2. La organización de una proteína viene
definida por cuatro niveles estructurales
denominados: estructura primaria,
estructura secundaria, estructura terciaria y
estructura cuaternaria. Cada una de estas
estructuras informa de la disposición de la
anterior en el espacio.
3. La estructura primaria es la secuencia de
aminoácidos de la proteína. Nos indica qué
aminoácidos componen la cadena polipeptídica
y el orden en que dichos aminoácidos se
encuentran. La función de una proteína
depende de su secuencia y de la forma que ésta
adopte.
4.
5. La estructura secundaria es la disposición de la
secuencia de aminoácidos en el espacio. Los
aminoácidos, a medida que van siendo
enlazados durante la síntesis de proteínas y
gracias a la capacidad de giro de sus enlaces,
adquieren una disposición espacial estable, la
estructura secundaria.
Existen dos tipos de estructura secundaria; alfa
helice y beta plegada
6. Esta estructura se forma al enrollarse
helicoidalmente sobre sí misma la estructura
primaria.
Se debe a la formación de enlaces de hidrógeno
entre el -C=O de un aminoácido y el -NH- del
cuarto aminoácido que le sigue.
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8. En esta disposición los aminoácidos no
forman una hélice sino una cadena en
forma de zigzag, denominada disposición
en lámina plegada.
Presentan esta estructura secundaria la
queratina de la seda o fibroína.
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10. La estructura terciaria informa sobre la disposición
de la estructura secundaria de un polipéptido al
plegarse sobre sí misma originando una
conformación globular.
En definitiva, es la estructura primaria la que
determina cuál será la secundaria y por tanto la
terciaria.
Esta conformación globular facilita la solubilidad en
agua y así realizar funciones de transporte,
enzimáticas, hormonales
11.
12. Esta estructura informa de la unión, mediante
enlaces débiles (no covalentes) de varias cadenas
polipeptídicas con estructura terciaria, para formar
un complejo proteico llamado protómero.
El número de protómeros varía desde dos, como
en la hexoquinasa; cuatro, como en la
hemoglobina, o muchos, como la cápsida del virus
de la poliomielitis, que consta de sesenta unidades
proteicas.
13.
14.
15. Toda reacción química requiere de una
inversión inicial de energía para que se
produzca. La cantidad mínima de energía
inicial que las moléculas de los reactivos
deben tener para que una reacción química
suceda se llama energía de activación.
16. Una forma de activar las moléculas es
proporcionarles energía como calor, es lo que se
hace cuando se usa una llama o chispa para
encender un fogón.
La estrategia desarrollada por los seres vivos para
superar la barrera energética de las reacciones fue
la participación de las enzimas, proteínas
catalizadoras que reducen la cantidad de energía
necesaria para activar los reactivos.
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18. Aceleran la reacción. Gracias a ellas se puede
conseguir la misma cantidad de producto en
menos tiempo, incluso si la cantidad enzimática es
pequeña.
No se consumen durante la reacción. Al finalizar
la reacción, la cantidad de enzimas es la misma que
al principio.
Actúan siempre a la temperatura del ser vivo.
19. Alta actividad. Algunas consiguen aumentar la
velocidad de reacción mas de un millón de veces,
mucho mas que los catalizadores no biológicos.
20. Las enzimas presentan en su estructura un
sitio particular para que pueda unirse el
sustrato que participara en la reacción
química. Una vez que se produce el sustrato
que participara en la unión entre el sitio activo
y el sustrato la enzima se modifica, alterando
la constitución de los reactivos, generando los
productos. La compatibilidad sitio activo-
sustrato es precisa y especifica.