Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
Nomofobia (analisis critico)
1. UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
INSTITUTO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
PROGRAMA DE FORMACIÓN ACADÉMICO PROFESIONAL
MÓDULO CIENTÍFICO TÉCNICO
ANALISIS CRÍTICO, TEMA NOMOFOBIA
Integrantes:
Sánchez, Naicar
Araure, Abril de 2015
2. NOMOFOBIA: LA ESCLAVITUD DEL SIGLO XXI.
La nomofobia, término novedoso usado para definir un trastorno de
ansiedad característico de las sociedades actuales, que consiste en sentir un
temor extremo a salir a la calle sin ese aparatito vital llamado celular,
mostrándonos la parte más “negra” de la tecnología. Siendo aquella que tiene
que ver con un uso inadecuado de la misma en sus diferentes manifestaciones.
Para muchos de nosotros, el celular es bastante más que ese cuadradito
que sirve para hablar por teléfono. Es casi una prolongación de nuestro cuerpo,
y cuando no lo tenemos encima, u ocurre la tragedia de terminarse la batería,
no captar buena señal o agotarse el saldo disponible, acaece el apocalipsis.
Vemos como cada vez más el temor, la inseguridad, la falta de concentración o
la incómoda sensación de no tener las cosas bajo control son tal vez los
indicadores más evidentes de este trastorno patológico, pero no los únicos.
También pueden ir además acompañados de síntomas físicos más severas,
como sudoración excesiva, taquicardia, problemas gastrointestinales y hasta
ataques de pánico.
Tenemos la oportunidad de aprovechar las maravillosas ventajas de la
tecnología actual, evitando que la tecnología nos maneje hasta obsesionarnos.
Es así, que independientemente de las ventajas que se pueden alcanzar
con los celulares, especialmente en lo concerniente a las comunicaciones, se
ha hecho evidente que estos conllevan a conductas irracionales de
dependencia.
Justamente, ante esta realidad, es interesante adentrarse en el alcance y
repercusiones de esta. Diversos estudios han habido al respecto revelando y
descubriendo como esta enfermedad ha ido gradualmente afectando más
personas en el aspecto psicosocial, pues los adictos al móvil pierden en
muchos casos la posibilidad de interrelacionarse con los demás de manera
positiva, sustituyendo las conversaciones personales por mensajes de texto,
afectando inclusive las relacione sentimentales. Todos los que padecen este
trastorno le dan prioridad a su móvil antes que a otros objetos de mayor
3. importancia como las llaves de la casa o documentación, incluso antes que a
las personas.
Pero, ¿quiénes son los más vulnerables? pues claramente en nuestro
entorno vemos como los adolescentes son los más expuestos a sufrir
nomofobia. La publicidad, las aplicaciones y los diferentes elementos adictivos
del propio teléfono móvil van destinados a ellos.
No obstante, a pesar de que los más propensos sean los jóvenes, la
población adulta no queda al margen de esta adicción. La necesidad de
pertenencia a un grupo adquiere especial relevancia, ya que tener un tipo de
teléfono u otro marca su estatus. El poder relacionarse con sus iguales, a
través de una pantalla, hace que los jóvenes crean que tienen más amigos o
que están a la última, y que saber utilizar las nuevas tecnologías, pertenecer a
más redes sociales o chatear más les proporciona un estatus superior.
Detrás de esta fobia, clínicamente establecida, se configura la realidad de
millones de adolescentes y adultos jóvenes en el mundo: muchos de ellos viven
una vida virtual a través de las redes sociales como Facebook, Twitter,
YouTube, entre otros, y por ello, quedarse sin teléfono es quedarse sin amigos,
sin novio (o novia) y sin contacto con el mundo.
Es ahí cuando la amenaza de quedarse sin celular hace que los
individuos que la padecen se sientan “solos” “tristes” y “aislados” y por ello la
aparición de los síntomas antes mencionados. Un círculo vicioso que parece no
acabar: la vida virtual absorbió tanto sus vidas reales que ver televisión,
almorzar en familia, ir a la playa o simplemente conversar en una esquina con
un amigo es un plan totalmente impensable para ellos. Todo se establece en
Internet, y el celular es, en la mayoría de los casos, su gran aliado.
Ahora, el asunto es cómo hacer uso adecuado de esta tecnología sin caer
en la adicción, pues no es fácil distinguir entre la dependencia habitual y
necesaria, y la adicción dañina. ¿Qué debemos hacer? Sencillamente
reconectarnos con nuestra gente, con nuestro entorno, desconectarnos un
4. poco del celular y las redes sociales, no permitir que se pierdan los momentos
importantes de nuestra vida, porque quizás no se repetirán.
Es claro que en la prevención de este problema, los padres tienen un
papel fundamental. Para empezar, hay que dar buen ejemplo: si el adulto
recibe un mail o un mensaje durante la cena familiar, debe saber que no es un
buen momento para revisarlo, ya que los hijos son los mayores imitadores de
hábitos. La clave es tener claro que hay situaciones, momentos o lugares
donde el uso del móvil debe estar prohibido de manera tajante, y otros donde
se debe transigir algo más.
Debemos como adultos mostrar un modelamiento responsable, que el
tiempo y la forma en la que nos manejemos frente al celular sea el adecuado,
es muy complicado exigir a los hijos un buen uso del teléfono celular cuando en
sus padres está fuera de control, siendo que tampoco están exentos de sufrir
esta enfermedad.
De allí, que la solución para terminar con la nomofobia pasa por cambiar
los hábitos. El adicto al móvil debe estar dispuesto a rebajar su uso de forma
considerable. Hay que hacerle consciente del mal presente y futuro que le
hace. Ante la mínima sospecha de que pueda haber una adicción clara a las
nuevas tecnologías o la pérdida de control sobre su uso, conviene acudir a un
especialista.