Papalia, D.E., Feldman, R.D., & Martorell, G. (2012). Desarrollo humano. Edit...
Las úlceras por presión…«Como problema»
1. Salud pública
Apesar del enorme desconocimiento que
de ellas se tiene, las úlceras por pre-
sión, no son invisibles, y desgraciadamente
las padecen decenas de miles de personas
que viven en sus casas, en residencias o
son atendidas en hospitales.
En la actualidad, aproximadamente
90.000 ciudadanos en España padecen a
diario esta «epidemia».
Tenemos que concienciarnos de que las
UPP aumentan el riesgo de mortalidad en
cuatro veces, y hasta en seis si media una
complicación frecuente como es la infección.
El coste del tratamiento de las úlceras por
presión en España supera los 600 millones
de euros cada año. La industria de los apósi-
tos para heridas factura 150 millones de
euros al año. Si colocáramos juntos todos
los apósitos que se utilizan en un día en este
país, su superficie equivaldría a tres campos
de fútbol.
En España son escasas las demandas plan-
teadas contra profesionales sanitarios o insti-
tuciones a nivel civil o penal por no evitar es-
tas lesiones, y prácticamente son inexistentes
las denuncias por mala praxis en la aplica-
ción del tratamiento de estas lesiones.
Desde el Grupo Nacional para el Estudio
y Asesoramiento en Úlceras por presión y
Heridas Crónicas (GNEAUPP), y en sintonía
con toda la comunidad científica, afirmamos
que si usamos el protocolo adecuado pode-
mos disminuir la aparición de las úlceras al
menos en un 95%. También podemos ase-
gurar que si ponemos en marcha un
programa integral de prevención,
podemos disminuir la aparición
de las úlceras en un 98%, lo que
supone que evitaríamos este su-
frimiento a 120 pacientes diarios
en un hospital de tamaño medio,
y además ahorraríamos al año
400 millones de pesetas
Las cinco reglas de oro de la
prevención son: movilización,
incorporación de superficies es-
peciales para el manejo de la
presión (colchones, cojines…),
higiene (limpieza, hidratación y
protección de la piel), nutrición y
apoyo sanitario.
Hasta hace apenas unos años, no
hemos dispuesto en nuestro país de una
información epidemiológica adecuada so-
bre «las úlceras por presión» que trascen-
diera de realidades locales concretas, y a
menudo los datos provenían de estudios tan
Una epidemia viva y silenciosa en el siglo XXI
Las úlceras por presión…
«como problema»
J. Javier Soldevilla Agreda
Director del GNEAUPP
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Las úlceras por presión...
metodológicamente distintos que hacía di-
fícil, sino imposible, su comparación; ello
nos obligaba a recurrir siempre a cifras im-
portadas, fundamentalmente del mundo an-
glosajón. Pero las UPP no son invisibles, a
pesar del enorme desconocimiento que de
ellas existe tanto en el panorama sanitario
como en el resto de la sociedad; desgracia-
damente, son bien visibles en decenas de
miles de personas que viven en sus casas,
en residencias o que son atendidas en hos-
pitales.
Con el nacimiento del GNEAUPP en el
año 1994 se unieron diferentes esfuerzos
para concienciar a los profesionales sanita-
rios y a la sociedad en general de la verda-
dera importancia de las UPP, realizándose
hasta la fecha tres estudios nacionales de
prevalencia mediante cuestionario postal
validado previamente.
A la espera de los resultados del último de
estos estudios, realizado hace apenas unos
meses y cuyos datos preliminares no parecen
muy distintos al previo, podemos señalar que
en el realizado en 2005 se estimó una preva-
lencia media a nivel hospitalario del 8,91%
(es decir, nueve de cada cien pacientes ingre-
sados en un hospital, independientemente de
su edad, diagnóstico, etc., presentaba al me-
nos una úlcera por presión), con un 21% de
pacientes menores de 65 años, un 4% más
que en el 2001. En atención primaria la pre-
valencia media fue del 9,11% para los pa-
cientes mayores de 14 años incluidos en pro-
gramas de atención domiciliaria, y la preva-
lencia media en las unidades sociosanitarias
se estableció en el 10,9%.
En una lectura detallada de los datos ex-
traídos del primer y segundo Estudio Na-
cional de Prevalencia de las UPP en Espa-
ña, «sus mejores cifras» nos han confirma-
do que nos encontramos frente a un
importante problema de salud, que afecta
especialmente a personas mayores (más
del 84%), pero también a otros grupos de
edad más jóvenes expuestos a la misma
causa, en todos los niveles asistenciales de-
pendientes de los Departamentos de Salud
y de Bienestar Social. A la vista de los re-
sultados, es evidente que «la prevención no
es considerada una prioridad», ni mucho
menos. En la actualidad, aproximadamente
90.000 ciudadanos en España padecen esta
«epidemia desatendida».
Relación úlceras por presión
y muerte
Sin tintes más dramáticos que los que pres-
tan las cifras, quiero traer a colación en estas
líneas la complicación más severa relaciona-
da con las úlceras por presión: la muerte.
Hace apenas unos años, el profesor Verdú
y sus colaboradores de la Universidad de
Alicante publicaron un estudio que ponía de
manifiesto la dimensión de las UPP en tér-
minos de mortalidad, estudiándose las muer-
tes por úlceras por presión como causa bási-
ca de defunción en España desde 1987 hasta
1999, en personas mayores de 65 años. A
través de los indicadores de mortalidad faci-
litados por el Instituto Nacional de Estadísti-
ca (INE) en torno a defunciones, tasas espe-
cíficas, tasas ajustadas, etc., se construyeron
mapas de mortalidad por comunidades autó-
nomas y gráficos de tendencia temporal, des-
tacando entre sus datos más significativos
que la probabilidad de que una persona mue-
ra como consecuencia de una UPP aumenta
con la edad, y que es un problema que afecta
en mayor medida a las mujeres; además, y
de forma sobrecogedora, cabe señalar que en
los 13 años estudiados murieron en España
5.268 personas como consecuencia de este
problema. En el año 1999, murieron 371.102
personas en España. Sólo entre el grupo de
mayores de 65 años, en ese periodo 611 de-
funciones fueron por UPP (178 hombres y
433 mujeres).
Tenemos que concienciarnos de que las
úlceras por presión aumentan el riesgo de
mortalidad en cuatro veces y hasta en seis
si media una complicación frecuente como
es la infección.
En nuestra comunidad, en pleno siglo
XXI todavía hay centenares, millares de
personas que mueren por y con úlceras por
presión.
Un problema también económico
A pesar de observar a diario la violencia de
las consecuencias de este problema de salud
en el bienestar de los pacientes y sus fami-
lias, su calidad de vida y supervivencia, du-
rante años hemos vivido documentalmente
en la ignorancia en cuanto a su dimensión
epidemiológica real. Como bien imaginará
el lector, hasta hace muy poco hablar del
coste global de la atención de este problema
era en nuestro país impensable, y las reper-
«Las UPP
no son invisibles,
a pesar del
enorme
desconocimiento
que de ellas
existe tanto en
el panorama
sanitario como
en el resto
de la sociedad»
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Las úlceras por presión...
cusiones en gasto público y privado igno-
radas, y era muy difícil, sino imposible,
calibrar los incrementos de tiempo para su
cuidado, el gasto farmacéutico directo e
indirecto, el aumento de las estancias hos-
pitalarias, etc.; lo que contrasta con la
abultada bibliografía generada en este
sentido en otros países, especialmente del
ámbito anglosajón, cuyas elevadas reper-
cusiones financieras les llevó incluso a su
consideración como un problema casi de
Estado.
A partir de un estudio británico –sin duda
el más amplio y metodológicamente certero
en el cálculo de costes derivados del trata-
miento de las UPP en un país europeo–, du-
rante el mes de febrero de 2003 el Dr. Pos-
nett, catedrático de Economía de la Salud de
la Universidad de York, y Joan Enric Torra i
Bou, entonces subdirector del GNEAUPP,
extrapolaron las bases de cálculo de coste
por proceso empleadas y contextualizaron
las ecuaciones a la realidad económica de
nuestro país y a los datos epidemiológicos
disponibles más recientes, haciendo una
aproximación del coste global anual de la
atención a las UPP en España bajo un pris-
ma de atención excelente, cifrándolo en
1.687 millones de euros, más de 280.000
millones de pesetas, un 5,20% del gasto sa-
nitario total de nuestro país.
El último estudio económico realizado
desde el seno del GNEAUPP en 2007 fue
tejido a través de un pormenorizado des-
glose de partidas de gasto y con asumidas
estimaciones claramente a la baja, situando
el coste del tratamiento de las UPP en Es-
paña por encima de los 600 millones de
euros anuales en el caso de la utilización de
procedimientos tradicionales, y acercándo-
se a los 500 cuando se emplean métodos y
materiales de cura avanzada. La industria
de los apósitos para heridas factura 150 mi-
llones de euros al año. Pero ¡ojo!, si colo-
cáramos juntos todos los apósitos que se
utilizan en un día en este país, su superficie
equivaldría a tres campos de fútbol.
A la vista de estas cifras, ¿alguien duda
de por qué sigo hablando de las UPP como
problema, como un abultado problema
económico?
Son cifras que, sin duda, tras su análisis
en todos los espacios, del institucional a las
administraciones regionales transferidas,
debieran obrar cambios de actitudes y fa-
vorecer inmediatas inversiones en preven-
ción y tratamiento adecuado que eviten su
aparición y, en su defecto, impidan su com-
plicación hacia estadios más graves, dura-
deros, caros y con capacidad mortífera.
Problemas deontológicos,
éticos y legales relacionados
con las úlceras por presión
Quisiera poner fin a esta argumentación so-
bre la dimensión real de las UPP con un
somero análisis de su implicación en los
planos profesional, ético y legal.
Partiré para su examen de una única y ro-
tunda consideración: la mayor parte de las
UPP pueden evitarse. La presencia de estas
lesiones en el marco institucional identifica
el fracaso capital en el plan de cuidados,
cuando no negligencia, y debiera suponer
una lacra importante en la profesionalidad
de los responsables directos de la atención
y la seguridad de las instituciones donde se
ocasionan, al tiempo que mancillan los más
básicos principios éticos que salvaguardan
a los pacientes o personas dependientes.
Finalmente, y encadenadas a estos graves
compromisos, se derivan importantes im-
plicaciones legales para los profesionales
de atención directa, así como para las insti-
tuciones sanitarias y sociosanitarias y sus
gestores.
En España son escasas, todavía, las de-
mandas planteadas contra profesionales sa-
nitarios o instituciones a nivel civil o penal
por la no evitación de estas lesiones, y son
prácticamente inexistentes las denuncias por
mala praxis en la aplicación del tratamiento
a estas lesiones, realidad muy diferente a la
de otros países de nuestra área de influencia.
Tal vez las implicaciones legales de este
problema, como ha sucedido en naciones
cercanas, sean un triste revulsivo para con-
seguir que se reconozca la verdadera im-
portancia de las UPP y el valor soberano y
efectivo de su prevención.
Y las soluciones
Desde el GNEAUPP, afirmamos que si
usamos el procedimiento adecuado pode-
mos disminuir la aparición de las úlceras
en un 95%. También afirmamos que, si po-
nemos en marcha un programa integral de
prevención, podemos disminuir la apari-
«Si colocáramos
juntos todos
los apósitos que
se utilizan en un
día en este país,
su superficie
equivaldría
a tres campos
de fútbol»
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saludpública
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ción de las úlceras en un 98%, lo que supo-
ne que ahorraríamos a 120 pacientes dia-
rios, en un hospital de tamaño medio, la
suerte de padecer UPP, lo que supone que
en un año 44.000 pacientes no sabrían lo
que es una úlcera por presión. Y además
ahorraríamos al erario público 400 millo-
nes de pesetas al año.
Desde el GNEAUPP afirmamos que pre-
venir las úlceras por presión en un paciente
sólo cuesta 1,7 euros al día, cuando curarla
cuesta, al menos, 46 euros al día.
También queremos dejar constancia de
que «el papel del personal de enfermería pa-
ra evitar sucesos negativos y no deseados co-
mo son las úlceras por presión es la primera
línea de defensa de una organización sanita-
ria», como lo demuestra la Joint Commis-
sion International Center for Patient Safety.
Desde el GNEAUPP afirmamos asimis-
mo que, por dignidad, seguridad y eficien-
cia, hay que decir ¡Basta ya!, ¡Stop a las
úlceras por presión!, porque no es tan difí-
cil conseguirlo.
No debemos permitir que nadie hable de
las úlceras por presión como si se tratara de
problemas menores o secundarios, con mí-
nimas repercusiones para quienes las pade-
cen, simplemente porque no es cierto.
Es preciso exigir a las instituciones y pro-
fesionales que pongan en marcha todos los
mecanismos necesarios, desde el comienzo
de la atención al paciente, para prevenir las
UPP, con el mismo celo y eficacia que se
realizan en otras intervenciones más mediá-
ticas para los sanitarios y los políticos.
Y la definición
Las UPP, conocidas popularmente como
llagas, escaras o úlceras por decúbito, son
lesiones que afectan a la piel o trascendien-
do a ésta, a nivel de hueso, músculo o es-
tructuras de sostén (tendón, cartílago…),
originadas por el aplastamiento de los teji-
dos entre dos planos, uno correspondiente
al individuo (su hueso, cartílago, etc.) y
otro externo a él (el lecho o la silla). La
presión directa originada por el peso del
cuerpo inmóvil sobre esa localización ne-
cesita muy poco tiempo para originar tras-
tornos irreversibles, con muerte y necrosis
de los tejidos. Factores predisponentes co-
mo la incontinencia, la malnutrición, la
concurrencia de procesos de enfermedad
que dificulten el adecuado transporte de
oxígeno y nutrientes a los tejidos, interven-
ciones quirúrgicas prolongadas, etc., facili-
tan su aparición.
«Prevenir
las úlceras
por presión
en un paciente
sólo cuesta
1,7 euros al día,
cuando curarla
cuesta, al
menos, 46 euros
al día»
• Movilización: porque la inmovilidad es el
principal aliado para su desarrollo, debiendo
realizar cambios de postura frecuentes en razón
del riesgo del individuo, tanto si está acostado (lo
recomendado es cada dos horas), como si debe
permanecer sentado (una hora).
• Superficies especiales para el manejo de
la presión: existen numerosos dispositivos
específicos, como colchones y cojines dinámicos
y estáticos, que ayudan eficazmente en
la prevención y el tratamiento de las
úlceras, y que deberían proveerse por
su alto valor preventivo en todos los
contextos asistenciales (hospitales,
residencias… pero también en el
domicilio).
• Higiene: la limpieza y el secado meticuloso de
la región del cuerpo expuesta a incontinencia,
la hidratación de la piel y especialmente la
aplicación local de ácidos grasos hiperoxigenados
en zonas sometidas a presión y roce, son armas de
probada valía científica.
• Nutrición: adecuada en macro y micronutrientes
específicos, que han demostrado su capacidad
para aumentar la resistencia de los tejidos ante
la presión mantenida, la fricción o la humedad,
agentes causales básicos de estos procesos.
• Apoyo sanitario: los cuidadores de pacientes
deben solicitar y recibir el apoyo de personal
de enfermería experto para evaluar el riesgo de
desarrollar UPP y elaborar un plan preventivo
individualizado y efectivo.
Las cinco reglas de oro de la prevención
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