El documento describe las cosmovisiones de los pueblos maya, azteca e inca, según las cuales el universo está integrado y todo en la naturaleza está vivo y se complementa. Los mayas veían el cosmos dividido en tres partes superpuestas delimitadas por los cuatro puntos cardinales y colores. Los aztecas creían en un espacio y tiempo dobles que surgieron del cuerpo de una diosa dividida. Para los incas, el espacio y tiempo eran sagrados con una explicación mítica y representación ritual, y concebían el mundo de manera