEu A -Sin contar que es tuvo aquí, a ntenoch e . ANTo JETA -Tambié n podríamos ch antaj ear a Gabriel, qu e no lo dijo . - 52
  • 50. LEO n A--Si es por eso yo podría chantaj ead as a ustedes d os. AM ELIA -Ah, ¿sí? LEO T!N - Pero eso es algo que n o e h ace con la gente . No e ju to . M TONIETA - (INCRÉD ULA) ¿No es QUÉ? LEONTINA - (TEMBLOROSA) ¡La justicia! Lo q ue está bien y lo que e tá mal. Y yo no voy a pe rmiti r. .. ANTO IETA - ¿Tú? LEONTI A- (RETR OCEDE N POCO, INSEGU RA) ¡Sí, yo! ANTo IET -Tú n o debe rías abrir la boca jamás. Tie nes un te- j ad o de vidrio del tam a ño d el océano Pacífico . La Lore to te podría acusa r a ti d e se r una madre d esastrosa, por h a- be r e ngañ ado miles d e vece a tu marido. ¿No te pegaba cad a vez qu e lo e ngañabas? M ·IUJ. - (sE Ri E) ¡Noo! ¡Estaría m u erta! ¡Sólo le pegaba cuan- d o la d esc ubría ! ANTo IETA -Todo se reduce a lo qu e se d ecía e n e l Co legio: "Cali e nte co mo una p lancha" . M IE.LL - Uy, yo h ace añ os qu e d ese nchufé la p lan cha. Lo úni co que nos qued a es sobrevivir dign am ente . ANTON IETA -Mira, lo d e d ig na m ente es ecundario. LEONTI A -Si un hombre tie ne bue n cue rpo es n a tural q ue un a se inquie te .. . Es un deseo instintivo d e superación de la es pecie ... O sea .. . ME Ll A -¡Esa se rás tú! LEON TINA -Toda la ge nte es ig ual. Aw:u , -¡ Comp le tam e nte falso! ¡Yo m e puedo poner la ropa d e esa muj e r ! ¡Su pe luca ! ¡Pero yo no soy como e lla ! ¡Yo soy yo! ·Po rqu e n o m e vas a d ecir que has pe nsad o po r un m o me nto q ue te ngo a lgo e n común con e a muj er zue la ! }¡'11 o IFTA -¡ Us ted es dos so n in cre íbles! ¡ o se puede co n- cre tar nad a! ¡ o se pued e te n e r una conve rsació n lógica ! Y ah o ra , d éj e n m e habla r. M1 El.IA -¡Qué risa! ¡Como si no h ubiera estado hablando tod o !. .. 53
  • 51. LEON NA - (SIM LTÁNEAMENTE QUE AMELIA) Pero si nosotras es- TI tamos calladas, no hemos abierto la ... ANTONIETA -¡A callarse! ¡No quiero que se muevan siquiera! ¡Me distraen! ¡Me pongo tan loca como ustedes! H emos perdido la costumbre de razonar. Y h ay que establecer ciertos puntos básicos para seguir adelante. Es indispen- sable, tal como están las cosas .. . Martín mue rto e n esa forrna ,junto a esa mujer. .. La Lore to h eredando esta casa tan repentinamente .. . Estuvo con Martín antenoche. Ese sujeto , Gabriel , la encubre. ¿No es lógico pen sar que ella lo mató? Ella con sus m onstruos adentro . ¿No es lógico ? AMELIA -Es evidente. LEONTI A-Es imposible. ANTONIETA - (A LEONTINA) ¡Tú n o sab es n ada ! AMELIA -A ve r, ¿qué vida h a llevado tu hija e n Euro pa? ¿Co n quién se h a juntado? ¿Quié n es so n sus amigos? No sab es. ANTONlETA -Y la ge nte que ha estad o e n la cárcel nun ca vuel- ve a ser la mism a. Es lo que dice n. LEONTI A -La Lo re to es tuvo aquí e n la cárcel por sus ideas . No es que h aya h ech o n ada malo. ANTó JETA -Cuando la ideas son m alas son lo m ás n efas to que pued e habe r. ¿0 no? (LEONTI AY fu. IELL< SE II RAl1) AMELIA Y LEOJl"fiNA - "¿0 n o?" (SE RÍ EN) "¿0 n o?" (SE RÍEN) "¿O n o?". ANTON IETA - ¡A callarse! ¡A calla rse, he· di cho! (SILENCIO) Así es que ya lo sabe m os todo. Pe ro, ¿qué pod e mos hace r no- sotras? No pod e m os acusarl a a la policía. AMELIA -Impe nsable. LEo TI A - Claro. o nos co nvie n e. ANToNIETA - ¿No h abla bas d e la Justicia? Bue n o, ¿y la Justi- cia? AMELIA -Bue n o, n o te p on gas fantasiosa . .. LEONTINA -Si lo hizo, Dios la castigará. ANTo JETA -Leo ntina, es te rrible, yo sé lo que sie ntes, como si fu é ra mos siam esas y la misma san gre y los mismos pen- 54
  • 52. samie ntos nos circularan por el cu erpo . La Loreto será sangre de tu sangre, pero yo la armé, ¿entie ndes?, como si fue ra un rompecabezas yo armé a la Loreto ¡de cu erpo y alma! . .. Es peor para mí. ¡Mil veces peor! Si tu corazón san gra, es mi cerebro ente ro el que se desangra, e l que em- pieza a morir. ¡Y no es justo! ¡No, se ñor! ¡Nones! ... Trata d e ente nde r. LEo TINA - (ANGUSTIADA) Yo trato, ¡de veras! ANTON IETA -¡La Lore to no puede irse sin u n castigo! ¿Por qué crees tú que quemaban a las bruj as? ¿Como u n ejem- p lo para los d emás? "¡Si hacen esto correrán la misma su e rte !" ¡No! ¡Las qu emaban porque así salvaban sus al- mas, ¿entie ndes lo que quie ro decir? (LEONTINA N IEGA) Si m or ían sin castigo sus almas quedaban cond enadas por la e te rnidad . ¿Quie res eso para tu hija? LEONTINA - ¡Pe ro ... la Lore to no es una bruj a! ANTON IETA -Es un a asesina. Es pe or. Ma tó a tu h e rmano. AMELIA - ¿Y qui e ren que d ej e d e tomar? (BEB E) ANTo JETA - No p od emos seguir h a blando y d ejar que las co- sas pasen , sin in te rve nir. Te n emos que salvarla a la pobre- cita ... la po bre infe liz . . . Miren , yo aquí te ngo esto. (MuES - TRA U FRASQUITO PEQUEÑO QUE HA SACADO D SU CARTERA) Es E la mue rte . Lo m ej or e n ve n eno que h e conseguido e n to- d os estos a ñ os . Me h a costad o, ya n o es tan fácil co mo e n la a ntigü ed ad . Yo que ría mo ri rme porque es te mundo es un a po rquería, ya lo sé. fu t ELI A - (CANTURREA) En el quin ie ntos di ez e n e l dos mil también! fu'JTON IETA -Po drido, tod o p odrid o sin vue lta. Mejor morirse . LEONTINA - (D ESCONTROLADA) ¡Q ued a d em ostrad o que las re- ligion es eso té ricas n o pued e n ni podrá n compre nder las e nse ñanzas d e u estro Se i'ior e l Cristo e n sus aspectos trascend e nta . .. ! Al TONIETA -¡Eres d esesperante! ¡Habría prefe rid o que fu e- ras alco h ó lica, com o la AJ:nelia! 55
  • 53. AMEUA -Ja! (BEB E) A.NTo IET - o estoy para bromas. Ni una m ás. Ni siqu ie ra juegos de pala bras. Sólo vo a d e ir esto una vez. (To r.IA EL VASO DE LORETO ) E te es e l trago de la Loreto. Vino b lan- co . Aquí echo e l ve n e no. (Lo IIACE ) Listo. Dej é moslo a la suerte. Si e lo toma e porqu e Dios qui e re qu e viva- mos. Y qu e vivamos bie n. ¡Po rque as í yo no puedo seguir ! ¡Como un p a rásito! , ¡vivie ndo d e pres tado ! Y tambi é n es ju to que e lla viva porqu e e m ás j ove n . ¡Pe ro h a tira d o a la basura todas sus po ibilidades! ¡Lo bue no que le h abía e n señado con ta nta d e dicació n y a mor! ¡Dej ándonos p o r ide a e xtrar~ e ras, p ar a te rmin a r acá ndo le fo tos a e nfe r- mos y d ege n erados! esinand o a un h o mbre ta n ... nu es- tro h e rma no . (Lit. IPlA FL BORDE DEI ', SO CON L PÑUE LO) '. quí es tá. Es un ven n o rá pido . (SON RIS. f RANQL ZADORA 'ILI .. L EONTI A) as i n o du e le. U t d es n o lo toqu e n ¿Ente n- diste, Leo ntin a?, ¿ente ndiste bie n ? L Eo:-.11. .· -Yo lo e nti e ndo tod o. ¡Uste d es m e tra tan como i fue ra un a es túpid a! Y eso e p o rque tie n e n un a te rri- b le confusió n e ntre d os m a nda mi e ntos d e la Ley d e Dios. El exto manda mie nto n os orde n a NO FORN ICAR, lo que es muy di tinto a No ADL.tTFR.-R , d e adu lte ri o. Fo rni car es bo- tar e l agu a pu ra d e la vida. o ea, e l se m e n . NTO, lET. - (TPNDO E LOS OÍDOS) j 000! ~ ! ELlA - ¡ o digas esa p ala bra inmunda ! ¡Sa bes qu e n o p u e- d o sop o rta rl a! Á''TOJ' IETA - (CON LOS OÍDOS TP,DOS) ¿Ya termin ó? L EO:-.'TJNA - ¡ o, n o! o fo rni ca r es a preciar las aguas d e vida sabiam e nte. AME UA - ¡Sabi am e nte! En eso fui ste m ás a bia q ue a lomó n . L WNTIN - Ese es e l g ra n sec re to d e la vida y d e la re d e n c ió n huma n a. O fo rnica r es VIDA, C STID D CIENTÍFICA, FELI CID . AD Fo rni cac ió n es DESTRLJCCIÓN y ML'FR rE. Se fo rnica on la m e nte, e l ve rbo y lo ó rga n os cread o res. AMF II < -M e n os m al qu e e l te lé fo n o es tá libre d e c u lp a. 56
  • 54. T NIETA-¡Agarró vuelo! LEO TINA -Si se aprende a controlar los órganos genitales se logra la C TIDAD CIENTÍFI CA. (ENTRA LORETO. LEONTINA SE ELVE H ACIA ELLA Y LE ENDILGA EL DISCURSO) ¡Fornicación fu e el d e lito contra n a tura cometido por los Adanes y las Evas. Fue la viol ació n al Gran Manda to Universal. Gé ne- sis: d el dos al diecisie te. Le vítico : todo el capítulo quince, es pecialme nte los ve rsículo dos y del quince al dieciocho. ¡H e aquí el p ecado original! ¡Quie n quie ra ir a p a rar a los abism o p a ra su d esintegració n total, donde só lo se oye el llo rar y el c rujir d e die ntes, allí e tá el sende ro del Mal! ¡La FORN ICAC IÓN! M I ELI - (A LORETO) ¡Estás rutil ante! ANTO 'IET - (so RIE DO MALI IOSAMENTE) Diez anos menos. Com o si hubi e ras to mado sol e n la playa. LORETO -(DE;)A SU BOLSO SOBRE LA M ESA) Fue algo asÍ. A,'JTO IElA - ¿Puedes co ntarle algo a tus vi ej as tías?, ¿p a ra imagi n arn os có m o fu e? LoRETO -Saqu é un as fo tos bi e n a trac ti vas. U n b o nito cu e r- po. ¡Es ta n d esinhibido! ANTON IETA y 1JIELIA- (LI BIDINOSAS) ¡Mmmmm ! LoRETO -Creo que pue d e n res ul ta r n oved osas. A~ I ELIA -(so:-.JRJS. ~escÉPT I CA) ¿Sólo fo togr afías? LoRETO -U n r o ll o co mpl e to. r..'H01 I ~TA - ¿Las p o dre m os ve r, d e pué ... a mpliad as? Te n go un a . ó lida for m ació n plá ti ca, tú a bes. LoRETO -(~ ti RA , su ALREDEDOR) Voy a cambi a rl e el rollo a la m áqu in a. (LO II ACE EN UN RJ CÓN, EVITANDO LA L Z) A~ I E LIA - Lo sab e m o to d o, qu e es tuviste aquí, a nte n och e, que Ga brie l n o se lo dij o a la p o licía, que Martín te d ej ó es ta ca a co m o h e r e n cia. No n o p arece justo, así es que vam os a d a rte p ro ble m as si si ... (BEBE) LnRETO -Te es toy es u ch a nd o, tía. A, TONW L - Si te qu ed as. LoRETO - o m e pi e n so qu e d a r. 57
  • 55. LEONTINA -¡Yo abía! ¡Es una buena niña! LORETO -Voy a ve nder esta casa y me voy a ir. No todavía, lógico. Tengo que hacer otras se iones de fotografía. AMELLA -Leontina, no es una buena niña. Lo RETO -No me quieren quitar la casa, ¿no? ... ¿O sí? AMEUA -Tenemos que sobrevivir de alguna forma, mi linda. ¿Y qué es eso de que eres la heredera de la casa? ¡No pudo habértela dejado para ti so la ni aunque hubiera querido! Te corresponde una cuarta parte de todo, cuando mucho. O menos. Supongamos un octavo. Una hermana es má que una sobrina. ANTONIETA -Y una cuarta parte de libre disposición, que se llama. AMELLA -¡Pero nada más! ANTo JETA -¡Nada más! AMELLA -¡E o es lo legal! ¡Si no somo e tú pidas! LoRETO -Dejó un te tamento. ANToNJETA -Habría que verlo. AM.EUA -¿Y adónde e tá? LORETO -En Investigaciones. LEONTI A -(MIRA. EL VASO co VE ENO) Toda nuestra vida está en Investigaciones. M1ELIA -Ahí veremo , entonces. LO RETO -Por supue to. Esta ca a me la dejó a mí. Fue su deci- sión. Yo jamás le escribí. Nunca le pedí nada. Lo único que hacía era mandarle una tarjeta de Pascua cada dos años. A veces pensé llamarlo y pedirle prestado para un proyecto y nunca me atreví. ¿Realmente están preocupadas por e l futuro, ustedes? Lo que me dijo a mí es que iban a quedar protegida . Fue lo único que me dijo. AMELLA -(SE RÍE Fl:.ROZMENTE) ¡Protegidas! ¡Alegrémono , chi- quilla ! ¡ o nos van a mandar a un asi lo de ancianas! ANTo rETA -¡Qué felicidad! ¡No tendremos que pedir limos- na! Y podremos cubrir nuestros huesos con ropa usada pero limpia. 58
  • 56. LoRETO -¡Para lo que han trabajado en sus vidas es bastante! , ¿no? ( !LEN JO M R TAL ANfONIE E LE ANTA Y, 1 MIRAR A TA AO JE, !!A !A lA Ll RERA. TOMA A PELUCA OLORINA Y E lA PO E) AATO JETA - ¿ , mo me queda? (LEONTINA ORRE A ACOMü- DÁRSEL.A) Lw TI A-¡ Regia! Pa reces colorina auté ntica. Tienes la piel m tran pa re n te. Y la ma ncha e te ve n como las pecas d la ge nt j ve n . Tran parent . TONIET - E curioso, ¿ah? La mue rta tenía exactamente nu tra talla, e d ecir, kilos más, ki los me nos. ~ J ELIA -¿D ' nd d j é mi trago yo ? Lw l J A -¡Aquí está mi vaso! Este es e l mío. A. TO JET - E a troz qu e ternos vestidas como la muerta. troz. ¿Por qu - lo ha mos? - o n traj dive rtidos. Sie mpre nos disfrazamos. ie mp re. LoRHO -E tába mo habland o d e plata. ANTo JFTA - i va a acar la fo to, hazlo rápido. No voy a o- po rta r to much o más. LoRF o -¡ Plata! ¡Plata! e h agan las orda . Quiero pu- bli ar o tro libro d e fo tografías. La venta de e to m e dará paraba tan te má que o , lógico, pe ro qui e ro hacer algo a gran ni ve l. Te ngo d er cho a hace rlo po rque te n go tale n- to . Us ted es se colgaro n del cue ll o d e mi abuelo y cuando e l pob re vi jo e murió, agotad o, e colgaron del cu ello de l tío Ma rtín . Él pe nsa ba que u ted ran un as san gui- juelas qu e 1 chupaba n la sang re. No e ra buen o mi tío Martín . Le gu ta ban la mt0 re mala qu e e gan an la "id a. D cía q ue la nnü eres bue nas le h ab ían costad o un a bo la y la mi tad d e la o tra. ~ 11-.l. L -Eres m ala. A"' JOi JU -¡ Martín n o p u d h a ber di ch o eso! A l t J:LJ ¡ - Y si lo dj o ra un m nti ro o . U n avaro , ad emá . ¿ abes cuá n to n o d aba para vi vir al me ? ¿Para la tre ? 59
  • 57. ¡Trescie ntos mil p eso ! ¡Mil d ó lare , apen as! ¿Tú crees que se puede vivir en fo rma d ece nte co n eso? ¿Pagar d os emplead as, un j a rdin ero, m anten e r e l a uto? ¿Comprar los rem edios, las vi taminas? ¿Invitar a las ami gas? ¿Crees que se pued e? ¡ o e puede! LEONTINA -Loreto, ¿quieres ponerte una peluca? H ay más. (AM:f.UA LE LANZA NA M IRADA ASESINA YDA UNA PATADA EN EL SUELO) AMELIA - (BUFIDO) Po r supues to q ue n o te vam os a ch an taj ear. i a ti n i a ese pobre di ablo qu e te h a gustad o tan to. Era un a m an era de decirte lo d esespe radas que es ta m os. A nues tra edad n os m e rece m os un a bue n a posició n. Pe ro tú, p or tus libros inmundos, e res ca paz d e pasar por e n ci- ma de nu estro cadáver. . . Bue n o, ¡ya pa a te po r e n cima del cadáver d e tu tío! .ANTONIETA - Q ued arás para sie mpre co m o una ingrata. M IELIA -Para sie m p re. LORETO - ¿An te q uién ? A:. TONIETA - Ante nosotras, qu e te lo he mos d ad o tod o. LORETO - ¿Todo? ANTON IETA - ¡Todo! LORETO - ¡Tambi én mi m an e ra d e se r y de p e nsar ! ¡No tie ne n nada q ue ec harme e n cara! ANTONlETA - ¡Tú antes no eras así. Fue tu marido e l que te engañó y te d j o qu e lo n egro e ra blan co. AMELIA - ¿Qui én e res tú, e n to d o caso , para qu e ve ngas a ped irnos cue ntas de lo qu e ha sido nu e tra vi d a? ¿Quié n eres? ¡ na m orbosa q ue aca fotos re pugnantes! LORETO - Eres un dinosau rio , tía. Vivirás h asta q ue te mue- ra , pero desp ués nad ie pe nsará co m o tú. Tu es pecie se extin g ue. M!EL!A - (RÍ E FEROZMEN TE) ¡Inge nu a palo m a! ¡Mi esp ecie prospera! ¡ o eres la ún ica q ue p uede po n erse e n cima e l tÍtu lo: YO SOY II U lANA. ANTONIElA - A lo mejor la m andaro n d e Euro pa pa ra di ctami- nar q uién puede llevar e l títul o. 60