El documento define la competencia comunicativa como la capacidad que permite a los hablantes producir y comprender discursos de manera adecuada en diferentes contextos y situaciones. Se compone de subcompetencias lingüísticas, discursivas, estratégicas y otras como la poética, literaria y enciclopédica. Un enfoque basado en la competencia comunicativa requiere ir más allá de la enseñanza de la gramática e implica el dominio de aspectos culturales y pragmáticos, así como estrategias reales de comunicación.