El curso se propone como un viaje a Extremadura con el objetivo de reflexionar sobre dos cuestiones: Por una parte se propone analizar las posibilidades reales de un retorno de cierta población urbana a la cultura agrícola, y por otra parte se propone reflexionar sobre la necesidad de revitalización de los poblados de colonización. Tras la guerra civil, en 1939 se creó el Instituto Nacional de Colonización con el objetivo de llevar a cabo una reforma social y económica de la tierra. El objetivo de esta institución era la reactivación del sector agrícola en todo el territorio español. Dentro de este programa de colonización agrícola del territorio, el Instituto Nacional de Colonización construyó, entre los años 1940 y 1970, mas de 300 pueblos de colonización en España, colaborando en su construcción más de ochenta arquitectos, entre los que se encontraban José Luis Fernández del Amo, Alejandro de la Sota, José Antonio Corrales, José María García de Paredes, Antonio Fernández Alba, etc. Los poblados de colonización eran estructuras urbanas de pequeña escala, situados en lugares estratégicos, en los que la agricultura y la ganadería debía ser la base de la economía productiva. Desde el punto de vista urbanístico estos poblados se basaban en esquemas urbanos modernos, con una arquitectura que combinaba la racionalidad de sus volúmenes con referencias directas a la arquitectura vernácula local. Uno de los más interesantes muestras de la labor del Instituto Nacional de Colonización es, sin duda, el poblado de Vegaviana, en la provincia de Cáceres, diseñado por el arquitectos José Luis Fernández del Amo, y construida entre los años 1954 y 1958. Tomando como base este poblado de Vegaviana, en este cuatrimestre de otoño, se pretende reflexionar sobre la viabilidad de un nuevo ruralismo, que en los últimos años está tomando una mayor importancia, como actitud vital que es capaz de generar nuevas economías y nuevas formas de entender el mundo y la vida. En esta nueva ruralidad, la cultura de la agricultura ecológica, las cooperativas agrícolas de producción y consumo sostenible, y la producción de productos naturales, obtenidos con métodos de explotación de la tierra equilibrados, sin utilización de insecticidas ni sobreexplotación de la tierra, serán algunos de los aspectos más importantes a analizar.