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Manual práctico 
del tratamiento del dolor 
Unidad del Dolor del Hospital Torrecárdenas. Almería
Manual práctico 
del tratamiento del dolor 
Editores-Coordinadores 
JOSÉ ANTONIO DELGADO TAPIA 
JUAN SALMERÓN CEREZUELA 
Unidad de Dolor del Hospital Torrecárdenas. Almería
Esta información es de carácter científico y técnico y está dirigida a los 
profesionales de la salud facultados para prescribir o dispensar medica-mentos 
en España con finalidades formativas y educativas siendo, por 
tanto, necesaria una formación especializada para su correcta interpre-tación 
(en adelante Contenidos). Los Contenidos están compuestos por 
opiniones, criterios, conclusiones y/o hallazgos propios de los autores 
que figuran como tal en cada una de las partes del mismo, reproduci-dos 
de una manera fiel y honesta con respecto a la información profe-sionalmente 
analizada por los mismos en estricto cumplimiento de la 
normativa vigente y respetando los derechos de propiedad intelectual 
que pudieran existir sobre los mismos. Los Contenidos pueden no coin-cidir 
necesariamente con la documentación científica o ficha técnica 
correspondiente aprobada por las autoridades sanitarias competentes, 
recomendándose encarecidamente su contraste con la información 
científico-técnica disponible en cada momento y su consulta con el 
depar tamento científico correspondiente. MUNDIPHARMA y FERRER 
únicamente recomiendan el uso de sus productos de acuerdo con el 
contenido de sus respectivas fichas técnicas y en las indicaciones de-bidamente 
autorizadas. 
Oxicodona LP/Naloxona LP está indicada para dolor intenso, que sólo se 
puede tratar adecuadamente con analgésicos opioides. El antagonista 
opioide naloxona se añade para contrarrestar el estreñimiento inducido 
por opioides, al bloquear la acción de la oxicodona en los receptores 
opioides que se encuentran en el intestino.
ÍNDICE 
1. GENERALIDADES 
Historia clínica. Entrevista clínica. Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . 9 
Clasificación del dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 
Medición del dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 
2. PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
Síndromes miofasciales. Lumbalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 
Dolor neuropático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 
Dolor oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 
Cefaleas y algias faciales. Cefalea postpunción . . . . . . . . . . . . . . . 55 
Fibromialgia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 
Unidad del dolor agudo postoperatorio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 
3. VADEMECUM 
Escalera analgésica de la OMS. Ascensor analgésico. Cuarto 
escalón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 
Analgésicos y AINEs. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 
Opioides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 
Coadyuvantes: Antiepilépticos, antidepresivos, miorrelajantes 
ketamina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 
Antieméticos. Laxantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 
Tratamientos tópicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 
Interacciones medicamentosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 
Recomendaciones para la utilización de opiáceos mayores 
en dolor crónico no oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 
3
Este manual nace con el fin de poder ofrecer una herramienta útil y 
provechosa para todo aquel profesional que tenga que tratar el dolor de 
sus pacientes. 
Surge de la práctica diaria de los profesionales que se enfrentan a 
enfermedades y secuelas que se acompañan tanto de dolor agudo 
como crónico. 
Pretende ser claro, conciso y manejable, permitiendo abordar aspec-tos 
básicos como la historia clínica orientada, su exploración y su medi-ción 
con diferentes escalas. Al mismo tiempo aporta una serie de pro-tocolos 
que pueden ser orientativos en las patologías dolorosas más 
prevalentes en el día a día de una unidad del dolor. Finalmente, añadi-mos 
un vademécum con los fármacos más utilizados en el tratamiento 
del dolor, contemplando conceptos como la rotación de opioides, las 
interacciones medicamentosas y el tratamiento de los efectos secunda-rios 
5 
más importantes. 
INTRODUCCIÓN 
LOS AUTORES 
Unidad del Dolor. 
Hospital Torrecárdenas. Almería.
ÍNDICE DE AUTORES 
7 
AMARAL CAVALCANTE, WILSIANE 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
ARNEDO RUÍZ, CATIA 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
BONILLA GARCÍA, JOSÉ LUIS 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
CARRICONDO MARTÍNEZ, MARÍA ISABEL 
DUE Unidad del Dolor. 
CORTIÑAS SÁENZ, MANUEL 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
DELGADO TAPIA, JOSÉ ANTONIO 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
ESTÉVEZ SANTIAGO, JONATHAN 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
GARCÍA VILLALBA, FRANCISCO 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
JEREZ COLLADO, FRANCISCO 
DUE Unidad del Dolor. 
JIMÉNEZ AYALA, IRENE 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
LÓPEZ MARTÍN, RAMÓN 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
LÓPEZ RODRÍGUEZ, FRANCISCA 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
MENOYO ALONSO, BEATRIZ. 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
Hospital Basurto. Bilbao. 
MORA CERÓN, KAROLYN 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
MUÑOZ MARTÍN, TERESA 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
Hospital de Poniente. Almería. 
NAVAJAS GÓMEZ DE ARANDA, 
ANA ISABEL 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
QUIRANTE PIZARRO, ALBERTO 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
SALMERÓN CEREZUELA, JUAN 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
SANTIAGO MARTÍN, JOSÉ 
FEA Anestesiología y Reanimación. 
SOTO MARTÍN, MARIANO 
MIR Anestesiología y Reanimación. 
VEGA SALVADOR, ANA 
MIR Anestesiología y Reanimación.
GENERALIDADES 1 
HISTORIA CLÍNICA. ENTREVISTA CLÍNICA. EXPLORACIÓN 
Historia clínica. Entrevista clínica. 
Exploración 
DRA. ANA VEGA SALVADOR, DRA. ANA ISABEL NAVAJAS GÓMEZ DE 
ARANDA y DRA. CATIA ARNEDO RUIZ 
HISTORIA CLÍNICA 
La historia clínica sigue siendo la herramienta básica en la evaluación 
del paciente con dolor. 
Ante un paciente que acude a la Unidad del Dolor se deben de seguir 
los siguientes pasos: 
• Historia del síntoma dolor: localización, tipo, intensidad, tiempo… 
• Historia clínica detallada: valoración física y psíquica 
• Exploración 
• Diagnóstico 
• Tratamiento 
• Seguimiento con cierta periodicidad 
• Valoración de los resultados del proceso: 
– Disminución del dolor. 
– Reducción del consumo de fármacos. 
– Mejora de la actividad diaria. 
– Incorporación a las actividades habituales y el trabajo. 
Los objetivos que nos planteamos antes de comenzar la entrevista 
clínica al paciente con dolor son: 
• Establecer una relación médico-paciente. 
• Evaluar la situación psicológica, física, laboral, legal y de incapacidad. 
• Evidenciar factores que permiten el diagnóstico. 
• Eliminar datos irrelevantes. 
• Evaluación de tratamientos previos. 
• Reconocer señales de peligro que pueden impedir el diagnóstico y tratamiento. 
9
ENTREVISTA CLÍNICA 
Generar un ambiente confortable y cómodo para el paciente, donde 
se respete su privacidad y dignidad, permite establecer una relación de 
confianza entre el enfermo y el entrevistador que permitirá una comuni-cación 
buena y prolongada en el tiempo, obteniendo mejores resultados. 
La entrevista debe ser lo menos dirigida posible, comenzando con 
preguntas abiertas que permitan exponer al paciente sus dolencias y 
preocupaciones. Posiblemente deberá de dirigir algunos aspectos de la 
entrevista si la información aportada por el paciente se torna menos re-levante. 
La entrevista debe seguir la siguiente sistemática: 
10 
1 
GENERALIDADES 
PREGUNTAR Preguntar por la dolencia princi-pal 
y aceptar la valoración del 
propio paciente. 
¿Qué le pasa? 
EVALUAR Comienzo, duración, evolución ¿Desde cuándo? 
¿Cómo ha evolucionado? 
Localización, irradiación ¿Dónde le duele? 
¿Se extiende o es fijo? 
Calidad (sordo, punzante, 
difuso, lacerante…) 
¿Cómo es? 
Intensidad (escalas del dolor) ¿Cuánto le duele? 
Factores que exacerban 
o alivian 
¿Con qué se alivia? 
¿Con qué se agrava? 
Síntomas acompañantes ¿Qué más le ocurre? 
Efectos sobre la función 
¿Cuánto le afecta? 
y calidad de vida 
Objetivos del paciente frente 
a su dolor 
¿Qué espera de nosotros? 
Respuesta a tratamientos 
anteriores 
¿Qué ha tomado? 
¿Cómo le ha ido? 
ANTECEDENTES 
PERSONALES 
Alergias a medicación ¿Tiene alergias a fármacos? 
Enfermedades concomitantes ¿De qué enfermedades padece? 
Tratamiento habitual ¿Qué tratamiento tiene 
habitualmente? 
Hábitos tóxicos ¿Fuma, bebe o consume drogas? 
Intervenciones quirúrgicas ¿Se ha intervenido alguna vez 
de algo? 
Antecedentes de traumatismos ¿Ha tenido algún accidente? 
Situación personal (laboral, 
¿Dónde trabaja? 
familiar...) 
¿Cómo es su familia?... 
Efectos sociales del dolor ¿Cómo le ha repercutido el 
dolor en su vida? 
Continua
EXPLORACIÓN 
La exploración física del paciente con dolor debe incluir un examen 
físico completo independientemente de la zona donde se asienta el 
dolor. Un examen detallado permitirá establecer un estado inicial a par-tir 
del cual realizar una evaluación continua del progreso de un paciente 
a lo largo del seguimiento en las distintas visitas a la consulta. 
La información se puede ir obteniendo desde la entrada del paciente a 
la consulta; la observación de conductas de dolor o el aspecto del paciente 
nos pueden proporcionar datos adicionales. La utilización de férulas o los 
movimientos compensatorios para proteger una región del cuerpo que 
duele, y la coherencia de tales acciones deben ser observadas. 
La exploración de la zona dolorosa debe valorar tanto el dolor como 
otros signos y síntomas asociados dependiendo del área dolorosa. Es 
importante comprobar la existencia de limitación del movimiento, dismi-nución 
de la capacidad funcional, pérdida de fuerza, cambios de color o 
temperatura, alteraciones de la sensibilidad (disestesias, hipoestesias, 
hiperalgesia…) o cualquier otra manifestación clínica asociada. 
La exploración física, junto con la historia clínica, nos permitirán 
distinguir: 
• Qué tipo de dolor es el que padece el enfermo. 
• Identificar el tejido origen del dolor (músculo, tendón, nervio, raíz 
nerviosa, plexo, sistema nervioso central…) 
• Identificar los mecanismos participantes en la producción del dolor. 
• Identificar el síndrome doloroso o proceso causante. 
11 
1 
HISTORIA CLÍNICA. ENTREVISTA CLÍNICA. EXPLORACIÓN 
ANTECEDENTES 
FAMILIARES 
Dolor de características 
diferentes 
¿Algún familiar ha tenido algún 
dolor de otro tipo? 
Dolor de características 
similares 
¿Algún familiar ha tenido algún 
dolor parecido? 
Enfermedades incapacitantes ¿Tiene familiares con algún grado 
de incapacidad o dificultad? 
Otras enfermedades ¿Alguna enfermedad importante 
en su familia? 
Familiares fallecidos y 
causa de muerte 
¿Ha muerto algún familiar 
cercano? ¿De qué murió? 
Viene de la página anterior
12 
1 
GENERALIDADES 
BIBLIOGRAFÍA 
– Pallarés J, Seijo F, Canós MA, Camba NA. Historia Clínica. Método de exploración, 
evaluación y diagnóstico en Terapeútica del Dolor. Cap 43. En Medicina del dolor. 
Torres LM, Ed. Masson Barcelona, España 1977: 545-555. 
– Blanco Tarría E, Espinosa Almandro JM, Marcos Vaveras H, Rodríguez López MJ. 
Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor y su Tratamiento. IMC editorial. Madrid, 2004. 
– Abrams B. Historia Clínica del paciente con dolor. En: Raj PP ed. Tratamiento Práctico 
del Dolor 3ª ed. Madrid: editorial Harcourt 2002: 349-355. 
– Keogh E, Herdenfeltidl Grader. Coping and perception of pain. Pain 2002; 97: 195-202
13 
1 
CLASIFICACIÓN DEL DOLOR 
Clasificación del Dolor 
DR. RAMÓN LÓPEZ MARTÍN, DRA. IRENE JIMÉNEZ AYALA y DR. JOSÉ 
LUIS BONILLA GARCIA 
Cuando nos enfrentamos a un paciente con dolor, es fundamental 
conocer las características del mismo para poder clasificarlo. Solo así 
sabremos a qué nos enfrentamos, y podremos determinar cuál es el 
mejor tratamiento en cada caso. 
Aunque hay muchas clasificaciones, proponemos una dividida en 
5 dimensiones: duración, patogenia, localización, intensidad y curso. 
DURACIÓN 
• Agudo: Es el más frecuente. Remite a medida que disminuye la 
causa. Su duración no supera los 3 meses. Escaso componente psi-cológico. 
• Crónico: Más de 3 meses de duración. El síntoma doloroso se con-vierte 
en la propia enfermedad. La persona organiza su vida entorno 
al dolor. 
PATOGENIA 
• Neuropático: Se debe a lesiones en el sistema nervioso, central y/o 
periférico. Puede tener causas traumáticas, metabólicas, tóxicas… 
Es persistente y de difícil tratamiento, siendo resistente a los trata-mientos 
habituales. Se acompaña de: 
– Hiperalgesia: respuesta dolorosa aumentada a un estímulo que nor-malmente 
es doloroso. 
– Hiperestesia: aumento de la sensibilidad a la estimulación táctil, 
como la sensación de cosquilleo o embotamiento. 
– Alodinia: dolor tras un estímulo que generalmente no produce dolor. 
– Parestesia: sensación anormal que puede ser tanto espontánea 
como inducida. Se traduce en una sensación de hormigueo, ador-mecimiento 
o acorchamiento. 
– Disestesia: sensación anormal desagradable que puede ser espon-tánea 
o inducida. 
• Nociceptivo: Producido por estímulos sobre un sistema nervioso 
sano. Según su localización se divide en somático y visceral. 
• Psicógeno: Vivencia dolorosa que no se corresponde con una lesión 
que justifique ese dolor. El paciente no se inventa el dolor, lo percibe
como real, pero depende directamente del estado anímico, y se le 
otorga una función triple: señal intensa de alerta, señal comunicativa 
(petición de ayuda) y señal de angustia. 
LOCALIZACIÓN 
• Somático: Estimulación excesiva de nociceptores somáticos, sean su-perficiales 
Contínuo 
(piel) o profundos (músculos, tendones…). 
• Visceral: Responde a una estimulación de nociceptores que se en-cuentran 
en las vísceras (hígado, corazón…), suele ser peor locali-zado. 
INTENSIDAD 
• Leve: No interfiere con la vida cotidiana de la persona. 
• Moderado: Requiere tratamiento con opioides menores. Interfiere con 
las actividades habituales. 
• Grave: Impide el descanso y el desarrollo normal de las actividades 
diarias. Requiere tratamiento intenso con opioides mayores. 
CURSO 
• Contínuo: No sufre variaciones importantes durante el día. No des-aparece. 
• Irruptivo: Una exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la 
base de un dolor persistente estable. 
– Incidental: es un subtipo de dolor irruptivo que está inducido por el 
movimiento o alguna acción voluntaria del enfermo. 
– No incidental: aparece sin ninguna acción voluntaria del enfermo. 
14 
1 
GENERALIDADES 
Irruptivo 
Leve 
Moderado 
Severo 
Somático 
Visceral 
Neuropático 
Nociceptivo 
Psicógeno 
Agudo 
Crónico 
DOLOR 
Curso Intensidad Localización Patogenia Duración
15 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Medición del dolor 
DR. JOSÉ LUIS BONILLA GARCÍA, DRA. CATIA ARNEDO RUÍZ, 
y DR. RAMÓN LÓPEZ MARTIN 
Para tratar el dolor de manera correcta, es necesario valorar su pre-sencia, 
gravedad y frecuencia. Por otro lado, es conveniente cuantificar 
la magnitud del dolor, para lo cual disponemos de distintos métodos 
que nos permitirán evaluar el dolor, tanto al inicio como en las sucesi-vas 
consultas. De esta manera, las escalas, que comentamos a conti-nuación, 
permiten realizar un seguimiento del dolor, valorando la efec-tividad 
del tratamiento aplicado, con el objetivo final de proporcionar al 
paciente el tratamiento más adecuado. 
MÉTODOS OBJETIVOS 
Podemos distinguir tres tipos de medidas: 
Valoración conductual 
Se basa en la observación y análisis de aquellas actitudes o compor-tamientos 
que presenta la persona que padece dolor (llanto, muescas, 
suspiros, absentismo laboral…). Están influidas por el entorno cultural, 
los estados emocionales y la variabilidad psicológica. 
En niños pequeños, las escalas objetivas son las más usadas y se 
han desarrollado gran número de ellas, siendo las más usadas: 
• Neonatal Infant Pain Scale PAIN (NIPS): La puntuación respecto al 
dolor tiene como extremos del intervalo 0 a 7. 
PARÁMETROS PUNTUACIÓN 
0 1 2 
Expresión facial Normal Gesticulación (ceja frun-cida, 
contracción nasola-bial 
y/o de párpados) 
Llanto Sin llanto Presente, consolable Presente, continuo 
o no controlable 
Patrón respiratorio Normal Incrementado o irregular 
Movimiento brazos Reposo Movimientos 
Movimiento piernas Reposo Movimientos 
Estado de vigilia Normal Despierto continuamente 
La interpretación puntuación total es: 0: No dolor; 7: Máximo dolor 
imaginable.
• Washington DC Pediatric Objetive Pain Scale: validada para niños en 
edades preverbal y escolar. 
16 
1 
GENERALIDADES 
PARÁMETRO CRITERIO PUNTUACIÓN 
Presión arterial Aumento < 10% cifra basal 
Aumento 10-20 % cifra basal 
Aumento 20-30% cifra basal 
0 
1 
2 
Llanto Sin llanto 
Llanto consolable 
Llanto no consolable 
0 
1 
2 
Movimiento Relajado, Tranquilo 
Inquieto, intranquilo 
No controlable 
0 
1 
2 
Agitación Dormido y/o tranquilo 
Furioso pero se calma 
Histérico, sin consuelo 
0 
1 
2 
Lenguaje/ Expresión 
corporal 
Dormido o contento 
No localiza el dolor 
Localiza el dolor-verbaliza 
0 
1 
2 
• CRIES: Desarrollada por Krechel y Bildner. Se emplea para evaluar el 
dolor postoperatorio del recién nacido. Se requieren 2 minutos para 
la evaluación, y ha de reevaluarse cada 2 horas. 
PARÁMETROS 
PUNTUACIÓN 
01 2 
Llanto No Tono agudo-consolable Inconsolable 
FiO2 para 
Aire ambiental < 0,3 > 0,3 
SatO2 > 95% 
FC o TAS ≤ preoperatorio 
(basal) 
Aumento < 20% basal 
Aumento > 20% 
basal 
Expresión Neutra Muecas Muecas/Gemidos 
Período de sueño Normal 
Se interva-los 
despierta a frecuentes 
Constantemente 
despierto 
La interpretación de la puntuación total en ambas escalas es: 0: No 
dolor; 1-2: Dolor leve; 3-5: Dolor moderado; 6-8: Dolor intenso; 
7-10: Dolor insoportable.
17 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Evaluación de parámetros fisiológicos 
• Índices autonómicos: FC, TA, conductancia de la piel, sudoración… 
Útiles en niños y en personas con las que es difícil comunicarse. 
• Registro electromiográficos. 
• Potenciales evocados. 
• Registro electroencefalográfico (EEG). 
• Imágenes cerebrales (PET). 
• Factor de restauración respiratoria. 
Parámetros bioquímicos 
• Medición de niveles hormonales (ACTH, ADH, aldosterona, cortisol, 
glucagón), 
• Medición de niveles de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina). 
• Medición de niveles de glucosa. 
• Medición péptidos opioides endógenos (POE). 
El empleo tanto de los parámetros fisiológicos así como de las deter-minaciones 
bioquímicas para la valoración del dolor es objeto de contro-versia, 
debido a que no constituyen métodos específicos para la evalua-ción 
del dolor. Las alteraciones en dichas mediciones que se presentan 
en los pacientes con dolor pueden estar justificadas por otras situacio-nes 
que provoquen un estado de estrés en el organismo, sin necesi-dad 
de la presencia de dolor. Por ello, es más fiable y preferible la valo-ración 
del dolor por métodos subjetivos. 
MÉTODOS SUBJETIVOS 
En estas escalas es el paciente quien nos informa de su propio dolor. 
Escalas unidimensionales 
Consideran al dolor una dimensión simple y se valora sólo su inten-sidad, 
cuantifican su intensidad, utilizando formatos descriptivos, nu-méricos, 
análogos visuales, de valoración conductual o de representa-ción 
de expresiones faciales. Son fáciles de aplicar y relativamente 
fiables, aunque deben ser utilizados junto a otros métodos de evalua-ción 
porque no contemplan otros aspectos del dolor. 
• Escala visual analógica (EVA): La escala visual analógica permite cuan-tificar 
numéricamente la intensidad del dolor que sufre el paciente. 
Consiste en una línea de 10 cm de longitud, en la cual el extremo iz-quierdo 
significa “ausencia de dolor” y el extremo derecho “máximo
dolor”. El paciente debe indicar cuanto le duele marcando en un 
punto de la línea, cuya distancia se traduce en centímetros medidos 
desde el extremo izquierdo hasta el punto señalado por el paciente. 
(0) (10) 
Ausencia 
de dolor 
Máximo dolor 
• Escala numérica: La escala numérica es el método más sencillo y utili-zado 
para la medida de la intensidad del dolor. Se pide al paciente que 
indique la intensidad de su dolor en números en una escala de 0 a 10, 
en la cual el 0 representa “ausencia de dolor” y el 10 “máximo dolor”. 
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 
18 
1 
GENERALIDADES 
Ausencia 
de dolor 
Máximo dolor 
• Face Rating Scale: En los pacientes pediátricos y en aquellos que tie-nen 
dificultades con la EVA o con la escala numérica, se puede utili-zar 
la escala de “caritas”. Fue descrita inicialmente para los pacien-tes 
pediátricos y posteriormente modificada para su utilización con 
pacientes adultos. 
Escalas multidimensionales 
Incluyen todas aquellas escalas desarrolladas de manera específica 
para la evaluación de los distintos aspectos relacionados con el dolor. 
• Índice de Lattinen: Es un cuestionario que recoge información relativa 
a la intensidad del dolor y su correspondiente impacto en la vida 
diaria. Consta de cinco subescalas: intensidad del dolor, frecuencia, 
consumo de analgésicos, nivel de actividad, reposo nocturno. Cada 
subescala tiene 5 ítems tipo Likert puntuados de 0 a 4. De la suma 
de los valores de las cinco subescalas, se obtiene un valor total que 
oscila de 0 a 20 puntos.
Ligero 
Modesto 
Intenso 
Insoportable 
Raramente 
Frecuente 
Muy frecuente 
Continuo 
No toma analgésicos 
Ocasionalmente 
Regular y pocos 
Regular y muchos 
Muchísimos 
Ligera 
Moderada 
Ayuda necesaria 
Total 
Índice de Lattinen 
Horas de sueño Como siempre 
Algo peor de la habitual 
Se despierta frecuentemente 
Menos de 4 horas 
Precisa hipnóticos 
Interpretación puntación total: A mayor puntuación, mayor gravedad. 
19 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Intensidad del dolor Nulo 
0 
1 
2 
3 
4 
Frecuencia del dolor Nunca 
0 
1 
2 
3 
4 
Consumo de 
analgésicos 
0 
1 
2 
3 
4 
Incapacidad Ninguna 
0 
1 
2 
3 
4 
0 
1 
2 
3 
+1 
• Cuestionario breve de dolor (Brief Pain Inventory): Se diseñó para 
medir y detectar los cambios en el nivel de dolor, que sufre un pa-ciente, 
sin tener en cuenta cuál es su enfermedad o afecta. 
Los ítems del Cuestionario Breve del dolor están distribuidos en dos 
dimensiones: intensidad del dolor e interferencia del dolor con las acti-vidades. 
Estos ítems se puntúan en una escala numérica con valores del 
0 al 10, de “ausencia de dolor o interferencia en la vida diaria” a “peor 
dolor imaginable o afectación máxima en la vida diaria”. La validación del 
cuestionario al español, incluyó únicamente las dos dimensiones cita-das. 
Los ítems evaluados son: 
– Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que 
mejor describe la intensidad máxima de dolor sentido en las últimas 
24 horas.
– Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que 
mejor describe la intensidad mínima de dolor sentido en las últi-mas 
24 horas. 
– Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que 
mejor describe la intensidad media de dolor sentido. 
– Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que 
mejor describe la intensidad de su dolor actual. 
– ¿En las últimas 24 horas, cuánto alivio ha sentido con el tratamiento 
o con el medicamento? Indique con un círculo el porcentaje que 
mejor se adapta a su alivio. 
– Haga un círculo alrededor del número que mejor describe la ma-nera 
en que el dolor ha interferido, durante las últimas 24 horas, 
con su: 
• Actividad en general. 
• Estado de ánimo. 
• Capacidad de caminar. 
• Trabajo normal (ya sea en casa o fuera). 
• Relaciones con otras personas. 
• Sueño. 
• Capacidad de diversión. 
20 
1 
GENERALIDADES 
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 
Ningún 
dolor 
El peor dolor 
imaginable 
OTROS MÉTODOS 
Escala de valoración del sueño 
La escala del sueño del Medical Outcomes Study (MOS) consiste en 
un instrumento de 12 ítems que explora el impacto ocasionado por el 
dolor, la enfermedad o un tratamiento o, en general, cualquier estímulo 
externo sobre los atributos de la calidad del sueño: cantidad, sueño óp-timo, 
alteraciones del sueño (tiempo que tarda en conciliar el sueño, 
sueño inquieto, despertares bruscos durante la noche y tiempo que 
tarda en conciliar el sueño de nuevo) y somnolencia diurna. Cada atri-buto 
se puntúa independientemente, de menor a mayor impacto en el 
mismo (a menor puntuación, impacto más negativo), excepto para los 
atributos de sueño óptimo (4, 12) (mayor puntuación, impacto más ne-gativo 
en el atributo).
1: Siempre; 2: Casi siempre; 3: Bastante a menudo; 4: A menudo 
5: En ocasiones; 6: Nunca 
21 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Escala del sueño 
1. ¿Habitualmente cuánto tiempo ha tardado en quedarse dormido du-rante 
las últimas 4 semanas? (Señale una opción) 
0-15 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
16-30 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
31- 45 minutos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
46- 60 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
Más de 60 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
2. De media, ¿Cuánto tiempo ha dormido cada noche durante las últi-mas 
4 semanas? 
Escriba el número de horas por noche: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
Durante las últimas 4 semanas, Ud.: 
1 2 3 4 5 6 
3. ¿Ha tenido la sensación de que su sueño no 
era tranquilo (movimientos constantes, sen-sación 
de tensión, hablar..) mientras dormía? 
4. ¿Ha dormido lo suficiente para sentirse 
descansado al despertarse? 
5. ¿Se ha despertado con sensación de falta 
de aire o con dolor de cabeza? 
6. ¿Se ha sentido aletargado o somnoliento 
durante el día? 
7. ¿Ha tenido problemas para dormirse? 
8. ¿Se ha despertado mientras dormía y le ha 
costado volver a conciliar el sueño? 
9. ¿Ha tenido dificultades en mantenerse 
despierto durante el día? 
10. ¿Ha roncado mientras dormía? 
11. ¿Ha dormitado (5 min o más) 
durante el día? 
12. ¿Ha dormido cuánto necesitaba?
Escala de calidad de vida 
El SF-12 es una versión reducida del cuestionario de salud SF-36, dise-ñada 
para usos en que este sea demasiado largo. El SF-12 se contesta 
en una media de ≤ 2 minutos y el SF-36 entre 5 y 10 minutos. 
Consta de 12 items provenientes de las 8 dimensiones del SF-36: fun-ción 
física (2), función social (1), rol físico (2), rol emocional (2), salud 
mental (2), vitalidad (1), dolor corporal (1), salud general (1). 
22 
1 
GENERALIDADES 
Calidad de vida: Encuesta de salud SF-12 
Instrucciones: Las preguntas que siguen se refieren a lo que usted piensa sobre su 
salud. Sus respuestas permitirán saber cómo se encuentra usted y hasta qué punto 
es capaz de hacer sus actividades habituales.Por favor, contestes cada pregunta mar-cando 
una casilla. Si no está seguro/a de cómo responder a una pregunta, por favor, 
conteste lo que le parezca más cierto. 
1. En general, usted diria que su salud es: 
Excelente Muy Buena Buena Regular Mala 
Las siguientes preguntas se refieren a actividades o cosas que usted podría hacer en 
un dia normal. Su salud actual ¿le limita para hacer esas actividades o cosas? Si es 
así, ¿cuanto? 
Sí, me 
limita mucho 
Sí, me limita 
un poco 
No, no me 
limita nada 
2. Esfuerzos moderados, como 
mover una mesa, pasar la as-piradora 
o caminar una hora. 
3. Subir varios pisos por la es-calera 
Durante las cuatro últimas semanas ¿has tenido alguno de los siguientes problemas 
en su trabajo o en sus actividades cotidianas a causa de su salud física? 
Sí No 
4. ¿Hizo menos de lo que hubiera querido 
hacer? 
5. ¿Tuvo que dejar de hacer algunas tareas en 
su trabajo o en sus actividades cotidianas? 
Durante las cuatro últimas semanas ¿has tenido alguno de los siguientes problemas 
en su trabajo o en sus actividades cotidianas a causa de algún problema emocional 
como estar triste, deprimido o nervioso? 
Sí No 
6. ¿Hizo menos de lo que hubiera querido 
hacer por algun problema emocional? 
7. ¿No hizo su trabajo o sus actividades 
cotidianas como costumbre, por algun 
problema emocional? 
Continua
Viene de la página anterior 
8. Durante las cuatro últimas semanas ¿hasta que punto el dolor le ha dificultado 
su trabajo habitual incluido el trabajo fuera de casa y las tareas domésticas? 
1. Nada 2. Un poco 3. Regular 4. Bastante 5. Mucho 
Las preguntas que siguen se refíeren a cómo se ha sentido y cómo le han ido las cosas 
durante las últimas cuatro semanas. En cada pregunta responda lo que se parezca 
más a cómo se ha sentido usted. Durante las últimas semanas. ¿Cuanto tiempo... 
Siempre Casi 
siempre 
12. Durante las cuatro últimas semanas ¿con qué frecuencia la salud física o 
los problemas emocionales le ha dificultado sus actividades sociales (como 
visitar a los amigos o familiares)? 
Siempre Casi siempre Algunas veces Sólo alguna vez Nunca 
Por favor, en las preguntas de abajo, complete el cuestionario marcando una 
respuesta para cada pregunta. 
23 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Muchas 
veces 
Algunas 
veces 
Solo 
alguna vez Nunca 
9. ¿Se sintió tranquilo? 
10. ¿Tuvo mucha energia? 
11. ¿Se sintió desanimado 
y triste? 
Escalas de valoración de dolor neuropático 
• Cuestionario DN4: Se basa en 4 preguntas que generan 10 puntos, una 
respuesta positiva valor de 1, una respuesta negativa valor de 0. 
• 
Entrevista con el paciente 
1. ¿Tiene el dolor una o más de las siguientes características? 
Sí No 
1. Quemazón 
2. Sensación de frío doloroso 
3. Descargas eléctricas 
2. ¿Se asocia el dolor con uno o más de los siguientes síntomas en la misma zona? 
Sí No 
4. Hormigueo 
5. Sensación de alfileres y agujas 
6. Entumecimiento 
7. Picazón
Examen del paciente 
Interpretación de la puntuación total: Se confirma el diagnóstico y se 
considera caso de estudio si la puntuación es mayor o igual a 4 / 10. 
24 
1 
GENERALIDADES 
3. ¿Está el dolor localizado en una zona donde el examen físico puede mos-trar 
una o más de las siguientes características? 
Sí No 
8. Hipoestesia al tacto 
9. Hipoestesia a los pinchazos 
4. En la zona dolorosa, el dolor puede ser causado o incrementado por: 
Sí No 
10. Hipoestesia al tacto 
Suma de todos los puntos 
positivos. . . . . . . . . Puntuación del paciente: . . . /10 
• Leeds Assessment of Neuropathic Symptoms and Signs (LANSS): Aná-lisis 
de la descripción sensorial y la exploración de la disfunción sen-sorial 
en la cabecera del paciente. 
A. Cuestionario del dolor 
Piense en cómo ha sentido su dolor en la última semana. 
Por favor diga si las siguientes frases describen exactamente su dolor. 
1. ¿Siente su dolor como una desagradable y extraña sensación en su piel? Las 
siguientes palabras pueden describir esa sensación: Pinchazos, hormigueos, 
agujas, chinchetas. 
– NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 
2. El aspecto de la piel en el área dolorosa, ¿parece diferente de lo normal? Las 
siguientes palabras podrían describir esa sensación: Enrojecimiento, man-chas, 
moteado. 
– NO, mi dolor no afecta al color de la piel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SÍ, he notado que el dolor hace que mi piel parezca distinta 
de lo normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 
3. ¿Su dolor hace que su piel sea anormalmente sensible cuando se le toca? 
Esas sensaciones desagradables pueden provocarse acariciando la piel 
ligeramente, o por la ropa. 
– NO, el dolor no hace más sensible la piel en esa zona . . . . . . . . . . . . (0) 
– SÍ, mi piel parece anormalmente sensible cuando 
me toco esa zona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3) 
Continua
25 
1 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
Viene de la página anterior 
4. ¿Su dolor aparece repentinamente como si fueran descargas sin ninguna 
razón aparente? Las siguientes palabras podrían describir esa sensación: 
corriente eléctrica, golpes, saltos. 
– NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2) 
5. La temperatura en el área dolorosa, ¿parece diferente de lo habitual? Las si-guientes 
palabras podrían describir esa sensación: calor, caliente, quemazón 
– NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (1) 
B. Valoración sensorial 
La sensibilidad del dolor puede examinarse comparando el área do-lorosa 
con un área adyacente o contralateral no dolorosa, mediante la 
presencia de alodinia y umbral de dolor alterado mediante pinchazo. 
1. Alodinia 
Examine la respuesta al acariciar ligeramente con un algodón sobre el área no 
dolorosa y el área dolorosa. Si la sensación experimentada es normal en el área 
no dolorosa, pero duele o provoca sensaciones desagradables (hormigueo, 
náuseas) la prueba es positiva 
– NO, sensaciones normales en las dos área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SI, presencia de alodinia sólo en el área dolorosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 
2. Umbral del dolor 
Determine el umbral de pinchazo comparando la respuesta a una aguja 23G 
montada sobre una jeringuilla de 2 ml colocándola con cuidado sobre la piel en 
un área no dolorosa y en un área dolorosa. 
Si la presión de la aguja se siente en el área no dolorosa, pero provoca una 
sensación diferente en el área dolorosa [por ejemplo, ninguna sensación o sólo 
presión (alto umbral) o una sensación muy dolorosa (bajo umbral)], hay cam-bios 
en el umbral del dolor 
Si la aguja no se siente en ninguna zona, cambiar la jeringuilla para aumen-tar 
el peso y repetir la prueba. 
– NO, la misma sensación en las dos áreas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) 
– SI, presencia de cambios en el umbral de dolor 
en el área dolorosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3) 
• Intepretación de la puntuación total: Se suman los valores entre parén-tesis 
del cuestionario de dolor y la exploración sensorial para obtener 
la puntuación total (máximo 24): 
– Puntuación < 12: Baja probabilidad de que mecanismos neuropáti-cos 
contribuyan al dolor del paciente. 
– Puntuación > 12: Alta probabilidad de que mecanismos neuropáti-cos 
contribuyan al dolor del paciente.
Escala de valoración del dolor postoperatorio 
• Escala de Andersen: Valora el dolor desde el punto de vista dinámico: 
dolor en reposo, con los movimientos ligeros o con la tos. 
0: No dolor. 
1: No dolor en reposo y ligero a la movilización o tos. 
2: Dolor ligero en reposo o moderado a la movilización o tos. 
3: Dolor moderado en reposo o intenso a la movilización o tos. 
4: Dolor intenso en reposo y extremo a la movilización o tos. 
5: Dolor muy intenso en reposo. 
26 
1 
GENERALIDADES 
ALGORITMO DE EVALUACIÓN DEL DOLOR BÁSICO 
EVALUACIÓN DEL DOLOR 
Tiempo de consulta 
5 -10 minutos 10-20 minutos 
Historia clínica 
EVA 
Índice de Lattinen 
Exploración 
Historia clínica 
EVA 
Exploración 
En caso de disponer de más tiempo de consulta, es conveniente la 
aplicación del resto de cuestionarios anteriormente descritos. 
RECOMENDACIONES EN LA PRÁCTICA CLÍNICA 
1. Concienciar de la importancia de su valoración. 
2. Registro según escalas seleccionadas (como realizamos con las constantes 
vitales). 
3. Preferible utilizar escalas unidimensionales y verbales. 
4. El dolor es algo subjetivo, podemos apoyar la información dada por el paciente, 
con otros métodos objetivos (conductuales y fisiológicos). 
5. Valorar el tratamiento prescrito con las mismas escalas.
1 BIBLIOGRAFÍA 
– González-Escalada JR, Camba A, Muriel C, et al. Validación del índice de Lattinen para 
la evaluación del paciente con dolor crónico. Rev Soc Esp Dolor 2012; 19: 181-188. 
– Ferrándiz M, Català E. Las clínicas del dolor. En: Catalá E, Ferrándiz M, Genové M 
(Eds.). Manual del Tratamiento del dolor. 2ª ed. Barcelona, P. Permanyer, 2008. pp. 
19-29 
– Malmierca Sánchez F, Pellegrini Belinchon J, Malmierca AJ. Valoración del dolor 
en Pediatría. En Gancedo García C, Malmierca Sánchez F, Hernández-Gancedo C, 
Reinoso Barbero F (Eds.), Curso de Formación Continuada en Dolor en Pediatría. 
2ª ed. Madrid, Ergon, 2008. pp. 3-17. 
– Pérez C, Galvez R, Huelbes S, et al. Validity and reliability of the Spanish version of 
the DN4 (Douleur Neuropathique 4 questions) questionnaire for differential diagno-sis 
27 
MEDICIÓN DEL DOLOR 
of pain syndromes associated to a neuropathic or somatic component. Health 
Qual Life Outcomes 2007; 5: 66. 
– Pérez C, Gálvez R, Insausti J et al. Linguistic adaptation and Spanish validation of 
the LANSS (Leeds Assessment of Neuropathic Symptoms and Signs) scale for the 
diagnosis of neuropathic pain. Med Clin (Barc) 2006; 127: 485-49 
– Hays RD, Martin SA, Sesti AM et al. Psychometric properties of the Medical Outco-mes 
Study Sleep Measure. Sleep Medicine. 2005; 6: 41-44 
– Badia X, Muriel C, Gracia A et al. Validación española del cuestionario Brief Pain 
Inventory en pacientes con dolor de causa neoplasica. Med Clín (Barcelona). 2003; 
120: 52-59 
– Bennett M. The LANSS Pain Scale: the Leeds assessment of neuropathic symtoms 
and signs. Rev Soc Esp Dolor 2002; 9: 74-87 
– Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, et al. Valoración del dolor (I). Rev Soc Esp 
Dolor 2002; 9: 94-108 
– Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, et al. Valoración del dolor (II). Rev Soc Esp 
Dolor 2002; 9: 109-121. 
– Ware JE Jr, Kosinski M, Keller SD. A 12-item short-form Health Survey: construction 
of scales and preliminary tests of reliability and validity. Med Care. 1996; 34: 220-33
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 2 
SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA 
Síndromes miofasciales. Lumbalgia 
DR. MANUEL CORTIÑAS SÁENZ, DR. JUAN SALMERÓN CEREZUELA y 
DRA. WILSIANE AMARAL CAVALCANTE 
PROTOCOLO DE ADMINISTRACIÓN DE TOXINA BOTULÍNICA 
EN EL SÍNDROME MIOFASCIAL EN UNIDAD DE DOLOR CRÓNICO 
Mecanismo de acción 
La toxina botulínica comenzó a utilizarse a partir de los años 80 y en 
la actualidad se utiliza en el tratamiento de problemas de espasticidad 
muscular, hiperhidrosis, o dolor. Existen siete tipos de toxina botulínica: 
A, B, C, D, E, F, G. Es una sustancia proteica producida por una bacte-ria 
anaerobia (Clostridium Botulinum). 
Se conoce desde hace muchos años que esta sustancia interfiere 
con la transmisión nerviosa, al bloquear la liberación del neurotransmi-sor 
acetilcolina al espacio intersináptico, provocando así la incapacidad 
para la contracción muscular ó secreción glandular. 
Las patologías que se postula pueden beneficiarse del tratamiento 
con toxina botulínica son cuatro categorías: 
1. Enfermedades que cursan con actividad muscular exagerada. 
2. Enfermedades donde existe aumento de la secreción de saliva 
ó sudor. 
3. En ciertos trastornos del movimiento. 
4. Tratamiento de las arrugas faciales y secuelas faciales. 
Actualmente es un tratamiento establecido como de primera elección 
en una serie de patologías que cursan con actividad muscular sostenida 
como son las distonías (blefaroespasmo, distonías cervicales y oroman-dibulares), 
espasticidad, empleado para reducir el dolor, mejorar la movi-lidad, 
facilitar la postura y la fisioterapia y/o adaptación de medidas orto-pédicas, 
reducir el riesgo de lesiones por contracturas y escaras. Se 
considera también tratamiento de lección en el espasmo hemifacial. 
Uso de toxina botulínica 
Desde hace varios años se esta empleando con éxito en el síndrome 
de dolor miofascial. Se estima que hasta un 30-75% de los dolores del 
29
raquis poseen al menos una participación activa de estos síndromes 
miofasciales. Esta entidad es el resultado final de una lesión muscular 
local por sobrecarga tras uso excesivo, trauma o mala postura crónica 
que lesiona las fibras musculares y provoca una descarga excesiva de 
acetilcolina en la unión neuromuscular con una liberación y recaptación 
inadecuada de iones de calcio que provocan lesión y desaclopamiento 
de las fibras de actina y miosina, lo que conduce a una disfunción de las 
fibras musculares y a la formación de contracturas musculares focales. 
La combinación de la isquemia local secundaria a la contractura local y 
la contracción mantenida de las sarcómeras provocan falta de oxígeno, 
con liberación de bradicinina y otras sustancias que sensibilizan a los no-ciceptores. 
Se postula que con la inyección directa de la toxina botulínica 
interrumpimos el primer eslabón de esta cascada de acontecimientos al 
inhibir la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular. 
El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos, por la presencia de 
puntos gatillo y de bandas tensas palpables en el músculo. La estimu-lación 
del punto gatillo produce un patrón de dolor referido caracterís-tico 
de cada músculo, que no sigue ninguna distribución segmentaría ni 
territorio concreto de nervio periférico. La respuesta espasmódica local 
de la banda se suele reproducir cuando se oprime transversalmente el 
punto gatillo. La restricción de la movilidad no es debida a alteraciones 
anatómicas sino al dolor provocado tanto por el estiramiento como por 
la contracción. Suelen encontrarse alteraciones neurovegetativas acom-pañantes 
(aumento de la sudoración, palidez, aumento de la actividad pi-lomotora, 
paniculosis) como manifestación de la disfunción autonómica 
local que se detecta por termografía. Los datos de Laboratorio son nor-males. 
En el electromiograma se puede detectar una mayor actividad de 
las unidades motoras que constituyen las bandas de fibras musculares 
palpables, que no se capta en las zonas normales del mismo paciente. 
El músculo más comúnmente afectado es el cuadrado lumbar, por 
ser el único permanentemente activo y en tensión durante la deambu-lación. 
La sobrecarga de este músculo es habitual en algunas profesio-nes. 
Es muy frecuente que el dolor aumente al levantar pesos y simple-mente 
con los cambios posturales en cama. Se suele exacerbar el dolor 
con la tos o el estornudo. El dolor miofascial del psoas ilíaco irradia hasta 
el cuadrante superior y externo de la nalga y a menudo también al muslo 
anterior y a la ingle y empeora con la flexión dorsal del muslo. El glúteo 
menor y el piriforme producen un patrón idéntico a la radiculopatía ciá-tica 
y además es muy frecuente que aumente al levantar la pierna lo 
que da un falso Lassegue. 
30 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
El objetivo terapéutico en el síndrome miofascial es el restableci-miento 
de la función perdida. De inicio se deben utilizar medidas farma-cológicas 
unidas a medidas físicas como masajes y fisioterapia, aña-diendo 
cambios en el estilo de vida para reducir los factores de estrés 
psicosociales. Si no se obtiene una respuesta terapéutica adecuada se 
debe actuar sobre el punto gatillo mediante infiltraciones con anestési-cos 
locales solos o con esteroides hasta un máximo de tres infiltracio-nes 
en tres semanas. Las infiltraciones de la musculatura profunda se 
realizarán en quirófano con radioscopia o ecografía. Si se consigue un 
alivio del dolor evidente pero de duración limitada es cuando la aplica-ción 
de toxina botulínica tipo A puede lograr una mejoría más prolon-gada 
en el tiempo. La dosificación es un punto vital, y varía según el 
músculo a infiltrar. Clásicamente se recomienda emplear un volumen de 
inyección mínimo con la máxima concentración de toxina, para reducir 
al máximo la difusión del fármaco en puntos no deseados y con el fin 
de reducir la aparición de efectos adversos entre los que se incluye la 
resistencia secundaria a una reacción de antigenicidad del toxoide Bo-tulínico, 
y así la cantidad inyectada debe ser la mínima necesaria para 
conseguir los objetivos clínicos. 
Algoritmo de actuación ante un síndrome miofascial 
CONSULTA UNIDAD DE DOLOR CRÓNICO. 
Sospecha diagnóstica de síndrome miofascial 
y/o contractura musculatura superficial. 
Bloqueo diagnóstico con 
anestésicos locales 
Reevaluación > 2 meses Reinfiltración 
31 
2 
SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA 
Mejoría completa Mejoría incompleta 
Sin mejoría. 
(Si EVA< 30%) 
Mejoría completa. 
(Si EVA > 80%) 
< 2 meses 
Mejoría incompleta. 
(Si EVA 30-80%). 
Tóxina Botulínica 
Sín mejoría
Contraindicaciones para su utilización. 
Estas son varias, entre las que podemos destacar: 
32 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
• Hipersensibilidad conocida a la toxina botulínica. 
• Embarazo y lactancia. 
• Tratamiento con antibióticos tipo aminoglucósidos o macrólidos. 
• Miastenia gravis. 
• Patologías neuromusculares que cursen condebilidad muscular. 
• Infecciones locales en el sitio de inyección. 
Efectos adversos 
La frecuencia de efectos adversos es de hasta un 16,9%, y estos ha-bitualmente 
son como un síndrome tipo gripal de 48 horas de evolu-ción 
y autolimitado, debilidad muscular y disfagia que en general es leve 
y transitoria. En resumen, los efectos adversos asociados a su utiliza-ción 
han sido infrecuentes, transitorios y de poca gravedad, localizán-dose 
generalmente en la zona de inyección. Uno de los principales pro-blemas 
derivados de la utilización de la toxina botulínica radica en la 
aparición de hipotonía muscular local transitoria, debida a la administra-ción 
de cantidades excesivas y/o en localizaciones erróneas en zonas 
circundantes a la lesión. 
La dosis máxima recomendada en humanos para una sesión de tra-tamiento 
es de 300 unidades (corresponde a 6 unidades/Kg en una per-sona 
de 50 Kg de peso). La DL50 por vía intramuscular en monos jóve-nes 
es de 39 unidades/Kg. 
En la tabla de la siguiente página se exponen las dosis se empleo de 
toxina botulínica en los principales síndromes de dolor miofascial en la 
musculatura profunda y superficial. 
Precauciones especiales 
Se recomienda llevar a cabo la reconstitución del vial y la preparación 
de la jeringa sobre toallas de papel con recubrimiento plástico para re-coger 
cualquier posible material vertido. La toxina se debe reconstituir 
con solución salina normal, estéril, sin conservantes (cloruro de sodio 
0,9% para inyección). Este producto se desnaturaliza por agitación vio-lenta 
o formación de burbujas, por lo que el disolvente se debe inyec-tar 
en el vial con suavidad, y una vez reconstituido es una solución clara, 
incolora a ligeramente amarillenta, libre de partículas. Una vez recons-tituido, 
la toxina botulínica se puede guardar en refrigerador (2-8°C)
DOSIS DE TOXINA BOTULÍNICA TIPO A EN SÍNDROME MIOFASCIAL 
Músculo Límite de Dosisu.m. de BTXA 
Temporal 15 
ECM 15 -300 
Escaleno Anterior 15 -100 
Esplecnio 15 -100 
Trapecio 20 -100 
Elevador de la Clavícula 25 -100 
Supraespinoso 25 -100 
Infraespinoso 25 
Deltoides 40 
Dorsal Ancho 50 -100 
Redondo Mayor 25 -75 
Supinador Largo 25 -75 
Biceps 75 -125 
Palmar Mayor 10 - 50 
Cubital Anterior 10 - 50 
Psoas 50 -100 
Cuadrado Lumbar 50 -100 
Piramidal 30 - 200 
Gastronemios 75 -150 
Soleos 25 -75 
Tibial Anterior 50 -100 
Tibial Posterior 75 -125 
hasta 24 horas antes de su utilización. Este producto es para un solo 
uso, se deberá desechar cualquier resto de solución no utilizada. Para 
una eliminación segura, todos los viales y jeringas utilizadas y material 
vertido se deben someter a autoclave y la toxina residual se puede in-activar 
con una solución diluida de hipoclorito (0,5%) durante 5 minutos. 
33 
2 
SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA 
ECM: Estenocleidomastoideo. BTXA: Toxina botulínica tipo A.
LUMBALGIA CRÓNICA RECURRENTE 
La lumbalgia y lumbociatalgia son síntomas, no enfermedades. Pue-den 
ser la manifestación clínica de diversas enfermedades con pronós-ticos 
muy diferentes y algunos de gravedad. 
Prevalencia en población española adulta del 60-80%. En 1/3 es de 
intensidad importante, más frecuente en mujeres mayores de 60 años. 
En al 15% les obliga guardar cama y el 22% está incapacitado para la 
actividad laboral. 
Clasificación 
• Según evolución: 
– AGUDA: menos de 6 semanas 
– CRÓNICA:más de 3 meses. Si las crisis de lumbalgia son frecuentes, 
más de 3 en 1 año, se puede considerar que el proceso se cronifica. 
• Según características: 
34 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
LOCALIZADO / IRRADIADO 
Mecánico Relacionado con el movimiento y mejora con el reposo. 
Radicular Con características neuropáticas. 
Claudicante Aparece al caminar y se acompaña de pérdida de fuerza. 
Inespecífico 
• Según el diagnóstico: (señales de alarma) 
SEÑALES DE ALARMA PARA ENFERMEDAD SISTÉMICA 
• Dolor que aparece por 1.ª vez antes de los 20 años. 
• Dolor no influido por posturas. 
• Imposibilidad de flexionar 5.º 
• Deformidad de aparición reciente. 
• Mal estado general. 
• Antecedentes de cáncer, toma de drogas, SIDA, etc. 
• Antecedentes de traumatismo. 
SEÑALES DE ALARMA PARA TRATAMIENTO QUIRÚRGICO 
• Paresia relevante o progresiva bilateral. 
• Pérdida de control de esfínteres. 
• Anestesia en silla de montar. 
DERIVACIÓN A NEUROCIRUGÍA 
• Si persiste el dolor de alta intensidad a pesar de todos los tratamientos 
más de 6 semanas. 
• Si el dolor aparece solo con el movimiento, pero dura más de 6 meses 
y con imágenes de estenosis.
35 
2 
SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA 
Guías de actuación terapéutica según la fisiopatología 
de la lumbalgia 
• Dolor discogénico (nervio sinuvertebral): Tratamiento conservador: Re-poso, 
medicación – Tratamiento mínimamente invasivo: bloqueo raíz 
l2, RF u ozono intradiscal – Técnicas percutáneas de descompresión. 
• Dolor facetario (ramo posterior nervio raquídeo): Tratamiento conser-vador 
– Bloqueos terapéuticos – Radiofrecuencia del ramo medial – 
Artrodesis. 
• Dolor radicular (ramo anterior del nervio raquídeo): Tratamiento con-servador 
– Infiltraciones epidurales (vía lumbar, sacra) • Bloqueo 
radicular selectivo (transforaminal) – Técnicas de neuromodulación. 
Tratamiento farmacológico 
Aines 
• Más efectivos que el placebo en dolor lumbar agudo no complicado 
pero no en pacientes con ciática aguda. Todos son eficaces también 
en dolor crónico. 
• Ibuprofeno 800 mg R 1 / 24 h., celecoxib 200 mg 1 / 24 h., etoricoxib 
30 - 60 mg 1 / 24 h., nabumetona 1g 1 / 24 h. 
Relajantes musculares 
• Todos los relajantes son útiles para el dolor agudo y superiores a pla-cebo 
pero no hay beneficio demostrado en dolor crónico aunque po-dría 
utilizarse en períodos cortos de tiempo 
• Ciclobenzaprina 10 mg 1 - 3/24 h. 
Opioides 
• Útiles en dolor crónico no oncológico de moderado a grave donde 
han fracasado otros tratamientos. 
• Hay una incidencia de abuso y adicción relativamente baja y escasa 
tolerancia. 
• Tramadol, buprenorfina, fentanilo, oxicodona, oxicodona/naloxona, 
hidromorfona, tapentadol y morfina. 
Coadyuvantes 
• Antidepresivos 
– Pueden ser útiles para potenciar otros analgésicos y para mejorar 
el insomnio relacionado con el dolor. 
– Parecen más eficaces en el dolor radicular que en el no irradiado, 
y cuando hay características neuropáticas. 
– Amitriptilina 25 mg por la noche, duloxetina 30 mg 1 por la ma-ñana.
• Antiepilépticos 
– Útiles para disminuir al hiperreactividad inducida por el dolor crónico. 
– Clonazepam 0,5 - 2 mg por la noche, pregabalina 25 - 75 mg 1 / 12 h. 
PROTOCOLO DE TRATAMIENTO CON OPIOIDES MAYORES EN URGENCIAS 
Paciente con dolor intenso EVA >7 que requiere tratamiento i.v.: 
• Tratamiento i.v. 50-100 ml de suero fisiológico con 2 g de metamizol 
y 30 mg de ketorolaco o 50 mg de dexketoprofeno, a pasar en 20 - 
30 minutos. 
• Perfusión i.v. 500 ml de suero fisiológico/glucosalino con 8 g de me-tamizol, 
100 - 150 mg de dexketoprofeno y 10 mg de cloruro mórfico 
a 21 ml/h con rescates de cloruro mórfico 2 - 3 mg i.v. (máximo 2 - 
3 rescates en 2 - 3 h., reevaluar si supera estas dosis). 
• Propuesta de tratamiento al alta: 
– Un opioide mayor de administración oral en dosis equivalente. 
– Pregabalina 75 mg 1 cada 12 h. (comenzando con 0 - 0 - 1 durante 
5 - 7 días). 
– Rescates de tramadol en gotas 10 - 20 gotas si dolor. 
– AINEs de toma única, durante 7 - 10 días. 
• Alternativas de opioides: 
• w Tramadol en dosis crecientes (formas de liberación retardada 75 
a 200 mg) 1 / 24 h. 
• w Parche de buprenorfina 35 μg 1 / 96 h. 
• w Parche de fentanilo 25 μg 1/72 h. 
• w Oxicodona/naloxona 10/5 mg 1/12 h. 
• w Tapentadol 50 mg 1/12 h. 
• Informar al paciente de los posibles efectos secundarios (estreñi-miento, 
somnolencia, mareos y náuseas, vómitos) y prevenirlos, ya 
que en muchas ocasiones van a causar el abandono del tratamiento. 
El estreñimiento es muy frecuente. Son útiles las recomenda cio-nes 
de ingerir abundante líquido, evitar el sedentarismo, uso de 
laxantes (macrogol). La incidencia de náuseas y vómitos suele 
aparecer al inicio del tratamiento. Será necesaria una profilaxis en 
aquellos pacientes que hayan tenido antecedentes con la toma 
de opioides (haloperidol, metoclopramida, ondansetrón). Oxicodona 
/ nalaxona minimiza la aparición de estreñimiento por lo que no sería 
necesario, según su Ficha Técnica, el uso de laxantes de inicio, a no 
ser que el paciente ya tuviese estreñimiento antes del tratamiento 
con el opioide. 
• Revisión en 4 semanas por médico de AP / especialista corres pon - 
diente. 
36 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
Señales de alarma 
para tto. quirúrgico Exploración normal Signos clásicos 
NO 
Dolor 
dioscogénico 
Discografia 
BRS L2 
bilateral 
37 
2 
SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA 
EVALUACIÓN CLÍNICA 
Dolor no irradiado 
Mécanica: derivar a Traumatología/Rehabilitación. 
Inflamatoria: derivar a Reumatología Infecciosa/Neoplástica/ 
Dolor Visceral Referido. 
Metabólica: Derivar a Medicina Interna. 
Psicógeno: Derivar a Salud Mental. 
Renta: Valorar por UVMI. 
Derivación 
a rehabilitación y/o 
Unidad del Dolor 
Derivar a Urgencias 
Ingreso observación 
Valoración por neurocirugía 
Derivación urgente. Unidad de 
columna Neurocirugía 
LUMBOCIÁTICA 
Irradiación ciática 
presentes 
¿Qiuere intervenirse? 
SÍ 
Lumbalgia Radioculopatia 
Alteración 
articular 
Sindrome 
facetario 
Disfunción 
SI 
Sindrome 
miofascial 
Illiopsoas 
Cuadrado 
Bloqueo DX Bloqueo DX 
Radiofrecuencia Toxina 
Radiofrecuencia 
Alteración 
ósea 
Vertebroplastia 
Cifoplastia 
Epidural BRS Epidurolisis 
Infusión Intratecal Estimulación
BIBLIOGRAFÍA: 
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del dolor en pacientes con síndrome de dolor miofascial crónico. Rev Soc Esp Dolor 
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38 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
39 
2 
DOLOR NEUROPÁTICO 
Dolor neuropático 
DRA. ANA ISABEL NAVAJAS GÓMEZ DE ARANDA, DRA. BEATRIZ, 
MENOYO ALONSO y DRA. ANA VEGA SALVADOR 
Dolor por lesión nerviosa ya sea central, periférico o simpático. Según 
la nueva definición propuesta en 2008 por Treede se definiría como “el 
dolor que aparece como consecuencia directa de una lesión o enferme-dad 
que afecta al sistema somatosensorial”. 
CLÍNICA PATOGNOMÓNICA 
El diagnóstico se basa fundamentalmente en la presencia de una 
serie de signos y síntomas, que requieren una anamnesis detallada, 
junto a una exploración neurológica del territorio afecto. 
Síntomas espontáneos 
• Parestesias: Sensación de hormigueo, adormecimiento, acorcha-miento, 
etc., 
• Disestesias: Sensación dolorosa anormal en ausencia de estímulo. 
• Dolor urente: Quemazón, escozor. 
• Dolor paroxístico o lancinante: calambres. 
Signos evocados 
• Hiperalgesia mecánica: Dolor con pequeño estímulo nociceptivo. 
• Alodinia: Dolor inducido por un estímulo no doloroso (roce, presión, 
térmico). 
CARACTERÍSTICAS 
• Mixto: Neuropático más nociceptivo. 
• Trastornos sensitivos, vegetativos y motores. 
• Marcado componente psicológico: perpetuación del dolor. 
• Tendencia a la Cronicidad. 
• Moderada respuesta a tratamiento. 
Cuadros clínicos más frecuentes 
• Neuropatía diabética. 
• Neuralgia postherpética. 
• Neuropatía isquémica.
• Neuralgia facial. 
• Lumbociatalgia crónica. 
• Lumbociatalgia postlaminectomía. 
• Cervicobraquialgia crónica. 
• Síndromes dolorosos por atrapamiento nervioso (STC, meralgia pa-restésica 
por atrapamiento del femorocutáneo, neuroma de Morton 
por afectación de los nervios plantares digitales, síndrome del desfi-ladero 
torácico...). 
• Radiculopatías. 
• Síndrome de dolor regional complejo. 
• Dolor de origen central. 
El tratamiento etiológico de la enfermedad de base causante del dolor 
neuropático constituye el primer paso de la actuación terapeútica sobre 
dicho dolor. 
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO 
• Tratamiento precoz. 
• Disminución del dolor continuo y de las descargas paroxísticas. 
• Restablecer el descanso nocturno. 
• Minimizar los efectos secundarios. 
Protocolo de actuación en dolor neuropático 
40 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
PRIMER ESCALÓN Tratamiento farmacológico y local 
SEGUNDO 
ESCALÓN 
Bloqueos nerviosos: 
• Nervios periféricos y plexos. 
• Bloqueos simpáticos. 
• Bloqueos epidurales. 
• Bloqueos caudales. 
TERCER ESCALÓN Simpatectomía: 
• Química. 
• Radiofrecuencia. 
CUARTO ESCALÓN Estimulación medular (electrodos epidurales). 
QUINTO ESCALÓN Infusión intratecal de medicamentos.
Número 
de dosis 
Tratamiento farmacológico 
• Fármacos antiepilépticos (FAE) 
– 2. Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina: 
– 3. Inhibidores de la recaptación de adrenalina-serotonina: 
41 
2 
DOLOR NEUROPÁTICO 
Medicamento 
Dosis día 
(mg) 
• Fármacos antidepresivos 
– 1. Tricíclicos (de primera elección): 
Efectos adversos 
PREGABALINA 150 - 600 2 Somnolencia. 
GABAPENTINA 300-3600 3 Sedación. 
TOPIRAMATO 25-400 2 Pérdida de peso, cálculos renales, 
acidosis, sedación, dificultades de 
memoria y atención. 
OXCARBAZEPINA 300-2400 2 Hiponatremia, neutropenia. 
CLONAZEPAN 0,5-2 1 (noche) Sedación, adicción, tolerancia, 
dependencia. 
CARBAMACEPINA 100 -1600 3 Hiponatremia, neutropenia. 
Medicamento 
Dosis día 
(mg) 
Número 
de dosis 
Efectos adversos 
AMITRIPTILINA 10-25 mg/d 1 (noche) 
Boca seca, sudoración, mareo, 
sedación, visión borrosa, estreñi-miento, 
hipotensión ortostática, 
taquicardia, arritmia, temblores, 
nerviosismo. 
IMIPRAMINA 20-400 
mg/dia 2 
Igual que amitriptilina. Ambos con-traindicados 
en estados bipolares y 
maníacos, IAM reciente, bloqueos 
cardiacos y arritmias, epilepsia, 
glaucoma de ángulo estrecho, hi-pertiroidismo, 
insuficiencia hepática. 
Medicamento 
Dosis día 
(mg) 
Número 
de dosis 
Efectos adversos 
PAROXETINA 10-80 1 
(mañana) 
Anorexia, náuseas, vómitos, dismi-nución 
de la líbido, cefaleas. 
FLUOXETINA 20-80 1 Igual al anterior. 
Medicamento 
Dosis día 
(mg) 
Número 
de dosis 
Efectos adversos 
DULOXETINA 30-120 1-2 
Anorexia, mareo, somnolencia, 
náuseas, sequedad de boca, estre-ñimiento, 
disminución de la líbido. 
VENLAFAXINA 37,5-225 2-3 Similares al anterior.
• Tratamiento local: 
1. Capsaicina 0,0075%, 3 ó 4 aplicaciones diarias. 
2. EMLA. 
3. Parches de lidocaína. 
4. Iontoforesis. 
5. Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea ó TENS. 
6. Fisioterapia, terapias manuales, quiropraxia. 
• Anestésicos locales intravenosos (ALIV): 
1. 10 días: Lidocaina intravenosa: 1° dia: 100 mg. 
2° día: 200 mg. 
Resto: 300 mg/24 h en 100 ml (1 h). 
2. Mantenimiento: Mexiletina oral 200 mg/8-12 h. 
• AINEs: 
1. Dexketoprofeno 50 mg de rescate. 
• Antagonista NMDA: 
1. Ketamina 1,5 mg/kg en 3 dosis 
• Benzodiacepinas: 
42 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
Medicamento 
Dosis día 
(mg) 
• Corticoesteroides: 
1. Prednisona 10-20 mg/día. 
2. Dexametasona 2-4 mg/día 
• Agonistas de receptores GABA: 
1. Baclofeno 10-200 mg/día en 3 dosis. Espasticidad. 
• Opiáceos: 
1. Menores: Tramadol 50-400 mg/día. 
2. Mayores: 
– Oxicodona 
– Oxicodona/naloxona 
– Fentanilo 
– Hidromorfona 
– Morfina 
Número 
de dosis 
Efectos adversos 
ALPRAZOLAM 0,75-1,5 1 
Incoordinación motora, somnolencia, 
amnesia anterograda, desorienta-ción, 
delirio. 
DIAZEPAM 5-20 2 Similares al anterior.
43 
2 
DOLOR NEUROPÁTICO 
– Metadona 
– Tapentadol 
Los opioides con más evidencias en el dolor neuropático son Oxico-dona 
y Tramadol. 
Algoritmo básico de tratamiento 
Según diversas guías clínicas, éste se basa en un primer escalón en 
el que se puede situar Pregabalina/Gabapentina ó ADT (Amitriptilina) / 
inhibidor dual de serotonina y noradrenalina (Duloxetina), y si no es su-ficiente, 
plantear asociación de ambos grupos terapéuticos y valorar un 
tercer grupo como son los opioides. 
• Fármacos de primera línea (grado de recomendación A): 
– ADT (Amitriptilina en menores de 65 años, no cardiopatas). 
– IRSN (Duloxetina, Venlafaxina). 
– FAE (Gabapentina, Pregabalina). 
– Parches de Lidocaína al 5% (en caso de dolor neuropático perifé-rico 
local con areas limitadas de alodinia). 
Se recomienda empezar el tratamiento con uno o más de los fárma-cos 
anteriores, y en caso de DN por cáncer, DN agudo o episodios de 
dolor irruptivo, asociar tramadol u opioides mayores (Morfina, Oxico-dona, 
Oxicodona/Naloxona, Fentanilo, Metadona, Tapentadol). 
• Fármacos de segunda línea (grado de recomendación A): 
– Tramadol. 
– Oxicodona. 
• Fármacos de tercera línea: 
– Otros antiepilépticos (carbamazepina, topiramato, etc.). 
– Antagonistas de NMDA. 
• Dolor leve: 
– FAE + AD + AINE de rescate. 
EJEMPLO • Gabapentina 300 mg/8 h ó Pregabalina 75 mg/12 h. 
• Amitriptilina10-25 mg/noche ó Duloxetina 30 mg/24 h. 
ó Venalafaxina R 75 mg/24 h. 
• Dexketoprofeno 50 mg. 
• Dolor moderado: 
– Aumentar dosis FAE y ADT más AINE de rescate. 
– Opiáceo débil + IS + tratamiento local.
• Dolor grave: 
– Aumentar dosis de FAE ó asociar dos FAE a dosis menores. 
• ADT + IS + tratamiento local + AINE rescate. 
• Opiáceos mayores. 
44 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
EJEMPLO • Gabapentina 400 mg/8 h ó Pregabalina 150 mg/12 h. 
• Amitriptilina 25-50 mg/noche ó Duloxetina 60 mg/24 h. 
ó Venlafaxina R 150 mg/24 h. 
• Dexketoprofeno 50 mg. 
• Loracepam 1 mg/noche. 
• Tramadol 150-400 mg/dia. 
• Capsaicina/Iontoforesis/TENS/parches de lidocaina. 
EJEMPLO • Gabapentina 600 mg/8 h. ó Gabapentina 300 mg/8 h. más Topiramato 
50 mg/12 h. Pregabalina 150 mg/12 h. más Topiramato 50 mg/12 h. 
• Amitriptilina 25 mg/noche ó Duloxetina 60 mg/12 h. ó Venlafaxina 
R 150 mg/24 h. 
• Dexketoprofeno 50 mg. 
• Loracepam 1 mg/noche. 
• Capsaicina/EMLA/Lontoforesis/TENS/parches de lidocaina 5%. 
• Oxicodona/Naloxona 10-20 mg/12 h. ó Fentanillo 25 μg/72 h. 
ó Morfina 30-60 mg/12 h. 
• Neuropatia diabética periferica (según las guías NICE 2010): 
a) Duloxetina 60-120 mg/d (si existe contraindicación: 
ADT 10-75 mg/d). 
b) Si falla: 
• Cambiar Duloxetina por Amitriptilina 
• Añadir Pregabalina (150-600 mg/d). 
c) Si falla: 
• Asociar Tramadol (50-400 mg/d). 
• Lidocaina tópica. 
DOLOR NEUROPÁTICO 
PERIFÉRICO 
ACV 
• Pregabalina 
• Gabapentina 
Opioides 
• Tramadol 
• Oxicodona 
• Otros 
ADT 
• Amitriptilina 
• Nortriptilina 
• Imipramina 
ISRN 
• Duloxetina 
• Venlafaxina 
Fármacos tópicos: 
• Lidocaina 
• Capsaicina
2 BIBLIOGRAFÍA: 
– Torres, L M; Pérez-Bustamante, F; Román, D; Calderón, E; Vidal, M A: Capsaicina tó-pica 
45 
DOLOR NEUROPÁTICO 
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47 
2 
DOLOR ONCOLÓGICO 
Dolor oncológico 
DR. FRANCISCO GARCÍA VILLALBA, DRA. IRENE JIMÉNEZ AYALA y 
DR. ALBERTO QUIRANTE PIZARRO 
El dolor es el síntoma más frecuente en el cáncer. 
Está presente en 1/4 de los pacientes en el momento del diagnós-tico, 
en 1/3 de los que están siendo sometidos a tratamiento y en 3/4 
de los pacientes con enfermedad avanzada. 
CLASIFICACIÓN DEL DOLOR ONCOLÓGICO 
Dolor basal 
Dolor continuo, que precisa una medicación pautada, no a demanda, 
por lo general progresiva y siempre con la posibilidad de tener que ad-ministrar 
para su control, dosis "de rescate" o fármacos coadyuvantes, 
ante su reactivación. 
Dolor iatrogénico 
Originado por los tratamientos a los que se somete el paciente, prin-cipalmente 
radioterápicos (radiodermitis, mucositis, dolores neuropáti-cos 
y/o quimioterápicos (mucositis, dolor neuropático). 
Dolor irruptivo 
Se define como cualquier exacerbación de dolor que presenta un pa-ciente 
con un dolor de base que está controlado con tratamiento ade-cuado. 
El dolor puede ser espontáneo o estar desencadenado por los movi-mientos, 
esfuerzos o ciertas maniobras (defecación, tos,…) siendo ca-talogado, 
en este caso, como dolor incidental. 
Si el dolor aparece sin una causa desencadenante clara, se denomina 
espontáneo. 
Según las series consultadas la prevalencia de dolor irruptivo oscila 
entre el 52 y el 89% de los pacientes con dolor oncológico; esta gran va-riabilidad 
es debida a la falta de consenso en la definición, aunque tam-bién 
influye el ámbito donde se haya realizado el estudio (hospitalización 
versus atención primaria), e incluso del país donde se haga la encuesta. 
El dolor irruptivo está producido por el cáncer en el 75% de los casos 
aproximadamente, un 20% son secundarios a la terapia antineoplásica
y entre un 4-19% no hay una correlación con la enfermedad ni el trata-miento. 
• • El dolor irruptivo será bien tratado si es bien diagnosticado. 
La clave para el diagnóstico es identificar la causa, que va a permitir 
catalogar el dolor irruptivo como incidental o espontáneo. 
Además de utilizar las escalas de medición de la intensidad del 
dolor, como la Escala Visual Analógica (EVA) u otras, es fundamental 
analizar los factores desencadenantes del dolor, tiempo de instaura-ción 
y duración, características del dolor, factores que promueven ali-vio 
del mismo y la correlación entre el dolor y la dosificación de la 
pauta analgésica. 
Es primordial utilizar un fármaco con un tiempo de vida media corto y, 
escoger una vía de administración adecuada con la finalidad de poder 
evaluar la respuesta analgésica en poco tiempo. Los opioides como la 
morfina y el fentanilo han demostrado según el tipo de presentación, 
que son efectivos para este tipo de dolor. La administración de fentanilo 
por vía transmucosa, sublingual e intranasal han demostrado efectividad 
similar a la morfina vía parenteral (endovenosa, subcutánea) o espinal. 
Es importante remarcar que cualquier protocolo analgésico para el 
dolor oncológico no es completo si no dispone de una pauta para 
el dolor basal y otra para las crisis de dolor, las denominadas dosis de 
rescate. 
48 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
RECOMENDACIONES ACERCA DE DIFERENTES ESTRATEGIAS 
ANTE EL DOLOR IRRUPTIVO ONCOLÓGICO 
• Los pacientes con dolor oncológico deben ser evaluados para comprobar si 
presentan dolor irruptivo. 
• Los pacientes diagnosticados de dolor irruptivo deben ser tratados específica-mente. 
• El tratamiento del dolor irruptivo debe ser individualizado. 
• Se debe tratar la causa subyacente de su dolor. 
• Se deben tratar/evitar los desencadenantes del dolor irruptivo. 
• Si el paciente no está adecuadamente tratado se debe considerar la modificación 
de la medicación de base. 
• Los opioides son la medicación más adecuada para tratar el dolor irruptivo. 
• Se debe titular la medicación para tratar el dolor irruptivo (grado B). 
• Se pueden emplear medios no farmacológicos para tratar episodios de dolor 
irruptivo. 
• Se pueden emplear analgésicos no opioides para tratar episodios de dolor irruptivo. 
• Las técnicas intervencionistas son útiles en el manejo de dolor irruptivo. 
• Se debe reevaluar el tratamiento del dolor irruptivo.
49 
2 
DOLOR ONCOLÓGICO 
Dolor refractario 
Entre el 10 y el 15% de los pacientes oncológicos van a manifestar 
una respuesta pobre o inadecuada a los tratamientos farmacológicos 
habituales. 
Estos pacientes, que no van a obtener un alivio completo o aceptable 
de su dolor, presentarán de forma mantenida un valor en la Escala Ana-lógica 
Visual por encima de 7 cm a pesar de los preceptivos cambios de 
tratamiento, por lo deberían establecerse signos de alerta que sean ca-paces 
de identificarlos y permitan ser derivados precozmente a los cen-tros 
especializados. 
Se debería establecer un algoritmo de tratamiento de este síndrome: 
1. Utilización de coadyuvantes. 
2. Utilización de los fármacos opioides en dosis altas. 
3. Rotación de opioides. 
4. Medidas específicas paliativas: esteroides, radioterapia, cirugía paliativa, verte-broplastia... 
5. Utilización de opioides por vía subcutánea. 
6. Utilización de fármacos poco comunes: inhibidores del N-metil-D-aspartato 
(NMDA)… 
7. Estimulación eléctrica transcutánea. 
8. Bloqueos nerviosos tanto periféricos como de plexos. Bloqueos simpáticos. 
9. Radiofrecuencia de nervios, ganglios dorsales, simpáticos y centrales. 
10. Estimulación eléctrica medular y supramedular. 
11. Infusiones intratecales de fármacos tanto opioides como anestésicos locales, 
clonidina, ketamina, baclofeno, midazolam, betametasona y ziconotida. 
12. Cirugía ablativa. 
SÍNDROMES DE DOLOR ONCOLÓGICO 
Dolor óseo 
Es el más frecuente. Las metástasis del cáncer de mama, pulmón, 
próstata, y el mieloma múltiple son sus principales causas. Las metás-tasis 
suelen afectar a la columna vertebral, cráneo, húmeros, costillas, 
pelvis y fémures. La gammagrafía suele ser la prueba diagnóstica de 
elección, seguida de resonancia magnética. 
Dolor de espalda 
El desarrollo de dolor de espalda en un paciente con cáncer indica 
que pueden existir metástasis. 
El dolor de espalda sin compromiso neurológico puede ser estudiado 
mediante una radiografía simple que detecta aproximadamente el 70%
de las lesiones vertebrales. La TAC o la resonancia magnética estarán 
indicadas si la radiografía simple es normal y existe una sospecha alta 
de lesión. 
El dolor de espalda rápidamente progresivo o con compromiso neu-rológico, 
es una urgencia por las secuelas que pueden con llevar el re-traso 
diagnóstico. Suele ser necesario iniciar tratamiento con corticoides 
intravenosos a dosis altas y valorar la necesidad de radioterapia o ciru-gía 
urgente. 
Dolor abdominal y pélvico 
El dolor es de tipo visceral, las náuseas y vómitos son síntomas 
acompañantes. 
El cáncer de recto y del tracto genitourinario suelen causar dolor pél-vico. 
El cáncer de páncreas produce dolor abdominal, en estadios avanza-dos, 
en el 90% de los pacientes. Otras causas frecuentes de dolor ab-dominal 
son la radioterapia y las adherencias secundarias a cirugía. 
Dolor postquirúrgico 
Existen cuatro síndromes dolorosos típicos tras cirugía oncológica. 
Tienen características de dolor neuropático y su empeoramiento puede 
indicar recidiva del cáncer. 
• Dolor postmastectomía: Es descrito como quemazón y sensación de 
opresión en la axila y parte superior del brazo. 
• Dolor postamputación de una extremidad: Puede ser dolor del muñón, 
del miembro fantasma o ambos. Es más frecuente en la amputación 
de miembros inferiores. 
• Dolor postoracotomía: Las causas del dolor son la lesión de nervios in-tercostales 
y de las articulaciones costocondrales y costovertebra-les. 
El dolor en el brazo ipsilateral suele producirse por lesión de los 
músculos dorsal ancho y serrato anterior. 
• Dolor postdisección radical del cuello: Es debido a lesión del plexo cervi-cal. 
Se localiza en la cara anterolateral del cuello y se irradia al hombro. 
Plexopatía braquial 
Las manifestaciones clínicas habituales son dolor de hombro y brazo, 
síndrome de Horner y/o debilidad y atrofia de los músculos de la mano. 
Las causas más frecuentes son el síndrome de Pancoast, en el contexto 
de un cáncer de pulmón o de mama, y la radioterapia. 
50 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
51 
2 
DOLOR ONCOLÓGICO 
Se deben contemplar otras causas no relacionadas con cáncer, tales 
como osteoartritis, bursitis del hombro y radiculopatías cervicales, cuyo 
abordaje terapéutico es radicalmente diferente. 
Plexopatía lumbosacra 
Se caracteriza por dolor, que puede irradiarse, y debilidad de los 
miembros inferiores. Pueden existir alteraciones en la función de la ve-jiga 
urinaria y/o en la defecación. Los tipos de cáncer que producen este 
problema son los tumores pélvicos, sarcomas, linfomas y metástasis 
de cáncer de mama, así como recidivas o localizaciones retroperitonea-les, 
que suelen dar esta sintomatología muy precozmente. La valora-ción 
diagnóstica viene dada por la RMN si existen datos de irritación ra-dicular, 
si no es así se puede iniciar la aproximación diagnóstica con 
radiología convencional o gammagrafía. 
Plexopatía cervical 
El dolor se localiza en el oído y en la cara anterior del cuello. Puede 
acompañarse de síndrome de Horner y/o parálisis del nervio frénico. 
Neuropatía periférica 
El cáncer puede afectar directamente a cualquier nervio. La neuropa-tía 
sensorial dolorosa es un síndrome paraneoplásico asociado a cáncer 
de pulmón de células pequeñas, de mama, ovario y colon. El mieloma 
múltiple se asocia con frecuencia a neuropatía dolorosa sensorio-mo-tora. 
La quimioterapia con cisplatino, taxanes y alcaloides de la vinca 
producen con frecuencia neuropatía periférica dolorosa con disestesias, 
CLAVES EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO 
• El primer tratamiento del dolor debido al cáncer es el propio tratamiento oncológico 
que al curar o reducir el tumor alivia también el dolor. 
• Es esencial que el paciente sometido a terapia para el cáncer sea conocedor de 
que el tratamiento de su dolor no solo no interfiere con la terapia curativa sino que 
ciertamente colabora con ella. 
• Siempre se debe investigar el origen del dolor en el paciente oncológico, ya que 
en ocasiones puede no estar relacionado con el cáncer. 
• Antes de iniciar el tratamiento analgésico se debe realizar una correcta evaluación 
del cuadro clínico, del estado anímico y físico, y de las circunstancias que rodean 
al paciente. 
• Tras su diagnóstico y evaluación, el dolor oncológico tiene tratamiento y se puede 
controlar. Ante el dolor refractario el paciente debe ser remitido lo más precoz 
posible al especialista en el tratamiento del dolor.
sensación de quemazón en los pies, manos y alteraciones en la sensi-bilidad 
vibratoria y propioceptiva. 
USO DE OPIOIDES EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO: 
RECOMENDACIONES BASADAS EN LA EVIDENCIA 
¿Qué opioide es de primera elección? 
No existen importantes diferencias entre morfina, oxicodona, oxico-dona/ 
naloxona, tapentadol e hidromorfona administradas por vía oral y 
cualquiera de éstas pueden ser de primera elección para dolor mode-rado- 
grave en el dolor oncológico. Sin embargo la asociación oxico-dona/ 
naloxona ha demostrado presentar menos efectos adversos gas-trointestinales, 
especialmente estreñimiento. 
Recomendaciones para la titulación con opioides 
Las fórmulas orales de liberación inmediata y retardada de morfina, 
oxicodona, oxicodona/naloxona, tapentadol e hidromorfona pueden uti-lizarse 
para la titulación. La programación de la titulación de ambas for-mas 
de formulación debería ser suplementada con formas de liberación 
oral inmediata. 
Recomendaciones para el uso de opioides transdérmicos 
El fentanilo y la buprenorfina transdérmica son alternativas a los opioi-des 
orales. Para los pacientes con dificultad para la vía oral es una op-ción 
efectiva y no invasiva. Los opioides transdérmicos, según la mayo-ría 
de recomendaciones, se deben utilizar en pacientes con necesidades 
estables de opioides. 
Recomendaciones para el empleo de metadona 
La metadona tiene una compleja farmacocinética con una impredeci-ble 
vida media. Puede ser utilizada como primera o última opción para 
el dolor oncológico moderado a grave. Debería ser utilizada sólo por pro-fesionales 
experimentados. 
Recomendaciones para la rotación de opioides 
Aquellos pacientes que recibiendo opioides no consigan un adecuado 
alivio del dolor y/o presenten efectos secundarios graves o de difícil ma-nejo, 
podrían beneficiarse de un opioide alternativo. 
Las dosis equianalgésicas son específicas para aquellos pacientes en 
los que la analgesia con el primer opioide sea satisfactoria. Sin embargo, 
52 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
53 
2 
DOLOR ONCOLÓGICO 
cuando el opioide es sustituido por una analgesia deficiente y/o excesi-vos 
efectos secundarios, la dosis de inicio debería ser inferior a lo indi-cado 
en las tablas de equianalgesia. En todos los casos la dosis necesa-ria 
debe ser titulada en concordancia con la respuesta clínica individual 
de cada paciente. 
Alternativas a la vía oral en la administración de opioides 
La vía subcutánea es simple y efectiva para la administración de mor-fina. 
Debería ser la primera vía elección alternativa para aquellos pacien-tes 
incapaces de utilizar la vía oral o transdérmica. 
La administración intravenosa debería ser considerada cuando la vía 
subcutánea esté contraindicada (edema periférico, alteraciones de la co-agulación, 
pobre circulación periférica y necesidad de altos volúmenes 
y dosis). 
La administración intravenosa debería ser utlizada para la titulación 
de opioides cuando sea necesario un control rápido. 
La administración espinal (epidural o intratecal) de opioides en combi-nación 
con anestésicos locales o clonidina sería aconsejable en pacientes 
con analgesia inadecuada o con efectos secundarios adversos a pesar 
de un uso óptimo de oral y parenteral de opioides y fármacos no opioides. 
Uso de opioides en dolor irruptivo oncológico 
Las exacerbaciones del dolor como resultado de un mal control del 
dolor basal deberían ser tratadas con dosis adicionales de opioides de li-beración 
rápida. 
El dolor irruptivo puede ser manejado con opioides orales de libera-ción 
rápida o con preparaciones de fentanilo bucales o intranasales. En 
la mayoría de casos estas últimas formulaciones son preferibles a los 
opioides orales por su rapidez de acción y menor duración. 
Las formulaciones de vida media corta podrían ser utilizadas para el 
tratamiento de los episodios predecibles de dolor irruptivo, entre 20 ó 30 
minutos antes. 
Efectos secundarios del uso de opioides 
Algunos fármacos antidopaminérgicos (haloperidol) y otros fármacos 
(metoclopramida), deberían ser utilizados para el tratamiento de la eme-sis 
inducida por opioides. 
Rutinariamente deberían prescribirse laxantes para el manejo o profi-laxis 
del estreñimiento inducido por opioides. Ningún laxante parece su-
perior a otro. Una combinación de fármacos con diferentes modos de 
acción parece ser más eficaz en el estreñimiento resistente a un fár-maco 
aislado. Desde hace relativamente poco tiempo disponemos de 
preparados de oxicodona/naloxona que, manteniendo la analgesia po-tente 
del opioide (oxicodona) previene el estreñimiento asociado al uso 
del opioide (por acción de la naloxona) 
La metilnaltrexona administrada de forma subcutánea debería ser 
considerada en el tratamiento del estreñimiento inducido por opioides 
cuando los laxantes tradicionales no son efectivos. 
El metilfenidato puede ser utilizado para mejora la sedación inducida 
por opioides pero el umbral entre los efectos deseables y los indesea-bles 
es estrecho. 
El delirio, alucinaciones, mioclonus y la hiperalgesia, podrían ser tra-tados 
con una reducción o rotación de opioides. 
Empleo de opioides en pacientes con fracaso renal 
En pacientes con severa afectación de la función renal (filtración glo-merular< 
30 ml/min) los opioides deberían ser usados con precaución. 
El opioide de primera elección debería ser el fentanilo o la buprenorfina 
administrados de forma subcutánea o intravenosa a dosis bajas con una 
consiguiente titulación. 
AINEs y coadyuvantes 
La adición de AINEs a los opioides puede mejorar la analgesia o re - 
ducir la dosis requerida de los opioides. Sin embargo, deberían estar 
restringidos en pacientes ancianos y en aquellos con fallo renal, hepá-tico 
o cardíaco, por sus efectos adversos. El paracetamol sería de elec-ción 
en comparación con el resto de AINEs pero su eficacia no está bien 
documentada. 
La amitriptilina o la gabapentina deberían ser consideradas para pa-cientes 
con dolor neuropático oncológico que responde parcialmente a 
la analgesia con opioides. 
BIBLIOGRAFÍA: 
– Hanks GW, Conno F, Cherny N, Hanna M, Kalso E, McQuay HJ, et al. Morphine and 
alternative opioids in cancer pain: the EAPC recommendations. Br J Cancer 2001; 84: 
587-93 
– González-Escalada, J. R. et al. Código de buena práctica para el control del dolor 
oncológico. Rev. Soc. Esp. Dolor, Abr 2011, vol.18, no.2, p.98-117 
54 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
55 
2 
CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN 
Cefaleas y algias faciales. Cefalea postpunción 
DR. ALBERTO QUIRANTE PIZARRO, DRA. TERESA MUÑOZ MARTÍN y 
DRA. FRANCISCA LÓPEZ RODRÍGUEZ 
Cefalea Cualidad Localización Duración Frecuencia Clínica 
M. sin aura Pulsátil Uni/bilateral 6-48 h. Esporádica Náuseas, 
vómitos 
M. con aura Pulsátil Unilateral 3-12 h. Esporádica Déficits 
transitorios 
C. en racimos Urente Focal 15-120 min. En racimos Lagrimeo, 
Horner 
C. psicógena Opresiva Difusa Constante Constante Depresión, 
ansiedad 
N. Trigémino Lancinante Ramas V Breve Varias al día 
CEFALEAS PRIMARIAS: SIN LESIÓN CEREBRAL SUBYACENTE 
• Migraña. 
• Cefalea tensional. 
• Cefalea en racimos. 
• Hemicraneal paroxística crónica. 
• Miscelánea: Cefalea punzante idiopática, Cefalea por compresión ex-terna, 
Cefalea benigna por la tos, Cefalea asociada al ejercicio físico. 
• Cefalea crónica diaria. 
CEFALEAS SECUNDARIAS: CON ALTERACIÓN CEREBRAL SUBYACENTE 
• Traumatismo craneal. 
• Trastornos vasculares. 
• Enfermedad intracraneal de origen no vascular. 
• Ingesta o supresión de determinadas sustancias. 
• Trastornos metabólicos. 
• Alteración de las estructuras faciales o craneales (ojos, oídos, nariz y 
senos, mandíbulas...). 
• Neuralgia craneal y facial.
Criterios diagnósticos y diagnóstico diferencial de las cefaleas 
según el perfil temporal 
Cefalea aguda de reciente comienzo 
• Inicio súbito (hasta 30 min). 
• Intensidad muy grave. 
• Ausencia de episodios similares previos. 
• Localización bilateral y difusa o frontooccipital. 
• Aumento de la cefalea con la maniobra de Valsalva. 
• Rigidez de nuca. 
• Náuseas y vómitos. 
Diagnóstico diferencial cefalea aguda: 
– HSA (Hemorragia subaracnoidea aneurismática). 
– Meningitis y encefalitis aguda. 
– ACVA (Accidente cerebrovascular agudo). 
– Cefalea vascular. 
56 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 
CRITERIOS DE GRAVEDAD O MANIFESTACIONES CLÍNICAS 
DE ALARMA EN UNA CEFALEA 
• Cefalea intensa de inicio agudo. 
• Cefalea de reciente comienzo en personas mayores de 40 años. 
• Cambio reciente de una cefalea crónica, sin motivo aparente, en su frecuencia, 
intensidad, duración o localización. 
• Cefalea subaguda de frecuencia y/o intensidad creciente. 
• Unilateralidad estricta (excepto cefalea en racimos, hemicraneal paroxística 
crónica, neuralgia occipital, neuralgia del trigémino y hemicráneal continua). 
• Cefalea que empeora con el sueño, en decúbito o maniobras de Valsalva. 
• Falta de respuesta a los tratamientos habituales. 
• Cefalea asociada a signos de disfunción neurológica (alteraciones del comporta-miento 
y carácter, focalidad neurológica, crisis comiciales, papiledema, fiebre, 
rigidez de nuca y/o signos meníngeos positivos). 
• Cefalea desencadenada exclusivamente por la tos o el esfuerzo. 
• Migraña con áurea cuyo déficit neurológico focal no es cambiante en lateralidad ni 
en expresividad clínica. 
• Cefalea crónica diaria de inicio reciente. 
PARA EVALUAR LA GRAVEDAD POTENCIAL DE UNA CEFALEA 
EL PRINCIPAL PARÁMETRO ES SU CURSO TEMPORAL DISTINGUIENDO 
LOS DISTINTOS GRUPOS SEMIOLÓGICOS 
• Cefalea aguda de reciente comienzo (carácter de urgencia). 
• Cefalea aguda recurrente (migraña). 
• Cefalea subaguda regresiva (orgánica). 
• Cefalea crónica no progresiva (tensional).
57 
2 
CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN 
– Ingesta excesiva de alcohol. 
– Asociada a procesos febriles. 
– Cefalea postpunción lumbar. 
– Cefalea coital benigna y tusígena. 
– Arteritis de la arteria temporal. 
– Encefalopatía hipertensiva. 
– Trombosis de senos venosos. 
– Causa ocular u ORL. 
Cefalea aguda recurrente 
• Inicio agudo o subagudo. 
• Intensidad severa. 
• Presencia de episodios de cefaleas similares previas. 
• Carácter pulsátil. 
• Predominantemente hemicraneal. 
• Asociado a: Fotofobia, náuseas y/o vómitos, lagrimeo, rinorrea o tapo-namiento 
nasal. 
• Primer episodio suele ocurrir a los 15-40 años. 
• Exploración neurológica normal con ausencia de focalidad. 
• Duración con o sin tratamiento: min-72 horas. 
Diagnóstico diferencial: 
– Migraña. 
– Cefalea en racimos. 
– Neuralgia del trigémino. 
Cefalea crónica progresiva 
• Inicio subagudo, desde molestia leve hasta cuadros más graves. 
• Progresión lenta en días-semanas. 
• Localización bilateral frontooccipital u holocraneal. 
• Intensidad moderada. 
• Cefalea continua más intensa por las mañanas. 
• Presencia de papiledema en los estadios más avanzados. 
• Puede haber déficit neurológico focal en la exploración. 
Diagnóstico diferencial: 
– Tumores supra e infratentoriales. 
– Hematoma subdural. 
– Absceso cerebral. 
– Pseudotumor cerebral. 
– Trombosis de los senos venosos. 
– Fármacos: Retirada de la medicación esteroidea, intoxicación por 
plomo, vitamina A y tetraciclinas.
Cefalea crónica no progresiva 
• Inicio subagudo. 
• No hay progresión de la enfermedad. 
• Localización holocraneal. 
• Intensidad leve-moderada. 
• Carácter opresivo. 
• Asociada generalmente a otros cuadros (ansioso-depresivos). 
Diagnóstico diferencial: 
– Cefalea tensional episódica (menos de 15 días al mes). 
– Cefalea tensional crónica (más de 15 días al mes) pudiendo estar aso-ciada 
al abuso de medicación analgésica. 
MIGRAÑA 
Esquema de tratamiento de la migraña. 
Crisis leves-moderadas 
• Analgésicos/AINEs (v.o.): Paracetamol 1 gr, AAS 1 gr, Naproxeno 500- 
1.100 mg, Ketorolaco 30-60 mg, Ibuprofeno 600-1.200 mg. 
• Antieméticos: Metoclopramida 10 mg, Domperidona 10-30 mg. 
• En caso de no eficacia: Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1 B/ 1D. 
Crisis moderadas-intensas 
• Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1 B/ 1D: 
– Sumatriptán 50-100 mg v.o., 20 mg nasal ó 6 mg s.c. 
– Naratriptán 2,5-5 mg comprimido recubierto o comprimido dis-persable. 
– Zolmitriptán 2,5-5 mg comprimido recubierto o comprimido dis-persable. 
– Rizatriptán 10 mg comprimidos ó 10 mg liofilizado oral. 
– Almotriptán 12,5 mg comprimidos. 
• Analgésicos (AINE) i.m.: Diclofenaco 75 mg, Ketorolaco 30-60 mg. 
• Antieméticos: Metoclopramida 10 mg i.m., Domperidona 10-30 mg v.o. 
Estatus migrañoso: episodio de migraña con cefalea que no mejora 
a pesar de tratamiento durante > 72 horas 
• Sumatriptán 6 mg s.c., 20 mg nasal. 
• Analgésicos (v. parenteral): AINE: Ketorolaco 30-60 mg, Diclofenaco 75 
mg. OPIACEOS (sólo en situaciones especiales): Meperidina 100 mg. 
• Antieméticos (v. parenteral): Metoclopramida 10 mg. 
• Reposición Hidrosalina intravenosa. 
58 
2 
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
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2 
CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN 
• Sedación vía parenteral con Clorpromazina 12,5-25 mg ó Diazepam 
10 mg. 
• Corticoides: Si falla todo lo previo: Dexametasona 4-20 mg (reduc-ción 
progresiva en días), Metilprednisolona 60-120 mg parenteral con 
reducción paulatina. 
Tratamiento preventivo: 
¿Cuándo? 
• Frecuencia ≥ 3 ataques/mes. 
• Frecuencia < 3 ataques/mes si presenta: 
– Ataques muy intensos e incapacitantes. 
– Asociación con manifestaciones neurológicas focales. 
– Ataques de duración prolongada. 
¿Cómo? 
• B-Bloqueantes: Propranolol 40-140 mg/día o Atenolol 50-100 mg/día. 
• Calcio-antagonistas: Nicardipino 40-60 mg/día en 2,3 dosis, Verapamilo 
80-240 mg/día en 1-3 dosis. 
• Antidepresivos: Amitriptilina 25-75 mg al día. 
• Ac. Valproico: 200 mg durante 1 semana, 400 mg durante la segunda 
semana y 500 mg posteriormente. 
Cefalea tensional 
Tipos 
• Episódica: < 15 episodios al mes. 
• Crónica: ≥ 15 episodios al mes durante 6 meses. 
Tratamiento sintomático 
• Analgésicos-AINEs. Evitar ergotamínicos, Cafeína y Codeína. 
Tratamiento preventivo: 
Se debe administrar en cefaleas tensionales crónicas y en las episódi-cas 
que obliguen a toma de analgésicos durante más de 8 días al mes. 
• 1.ª Opción: ADT (Amitriptilina 10-75 mg al día ó Imipramina 25-75 mg 
al día) y se puede asociar Diazepam 5-10 mg/12 h. 
• 2.ª Opción: ISRS: Sertralina 50 mg/día o Escitalopram 20 mg/día. 
Cefalea en racimos 
Tipos 
• Episódica: Los períodos de cefalea duran entre 7 días y 1 año sepa-rado 
por períodos sin dolor que duran 14 días o más. 
• Crónica: Los episodios de cefalea se producen durante más de 1 año 
sin remisiones o con remisiones que duran menos de 14 días.
Tratamiento sintomático de los ataques 
• Sumatriptán 6 mg s.c. que se puede repetir cada 12 horas. 
• Oxígeno en mascarilla al 100%. 
Tratamiento preventivo 
Variante episódica 
• Prednisona: 40-80 mg en dosis matutina. Mantener hasta dos sema-nas 
libre de dolor y posteriormente supresión gradual en 2-3 sema-nas. 
Se puede administrar solo o asociado a verapamilo. 
• Verapamilo: 240-360 mg/día repartidos en 3-4 tomas. Mantener hasta 
2 semanas libres de dolor y después reducir 80 mg cada 3 días. 
• Carbonato de Litio: 200-400 mg cada 12 horas. Sólo si fracasa lo ante-rior. 
Mantener niveles plasmáticos de 0,15-1 mEq/l. Mantener hasta 
dos semanas libre de dolor y reducir 150 mg cada 3 días. Precisa con-troles 
analíticos periódicos. 
• Si fracasa lo previo valorar Valproato, asociaciones Verapamilo + Litio. 
Variante crónica 
• Carbonato de Litio: 200-400 mg cada 12 horas. Es el fármaco de elec-ción, 
sólo o asociado a Verapamilo. Si desaparece la cefalea mantener 
1 mes y suspender. 
• Verapamilo: 240-360 mg/día repartidos en 3-4 tomas. Si no hay me-joría 
asociar tartrato de Ergotamina. 
• Tartrato de ergotamina: 1-2 mg/día/ vía rectal. 
Si fracasa lo previo, valorar Capsaicina, Valproato, Clorpromazina y ciru-gía 
en casos excepcionales. 
Neuralgia del trigémino 
• Espasmos muy dolorosos, como pulsaciones eléctricas penetrantes 
que generalmente duran unos cuantos segundos o minutos, pero 
pueden volverse constantes. 
• El dolor por unilateral, con frecuencia alrededor del ojo, la mejilla y la 
parte baja de la cara. 
• El dolor se puede desencadenar por contacto o sonidos. 
Tratamiento sintomático 
• Carbamacepina: 600-1.200 mg v.o., comenzando por 300 mg/día 
aumentando 100 mg/día hasta dosis plena. 
• Baclofeno: empezar con 5 mg/8 horas hasta llegar si precisa hasta 
dosis de 75 mg/día dividido en tres tomas diarias. 
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PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
Manual práctico del tratamiento del dolor
Manual práctico del tratamiento del dolor
Manual práctico del tratamiento del dolor
Manual práctico del tratamiento del dolor
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Manual práctico del tratamiento del dolor

  • 1. Manual práctico del tratamiento del dolor Unidad del Dolor del Hospital Torrecárdenas. Almería
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  • 3. Manual práctico del tratamiento del dolor Editores-Coordinadores JOSÉ ANTONIO DELGADO TAPIA JUAN SALMERÓN CEREZUELA Unidad de Dolor del Hospital Torrecárdenas. Almería
  • 4. Esta información es de carácter científico y técnico y está dirigida a los profesionales de la salud facultados para prescribir o dispensar medica-mentos en España con finalidades formativas y educativas siendo, por tanto, necesaria una formación especializada para su correcta interpre-tación (en adelante Contenidos). Los Contenidos están compuestos por opiniones, criterios, conclusiones y/o hallazgos propios de los autores que figuran como tal en cada una de las partes del mismo, reproduci-dos de una manera fiel y honesta con respecto a la información profe-sionalmente analizada por los mismos en estricto cumplimiento de la normativa vigente y respetando los derechos de propiedad intelectual que pudieran existir sobre los mismos. Los Contenidos pueden no coin-cidir necesariamente con la documentación científica o ficha técnica correspondiente aprobada por las autoridades sanitarias competentes, recomendándose encarecidamente su contraste con la información científico-técnica disponible en cada momento y su consulta con el depar tamento científico correspondiente. MUNDIPHARMA y FERRER únicamente recomiendan el uso de sus productos de acuerdo con el contenido de sus respectivas fichas técnicas y en las indicaciones de-bidamente autorizadas. Oxicodona LP/Naloxona LP está indicada para dolor intenso, que sólo se puede tratar adecuadamente con analgésicos opioides. El antagonista opioide naloxona se añade para contrarrestar el estreñimiento inducido por opioides, al bloquear la acción de la oxicodona en los receptores opioides que se encuentran en el intestino.
  • 5. ÍNDICE 1. GENERALIDADES Historia clínica. Entrevista clínica. Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Clasificación del dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Medición del dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 2. PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN Síndromes miofasciales. Lumbalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Dolor neuropático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Dolor oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Cefaleas y algias faciales. Cefalea postpunción . . . . . . . . . . . . . . . 55 Fibromialgia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Unidad del dolor agudo postoperatorio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 3. VADEMECUM Escalera analgésica de la OMS. Ascensor analgésico. Cuarto escalón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Analgésicos y AINEs. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Opioides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Coadyuvantes: Antiepilépticos, antidepresivos, miorrelajantes ketamina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Antieméticos. Laxantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Tratamientos tópicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Interacciones medicamentosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 Recomendaciones para la utilización de opiáceos mayores en dolor crónico no oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 3
  • 6.
  • 7. Este manual nace con el fin de poder ofrecer una herramienta útil y provechosa para todo aquel profesional que tenga que tratar el dolor de sus pacientes. Surge de la práctica diaria de los profesionales que se enfrentan a enfermedades y secuelas que se acompañan tanto de dolor agudo como crónico. Pretende ser claro, conciso y manejable, permitiendo abordar aspec-tos básicos como la historia clínica orientada, su exploración y su medi-ción con diferentes escalas. Al mismo tiempo aporta una serie de pro-tocolos que pueden ser orientativos en las patologías dolorosas más prevalentes en el día a día de una unidad del dolor. Finalmente, añadi-mos un vademécum con los fármacos más utilizados en el tratamiento del dolor, contemplando conceptos como la rotación de opioides, las interacciones medicamentosas y el tratamiento de los efectos secunda-rios 5 más importantes. INTRODUCCIÓN LOS AUTORES Unidad del Dolor. Hospital Torrecárdenas. Almería.
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  • 9. ÍNDICE DE AUTORES 7 AMARAL CAVALCANTE, WILSIANE MIR Anestesiología y Reanimación. ARNEDO RUÍZ, CATIA MIR Anestesiología y Reanimación. BONILLA GARCÍA, JOSÉ LUIS MIR Anestesiología y Reanimación. CARRICONDO MARTÍNEZ, MARÍA ISABEL DUE Unidad del Dolor. CORTIÑAS SÁENZ, MANUEL FEA Anestesiología y Reanimación. DELGADO TAPIA, JOSÉ ANTONIO FEA Anestesiología y Reanimación. ESTÉVEZ SANTIAGO, JONATHAN MIR Anestesiología y Reanimación. GARCÍA VILLALBA, FRANCISCO FEA Anestesiología y Reanimación. JEREZ COLLADO, FRANCISCO DUE Unidad del Dolor. JIMÉNEZ AYALA, IRENE FEA Anestesiología y Reanimación. LÓPEZ MARTÍN, RAMÓN MIR Anestesiología y Reanimación. LÓPEZ RODRÍGUEZ, FRANCISCA FEA Anestesiología y Reanimación. MENOYO ALONSO, BEATRIZ. FEA Anestesiología y Reanimación. Hospital Basurto. Bilbao. MORA CERÓN, KAROLYN MIR Anestesiología y Reanimación. MUÑOZ MARTÍN, TERESA FEA Anestesiología y Reanimación. Hospital de Poniente. Almería. NAVAJAS GÓMEZ DE ARANDA, ANA ISABEL FEA Anestesiología y Reanimación. QUIRANTE PIZARRO, ALBERTO FEA Anestesiología y Reanimación. SALMERÓN CEREZUELA, JUAN FEA Anestesiología y Reanimación. SANTIAGO MARTÍN, JOSÉ FEA Anestesiología y Reanimación. SOTO MARTÍN, MARIANO MIR Anestesiología y Reanimación. VEGA SALVADOR, ANA MIR Anestesiología y Reanimación.
  • 10.
  • 11. GENERALIDADES 1 HISTORIA CLÍNICA. ENTREVISTA CLÍNICA. EXPLORACIÓN Historia clínica. Entrevista clínica. Exploración DRA. ANA VEGA SALVADOR, DRA. ANA ISABEL NAVAJAS GÓMEZ DE ARANDA y DRA. CATIA ARNEDO RUIZ HISTORIA CLÍNICA La historia clínica sigue siendo la herramienta básica en la evaluación del paciente con dolor. Ante un paciente que acude a la Unidad del Dolor se deben de seguir los siguientes pasos: • Historia del síntoma dolor: localización, tipo, intensidad, tiempo… • Historia clínica detallada: valoración física y psíquica • Exploración • Diagnóstico • Tratamiento • Seguimiento con cierta periodicidad • Valoración de los resultados del proceso: – Disminución del dolor. – Reducción del consumo de fármacos. – Mejora de la actividad diaria. – Incorporación a las actividades habituales y el trabajo. Los objetivos que nos planteamos antes de comenzar la entrevista clínica al paciente con dolor son: • Establecer una relación médico-paciente. • Evaluar la situación psicológica, física, laboral, legal y de incapacidad. • Evidenciar factores que permiten el diagnóstico. • Eliminar datos irrelevantes. • Evaluación de tratamientos previos. • Reconocer señales de peligro que pueden impedir el diagnóstico y tratamiento. 9
  • 12. ENTREVISTA CLÍNICA Generar un ambiente confortable y cómodo para el paciente, donde se respete su privacidad y dignidad, permite establecer una relación de confianza entre el enfermo y el entrevistador que permitirá una comuni-cación buena y prolongada en el tiempo, obteniendo mejores resultados. La entrevista debe ser lo menos dirigida posible, comenzando con preguntas abiertas que permitan exponer al paciente sus dolencias y preocupaciones. Posiblemente deberá de dirigir algunos aspectos de la entrevista si la información aportada por el paciente se torna menos re-levante. La entrevista debe seguir la siguiente sistemática: 10 1 GENERALIDADES PREGUNTAR Preguntar por la dolencia princi-pal y aceptar la valoración del propio paciente. ¿Qué le pasa? EVALUAR Comienzo, duración, evolución ¿Desde cuándo? ¿Cómo ha evolucionado? Localización, irradiación ¿Dónde le duele? ¿Se extiende o es fijo? Calidad (sordo, punzante, difuso, lacerante…) ¿Cómo es? Intensidad (escalas del dolor) ¿Cuánto le duele? Factores que exacerban o alivian ¿Con qué se alivia? ¿Con qué se agrava? Síntomas acompañantes ¿Qué más le ocurre? Efectos sobre la función ¿Cuánto le afecta? y calidad de vida Objetivos del paciente frente a su dolor ¿Qué espera de nosotros? Respuesta a tratamientos anteriores ¿Qué ha tomado? ¿Cómo le ha ido? ANTECEDENTES PERSONALES Alergias a medicación ¿Tiene alergias a fármacos? Enfermedades concomitantes ¿De qué enfermedades padece? Tratamiento habitual ¿Qué tratamiento tiene habitualmente? Hábitos tóxicos ¿Fuma, bebe o consume drogas? Intervenciones quirúrgicas ¿Se ha intervenido alguna vez de algo? Antecedentes de traumatismos ¿Ha tenido algún accidente? Situación personal (laboral, ¿Dónde trabaja? familiar...) ¿Cómo es su familia?... Efectos sociales del dolor ¿Cómo le ha repercutido el dolor en su vida? Continua
  • 13. EXPLORACIÓN La exploración física del paciente con dolor debe incluir un examen físico completo independientemente de la zona donde se asienta el dolor. Un examen detallado permitirá establecer un estado inicial a par-tir del cual realizar una evaluación continua del progreso de un paciente a lo largo del seguimiento en las distintas visitas a la consulta. La información se puede ir obteniendo desde la entrada del paciente a la consulta; la observación de conductas de dolor o el aspecto del paciente nos pueden proporcionar datos adicionales. La utilización de férulas o los movimientos compensatorios para proteger una región del cuerpo que duele, y la coherencia de tales acciones deben ser observadas. La exploración de la zona dolorosa debe valorar tanto el dolor como otros signos y síntomas asociados dependiendo del área dolorosa. Es importante comprobar la existencia de limitación del movimiento, dismi-nución de la capacidad funcional, pérdida de fuerza, cambios de color o temperatura, alteraciones de la sensibilidad (disestesias, hipoestesias, hiperalgesia…) o cualquier otra manifestación clínica asociada. La exploración física, junto con la historia clínica, nos permitirán distinguir: • Qué tipo de dolor es el que padece el enfermo. • Identificar el tejido origen del dolor (músculo, tendón, nervio, raíz nerviosa, plexo, sistema nervioso central…) • Identificar los mecanismos participantes en la producción del dolor. • Identificar el síndrome doloroso o proceso causante. 11 1 HISTORIA CLÍNICA. ENTREVISTA CLÍNICA. EXPLORACIÓN ANTECEDENTES FAMILIARES Dolor de características diferentes ¿Algún familiar ha tenido algún dolor de otro tipo? Dolor de características similares ¿Algún familiar ha tenido algún dolor parecido? Enfermedades incapacitantes ¿Tiene familiares con algún grado de incapacidad o dificultad? Otras enfermedades ¿Alguna enfermedad importante en su familia? Familiares fallecidos y causa de muerte ¿Ha muerto algún familiar cercano? ¿De qué murió? Viene de la página anterior
  • 14. 12 1 GENERALIDADES BIBLIOGRAFÍA – Pallarés J, Seijo F, Canós MA, Camba NA. Historia Clínica. Método de exploración, evaluación y diagnóstico en Terapeútica del Dolor. Cap 43. En Medicina del dolor. Torres LM, Ed. Masson Barcelona, España 1977: 545-555. – Blanco Tarría E, Espinosa Almandro JM, Marcos Vaveras H, Rodríguez López MJ. Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor y su Tratamiento. IMC editorial. Madrid, 2004. – Abrams B. Historia Clínica del paciente con dolor. En: Raj PP ed. Tratamiento Práctico del Dolor 3ª ed. Madrid: editorial Harcourt 2002: 349-355. – Keogh E, Herdenfeltidl Grader. Coping and perception of pain. Pain 2002; 97: 195-202
  • 15. 13 1 CLASIFICACIÓN DEL DOLOR Clasificación del Dolor DR. RAMÓN LÓPEZ MARTÍN, DRA. IRENE JIMÉNEZ AYALA y DR. JOSÉ LUIS BONILLA GARCIA Cuando nos enfrentamos a un paciente con dolor, es fundamental conocer las características del mismo para poder clasificarlo. Solo así sabremos a qué nos enfrentamos, y podremos determinar cuál es el mejor tratamiento en cada caso. Aunque hay muchas clasificaciones, proponemos una dividida en 5 dimensiones: duración, patogenia, localización, intensidad y curso. DURACIÓN • Agudo: Es el más frecuente. Remite a medida que disminuye la causa. Su duración no supera los 3 meses. Escaso componente psi-cológico. • Crónico: Más de 3 meses de duración. El síntoma doloroso se con-vierte en la propia enfermedad. La persona organiza su vida entorno al dolor. PATOGENIA • Neuropático: Se debe a lesiones en el sistema nervioso, central y/o periférico. Puede tener causas traumáticas, metabólicas, tóxicas… Es persistente y de difícil tratamiento, siendo resistente a los trata-mientos habituales. Se acompaña de: – Hiperalgesia: respuesta dolorosa aumentada a un estímulo que nor-malmente es doloroso. – Hiperestesia: aumento de la sensibilidad a la estimulación táctil, como la sensación de cosquilleo o embotamiento. – Alodinia: dolor tras un estímulo que generalmente no produce dolor. – Parestesia: sensación anormal que puede ser tanto espontánea como inducida. Se traduce en una sensación de hormigueo, ador-mecimiento o acorchamiento. – Disestesia: sensación anormal desagradable que puede ser espon-tánea o inducida. • Nociceptivo: Producido por estímulos sobre un sistema nervioso sano. Según su localización se divide en somático y visceral. • Psicógeno: Vivencia dolorosa que no se corresponde con una lesión que justifique ese dolor. El paciente no se inventa el dolor, lo percibe
  • 16. como real, pero depende directamente del estado anímico, y se le otorga una función triple: señal intensa de alerta, señal comunicativa (petición de ayuda) y señal de angustia. LOCALIZACIÓN • Somático: Estimulación excesiva de nociceptores somáticos, sean su-perficiales Contínuo (piel) o profundos (músculos, tendones…). • Visceral: Responde a una estimulación de nociceptores que se en-cuentran en las vísceras (hígado, corazón…), suele ser peor locali-zado. INTENSIDAD • Leve: No interfiere con la vida cotidiana de la persona. • Moderado: Requiere tratamiento con opioides menores. Interfiere con las actividades habituales. • Grave: Impide el descanso y el desarrollo normal de las actividades diarias. Requiere tratamiento intenso con opioides mayores. CURSO • Contínuo: No sufre variaciones importantes durante el día. No des-aparece. • Irruptivo: Una exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la base de un dolor persistente estable. – Incidental: es un subtipo de dolor irruptivo que está inducido por el movimiento o alguna acción voluntaria del enfermo. – No incidental: aparece sin ninguna acción voluntaria del enfermo. 14 1 GENERALIDADES Irruptivo Leve Moderado Severo Somático Visceral Neuropático Nociceptivo Psicógeno Agudo Crónico DOLOR Curso Intensidad Localización Patogenia Duración
  • 17. 15 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Medición del dolor DR. JOSÉ LUIS BONILLA GARCÍA, DRA. CATIA ARNEDO RUÍZ, y DR. RAMÓN LÓPEZ MARTIN Para tratar el dolor de manera correcta, es necesario valorar su pre-sencia, gravedad y frecuencia. Por otro lado, es conveniente cuantificar la magnitud del dolor, para lo cual disponemos de distintos métodos que nos permitirán evaluar el dolor, tanto al inicio como en las sucesi-vas consultas. De esta manera, las escalas, que comentamos a conti-nuación, permiten realizar un seguimiento del dolor, valorando la efec-tividad del tratamiento aplicado, con el objetivo final de proporcionar al paciente el tratamiento más adecuado. MÉTODOS OBJETIVOS Podemos distinguir tres tipos de medidas: Valoración conductual Se basa en la observación y análisis de aquellas actitudes o compor-tamientos que presenta la persona que padece dolor (llanto, muescas, suspiros, absentismo laboral…). Están influidas por el entorno cultural, los estados emocionales y la variabilidad psicológica. En niños pequeños, las escalas objetivas son las más usadas y se han desarrollado gran número de ellas, siendo las más usadas: • Neonatal Infant Pain Scale PAIN (NIPS): La puntuación respecto al dolor tiene como extremos del intervalo 0 a 7. PARÁMETROS PUNTUACIÓN 0 1 2 Expresión facial Normal Gesticulación (ceja frun-cida, contracción nasola-bial y/o de párpados) Llanto Sin llanto Presente, consolable Presente, continuo o no controlable Patrón respiratorio Normal Incrementado o irregular Movimiento brazos Reposo Movimientos Movimiento piernas Reposo Movimientos Estado de vigilia Normal Despierto continuamente La interpretación puntuación total es: 0: No dolor; 7: Máximo dolor imaginable.
  • 18. • Washington DC Pediatric Objetive Pain Scale: validada para niños en edades preverbal y escolar. 16 1 GENERALIDADES PARÁMETRO CRITERIO PUNTUACIÓN Presión arterial Aumento < 10% cifra basal Aumento 10-20 % cifra basal Aumento 20-30% cifra basal 0 1 2 Llanto Sin llanto Llanto consolable Llanto no consolable 0 1 2 Movimiento Relajado, Tranquilo Inquieto, intranquilo No controlable 0 1 2 Agitación Dormido y/o tranquilo Furioso pero se calma Histérico, sin consuelo 0 1 2 Lenguaje/ Expresión corporal Dormido o contento No localiza el dolor Localiza el dolor-verbaliza 0 1 2 • CRIES: Desarrollada por Krechel y Bildner. Se emplea para evaluar el dolor postoperatorio del recién nacido. Se requieren 2 minutos para la evaluación, y ha de reevaluarse cada 2 horas. PARÁMETROS PUNTUACIÓN 01 2 Llanto No Tono agudo-consolable Inconsolable FiO2 para Aire ambiental < 0,3 > 0,3 SatO2 > 95% FC o TAS ≤ preoperatorio (basal) Aumento < 20% basal Aumento > 20% basal Expresión Neutra Muecas Muecas/Gemidos Período de sueño Normal Se interva-los despierta a frecuentes Constantemente despierto La interpretación de la puntuación total en ambas escalas es: 0: No dolor; 1-2: Dolor leve; 3-5: Dolor moderado; 6-8: Dolor intenso; 7-10: Dolor insoportable.
  • 19. 17 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Evaluación de parámetros fisiológicos • Índices autonómicos: FC, TA, conductancia de la piel, sudoración… Útiles en niños y en personas con las que es difícil comunicarse. • Registro electromiográficos. • Potenciales evocados. • Registro electroencefalográfico (EEG). • Imágenes cerebrales (PET). • Factor de restauración respiratoria. Parámetros bioquímicos • Medición de niveles hormonales (ACTH, ADH, aldosterona, cortisol, glucagón), • Medición de niveles de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina). • Medición de niveles de glucosa. • Medición péptidos opioides endógenos (POE). El empleo tanto de los parámetros fisiológicos así como de las deter-minaciones bioquímicas para la valoración del dolor es objeto de contro-versia, debido a que no constituyen métodos específicos para la evalua-ción del dolor. Las alteraciones en dichas mediciones que se presentan en los pacientes con dolor pueden estar justificadas por otras situacio-nes que provoquen un estado de estrés en el organismo, sin necesi-dad de la presencia de dolor. Por ello, es más fiable y preferible la valo-ración del dolor por métodos subjetivos. MÉTODOS SUBJETIVOS En estas escalas es el paciente quien nos informa de su propio dolor. Escalas unidimensionales Consideran al dolor una dimensión simple y se valora sólo su inten-sidad, cuantifican su intensidad, utilizando formatos descriptivos, nu-méricos, análogos visuales, de valoración conductual o de representa-ción de expresiones faciales. Son fáciles de aplicar y relativamente fiables, aunque deben ser utilizados junto a otros métodos de evalua-ción porque no contemplan otros aspectos del dolor. • Escala visual analógica (EVA): La escala visual analógica permite cuan-tificar numéricamente la intensidad del dolor que sufre el paciente. Consiste en una línea de 10 cm de longitud, en la cual el extremo iz-quierdo significa “ausencia de dolor” y el extremo derecho “máximo
  • 20. dolor”. El paciente debe indicar cuanto le duele marcando en un punto de la línea, cuya distancia se traduce en centímetros medidos desde el extremo izquierdo hasta el punto señalado por el paciente. (0) (10) Ausencia de dolor Máximo dolor • Escala numérica: La escala numérica es el método más sencillo y utili-zado para la medida de la intensidad del dolor. Se pide al paciente que indique la intensidad de su dolor en números en una escala de 0 a 10, en la cual el 0 representa “ausencia de dolor” y el 10 “máximo dolor”. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 18 1 GENERALIDADES Ausencia de dolor Máximo dolor • Face Rating Scale: En los pacientes pediátricos y en aquellos que tie-nen dificultades con la EVA o con la escala numérica, se puede utili-zar la escala de “caritas”. Fue descrita inicialmente para los pacien-tes pediátricos y posteriormente modificada para su utilización con pacientes adultos. Escalas multidimensionales Incluyen todas aquellas escalas desarrolladas de manera específica para la evaluación de los distintos aspectos relacionados con el dolor. • Índice de Lattinen: Es un cuestionario que recoge información relativa a la intensidad del dolor y su correspondiente impacto en la vida diaria. Consta de cinco subescalas: intensidad del dolor, frecuencia, consumo de analgésicos, nivel de actividad, reposo nocturno. Cada subescala tiene 5 ítems tipo Likert puntuados de 0 a 4. De la suma de los valores de las cinco subescalas, se obtiene un valor total que oscila de 0 a 20 puntos.
  • 21. Ligero Modesto Intenso Insoportable Raramente Frecuente Muy frecuente Continuo No toma analgésicos Ocasionalmente Regular y pocos Regular y muchos Muchísimos Ligera Moderada Ayuda necesaria Total Índice de Lattinen Horas de sueño Como siempre Algo peor de la habitual Se despierta frecuentemente Menos de 4 horas Precisa hipnóticos Interpretación puntación total: A mayor puntuación, mayor gravedad. 19 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Intensidad del dolor Nulo 0 1 2 3 4 Frecuencia del dolor Nunca 0 1 2 3 4 Consumo de analgésicos 0 1 2 3 4 Incapacidad Ninguna 0 1 2 3 4 0 1 2 3 +1 • Cuestionario breve de dolor (Brief Pain Inventory): Se diseñó para medir y detectar los cambios en el nivel de dolor, que sufre un pa-ciente, sin tener en cuenta cuál es su enfermedad o afecta. Los ítems del Cuestionario Breve del dolor están distribuidos en dos dimensiones: intensidad del dolor e interferencia del dolor con las acti-vidades. Estos ítems se puntúan en una escala numérica con valores del 0 al 10, de “ausencia de dolor o interferencia en la vida diaria” a “peor dolor imaginable o afectación máxima en la vida diaria”. La validación del cuestionario al español, incluyó únicamente las dos dimensiones cita-das. Los ítems evaluados son: – Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que mejor describe la intensidad máxima de dolor sentido en las últimas 24 horas.
  • 22. – Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que mejor describe la intensidad mínima de dolor sentido en las últi-mas 24 horas. – Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que mejor describe la intensidad media de dolor sentido. – Clasifique su dolor haciendo un círculo alrededor del número que mejor describe la intensidad de su dolor actual. – ¿En las últimas 24 horas, cuánto alivio ha sentido con el tratamiento o con el medicamento? Indique con un círculo el porcentaje que mejor se adapta a su alivio. – Haga un círculo alrededor del número que mejor describe la ma-nera en que el dolor ha interferido, durante las últimas 24 horas, con su: • Actividad en general. • Estado de ánimo. • Capacidad de caminar. • Trabajo normal (ya sea en casa o fuera). • Relaciones con otras personas. • Sueño. • Capacidad de diversión. 20 1 GENERALIDADES 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Ningún dolor El peor dolor imaginable OTROS MÉTODOS Escala de valoración del sueño La escala del sueño del Medical Outcomes Study (MOS) consiste en un instrumento de 12 ítems que explora el impacto ocasionado por el dolor, la enfermedad o un tratamiento o, en general, cualquier estímulo externo sobre los atributos de la calidad del sueño: cantidad, sueño óp-timo, alteraciones del sueño (tiempo que tarda en conciliar el sueño, sueño inquieto, despertares bruscos durante la noche y tiempo que tarda en conciliar el sueño de nuevo) y somnolencia diurna. Cada atri-buto se puntúa independientemente, de menor a mayor impacto en el mismo (a menor puntuación, impacto más negativo), excepto para los atributos de sueño óptimo (4, 12) (mayor puntuación, impacto más ne-gativo en el atributo).
  • 23. 1: Siempre; 2: Casi siempre; 3: Bastante a menudo; 4: A menudo 5: En ocasiones; 6: Nunca 21 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Escala del sueño 1. ¿Habitualmente cuánto tiempo ha tardado en quedarse dormido du-rante las últimas 4 semanas? (Señale una opción) 0-15 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16-30 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31- 45 minutos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46- 60 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Más de 60 minutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. De media, ¿Cuánto tiempo ha dormido cada noche durante las últi-mas 4 semanas? Escriba el número de horas por noche: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Durante las últimas 4 semanas, Ud.: 1 2 3 4 5 6 3. ¿Ha tenido la sensación de que su sueño no era tranquilo (movimientos constantes, sen-sación de tensión, hablar..) mientras dormía? 4. ¿Ha dormido lo suficiente para sentirse descansado al despertarse? 5. ¿Se ha despertado con sensación de falta de aire o con dolor de cabeza? 6. ¿Se ha sentido aletargado o somnoliento durante el día? 7. ¿Ha tenido problemas para dormirse? 8. ¿Se ha despertado mientras dormía y le ha costado volver a conciliar el sueño? 9. ¿Ha tenido dificultades en mantenerse despierto durante el día? 10. ¿Ha roncado mientras dormía? 11. ¿Ha dormitado (5 min o más) durante el día? 12. ¿Ha dormido cuánto necesitaba?
  • 24. Escala de calidad de vida El SF-12 es una versión reducida del cuestionario de salud SF-36, dise-ñada para usos en que este sea demasiado largo. El SF-12 se contesta en una media de ≤ 2 minutos y el SF-36 entre 5 y 10 minutos. Consta de 12 items provenientes de las 8 dimensiones del SF-36: fun-ción física (2), función social (1), rol físico (2), rol emocional (2), salud mental (2), vitalidad (1), dolor corporal (1), salud general (1). 22 1 GENERALIDADES Calidad de vida: Encuesta de salud SF-12 Instrucciones: Las preguntas que siguen se refieren a lo que usted piensa sobre su salud. Sus respuestas permitirán saber cómo se encuentra usted y hasta qué punto es capaz de hacer sus actividades habituales.Por favor, contestes cada pregunta mar-cando una casilla. Si no está seguro/a de cómo responder a una pregunta, por favor, conteste lo que le parezca más cierto. 1. En general, usted diria que su salud es: Excelente Muy Buena Buena Regular Mala Las siguientes preguntas se refieren a actividades o cosas que usted podría hacer en un dia normal. Su salud actual ¿le limita para hacer esas actividades o cosas? Si es así, ¿cuanto? Sí, me limita mucho Sí, me limita un poco No, no me limita nada 2. Esfuerzos moderados, como mover una mesa, pasar la as-piradora o caminar una hora. 3. Subir varios pisos por la es-calera Durante las cuatro últimas semanas ¿has tenido alguno de los siguientes problemas en su trabajo o en sus actividades cotidianas a causa de su salud física? Sí No 4. ¿Hizo menos de lo que hubiera querido hacer? 5. ¿Tuvo que dejar de hacer algunas tareas en su trabajo o en sus actividades cotidianas? Durante las cuatro últimas semanas ¿has tenido alguno de los siguientes problemas en su trabajo o en sus actividades cotidianas a causa de algún problema emocional como estar triste, deprimido o nervioso? Sí No 6. ¿Hizo menos de lo que hubiera querido hacer por algun problema emocional? 7. ¿No hizo su trabajo o sus actividades cotidianas como costumbre, por algun problema emocional? Continua
  • 25. Viene de la página anterior 8. Durante las cuatro últimas semanas ¿hasta que punto el dolor le ha dificultado su trabajo habitual incluido el trabajo fuera de casa y las tareas domésticas? 1. Nada 2. Un poco 3. Regular 4. Bastante 5. Mucho Las preguntas que siguen se refíeren a cómo se ha sentido y cómo le han ido las cosas durante las últimas cuatro semanas. En cada pregunta responda lo que se parezca más a cómo se ha sentido usted. Durante las últimas semanas. ¿Cuanto tiempo... Siempre Casi siempre 12. Durante las cuatro últimas semanas ¿con qué frecuencia la salud física o los problemas emocionales le ha dificultado sus actividades sociales (como visitar a los amigos o familiares)? Siempre Casi siempre Algunas veces Sólo alguna vez Nunca Por favor, en las preguntas de abajo, complete el cuestionario marcando una respuesta para cada pregunta. 23 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Muchas veces Algunas veces Solo alguna vez Nunca 9. ¿Se sintió tranquilo? 10. ¿Tuvo mucha energia? 11. ¿Se sintió desanimado y triste? Escalas de valoración de dolor neuropático • Cuestionario DN4: Se basa en 4 preguntas que generan 10 puntos, una respuesta positiva valor de 1, una respuesta negativa valor de 0. • Entrevista con el paciente 1. ¿Tiene el dolor una o más de las siguientes características? Sí No 1. Quemazón 2. Sensación de frío doloroso 3. Descargas eléctricas 2. ¿Se asocia el dolor con uno o más de los siguientes síntomas en la misma zona? Sí No 4. Hormigueo 5. Sensación de alfileres y agujas 6. Entumecimiento 7. Picazón
  • 26. Examen del paciente Interpretación de la puntuación total: Se confirma el diagnóstico y se considera caso de estudio si la puntuación es mayor o igual a 4 / 10. 24 1 GENERALIDADES 3. ¿Está el dolor localizado en una zona donde el examen físico puede mos-trar una o más de las siguientes características? Sí No 8. Hipoestesia al tacto 9. Hipoestesia a los pinchazos 4. En la zona dolorosa, el dolor puede ser causado o incrementado por: Sí No 10. Hipoestesia al tacto Suma de todos los puntos positivos. . . . . . . . . Puntuación del paciente: . . . /10 • Leeds Assessment of Neuropathic Symptoms and Signs (LANSS): Aná-lisis de la descripción sensorial y la exploración de la disfunción sen-sorial en la cabecera del paciente. A. Cuestionario del dolor Piense en cómo ha sentido su dolor en la última semana. Por favor diga si las siguientes frases describen exactamente su dolor. 1. ¿Siente su dolor como una desagradable y extraña sensación en su piel? Las siguientes palabras pueden describir esa sensación: Pinchazos, hormigueos, agujas, chinchetas. – NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 2. El aspecto de la piel en el área dolorosa, ¿parece diferente de lo normal? Las siguientes palabras podrían describir esa sensación: Enrojecimiento, man-chas, moteado. – NO, mi dolor no afecta al color de la piel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SÍ, he notado que el dolor hace que mi piel parezca distinta de lo normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 3. ¿Su dolor hace que su piel sea anormalmente sensible cuando se le toca? Esas sensaciones desagradables pueden provocarse acariciando la piel ligeramente, o por la ropa. – NO, el dolor no hace más sensible la piel en esa zona . . . . . . . . . . . . (0) – SÍ, mi piel parece anormalmente sensible cuando me toco esa zona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3) Continua
  • 27. 25 1 MEDICIÓN DEL DOLOR Viene de la página anterior 4. ¿Su dolor aparece repentinamente como si fueran descargas sin ninguna razón aparente? Las siguientes palabras podrían describir esa sensación: corriente eléctrica, golpes, saltos. – NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2) 5. La temperatura en el área dolorosa, ¿parece diferente de lo habitual? Las si-guientes palabras podrían describir esa sensación: calor, caliente, quemazón – NO, realmente no siento mi dolor así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SÍ, tengo esa sensación a menudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (1) B. Valoración sensorial La sensibilidad del dolor puede examinarse comparando el área do-lorosa con un área adyacente o contralateral no dolorosa, mediante la presencia de alodinia y umbral de dolor alterado mediante pinchazo. 1. Alodinia Examine la respuesta al acariciar ligeramente con un algodón sobre el área no dolorosa y el área dolorosa. Si la sensación experimentada es normal en el área no dolorosa, pero duele o provoca sensaciones desagradables (hormigueo, náuseas) la prueba es positiva – NO, sensaciones normales en las dos área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SI, presencia de alodinia sólo en el área dolorosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . (5) 2. Umbral del dolor Determine el umbral de pinchazo comparando la respuesta a una aguja 23G montada sobre una jeringuilla de 2 ml colocándola con cuidado sobre la piel en un área no dolorosa y en un área dolorosa. Si la presión de la aguja se siente en el área no dolorosa, pero provoca una sensación diferente en el área dolorosa [por ejemplo, ninguna sensación o sólo presión (alto umbral) o una sensación muy dolorosa (bajo umbral)], hay cam-bios en el umbral del dolor Si la aguja no se siente en ninguna zona, cambiar la jeringuilla para aumen-tar el peso y repetir la prueba. – NO, la misma sensación en las dos áreas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (0) – SI, presencia de cambios en el umbral de dolor en el área dolorosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3) • Intepretación de la puntuación total: Se suman los valores entre parén-tesis del cuestionario de dolor y la exploración sensorial para obtener la puntuación total (máximo 24): – Puntuación < 12: Baja probabilidad de que mecanismos neuropáti-cos contribuyan al dolor del paciente. – Puntuación > 12: Alta probabilidad de que mecanismos neuropáti-cos contribuyan al dolor del paciente.
  • 28. Escala de valoración del dolor postoperatorio • Escala de Andersen: Valora el dolor desde el punto de vista dinámico: dolor en reposo, con los movimientos ligeros o con la tos. 0: No dolor. 1: No dolor en reposo y ligero a la movilización o tos. 2: Dolor ligero en reposo o moderado a la movilización o tos. 3: Dolor moderado en reposo o intenso a la movilización o tos. 4: Dolor intenso en reposo y extremo a la movilización o tos. 5: Dolor muy intenso en reposo. 26 1 GENERALIDADES ALGORITMO DE EVALUACIÓN DEL DOLOR BÁSICO EVALUACIÓN DEL DOLOR Tiempo de consulta 5 -10 minutos 10-20 minutos Historia clínica EVA Índice de Lattinen Exploración Historia clínica EVA Exploración En caso de disponer de más tiempo de consulta, es conveniente la aplicación del resto de cuestionarios anteriormente descritos. RECOMENDACIONES EN LA PRÁCTICA CLÍNICA 1. Concienciar de la importancia de su valoración. 2. Registro según escalas seleccionadas (como realizamos con las constantes vitales). 3. Preferible utilizar escalas unidimensionales y verbales. 4. El dolor es algo subjetivo, podemos apoyar la información dada por el paciente, con otros métodos objetivos (conductuales y fisiológicos). 5. Valorar el tratamiento prescrito con las mismas escalas.
  • 29. 1 BIBLIOGRAFÍA – González-Escalada JR, Camba A, Muriel C, et al. Validación del índice de Lattinen para la evaluación del paciente con dolor crónico. Rev Soc Esp Dolor 2012; 19: 181-188. – Ferrándiz M, Català E. Las clínicas del dolor. En: Catalá E, Ferrándiz M, Genové M (Eds.). Manual del Tratamiento del dolor. 2ª ed. Barcelona, P. Permanyer, 2008. pp. 19-29 – Malmierca Sánchez F, Pellegrini Belinchon J, Malmierca AJ. Valoración del dolor en Pediatría. En Gancedo García C, Malmierca Sánchez F, Hernández-Gancedo C, Reinoso Barbero F (Eds.), Curso de Formación Continuada en Dolor en Pediatría. 2ª ed. Madrid, Ergon, 2008. pp. 3-17. – Pérez C, Galvez R, Huelbes S, et al. Validity and reliability of the Spanish version of the DN4 (Douleur Neuropathique 4 questions) questionnaire for differential diagno-sis 27 MEDICIÓN DEL DOLOR of pain syndromes associated to a neuropathic or somatic component. Health Qual Life Outcomes 2007; 5: 66. – Pérez C, Gálvez R, Insausti J et al. Linguistic adaptation and Spanish validation of the LANSS (Leeds Assessment of Neuropathic Symptoms and Signs) scale for the diagnosis of neuropathic pain. Med Clin (Barc) 2006; 127: 485-49 – Hays RD, Martin SA, Sesti AM et al. Psychometric properties of the Medical Outco-mes Study Sleep Measure. Sleep Medicine. 2005; 6: 41-44 – Badia X, Muriel C, Gracia A et al. Validación española del cuestionario Brief Pain Inventory en pacientes con dolor de causa neoplasica. Med Clín (Barcelona). 2003; 120: 52-59 – Bennett M. The LANSS Pain Scale: the Leeds assessment of neuropathic symtoms and signs. Rev Soc Esp Dolor 2002; 9: 74-87 – Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, et al. Valoración del dolor (I). Rev Soc Esp Dolor 2002; 9: 94-108 – Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, et al. Valoración del dolor (II). Rev Soc Esp Dolor 2002; 9: 109-121. – Ware JE Jr, Kosinski M, Keller SD. A 12-item short-form Health Survey: construction of scales and preliminary tests of reliability and validity. Med Care. 1996; 34: 220-33
  • 30.
  • 31. PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN 2 SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA Síndromes miofasciales. Lumbalgia DR. MANUEL CORTIÑAS SÁENZ, DR. JUAN SALMERÓN CEREZUELA y DRA. WILSIANE AMARAL CAVALCANTE PROTOCOLO DE ADMINISTRACIÓN DE TOXINA BOTULÍNICA EN EL SÍNDROME MIOFASCIAL EN UNIDAD DE DOLOR CRÓNICO Mecanismo de acción La toxina botulínica comenzó a utilizarse a partir de los años 80 y en la actualidad se utiliza en el tratamiento de problemas de espasticidad muscular, hiperhidrosis, o dolor. Existen siete tipos de toxina botulínica: A, B, C, D, E, F, G. Es una sustancia proteica producida por una bacte-ria anaerobia (Clostridium Botulinum). Se conoce desde hace muchos años que esta sustancia interfiere con la transmisión nerviosa, al bloquear la liberación del neurotransmi-sor acetilcolina al espacio intersináptico, provocando así la incapacidad para la contracción muscular ó secreción glandular. Las patologías que se postula pueden beneficiarse del tratamiento con toxina botulínica son cuatro categorías: 1. Enfermedades que cursan con actividad muscular exagerada. 2. Enfermedades donde existe aumento de la secreción de saliva ó sudor. 3. En ciertos trastornos del movimiento. 4. Tratamiento de las arrugas faciales y secuelas faciales. Actualmente es un tratamiento establecido como de primera elección en una serie de patologías que cursan con actividad muscular sostenida como son las distonías (blefaroespasmo, distonías cervicales y oroman-dibulares), espasticidad, empleado para reducir el dolor, mejorar la movi-lidad, facilitar la postura y la fisioterapia y/o adaptación de medidas orto-pédicas, reducir el riesgo de lesiones por contracturas y escaras. Se considera también tratamiento de lección en el espasmo hemifacial. Uso de toxina botulínica Desde hace varios años se esta empleando con éxito en el síndrome de dolor miofascial. Se estima que hasta un 30-75% de los dolores del 29
  • 32. raquis poseen al menos una participación activa de estos síndromes miofasciales. Esta entidad es el resultado final de una lesión muscular local por sobrecarga tras uso excesivo, trauma o mala postura crónica que lesiona las fibras musculares y provoca una descarga excesiva de acetilcolina en la unión neuromuscular con una liberación y recaptación inadecuada de iones de calcio que provocan lesión y desaclopamiento de las fibras de actina y miosina, lo que conduce a una disfunción de las fibras musculares y a la formación de contracturas musculares focales. La combinación de la isquemia local secundaria a la contractura local y la contracción mantenida de las sarcómeras provocan falta de oxígeno, con liberación de bradicinina y otras sustancias que sensibilizan a los no-ciceptores. Se postula que con la inyección directa de la toxina botulínica interrumpimos el primer eslabón de esta cascada de acontecimientos al inhibir la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular. El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos, por la presencia de puntos gatillo y de bandas tensas palpables en el músculo. La estimu-lación del punto gatillo produce un patrón de dolor referido caracterís-tico de cada músculo, que no sigue ninguna distribución segmentaría ni territorio concreto de nervio periférico. La respuesta espasmódica local de la banda se suele reproducir cuando se oprime transversalmente el punto gatillo. La restricción de la movilidad no es debida a alteraciones anatómicas sino al dolor provocado tanto por el estiramiento como por la contracción. Suelen encontrarse alteraciones neurovegetativas acom-pañantes (aumento de la sudoración, palidez, aumento de la actividad pi-lomotora, paniculosis) como manifestación de la disfunción autonómica local que se detecta por termografía. Los datos de Laboratorio son nor-males. En el electromiograma se puede detectar una mayor actividad de las unidades motoras que constituyen las bandas de fibras musculares palpables, que no se capta en las zonas normales del mismo paciente. El músculo más comúnmente afectado es el cuadrado lumbar, por ser el único permanentemente activo y en tensión durante la deambu-lación. La sobrecarga de este músculo es habitual en algunas profesio-nes. Es muy frecuente que el dolor aumente al levantar pesos y simple-mente con los cambios posturales en cama. Se suele exacerbar el dolor con la tos o el estornudo. El dolor miofascial del psoas ilíaco irradia hasta el cuadrante superior y externo de la nalga y a menudo también al muslo anterior y a la ingle y empeora con la flexión dorsal del muslo. El glúteo menor y el piriforme producen un patrón idéntico a la radiculopatía ciá-tica y además es muy frecuente que aumente al levantar la pierna lo que da un falso Lassegue. 30 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 33. El objetivo terapéutico en el síndrome miofascial es el restableci-miento de la función perdida. De inicio se deben utilizar medidas farma-cológicas unidas a medidas físicas como masajes y fisioterapia, aña-diendo cambios en el estilo de vida para reducir los factores de estrés psicosociales. Si no se obtiene una respuesta terapéutica adecuada se debe actuar sobre el punto gatillo mediante infiltraciones con anestési-cos locales solos o con esteroides hasta un máximo de tres infiltracio-nes en tres semanas. Las infiltraciones de la musculatura profunda se realizarán en quirófano con radioscopia o ecografía. Si se consigue un alivio del dolor evidente pero de duración limitada es cuando la aplica-ción de toxina botulínica tipo A puede lograr una mejoría más prolon-gada en el tiempo. La dosificación es un punto vital, y varía según el músculo a infiltrar. Clásicamente se recomienda emplear un volumen de inyección mínimo con la máxima concentración de toxina, para reducir al máximo la difusión del fármaco en puntos no deseados y con el fin de reducir la aparición de efectos adversos entre los que se incluye la resistencia secundaria a una reacción de antigenicidad del toxoide Bo-tulínico, y así la cantidad inyectada debe ser la mínima necesaria para conseguir los objetivos clínicos. Algoritmo de actuación ante un síndrome miofascial CONSULTA UNIDAD DE DOLOR CRÓNICO. Sospecha diagnóstica de síndrome miofascial y/o contractura musculatura superficial. Bloqueo diagnóstico con anestésicos locales Reevaluación > 2 meses Reinfiltración 31 2 SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA Mejoría completa Mejoría incompleta Sin mejoría. (Si EVA< 30%) Mejoría completa. (Si EVA > 80%) < 2 meses Mejoría incompleta. (Si EVA 30-80%). Tóxina Botulínica Sín mejoría
  • 34. Contraindicaciones para su utilización. Estas son varias, entre las que podemos destacar: 32 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN • Hipersensibilidad conocida a la toxina botulínica. • Embarazo y lactancia. • Tratamiento con antibióticos tipo aminoglucósidos o macrólidos. • Miastenia gravis. • Patologías neuromusculares que cursen condebilidad muscular. • Infecciones locales en el sitio de inyección. Efectos adversos La frecuencia de efectos adversos es de hasta un 16,9%, y estos ha-bitualmente son como un síndrome tipo gripal de 48 horas de evolu-ción y autolimitado, debilidad muscular y disfagia que en general es leve y transitoria. En resumen, los efectos adversos asociados a su utiliza-ción han sido infrecuentes, transitorios y de poca gravedad, localizán-dose generalmente en la zona de inyección. Uno de los principales pro-blemas derivados de la utilización de la toxina botulínica radica en la aparición de hipotonía muscular local transitoria, debida a la administra-ción de cantidades excesivas y/o en localizaciones erróneas en zonas circundantes a la lesión. La dosis máxima recomendada en humanos para una sesión de tra-tamiento es de 300 unidades (corresponde a 6 unidades/Kg en una per-sona de 50 Kg de peso). La DL50 por vía intramuscular en monos jóve-nes es de 39 unidades/Kg. En la tabla de la siguiente página se exponen las dosis se empleo de toxina botulínica en los principales síndromes de dolor miofascial en la musculatura profunda y superficial. Precauciones especiales Se recomienda llevar a cabo la reconstitución del vial y la preparación de la jeringa sobre toallas de papel con recubrimiento plástico para re-coger cualquier posible material vertido. La toxina se debe reconstituir con solución salina normal, estéril, sin conservantes (cloruro de sodio 0,9% para inyección). Este producto se desnaturaliza por agitación vio-lenta o formación de burbujas, por lo que el disolvente se debe inyec-tar en el vial con suavidad, y una vez reconstituido es una solución clara, incolora a ligeramente amarillenta, libre de partículas. Una vez recons-tituido, la toxina botulínica se puede guardar en refrigerador (2-8°C)
  • 35. DOSIS DE TOXINA BOTULÍNICA TIPO A EN SÍNDROME MIOFASCIAL Músculo Límite de Dosisu.m. de BTXA Temporal 15 ECM 15 -300 Escaleno Anterior 15 -100 Esplecnio 15 -100 Trapecio 20 -100 Elevador de la Clavícula 25 -100 Supraespinoso 25 -100 Infraespinoso 25 Deltoides 40 Dorsal Ancho 50 -100 Redondo Mayor 25 -75 Supinador Largo 25 -75 Biceps 75 -125 Palmar Mayor 10 - 50 Cubital Anterior 10 - 50 Psoas 50 -100 Cuadrado Lumbar 50 -100 Piramidal 30 - 200 Gastronemios 75 -150 Soleos 25 -75 Tibial Anterior 50 -100 Tibial Posterior 75 -125 hasta 24 horas antes de su utilización. Este producto es para un solo uso, se deberá desechar cualquier resto de solución no utilizada. Para una eliminación segura, todos los viales y jeringas utilizadas y material vertido se deben someter a autoclave y la toxina residual se puede in-activar con una solución diluida de hipoclorito (0,5%) durante 5 minutos. 33 2 SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA ECM: Estenocleidomastoideo. BTXA: Toxina botulínica tipo A.
  • 36. LUMBALGIA CRÓNICA RECURRENTE La lumbalgia y lumbociatalgia son síntomas, no enfermedades. Pue-den ser la manifestación clínica de diversas enfermedades con pronós-ticos muy diferentes y algunos de gravedad. Prevalencia en población española adulta del 60-80%. En 1/3 es de intensidad importante, más frecuente en mujeres mayores de 60 años. En al 15% les obliga guardar cama y el 22% está incapacitado para la actividad laboral. Clasificación • Según evolución: – AGUDA: menos de 6 semanas – CRÓNICA:más de 3 meses. Si las crisis de lumbalgia son frecuentes, más de 3 en 1 año, se puede considerar que el proceso se cronifica. • Según características: 34 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN LOCALIZADO / IRRADIADO Mecánico Relacionado con el movimiento y mejora con el reposo. Radicular Con características neuropáticas. Claudicante Aparece al caminar y se acompaña de pérdida de fuerza. Inespecífico • Según el diagnóstico: (señales de alarma) SEÑALES DE ALARMA PARA ENFERMEDAD SISTÉMICA • Dolor que aparece por 1.ª vez antes de los 20 años. • Dolor no influido por posturas. • Imposibilidad de flexionar 5.º • Deformidad de aparición reciente. • Mal estado general. • Antecedentes de cáncer, toma de drogas, SIDA, etc. • Antecedentes de traumatismo. SEÑALES DE ALARMA PARA TRATAMIENTO QUIRÚRGICO • Paresia relevante o progresiva bilateral. • Pérdida de control de esfínteres. • Anestesia en silla de montar. DERIVACIÓN A NEUROCIRUGÍA • Si persiste el dolor de alta intensidad a pesar de todos los tratamientos más de 6 semanas. • Si el dolor aparece solo con el movimiento, pero dura más de 6 meses y con imágenes de estenosis.
  • 37. 35 2 SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA Guías de actuación terapéutica según la fisiopatología de la lumbalgia • Dolor discogénico (nervio sinuvertebral): Tratamiento conservador: Re-poso, medicación – Tratamiento mínimamente invasivo: bloqueo raíz l2, RF u ozono intradiscal – Técnicas percutáneas de descompresión. • Dolor facetario (ramo posterior nervio raquídeo): Tratamiento conser-vador – Bloqueos terapéuticos – Radiofrecuencia del ramo medial – Artrodesis. • Dolor radicular (ramo anterior del nervio raquídeo): Tratamiento con-servador – Infiltraciones epidurales (vía lumbar, sacra) • Bloqueo radicular selectivo (transforaminal) – Técnicas de neuromodulación. Tratamiento farmacológico Aines • Más efectivos que el placebo en dolor lumbar agudo no complicado pero no en pacientes con ciática aguda. Todos son eficaces también en dolor crónico. • Ibuprofeno 800 mg R 1 / 24 h., celecoxib 200 mg 1 / 24 h., etoricoxib 30 - 60 mg 1 / 24 h., nabumetona 1g 1 / 24 h. Relajantes musculares • Todos los relajantes son útiles para el dolor agudo y superiores a pla-cebo pero no hay beneficio demostrado en dolor crónico aunque po-dría utilizarse en períodos cortos de tiempo • Ciclobenzaprina 10 mg 1 - 3/24 h. Opioides • Útiles en dolor crónico no oncológico de moderado a grave donde han fracasado otros tratamientos. • Hay una incidencia de abuso y adicción relativamente baja y escasa tolerancia. • Tramadol, buprenorfina, fentanilo, oxicodona, oxicodona/naloxona, hidromorfona, tapentadol y morfina. Coadyuvantes • Antidepresivos – Pueden ser útiles para potenciar otros analgésicos y para mejorar el insomnio relacionado con el dolor. – Parecen más eficaces en el dolor radicular que en el no irradiado, y cuando hay características neuropáticas. – Amitriptilina 25 mg por la noche, duloxetina 30 mg 1 por la ma-ñana.
  • 38. • Antiepilépticos – Útiles para disminuir al hiperreactividad inducida por el dolor crónico. – Clonazepam 0,5 - 2 mg por la noche, pregabalina 25 - 75 mg 1 / 12 h. PROTOCOLO DE TRATAMIENTO CON OPIOIDES MAYORES EN URGENCIAS Paciente con dolor intenso EVA >7 que requiere tratamiento i.v.: • Tratamiento i.v. 50-100 ml de suero fisiológico con 2 g de metamizol y 30 mg de ketorolaco o 50 mg de dexketoprofeno, a pasar en 20 - 30 minutos. • Perfusión i.v. 500 ml de suero fisiológico/glucosalino con 8 g de me-tamizol, 100 - 150 mg de dexketoprofeno y 10 mg de cloruro mórfico a 21 ml/h con rescates de cloruro mórfico 2 - 3 mg i.v. (máximo 2 - 3 rescates en 2 - 3 h., reevaluar si supera estas dosis). • Propuesta de tratamiento al alta: – Un opioide mayor de administración oral en dosis equivalente. – Pregabalina 75 mg 1 cada 12 h. (comenzando con 0 - 0 - 1 durante 5 - 7 días). – Rescates de tramadol en gotas 10 - 20 gotas si dolor. – AINEs de toma única, durante 7 - 10 días. • Alternativas de opioides: • w Tramadol en dosis crecientes (formas de liberación retardada 75 a 200 mg) 1 / 24 h. • w Parche de buprenorfina 35 μg 1 / 96 h. • w Parche de fentanilo 25 μg 1/72 h. • w Oxicodona/naloxona 10/5 mg 1/12 h. • w Tapentadol 50 mg 1/12 h. • Informar al paciente de los posibles efectos secundarios (estreñi-miento, somnolencia, mareos y náuseas, vómitos) y prevenirlos, ya que en muchas ocasiones van a causar el abandono del tratamiento. El estreñimiento es muy frecuente. Son útiles las recomenda cio-nes de ingerir abundante líquido, evitar el sedentarismo, uso de laxantes (macrogol). La incidencia de náuseas y vómitos suele aparecer al inicio del tratamiento. Será necesaria una profilaxis en aquellos pacientes que hayan tenido antecedentes con la toma de opioides (haloperidol, metoclopramida, ondansetrón). Oxicodona / nalaxona minimiza la aparición de estreñimiento por lo que no sería necesario, según su Ficha Técnica, el uso de laxantes de inicio, a no ser que el paciente ya tuviese estreñimiento antes del tratamiento con el opioide. • Revisión en 4 semanas por médico de AP / especialista corres pon - diente. 36 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 39. Señales de alarma para tto. quirúrgico Exploración normal Signos clásicos NO Dolor dioscogénico Discografia BRS L2 bilateral 37 2 SÍNDROMES MIOFASCIALES. LUMBALGIA EVALUACIÓN CLÍNICA Dolor no irradiado Mécanica: derivar a Traumatología/Rehabilitación. Inflamatoria: derivar a Reumatología Infecciosa/Neoplástica/ Dolor Visceral Referido. Metabólica: Derivar a Medicina Interna. Psicógeno: Derivar a Salud Mental. Renta: Valorar por UVMI. Derivación a rehabilitación y/o Unidad del Dolor Derivar a Urgencias Ingreso observación Valoración por neurocirugía Derivación urgente. Unidad de columna Neurocirugía LUMBOCIÁTICA Irradiación ciática presentes ¿Qiuere intervenirse? SÍ Lumbalgia Radioculopatia Alteración articular Sindrome facetario Disfunción SI Sindrome miofascial Illiopsoas Cuadrado Bloqueo DX Bloqueo DX Radiofrecuencia Toxina Radiofrecuencia Alteración ósea Vertebroplastia Cifoplastia Epidural BRS Epidurolisis Infusión Intratecal Estimulación
  • 40. BIBLIOGRAFÍA: – Carmona L, Ballina J, Gabriel R, Laffon A, EPISER Study Group. The burden of musculoskeletal diseases in the general population of Spain: Results from a natio-nal survey An Rheum Dis 2001; 60:1040-1045. – Travell JG, Simons DG. Myofascial pain and dysfunction: the trigger point manual. Baltimore (MD): Williams and Wilkins; 1983. – Simons D.G. The nature of myofascial trigger points Clin J Pain 1995; 11:83-84. – Tough EA, White AR, Richards S, Campbell J. Variability of criteria used to diagnose miofascial trigger point pain syndrome. Evidence from a review of the literature Clin J Pain 2007; 23:278-86. – Cohen SP, Mullings R, Abdi S. The pharmacologic treatment of muscle pain Anesthe-siology 2004; 101:495-26. – Pereda CA, Usón Jaeger J, Carmona L. Revisión sistemática: ¿es recomendable el empleo de toxina botulínica como tratamiento del dolor en el síndrome miofascial? Reumatol Clin 2006; 2:173-82. – Jabbari B, Difazio M, Ney J. Treatment of refractory low back pain with botulinum toxin A: a prospective 14-month study. Am Acad Pain Med 2005; 47:107. – Fairbank J, Couper J, Davies JB. The Oswestry low back pain questionnaire physio-therapy. Spine 1980; 66:271-3. – Torres JC, Hernández JR, Ortiz E, Tenopala S. Toxina botulínica tipo A para el manejo del dolor en pacientes con síndrome de dolor miofascial crónico. Rev Soc Esp Dolor 2010; 17:22-7. 38 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 41. 39 2 DOLOR NEUROPÁTICO Dolor neuropático DRA. ANA ISABEL NAVAJAS GÓMEZ DE ARANDA, DRA. BEATRIZ, MENOYO ALONSO y DRA. ANA VEGA SALVADOR Dolor por lesión nerviosa ya sea central, periférico o simpático. Según la nueva definición propuesta en 2008 por Treede se definiría como “el dolor que aparece como consecuencia directa de una lesión o enferme-dad que afecta al sistema somatosensorial”. CLÍNICA PATOGNOMÓNICA El diagnóstico se basa fundamentalmente en la presencia de una serie de signos y síntomas, que requieren una anamnesis detallada, junto a una exploración neurológica del territorio afecto. Síntomas espontáneos • Parestesias: Sensación de hormigueo, adormecimiento, acorcha-miento, etc., • Disestesias: Sensación dolorosa anormal en ausencia de estímulo. • Dolor urente: Quemazón, escozor. • Dolor paroxístico o lancinante: calambres. Signos evocados • Hiperalgesia mecánica: Dolor con pequeño estímulo nociceptivo. • Alodinia: Dolor inducido por un estímulo no doloroso (roce, presión, térmico). CARACTERÍSTICAS • Mixto: Neuropático más nociceptivo. • Trastornos sensitivos, vegetativos y motores. • Marcado componente psicológico: perpetuación del dolor. • Tendencia a la Cronicidad. • Moderada respuesta a tratamiento. Cuadros clínicos más frecuentes • Neuropatía diabética. • Neuralgia postherpética. • Neuropatía isquémica.
  • 42. • Neuralgia facial. • Lumbociatalgia crónica. • Lumbociatalgia postlaminectomía. • Cervicobraquialgia crónica. • Síndromes dolorosos por atrapamiento nervioso (STC, meralgia pa-restésica por atrapamiento del femorocutáneo, neuroma de Morton por afectación de los nervios plantares digitales, síndrome del desfi-ladero torácico...). • Radiculopatías. • Síndrome de dolor regional complejo. • Dolor de origen central. El tratamiento etiológico de la enfermedad de base causante del dolor neuropático constituye el primer paso de la actuación terapeútica sobre dicho dolor. OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO • Tratamiento precoz. • Disminución del dolor continuo y de las descargas paroxísticas. • Restablecer el descanso nocturno. • Minimizar los efectos secundarios. Protocolo de actuación en dolor neuropático 40 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN PRIMER ESCALÓN Tratamiento farmacológico y local SEGUNDO ESCALÓN Bloqueos nerviosos: • Nervios periféricos y plexos. • Bloqueos simpáticos. • Bloqueos epidurales. • Bloqueos caudales. TERCER ESCALÓN Simpatectomía: • Química. • Radiofrecuencia. CUARTO ESCALÓN Estimulación medular (electrodos epidurales). QUINTO ESCALÓN Infusión intratecal de medicamentos.
  • 43. Número de dosis Tratamiento farmacológico • Fármacos antiepilépticos (FAE) – 2. Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina: – 3. Inhibidores de la recaptación de adrenalina-serotonina: 41 2 DOLOR NEUROPÁTICO Medicamento Dosis día (mg) • Fármacos antidepresivos – 1. Tricíclicos (de primera elección): Efectos adversos PREGABALINA 150 - 600 2 Somnolencia. GABAPENTINA 300-3600 3 Sedación. TOPIRAMATO 25-400 2 Pérdida de peso, cálculos renales, acidosis, sedación, dificultades de memoria y atención. OXCARBAZEPINA 300-2400 2 Hiponatremia, neutropenia. CLONAZEPAN 0,5-2 1 (noche) Sedación, adicción, tolerancia, dependencia. CARBAMACEPINA 100 -1600 3 Hiponatremia, neutropenia. Medicamento Dosis día (mg) Número de dosis Efectos adversos AMITRIPTILINA 10-25 mg/d 1 (noche) Boca seca, sudoración, mareo, sedación, visión borrosa, estreñi-miento, hipotensión ortostática, taquicardia, arritmia, temblores, nerviosismo. IMIPRAMINA 20-400 mg/dia 2 Igual que amitriptilina. Ambos con-traindicados en estados bipolares y maníacos, IAM reciente, bloqueos cardiacos y arritmias, epilepsia, glaucoma de ángulo estrecho, hi-pertiroidismo, insuficiencia hepática. Medicamento Dosis día (mg) Número de dosis Efectos adversos PAROXETINA 10-80 1 (mañana) Anorexia, náuseas, vómitos, dismi-nución de la líbido, cefaleas. FLUOXETINA 20-80 1 Igual al anterior. Medicamento Dosis día (mg) Número de dosis Efectos adversos DULOXETINA 30-120 1-2 Anorexia, mareo, somnolencia, náuseas, sequedad de boca, estre-ñimiento, disminución de la líbido. VENLAFAXINA 37,5-225 2-3 Similares al anterior.
  • 44. • Tratamiento local: 1. Capsaicina 0,0075%, 3 ó 4 aplicaciones diarias. 2. EMLA. 3. Parches de lidocaína. 4. Iontoforesis. 5. Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea ó TENS. 6. Fisioterapia, terapias manuales, quiropraxia. • Anestésicos locales intravenosos (ALIV): 1. 10 días: Lidocaina intravenosa: 1° dia: 100 mg. 2° día: 200 mg. Resto: 300 mg/24 h en 100 ml (1 h). 2. Mantenimiento: Mexiletina oral 200 mg/8-12 h. • AINEs: 1. Dexketoprofeno 50 mg de rescate. • Antagonista NMDA: 1. Ketamina 1,5 mg/kg en 3 dosis • Benzodiacepinas: 42 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN Medicamento Dosis día (mg) • Corticoesteroides: 1. Prednisona 10-20 mg/día. 2. Dexametasona 2-4 mg/día • Agonistas de receptores GABA: 1. Baclofeno 10-200 mg/día en 3 dosis. Espasticidad. • Opiáceos: 1. Menores: Tramadol 50-400 mg/día. 2. Mayores: – Oxicodona – Oxicodona/naloxona – Fentanilo – Hidromorfona – Morfina Número de dosis Efectos adversos ALPRAZOLAM 0,75-1,5 1 Incoordinación motora, somnolencia, amnesia anterograda, desorienta-ción, delirio. DIAZEPAM 5-20 2 Similares al anterior.
  • 45. 43 2 DOLOR NEUROPÁTICO – Metadona – Tapentadol Los opioides con más evidencias en el dolor neuropático son Oxico-dona y Tramadol. Algoritmo básico de tratamiento Según diversas guías clínicas, éste se basa en un primer escalón en el que se puede situar Pregabalina/Gabapentina ó ADT (Amitriptilina) / inhibidor dual de serotonina y noradrenalina (Duloxetina), y si no es su-ficiente, plantear asociación de ambos grupos terapéuticos y valorar un tercer grupo como son los opioides. • Fármacos de primera línea (grado de recomendación A): – ADT (Amitriptilina en menores de 65 años, no cardiopatas). – IRSN (Duloxetina, Venlafaxina). – FAE (Gabapentina, Pregabalina). – Parches de Lidocaína al 5% (en caso de dolor neuropático perifé-rico local con areas limitadas de alodinia). Se recomienda empezar el tratamiento con uno o más de los fárma-cos anteriores, y en caso de DN por cáncer, DN agudo o episodios de dolor irruptivo, asociar tramadol u opioides mayores (Morfina, Oxico-dona, Oxicodona/Naloxona, Fentanilo, Metadona, Tapentadol). • Fármacos de segunda línea (grado de recomendación A): – Tramadol. – Oxicodona. • Fármacos de tercera línea: – Otros antiepilépticos (carbamazepina, topiramato, etc.). – Antagonistas de NMDA. • Dolor leve: – FAE + AD + AINE de rescate. EJEMPLO • Gabapentina 300 mg/8 h ó Pregabalina 75 mg/12 h. • Amitriptilina10-25 mg/noche ó Duloxetina 30 mg/24 h. ó Venalafaxina R 75 mg/24 h. • Dexketoprofeno 50 mg. • Dolor moderado: – Aumentar dosis FAE y ADT más AINE de rescate. – Opiáceo débil + IS + tratamiento local.
  • 46. • Dolor grave: – Aumentar dosis de FAE ó asociar dos FAE a dosis menores. • ADT + IS + tratamiento local + AINE rescate. • Opiáceos mayores. 44 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN EJEMPLO • Gabapentina 400 mg/8 h ó Pregabalina 150 mg/12 h. • Amitriptilina 25-50 mg/noche ó Duloxetina 60 mg/24 h. ó Venlafaxina R 150 mg/24 h. • Dexketoprofeno 50 mg. • Loracepam 1 mg/noche. • Tramadol 150-400 mg/dia. • Capsaicina/Iontoforesis/TENS/parches de lidocaina. EJEMPLO • Gabapentina 600 mg/8 h. ó Gabapentina 300 mg/8 h. más Topiramato 50 mg/12 h. Pregabalina 150 mg/12 h. más Topiramato 50 mg/12 h. • Amitriptilina 25 mg/noche ó Duloxetina 60 mg/12 h. ó Venlafaxina R 150 mg/24 h. • Dexketoprofeno 50 mg. • Loracepam 1 mg/noche. • Capsaicina/EMLA/Lontoforesis/TENS/parches de lidocaina 5%. • Oxicodona/Naloxona 10-20 mg/12 h. ó Fentanillo 25 μg/72 h. ó Morfina 30-60 mg/12 h. • Neuropatia diabética periferica (según las guías NICE 2010): a) Duloxetina 60-120 mg/d (si existe contraindicación: ADT 10-75 mg/d). b) Si falla: • Cambiar Duloxetina por Amitriptilina • Añadir Pregabalina (150-600 mg/d). c) Si falla: • Asociar Tramadol (50-400 mg/d). • Lidocaina tópica. DOLOR NEUROPÁTICO PERIFÉRICO ACV • Pregabalina • Gabapentina Opioides • Tramadol • Oxicodona • Otros ADT • Amitriptilina • Nortriptilina • Imipramina ISRN • Duloxetina • Venlafaxina Fármacos tópicos: • Lidocaina • Capsaicina
  • 47. 2 BIBLIOGRAFÍA: – Torres, L M; Pérez-Bustamante, F; Román, D; Calderón, E; Vidal, M A: Capsaicina tó-pica 45 DOLOR NEUROPÁTICO en el tratamiento del dolor neuropático. Rev Soc Esp Dolor 11 (2004);5 :306 – 318 – Finnerup NB, Otto M, McQuay HJ, Jensen TS, Sindrup SH. Algorithm for neuropathic pain treatment: an evidence based proposal. Pain. Dec 5,2005;118(3):289-305. – Argoff CE, Backonja MM, Belgrade MJ, et al. Consensus guidelines: treatment planning and options. Diabetic peripheral neuropathic pain. Mayo Clin Proc. Apr 2006;81(4 Suppl):S12-25. – Nieto, M J; Cruciani, R A: Fisiopatología y tratamiento del dolor neuropático: avances más recientes. Rev Soc Esp Dolor 13 (2006);5 :312 – 327 – Serra J. Concepto de dolor neuropático. En: Serra Catafau J, ed. Tratado de dolor neuropático. Madrid: Ed. Panamericana;2007, p17-26. – Gajraj NM. Pregabalin: its pharmacology and use in pain management. Anesth Analg. Dec 2007;105(6):1805-15. – Moulin DE, Clark AJ, Gilron I, et al. Canadian Pain Society. Pharmacological manage-ment of chronic neuropathic pain-consensus statement and guidelines from the Canadian Pain Society. Pain Res Manag. Spring 2007;12(1):13-21. – Vidal, M; Ribera, M V; Vidal, M A; Gálvez, R; Ma, V; :Patrones de uso de los opioides mayores en el dolor de origen neuropático. Rev Soc Esp Dolor 14 (2007);4 :266 – 273 – Treede RD, Jensen TS, Campbell JN, Cruccu G, Dostrovsky JO, Griffin JW, et al. Neuropathic pain. Redefinition and a grading system for clinical and research purpo-ses. Neurology.2008;70(18):1630-5. – Martinez-Salio A, Gómez de la Cámara A, Ribera MV, Montero J, Blanco E, Collado A, et al. Diagnóstico y tratamiento del dolor neuropático. Conferencia de consenso. Med Clin (Barc).2009;133(16):629-36 – Aliaga L, Baños JE, Barutell C, Molet J, Rodríguez de la Serna A. Tratamiento del dolor. Teoria y práctica. 3ª edición. Barcelona: Publicaciones Permanyer 2009. – González Escalada JR, Rodríguez MJ, Camba A, Portoles A, Lopez R. Recomendacio-nes para el tratamiento del dolor neuropático. Rev Soc Esp Dolor. 2009; 16(8)445-67. – Samper D. Manejo farmacológico del dolor neuropático. Recomendaciones basadas en la evidencia. Actual Av Dolor 2009;3:20. – O'Connor AB, Dworkin RH. Treatment of neuropathic pain: an overview of recent guidelines. Am J Med. Oct 2009;122(10 Suppl):S22-32. – Ramírez Tapia, Y, Hernández Pérez, A.L., Kassian Rank, A.A., Juárez Pichardo, J.S. Comparación de la eficacia en el alivio de dolor neuropático crónico agudizado con oxicodona más lidocaína intravenosas frente a tramadol más lidocaína intravenosas. Rev Soc Esp Dolor 16 (2009);6 :307 – 313. – Segado Jiménez I, Prieto Gutiérrez J.M., Peralta Espinosa E., Castro Bande M., Gómez Gutiérrez I., Cánovas Martínez L. Eficacia analgésica de la asociación duloxetina más pregabalina en el dolor neuropático: experiencia en 60 casos. Rev Soc Esp Dolor 16 (2009);7:381–385. – López, R., Portolés, A., Camba, M. A., Rodríguez, M. J., González-Escalada, J. R. Recomendaciones para el tratamiento del dolor neuropático. Rev Soc Esp Dolor 16 (2009);8:445 – 467.
  • 48. 2 – Haanpää M, Treede RD. Diagnosis and classification of neuropathic pain. Pain Clinical 46 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN Updates.2010;18(7):1-6. – Samper D, Monerris MM, Homs M, Soler M. Etiología y manejo de la neuropatía diabética dolorosa. Rev Soc Esp Dolor.2010;17(6):286-96. – Dworkin RH, O'Connor AB, Audette J, et al. Recommendations for the pharmacolo-gical management of neuropathic pain: an overview and literature update. Mayo Clin Proc. Mar 2010;85(3 Suppl):S3-14. – Attal N, Cruccu G, Baron R, et al. European Federation of Neurological Societies. EFNS guidelines on the pharmacological treatment of neuropathic pain: 2010 revi-sion. Eur J Neurol. Sep 2010:17(9):1113-e88. – National Institute for Health and Clinical Excellence (2010) Neuropathic pain: the phar-macological management of neuropathic in adults in non-specialist settings. London: National Institute for Health and Clinical Excellence. – Finnerup NB, Sindrup SH, Jensen TS. The evidence for pharmacological treatment of neuropathic pain. Pain.2010;150:573-81. – Bril V, England J, Franklin GM, et al. Evidence-based guideline: Treatment of painful diabetic neuropathy: Report of the American Academy of Neurology, the American Association of Neuromuscular and Electrodiagnostic Medicine, and the American Academy of Physical Medicine and Rehabilitation. Neurology. Apr 11 2011. – Elmofty DH, Anitescu M, Buvanendran A. Best practices in the treatment of neuro-pathic pain. Pain Manag 2013 Nov;3(6):475-83.
  • 49. 47 2 DOLOR ONCOLÓGICO Dolor oncológico DR. FRANCISCO GARCÍA VILLALBA, DRA. IRENE JIMÉNEZ AYALA y DR. ALBERTO QUIRANTE PIZARRO El dolor es el síntoma más frecuente en el cáncer. Está presente en 1/4 de los pacientes en el momento del diagnós-tico, en 1/3 de los que están siendo sometidos a tratamiento y en 3/4 de los pacientes con enfermedad avanzada. CLASIFICACIÓN DEL DOLOR ONCOLÓGICO Dolor basal Dolor continuo, que precisa una medicación pautada, no a demanda, por lo general progresiva y siempre con la posibilidad de tener que ad-ministrar para su control, dosis "de rescate" o fármacos coadyuvantes, ante su reactivación. Dolor iatrogénico Originado por los tratamientos a los que se somete el paciente, prin-cipalmente radioterápicos (radiodermitis, mucositis, dolores neuropáti-cos y/o quimioterápicos (mucositis, dolor neuropático). Dolor irruptivo Se define como cualquier exacerbación de dolor que presenta un pa-ciente con un dolor de base que está controlado con tratamiento ade-cuado. El dolor puede ser espontáneo o estar desencadenado por los movi-mientos, esfuerzos o ciertas maniobras (defecación, tos,…) siendo ca-talogado, en este caso, como dolor incidental. Si el dolor aparece sin una causa desencadenante clara, se denomina espontáneo. Según las series consultadas la prevalencia de dolor irruptivo oscila entre el 52 y el 89% de los pacientes con dolor oncológico; esta gran va-riabilidad es debida a la falta de consenso en la definición, aunque tam-bién influye el ámbito donde se haya realizado el estudio (hospitalización versus atención primaria), e incluso del país donde se haga la encuesta. El dolor irruptivo está producido por el cáncer en el 75% de los casos aproximadamente, un 20% son secundarios a la terapia antineoplásica
  • 50. y entre un 4-19% no hay una correlación con la enfermedad ni el trata-miento. • • El dolor irruptivo será bien tratado si es bien diagnosticado. La clave para el diagnóstico es identificar la causa, que va a permitir catalogar el dolor irruptivo como incidental o espontáneo. Además de utilizar las escalas de medición de la intensidad del dolor, como la Escala Visual Analógica (EVA) u otras, es fundamental analizar los factores desencadenantes del dolor, tiempo de instaura-ción y duración, características del dolor, factores que promueven ali-vio del mismo y la correlación entre el dolor y la dosificación de la pauta analgésica. Es primordial utilizar un fármaco con un tiempo de vida media corto y, escoger una vía de administración adecuada con la finalidad de poder evaluar la respuesta analgésica en poco tiempo. Los opioides como la morfina y el fentanilo han demostrado según el tipo de presentación, que son efectivos para este tipo de dolor. La administración de fentanilo por vía transmucosa, sublingual e intranasal han demostrado efectividad similar a la morfina vía parenteral (endovenosa, subcutánea) o espinal. Es importante remarcar que cualquier protocolo analgésico para el dolor oncológico no es completo si no dispone de una pauta para el dolor basal y otra para las crisis de dolor, las denominadas dosis de rescate. 48 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN RECOMENDACIONES ACERCA DE DIFERENTES ESTRATEGIAS ANTE EL DOLOR IRRUPTIVO ONCOLÓGICO • Los pacientes con dolor oncológico deben ser evaluados para comprobar si presentan dolor irruptivo. • Los pacientes diagnosticados de dolor irruptivo deben ser tratados específica-mente. • El tratamiento del dolor irruptivo debe ser individualizado. • Se debe tratar la causa subyacente de su dolor. • Se deben tratar/evitar los desencadenantes del dolor irruptivo. • Si el paciente no está adecuadamente tratado se debe considerar la modificación de la medicación de base. • Los opioides son la medicación más adecuada para tratar el dolor irruptivo. • Se debe titular la medicación para tratar el dolor irruptivo (grado B). • Se pueden emplear medios no farmacológicos para tratar episodios de dolor irruptivo. • Se pueden emplear analgésicos no opioides para tratar episodios de dolor irruptivo. • Las técnicas intervencionistas son útiles en el manejo de dolor irruptivo. • Se debe reevaluar el tratamiento del dolor irruptivo.
  • 51. 49 2 DOLOR ONCOLÓGICO Dolor refractario Entre el 10 y el 15% de los pacientes oncológicos van a manifestar una respuesta pobre o inadecuada a los tratamientos farmacológicos habituales. Estos pacientes, que no van a obtener un alivio completo o aceptable de su dolor, presentarán de forma mantenida un valor en la Escala Ana-lógica Visual por encima de 7 cm a pesar de los preceptivos cambios de tratamiento, por lo deberían establecerse signos de alerta que sean ca-paces de identificarlos y permitan ser derivados precozmente a los cen-tros especializados. Se debería establecer un algoritmo de tratamiento de este síndrome: 1. Utilización de coadyuvantes. 2. Utilización de los fármacos opioides en dosis altas. 3. Rotación de opioides. 4. Medidas específicas paliativas: esteroides, radioterapia, cirugía paliativa, verte-broplastia... 5. Utilización de opioides por vía subcutánea. 6. Utilización de fármacos poco comunes: inhibidores del N-metil-D-aspartato (NMDA)… 7. Estimulación eléctrica transcutánea. 8. Bloqueos nerviosos tanto periféricos como de plexos. Bloqueos simpáticos. 9. Radiofrecuencia de nervios, ganglios dorsales, simpáticos y centrales. 10. Estimulación eléctrica medular y supramedular. 11. Infusiones intratecales de fármacos tanto opioides como anestésicos locales, clonidina, ketamina, baclofeno, midazolam, betametasona y ziconotida. 12. Cirugía ablativa. SÍNDROMES DE DOLOR ONCOLÓGICO Dolor óseo Es el más frecuente. Las metástasis del cáncer de mama, pulmón, próstata, y el mieloma múltiple son sus principales causas. Las metás-tasis suelen afectar a la columna vertebral, cráneo, húmeros, costillas, pelvis y fémures. La gammagrafía suele ser la prueba diagnóstica de elección, seguida de resonancia magnética. Dolor de espalda El desarrollo de dolor de espalda en un paciente con cáncer indica que pueden existir metástasis. El dolor de espalda sin compromiso neurológico puede ser estudiado mediante una radiografía simple que detecta aproximadamente el 70%
  • 52. de las lesiones vertebrales. La TAC o la resonancia magnética estarán indicadas si la radiografía simple es normal y existe una sospecha alta de lesión. El dolor de espalda rápidamente progresivo o con compromiso neu-rológico, es una urgencia por las secuelas que pueden con llevar el re-traso diagnóstico. Suele ser necesario iniciar tratamiento con corticoides intravenosos a dosis altas y valorar la necesidad de radioterapia o ciru-gía urgente. Dolor abdominal y pélvico El dolor es de tipo visceral, las náuseas y vómitos son síntomas acompañantes. El cáncer de recto y del tracto genitourinario suelen causar dolor pél-vico. El cáncer de páncreas produce dolor abdominal, en estadios avanza-dos, en el 90% de los pacientes. Otras causas frecuentes de dolor ab-dominal son la radioterapia y las adherencias secundarias a cirugía. Dolor postquirúrgico Existen cuatro síndromes dolorosos típicos tras cirugía oncológica. Tienen características de dolor neuropático y su empeoramiento puede indicar recidiva del cáncer. • Dolor postmastectomía: Es descrito como quemazón y sensación de opresión en la axila y parte superior del brazo. • Dolor postamputación de una extremidad: Puede ser dolor del muñón, del miembro fantasma o ambos. Es más frecuente en la amputación de miembros inferiores. • Dolor postoracotomía: Las causas del dolor son la lesión de nervios in-tercostales y de las articulaciones costocondrales y costovertebra-les. El dolor en el brazo ipsilateral suele producirse por lesión de los músculos dorsal ancho y serrato anterior. • Dolor postdisección radical del cuello: Es debido a lesión del plexo cervi-cal. Se localiza en la cara anterolateral del cuello y se irradia al hombro. Plexopatía braquial Las manifestaciones clínicas habituales son dolor de hombro y brazo, síndrome de Horner y/o debilidad y atrofia de los músculos de la mano. Las causas más frecuentes son el síndrome de Pancoast, en el contexto de un cáncer de pulmón o de mama, y la radioterapia. 50 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 53. 51 2 DOLOR ONCOLÓGICO Se deben contemplar otras causas no relacionadas con cáncer, tales como osteoartritis, bursitis del hombro y radiculopatías cervicales, cuyo abordaje terapéutico es radicalmente diferente. Plexopatía lumbosacra Se caracteriza por dolor, que puede irradiarse, y debilidad de los miembros inferiores. Pueden existir alteraciones en la función de la ve-jiga urinaria y/o en la defecación. Los tipos de cáncer que producen este problema son los tumores pélvicos, sarcomas, linfomas y metástasis de cáncer de mama, así como recidivas o localizaciones retroperitonea-les, que suelen dar esta sintomatología muy precozmente. La valora-ción diagnóstica viene dada por la RMN si existen datos de irritación ra-dicular, si no es así se puede iniciar la aproximación diagnóstica con radiología convencional o gammagrafía. Plexopatía cervical El dolor se localiza en el oído y en la cara anterior del cuello. Puede acompañarse de síndrome de Horner y/o parálisis del nervio frénico. Neuropatía periférica El cáncer puede afectar directamente a cualquier nervio. La neuropa-tía sensorial dolorosa es un síndrome paraneoplásico asociado a cáncer de pulmón de células pequeñas, de mama, ovario y colon. El mieloma múltiple se asocia con frecuencia a neuropatía dolorosa sensorio-mo-tora. La quimioterapia con cisplatino, taxanes y alcaloides de la vinca producen con frecuencia neuropatía periférica dolorosa con disestesias, CLAVES EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO • El primer tratamiento del dolor debido al cáncer es el propio tratamiento oncológico que al curar o reducir el tumor alivia también el dolor. • Es esencial que el paciente sometido a terapia para el cáncer sea conocedor de que el tratamiento de su dolor no solo no interfiere con la terapia curativa sino que ciertamente colabora con ella. • Siempre se debe investigar el origen del dolor en el paciente oncológico, ya que en ocasiones puede no estar relacionado con el cáncer. • Antes de iniciar el tratamiento analgésico se debe realizar una correcta evaluación del cuadro clínico, del estado anímico y físico, y de las circunstancias que rodean al paciente. • Tras su diagnóstico y evaluación, el dolor oncológico tiene tratamiento y se puede controlar. Ante el dolor refractario el paciente debe ser remitido lo más precoz posible al especialista en el tratamiento del dolor.
  • 54. sensación de quemazón en los pies, manos y alteraciones en la sensi-bilidad vibratoria y propioceptiva. USO DE OPIOIDES EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO: RECOMENDACIONES BASADAS EN LA EVIDENCIA ¿Qué opioide es de primera elección? No existen importantes diferencias entre morfina, oxicodona, oxico-dona/ naloxona, tapentadol e hidromorfona administradas por vía oral y cualquiera de éstas pueden ser de primera elección para dolor mode-rado- grave en el dolor oncológico. Sin embargo la asociación oxico-dona/ naloxona ha demostrado presentar menos efectos adversos gas-trointestinales, especialmente estreñimiento. Recomendaciones para la titulación con opioides Las fórmulas orales de liberación inmediata y retardada de morfina, oxicodona, oxicodona/naloxona, tapentadol e hidromorfona pueden uti-lizarse para la titulación. La programación de la titulación de ambas for-mas de formulación debería ser suplementada con formas de liberación oral inmediata. Recomendaciones para el uso de opioides transdérmicos El fentanilo y la buprenorfina transdérmica son alternativas a los opioi-des orales. Para los pacientes con dificultad para la vía oral es una op-ción efectiva y no invasiva. Los opioides transdérmicos, según la mayo-ría de recomendaciones, se deben utilizar en pacientes con necesidades estables de opioides. Recomendaciones para el empleo de metadona La metadona tiene una compleja farmacocinética con una impredeci-ble vida media. Puede ser utilizada como primera o última opción para el dolor oncológico moderado a grave. Debería ser utilizada sólo por pro-fesionales experimentados. Recomendaciones para la rotación de opioides Aquellos pacientes que recibiendo opioides no consigan un adecuado alivio del dolor y/o presenten efectos secundarios graves o de difícil ma-nejo, podrían beneficiarse de un opioide alternativo. Las dosis equianalgésicas son específicas para aquellos pacientes en los que la analgesia con el primer opioide sea satisfactoria. Sin embargo, 52 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 55. 53 2 DOLOR ONCOLÓGICO cuando el opioide es sustituido por una analgesia deficiente y/o excesi-vos efectos secundarios, la dosis de inicio debería ser inferior a lo indi-cado en las tablas de equianalgesia. En todos los casos la dosis necesa-ria debe ser titulada en concordancia con la respuesta clínica individual de cada paciente. Alternativas a la vía oral en la administración de opioides La vía subcutánea es simple y efectiva para la administración de mor-fina. Debería ser la primera vía elección alternativa para aquellos pacien-tes incapaces de utilizar la vía oral o transdérmica. La administración intravenosa debería ser considerada cuando la vía subcutánea esté contraindicada (edema periférico, alteraciones de la co-agulación, pobre circulación periférica y necesidad de altos volúmenes y dosis). La administración intravenosa debería ser utlizada para la titulación de opioides cuando sea necesario un control rápido. La administración espinal (epidural o intratecal) de opioides en combi-nación con anestésicos locales o clonidina sería aconsejable en pacientes con analgesia inadecuada o con efectos secundarios adversos a pesar de un uso óptimo de oral y parenteral de opioides y fármacos no opioides. Uso de opioides en dolor irruptivo oncológico Las exacerbaciones del dolor como resultado de un mal control del dolor basal deberían ser tratadas con dosis adicionales de opioides de li-beración rápida. El dolor irruptivo puede ser manejado con opioides orales de libera-ción rápida o con preparaciones de fentanilo bucales o intranasales. En la mayoría de casos estas últimas formulaciones son preferibles a los opioides orales por su rapidez de acción y menor duración. Las formulaciones de vida media corta podrían ser utilizadas para el tratamiento de los episodios predecibles de dolor irruptivo, entre 20 ó 30 minutos antes. Efectos secundarios del uso de opioides Algunos fármacos antidopaminérgicos (haloperidol) y otros fármacos (metoclopramida), deberían ser utilizados para el tratamiento de la eme-sis inducida por opioides. Rutinariamente deberían prescribirse laxantes para el manejo o profi-laxis del estreñimiento inducido por opioides. Ningún laxante parece su-
  • 56. perior a otro. Una combinación de fármacos con diferentes modos de acción parece ser más eficaz en el estreñimiento resistente a un fár-maco aislado. Desde hace relativamente poco tiempo disponemos de preparados de oxicodona/naloxona que, manteniendo la analgesia po-tente del opioide (oxicodona) previene el estreñimiento asociado al uso del opioide (por acción de la naloxona) La metilnaltrexona administrada de forma subcutánea debería ser considerada en el tratamiento del estreñimiento inducido por opioides cuando los laxantes tradicionales no son efectivos. El metilfenidato puede ser utilizado para mejora la sedación inducida por opioides pero el umbral entre los efectos deseables y los indesea-bles es estrecho. El delirio, alucinaciones, mioclonus y la hiperalgesia, podrían ser tra-tados con una reducción o rotación de opioides. Empleo de opioides en pacientes con fracaso renal En pacientes con severa afectación de la función renal (filtración glo-merular< 30 ml/min) los opioides deberían ser usados con precaución. El opioide de primera elección debería ser el fentanilo o la buprenorfina administrados de forma subcutánea o intravenosa a dosis bajas con una consiguiente titulación. AINEs y coadyuvantes La adición de AINEs a los opioides puede mejorar la analgesia o re - ducir la dosis requerida de los opioides. Sin embargo, deberían estar restringidos en pacientes ancianos y en aquellos con fallo renal, hepá-tico o cardíaco, por sus efectos adversos. El paracetamol sería de elec-ción en comparación con el resto de AINEs pero su eficacia no está bien documentada. La amitriptilina o la gabapentina deberían ser consideradas para pa-cientes con dolor neuropático oncológico que responde parcialmente a la analgesia con opioides. BIBLIOGRAFÍA: – Hanks GW, Conno F, Cherny N, Hanna M, Kalso E, McQuay HJ, et al. Morphine and alternative opioids in cancer pain: the EAPC recommendations. Br J Cancer 2001; 84: 587-93 – González-Escalada, J. R. et al. Código de buena práctica para el control del dolor oncológico. Rev. Soc. Esp. Dolor, Abr 2011, vol.18, no.2, p.98-117 54 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 57. 55 2 CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN Cefaleas y algias faciales. Cefalea postpunción DR. ALBERTO QUIRANTE PIZARRO, DRA. TERESA MUÑOZ MARTÍN y DRA. FRANCISCA LÓPEZ RODRÍGUEZ Cefalea Cualidad Localización Duración Frecuencia Clínica M. sin aura Pulsátil Uni/bilateral 6-48 h. Esporádica Náuseas, vómitos M. con aura Pulsátil Unilateral 3-12 h. Esporádica Déficits transitorios C. en racimos Urente Focal 15-120 min. En racimos Lagrimeo, Horner C. psicógena Opresiva Difusa Constante Constante Depresión, ansiedad N. Trigémino Lancinante Ramas V Breve Varias al día CEFALEAS PRIMARIAS: SIN LESIÓN CEREBRAL SUBYACENTE • Migraña. • Cefalea tensional. • Cefalea en racimos. • Hemicraneal paroxística crónica. • Miscelánea: Cefalea punzante idiopática, Cefalea por compresión ex-terna, Cefalea benigna por la tos, Cefalea asociada al ejercicio físico. • Cefalea crónica diaria. CEFALEAS SECUNDARIAS: CON ALTERACIÓN CEREBRAL SUBYACENTE • Traumatismo craneal. • Trastornos vasculares. • Enfermedad intracraneal de origen no vascular. • Ingesta o supresión de determinadas sustancias. • Trastornos metabólicos. • Alteración de las estructuras faciales o craneales (ojos, oídos, nariz y senos, mandíbulas...). • Neuralgia craneal y facial.
  • 58. Criterios diagnósticos y diagnóstico diferencial de las cefaleas según el perfil temporal Cefalea aguda de reciente comienzo • Inicio súbito (hasta 30 min). • Intensidad muy grave. • Ausencia de episodios similares previos. • Localización bilateral y difusa o frontooccipital. • Aumento de la cefalea con la maniobra de Valsalva. • Rigidez de nuca. • Náuseas y vómitos. Diagnóstico diferencial cefalea aguda: – HSA (Hemorragia subaracnoidea aneurismática). – Meningitis y encefalitis aguda. – ACVA (Accidente cerebrovascular agudo). – Cefalea vascular. 56 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN CRITERIOS DE GRAVEDAD O MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE ALARMA EN UNA CEFALEA • Cefalea intensa de inicio agudo. • Cefalea de reciente comienzo en personas mayores de 40 años. • Cambio reciente de una cefalea crónica, sin motivo aparente, en su frecuencia, intensidad, duración o localización. • Cefalea subaguda de frecuencia y/o intensidad creciente. • Unilateralidad estricta (excepto cefalea en racimos, hemicraneal paroxística crónica, neuralgia occipital, neuralgia del trigémino y hemicráneal continua). • Cefalea que empeora con el sueño, en decúbito o maniobras de Valsalva. • Falta de respuesta a los tratamientos habituales. • Cefalea asociada a signos de disfunción neurológica (alteraciones del comporta-miento y carácter, focalidad neurológica, crisis comiciales, papiledema, fiebre, rigidez de nuca y/o signos meníngeos positivos). • Cefalea desencadenada exclusivamente por la tos o el esfuerzo. • Migraña con áurea cuyo déficit neurológico focal no es cambiante en lateralidad ni en expresividad clínica. • Cefalea crónica diaria de inicio reciente. PARA EVALUAR LA GRAVEDAD POTENCIAL DE UNA CEFALEA EL PRINCIPAL PARÁMETRO ES SU CURSO TEMPORAL DISTINGUIENDO LOS DISTINTOS GRUPOS SEMIOLÓGICOS • Cefalea aguda de reciente comienzo (carácter de urgencia). • Cefalea aguda recurrente (migraña). • Cefalea subaguda regresiva (orgánica). • Cefalea crónica no progresiva (tensional).
  • 59. 57 2 CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN – Ingesta excesiva de alcohol. – Asociada a procesos febriles. – Cefalea postpunción lumbar. – Cefalea coital benigna y tusígena. – Arteritis de la arteria temporal. – Encefalopatía hipertensiva. – Trombosis de senos venosos. – Causa ocular u ORL. Cefalea aguda recurrente • Inicio agudo o subagudo. • Intensidad severa. • Presencia de episodios de cefaleas similares previas. • Carácter pulsátil. • Predominantemente hemicraneal. • Asociado a: Fotofobia, náuseas y/o vómitos, lagrimeo, rinorrea o tapo-namiento nasal. • Primer episodio suele ocurrir a los 15-40 años. • Exploración neurológica normal con ausencia de focalidad. • Duración con o sin tratamiento: min-72 horas. Diagnóstico diferencial: – Migraña. – Cefalea en racimos. – Neuralgia del trigémino. Cefalea crónica progresiva • Inicio subagudo, desde molestia leve hasta cuadros más graves. • Progresión lenta en días-semanas. • Localización bilateral frontooccipital u holocraneal. • Intensidad moderada. • Cefalea continua más intensa por las mañanas. • Presencia de papiledema en los estadios más avanzados. • Puede haber déficit neurológico focal en la exploración. Diagnóstico diferencial: – Tumores supra e infratentoriales. – Hematoma subdural. – Absceso cerebral. – Pseudotumor cerebral. – Trombosis de los senos venosos. – Fármacos: Retirada de la medicación esteroidea, intoxicación por plomo, vitamina A y tetraciclinas.
  • 60. Cefalea crónica no progresiva • Inicio subagudo. • No hay progresión de la enfermedad. • Localización holocraneal. • Intensidad leve-moderada. • Carácter opresivo. • Asociada generalmente a otros cuadros (ansioso-depresivos). Diagnóstico diferencial: – Cefalea tensional episódica (menos de 15 días al mes). – Cefalea tensional crónica (más de 15 días al mes) pudiendo estar aso-ciada al abuso de medicación analgésica. MIGRAÑA Esquema de tratamiento de la migraña. Crisis leves-moderadas • Analgésicos/AINEs (v.o.): Paracetamol 1 gr, AAS 1 gr, Naproxeno 500- 1.100 mg, Ketorolaco 30-60 mg, Ibuprofeno 600-1.200 mg. • Antieméticos: Metoclopramida 10 mg, Domperidona 10-30 mg. • En caso de no eficacia: Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1 B/ 1D. Crisis moderadas-intensas • Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1 B/ 1D: – Sumatriptán 50-100 mg v.o., 20 mg nasal ó 6 mg s.c. – Naratriptán 2,5-5 mg comprimido recubierto o comprimido dis-persable. – Zolmitriptán 2,5-5 mg comprimido recubierto o comprimido dis-persable. – Rizatriptán 10 mg comprimidos ó 10 mg liofilizado oral. – Almotriptán 12,5 mg comprimidos. • Analgésicos (AINE) i.m.: Diclofenaco 75 mg, Ketorolaco 30-60 mg. • Antieméticos: Metoclopramida 10 mg i.m., Domperidona 10-30 mg v.o. Estatus migrañoso: episodio de migraña con cefalea que no mejora a pesar de tratamiento durante > 72 horas • Sumatriptán 6 mg s.c., 20 mg nasal. • Analgésicos (v. parenteral): AINE: Ketorolaco 30-60 mg, Diclofenaco 75 mg. OPIACEOS (sólo en situaciones especiales): Meperidina 100 mg. • Antieméticos (v. parenteral): Metoclopramida 10 mg. • Reposición Hidrosalina intravenosa. 58 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
  • 61. 59 2 CEFALEAS Y ALGIAS FACIALES. CEFALEA POSTPUNCIÓN • Sedación vía parenteral con Clorpromazina 12,5-25 mg ó Diazepam 10 mg. • Corticoides: Si falla todo lo previo: Dexametasona 4-20 mg (reduc-ción progresiva en días), Metilprednisolona 60-120 mg parenteral con reducción paulatina. Tratamiento preventivo: ¿Cuándo? • Frecuencia ≥ 3 ataques/mes. • Frecuencia < 3 ataques/mes si presenta: – Ataques muy intensos e incapacitantes. – Asociación con manifestaciones neurológicas focales. – Ataques de duración prolongada. ¿Cómo? • B-Bloqueantes: Propranolol 40-140 mg/día o Atenolol 50-100 mg/día. • Calcio-antagonistas: Nicardipino 40-60 mg/día en 2,3 dosis, Verapamilo 80-240 mg/día en 1-3 dosis. • Antidepresivos: Amitriptilina 25-75 mg al día. • Ac. Valproico: 200 mg durante 1 semana, 400 mg durante la segunda semana y 500 mg posteriormente. Cefalea tensional Tipos • Episódica: < 15 episodios al mes. • Crónica: ≥ 15 episodios al mes durante 6 meses. Tratamiento sintomático • Analgésicos-AINEs. Evitar ergotamínicos, Cafeína y Codeína. Tratamiento preventivo: Se debe administrar en cefaleas tensionales crónicas y en las episódi-cas que obliguen a toma de analgésicos durante más de 8 días al mes. • 1.ª Opción: ADT (Amitriptilina 10-75 mg al día ó Imipramina 25-75 mg al día) y se puede asociar Diazepam 5-10 mg/12 h. • 2.ª Opción: ISRS: Sertralina 50 mg/día o Escitalopram 20 mg/día. Cefalea en racimos Tipos • Episódica: Los períodos de cefalea duran entre 7 días y 1 año sepa-rado por períodos sin dolor que duran 14 días o más. • Crónica: Los episodios de cefalea se producen durante más de 1 año sin remisiones o con remisiones que duran menos de 14 días.
  • 62. Tratamiento sintomático de los ataques • Sumatriptán 6 mg s.c. que se puede repetir cada 12 horas. • Oxígeno en mascarilla al 100%. Tratamiento preventivo Variante episódica • Prednisona: 40-80 mg en dosis matutina. Mantener hasta dos sema-nas libre de dolor y posteriormente supresión gradual en 2-3 sema-nas. Se puede administrar solo o asociado a verapamilo. • Verapamilo: 240-360 mg/día repartidos en 3-4 tomas. Mantener hasta 2 semanas libres de dolor y después reducir 80 mg cada 3 días. • Carbonato de Litio: 200-400 mg cada 12 horas. Sólo si fracasa lo ante-rior. Mantener niveles plasmáticos de 0,15-1 mEq/l. Mantener hasta dos semanas libre de dolor y reducir 150 mg cada 3 días. Precisa con-troles analíticos periódicos. • Si fracasa lo previo valorar Valproato, asociaciones Verapamilo + Litio. Variante crónica • Carbonato de Litio: 200-400 mg cada 12 horas. Es el fármaco de elec-ción, sólo o asociado a Verapamilo. Si desaparece la cefalea mantener 1 mes y suspender. • Verapamilo: 240-360 mg/día repartidos en 3-4 tomas. Si no hay me-joría asociar tartrato de Ergotamina. • Tartrato de ergotamina: 1-2 mg/día/ vía rectal. Si fracasa lo previo, valorar Capsaicina, Valproato, Clorpromazina y ciru-gía en casos excepcionales. Neuralgia del trigémino • Espasmos muy dolorosos, como pulsaciones eléctricas penetrantes que generalmente duran unos cuantos segundos o minutos, pero pueden volverse constantes. • El dolor por unilateral, con frecuencia alrededor del ojo, la mejilla y la parte baja de la cara. • El dolor se puede desencadenar por contacto o sonidos. Tratamiento sintomático • Carbamacepina: 600-1.200 mg v.o., comenzando por 300 mg/día aumentando 100 mg/día hasta dosis plena. • Baclofeno: empezar con 5 mg/8 horas hasta llegar si precisa hasta dosis de 75 mg/día dividido en tres tomas diarias. 60 2 PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN