La historia del seguro se remonta a antiguas civilizaciones como Babilonia, Grecia y Roma, donde existían sistemas de ayuda mutua para compartir riesgos como pérdidas de mercancías o gastos funerarios. A lo largo de la Edad Media, continuaron las asociaciones de ayuda mutua, especialmente para asegurar el comercio marítimo.
1. Historia del Seguro
La historia del seguro refleja la importancia de este mecanismo de protección económica y su
paulatino desarrollo conforme las sociedades fueron haciéndose más complejas. La historia del
seguro es también la historia del progresivo avance de la autonomía personal, ya que muchos
riesgos que antes cubría el Estado son ahora asumidos y anticipados por los propios ciudadanos en
base a acuerdos con empresas privadas que se ocupan de atenderlos.
ANTIGÜEDAD
Pesea lo que pueda llegar a creerse, la historia del seguro es antiquísima y se remonta a antiguas
civilizaciones.
empresas privadas que se ocupan de atenderlos.
ANTIGÜEDAD
Pesea lo que pueda llegar a creerse, la historia del seguro es antiquísima y se remonta a antiguas
civilizaciones.
Babilonia: en el segundo milenio antes de Cristo, se hallan recogidas en el Código Hammurabi
diferentes sistemas de ayuda mutua como pueden ser indemnizaciones por accidentes de trabajo
entre profesionales de un mismo sector, mutualidades para compartir los gastos en caso de pérdidas
causadas a las caravanas del desierto, o la contribución del conjunto de la comunidad para sufragar
los gastos de reemplazar un barco hundido por una tempestad.
Grecia: en la Ley de Rodasse estipula que todos los propietarios de mercancías transportadas
marítimamente, se hacían copartícipes de las posibles pérdidas ocasionadas a una parte de la
mercancía o a la totalidad.
Roma: existían asociaciones militares en las que sus miembros contribuían con cuotas para crear un
fondo, que se utilizaba para pagar los gastos funerarios de sus miembros así como indemnizaciones
en caso de retiro obligatorio a causa de invalidez.
Creación del Préstamo a la Gruesa Ventura: el propietario de una nave de mercancías pedía
prestado a diferentes acreedores una suma de dinero igual al valor de la mercancía transportada. Si
la nave llegaba sin problemas, devolvía la suma con un interés, de hasta un 15%; si se perdía la
mercancía, el préstamo se entendía cancelado.
EDADMEDIA
Prosiguieron las asociaciones de ayuda mutua, sobre todo las destinadas a asegurar el comercio
marítimo, que había experimentado