Puertos, aeropuertos y carreteras son el capital fijo necesario para consolidar el circuito de acumulación del turismo. Un tipo de capital fijo incrustado sobre el territorio y que supone una inversión pública titánica. Turismo y transporte son un binomio indisociable, casi, una identidad matemática. Las mejoras y ampliaciones en las infraestructuras de transporte han sido clave para batir año tras año el récord de turistas que llegan por tierra, mar y aire. En Barcelona, se observa claramente esta interrelación entre el Puerto y la burbuja turística que se ha generado en la ciudad. Este año, gracias a las continuas mejoras y ampliaciones, se prevén más de 2,6 millones de cruceristas. A su vez, cada segundo aterriza o despega un avión en el aeropuerto de Barcelona-El Prat. Sumado a la ampliación de la tercera pista y la inauguración de la T1 el ritmo de crecimiento lo sitúa en la séptima posición europea (más de 40 millones de pasajeros). En esta sesión abordaremos el papel de puertos, aeropuertos y carreteras como puertas de entrada de turistas y veremos qué transformaciones están experimentando, como se gestionan y sobre todo, quien las gobierna de cara a discutir posibles fórmulas para su democratización.