Este documento presenta la historia de Cecilia Quintás, una mujer que ha sufrido la pérdida de su esposo y dos de sus hijos debido a enfermedades, mientras que su hijo menor Diego se encuentra agonizando. A pesar de tanto dolor, Cecilia mantiene una actitud positiva y una profunda fe, lo que ha inspirado a muchos que la conocen. Su historia demuestra que el sufrimiento forma parte de la vida y puede contener alegría y amor.
1. REVISTA HACER FAMILIA.
AÑOVI N°6S
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E D 1
DIEGO
Has;e unos seis meses nos llamó un
suscriptor deTalca para hablarnos de Ceci·
lia Ouintás. Es una mujer que remeció pro-
fundamente a quienes la conocieron mien-
tras vivió en esa ciudad, puesto que reaccio-
nó de manera sobrenatural a la enfermedad
detres de sus cuatro hijos-una microcefalia
que semanifiesta meses después dequena-
cen- yala muerte de su marido, Cristián lthur-
bisquy.
Nuestro suscriptor nos hacía ver enton-
cesque Cecilia no sólo sobrellevó esta trage-
diacon profunda esperanza, sino que junto a
sus niños y a su marido, provocaron muchas
conversiones de vida a su alrededor. Verda-
derosvuelcos en hombresymujeres alos que
esta familia abrió el horizonte insospechado
de vivir la gratuidad del amor de manera tan
plena:quererse profundamente, sabiendoque
el tiempo que pasarían juntos en esta etapa
de la existencia sería muy breve.
Días antes de Navidad conocimos a
Cecilia, quien luego de unos mesesydecon-
versarlo con su hijo Cristián, de 14 años. lle-
gó a la conclusión de que su historia puede
servir de remezón para muchos. a modo de
un "detente. la vida hay que vivirla por gran-
des motivos". Pero en honor ala verdad, sila
mirada serena y clara de Cecilia remece, y
Cecilia Quintás y ,
su hijo Diego,
que padece microcefalia.
su historia conmueve hasta lo más profundo
del corazón, es Diego, fue Diego, el menor
de sus hijos con microcefalia, quien plantea
laspreguntasdefondo, las detodos los tiem-
pos, y entrega a lavez las respuestas.
Pocos instantes existen en la vida en
que la palabra CERTEZA nos envuelva, y es
con Diego en los brazos que se lograese mo-
mento. En Diego se unen toda la flaqueza y
la grandeza delserhumano. Por quévivir, por
qué morir, por qué servir, a quién servir, por
qué luchar. hasta dónde llegar,de qué huir,a
quién seguir... Toda madre puede anhelar
quesus hijos dejen huellaen elmundo, trans-
formen su entorno, influyan sobre la gente,
inspiren deseos de superarse y ser mejores.
nos recuerden nuestras debilidades y tam-
bién nuestras fortalezas. Todo eso ha conse-
guido Diego, yseguro también lohicieron sus
hermanos que ya partieron. Ello explica que
Cecilia mire a los ojos con una seguridad im-
presionante.
Si bien existe una tendencia natural en
el ser humano a huir del dolor. en esta oca-
sión es unprivilegio conocerla historiade esta
mujer de "buena voluntad".
María Ester Roblero Cum
Directora
Revista Hacer Familia
2. ARA ALGUNOS PO-
DRÁ PARECER MOR-
BOSO CONTAR LA
HISTORIA DE UNA FAMILIA
DE SEIS MIEMBROS, DE LA
QUE MUY PRONTO SÓLO
QUEDARÁN DOS EN ESTA
VIDA YA PARTIÓ CRISTIÁN, EL
PADRE,VÍCTIMA DE UNA LEU-
CEMIA; Y ANTES HABÍAN FA-
LLECIDO DOS DE SUS HIJOS,
SEBASTIÁN Y FRANCISCO, POR
CAUSA DE UNA MICROCEFA-
LIA CONGÉNITA AL MOMEN-
TO DE ESCRIBIR ESTA HISTO-
RIA AGONIZA DIEGO, DE 2
AÑOS, DE LA MISMA ENFER-
MEDAD. SIN EMBARGO, CECI-
LIA, LA MADRE,Y CRISTIÁN, EL
HIJO MAYOR DE 14 AÑOS,
CREEN QUE SU EXPERIENCIA
ES ''VIDA"YABRE UNAVENTA-
NA HACIA ESE OTRO MUN-
DO,A DONDE VAMOS TODOS.
por María Ester Roblero Cum.
HACER FAMILIA • enero 2001
• Cristián lthurbisquy Ouintás tiene 14
años y a su corta edad cree que el libro
que está escribiendo su madre sobre esta
difícil experiencia debe llamarse ..v ida":
porque estas vivencias forman parte de la
existencia y contienen más vida humana
que muchas otras experiencias.
• Arriba, junto a Dieguito. Abajo: Cristián,
junto a Francisco y Sebastián. Arriba der.:
En la foto familiar sólo falta Sebastián.
Cecilia Quintás:
SU FAMILIA
Sorprende el porte altivo y joven de
Cecilia Quintás, ágil en sus jeans y bien
parada sobre unas zapatillas deportivas.
Sorprende su mirada tan abierta y la voz
tan calma. Para muchos resultó incluso
chocante -cuenta en una carta el sacerdo-
te franciscano Pedro Yillagra (Perico, para
todos)- llegar al funeral de su marido y
encontrarla de pie, sin den·amar una lá-
grima, más aún si sabían que había ente-
n·ado a dos de sus hijos, teniendo a otro,
el más pequeñito, también al borde de la
muerte. En todo caso, aclara él, Cecilia
no es única en su categoría. Su largo tra-
bajo pastoral lo ha hecho reconocer este
"tipo humano" todo terreno, dotado de
doble tracción, capaz de sobrepasar por
encima de enormes obstáculos...
Pero el hecho es que es imposible
no quebrarse dentro de su casa, donde todo
funciona tan bien,donde se respira un aco-
gedor aire de familia, donde las fotos del
marido y los niños iluminan cada rincón,
y sobre todo, donde Diego, niño delicado
y frágil, respira sus últimos días. "Bueno,
dice ella, es que yo tengo una familia, sólo
que no toda vive acá; es una familia de
dos mundos".
-Pero es que así es el dolor -sigue
explicando Cecilia, ante el desconcierto
de quien la escucha. Y pronuncia una de
aquellas frases que escandalizan a tantos
de quienes la vienen conociendo: "El do-
lor está lleno de alegría y de amor"..
" HOY DE VIEJO
RECIÉN HE DESPERTADO..."
A estas alturas de la presentación
sobra decir que CecDJa Qfjn&is es creyen-
te- "Pero yo no creo que Dios mande el
dolor, ni que Dios pruebe a la gente..., el
dolor simplemente es parte de esta vida y
le tocó vivirlo con creces al propio Dios
cuando se hizo hombre. Jesús sufrió, y yo
he tenido el privilegio de que El me lleve
3. acapacipad de resistir de
Cecilia no viene de su
"fuerza de voluntad", aclara el sacer-
dote franciscano Pedro Villagra, sino
de su "buena voluntad". De una man-
sedumbreyafabilidad, capazdelevan-
tar a los más desanimados y entriste-
cidos, cuando es precisamente ella
quien padece el dolor. De un conven-
cimiento profundo de que esta vida es
un tránsito hacia otra vida, y que lo im-
portante es conocerla de antes y pre-
pararse para esemás allá. Su hijo Die-
go (izq.), por su parte, remece de tal
forma aquienes lo conocen que pue-
de asegurarse que deja huella, reubi-
ca prioridades, replantea objetivos,
despiertael amormás dormido...Aba-
jo: Cecilia y su marido Cristián.
DE DOS MUNDOS
en sus brazos los últimos años. El es mi
yunta en este tema del dolor, en todo..."
¿Delirio místico?Algunos creen que
sí. De hecho, Cecilia tuvo que buscar tra-
bajo al quedar viuda en enero del 2000 y
una psicóloga, que la entrevistó para al-
gun trabajo al que postuló, desaconsejó
su contratación por considerar que tenía
"una personalidad inclasificable". Es de-
cir, fuera de lo común.
Hoy, gracias a un amigo, trabaja para
una empresa frutícula de nombre Gospa,
que en croata significa "Nuestra Señora"
y que recuerda las apariciones de la Vir-
gen a ocho adolescentes yugoslavos. Este
nombre..., puracasualidad, dice ella, pero
el hecho es que se le cerraron algunas
pue1tas para seguir trabajando como pro-
fesora de religión y a cargo de talleres de
oración, pero igual trabaja para Gospa.
-Es tanto el miedo al dolor que siente
la gente, que algunos rechazan a quien lo
padece o los consideran raros si lo sopor-
tan; y es que desde afuera sólo se ve el
dolor,en cambio, desde adentro, uno asu-
me su realidad y ve el gozo y la alegría
que también existe junto al sufrimiento",
explica Cecilia.
A pesar de ese rechazo evidente al
sufrimiento, su caso llegó hasta "Hacer
f1amilia" precisamente por quienes la co-
nocieron en Talca. Un suscriptor nos lla-
mó desde allá, contando el caso de esta
mujer y su marido, quienes produjeron
verdaderas «conversiones» a su alrededor:
muchos matrimonios se encontraban con
Cristo y un camino de alegría y esperan-
za a través de ellos. A modo de anécdota:
Hace pocos meses en una comida en que
~ee-!i.;l estaba presente, un hombre contó
los problemas de trabajo que lo aquejaban.
Otro de los presentes lo hizo callar y ledijo,
"Mira, tu ves a <;:e<ii1(a''acá en esta mesa,
déjame contarte lo
1
que ella ha vivido...".
Días después este mismo personaje la tele-
foneó y le contó que había sido tal el reme-
zón que vivió al conocer su historia que
escribió unas letras bajo el título "Gracias
Diego", a las quequiere poner música para
convertirlas en canción. La letra, en una
pmte,dice: "Hoy de viejo RECIÉN he des-
peitado después de muchos años... Dios, a
través de un niño me ha enseñado... Deja
que tu corazón exprese el amorpor las per-
sonas que padecen. Pero no sientas pena
por un niño que muere, ya que Dios lo ha
enviado a cumplir con su legaclo".
HACER FAMILIA- e
4. ecilia es sin duda muy
"especial». Ella lo sabe y
da una explicación: los niños especia-
les necesitan mamás especiales. En-
tre sus notas personales guarda un re-
corte del que lee "características" de
estas madres: que sepan sonreír, por-
que sería muy cruel para esos niños
que no vieran la risa de su madre; no
demasiado pacientes, porque se po-
drían ahogar en un mar de quietud y
autocompasión; algo egoístas, de lo
contrario no podrían separarseocasio-
nalmentede su hijoy luego, no podrían
sobrevivir sin él.
ERES UNA EXTRATERRESTE,
HABLAS OTRO IDIOMA
Recién en diciembre nos reunimos
con Cecilia. Ella, junto a su hijo Cristián
de 14 años, decidieron esperar un tiempo
antes de hablar de su experiencia. Pero
hoy sienten que deben compartirla, por-
que hace ver que el paso por la tierra es.
breve, que las cosas que de verdad valen
la pena no tienen nada que ver con la pri-
sa y la agitación, y sobre todo, que hay un
más allá por el que vale la pena existir.
En su dormitorio lleno de luz des-
cansaDieguito. Pequeño, bonito, casi tras-
parente, al que la microcefalia ya com-
promete funciones vitales.
-¿Cómo resiste tanto dolor?, es la
consulta espontánea.
-Buena pregunta, dice ella, pero la
verdad es que cuando yo tenía 17 años
escribí una oración en la que decía estar
dispuesta a ayudar a cargar la cruz de los
«cristos» que pasaran por mi vida.Yo tuve
una formación cristiana por mi familia y
por el colegio Universitario Inglés. Mi
marido me decía que yo era una "extrate-
rrestre" porque hablaba en otro idioma,
donde tenían cabida palabras como dolor,
sacrificio, paciencia, esperanza, y sobre
todo amor, amor a Dios.
- ¿Se ha preguntado alguna vez
" por qué a mí"?
- No me lo he preguntado, pero sí
«para qué», porque todo tiene un sentido.
-Y su marido,¿entendía ese idio-
ma distinto?
-Al principio no. El no tenía forma-
ción familiar religiosa, era... , bueno,
como son los hombres: menos contacta-
FAMILIA · enero 2001
dos con la parte espiritual. Pero luego,
antes de morir, comenzó a escribir, a re-
zar, y un día me dijo: "Ahora entiendo tu
idioma".
-¿Cómo ha reaccionado su hijo
Cristián ante la muerte de todos sus
hermanos?
-El ha vivido dando amor gratuito a
sus hermanos menores. Y ha tenido con
ellos una relación de protección, pero más
normal de lo que la gente supone. No sólo
él, sino también los amigos de Cristián.
Cuando sus hermanos Francisco y Sebas-
tián estaban, todos ellosjugaban al super-
nintendo con los dos en los brazos. Aho-
ra, cuando sus compañeros del colegio
San Benito vienen, Cristián les enseña a
Diego, les habla de él. .. En ese sentido es
un niño que se ha relacionado con el más
allá de manera distinta, lo cual lo ha mar-
cado.Y eso lo hace estar siempre preocu-
pado por los desvalidos.
UNA HISTORIA PARA NO CREER
Cecilia Quintás conoció a su mari-
do, Cristián lthurbisquy, muy joven y se
casó con él a los 22 años. El era un año
mayor. Su primer hijo, Cristián nació muy
sano, después de un embarazo fantástico.
Cuatro años más tarde nació Francisco
José: el embarazo fue malo y nació de ur-
gencia, con daños severos.
-Al comienzo se le trató como un
caso de desnutrición intrauterina, pero
pasaron los meses y al hacer nuevos exá-
menes se diagnosticó microcefalia. Los
médicos nos tranquilizaron y aconsejaron
tener otros hijos sin miedo, porque ya te-
níamos al mayor sano. Así y todo nos de-
moramos cuatro años en atrevemos, has-
ta que Cristián me dijo: "Tenemos la ma-
durez para enfrentarlo". Al fin nació Se-
bastián, muy pequeño, apenas con 2 ki-
los, pero dentro de rangos normales. Re-
cién a los tres meses presentó el cuadro
de microcefalia. Entonces nos hicimo
todos los estudios que demostraron nues-
tra incompatibilidad genética: decidimos
no tener más niños.
De ahí en adelante Cecilia y Cris-
tián se dedicaron a cuidar a sus hijos. La
microcefalia causa un daño progresivo.
Les impide hablar, caminar y la k.inesio-
terapia diaria es vital para ayudarles a vi-
vir. "Más allá de los cuidados, no se pue-
de hacer nada para prevenir, revertir o cu-
rar. La ciencia, hoy, no puede hacer nada
por mis hijos", dice.
Tan cuidados fueron estos dos niños
microcefálicos, como integrados a la vida
de la familia: "Siempre salimos a todas
partes con ellos. Tuvimos que traerdesde
Estados Unidos un coche especial, y la
gente me miraba en el supermercado
como a un espectáculo cuando andaba con
mis dos niños. Pero nuestra vida familiar
fue bastante más normal y muy plena,aun-
que de Jos cinco miembros, sólo tres ha-
blaban y sólo tres caminaban...".
Cecilia cuenta más sobre estos
dos hijos:
-Nuestro segundo niño, Francisco
José, lleva el nombre de su abuelo. Siem-
5. • ·Diego me da~ fuerza en este período de transición, en el que he pasado de ser dos
a ser viuda de 5el' equ po a ser sola con dos hijos. Diego se está encargando de dejar
cosas ordenadas Y desde el Cielo aumentará el apoyo a los que quedamos. para seguir
trabajando para Dios por .ntermedio de su Iglesia". dice Cecilia.
• (Derecha C sbán unto a Sebastián)."Cristián, mi marido, sufrió tanto en su vida, le
tocó todo rruy duro y cuando él entendió que existía la otra vida, yo supe que iba a
partir". diCe Cec a mpresiona al revisar los álbumes fotográficos de esta familia ver
cómo el rostro oe Cr stán adqu1ere paz y enorme plenitud precisamente cuando la
quimioterap¡a lo haO a dejado calvo.
pre supe que iba a er un niño de historia,
importante. Y así fue porque él transfor-
mó a toda la geme a su alrededor. Vivió
11 años. plazo increíbledada su enferme-
dad. Los médicos dicen que vivió tanto
alimentado por el amor. Sebastián murió
mucho menor. a lo 2 años y medio, de
muerte súbita. y en ese sentido, Dios nos
lo regaló muy dulce. Su partida ocurrió el
año 94, cuando ya vivíamos en Curicó.
Francisco sobrevivió a su hermani-
to hasta 1999. Murió en los brazos de su
madre, de un infarto, cuando viajaban
camino a la clínica.
DIEGO: UN PUENTE ENTRE
DOS MUNDOS
El embarazo de Diego fue más que
sorpresivo para sus padres. Aunque nació
completamentesano a principios de 1998,
a los seis meses de vida presentó el cua-
dro. Obviamente mucha gente dijo que era
una irresponsabilidad haber llevado a tér-
ITÍno un embarazo de tanto riesgo. Hoy
Cecilia entiende claramente el enigma:
"Diego llegó para que yo y mi hijo Cris-
tián no quedarámos solos tan abruptamen-
te. El es nuestro enlace con el resto de la
familia".
Y es que ni el más cruel de los guio-
nes habría sometido a sus protagonistas a
lo que ocurrió entonces. Apenas un mes
después de la muerte deFrancisco, en sep-
tiembre de1999, se detectó la leucemia del
padre.
-Cristián se sentía cansado y estaba
muy pálido. Pero él me decía que estaba
pálido de pena. El resultado de un heme-
grama hacía parecer imposible que estu-
viera parado y caminara. Nunca olvidaré
esa tarde en que la doctora me dijo: "Esto
es muy grave, es leucemia". Aunque se
hizo todo Jo posible, murió en forma ful-
minante en cuatro meses, en enero del
2000. "Durante ese corto tiempo alcanzó
a escribir y vivió una profunda conver-
sión interior. Empezó a rezar el rosario y
no dejó de hacerlo más", cuenta Cecilia.
Tal vez es este consuelo, el que deja ple-
namente serena a Cecilia con respecto al
tiempo compartido con su marido.
EL PAPEL CLAVE DE DIEGO
1
Al quedar viuda ~Qilia decidió vol-
ver a Santiago: por razones de trabajo de
su marido, habían vivido en Curicó, Chi-
loé, Osorno yTalca. A ella siempre le cos-
tó mucho mudarse de ciudad: partir de
nuevo, sin conocer a nadie, y organizar
todo lo que implica el tratamiento de sus
hijos.
-Pero a mis hijos siempre los han
atendido los pediatras de la Clínica Las
Condes, a los que estoy eternamente agra-
decida por su preocupación y calidad hu-
mana. Decidí estar más cerca de ellos por
Diego. Además, Cristián entró al colegio
San Benito donde nos acogieron como
familia y nos han apoyado en todo. Tam-
bién, yo pensé que acá tendría más alter-
nativas de trabajo.
Se encontró con un Santiago muy
acelerado. Y sus amigos de antes, distin-
tos. "Los pesca la máquina. La gente ol-
vida las cosas esenciales. Uno tiene que
decirles, detente, la vida hay que vivirla
por otros motivos".
-¿Cómo saca fuerzas para tra-
bajar?
- Bueno, al comienzo no podía.
Pero en eso Cristián fue muy precavido
y me dejó todo preparado para que yo
pudiera descansar un tiempo tras su
muerte. Yo estaba físicamente muy des-
gastada, porque aunque uno esté espiri-
tualmente bien, te falla el envase, la
parte nuestra es limitada, tenía que des-
cansar. Pero luego encontré este traba-
jo en Gospa, empece a entregar fruta,
ha sido una terapia. Y digo gracias Se-
ñor. También pasé al computador todos
los apuntes que comencé a escribir tras
la muerte de Sebastián, y decidí trans-
formarlos en un libro.
Así y todo, hoy Cecilia enfren-
ta nuevamente el sufrimiento al ver
apagarse a Diego:
-La gente podría pensar que uno
adquiere experiencia en esto de ver mo-
rir a sus hijos. No es así. Cada hijo es
único para uno. Y de todos los dolores,
tal vez éste es el que más me ha costado
asumir: ver apagarse a Diego, bajar de
peso, perder sus sentidos, es terrible
para uno como mamá. Sé también que
es duro para mi hijo Cristián perder a
su hermanito.
-¿Cómo te proyectas cuando
falte Diego?
-Tengo que darle mi amor a borbo-
tones a Cristián, ayudarlo a hacerse un
hombrede valores, con capacidad de amar
y de entregar y de reír. Ya lo es, me siento
orgullosa de él,pero estaremossolos y por
el momento pienso sólo en él. Luego, bue-
no, Dios pondrá en mi camino lo demás.
Es que, ¿sabes qué siento? Que definiti-
vamente lo importante es preocuparse de
las cosas de Cielo...
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