Llueve sobre mojado la cumbre contra viento y marea
1. Llueve sobre Mojado La Cumbre contra viento y marea
Bajo el Palito de Mango, en la Plaza de Bolívar, en el paseo peatonal, en la playa, hasta de la
Cumbre se habla: sobre quiénes vienen, o no vienen; qué unos llegan antes y otros después;
qué dónde se alojan: qué cuanto tiempo van a cerrar las calles; qué pasa con las líneas
telefónicas fuera de servicio que coinciden con la llegada de los primeros visitantes; qué cual
es la razón para hacer el maquillaje a última hora y no las obras clave requeridas de tiempo
atrás, etc. Todo esto y la decisión por consenso o proceso para buscar el acuerdo más
satisfactorio de la mayoría de los participantes, atenuando de paso las objeciones de la
minoría, están de moda.
San Agustín pide “Serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar.” Pero el
Mandatario, que desde su posesión traza una política de neutralidad — aconsejable para el
país— marginándose del conflicto ideológico, decide jugársela a sabiendas de la magnitud del
compromiso. Ya la declaración de la OEA lo deja en la sin salida: "Las gestiones están en manos
del país sede de la Cumbre, que es quien decide a quién invita. Es una cuestión de ponerse de
acuerdo con los demás países.” Como si fuera tan fácil en medio de posiciones irreconciliables.
Los nuevos mejores amigos condicionan su presencia a la invitación ya citada, que pasa de
reunión regional burocrática, a otra de alcance internacional cuando se cruzan los ejes de la
geopolítica hemisférica con los del Oriente Medio. De paso, con la disparada de los precios del
petróleo, que golpea en particular a los no productores. Y así el impacto mediático se
multiplica al registrarse posibles confrontaciones y anticipar conjeturas, que los espectadores
devoran con ansiedad. Importantes noticias cómo el resultado de las previsibles elecciones de
Rusia e Irán o la insistencia a Teherán para mantener un diálogo serio sobre el programa
atómico, pasan casi desapercibidas ante esta gran incertidumbre.
Volviendo a la coyuntura planteada, el Mandatario presenta su informe desde La Habana y
manifiesta que: “Apreciamos de veras, el deseo del Presidente de hacer parte de esta reunión",
pero al no lograrse un consenso "es muy difícil poderle extender una invitación". Y pide a
cambio, "que la participación de la Isla sea discutida de manera constructiva y con altura en la
cumbre de Cartagena". Las autoridades de la Isla “agradecen la gestión de Colombia para
quien Cuba siempre desea y quiere lo mejor. No ha habido ninguna sorpresa. .. Ha sido la
crónica de una exclusión anunciada… Todos comprendemos que una eventual invitación, tal y
como ha explicado el presidente colombiano, depende del consenso… Todos entendemos” que
“el consenso para este tema quiere decir la autorización de Washington”, expresan.
El Departamento de Estado EE.UU. confirma que: "Se discute y se decide en la cumbre de
Quebec (Canadá) en 2001 que sólo los países democráticos del hemisferio pueden asistir a la
Cumbre.” Pregunta de la Voz de América sobre un eventual cambio de posición, si la mayoría
de países de la región piden la presencia de la Isla para las siguientes cumbres; respuesta:
“Esperemos a ver qué pasa.” Se informa que “los temas que van a llevar a la cita se
relacionan con el avance de la inclusión social, la seguridad ciudadana, la educación, el
medio ambiente y la colaboración en materia energética. Nuestra meta es "enfocarnos en las
preocupaciones de nuestros pueblos", manifiesta.
Es positivo que sea la primera rueda de prensa dada en español, y además se aprenden nuevas
formas de abrir un diálogo: “Estamos dispuestos a discutir para expresar nuestra opinión de
por qué no es la manera de enfrentarlo,” dicen al referirse a uno de los temas. Es factible que a
pesar de la aparente contradicción, esta voluntad de concertación y acuerdo se traduzca en
realidades concretas para el beneficio del hemisferio, el mayor bienestar y prosperidad de sus
habitantes.
2. El presidente de un país vecino anuncia que “se está analizando muy a fondo lo ocurrido.” Al
día siguiente aclara “Al Mandatario, un gran abrazo y la mejor de las suertes en la realización
de la Cumbre", y asevera que lo que menos quiere "es crearle un problema a Colombia, un país
tan querido". Posteriormente, los medios reportan que también se hace inusual consulta a un
grupo de ciudadanos. "¿Vamos o no vamos a la Cumbre de las Américas?" es la pregunta…
"No queremos y no nos da la gana ser una colonia norteamericana, y sí queremos, y sí nos da la
gana, ser una patria altiva y soberana"…. Estas reuniones sólo sirven para "escuchar los clichés
y los discursos gastados de la democracia, la libertad de expresión, entendiéndose ésta como la
libertad de empresa de los negocios dedicados a la comunicación". “Apoyo a Colombia, pero
contradicción entre hemisférico y exclusión,” insisten en principio el Perú y Uruguay. “Cuba
nunca ha pedido que sea incluida en este tipo de reuniones”, precisa La Habana. “Como
anfitriones quisiéramos que estuvieran todos,” insiste la canciller colombiana.
¿Qué va a ocurrir? ¿Quiénes estarán presentes en este magno evento? ¿Quiénes tendrán a su
disposición la audiencia mundial para referirse a temas de permanente actualidad? La Foto
para la posteridad, con las banderas desplegadas al fondo. Son interrogantes hacia el futuro.
Mientras tanto en Cartagena de Indias, continúan los preparativos y es el mejor ánimo de las
autoridades y la ciudadanía que todo salga como está previsto y triunfe la diplomacia. Se sigue
así la tradición hospitalaria de la ciudad para alcanzar objetivos de mayor cercanía y
colaboración mutua entre los países miembros de la OEA, a la vez que se enriquecen la
proyección del Corralito de Piedra y la cálida acogida de sus gentes.
Alberto Arzayús Cartagena de Indias Marzo 9 2012