Diseño y aplicación de una prueba escrita corregida..
La evaluacion de competencias sesion 1
1. Fundamentos para la evaluación de
aprendizajes basados en competencias
Profesora Mercedes E. Ahumada Torres
Departamento de Métodos de Innovación y
Diagnóstico en Educación de la Facultad de Pedagogía
UNIVERSIDAD DE BARCELONA
Material de Curso para Profesorado de la
Universidad de La Salle- Bogotá, Junio de 2012
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2. Sesión 1
La evaluación de los aprendizajes es quizás el más vital de todos los
procesos involucrados en la formación, ya que de ella depende la
certificación de ciertos logros y competencias que hoy en día
permiten valorar el grado de dominio o experticia que las personas
alcanzan ante un proceso de enseñanza y de aprendizaje propuesto.
Es este sentido si partimos de la base que en nuestros días la
demanda nos insta a configurar un sistema de evaluación de
aprendizajes basados en competencias, de alta calidad, desde el cual
los estudiantes podrán asegurar la calidad de su formación y por
contrapartida el componente empresarial podrá tener confianza en la
calificación de los profesionales a la hora de introducirles al mundo
del trabajo veremos que nuestro campo de innovación en el aula y
asignatura debe atender este aspecto de la evaluación de los
resultados de nuestros estudiantes.
Si consideramos las bases de la discusión anterior el diseño de una
evaluación de aprendizajes basados en competencias ha de valorar
como mínimo dos elementos vitales: el modelo de evaluación
subyacente y los elementos esenciales que definen una competencia.
Es así como la relación entre competencia, aprendizaje y evaluación
se sitúa como base de todo el proceso de diseño de la evaluación de
aprendizajes basados en competencias.
PALABRAS CLAVE: competencias, aprendizaje basado en
competencias, evaluación de competencias.
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3. 1. Introducción
El desarrollo profesional del profesorado como eje vertebrador de la
innovación docente constituye un tema de preocupación para todos
aquellos dedicados a la formación. La razón principal de ello es el
papel insustituible del profesorado en el sistema educativo y la
coincidencia en la opinión de que no es posible mejora educativa
alguna, sin contar con el profesorado que es el elemento activo en
cualquier cambio que se pretenda introducir.
Por todos es compartido que el sistema educativo es una de las
instituciones sociales por excelencia y en los tiempos actuales se
encuentra inmerso en un proceso de cambios, enmarcados en el
conjunto de transformaciones sociales propiciadas por la innovación
tecnológica, por el desarrollo de las tecnologías de la información y
de la comunicación, entre otros. Ahora bien en la actualidad esta
adaptación supone cambios en los modelos educativos, cambios en
los usuarios de la formación y cambios en los escenarios donde
ocurre el aprendizaje como nos lo comenta Salinas para el modelo
trabajado y actualmente vigente en Europa y en otros entornos
formativos que es el constructivismo (Salinas, 1997)1 En este
sentido en el marco de Latinoamérica la emergencia del Proyecto Alfa
Tunning para América Latina de 2004/2007 subvencionado con
ayudas de la Comunidad Europea y actualmente con algunos modelos
aplicados, ha traído nuevos retos a la educación, especialmente en lo
referido a los procesos de enseñanza y de aprendizaje dentro del
ámbito profesional.
Las demandas más urgentes se han situado en las universidades que
están llamadas a replantear sus titulaciones y prácticas teniendo en
cuenta el nuevo escenario que se sustenta en el Crédito Latino
Americano de Referencia (CLAR). Estos retos son prioritarios y tienen
una base innovadora pero no exenta de complejidad: la llegada del
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4. CLAR como referente de todo el proceso de formación profesional y la
concurrencia de los aprendizajes basados en competencias supone no
sólo innovar la enseñanza sino que también implica replantearse la
evaluación del aprendizaje. De hecho la base fundamental del CLAR
es medir el volumen de trabajo que debe realizar el estudiante para
conseguir los objetivos de un programa de estudios (debe estar
formulado, preferentemente, en términos de competencias y
resultados de aprendizaje), con independencia de la actividad
docente del profesorado que lo imparte. Por consiguiente el concepto
de crédito transferible se focaliza, no en la dedicación docente sino en
el aprendizaje del estudiante y en su oportunidad de movilidad en
América Latina para efectos del mundo académico y laboral.
Asumiremos por tanto que todo estudiante que opta a una titulación
universitaria debe saber gestionar su conocimiento a través de un
aprendizaje que le ayude a comprender su contexto afrontando los
nuevos desafíos y transformaciones del nuevo milenio, a través de un
nuevo y emergente enfoque de gestión y desarrollo del aprendizaje
de forma activa y perdurable. Esta exigencia ya los la expone
Hernández Pina (2005)2 cuando nos plantea que la adopción de este
sistema de créditos implicará una reorganización conceptual de los
sistemas educativos (basados en competencias) para adaptarse a los
nuevos modelos de formación centrados en el trabajo de los
estudiantes.
Si observamos con detenimiento el escenario actual valoraremos que
las TIC son un factor principal en el desarrollo de la nueva economía
global y en la producción de cambios rápidos en la sociedad
(Hernández Requena, 2008) 3. En el ámbito educativo ellas
contribuyen a la transformación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de una manera crucial y cada vez más al alcance de
todos los estudiantes.
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5. La web 2.0, pone a disposición del usuario una cantidad ilimitada de
información y la posibilidad de interactuar con ella ante lo cual el
docente debe ir introduciendo de forma progresiva a los estudiantes
en el manejo de herramientas colaborativas que la web 2.0 pone a su
disposición, tales como Wikis, Edublogs, Podcast, Googledocs entre
otras aplicaciones, hasta que sean capaces de manejarlas con
autonomía, llegando a tomar las riendas de su propio proceso de
aprendizaje.
Basándonos en este nuevo escenario formativo innovar en las aulas
supone en la actualidad, desde el modelo competencial, implementar
un sistema de enseñanza basado en el aprendizaje activo,
constructivista y real, a través de actividades intra y extra aula que
buscarán estimular la creación conjunta de conocimiento ya que el
aprendizaje significativo no se produce de forma aislada sino de
forma social a través del intercambio de las experiencias previas de
cada individuo y su puesta en común.
Como es posible observar ello nos exige un nuevo enfoque de gestión
y desarrollo del aprendizaje complementado con nuevas estrategias
de evaluación de aprendizajes sustentada en bases esenciales como
es un enfoque evaluativo de carácter formativo y continuo y de
múltiples evidencias de progreso y logro.
2. La evaluación de aprendizajes basados en competencias
Es evidente que para saber en qué consiste la evaluación de los
aprendizajes basados en competencias, un primer paso es recordar
que es una competencia. Hay ahora mismo muchas acepciones y
todas muy dignas de ser consideradas a la hora de perfilar la
evaluación, sin embargo en este trabajo insistiremos que se trata
esencialmente de un saber hacer que representa mucho más que
experticia. En este sentido ser competente o disponer de una
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6. competencia concreta implica no sólo de saber hacer una cosa muy
bien, sino que también describirla, demostrarla y sustentar con
pertinencia un dominio competencial concreto. Como es posible
observar la noción de competencia, entre otros aspectos, incluye un
componente esencial como nos lo expone Scallon (2004:107)4 que
es la movilización de recursos por parte del sujeto con la
intencionalidad de transferirlos ante una realidad concreta a la que se
enfrenta. Ser capaz o competente, según este autor, supone poder
evidenciar exitosamente la aplicación de un conjunto de recursos de
tipo interno (actitudes, valores, etc.) como de carácter más externo
(procedimientos, conocimientos, habilidades, etc.)
La persona competente es aquella que posee las cualidades, los
requisitos necesarios, la disposición y la creatividad para hacer algo
cada vez mejor y para dar razón y justificación de su acción como nos
lo indica Bretel en el 20055. Ahora bien, una vez que hemos
delimitado que implica ser competente es el momento de
preguntarnos cómo es posible evaluar las competencias que una
persona posee o que va adquiriendo a lo largo de la formación.
Si afirmamos que toda evaluación es un proceso complejo en qué se
selecciona, se recoge, se analiza, se interpreta y se usa información
para la toma de decisiones cabe entonces perfilar como ha de
diseñarse el proceso evaluativo bajo un prisma de aprendizajes
basados competencias. Desde esta mirada es posible valorar los
vínculos que surgen entre los conceptos de competencia, aprendizaje
y evaluación permitiendo dar una nueva mirada a la práctica
evaluativa.
Lo anterior supone tener en consideración los modos en que la
evaluación puede completar dos requerimientos necesarios: aquel
que mide la competencia en todos sus niveles, y aquel que tiene un
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7. efecto beneficioso, de mejoramiento, sobre el proceso de aprendizaje
de los estudiantes (Ahumada Torres, M. 2005)6.
La evaluación basada en competencias: aspectos subyacentes
Un enfoque de evaluación de aprendizajes basados en competencias
asume que al momento de diseñar una experiencia de aprendizaje es
posible establecer algunos resultados esperados, los cuales deberían
ser alcanzados por la generalidad de los estudiantes. Ahora bien para
que ello ocurra es necesario que todos los estudiantes estén
informados, oportunamente. Es decir que sean socializados, al iniciar
el proceso, de los posibles resultados esperados en las diversas áreas
de formación en las que se insertan sus estudios.
Por todo lo anterior y valorando el nuevo escenario educativo, la
evaluación necesita ser pensada no como una comparación entre
individuos sino una comparación del progreso intrasujeto, para lo cual
la trascendencia de saber que se espera en términos de aprendizaje
es un referente que es vital definir al inicio de la formación.
Evaluar una competencia o conjunto de competencias no es una tarea
sencilla, para realizar su evaluación con pertinencia, es necesario
operacionalizarla. Dicho de otra forma se hace necesario
descomponerla en sus elementos constitutivos y con ello favorecer su
demostración de manera práctica y observable. Es Roegiers quien
profundiza mucho más en esta necesidad de concretarla cuando
plantea “la competencia es la posibilidad que tiene un individuo de
movilizar, de manera interna, un conjunto integrado de recursos en
vías de resolver una familia de situaciones problemáticas”, Roegiers
(2000:66)7. Es decir, que el incremento en el aprendizaje por parte
de los estudiantes será posible de evidenciar mediante la aplicación
de todos los recursos que dispone el estudiante, ya sea que estén
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8. consolidados anteriormente o se hayan alcanzado por efecto de la
formación específica a la que han estado adscritos. Dicho progreso, y
por consiguiente la consolidación de una competencia dada, debe ser
demostrada mediante un conjunto de evidencias vinculadas,
experiencias de evaluación, a esos resultados esperados
“idealmente”.
Basándonos en los elementos enunciados anteriormente podemos
identificar tres ejes, pudiendo existir otros, que permiten
operacionalizar una competencia:
Referentes Conceptuales: que es la capacidad para recurrir y
aplicar con pertinencia a los saberes propios de una formación
(conocimientos).
Referentes Procedimentales: sería la posibilidad de utilizar
apropiada e intencionadamente, habilidades generales y
específicas de manera consolidada.
Referentes Actitudinales: conocimientos complementarios que
son de dominio del estudiante, componentes valóricos,
intereses de los estudiantes.
Lo anterior confirma la relevancia de diseñar acciones formativas
basadas en competencias que contemplen una variedad de
actividades de aprendizaje y de evaluación en los que estos 3
ámbitos queden demostrados explícitamente.
Tal como nos lo plantean Mc Donald y Otros (2000)8 en un sistema
de evaluación basado en competencias, los agentes que realizan las
instancias de evaluación hacen juicios, basados en la evidencia
reunida de una variedad de fuentes. Ellas, las instancias de
evaluación, son las que informan y definen si un individuo alcanza (y
en qué grado) los requisitos planteados por un estándar o conjunto
de criterios previamente delimitados y compartidos.
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9. Cada situación de evaluación es un mensaje a los estudiantes acerca
de lo que deberían estar aprendiendo y cómo deberían hacerlo. Por
consiguiente las acciones de evaluación de aprendizajes basados en
competencias necesitan ser elaboradas teniendo esto en mente.
REFERENCIAS
1 Salinas, J. (1997) Nuevos ambientes de aprendizaje para una sociedad
de la información. Revista de Pensamiento Educativo. Recuperado el
08/05/2012:
http://gte.uib.es/pape/gte/sites/gte.uib.es.pape.gte/files/Nuevos%20a
mbientes%20de%20aprendizaje%20para%20una%20sociedad%20de
%20la%20información.pdf
2 Hernández Pina, F. (2005) Enseñar y aprender en la universidad: una
adaptación necesaria de las titulaciones al Espacio Europeo de
Educación Superior. En Revista Circunstancia, Año III, Nº 8,
Septiembre de 2005.
3 Hernández Requena, S. (2008) “El modelo constructivista con las
nuevas tecnologías: aplicado en el proceso de aprendizaje”. En
“Comunicación y construcción del conocimiento en el nuevo espacio
tecnológico” [Monográfico en línea] Revista de Universidad y Sociedad
del Conocimiento (RUSC). Vol. 5, nº 2. UOC. Recuperado el
12/05/2012:
http://rusc.uoc.edu/ojs/index.php/rusc/article/view/v5n2-
hernandez/v5n2-hernandez
4 Scallon, G. (2004) L’évaluation des apprentissages dans une approche
par compétences. Bruxelles: Éditions de Boeck Université.
5 Bretel, L. (2005) Evaluación de competencias. Documento disponible
en http://breteleandocompeten.blogspot.com/ [Fecha de consulta:
15/04/2010].
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10. 6 Ahumada Torres, M. (2005) Buenas Prácticas: Evaluación de los
aprendizajes. Ponencia presentada en Seminario de e-Learning: La
mejora de la calidad docente en línea. Realizado en Barcelona en la
Universitat Oberta de Catalunya.
7 Roegiers, X. (2000) Une pédagogie de l’intégration: compétences et
intégration des acquis dans l’enseignement. Bruxelles: Éditions de
Boeck Université.
8 McDonald, R. Et Col. (2000) Nuevas perspectivas sobre la evaluación.
Boletín Cintefor Nº 149, 41-72.
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