5. _.
In dice
Prólogo de Eduardo Guerrero 9
1 GENUAS PALOMAS 19
T RES T RI STES T IGRES 69
LA REMO LI ENDA 121
M ONTAJ ES DE LAS OBRAS 181
6. Prólogo
La creación d e los tea tros unive rsitarios - el 4 1 el Teatro Ex-
perimen tal de la U nive rsidad d e Chile y e l 43 e l Teatro d e
Ensayo de la U niversidad Cató lica- di o luga r e n los añ os
cin cuen ta y sesenta a espectác ul os qu e "revolucion aro n " el
ambie n te santi aguino . Así, fi e l a sus pro pias d e n o minacio n es
- experimental y e nsayo- se p reocuparon d e desarrollar u n
repertorio que die ra cu e n ta d el estad o ac tu al de la d ram a-
turgia universal (Io n esco, Miller, Pin ter, Bec ke tt ... ), sin d ej ar
al margen el interés por la teatralidad d e los mo n taj es, co n-
siderando la co nju nció n de los le n guaj es involucrad os en la
pues ta.
Es te cambio de pe rspectivas n o sólo se manifestó en un
mejoramien to grad ual d e las técni cas de ac tuació n (asimila-
ció n d e corri e ntes extra nj e ras), d e un trabaj o colectivo e n
la producción teatral, un man ej o más ad ec uad o d e los ins-
trume ntos físicos, sino que tambié n permitió que n aciera un
grupo d e drama turgos conscientes d e su importante papel
p ro tagó ni co e n esta re n ovació n ele la esce na n acion al: "La
gen e rac ió n ac tual es, indisc utible m ente, el resultad o d el m o-
vi mie nto re novad o r ele 1941. Estos auto res n acie ron y se va n
pe rfeccio nando de ntro d e la pe rm a ne nte labo r de los teatros
u niver~ ita ri os" (Domingo Piga) .
De e ta ma ne ra, e n torno a es te proceso, se gen e ra un tra-
baj o d ra ma túrgico e n lo qu e se h a d e no minad o generación del
50 o generación de dramaturgos de los teatros universitarios, y qu e
comien za a d ar fruto e n los añ os sesenta, co n el ap orte d e a u-
to res como J o rge Díaz, Ego n Wolff, Sergio Voda novic, Isido ra
9
7. Aguirre, Luis Alberto Heiremans, Alejandro Sieveking, por
nombrar los de mayor trascendencia.
Entre el realismo folklórico y el realismo crítico
A pesar de que el grueso de su obra data de antes del golpe
militar de 1973 y, en consecuencia, de su partida a Costa Rica,
Alejandro Sieveking (1934) sigue siendo un nombre vigente
en la escena nacional, no sólo por e l estreno o reestreno de
algunas de sus más connotadas piezas (con una producción
cercana a los treinta títulos), sino por su dedicación ciento
por ciento profesional al oficio, tanto como d irector, actor,
profesor, estudio o del teatro. Además, una obra como La re-
molienda -con sus mú ltiples puestas en escena a lo largo de l
paí - e puede con iderar, sin discusión, como un clásico
del teatro chileno.
Dentro de los posibles cambios y variaciones de su dra-
maturgia, siguen siendo plenamente válidas las siguientes
palabras de Alejandro Sieveking, publi cadas en 1966 en e l vo-
lumen de Teatro Chileno Actual: "Actualmente me siento entre
dos corrientes. La primera, un teatro in pirado en el folklore
( ... ). La segunda corriente por la cual me siento profunda-
mente atraído es el teatro social". De esta mane ra, sin dejar
de lado un primer momento marcado por un realismo psico-
lógico (en obras como Mi hermano Cristián, El paraíso semiper-
dido, Cuando no está la pared, Parecido a la felicidad, La madre de
los conejos, todas de fines de los años cincuenta y comienzos
de los sesenta), es pertinente d istingui r dos etapas e n la d ra-
maturgia de Sieveking: realismo fo lklórico-poético y realismo
crítico-social.
En re lación con este realismo fo lklórico poético, e l pro-
p io dramatu rgo enfatiza: "Más que nada, nace de un afá n d e
encontrar raíces abso lutamente chile nas y de la necesidad de
hacer un teatro popular". Asi, el paradigma d e esta corri ente
10
8. lo constituye una obra como La remolienda ( 1965) , "pequeño
clásico criollista" (Gastó n v. d . Bussch e). De ntro d e esta vi-
sión , e n su aspecto global, tambié n p od emos nombrar otras
obras, d o n de lo p o pular, lo costumb rista, lo mitológico , p a-
san a consti tuirse en elem e ntos sign ifi cantes: El cherube, Ani-
mas de día claro, Manuel Leonidas Donaire y las cin co mujeres que
lloraban por él e incluso La comadre Lo la ( 1985 ) , cuya historia
está ambientad a a fi n es d e los años cincu e n ta en un barrio
popular de Santiago.
Por su parte, e l realism o críti co-social se inserta en la pre-
ocupació n por "escribir un testimo nio d el mo me nto actual",
manifestand o un interés tanto en lo estrictam e nte socia l com o
en lo político. O bras com o Tres tristes tigres, Peligro a cincuenta
metros (en colabo ración co n J osé Pined a), Cama de batalla, Pe-
queños animales abatidos, d en tro d e su diversidad , so n buenos
ejem plos para recalcar temáticas relacion adas co n esta visió n
de una sociedad, much as veces, en fe rma.
La remolienda
La tempo rad a teatral d e 1965 fu e p obre. Com o lo señ ala Cri-
tilo en su recu e n to anual, "el teatro, e ntre dificul tad es econ ó-
micas y p reoc upacio n es d e diverso carác ter, se limitó a sobre-
vivir". De e ntre los trece estren os n acion ales, d estaca e l d e L a
rernolienda, segund o éxito d el añ o d espués d e E l tony chico, d e
Luis Alberto H eire mans (dos o bras aún vige ntes e n nuestro
pan o ram a teatral) . El mo ntaj e es tuvo a cargo d e l lTUC H (Ins-
tituto d e Teatro d e la U nive rsidad d e Chile), baj o la direc-
ción d e Víctor J ara y ac tuacio n es, e ntre o tras, d e Bélgica Cas-
tro, Mario Lorca, Luis Barahon a, Ke rry Kelle r, So nia Men a,
Ed uard o Barril , Tom ás Vidiella, Te nnyso n Ferrad a, nombres
impo rtantes e n nu es tra escen a.
La obra consta d e d os actos, cad a un o d e los cu ales - a su
vez- está constituido p o r dos cu adros. En el primer cu adro
11
9. del primer acto, en una loma en el campo, al sur de Villarrica,
e nos presenta a doña Nicolasa y sus tres hijos, Nicolás, Gil-
berta y Graciano, quien es se dirigen al "pueulo". Para e llos,
e te viaje es un verdadero acontecimiento ("no habíamos sa-
lía nunca d el rancho"), por lo cual se mezcla una se nsación
de temor co n incredulidad , ante tanta maravilla que dice n
sobre di cho lugar, entre ello su difunto padre.
En el segu nd o cuadro, el autor nos sitúa en e l otro esp a-
cio, la pista de baile en el patio d e la más afamada casa de re-
molienda de Curanila pe .Junto a doña Rebeca -que resulta
ser la h ermana de doña icolasa- , se e n cuentran tres pros-
tituta jóvene , Yola, Isaura y Ch ep a. A ese lugar, justamente,
llegan los tres hu asos y su madre y, por tanto, se suscitan un a
serie de situaciones jocosas. Finalmente, el segundo acto tie-
n e como fina lidad co n o lidar la relació n e ntre las much achas
y los jóvene , pues es la gra n opo rtunidad d e sus vidas: para
ellas, una especie de redención; para ellos, e l e n cu entro de l
amor, en su más ampli a pureza.
Lo que más atrae en una o bra co mo és ta es su simpleza,
su ingenuidad, la nobleza de espíritu de los j óve nes campesi-
nos. Por el contrario, la aparición de tres ho mbres borrachos
con una mtuer desgre!lada, en busca de la diversió n d e la
supuesta casa de remolienda (ah ora las prostitutas están e n
otra), sirve para acentuar la o po ició n valórica entre eso dos
mundos, una e pecie de co nfrontació n e ntre e l campo y la
ciudad, e decir, valores positivos frente a valore negativos.
También h ay que destacar e l tono fe tivo e n La remolien-
do, u poesía popular, su chispeante diálogo -co n mucho de
picardía- y e l ac ierto en el retrato y caracte rización d e los
p e r onajes. En este se ntid o, la apropiación de Sieveking de l
lenguaje campe ino, co n u salida , sus expresion es, sus se n-
tencias populares, u s in correcciones fo né ti cas, res ulta p lena-
mente convincen te, por su n aturalidad y, más qu e nada, por
tra nsmitir belleza y verdad.
12
10. Tres tristes tigres
El grupo indepe ndie nte "El Cabildo", fo rmado por ex inte-
grantes d el Teatro d e la Unive rsidad d e Con cep ció n (Nelson
Villagra, J aime Vadell , De lfina Gu zmá n , entre o tros), estre n ó
en 1967, e n el Teatro Talía, Tres tristes tigres. Poco después, e l
cineasta Ra úl Rui z realizó una película basada e n la m en cio-
nada obra.
Tres tristes tigres se inserta - como se indicó ante rio rme nte-
en la segun da línea d e preocu pación te má ti ca d e l auto r: la
social (realismo crítico). Y e n lo específi co, en la margina-
lidad social - con tod as las o tras m arginalidad es que e llo
involucra (econ ó micas, afec tivas .. . )- e n que vive n algunos
seres hu manos. En este se ntido, h ablar de marginalidad so-
cial no es algo n uevo en el tea tro chilen o, sino que asum e e l
papel de te mática recu rre nte d esd e la décad a d e los sese nta
en ade la nte. Por esto m ismo, es válido plan tearse la obra e n
este co n texto, sin olvid ar que su esc ritura e inicial puesta e n
escena tuvo lugar e n circ unsta n cias políticas e ideológicas d e
hace veinticinco años.
La obra co nsta de dos actos, e n el primero d e los cu ales ya
conoce mos las mo tivacio nes de los tres pe rso n aj es centrales,
de los "tres tristes tigres", y de sus d esespe rad os inte ntos po r
sobrevivi r e n un m edio que les h a cerrado tod as las puertas:
"tres mad eros semipodridos, a la deriva e n el río d e una vida
y de un d es tin o sin sentido" (César Cecchi ). De es ta fo rma,
su vaciedad existencial, sus frustracion es, sus sole dad es, sus
actitudes d ecad e ntes, n o so n gra tuitas, sino qu e responde n ,
m uch as veces e n fo rma violen ta y agres iva, a estímulos que
la socied ad impon e . Por e o, e l co nflicto d ra mático que e n-
marca las dive rsas situac io n es d e la o bra, está regido po r la
dualidad H ombre-socied ad.
Rudi es un person aj e dese nvu elto, ambicioso, arribista,
un a pa rente triunfad o r en la vida, un se r sin rem o rdimientos
de co ncie n cia ante los dive rsos actos que realiza con e l fin d e
13
11. obtener, sobre todo, beneficios económicos. Esta proyección
tiene su punto máximo cuando Rudi confiesa el verdadero
motivo que lo ha llevado a asumir ante la vida una actitud
muy distin ta a la que supuestamente debiera haber asumido:
la honradez de su padre no le sirvió para nada; por eso, "en
este país hay que ser vivo, ¡eso fue lo primero que apre ndí! ".
Los o tros dos personajes que giran en torno a Rudi tam-
bién eviden cian m ediocridad en sus ac tos: por un lado, Tito,
el "hombre invisible" para Rudi , sólo desea escalar posicio-
n es, no para de mostrar so cialme nte su valía, sino qu e para
que Rudi, su empleador, tome concie ncia de su decisivo
apo rte como hombre de confian za: ''Yo trabaj o con él. .. Soy
una especie d e .. . de empleada para todo se rvi cio"; por o tro
lad o, Amanda, h e rmanastra de Tito, vive la d ecade ncia de su
pap el de ved ette ve nida a m e nos, e n un d esesperad o esfu e rzo
po r estabilizarse em ocio nal y afec tivam ente.
En e l fo ndo, Rudi , Tito y Amanda son tres se res que se
n ecesitan y, a su vez, es tán e n ce rrad os e n el mundo de sus
pro pios su e ñ os e ilusion es, con el o bj e to d e abandonar la
agobian te m argin alidad . Esto mism o n o les pe rmite rompe r
el círcul o d e sus pro pias existe n cias, de esa histo ria pasa-
da que co n de m as iad a fue rza los proyecta hacia e l futuro:
Rudi quie re casarse co n Ve ró ni ca sólo po r interés económi-
co; Tito quiere que Rudi lo contra te como ve nde dor e n su
negocio d e comprave nta d e a utomóviles (hasta e l m o mento
sólo es un a "emplead a pa ra to do se rvicio" ); Amanda, qu e
h a sido llevada al d ep artam e nto d e Rudi para qu e T ito lo-
gre sus pro pósitos, d esea pro longar su tumultuosa noch e
d e am or co n Rudi , co n e l fin d e estabilizarse, un a ve z por
tod as: "tú m e dijiste qu e lo hiciera, que vinie ra y me con-
quistara al Rudi pa' pedirle que te probara d e vendedor".
Al fin al, es tos tres se res flotantes seguirán sume rgidos en
sus sueñ o imposibles: los h ermanos n o logran sus obj e tivos
y Rudi d ebe d ej ar e l d ep artam e nto por no habe r canc e lado
e l ar rie ndo.
14
12. En función de lo anterior, Tres tristes tigres es una obra,
en cierto sentido, paté tica, donde confluyen motivos como
la soledad, e l vacío interior, la sobrevive ncia, la ambición , el
e ngaño , la d ecaden cia.
Ingenuas palomas
Estren ad a e n 1989 po r el "Teatro El Carrusel", Ingenuas palo-
mas marca e l re to rno d e Alej a ndro Sieveking, como drama-
tu rgo, a los esce na ri os chile n os (ad em ás, asume la dirección
de la ob ra). Cu e n ta con las ac tuaciones d e Anita Klesky, Kerry
Keller, Bé lgica Ca tro - com o las tres h e rmanas- , Claudia
Celed ó n y Pablo Ause nsi.
En e l p ro tíbul o m ás caro d e la costa d el Pacífico , ocurre
un crime n pasio nal, e n e l cual es tán involucrad os Martín y su
amante. Ambos muere n. Este h ech o ge n e ra la acción dram á-
tica d e Ingenuas palomas, pues la o bra se inicia cu ando las tres
m uj e res son acosad as por los pe ri odistas para obte n e r mayor
información so bre este suce o d e carácte r p olicial (se h abla
de estran gula mie nto y p oste rio r sui cidio) . A continuació n , las
tre h erm an as d e Martín -Antonie ta, Amelia y Leo ntina- ,
se posesio n an físicame nte d el m e n cionado lugar, ya que se
siente n he red e ras d e las riquezas d ejadas po r e l "tacañ o" d e
su he rm a n o, d e mostrando co n ello la legitimidad d e sus aspi-
rac iones ("sacarl e un peso e ra como saca r una ostra d esde el
fo ndo del ma r"). Pero, fre nte a e llas, se levanta un gra n obs-
tác ul o: la pre e n cia in esperada d e Lo re to, hija de Leontina,
en cargada justam e nte d e d ese nmascara r a las tres herma nas,
de ubicarlas en su justo sitio. Aún más, por instrucciones d e
su tío, es la h e red era d el n ego cio.
Asistimos, a lo la rgo d e la obra, a un juego "casi" trági co ,
incluso con un a bue na dosis d e m orbosidad: estas "ingenuas
palomas" no sabe n en realidad e n qué mundo vive n y, por lo
tanto, están expues tas -por su misma fragilidad- a se r fácil-
15
13. mente p asad as a llevar. Ademá , cada una d e ellas tran sp o rta
tras d e sí una histo ri a en cierta man era co rrosiva, lindante
con lo gro tesco . En palabras d e la sobrin a, "son pinto re cas,
por decirlo en forma su ave".
Tras lapo ible sátira a las novelas policiales, com o el mis-
mo d ram atu rgo confesó en su op o rtunidad , en Ingenuas palo-
mas se esconde un m un do subterrán eo, de lo no dich o , d e las
verd ades a m edi as, de la co n fe iones d o lo ro a . Es la hora de
la o brevive ncia; es la h ora de q uitarse la m áscara y d e llegar
al fon d o d e los probl em as. Cu ando Lo re to, po r eje mplo, les
dice: "Él pensaba q ue usted e eran unas anguij ue la que le
chupaban la sangre" , les es tá enrostran do un a gran verdad.
En Ingenuas palomas, también se vislu mb ra -indirecta
y metafóricamente- una so terrada crítica a los regíme nes
dictatOiiale (en específico, el ch ileno), con todos sus len-
g uaj es imp lícitos: lo es perpén tico , lo morboso, lo grote co, lo
oscuro; en lo con creto , Lore to "estubo a quí e n la cárcel por
us ideas" y regresa del exilio, de de H o la n da. Otro e le me n to
pre en te en la obra, e e l a unto ético, con su moraleja final:
a su modo, cada una es culpabl e.
La tres obras incluidas en es te vo lume n -La rernolienda,
Tre tristes tigres e Ingenuas paloma -son un a bue na insta ncia
p ara conocer y acercar e a la drama turgia de Alejandro Si e-
ve king: las d os primeras como paradi gmas de us d os eta pas
p ri ncipales y, la última, en la búsqu eda ele cierto g rotesco es-
perpé n tico. Tal vez un a n ueva veta que está rec ié n come nzan-
d o a explorar. Aún existe much o velo por d esco rrer.
EDUARDO GuERRERO DEL Rí o
Doctor en L iteratura
Agosto de 1993
16
14. Ingenuas palomas
PERSONAJ ES
Amelia
Antonieta
Leontina
Lo reto
Gabriel
15. Progra ma d el estre no en el Tea tro Galpón
de Los Leones, abril 1989.
16. PRIMER ACTO
DE LA O CU RIDAD TOTAL, EMERGE , DÉBILMENTE IL MINADAS, TRES
MUJERES ON ABRIGOS CORTOS DE PIEL. So ILUMI NADAS VIOLENTA-
MENTE POR LO FLASHES DE LOS FOTÓGRAFO Y PERIODISTAS QUE PER-
MANECE E LA OMBRA, MOVIÉ DOSE ALREDEDOR DE ELLAS. LAS TRES
SO M ~ERES DE MÁS DE SESE TA AÑOS, EST BIEN CONSERVADAS Y
USAN MAQ LLLAJES QUE LAS FAVORECEN, DE MODO QUE SE VE M HO
lAS JÓVENES. SE ADELANTAN, TRATANDO DE ESCAB LLI RSE DE LOS FO-
TÓGRAFOS QUE LAS PERSIGUEN .
~ITON I ETA -¿Qu é l es p o d e m os d ecir?
AMEUA - ¿Que es indisp e n sable d ecir al go?
ANTONtETA - ¡E ra un h o mbre m ar avill oso !
fu iELlA - N u es tro h erm an o m e n o r . Pe r o, a p esa r d e eso, er a
el único ap oyo que t e níam os .
~ITON L ETA - ( EMOCIO ADA) ¡Un h o mbre d e u casa !
AMELlA - ( EMOCIONADA) ¡T an bue n o! ¡Tan correc to!
LEONTINA - É l e r a . . .
AMELlA-(ATERRADA) ¡N o digas n ad a, L eontina! ¡E stás tan m al ,
p o brecita!
ANTON IETA - Los se ñ o r e e ntie nde n , m ej or n o h ables ( LO
PE RIODISTAS). Está muy afect ad a (L EONTI A SONRÍE DESPREO-
C PADAMENTE). Era su h e rm an a pref erida.
fu i ELLA - A p e ar d e que n os adorab a a l as tres.
ANTONIETA - ¡N os adorab a! ¡Nos adoraba !
LEO TINA -Di cen que . . .
19
17. AMELIA -(RÁPID ) ¡Por eso les podemo jurar que no pudo ser
como dicen. ¡ o e suicidó! ¡ o otras habríamos sabido
algo! ¡Lo habríamo notado! os veíamo dos veces a la
e mana .. .
LEONTI A -Al m es.
At.t ELIA - (IRRITAD ¡A vece no ve íamos dos ve ces a la se ma-
A)
na ! (EItO .10 AD ) os contaba u n egocio . ¡Todo!
A'.!TO:-.J IETA -Todo lo que dice n de él es inve ntado . ¡Me ntiras!
¡E tupidece qu e no resistiría n el m e n o r an áli is!
LEONTI¡ A - ¿Qu - es lo que dice n ?
1,I ELIA- ¡ o di gas n ad a, Leontina, e tá muy afec tada!
1'TOl'IETA -Fue un h o mbre d e un a ho nrad ez ej e mplar.
Industrioso . ..
Al ELIA- o, esa n o e la p alabra.
A;·..:TO:-.:IJ:.TA - (~ I OLESTA) ¡Claro qu e no e la palabra "exac ta "!
Quise d ecir qu e e ra trabaj ad o r, e mp eñoso . ¡Y un hombre
d e éxito! ¡No tenía pro ble m as econó mi cos! Buen o ... h a -
ta d o nd e no o tras sa be mos.
fu iELL -Estaba e n es te lu ga r po rque ... bue n o .. . la pro-
piedad ... la casa e ra suya.
A-..:TON i t::l~- -Estaría co bra nd o el arri endo. ¿Qué o tra cosa iba
a h ace r aquí?
A ll:.LI -Claro qu e, p o r upu e to, no o tra n o lo sabe m os "to-
ood o", pero, e n caso d e qu e hubi e ra ve nid o a ... (J1!FI.L
Y MTON IE.Tr S ~. 1II RAN, SI SABI:.R QUÉ DECIR, POR UN SECL D .
I O)
LEOiTI:A -Pudo er un crim e n pas io nal.
AI I:.LL - (FLRJB ''DA) ¡Impo ibl e! ¿Po r qué dices eso? ¡Como
L
si no lo co nocieras!
A-..:TON IHA -Pudo se r un male nte ndid o ... ¡una confu ió n!
AtELI A - E o í. Dudo profundam e nte qu e un hombre d e
su cultura, de su fin eza, pudi e ra te ner un a re lación de
cualqui er tip o co n un a puta ... co n un a prost. .. con una
per o na co m o .. .
ANTO' IF n -No conoce mos e l nombre de esa muj e r y prefe-
rimos no abe rlo .
20
18. LEO T INA -La úni ca duda que te .. .
MELlA - ( E Ri E FUERTE ) ¡Lo que n os contaron es incre íble !
ANTO I ETA - ( Rl A E CÉPTI CA) ¡Ab urdo!
Aw:uA - Eso d e qu e é l h a bía . .. estra ngulad o .. . a un a mu-
j e r ... esa ... muj e r. .. y luego se h abía ...
LW T I NA - (FELI Z DE I TE RVE IR) ... ¡suicidad o!
ANTO N IETA - ¡ o di gas n ad a, Leo ntina!
A I FLIA - (A LO PERI OD ISTAS) ¡Ya ve n ! ¡Las cosas se dicen sin la
men or res pon abilidad y algo qu ed a! ¡Mi h e rman a pi ensa
qu e e e h orror podría ser po ibl e !. ¡Y n o es cierto!
A'TO "' IET - ¡Totalme nte ridícul o! ¡Un h o mbre co mo él!
¡Lleno de vida!
L t: o NTI A -Está mu erto, Anto nie ta.
A'TO N IHA - ¡Un h o mbre que co rría d os kilóm e tro tod as las
ma r a nas para estar e n form a! ¡Esta ba a die ta ! ¿Estaría a
i
die ta u n ho m bre que p ie nsa sui cida rse? J am ás d e los j a-
mases! U n hom b re co n ese carácte r e nfre n ta sus res pon-
sabi li dad es.
A IUL -Y upo niend o , sólo supo nie ndo qu e la hubie ra m a-
tad o . .. accide ntalme nte.
:'-. ro N I H. - La vu lga1 dad d e esa nnú er pudo h aberl o d es-
i
co n tro laclo.
A IFL.I A - Imagíne nse usted es, un h omb re educad o e n los m e-
jores co legios. Uni versita ri o . ¡Doctorad o en los Estado
Unid os! U n ho mbre ta n pe rfec to que nun ca pudo e n co n-
trar una muj e r que e tuvie ra a u a ltu ra.
L~o N-f i NA - ( IN PIRADA) Un ho mbre ...
A" ro . rt:r, - ¡Sí! ¡Sí! ¡E o!
A. I EU, -Disc úlpenn os , po r favor. Te n ga n pied ad d e n o-
so tras. o sabe mos ni lo que h e mos di ch o .. . Es to -no
esta mos acos tumbrad as a las e ntrevistas- so n palabras,
solame nte. o d e be ríam os h aber dich o n ad a porque n o
sabe mo nad a.
A TON IETA - Sólo estam os segura d e lo que NO PUDO PA AR.
fu i FU A - Eso e todo.
21
19. ANroNIETA -Perdonen.
AMELIA -Eso es todo.
At'ITONIETA -¿Nos disculpan?
AMELIA -No tenemos nada más que decir. Por favor. ..
ANTONIETA -Con permiso . Gracias (LOS PERIODISTAS SE RETIRAN.
ELLAS NO SE MUEVEN. LAS LUCES SUBEN. ESTÁN EN UN SALÓN DE
CONFERENCIAS. A LA IZQUIERDA UNA GIGANTESCA MESA DE MADERA
CON DOS GRANDES SILLONES EN LOS EXTREMOS Y DOS SILLAS DE
LA MISMA LÍNEA A CADA LADO. A LA DERECHA UNA LICORERA QUE,
EVIDENTEMENTE, HA SIDO REGISTRADA, LAS POCAS COSAS QUE CON-
TIENEN ESTÁN EN DESORDE O EN EL SUELO. ENTRE ESAS COSAS
TRES PELUCAS COLORINAS, BOLSAS DE TIENDAS DE ROPA FEMENINA.
AL FONDO UN ENORME CUADRO DE INTENCI ÓN ERÓTICA. SOBRE
LA MESA Y SOBRE EL SILLÓN DE LA EXTREMA IZQUIERDA HAY LÍNEAS
BLANCAS COMO LAS QUE DELÍNEAN EL CONTORNO DE LOS CUERPOS
EN EL LUGAR DE UN CRIMEN RECIENTE. CERCA DE LA LICORERA HAY
OTRA SILLA, CAÍDA. E TRADAS O PUERTAS AL FONDO, DE PERFIL AL
PÚBLICO. CERCA DE LA SALIDA DE LA DERECI-IA OTRA SILLA CAÍDA.
EL LUGAR DEBE DAR LA SENSACI ÓN DE LUJO Y SER UN POCO SINI ES-
TRO AL MISMO TIEMPO, POR EJEMPLO BALDOSAS NEGRAS BRILLAN-
TES, MUEBLES NIQUELADOS O GRISES. AL ENCENDERSE LAS LUCES
AMELIA PARTE PASEÁNDOSE, FRENÉTICA).
AMELIA - ¿Cómo pudimos p erd er e l control en esa forma?
Amo IETA - Hablabas y hablabas. No había m anera d e ca-
llarte.
AMELIA - ¿Y tú? No lo h acías n a d a de mal. Yo traté de ser sin-
cera (LEONTI NA SE ACERCA AL SILLÓN DE LA IZQUIERDA).
ANroNI ETA - ¡ Fa l sa como la mue rte!
AMELIA -¿Qué importa? ¿A quién l e importa? ¡Supongo que
entenderán!, ¿no ? No es algo que le pase a una a cada rato
(ANTONlETA LEVANTA LA SILLA DEL FONDO).
ANroNIETA - Ya pasó. P o drías calmarte .
AMELIA - ¿Calma rm e? (SE RÍE, FURIOSA) ¿Calmarme? ¡Estamos
arruinadas! ¡Arruinadas! ¿Qué va a ser de nosotras ahora?
¿Qu é vamos a h acer? ¡¡Dime, pues!!
22
20. ANTONIETA - To d avía no e nti e ndo lo qu e p asó.
LEONTINA - (SENTADA EN EL SILLÓN DE LA IZQUIERDA) Aquí lo
h izo. Está m a r cado d o nd e estaba e l Ma rtín (APOYA LA CA-
BEZA EN LA MESA). Aquí. Esta b a aquí.
AMELIA - ¡Sal d e a hí!, ¿quie r es?
LEONTINA - Se m a tó por ella .
AMELIA -Me sie nto mal. ¡Este lugar m e d a un asco a troz! No
pod ría tocar n ad a. Te n go la sensació n d e que hasta las
sillas están infectad as.
ANTONIETA -Hay o lor a cigarrillo (LEONTINA SE SU BE A LA
MESA) . Lo que se hu ele aquí es la mue rte (LEONTINA SE
TIE DE EN EL LUGAR MARCADO ) .
At<IELIA -¡Es asqueroso! ¡Un a ntro!
ANTONIETA - ¿Qué clase d e lugar es éste? (LEVANTA LA SILLA
CAÍDA CERCA DE LA LICORERA) Parece una o fi cina. Todo lo
contrario d e lo que yo esp erab a.
AMELIA - ¡Re pugn a nte! ¡Mira ese cu ad ro ! ¡Mira ese cu adro ,
por favor!
ANTON IETA - ¿Qué cu adro? (Lo MIRA) ¡Qu é a troz!
LEONTINA - Ella esta b a aqu í . Co n un traj e roj o y m e di as
negras. T raj e roj o y me dias n egr as. Me habría gusta d o
verla .
AMELIA - (A ANTON IETA) ¿La oyes? No p a r ece sufr ir mucho
por su h e rman ito querido, a h ora.
ANTONIETA -Fue un d o lor pasaj e r o. To d o es p asaj e ro .
AMELIA -(SE ACERCA A LA MESA, ENOJADA) ¿Te h a b r ía gu stad o
ver qu é? ¿Estás lo ca?
ANTONIETA - (SENTÁNDOSE, AL FONDO) ¿Pa r a qué pie rdes e l
tie mpo? No e nti e nd e.
LEONTINA - U n traj e roj o, ¿se imagina n ? Estr ang ula d a con
un traj e r ojo.
AMELIA - Típi co d e las rubias te ñidas .
LEONTI NA (ENDEREZÁNDOSE ) No e r a rubia . Era colorina.
AMELIA - ¿De a d ónde sacas te eso ?
LEONTINA -Alguie n dij o .. .
23
21. AMELIA -¿Y tú crees algo de lo que dicen? Si e por e o,
también dicen que él la mató porque ella lo contagió ele
ida.
Ai TO IETA -Que ella lo estaba chantaj ando por un tráfico
de drogas. Que era homosexual. Que tenía cáncer.
LEONTI A -¿Y no podría er ci rto?
AMELl - ¿Qué cosa? ¿Cuál de todas?
LEO 11 ,-Alguna.
TONIETA- o le haga caso, Amelía.
LEo n A -(SEITTADA AL BORDE DE LA ~I.E ) El cáncer e un viru
que llega a nue tro planeta umergiclo entre la corrientes
electromagnéticas ele la con telación de Cáncer y se aloja
en el cuerpo vital antes de pasar al cuerpo físico. El cáncer
es el Karma a que se hacen acreedor s lo qu desobede-
cen el sexto mandamiento que no ordena ...
AMELI.A y ANTONJEH -(LATEAD.S) ¡No fornicar!
LEoNTI1 A -No fornicar. O . ea ... n botar la agua vivas.
A.IELIA - ¡No empi ce con eso, ¿me quiere hacer el favor?!
Ao'lTONIETA- o creerás que el Martín forni aba on e a mu-
jerzuela.
LEO~'TI NA -No sé ... en la foto se ve atractiva. Pero enfer-
ma.
Al1ELlA -¡Asquero a!
LEONTI A -Y el Sida se produjo por la ombinación de lo
ga. e ele la bombas atómicas ubterráneas que e mezcla-
ron con la emanaciones del Infierno y por so no tiene ni
tendrá remedio . E o está demostrado.
AlJELH -¡ o digas más burrada ! ¡El Martín no tenía ida, ni
era loca, ni tenía ninguna razón para matarse!
LEONTI A - ¿Está segura? (Nv!ELlA SE DESCONCIERTA LN rNST NTE)
T
A~IELIA -·Lo único que sabes e hablar del Karma y del cu er-
po vital y ele fornicar! E te a unto está muy lejo ele tupo-
sibilidad de ompr nsión , a í es que si no dices a lgo con
sentido más val qu te quedes callada. Así, por lo menos,
pareces normal (LEONTIN SONRÍE REPE ri lENTE).
24
22. büNTI A -Un traj e rojo , ¿se imaginan? (SE l lEVA LAS D tvlA- OS
OS AL e ELLO) ¿ ería terciope lo rojo o seda roja? ¡Es tan
d istinto !
A roNJET, - ( ELE'ANTA) ¿Ysi algui enlo mató yd espuéslamató
a ella y los pusiero n ahí? ¿Y si lo hubie ra h echo otro?, ¿ah ?
AIEL IA-¿Quié n e iba a to mar la molestia? ¿Y para qué?
A'< ro JET. - Por ve nga n za, por e nvidia, por celos, por odio.
Esa mtú e r era una puta.
LEO'TINA - ¡No digas m ala palabras aquí!
Al m IJFT, -¡ o seas ingenua! "Aquí" lo úni co qu e se d ecían
eran mala palabras. Es te lugar es una especie de prostí-
bulo. H acían slwws co n mLú eres y h ombres d esnudos h a-
cien d o eso qu e tú sab s.
,~JEJ .L -Eso qu e T · h as h ech o.
LEONTil. -¡UI1 ¡Pero fu e h ace muchos aü os a trás!
AwLL -¡ Pero lo hiciste!
LWNTINA -Con mi marido ...
A'>TONJETA - (co 1 so~: RJ s PÉRFID ) J a:Ja.
LFONTIN - ... in placer, para la gloria d el Señ or.
AIELIA (SONRIS. ESCÉPTIC ) éSin placer?
AJT01 JETA - (so, RJSA ESCÉPTILA) ¿Sin nin gún pl ace r?
Lm TJ , A - Lo qu e Di os te d a es bue n o ... h ace r e l amor para
tener hij o qu e l cante n d esd e el fondo de su corazón
cuand o tú t h a , s ido. Y can tarán con mi voz cuand o ...
(SE S. CA EL ABRJ GO) Si usted e no lo hi cieron no fu e por
falta d e gan as, fu e po rqu e nadie se los pidió .
AII:.t.L - J a!
,NTON IETA -¡j aja!
A tEI.L -In ge nu a paloma.
A~TON I ETA -(A MELlA) o sabe en qu é mundo vive.
Aa·.LL -Te crees única e n el mundo .
.,ro UTA -Cuando vimos como t iba con tu m arid o d e ci-
dimos qu e era m ej o r morir a lte ra .
A'viELIA -Ya no te acu e rdas, pe ro era di tinta, a ntes de ca-
sarte . Eras h asta ... media nam ente intelige nte. Com o to-
... 5
23. dos. Pero Danilo te cambi ó. En la primera p a teadura te
quebró las costillas, en la segunda fue un brazo y, e n la
tercera ... te golpeó aquí. .. (LE TOCA LA FRENTE ). Ahí cam-
bió tod o, ¿n o?
LEO TINA - Yo soy fe liz.
ANTONIETA - Claro (A AMELIA) . Eso es cierto . Es feliz.
AMELIA - ¡Porque n o e ntiende!
LEONTINA - Yo en tie ndo.
AM:ELIA - ¡¿Qué?! ¡¿Qu é es lo qu e entiend es? ! (SE RÍE FUER TE)
¡La vida ! ¡Seguro qu e entiend es la vida!
ANTONIETA - Es m ej o r que te tranquilices, Arnelia. Estás "d e-
safin ando", para usar tu s p ropias palabras.
AMELIA - (ENTRE DEPRJM Y FURJOSA) Sí. Es cie rto . Tod o, tod o
IDA
m e h a salido mal d esd e ayer en la m añ an a. Me levan té y
estaba llovie ndo.
LEONTINA -Pero te volvis te a acostar.
AMELIA - ¡Claro! ¡No estoy en edad d e luch ar contra la na tu-
raleza! La pérfi da m e ataca p o r tod as p artes. Sentía las ar-
ticul acio n es como d e made ra, los huesos d e la cara com o
si m e hubieran crecido.
LEONTINA - (SON RJSA DE COMPRENSIÓN) Un anticipo de la mue rte.
AMELIA - (LA M co LÁSTIMA) Cu ando se trata de leva n tar el
IRA
ánimo eres la reina. Después m e puse los len tes d e con-
tac to y algo pasó. Seguro qu e m e h ab ía olvidad o desinfec-
tarlos. Estaban com o agresivos conmigo. Me puse el traj e
eq u ivocado, me veía p ésimo. Y m aldije nues tra sue rte me-
dian a, mediocre, qu e h ace qu e seam os tan correctas, gen-
te bien, pe ro pobres (sE LEVANTA, INDIG ADA). ¡Traj es que
h acem os d u rar tres añ os! ¡Estar a la m od a un a vez cad a
tres años! ¡Com o para p odrirse! No te ngo n ad a nu evo e n-
cima desde h ace años, a parte d e las m edias, ¿y por qué?
LEONTINA - Yo rezo y mi voz llega hasta el cielo .
AMELIA -Hasta el tec h o solam ente, mi linda. No más allá .
ANTo IETA - (CERRÁNDOSE EL CUELLO DEL ABRJGO) Puras ton-
te rías.
26
24. AMELIA -Entonces m e llam ó la Lo re to (LEVE PAUSA) .
LEONTINA - (SE ENDEREZA) ¿La Loreto?
ANToNIETA - ¿Desd e H olanda?
AMELIA -Está aquí.
LEO TINA - ¿Y no m e h a llam ad o?
AMELIA - Te estoy diciendo que m e llamó .
LEONTINA - ¿Y por qué a ti?
Amo JETA - ¿Por qué a ti antes que a mí?
AMEL!A - Les m andó saludos (EMPIEZA A SACARSE EL ABRIGO ) .
LEONTINA - (MISERABLE) Yo soy su mad re.
ANTON IETA - Yo, en perso n a, le revisé las tareas y la llevé a la
Universidad , paso a paso.
AMEL!A - (DEJANDO SU ABRIGO SOBRE EL RESPALDO DE UNA SILLA)
No nos vamos a po n e r a discutir ese p roblem a en este
momento. Si la Lore to no les tie n e confianza es porque
piensa de otro mod o que usted es.
ANTONIETA - ¿Qu e tú pie nsas como e lla?
LEON TINA - ¿Y cóm0 sabe lo que pensamos? Nunca ha-
blábamos ... Casi nada. No h ablábam os casi ... Vien e des-
de tan lejos sin avisar siquiera.
AMELIA - ¿Le escribiste alguna vez en estos años?
LEONTINA -¡ Sí! Una vez . .. Traté d e explicarl e la Biblia, la im-
portancia de en tender la Biblia, porque n adie e ntiende la
Biblia y si algui en la h ubiera entend id o no h abrían cru-
cificado al Señ or de Gloria, com o dice San Pablo e n la
primera carta a los Corin tios, cap ítulo segundo, vers ículo
sép timo. Eso no me costaba tanto. Es algo claro, ¿n o? ...
Pe ro ... d espu és .. . usar mis pro pias palab ras ... Se me
confu n d e n ... No sé si exagerar se escribe co n jota o con
ge ... y las ideas ... Yo n o te n go ideas. ¡Y n o le iba a estar
d iciend o que la quiero!, ¿n o? ¡Eso se d a por descon tad o!
¡Soy su mad re! Las m adres ... Tod o el mundo sabe. Lo úni-
co ... n o me atreví. Pregun tarle p o r qué se fu e. El ma rido
estaba m uerto, pe rdid o, d esaparecido d esd e h acía tanto
tie mpo. Nos te nía a n osotras solamen te .
27
25. ANro IETA -El m ari d o le m e tió ideas r a ras e n la cab eza, esas
co sas d e p o lítica, le hizo un lava d o d e cere bro. La a lej ó
d e nosotras .
LEO TINA -Sí, la a lejó.
AMELIA - Eso hi zo.
A.NTo tETA - Y se va, h acié ndose la ofe ndida, co m o si n oso-
tras .. .
~IELIA - ¿Qu é h aces tú con esa ge nte?
A.NTONIETA - ¿Qué h aces?
L Eo TI A - ¿Qué h aces? . . . E com o u n re m o lino (LEVE PAU-
SA).
TO IETA - (SE SACA EL ABRIGO YLO VA A DEJAR SOBRE LA SILLA DEL
FOl'•
mo) J amás fuiste una m a dre ni m edia n a m e nte ace p ta-
b le, Leontina. Pero es lo m ás co mpre n sible d e l mun do.
D espu és d e tu expe ri e n cia m atrimo ni a l es un milagro que
a nd es sue lta por la calle y digas cosas m ás o m e n os co-
h e rentes. ¡ o te estoy atacand o! ¡To d o lo co n trario! (A
~ I ELIA) Lo qu e qui ero d ecir es que la Loreto sab e qu e es ta
pob re n o es normal y, sin e mba rgo, n o lla m a a su m adre .
o . Te llama a ti y le m an d a saludos a su m a dre . Su p o bre
mad re e nfer m a (LEONTINA RASPA CO LA U. A NA PARTE DE
LA MESA). ¡No h agas eso, es túpid a! ¡Eres m uy bru ta!, ¿n o?
¿Q ué estás h acie ndo?
LEONTINA -¿Esto es san gre? (LAS OTRAS SE ACERCAN A MIRAR).
AMELIA - (coN ASCO) Parece.
A.NTo JETA - San g re seca.
L EO TINA - ¿San gre d e Martín ?
ANTON IETA - E lo m ás p rob ab le.
AMELIA - (APARTÁNDOSE) ¡Qué a troz! ¡De b e ría n d e habe r lim-
pia d o bie n ! ¿No h ay ge nte aquí? ¿No h ay e mplead os?
(A.NTO IETA TOCA U TIMBRE QUE HAY JU TO A LA PUER DE LA TA
DERECHA)
ANToN IETA -Listo.
AMELIA - ¿Qué h aces?
A.NTONIETA - Ese e ra un timbre . Alg ui e n ve ndrá.
28
26. A.'>tELLA - ¿Tú crees?
A.NTO 'I ETA -No seas in ge nua. ¿Crees que nos han dej a do so-
las aquí? ¿Crees que estamos solas?
A.t ELLA -Más bie n no .
A.NTO tETA - ¿De qué estáb a m os h a bla nd o?
AMELLA - ¡No sé! ¡No sé ! (A L EONTINA) Cu a ndo se trata d e
cambiar d e te m a e res la re ina.
LEONTt A - ¿Qué es exactam e nte sad o m asoquismo?
fuv tELLA - ¿Exactam e nte? ¡U f!
ANTO JETA - Sad o m asoquism o es lo que hacía tu marido con-
tigo. ¿P ara q u é preguntas a lgo que sabes tan bie n ? ¿Se te
o lvi d ó?
LEONTI A - Sí.
AtELLA - ¿Se pue d e o lvi d a r lo que se sabe? (SE M 1RAN, INMÓ-
VILES EN tLE c to) Sí. Se pue d e . Me consta (GO LPES EN LA
PUERTA DE LA IZQ lERDA).
A"'TON tETA - ¡Ad e la nte! (ENTRA GABR1 EL, ES u JOVEN, MUY B E
MOZO Y MUY ATRACTIVO)
G BRlEL -Bue n as n och es.
A tELLA -Bue n as n oc h es .. .
A"'TONIETA - ¿Ya es d e n och e? Ah , sí.
Lt·. ONTt A - (Lo MIRA, FASCINADA) Bue n as . . .
AI ELLA - Uste d tra baj a a qu í, m e imagino.
G BR1EL - Sí, señ o ra.
At ELLA - So m os las h e rm a n as d e d o n Ma rtín .
AYrONtETA -Las h e re d eras ... Las h e rma n as.
At ELLA -Hay una m a n ch a d e san gre e n la m esa. No la h a n
limpia d o .
GABRIEL - No s te nía n prohibido tocar n a d a e n es te saló n , se-
i'lora. N i siqui e ra p o día m os e ntra r d esd e que . . .
ANTONIETA -Sí, SÍ, lógico .
futELL -Pe ro si n os d ej a ro n e ntra r a n oso tras es porque esa
pro hibició n ya n o corre . Límpie la, si m e h ace e l favor.
AN TON tETA - 0 m á nd ela limpiar, si n o le co rresp o nde a u ste d
hacer ese tipo d e cosas .
29
27. GABRIEL -Sí, señora, también hacemos el aseo.
ANTO IETA -¿También?
GABRIEL -Sí, señora.
ANTO IETA -(RÁPIDA MIRADA A AMELIA. LEVE SONRISA) ¿Qué más
hacen?
GABRIEL -Atendemos las mesas y trabajamos en el show.
ANTONIETA -Ah (LEVE PA SA E QUE LO MIRAN FlJAME TE).
AMELIA -Entonces ... límpiela, ¿quiere? Está ahí (INDICA). Por
ahí.
GABRIEL -Muy bien , señora (VA A SALIR).
LEONTI A-¿Cómo e llama?
GABRIEL -Gabriel, señora (so RÍE. ESPERA. SALE):
LEONTI A-(I SPIRADA) El Arcángel San Gabriel anunció aMa-
ría: "Salve, muy favorecida, el Señor es contigo. No temas
porque has hallado gracia cerca de Dio ".Entonces María
dijo: "He aquí la sierva del Señor". Y el Ángel se fue.
AMELIA -¿Habías pensado en eso, Antonieta?
LEONTINA -Reina y Madre de Misericordia ...
AMELIA -Somos las herederas . ..
LEONTINA -Vida, vencedora de todas las batallas de Dios .. .
ANTONIETA -(TRATA DE o SONREíR) Sí, se me pasó por la mente .
LEONTI A -Señora de lo ~ércitos ...
ANTONIETA -Pero me parecía horrible tocar el tema , cuando
todavía ...
LEO TI A -Abogada nuestra ...
ANTo JETA-Bueno, el pobre Martín todavíanoestá e nte rrado.
AMELIA -La Loreto también será heredera, ¿no?
LEO TI A-A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti sus-
piramos ... (s SPIRA) ¿No les pareció terriblemente buen
mozo?
ANTO IETA - ¿Qué dices?
LEONTINA -Que Gabriel es buen mozo.
AMELIA - ¿Qué ti e n e de buen mozo, me quieres decir? Es un
roteque. Y mejor ni hablar de lo que hacen él y los demás
que trabajan aquí.
30
28. LEONTINA -¿Qué hacen?
NIELIA -¿Que no oíste a la Antonieta?
JNTO JETA -Los hombres hacen striptease los días martes para
las señoras.
LEONTINA -¡No puede ser!
iNTONlETA-¡Nomeoyes! ¡Nunca me oyes! ¿Enquémundovives?
LEO NTINA -¿Los martes? (LEVE PAU A) ¿Qué día es hoy?
iNTONIETA -Y según he oído, los j ueves era de hombres y
mujeres revueltos. Ese era el día más caro .
AMELIA-¡Es increíble que permitan esas cosas! ¡Es asqueroso!
¡ o lo entiendo, sencillamente no lo entiendo!
LEONTINA -¿Y ustedes creen que Martín era una especie de
regente de esta casa?
AMELIA -Jamás lees un diario! Sólo ves los noticiarios de la
tele. Entre eso y los golpes de tu marido no es raro que
estés como estás.
1.'HONIETA -(SE RÍE) ¡Yo sé que no debería reírme, pero no
puedo evitarlo! Después de llevar esta vida de convento,
ahorrando como pordioseras, podremos comprarnos
ropa , mucha ropa. ¡Podremos comprarnos una boutique
entera para cada una! A ustedes no les importa lo mal que
vivimos porque tú (a AMELIA) te lo pasas tomando, y tú (a
LE ONTINA) rezando, o en la lun a. Pero yo veo los avisos
de la televisión y salen departamentos desde donde se ve
como aparece el sol por la cordillera nevada y cómo se
pone sobre un mar cubierto de veleros y jóvenes tostados
que hacen surfy windsurf ¡Vuelan sobre las olas! La vida
podría ser distinta. Podría ser divertida.
JE -Estamos viejas. Es muy tarde.
LIA
A:-.:TON IE -Yo no estoy vieja. Y era peor la idea de ser viejas
TA
sin plata.
,tEL.IA -¿Era tan rico? ¿Será verdad?
ANTON IETA -Este es el prostíbulo más caro de la costa del
Pacífico. ¡Hasta tenían clientes japoneses! Eso es lo menos
que dicen.
31
29. Esce na de Ingen uas palomas en que fi guran : Lo re to (Claudia Ce led ó n ).
Am o ni eta (Ani La Kl esky), Am e li a (Ker!J Kell e r ) )'
Leontin a (Bé lgica Ca tro).
A~ t ELL - ¡El hipócrita! Y a noso tra nos te nía como m o njas.
A pan y agu a. (A L EO'ITtNA) ¿No te qu e ría ta nto a ti ? ¿N
era su h erma nita regalona?
A.J'TON tET -Desc uid as te a tu pro pi a hija po r é l y te te nía ves-
tid a co mo a un a e mpl eada, comie ndo carn e un a vez a la
se mana, y sacarle un peso era com o saca r una ostra desd e
el fo nd o d el mar. ¡Y a u ami guita la ves tía d e seda roja !
At. tn tA - ¡Sed a roj a!
L E0'11'A -Bue n o, sí .. . Pe ro a ella la es trang ul ó y a mí no.
A1~. 1.1 . y A'JTON IET - (SLISPI RAJ1, CANSADAS . S E MIRAN . SE RÍE
¡So mo ricas!
A"'TON tET - ¿Calculas cuá nto vale este edificio?
A I Ett - Es sólo un poco me n os qu e e l Club de la Unión .
32
30. ANTON IET - ¡Cla ro! ¡Aquí la Unió n e ra e n otro se ntido! (SE
DOBLAN DE LA RISA )
LEONTINA - E ra un hombre bue no.
ANTON IETA - ¡ n tacaño!
MIELIA - ¡U n vi cioso! ¡Mira ese c uadro ! ¡Mira ese c uadro , por
favo r !
Lw T r A - Ese se ría e l gu sto d e e lla, d e la calorina. Martín
era un h o mbre ta n fin o . . . Y está mue rto, no se olvide n d e
eso. Está mue rto. Lo te ndrá n e f.l un a sala d e la margue y
lo estarán a brie ndo y examin á ndo le e l corazón y las ve nas,
escarba ndo e n su ce re bro. Pe ro igua l no va n a a rmarlo d e
n uevo. Lo que fue e l Martín se te rmin ó p ara sie mpre . Y está
pagan do sus culpas, el p o b recito, e n e l mismísimo infie rno.
IFLIA - C u a nd o se trata d e a m a r garnos la vida e res la re ina,
eso h ay que reco n océrte lo. Te que d a poco tie mpo, a pro-
véc h a lo . Ap e n as h agam os la re p a rtició n , a di ós. ¡C h a o!
: " 1ONIET. - Se rá fácil . Mañ a n a mism o p o dríam os p o n e r un
aviso pa ra vend e r esta casa.
!Li lA - Necesita m os un a b ogad o .
.-..:-1O NIETA - Cad a un a co n su plata y a gas ta rl a com o m ej o r
le pa rezca .
L1 o-.: nNA -Des pués ele es to n o p o dre m os vo lve r a mirar a la
ge n te a la ca ra.
I H .I -Des pués que se se p a la pla ta qu e te n e m os, la ge nte
andará mira nd o a n siosa qu é ca ra les p o n e m os.
I.Jo-..: JJNA - Es to n o va a termin a r bie n . Yo sé que n o (GOLPE
1" L PLJERT, ) . Dil e qu e e ntre .
-. 1 1 ! 1 - ¿P o r q ué n o se lo di ces tú ? (L EONTI A SE SIE T, , ATRÁS.
·
A~ I E LI A SE SIENTA EN PRI ~ I E R PLANO)
.' IO NII'T, - Ad e la nte (ENTR, GAB RI EL. T RAE UN BALDE DE PL .STI-
(·o COLOR ROS.DO ' U E, TROPA,)O).
L HRIFL - Co n p e rmiso ... ¿D ó nd e está la .. . la m a n ch a?
'1()1 IETi - (IND ICA) Ahí (SE SIENTA EN El. SILLÓN, A LA DER ECHA
I>F L t-viESA. G..BRI EL LI MPIA). La se ñ o ra que a dministrab a
aq uí ... ¿có m o era?
33
31. GABRIEL -(LIM PIANDO) Bonita ... Era colorina.
ANT01 JETA -Te ñida, seguro. Una morena teñida d e colorina.
GABRIEL - (ENOJADO) ¡No! ¡No era teñida ! (SILENCIO. Lo MIRAN)
ANTONIETA - (co1 SONRISA CRÍTICA) Bueno . .. n o es como para
pone rse n e rvioso. Da lo mismo. Es d ecir "a nosotras" nos
da lo mismo.
GABRIEL - (1 SEGURO, TRATANDO DE DISIMULAR EL EXABRUPTO)
Era . .. colorina. Pecosa. La piel. .. la piel e ra com o transpa-
rente .. . Ella era ... p e ro d espués se puso can osa y se ponía
pelucas.
ANTONIETA -Ah.
~1ELIA - ¿Pelucas?
ANTo IETA - No e ra un a mujer j ove n , e nto n ces.
GABRIEL - ¡Se ve ía jove n !
ANTO IETA - (SON RÍ E) Y atrac tiva.
GABRIEL - Sí. .. Las p elucas están ... (M HACIA LA LICORERA)
IRA
¡en el suelo! (VA A RECOGERLAS) ¡Cóm o las dej aro n! ¡Tod a
la casa está igual! (GUARDA LAS PELUCAS EN LA LJ CORERA)
ANTON IETA - ¿Varias pe lucas? ... Dígam e, Gabriel. Esta seii.o ra
Co rina ... (AMELIA Y LEONTINA LA M IRAN, EXTRAÑADAS) e h . ..
(SONRÍE) ¿Se llam aba Co rin a, no? (GAB RI EL ASIE TE) Esta
señ ora tan es pecial que d esp e rtaba tal PAS IÓ e ntre su s
emplead os ...
GABRIEL - ¿Pasió n ?
ANTONIETA - ¿No?
GABRIEL -Resp e to .
TO:-.IIETA - Ah. De be d e habe rl es pagad o bie n .
GABRIEL - Era una bue n a pa tro n a.
NTONIETA - ¡Buen sue ldo!, ¿ah ?
GABRIEL - Y much o trabaj o .
A"'TON IETA -Por lo que he m os sabido "inte nso" y... (RISA EN-
TRE DIE TES) "d esgas tad or".
GABRIEL - Es un trabaj o co m o cualquier o tro.
ANTON IETA - ¿Striptease m asculin o y ba il es e ró ti cos en pa reja?
GABRIEL - (SO RÍE SIN VERGÜENZA NI PETULANCIA) Sí, tambié n.
34
32. ANTON IETA - ¿Uste d lo h a cía?
GABRIEL -Sí, se ñora (VUELVE HACIA LA M ). ESA
L EONTINA - ¿H a le ído la Biblia?
GABRI EL -Eh . . . Vi la p e líc ula.
LEONTINA - ¿Y la e nte ndió?
GABRIEL - (DESCONCERTADO ) Sí . . . o sea .. .
LEONTINA - No se preoc upe, todos te nemo s un nivel dife-
re nte d e nues tro se r inte ri o r profundo .
AMELIA - No te p o n g as la tosa, Leo ntina .
LEO TI A - El h o mbre está divo rcia do d e la divinidad a cau-
sa d e la caída d e Adá n y Eva. O sea ... e l hombre, al cae r
e n es te mun do d e sólo tres dim e n sio n es: la r g o , a lto y
a n c h o ... (ESTÁ PEGADA A GABRI EL)
AMELIA - Y a burrido. (LEONTINA LA MIRA. SONRÍE. MIRA A GABRIEL)
LEO TINA - Vu e lvo a trás. Es impo rta nte qu e m e e ntienda .
El h o mb re, a l caer e n es te mundo d e tres dime n sion es,
descubrió y establ eció leyes b asad as e n la lógica . Y co m o
la lógica es tá limi tad a a tres dim e n sio n es úni cam e nte, n o
sirve p ara comp re nd e r e l se ntid o oculto, d e sabiduría y
d e m agia d e la Biblia.
~I ELIA - (A GABRIEL) O sea que n o e nte nd e m os la Biblia,
¿se ubi ca?
LEONTI1 A - No la e nte nd e m os .
AMELIA -De ac u e rd o. Aho ra sié nta te.
ANTON IETA - (SE MIRA LAS MANOS. M IENTRAS TANTO L EONTINA
VUELVE A SUB IRSE A LA MESA) No le vam os a n egar que es-
ta m os b as ta n te c h oqu ead as co n lo que h a p asad o y . .. lo
q u e se di ce d e es te luga r ... ¡Es muy in có m o d o p a ra n oso-
tras! No estam os acos tumbra d as a estos . .. a mbi e ntes .
AMELIA - ¿Qu é es tás h ac ie ndo?
ANTON IETA - (VE DE PRONTO A LEONTINA, QUE EST O TENDIDA AL
LADO SUYO Y E ASUSTA M CI-1 0) ¡Ayy! (SE HA LEY TADO DE U
SALTO) ¡Báj a te d e a hí!
LEONTI A -La m a tó a qu í. Ell a es ta b a con un traj e roj o de
sed a . Así (SE HACE LA MUERTA).
35
33. AMEL!A -Supie ras lo ridícula que te ves , te bajarías inmedia-
tamente d e esa mesa.
L EO TI NA - (E DEREZÁNDOSE, A GABRJEL) ¡El Gnosticismo Cien-
tífico Revolucionario es la única forma de entender la
Gran Man ifestación Cósmica qu e nos rodea!
A.J'ITONIETA - (CON GABRJEL LA AYUDAN A ENTARSE AL BORDE DE LA
MESA ) Sí, sí. No te agites más.
AMELlA - (A GABRJEL) Todo esto que ha pasado fue un go lpe
te rrible para n osotras. Sobre todo para e lla .
GABRJ EL - Me imagino . Yo e n tie ndo , se ñora (LEo TI NA SE PONE
DE PIE, SOB RE LA SILLA) .
LEo T TJNA - ¿Entie nde ?
GABRJ EL -Sí, se ñora.
LEONTINA - Eso es maravill oso . (LE PONE LA MANO EN LA
CABEZA) Ento n ces uste d todavía ti e n e salvac ió n. (AM ELIA SE RÍE,
INCÓMODA. ANTO IETA Y GABRJ EL AYU DAN A L EONTINA A B JAR DE A
LA SILLA. LEO 1TINA SE SIENTA )
A'vlEL!A - H ay una a n é cdota d e mi h e rman a qu e no pue do
d ej a r d e contarle para que la e nti e nda . Iba en un a mi cro
a troz, ll e na d e ge nte ig u a lm e nte d esve n cijada, malean-
tes, mafioso s, lumpe n-lumpe n , ¿se ubi ca ? Y d e repente , la
Leo ntina ve qu e un tipo le h a m e tido la m a no e n la carte-
ra y le di ce, a terra d a: "¿Qué m e está ECHANDo?" (AM EL!A Y
ANTON IETA SE RÍE )
ANTo JET, - ¿N o la h alla amorosa ?
fui EL!A - ¡El d espiste to ta l! El ladró n le es taba roba ndo h as ta
los anteoj os d e lee r y e ll a pregunta : "¿Qué m e está e cha n-
d o?" (SE RÍ E. SE APARTA) ¡Qué diría Fre ud!
ANTo !JETA - A mí e l chiste qu e m ás m e g us ta es e l d e Gour-
dief. No ti e n e n ad a que ve r con la Leo ntina , ni con noso-
tras ... O , a lo m ej o r, sí. O , a lo m ejor, ti e n e qu e ve r con
to d o e l mund o. Go urdi ef e ra un tipo que buscaba la razón
d e la existe n cia, e l se ntido d e la vid a, ¿e nti e nde? Uno q u e
n o se co nfo rma b a con qu e e l té in g lés es e l m ejor q ue
h ay y que la ropa fra n cesa es la m ás bonita . No sé si m e
36
34. e ntie nde . ¡La ve rdad o n ada! Y este hombre va a Egipto
y de Egipto lo manda n a la India y d e la India al Tibe t y
del T ibe t al Nepal y e n to das partes pregun taba: "¿Dón-
de está la felicidad ? ¿Qué es la fe licidad ?" Y n adie sabía.
¡Nadi ! Pe ro seguía buscando. Y p o r último llega al fin
de l mundo. Ya estaba a punto d e pe rde r las espe ra nzas
cuando le dicen : "En medio d el d esie rto h ay un oasis y
en e l oasis vive un h o mbre. Él sab e, p orque lo sabe todo".
Y allá fu e Go urdief a l d esierto, a l oasis. Y e n cu e ntra un a
casita miserab le y golpea la pue rta. Y le abre un viej ito
~ejísim o y le muestra un j ard ín bas ta nte raquítico, una
mo nada para estar e n me di o d e l d esie rto, pe ro ro ñ oso,
en todo caso. Y Gourdi efl e pregunta : "¿U sted sabe lo que
es la fe li cidad ?". Y e l viejito so nríe y le dice : "La felicidad
es este j a rdín ". Y los d os mira n e l j ardín. Y d e re pente el
viejito se asusta y le di ce: "¿0 n o?" (AMELIA Y AATON IETA SE
RÍEN. GABRIEL y LEONTI SONRÍEN)
~IELLA - ¿0 no? ¡Es pa ra matarse!
Lr·ONTINA - (A GAB RJ EL) En realidad ese n o es un chiste exac-
tamente.
A'TONIETA - (SERJA) ¡Si lo explicas, te ma to!
LFONTINA - No lo iba a expli car. Iba a contar o tro chiste .
.!ELLA - Espero que n o sea e l mism o d e sie mp re.
Lt- o:--~TI NA - Él no lo sabe .
. ' roN IETA - ¿Có mo sabes que n o lo sabe?
ti:LIJ - ¿Con oce e l chiste d e l ni ii ito optimista y el ni ñ ito
pesimista?
C BRJEL - No.
LFON riNA - (FE LI Z) Bu e n o ...
r,tELLA -(LA INTERRU ·IPE) Pe ro seg u ro q u e sab e algunos chis-
les, ¿no?
GBRJEL - (SONRíE) ¡Claro!
.;-._ roN tETA - ¿Se pued e n co ntar? Q ui e ro d ec i r~ ¿se pue d en
esc uch a r?
e; HR IEL - o so n chistes p a ra se ñ oras.
37
35. ANToNIETA -(INDICA A LEONTTNA) Ella es la única señora e n
este grupo. Cué nte me .
LEo TI A -Bue no, voy a contar el chiste . Había una vez dos
h e rmanos, uno d e o cho a ú os, que e ra o ptimista, y uno de
nueve, que e ra pesimista.
AMELIA -Leontina, te h e m os di cho miles d e veces que n o
tie n e ninguna gracia.
ANTO IETA - (M IRA SU RELO ¿Sabe n qué h o ra es?
J)
LEONTINA - (A AMELIA) Yo te d ej é conta r tranquila m e nte esa
tontería d el "¿Qué m e está ec hando?". Ahora m e toca a
m Í (HA ENTRADO SILE CIOSAMENTE UNA MUJER DE TREINTA Y TAN-
TOS AÑOS, MÁS QUE LAS HERMANAS, FACHA DE E ROPEA. PELO MUY
CORTO, U GRAN BOLSO Y U A ENORME CÁMARA FOTOGRÁFICA ) .
AMELIA - (MOLESTA, AL VERLA) ¡Más p e ri odistas! (LEONTI A Y
ANTO IETA SE HAN QUEDADO M IRANDO A LA M IUJER COMO SI LA
CO:--JOCIERAN ' O RECORDARAN QU IÉN ES)
LoRETO -Soy la Lo re to, tía.
LEON TINA - (CORRE HACIA ELLA) ¡A m í p rime ro! ¡A mí m e ti e-
nes q ue besar prime ro! (LA ABRAZA) ¡Tod o es tá o lvidad o!
¡El pasad o! ¡To d o o lvi d ado y perd o n ad o! ¡To d o! (LA MIRA,
LLORA) ¡Estás tan distin ta! ¡Tan distin ta ! ¡No impo rta! ¡A
m í n o m e im porta! ¡Es el ti empo! ¡Yo esta ré muy d istinta
tambié n ! (AMELIA ABRAZA A LORETO Y LANZA U GRITO COMO SI
LE HUB IERAN DADO UN CUCI! ILLAZO)
AMELIA - (sE APARTA) ¡Ayyy! .. . ¡Me e nte rraste la máquin a fo to-
gráfica hasta el alma!
ANTONIETA - Ya era hora de q ue pe rdi e ras la virginidad e n
alguna parte.
AMELIA -Hab ló la estrella de l Play-Boy.
ANTO IETA - (ABRAZA A LoRETO FRÍAMENTE) ¿Po r qué te co rtas te
el pelo e n esa forma?
LORETO - Me gus ta así.
ANTONIETA - ¿De veras? Raro.
LEONTI N - ¡Tu maravi lloso, m aravilloso pe lo d orado que e ra
A
la envidia de todas tus co mpa ñ eras de colegio!
38
36. LoRETO -Eso fu e h ace mil años.
ANTONIETA -Dos mil años.
A.MELIA -He mos te nido noticias d e tus éxitos. ¡Impresio-
n ante ! Tus fo to grafías e n las revistas d e moda, e l Vague,
Elle, Burda, e tcé te ra.
Lo RETO -Yo n o es t. . .
A.MELIA - (SIN o íRLA) Que publicaste un libro muy.. . co-
me n tad o . . . con fo tos un poco ... o sea .. . poco e difica ntes,
como p or ej e mplo .. .
LORETO - (VA DEJAR SU CARTERA SOBRE LA MESA) ¿Poco e difican-
tes?
LEONTINA - ¿Unlibro? ¿Cu á ndo? Yo n o sabía ... N o m e acu e rdo.
A_¡-.,IELIA - (A GABRJ EL) ¿Se p o drá tom a r algo así com o un trago ?
GABRJEL -Lo que u ste d es quie ra n .
M IELIA -Hab e rlo sabido antes. U n whisky e n las rocas, e n-
ton ces.
AITO NIETA - U n Bloody Mary p ara mí. ¿Qué quie res tú , Lo re-
to ?
LORETO - U n vaso d e vino ... bla n co . . . frío.
GAB RJEL - (LA M IRA SI PESTAÑAR) Vino bla n co , frío (MIRA A
L EON TINA ANTES DE SALIR).
LEO TINA- Yyo . . . e h . . . ¡Agu a min e ra l, si es tan a m a ble ! (GA-
BRJEL SALE) ¡Sin gas!
LORETO - (A AMELIA) Ya pue d es seguir, tía. Se fu e e l Mo ro.
LEONTI A - ¿Por qu é le dices M oro?
ANTO NIETA - (LATEADA ) El Moro e n la Cos ta.
LORETO - ¿Qu é es lo que te nía mi libro d e poco e difi cante?
M IELIA -Lo vi.
LO RETO -Ah .
LEON TINA - Yo n o.
AI ELIA -Mej o r. Te h a brías mu e rto . Mt~ e res co n tres p ech os,
h o mbres co n . .. es d ecir, SIN. O e n o rmes e n a n os con e l
sexo a l a ire. Muj e res con a rgollas ahí d o nd e tú sab es y
otr as exquisiteces p o r e l es tilo.
LEONTIN - ¡N o es ve rdad!
A
39
37. LoRETO -Sí. Y mucho m ás. Me gu tan los monstruo . Son
como .. . mi familia.
A.JlELIA -Sie nto que vi e n es con un a m ala o nda, ¿sabe ? Mal as
vibracio n es.
LORETO - ¿Qued a n bue n as o ndas e n este lugar ? quí e mu-
ri ó mi tío, ¿n o?
LEONTINA - ¡Se sui cidó!
~ ! ELlA - ( E ENCOGE DE 1101!BROS) Eso di ce n .
LEO 'TINA - Se sui cidó d es pué d e e tran gul a r a su a m a nte .
Mira, e lla e tab a ah í, e n cima d e la m esa. Te nía las m a-
n o a m a r rad as al c uell o . U n traj e roj o d e sed a . Él es ta b a
ahí, caíd o h acia ad elante, p o b rec ito, co n el revólve r e n la
m a n o izqui erd a . . . co m o era zurdo.
Al ELIA - Y tú , ¿có m o sab e to d as esas cosas? (T oD...'i w RAN A
LEO~TJ. A. L ! 0'!LIDAD DURANTE L' P DE SEG 1DOS)
.R
L EO~T I NA - (SENTÁNDOSE JL'NTO A LORETO, AN IILillA) ¿Sacas esas
fotos? La d e pravació n e e n cu e ntra e n e l infra ex o.
A"TON IETA - ¿Infra exo? ¡ n p ala bra nu eva, al fin !
AMELL - ¿Qué es e l infrasexo, si pued e sab e rse?
L!:ONT!NA -H o m osex u alism o, lesbia ni sm o, pros titu ció n , pro-
mi cuidad. Ahí es d o nd e la ge nte pi e rd e la p oca co n cie n-
cia q u e les q u ed a y se tra n for m a n e n cascaro n e hum a n o .
Al aban do n arl os la co n cie n cia, e l cu e rpo físico se d e bilita
ex tremad a m ente qu ed a nd o a m e rced el e lo instintos y se
co m~er te n en terre n o pro picio pa ra e nfe rm ed ad es inc u ra-
ble , el crim e n y tod a cla e d e d e litos. (P L ) Sí.
'S.
:-TO:'lETA - e lo abe el e m e m oría.
AJH.L - ( LFo'T10) ¿Qu é quisiste d ec ir? ¿Qu e el Ma rtín
era lesbia n a?
A'10N IET -('>~R l ) Fue p o r a m o r ... un a m o r turbi o. U n acci-
de n te ... pero tu tío ... Tod o fu e por a m o r.
ll:l l. - (1~n '>0'Rl'>) Todo muy n orm a l. Un c rim e n pas io-
n al de lo más co rr ie nte. No h a b ía m o nstru os aquí.
NTON IEl - Apa rte d e n oso tras tres.
Lt o:-. 11:-.A -¡ Podría saca rn os u n a fotografía!
40
38. ANIELIA -¡Cierto! ¡Qué bue na idea!
LORETO - (vAGA) Claro .. .
fuIEUA -Podría mos pone rnos las pelu cas de la muerta. Están
a h í. ¿Có m o no ve ríamos colo rinas? . .. P e r o eso te p a rece-
rá aburrido, ¿n o? N o lo sufi cie nte m e nte d e pravado.
Loruro -Los m o nstruos no so n d e pravados, tía . So n distin-
tos y n o pue d e n se r d e o tra m a n e ra .
A" 1ON IETA - i n oso tras ta mpoco, linda . H a brás p e n sado e n
eso, de vez en cu a nd o, a llá, ta n lej os.
LEO:-JTI A - C laro qu e p o d e m os se r distin tas, pode mos se r
m ejo res. ¿Co n oces e l chiste d e l niñito optimista y e l niñi-
to pesimista?
LORf"TO - o.
L~o NTI A -Te lo voy a co nta r. H a bía un a vez ... (GO LPE EN LA
PL ERTA)
, I~LL - ¡Salvad as! ¡Ad e la nte! (E TR GABRIEL CON NA BAN DE-
A
). CO. ',SOS Y COPAS. L 'A A DEJAR SOBRE LA 1IESA)
,.." roN IET -¡No! ¡Sobre esa m esa n o!
C BRIEL - Í ... Disc ulpe (LE ENTREGA EL V SOCO Bl.OODl' JlARl ' A
AN1 ON IETA, DESPUÉS DE ENTREGARLE EL 'lf/St.; l' A AME LIA).
:."ro IErA - Tie n e bue n a m e m o ri a us te d .
CBRJEL - Es mi tra b aj o, se ñ o rita.
r."'TO JETA -Has ta se ac u e rda d e qu e soy se ñorita (s1 MIRAR -
' o). Yo, eso, p refe riría o lvida rl o.
LoRFTO - (SACA su CO P SI MIR A, ARLO ) Gracias.
e BRIEL - (S IN MIRAR! ) De n a d a.
LFONTINA - (TOI!r DO SU VASO DE ACUA) E l a lco h o l es una d e
las . ..
AJI:.I !A - ... cosas m ás ri cas que h ay. (A GABRJ EL) A lo m ej o r
m e voy a to m a r o tro, a ntes d e irn os.
(; BRIEL -Muy bie n , se ii o ri ta (SALE).
Lt·.O N TJNA - ¿Te g u sta?
LoRETO - (PR UEBA EL VINO) Está bie n.
Lt·o TINA - o, n o. El mozo. G a brie l se ll a m a . ¿Te gu sta ?
LoRFTO - Es muy a trac tivo.
41
39. ANTo IETA - Si te gusta es cuestión de que se lo d igas. Es u n
puto. Esta es una casa de mala fama, como ya sabrás .
AMELIA - A propósito, Loreto, ¡qué coincidencia tan extraor-
dina ria que hayas vuelto justo para la muerte de tu tío!
¡Qué oportuna!
LORETO -Él m e pidió que viniera.
AMELIA - ¿Por qué razón , si puede sabe rse?
LORETO -Me d ejó esta casa. (PAUSA) ¿No lo sabía n ?
ANTONIETA - No, la verdad es qu e no.
AMELIA - ¿Y cómo íbamos a sabe rlo? Es un poco prematuro
para hacer sesiones d e espiritismo.
LEONTI A-¡El espiritism o está prohibí . .. !
AMELIA - ¡Cálla te! (A LoRETO) ¿El Martín te llamó por teléfo-
no a Holanda y te dij o: "Me voy a suicidar, mi linda, y de
h eren cia te voy a dejar un pros tíbul o"?
LORETO -Me llam ó un p ar d e veces por teléfon o, m e dijo que
se iba a re tira r de lo negocios, que tenía un problem a
serio ...
A.MELIA - (SO RJE DO, 1 DIGNADA) Ah , te llam ó para d ecírtelo.
LORETO - ... que n o se atrevía a discutirl o co n usted es y que si
podía venir, m e m andó el p asaj e para .. .
ANTONIETA - Así es que nues tro que rido y .. . difunto h er-
m an o, avaro, sad om asoquista, asesino y sui cida, pobrec i-
to .. . ¡confió e n ti !
LORETO - ¡No te p o n gas celosa! Fue porque ...
ANToNIET - ¿Celosa yo? Yo estoy al marge n . Yo siempre h e sido
la que h a estad o al margen d e la vida fa miliar. Solam ente
trataba de m anten er el equilibrio, para que no se matara n
unas a otras, aconsej aba a Martín , le escondía sus cochina-
das, le limosn eaba para pod er vivir en fo rma d ecente . Y a la
h ora de la verdad , el mise rable no confió en mí. Confió e n
una deserto ra que se fue a Europa p o r es tupideces.
L RETO - (AGRESTVA) ¿Estupideces se llam an todavía?
ANTONIETA -Te fuiste por tus ideas, pe ro ahora vuelves por
la pla ta.
42
40. LoRETO -Usted no me conoce.
A.NTONIETA -¡Entonces nadie en el mundo te conoce! ¿Quién
te educó? ¿Fue tu madre? ¿Tu padre? ¿Quién fue?
LORETO -Usted, tía. Fue usted.
A.NTON IETA -Bueno , gracias a Dios que te dignas reconocerlo.
Al fin y al cabo lo único que hice fue perder mi juventud
por ti. ¡Casi nada! Yo te conozco. Sé como eres.
AMELIA - (so RI ENDO) Como dicen e n el cine: "Conozco a las
de tu cla e, muñeca" (BEBE).
A.NTo JETA -Sí. Te conozco, Loreto, la artista. ¡Egoísta de
mierda! Lo sacrificas todo para conseguir lo que quieres.
Sacrificaste a tu propia madre.
LEONTINA -¡Yo estoy bie n!
ANTON!ET -Entre los golpes del marido y los insultos de la
hija, no es raro que esta pobre sea lo que es. ¡Mírala! ¡Mí-
rala!
LEONTINA - (ANS IOSA) Sí, mírame, mi linda que rida, mírame.
LoRETO - (LA MIRA) Yo te qui ero, mam á. Quiero que es tés
bien.
LEO TINA - (LLORA DULCEME TE) ¡Yo sé! ¡Yo sé!
AMELIA -Saquen pañuelo las madres presentes. (PAUSA) No
hay madres, no hay pañuelos.
ANTONIETA - ¡La despreciabas! ¡No podías soportarla!
LEONTINA - (SONRÍE) Estás celosa.
ANToN IETA -¡Estúpida y feliz de serlo! Ese va a ser tu epitafio.
LEO TINA -Tú no e ntiendes .
ANTO IETA -(RISA HISTÉRICA) ¡Yo! ¡Yo no e ntiendo! ¡Ese SÍ que
es el mejor chiste de la temporada! ¡Y tú me lo dices a mí!
¡Dios mío! ¡Si pudiera reírme fuerte me oirían hasta en
Holanda, que es un lugar bastante alejado de mi presu-
puesto!
AMELIA - ¿Van a seguir? Me enferman es tas discusion es por
plata.
LORETO - ¿Qué?
ANTON IETA - ¿Qué estás dicie ndo?
43
41. LEONTINA -¿Por plata? (SE RÍE)
AMELIA -Estás furiosa porque la Loreto se va a quedar con la
casa que queríamos nosotras .
.ANTO IETA -(DESCOl CERTADA) ¿Qué casa?
AMELIA -¡Esta, tesoro! Esta donde estamos.
ANTONIETA -¡No sé de qué hablas!
AMEUA - ¿Lo dices en serio? (ANTONIETA SALE CORRJENDO POR LA
PUERTA DELA DERECHA) ¿Adónde vas? ¡No puedes irte sola! ¿No
sabes dónde estás? ¡Antoni eta! (SALE DETRÁS DE ANTONTETA)
LEONTI A - (D ISCULPÁNDOSE) Voy a ir con ellas. (TocA EL TIM-
BRE) Me pueden necesitar.
LORETO - ¿Me tienes miedo?
LEONTINA - ¿Cómo te voy a tener miedo? Eres mi hija. (RE-
TROCEDE DISIMULADAME ITE H.-CJA LA PUERT )
LORETO -Por eso mísmo.
LEONTINA - (SONRÍE, NERVTOSA) Tú no me h arías nada malo.
LORETO -Hablar es malo ... a veces ...
LEO ITJNA - ¡No hablemos, entonces! (SE M IRAN, ~tiRAN EL SUE-
LO. SE MIRAN. SE RÍE. ) ¡Contémonos chi stes! Tu padre ano-
taba los chi stes en una libreta para que no se le olvidaran.
Una especie de ayuda memoria. D ecía que los chistes no
se te quedan en la cabeza, a menos que signifiquen algo
para ti. Por ejemplo e l chiste del niúito o ptimista y e l ni-
ñito pesimista. En realidad no es exactamente un chiste ...
O sea ... No es para reírse a gritos, pero yo ... siem pre m e
acuerdo de é l. Mira, llegó la Navidad ...
LoRETO - ¿Se dice Navidad, a hora? Antes se decía Pasc ua.
LEONTINA -Sí, es que yo ... trataba de traducírtelo. Bueno,
llegó la Pascua y los dos niúitos dejaron su s zapatos junto
a la ven tan a ...
LoRETO -Ab, es un chiste argentino. En Chil e n adi e d eja los
zapatos en la ventana.
LEO TINA -(SE APARTA, ENOJADA) ¡Estás como la Amelia, echan-
do a perder los chistes, a menos que los diga e lla! ¡Si quie-
res cuenta un chiste tú! ¡Cuéntalo! (SE SIENTA)
44
42. LoRETO -No sé ninguno.
LEONTIN -Entonces, ¿por qu é me echas a perder el mío?
LoRETO -¡No fu e mi inte nción! Será porque no me gusta la
ge nte que cuenta chistes. Me gusta la gente divertida.
LEONTINA -(DESOLADA) No te e ntie ndo.
LoRETo -Perdona, ¿qu é estoy di cie ndo? ... Me gusta la gente
que .. . la ge nte positiva, como ... ¡Ah! No sé si te lo había
contad o. Me volví a casar en Holanda.
LEONTINA -¡ ¿Cu ándo?!
LORETO -Trece aúos .. . ¡No! ¡Doce! ... Era un tipo genial. ..
pero no resultó, tampoco. Nos separamos.
LEONTINA - ¿Por qué nunca me cuentas nada?
LüRETO - (SERlA) ¿Por qué nunca m e cuentas n ada?
LEO TINA - ¿Ah ?
LORETO -Tú tampoco m e cue ntas n ad a.
LEONTINA -Yo . .. A mí me cuesta.
LORETO - A mí también.
LEONTI A- ¿Tú? Tú h ablas de corrid o, cuando quieres.
LORETO - ¿Tú no?
LEo TINA - Me aprendo las frases d e m emoria.
LoRETO -Mamá, si yo hubi e ra creído que eras tonta de ver-
dad, no te h abría dejado sola. Cre ía qu e co mo mi papá
te pegaba y mis tías te retaban tú te h acías la tonta, para
qu e te dejaran tranquila. Co m o hacer un perso n aj e. ¿O
no?
LEONTINA - ¡¿O no?! (RíE) ¡Ese chiste es es pecial! "¿O no?"
(SE R SE PONE SERJA) ¿Te vas a qu edar?
ÍE.
LoRETO - ¿Por qu é me lo preguntas? ¿Por es ta casa? (ENTRA
GABRIEL, APURADO)
GABRIEL -Perd ó n , se ñora, me co nfundí .. . como tocaron el
timbre y .. . las se iiori tas sali e ron ...
LüRETO - ¿Se fueron?
G-BRJEL -No .. . e h . .. Están en el dormitorio de la señora Co-
rin a .
LORETO -¡Apuesto a que están registra ndo! ¡Apuesto!
45
43. GABRIEL -Eh ... Sí. Están mirando la ropa ... Está todo desor-
denado ... como la policía estuvo revisando por si ... en-
contraban algo ...
LEONTINA -(SE LEVANTA) Me gustaría ver, a mÍ también. ¿Dón-
de es?
GABRlEL -Las acompaño.
LORETO -Yo me quedo aquí.
LEONTI A -¡Ven! Debe ser entretenido.
LoRETO - (sE SIENTA) No me interesa.
LEO TINA -A mí siempre me ha fascinado la ropa que usan
los demás. Sobre todo los zapatos. M~ impresiona la gente
que tiene muchos zapatos. Tuve docenas y docenas cuan-
do vivía tu padre. Cuando una tiene muchos zapatos se
siente protegida. Tu abuela tenía más de ciento veinte pa-
res. Estantes y estantes llenos de zapatos. Me acuerdo de
unos de plástico, transparentes. Nunca se los puso, que
yo recuerde. No tenía edad para esas gracias, tampoco.
¿Cuántos zapatos tendría esta ... esta mujer? ¡Voy y vuelvo!
¡No te vayas! o. ¿Cómo te vas a ir? Esta es tu casa. (A
GABRIEL) ¿Dónde están? (GABRlEL HACE UN GESTO HACIA LA
PUERTA DE LA DERECHA. LEONTINA SALE. GABRlEL LA SIGUE. Lo-
RETO PERMANECE INMÓVIL UN PAR DE SEGUNDOS. REPENTINAMENTE
SE DOBLA Y LANZA UNA EXCLAMACIÓN, DESAHOGÁNDOSE DE LA TEN-
SIÓN DE LOS REENCUENTROS. SE CALMA. MIRA HACIA LA LICORERA.
VA A LA MESA Y SACA U A MÁQUINA FOTOGRÁFICA MÁS PEQUEÑA DE
SU BOLSO. GABRJEL ENTRA. SE MIRAN. DA UN PAR DE PASOS HACIA
ELLA, SONRlENDO) .
GABRlEL - ¿Puedo pasar?
LoRETO -Gracias por no decirle a nadie lo de antenoche.
GABRlEL -Nada es gratis.
APAGÓN
46
44. SEGUNDO ACTO
GABRI EL Y LORETO ESTÁN EN EL MISMO LUGAR EN QUE ESTABAN AL
TERMINAR EL PRIMER ACTO.
LORETO - (DEJA LA MÁQUINA FOTOGRÁFICA SOBRE LA MESA) Tú sa-
bes qu e yo n o tuve n a d a que ve r co n lo qu e p asó.
GABRIEL - (SONRÍE) No. No sé.
LORETO - (TOMA FL VASO DE VINO) Yo n o m a to a la ge nte . La
despe ll ejo.
GABRIEL - ¿Cómo?
LoRETO -Les qu ito la p ie l. Me g usta ver a la ge nte sin pie l ...
o, por lo me n os, sin ro pa. ¿M e vas h ace r e l show?
GABRIE L - (ABRAZÁ'<DOLA) Si quieres. E n privad o. Es m ás caro,
eso sí.
LoRETO - (sE APARTA DE ÉL) ¿No pue d es h a bla r d e o tra cosa
qu e n o sea d e p lata?
GAHRIEL. -Bue n o ... tod o tie n e que ve r co n plata en a lgún mo-
m e n to . Lo qu e p asa es que la ge nte que ti e n e pla ta sie m -
pre se o lvid a d e que h ay a lgun os qu e no tie n e n y ... es muy
d esagr a d a bl e te n er qu e h a b la r d e l asun to . . . d e pués .
LoRETO - ¡Ti e n es tod a la razón ! Es un d esas tre. Y si un o p aga
p o r ad e la n tad o pue d e e xig ir que te d e n lo que te h a n pro-
m e tid o.
G -BRI EL - Cla ro.
LO RETO - Si te saco un as fo tog rafías n o m e las cobra rás a p ar-
te, me im agin o.
47
45. GABRIEL - ¿Qué tipo d e fotografías ?
LoRETO - Del show. Comple to. Co n todos los d em ás, con lu-
ces, con música, con tod o .
GABRIEL -Esto es tá cerrado.
LoRETO - o para mí. Yo soy la nueva dueñ a.
GABRIEL -¡Puf! ¡Has ta que eso se se pa ya no voy a es ta r e n
ed ad de h acer el show!
LORETO - Ya se sabe.
GABRIEL - Pe ro e llas . .. ¿que n o es d e ellas? ... Las h e re de ras . ..
U n a h erm an a es m ás que un a so brina.
LORETO -Ese es pro blem a mío. En tod o caso, ¿pued o sacarte
o tras fo tos e n p rivad o?
GABRIEL - ¿Para qué las quieres?
LORETO - Según . Para reco rdar un bue n m o m e nto, si es que
el m ome nto es realmente bue no . Para publicarl as en un
libro sobre los h o mbres que h e co n ocido, si es qu e te lle-
go a con oce r. O porque sie mpre saco fo tografías de todo
lo qu e m e en cu e ntro e n el camin o . (APAGA LA LUZ. SóLO
QL'EDA UNA LUZ - DE LA CALLE- QUE TOMA PARTE DE LA MESA)
¡Pod rías a parecer re tra tad o e n H o landa ! Pod r ía se r tu
lan zami e nto com o el chi co sexy 1989.
GABRIEL - (SE ACE R A ELLA Y LA ACARI CI No creo que m e eli-
CA A)
j an el m ás sexy tres añ os seguid os . (ELLA PREN DE LA LUZ.
ÉL ON RÍE) Era bro m a. No. No qui e ro fo tos. Y n o te te ngo
mied o, ¿ah ? Pued o h acer lo que quie ra y no me puedes
ech ar. ¿O qui e res qu e cue nte que es tuviste esa noch e con
el fi n ad o? ¿Que fui ste la última e n ve rlo?, ¿ah ?
LoRETO -Pued es d ecírselo a qui en quie ras. Va a ser una la ta ,
p ero n o ten go nada que ocul tar.
GABRIEL -Ento n ces lo voy a hace r.
LORETO -Hazlo. Cie rto . Puedes h acer lo qu e quie ras .. . Si es
qu e qu e das libre d e culpa, se rá eso .
GABRIEL - ¿Qué culpa?
LoRETO - Eras am ante de la se ñ o ra Co rin a, ¿cierto? (APAGA
LA LUZ) ¿La ma tó mi tío, cua nd o se e nteró? ¿O la mataste
48
46. tú? (P RENDE LA L z) ¿O mi tío la m a tó y tú m atas te a mi tío?
(GABRJ EL SE VA A SENTAR EN UNA DE LAS SILLAS QUE ESTÁN J UNTO
A LA MESA, RJ E DO) Típi ca risa n ervio sa.
GAB RJ EL - ¡Na que ve r ! No estoy n ervioso.
LORETO - ¿H a estad o e n la cá rcel, a lg una vez? (ÉL RiE) ¿Te
h a n violado ? (ÉL RÍE) ¿H as es ta d o a punto d e que te m a-
ten , con un revólve r e n la b oca ? ... ¿H as p e rdido un di e nte
por un go lpe? (APAGA LA LUZ) No c reas que un o cambia
m u ch o. U n o pue d e sobrevivir y segui r a d e la nte. Lo im-
portante es so bre vivir. No te im agin as lo impo rta nte que
es eso. (P RENDE LA LUZ, GABRJEL SE LEVANTA Y E P ASEA FU RJ OSO,
M IENTRAS HABLA)
.
G,BRJEL - ¿Sabís que m ás? ¡Ere i últim a! ¡Última! ¡ o, p o h !
¡Se acabó esta c u estió n ! ¡Vam os a lla m ar a los p acos y va-
mos a aclarar la c u es ti ó n !
LoRETO -Bue n o, lla m a. Yo esp e r o a quí. No te preocupes, n o
me voy a escapar. (SACA N CIGARRJ LLO Y LO ENC IENDE)
G. BRJEL - Yo los conozco. ¡Yo te n go a migos! Me van a c reer a
mí. ¡No se puede a ndar in ve ntá nd o le cosas a la ge nte! ¡Cla-
ro! ¡Tod os cree n que p orq u e tra b aj o e n esto, m e pue d e n
u sar co m o e tropaj o! ¡Pe ro n o, se ñ o ra, n o! ¡Si tú estuvie rai
en mi luga r h a b ríai h ech o cosas qu e yo n o h e agu a n tao!
¿Sacarse la r o p a? ¡¿Qu é imp o rta sacarse la ro p a?! ¡Me la
saco! (SE SACA LA CASACA Y EMP IEZA A DESABOTONARSE LA CAM ISA)
¡H ay ge nte que se saca muc h o m ás qu e eso!
LORETO - ¡Pe ro qué niñito ta n to nto! Era un a bro m a, un jue-
go. Es qu e te p o n es difícil pa ra sacarm e m ás pla ta o n o
sé qué es lo qu e pre te ndes. Nadi e te va a cree r n a d a. ¿No
ves qu e ya m e n tiste a n te n och e? Yo n o h e m e n tid o. Ah o ra
vas a irte afu e ra y m e vas a esp e ra r jun to a la pue rta d e tu
pieza y yo voy a ir a ve rte a pe n as h a bl e con mi s tías y mi
m adre qu e rida, que es tá n escu ch a nd o junto a esa pue rta
e n un a p os ic ió n muy in có m o d a p a ra su s a ñ os y su dig ni-
d a d. (RUIDOS, CARRER Y C CHJCHEOS JU TOA LA PUERTA DE LA
AS
DERECHA. GAB RI EL RECOGE SU CASACA Y ALE POR LA IZQ lERDA)
49
47. Así que se d isfraza ron , como d e costumbre . ¡No sacan
n ad a con esconde rse! ¡Ya las vi ! (AM ELIA, LEONTINA Y AN-
TONIETA E TRAN RÁPID AMENTE, VESTIDAS CON TRAJES DE FIESTA DE
CoRJ A. SoN TRAJES EXAGERADOS. NEG R coN DORADO. MoRADo
O
CO F CSIA. T LE . j OYAS ENORMES. T RAJES DISPARATADOS PER O
QL'E C0 1STITUVE U1 A U IDAD E TRE LOS TRES)
AMELIA - ¡Eres una farsante!
LORETO - (RJE DO) ¡Qué e legantes! ¡No h ay palabras p ara ex-
presarl o!
LEO TINA - ¡Son tan dive rtidos!, ¿c ierto? ¡So n ta n .. . !
AMELIA - ¡Fue muy instructivo! U n a co nversació n di g na d e
recordarse.
LoRETO -Y eso que n o la escu ch aro n d esd e el principio.
AMELIA -Estuviste aq uí an te n och e, ¿ah ?
LoRETO - Sie n to qu e vie n es con u na m ala o nda , ¿sabe ? Ma-
las vi brac io n e , tía. Y com o no es toy para explicacio n es
latosas, las d ejo y me voy a (TOJIA LA M.ÁQ INA FOTOGRÁFICA
Y EL BOLSO) .. .fotografiar un poco el luga r. Sim p áticos los
trajes. o se los saq ue n. Las qui e ro fo tografi ar así. (VA A
SALIR. A.itELIA LA TOI.IA DEL BRAZO)
A.i!ELIA - ¡Oye!
A.,-.:TONIETA - ¡ O te vayas!
MELlA - ¿De qué hablaste co n Martín esa n oc h e? ¿Qué te
d ijo? ¿Por qué te hi zo ven ir?
A.,'ITO IET - ¿Qué le p asaba? ¿Q u é pasaba? (LORETO SE SUEL T.
YSALE) j j O te vayas!! (SE OYE LA RISA DE LORETO)
LEON TINA - ¡Lo reto! ... Se fue.
A.,'iTo JETA - ¡Qué fre ca! Pero n o irá lejos. Al d o rmi tori o m ás
cercan o co n ese p uto.
AMEUA - ¡Te e n can ta la palabra puto, te fasc ina!
A"'TO JETA - ¡ o seas re p rimida!
A.iJELIA - ¡Típi co! U n a vez qu e te ne m os a lgo impo rtante d e
q ue h abla r y te de di cas a in ul ta rm e. En cambi o a ésta
(1 DICA A LEO TI A QUE EXAM INA LAS PEL C:AS) nun ca le di ces
n ad a.
50
48. ANTO lElA -Bue no, de acuerdo, h ablemos. ¡Hablemos, pues!
LEONTI A-Ésta para ti , ésta para mí. ..
AMELIA -¡Te qu edaste con la m ejor!
ANTo IETA - (AAMELIA) ¿Te h as vue lto loca? ¿Te vas a poner a
pe lear por la peluca d e un a muerta? Todo esto, los trajes,
e ra po r los juegos d e antes, los disfraces. Una broma para
la Lore to .
AMELIA - ¡La bro mita! ¡Nos e mbromó a nosotras! ... Claro
q ue, a lo m ej or, la Lo re to n o quie re qued arse, fin alm e nte.
A lo mejor esto la asquea. Es bastante asque roso.
LEONTINA - (QUE SE HA PUESTO LA PEL CA, SE LA ARREGLA) Se va
a qu edar, creo yo.
AMELIA -La fo tografía d e mo nstruos es un campo muy lim i-
tad o.
ANTONIETA -No creas.
AMELIA -Después de fotografia rnos a noso tr as y a nues tras
amigas se va a qued ar sin m a te ria l. La Lore to d ebe ser feliz
e n Euro pa. Es o tro mundo. De be ría vo lve rse, ¿n o crees?
LEO TINA - Es mi niña.
AMELIA -Si a ntes n o n os m e tíam os co n ella, ahora me nos. No
n os quie re como n osotras la qu erem os. No n os n ecesita.
Es tam os viej as ya. A lo úni co que p od em os aspirar es a te-
n e r una bue n a pieza e n un a clínica, cuando n os llegu e la
h ora. A ten er cuidad os y calmantes para sopo rtar el dolor
que te ndrá que llegar ... que es tá llega n do .
LEONTI A- ¿Estás e nfe rma?
ANTO IETA - ¿Qué ti e n es?
AME LIA - (TRATAN D DE so REíR ) No es un a enferme dad muy
O
es pec tac ula r d e n oved osa, pe ro igual m e va a d espach ar. ¡Y
no qui e ro morirme e n una sala común ! ¡Le ten go te rror a
eso! (T RANQU ILA) Quie ro mo rirm e e n fo rma privad a.
LEONTINA - (ANGUSTIADA) No te p reocupes, pobrecita, de al-
guna m an e ra nos arreglare mos, pe ro tendrás un a clínica
d e lo m ej o r. ¡Y flores ! ¡Y te levisió n e n colores !, ¿verdad ,
Anto nie ta? (A AMELIA ) No e res la úni ca que ti e ne mied o.
51
49. AMELIA -Me íen to mal.
ANTONlETA - ¿Y cuál es tu enfermedad? ¿La vejez?
AMELIA - (SE VUEL VlOLENTAMENTE HACIA ELLA.) Sí. Me está ma-
VE
tando .
LEONTlNA -Nos está matando a las tres.
ANTo JETA -¡A mí no! ¡Soy mucho más joven que u sted es!
¡Podría casarme todavía!
AMELIA -¡La novia de Franke nsteín!
ANTONIETA -Podría. Si quisie ra, podría. (CAMINA HACIA LA
PUERTA DE LA IZQUIERDA) Por ej emplo, podría ... ¿H an pe n-
sado que en este mismo momento la Lore to está hacie ndo
el amor con Gabrie l a pocos m e tros d e nuestras n a rices?
¿Se lo imaginan? (MANOSEÁNDOSE A SÍ M ISMA Y .MIMAN DO EL RE-
CHAZO) "¡Ah! ¡Ah! ¡Mi amor ! ¡Mi vida ! ¡Ah ! ¡Oh! ¡No! ¡Sí!
¡Muéve te para allá! ¡Mmmm! ¡Ay! ¡Más rápido! ¡No tan
rápido ! ¡No m e muerdas la oreja! ¡No, no! ¡Muérde m ela,
no m ás ! . .. ¡MMMM ! ¡Ay¡ (SE TIENDE SOBRE LA MESA CON LAS
PIERNAS AB IER TAS) ¡Tatatatán!"
AMELIA -Tú , d e lo que es tás enferm a, es d e vulga ridad (sE
PONE LA PELUCA. PAUSA. LEONTINA AYUDA A AMELIA A ACO M O-
D ARSE LA PELUCA. ANTON IETA SE EN DEREZA LENTAMENTE SOBRE LA
1JESA Y LAS MIRA).
~'ITON I ETA -Ahá. ¿Así es que qui ere n h ablar realmente en serio?
AJ,IEL!A -Lógico.
LEONTINA -Yo siempre h ablo e n se rio.
ANTONIETA - (SE BAJA DE LA MESA Y VA A BUSCAR SU CARTER De A).
ac uerd o . Eso es lo que vam os a h ace r, enton ces. Vo lvamos
al te ma. Necesitamos la casa y la Lo re to no .
LEONTI A-Parece que sí la n ecesita.
~IELIA -La vam os a te n e r qu e ch antaj ear. Estuvo m e tida e n
much a cosa po lítica.
ANTON IETA -Eso ya es tá pasado d e moda.
AMEu A -Sin contar que es tuvo aquí, a ntenoch e .
ANTo JETA -Tambié n podríamos ch antaj ear a Gabriel, qu e
no lo dijo . -
52
50. LEO n A--Si es por eso yo podría chantaj ead as a ustedes d os.
AM ELIA -Ah, ¿sí?
LEO T!N - Pero eso es algo que n o e h ace con la gente . No
e ju to .
M TONIETA - (INCRÉD ULA) ¿No es QUÉ?
LEONTINA - (TEMBLOROSA) ¡La justicia! Lo q ue está bien y lo
que e tá mal. Y yo no voy a pe rmiti r. ..
ANTO IETA - ¿Tú?
LEONTI A- (RETR OCEDE N POCO, INSEGU RA) ¡Sí, yo!
ANTo IET -Tú n o debe rías abrir la boca jamás. Tie nes un te-
j ad o de vidrio del tam a ño d el océano Pacífico . La Lore to
te podría acusa r a ti d e se r una madre d esastrosa, por h a-
be r e ngañ ado miles d e vece a tu marido. ¿No te pegaba
cad a vez qu e lo e ngañabas?
M ·IUJ. - (sE Ri E) ¡Noo! ¡Estaría m u erta! ¡Sólo le pegaba cuan-
d o la d esc ubría !
ANTo IETA -Todo se reduce a lo qu e se d ecía e n e l Co legio:
"Cali e nte co mo una p lancha" .
M IE.LL - Uy, yo h ace añ os qu e d ese nchufé la p lan cha. Lo
úni co que nos qued a es sobrevivir dign am ente .
ANTON IETA -Mira, lo d e d ig na m ente es ecundario.
LEONTI A -Si un hombre tie ne bue n cue rpo es n a tural q ue
un a se inquie te .. . Es un deseo instintivo d e superación de
la es pecie ... O sea .. .
ME Ll A -¡Esa se rás tú!
LEON TINA -Toda la ge nte es ig ual.
Aw:u , -¡ Comp le tam e nte falso! ¡Yo m e puedo poner la ropa
d e esa muj e r ! ¡Su pe luca ! ¡Pero yo no soy como e lla ! ¡Yo
soy yo! ·Po rqu e n o m e vas a d ecir que has pe nsad o po r un
m o me nto q ue te ngo a lgo e n común con e a muj er zue la !
}¡'11 o IFTA -¡ Us ted es dos so n in cre íbles! ¡ o se puede co n-
cre tar nad a! ¡ o se pued e te n e r una conve rsació n lógica !
Y ah o ra , d éj e n m e habla r.
M1 El.IA -¡Qué risa! ¡Como si no h ubiera estado hablando
tod o !. ..
53
51. LEON NA - (SIM LTÁNEAMENTE QUE AMELIA) Pero si nosotras es-
TI
tamos calladas, no hemos abierto la ...
ANTONIETA -¡A callarse! ¡No quiero que se muevan siquiera!
¡Me distraen! ¡Me pongo tan loca como ustedes! H emos
perdido la costumbre de razonar. Y h ay que establecer
ciertos puntos básicos para seguir adelante. Es indispen-
sable, tal como están las cosas .. . Martín mue rto e n esa
forrna ,junto a esa mujer. .. La Lore to h eredando esta casa
tan repentinamente .. . Estuvo con Martín antenoche. Ese
sujeto , Gabriel , la encubre. ¿No es lógico pen sar que ella
lo mató? Ella con sus m onstruos adentro . ¿No es lógico ?
AMELIA -Es evidente.
LEONTI A-Es imposible.
ANTONIETA - (A LEONTINA) ¡Tú n o sab es n ada !
AMELIA -A ve r, ¿qué vida h a llevado tu hija e n Euro pa? ¿Co n
quién se h a juntado? ¿Quié n es so n sus amigos? No sab es.
ANTONlETA -Y la ge nte que ha estad o e n la cárcel nun ca vuel-
ve a ser la mism a. Es lo que dice n.
LEONTI A -La Lo re to es tuvo aquí e n la cárcel por sus ideas .
No es que h aya h ech o n ada malo.
ANTó JETA -Cuando la ideas son m alas son lo m ás n efas to
que pued e habe r. ¿0 no? (LEONTI AY fu. IELL< SE II RAl1)
AMELIA Y LEOJl"fiNA - "¿0 n o?" (SE RÍ EN) "¿0 n o?" (SE RÍEN)
"¿O n o?".
ANTON IETA - ¡A callarse! ¡A calla rse, he· di cho! (SILENCIO) Así
es que ya lo sabe m os todo. Pe ro, ¿qué pod e mos hace r no-
sotras? No pod e m os acusarl a a la policía.
AMELIA -Impe nsable.
LEo TI A - Claro. o nos co nvie n e.
ANToNIETA - ¿No h abla bas d e la Justicia? Bue n o, ¿y la Justi-
cia?
AMELIA -Bue n o, n o te p on gas fantasiosa . ..
LEONTINA -Si lo hizo, Dios la castigará.
ANTo JETA -Leo ntina, es te rrible, yo sé lo que sie ntes, como
si fu é ra mos siam esas y la misma san gre y los mismos pen-
54
52. samie ntos nos circularan por el cu erpo . La Loreto será
sangre de tu sangre, pero yo la armé, ¿entie ndes?, como
si fue ra un rompecabezas yo armé a la Loreto ¡de cu erpo
y alma! . .. Es peor para mí. ¡Mil veces peor! Si tu corazón
san gra, es mi cerebro ente ro el que se desangra, e l que em-
pieza a morir. ¡Y no es justo! ¡No, se ñor! ¡Nones! ... Trata
d e ente nde r.
LEo TINA - (ANGUSTIADA) Yo trato, ¡de veras!
ANTON IETA -¡La Lore to no puede irse sin u n castigo! ¿Por
qué crees tú que quemaban a las bruj as? ¿Como u n ejem-
p lo para los d emás? "¡Si hacen esto correrán la misma
su e rte !" ¡No! ¡Las qu emaban porque así salvaban sus al-
mas, ¿entie ndes lo que quie ro decir? (LEONTINA N IEGA) Si
m or ían sin castigo sus almas quedaban cond enadas por la
e te rnidad . ¿Quie res eso para tu hija?
LEONTINA - ¡Pe ro ... la Lore to no es una bruj a!
ANTON IETA -Es un a asesina. Es pe or. Ma tó a tu h e rmano.
AMELIA - ¿Y qui e ren que d ej e d e tomar? (BEB E)
ANTo JETA - No p od emos seguir h a blando y d ejar que las co-
sas pasen , sin in te rve nir. Te n emos que salvarla a la pobre-
cita ... la po bre infe liz . . . Miren , yo aquí te ngo esto. (MuES -
TRA U FRASQUITO PEQUEÑO QUE HA SACADO D SU CARTERA) Es
E
la mue rte . Lo m ej or e n ve n eno que h e conseguido e n to-
d os estos a ñ os . Me h a costad o, ya n o es tan fácil co mo e n
la a ntigü ed ad . Yo que ría mo ri rme porque es te mundo es
un a po rquería, ya lo sé.
fu t ELI A - (CANTURREA) En el quin ie ntos di ez
e n e l dos mil también!
fu'JTON IETA -Po drido, tod o p odrid o sin vue lta. Mejor morirse .
LEONTINA - (D ESCONTROLADA) ¡Q ued a d em ostrad o que las re-
ligion es eso té ricas n o pued e n ni podrá n compre nder las
e nse ñanzas d e u estro Se i'ior e l Cristo e n sus aspectos
trascend e nta . .. !
Al TONIETA -¡Eres d esesperante! ¡Habría prefe rid o que fu e-
ras alco h ó lica, com o la AJ:nelia!
55
53. AMEUA -Ja! (BEB E)
A.NTo IET - o estoy para bromas. Ni una m ás. Ni siqu ie ra
juegos de pala bras. Sólo vo a d e ir esto una vez. (To r.IA EL
VASO DE LORETO ) E te es e l trago de la Loreto. Vino b lan-
co . Aquí echo e l ve n e no. (Lo IIACE ) Listo. Dej é moslo a
la suerte. Si e lo toma e porqu e Dios qui e re qu e viva-
mos. Y qu e vivamos bie n. ¡Po rque as í yo no puedo seguir !
¡Como un p a rásito! , ¡vivie ndo d e pres tado ! Y tambi é n es
ju to que e lla viva porqu e e m ás j ove n . ¡Pe ro h a tira d o a
la basura todas sus po ibilidades! ¡Lo bue no que le h abía
e n señado con ta nta d e dicació n y a mor! ¡Dej ándonos p o r
ide a e xtrar~ e ras, p ar a te rmin a r acá ndo le fo tos a e nfe r-
mos y d ege n erados! esinand o a un h o mbre ta n ... nu es-
tro h e rma no . (Lit. IPlA FL BORDE DEI ', SO CON L PÑUE LO)
'.
quí es tá. Es un ven n o rá pido . (SON RIS. f RANQL ZADORA
'ILI
.. L EONTI A) as i n o du e le. U t d es n o lo toqu e n ¿Ente n-
diste, Leo ntin a?, ¿ente ndiste bie n ?
L Eo:-.11. .· -Yo lo e nti e ndo tod o. ¡Uste d es m e tra tan como
i fue ra un a es túpid a! Y eso e p o rque tie n e n un a te rri-
b le confusió n e ntre d os m a nda mi e ntos d e la Ley d e Dios.
El exto manda mie nto n os orde n a NO FORN ICAR, lo que es
muy di tinto a No ADL.tTFR.-R , d e adu lte ri o. Fo rni car es bo-
tar e l agu a pu ra d e la vida. o ea, e l se m e n .
NTO, lET. - (TPNDO E LOS OÍDOS) j 000!
~ ! ELlA - ¡ o digas esa p ala bra inmunda ! ¡Sa bes qu e n o p u e-
d o sop o rta rl a!
Á''TOJ' IETA - (CON LOS OÍDOS TP,DOS) ¿Ya termin ó?
L EO:-.'TJNA - ¡ o, n o! o fo rni ca r es a preciar las aguas d e vida
sabiam e nte.
AME UA - ¡Sabi am e nte! En eso fui ste m ás a bia q ue a lomó n .
L WNTIN - Ese es e l g ra n sec re to d e la vida y d e la re d e n c ió n
huma n a. O fo rnica r es VIDA, C STID D CIENTÍFICA, FELI CID . AD
Fo rni cac ió n es DESTRLJCCIÓN y ML'FR rE. Se fo rnica on la
m e nte, e l ve rbo y lo ó rga n os cread o res.
AMF II < -M e n os m al qu e e l te lé fo n o es tá libre d e c u lp a.
56
54. T NIETA-¡Agarró vuelo!
LEO TINA -Si se aprende a controlar los órganos genitales
se logra la C TIDAD CIENTÍFI CA. (ENTRA LORETO. LEONTINA
SE ELVE H ACIA ELLA Y LE ENDILGA EL DISCURSO) ¡Fornicación
fu e el d e lito contra n a tura cometido por los Adanes y las
Evas. Fue la viol ació n al Gran Manda to Universal. Gé ne-
sis: d el dos al diecisie te. Le vítico : todo el capítulo quince,
es pecialme nte los ve rsículo dos y del quince al dieciocho.
¡H e aquí el p ecado original! ¡Quie n quie ra ir a p a rar a los
abism o p a ra su d esintegració n total, donde só lo se oye
el llo rar y el c rujir d e die ntes, allí e tá el sende ro del Mal!
¡La FORN ICAC IÓN!
M I ELI - (A LORETO) ¡Estás rutil ante!
ANTO 'IET - (so RIE DO MALI IOSAMENTE) Diez anos menos.
Com o si hubi e ras to mado sol e n la playa.
LORETO -(DE;)A SU BOLSO SOBRE LA M ESA) Fue algo asÍ.
A,'JTO IElA - ¿Puedes co ntarle algo a tus vi ej as tías?, ¿p a ra
imagi n arn os có m o fu e?
LoRETO -Saqu é un as fo tos bi e n a trac ti vas. U n b o nito cu e r-
po. ¡Es ta n d esinhibido!
ANTON IETA y 1JIELIA- (LI BIDINOSAS) ¡Mmmmm !
LoRETO -Creo que pue d e n res ul ta r n oved osas.
A~ I ELIA -(so:-.JRJS. ~escÉPT I CA) ¿Sólo fo togr afías?
LoRETO -U n r o ll o co mpl e to.
r..'H01 I ~TA - ¿Las p o dre m os ve r, d e pué ... a mpliad as? Te n go
un a . ó lida for m ació n plá ti ca, tú a bes.
LoRETO -(~ ti RA , su ALREDEDOR) Voy a cambi a rl e el rollo a la
m áqu in a. (LO II ACE EN UN RJ CÓN, EVITANDO LA L Z)
A~ I E LIA - Lo sab e m o to d o, qu e es tuviste aquí, a nte n och e,
que Ga brie l n o se lo dij o a la p o licía, que Martín te d ej ó
es ta ca a co m o h e r e n cia. No n o p arece justo, así es que
vam os a d a rte p ro ble m as si si ... (BEBE)
LnRETO -Te es toy es u ch a nd o, tía.
A, TONW L - Si te qu ed as.
LoRETO - o m e pi e n so qu e d a r.
57
55. LEONTINA -¡Yo abía! ¡Es una buena niña!
LORETO -Voy a ve nder esta casa y me voy a ir. No todavía,
lógico. Tengo que hacer otras se iones de fotografía.
AMELLA -Leontina, no es una buena niña.
Lo RETO -No me quieren quitar la casa, ¿no? ... ¿O sí?
AMEUA -Tenemos que sobrevivir de alguna forma, mi linda.
¿Y qué es eso de que eres la heredera de la casa? ¡No pudo
habértela dejado para ti so la ni aunque hubiera querido!
Te corresponde una cuarta parte de todo, cuando mucho.
O menos. Supongamos un octavo. Una hermana es má
que una sobrina.
ANTONIETA -Y una cuarta parte de libre disposición, que se
llama.
AMELLA -¡Pero nada más!
ANTo JETA -¡Nada más!
AMELLA -¡E o es lo legal! ¡Si no somo e tú pidas!
LoRETO -Dejó un te tamento.
ANToNJETA -Habría que verlo.
AM.EUA -¿Y adónde e tá?
LORETO -En Investigaciones.
LEONTI A -(MIRA. EL VASO co VE ENO) Toda nuestra vida está
en Investigaciones.
M1ELIA -Ahí veremo , entonces.
LO RETO -Por supue to. Esta ca a me la dejó a mí. Fue su deci-
sión. Yo jamás le escribí. Nunca le pedí nada. Lo único que
hacía era mandarle una tarjeta de Pascua cada dos años. A
veces pensé llamarlo y pedirle prestado para un proyecto
y nunca me atreví. ¿Realmente están preocupadas por e l
futuro, ustedes? Lo que me dijo a mí es que iban a quedar
protegida . Fue lo único que me dijo.
AMELLA -(SE RÍE Fl:.ROZMENTE) ¡Protegidas! ¡Alegrémono , chi-
quilla ! ¡ o nos van a mandar a un asi lo de ancianas!
ANTo rETA -¡Qué felicidad! ¡No tendremos que pedir limos-
na! Y podremos cubrir nuestros huesos con ropa usada
pero limpia.
58
56. LoRETO -¡Para lo que han trabajado en sus vidas es bastante! ,
¿no? ( !LEN JO M R TAL ANfONIE E LE ANTA Y, 1 MIRAR A
TA
AO JE, !!A !A lA Ll RERA. TOMA A PELUCA OLORINA Y E
lA PO E)
AATO JETA - ¿ , mo me queda? (LEONTINA ORRE A ACOMü-
DÁRSEL.A)
Lw TI A-¡ Regia! Pa reces colorina auté ntica. Tienes la piel
m tran pa re n te. Y la ma ncha e te ve n como las pecas
d la ge nt j ve n . Tran parent .
TONIET - E curioso, ¿ah? La mue rta tenía exactamente
nu tra talla, e d ecir, kilos más, ki los me nos.
~ J ELIA -¿D ' nd d j é mi trago yo ?
Lw l J A -¡Aquí está mi vaso! Este es e l mío.
A. TO JET - E a troz qu e ternos vestidas como la muerta.
troz. ¿Por qu - lo ha mos?
- o n traj dive rtidos. Sie mpre nos disfrazamos.
ie mp re.
LoRHO -E tába mo habland o d e plata.
ANTo JFTA - i va a acar la fo to, hazlo rápido. No voy a o-
po rta r to much o más.
LoRF o -¡ Plata! ¡Plata! e h agan las orda . Quiero pu-
bli ar o tro libro d e fo tografías. La venta de e to m e dará
paraba tan te má que o , lógico, pe ro qui e ro hacer algo
a gran ni ve l. Te ngo d er cho a hace rlo po rque te n go tale n-
to . Us ted es se colgaro n del cue ll o d e mi abuelo y cuando
e l pob re vi jo e murió, agotad o, e colgaron del cu ello
de l tío Ma rtín . Él pe nsa ba que u ted ran un as san gui-
juelas qu e 1 chupaba n la sang re. No e ra buen o mi tío
Martín . Le gu ta ban la mt0 re mala qu e e gan an la
"id a. D cía q ue la nnü eres bue nas le h ab ían costad o un a
bo la y la mi tad d e la o tra.
~ 11-.l. L -Eres m ala.
A"' JOi JU -¡ Martín n o p u d h a ber di ch o eso!
A l t J:LJ ¡ - Y si lo dj o ra un m nti ro o . U n avaro , ad emá .
¿ abes cuá n to n o d aba para vi vir al me ? ¿Para la tre ?
59
57. ¡Trescie ntos mil p eso ! ¡Mil d ó lare , apen as! ¿Tú crees
que se puede vivir en fo rma d ece nte co n eso? ¿Pagar d os
emplead as, un j a rdin ero, m anten e r e l a uto? ¿Comprar los
rem edios, las vi taminas? ¿Invitar a las ami gas? ¿Crees que
se pued e? ¡ o e puede!
LEONTINA -Loreto, ¿quieres ponerte una peluca? H ay más.
(AM:f.UA LE LANZA NA M IRADA ASESINA YDA UNA PATADA EN EL SUELO)
AMELIA - (BUFIDO) Po r supues to q ue n o te vam os a ch an taj ear.
i a ti n i a ese pobre di ablo qu e te h a gustad o tan to. Era
un a m an era de decirte lo d esespe radas que es ta m os. A
nues tra edad n os m e rece m os un a bue n a posició n. Pe ro
tú, p or tus libros inmundos, e res ca paz d e pasar por e n ci-
ma de nu estro cadáver. . . Bue n o, ¡ya pa a te po r e n cima
del cadáver d e tu tío!
.ANTONIETA - Q ued arás para sie mpre co m o una ingrata.
M IELIA -Para sie m p re.
LORETO - ¿An te q uién ?
A:. TONIETA - Ante nosotras, qu e te lo he mos d ad o tod o.
LORETO - ¿Todo?
ANTON IETA - ¡Todo!
LORETO - ¡Tambi én mi m an e ra d e se r y de p e nsar ! ¡No tie ne n
nada q ue ec harme e n cara!
ANTONlETA - ¡Tú antes no eras así. Fue tu marido e l que te
engañó y te d j o qu e lo n egro e ra blan co.
AMELIA - ¿Qui én e res tú, e n to d o caso , para qu e ve ngas a
ped irnos cue ntas de lo qu e ha sido nu e tra vi d a? ¿Quié n
eres? ¡ na m orbosa q ue aca fotos re pugnantes!
LORETO - Eres un dinosau rio , tía. Vivirás h asta q ue te mue-
ra , pero desp ués nad ie pe nsará co m o tú. Tu es pecie se
extin g ue.
M!EL!A - (RÍ E FEROZMEN TE) ¡Inge nu a palo m a! ¡Mi esp ecie
prospera! ¡ o eres la ún ica q ue p uede po n erse e n cima e l
tÍtu lo: YO SOY II U lANA.
ANTONIElA - A lo mejor la m andaro n d e Euro pa pa ra di ctami-
nar q uién puede llevar e l títul o.
60